La buena o la mala autoestima, ¿es algo que se hereda?
¿Qué relación tiene con la infancia?
¿Y con tus relaciones? ¿Cómo influye tu nivel de autoestima en tus relaciones de pareja?
En este post, de entre las muchas consultas que suelo recibir sobre la autoestima, he vuelto a seleccionar (ya lo había hecho otra vez) siete de las más frecuentes y que, en mi opinión, hace mucha falta aclarar.
Si después de leer esto te queda alguna duda puedes dejármela en los comentarios al final del post.
1.Creo que yo ya nací con una mala autoestima, porque me recuerdo siempre insegura y miedosa, mientras que mi hermana era la atrevida y la valiente. Supongo que ella heredó la parte buena y yo la mala. ¿Puede mejorar su autoestima alguien que la tiene baja desde el nacimiento?
Nadie nace con un nivel de autoestima, ni tampoco se hereda. La autoestima es algo que se aprende por lo que vives de pequeño, por cómo te tratan, por lo que percibes en el comportamiento de los demás, las creencias que te transmiten, sus expectativas hacia ti, por tus experiencias, por la educación que recibes…
Lo más importante para que un niño desarrolle una autoestima sana es que reciba un amor incondicional. Que le acepten, le traten con cariño y le respeten en sus sentimientos y en sus pensamientos, siempre y sin condiciones.
Lo segundo es que sus referentes sean afectuosos y cariñosos con ese niño. Y, de nuevo, de manera incondicional. Es decir, que le sigan queriendo también cuando se porta mal o cuando se equivoca, que no le chantajeen ni le dejen de querer porque un día lo haya hecho peor.
Y lo tercero es que le reconozcan y le valoren lo que hace bien. Que destaquen sus éxitos y sus logros por encima de sus fracasos. Que le transmitan confianza en que va a poder y va a ser capaz. Que no le comparen con sus hermanos y con otros niños. Que no le desaprueben de ninguna manera (pueden desaprobar un comportamiento, pero no al niño) ni le digan que es tonto, que es un inútil, que así dónde va a llegar, que así no va a conseguir nada, que siendo así no le van a querer, y tantas barbaridades que hemos escuchado cuando éramos niños.
Lo ideal es que los padres sean conscientes de esto y se esfuercen por educar a su hijo en una buena autoestima. Pero esto no siempre sucede, en parte porque a ellos tampoco les han enseñado o porque no tienen una buena autoestima.
Todo eso, más las experiencias que ese niño viva, si hay algo significativo en su infancia o adolescencia, como una muerte, una pérdida, alguna experiencia de rechazo, humillación o abandono, o cualquier episodio traumático, será lo que condicione cómo sea su autoestima.
2.En mi caso he tenido un padre muy autoritario y exigente, de pequeña me recuerdo siempre con miedo a hacerlo mal y a que se enfadara. Y mi madre no era tan dura, pero se callaba y decía que teníamos que hacer lo que él dijera. ¿Cómo crees que puede haber influido eso en mi autoestima y en lo exigente que soy conmigo misma? A raíz de leerte me he dado cuenta de que me machaco demasiado y nunca estoy satisfecha con lo que hago.
Los niños, insisto, necesitan ser vistos y valorados de forma incondicional. Necesitan que les transmitan que se merecen amor y aprobación siempre, y no en función de lo que hacen o de cómo lo hacen.
Si un niño se equivoca y le empiezan a reñir, si saca un siete y le dicen que debería haber sacado un nueve, si antes de hacer algo ya le están amenazando con lo que va a pasar si lo hace mal, si siempre le están reprochando y criticando por algo, si se fijan más en lo malo que en lo bueno…, no va a razonar que sus padres lo hacen por su bien o que no saben hacerlo mejor. Lo que va a pensar es que no es suficiente y que no se merece nada bueno.
Así que aprenderá a hablarse igual que le hablaban sus padres porque habrá entendido que hablarse así, exigiéndose duramente, es lo que necesita para hacerlo bien y que de esa forma los demás le quieran y le valoren.
Por ejemplo, si siempre le dicen que no a todo, aprenderá que no es libre y que no puede hacer nada, y cada vez se atreverá a menos cosas.
O si siempre le están repitiendo que se va a caer, aprenderá que no es capaz. Y si se cae y le riñen, aprenderá que equivocarse es horrible y se reñirá cuando se equivoque.
Así que de adulto se exigirá mucho, se criticará cada vez que cometa un error, no se perdonará ni una y estará siempre pendiente de que los demás le aprueben y le valoren, porque nadie le ha enseñado a valorarse a sí mismo.
Así es como la infancia, muchas veces, nos corta las alas. Pero de alguna manera siguen estando ahí, debajo de las heridas de ese niño. Hace falta que el adulto empiece a sanar esas heridas, a darle a su niño interior el amor que en su momento no recibió, para que pueda volver a desplegar esas alas.
Para eso, por supuesto, es necesario pararse y mirar hacia dentro. La mayoría de las personas no lo hacen, no se sienten, no se miran, no se escuchan… Viven ocupadas haciendo “lo que hay que hacer” e ignorando el malestar de ese niño interior que todavía está esperando a que le presten atención y le quieran tal y como es.
3.Mis padres me trataron bien. El no estaba mucho en casa, pero sí era cariñoso cuando estaba. Y mi madre es basntante insegura, pero no me hablaba mal. No recuerdo que me desaprobaran ni me riñeran demasiado, no tengo un mal recuerdo de mi infancia… Entonces, ¿por qué no tengo una buena autoestima? ¿Por qué me siento inferior, me comparo y me hablo tan mal a mí misma?
A veces puede ser que tengamos un recuerdo bueno de la infancia, pero que igualmente nuestro niño interior tenga algunas carencias, algo que necesitó y no recibió. De lo que puedes estar segura es de que si te hablas mal, te comparas y te sientes inferior, no has desarrollado un amor sano a ti misma.
No es sólo que no te traten mal, sino también que te enseñen a tratarte bien. Hace falta una educación en autoestima para que una persona desarrolle las herramientas que le permitan tener una autoestima sana. Que te enseñen a quererte, a valorarte por ti misma, a ser tu mejor amiga, a reconocerte lo bueno, a confiar en ti, a equivocarte, a pensar por ti, a aceptar lo que sientes, a ser positiva y a sentirte capaz de conseguir lo que quieres…
Cuando no nos educan en autoestima e inteligencia emocional, habrá momentos en los que necesitemos estas herramientas, pero como no las tenemos, tiraremos de lo que de alguna manera hemos aprendido o visto en nuestro entorno, como el perfeccionismo, la autocrítica, la negatividad, la culpa, la necesidad de control, el complacer a los demás…
Por ejemplo, si te sientes insegura y no te han enseñado a tener esa seguridad en ti, tirarás de lo que tengas para sentirte segura, como puede ser el perfeccionismo.
O si te han sobreprotegido y no te han permitido enfrentarte a retos por ti misma, que te hicieran desarrollar tus propias capacidades y la confianza en ti, tendrás miedo a no ser capaz…
O si tus padres estaban muy pendientes de la opinión de los demás, aunque no te lo dijeran a ti, eso será lo que habrás aprendido, porque un niño aprende (y copia) mucho más de lo que ve que de lo que le cuentan…
4.Suelo tener problemas en mis relaciones. A menudo me molestan cosas que hacen los demás. Y la única forma de que no termine discutiendo y peleada es que me calle, pero así tampoco me siento bien. ¿Esto tiene algo que ver con mi autoestima?
Cuando tienes problemas en tus relaciones, cuando eres muy exigente con cómo deberían ser los demás, cuando tienes unas expectativas muy rígidas sobre cómo tendrían que comportarse, cuando te molestas con facilidad si no hacen lo que tú esperas, cuando te enfadas porque no son como tú crees que deberían ser, también tiene que ver con tu autoestima.
En concreto con una de las partes de la autoestima: la asertividad. Es decir, la capacidad de respetarte a ti misma respetando a los demás.
Cuando tenemos un pensamiento muy rígido, de que las cosas son blancas o negras, correctas o incorrectas, y esto está bien y esto está mal, solemos tener problemas en nuestras relaciones, porque no estamos respetando a los demás, ni su manera de ser, de pensar o de comportarse.
Esa falta de asertividad, ese creer que “lo correcto es lo que yo pienso”, hace que cuando le queramos decir a alguien lo que nos ha molestado lo digamos con una postura agresiva, de superioridad, de tener la razón.
Desde fuera puede parecer que esa persona se respeta a sí misma, pero si rascas un poco siempre te encuentras con que no lo hace. Cuando no respetas a los demás como son, sin duda, tampoco te respetas a ti mismo.
El autorrespeto es uno de los pilares de la autoestima y es imprescindible para poder construir relaciones sanas con los demás. Si no te respetas a ti, no conseguirás que los demás te respeten (la típica persona sumisa que se calla y no pone límites) y no serás capaz de respetar a los demás (la persona agresiva, como lo que tú me cuentas).
Así que yo te animaría a trabajar tu asertividad. Igual que la autoestima, la asertividad es algo que no viene de nacimiento, sino que hay que aprenderlo, da igual a qué edad sea.
Además, para ser compasivos con los demás no podemos tener ninguna necesidad afectiva descubierta… Es decir, sólo cuando tenemos una autoestima alta y satisfacemos nuestras propias necesidades, podemos comprender, respetar y empatizar con el otro de una forma auténtica.
5.Después de leer algunos de tus post sobre las relaciones de pareja me he dado cuenta de que mis tres relaciones de pareja se parecen mucho a la relación de mis padres, ¿esto por qué pasa? Ahora al verlo así he empezado a sentir una especie de rencor hacia ellos, sobre todo hacia mi madre, como si le echara la culpa de que mis relaciones no funcionen.
Cuando nacemos no lo hacemos con un modelo del amor y de la pareja integrado en nuestra mente, sino que lo aprendemos de lo que vemos. Y, ¿cuál es la relación de pareja que más nos influye en el modelo que creamos?
Obviamente, la de nuestros padres. Aprenderemos que una pareja es lo que eran ellos, que una pareja se trata como se trataban ellos, que una pareja se comporta como se comportaban ellos… Eso en algunos casos puede potenciarnos, pero en muchos otros nos limita.
En los casos en los que aquella relación no era sana, necesitaremos darnos cuenta de que hemos aprendido un patrón de relación de pareja equivocado.
Si no somos conscientes de ello, si no le ponemos luz, de mayores repetiremos lo que aprendimos de pequeños. Si aprendí que querer es tratar mal, porque así se trataban entre ellos o porque así me trataban a mí, buscaré relaciones en las que me traten igual. Si aprendí que en una relación de pareja hay humillación, engaños, indiferencia… eso será lo que inconscientemente busque en mis relaciones, porque lo tengo normalizado. Y repetiré historias en las que reciba lo mismo que recibí de pequeña o lo mismo que vi en su relación.
Como me decía hace poco una coachee: “qué curioso, crecí pensando que mis padres deberían haberse separado. No entendía para qué habían seguido juntos tantos años si para mí era evidente que aquello no era amor. Y ahora me acabo de dar cuenta de que soy yo la que llevo quince años con alguien con quien no estoy bien. He hecho lo mismo que ellos”.
Pues eso. Por eso es tan importante poner luz a lo que viviste y entender, desde la humildad, que tus referentes lo hicieron lo mejor que supieron. Eso te permite perdonar, te libera y además hace que puedas soltar para no volver a repetirlo. Hasta que no comprendes, aceptas y perdonas, no puedes soltarlo, y es probable que lo sigas repitiendo, contigo y con tus hijos, si los tienes.
6.No me gusta nada como soy, no me gusta sentirme tan insegura y tan pequeña al lado de otras personas. Odio estar siempre pendiente de lo que pensarán los demás de mí, de gustarles y de que nada de lo que hago les parezca mal. No quiero ser así, me digo que esto no le pasa a nadie y que debería ser diferente, pero por más que lo intento no consigo cambiarlo.
Si sólo hablara de una clave para trabajar la autoestima, si sólo pudiera recomendar una cosa, sin duda, sería la aceptación… Para mí el primer paso de cualquier camino de amor a ti misma empieza por aceptarte tal y como eres, con tus defectos, tus inseguridades, tus debilidades y esos sentimientos que no te gustan.
Todos tenemos cualidades buenas y malas. Aceptarte es reconocerte tal cual eres, completa, imperfecta, con todas tus partes. La mayoría lo que intentan hacer es obligarse a ser perfectos a través de la autocrítica. No se dan cuenta de que se exigen ser sobrehumanas, cuando los humanos somos imperfectos por naturaleza, y de que así lo único que consiguen es destruir aún más su autoestima.
Ni te imaginas el cambio que se da en alguien cuando empieza a aceptarse como es, con sus luces y sus sombras, que todos tenemos, -igual que todos tenemos un niño interior herido dentro- y ambas forman parte de nuestra belleza y de lo que nos hace especiales.
El que tiene una autoestima sana reconoce su insuficiencia y no se castiga por ella. Se acepta y se quiere igual. No necesita cambiarla para quererse, porque se quiere sin condiciones.
El problema es que todo eso que no aceptamos, todo lo que criticamos de nosotros, lo reforzamos más. Ponemos energía en ello a través de rechazarlo y eso hace que se fortalezca. Lo que sea, el miedo a no gustar, la timidez, el temor a equivocarte… ¿Cómo te sientes cuando alguien critica algo de ti o lo señala? Lo más probable es que te obsesiones con eso que han criticado. Pues lo mismo pasa cuando eres tú quien te señalas, te rechazas y te criticas.
En cambio, si aceptas que te da miedo no gustarles a los demás, si aceptas que esto es lo que sientes ahora, si te comprendes y te dejas en paz, te relajarás y podrás ser tú misma. Y desde ahí, desde sentirte que está bien como eres y que tienes derecho a sentir este miedo, sin juzgarte ni criticarte por ello, conectarás con el amor que te permitirá hacerte responsable de lo que te pasa y mejorarlo.
Y lo mismo respecto a lo de sentirte un bicho raro y juzgarte como si fueras lo peor. Esos pensamientos, ese sentir que no vales nada, que los demás se van a a dar cuenta, que qué vergüenza… exactamente igual que tú ¡lo sienten muchísimas de las personas que te rodean! Si lo aceptas y te atreves a compartirlo, que por cierto esto de abrirnos a los demás es un bálsamo maravilloso para la autoestima, te darás cuenta de que no sólo no eres un bicho raro, sino que eres una más entre un millón (si no mi trabajo y el de muchas otras personas no tendrían sentido).
7.¿Cómo puedo saber si una persona tiene una buena autoestima o no? ¿En qué me tengo que fijar para distinguir esto?
La autoestima es una sensación interna, por eso es mucho más fácil reconocer cómo anda la tuya que valorar como está la de los demás.
Para leer cómo anda la autoestima de los demás necesitas tener la mirada “educada” a ello, por ejemplo, observando si esa persona duda mucho de sí misma, si le cuesta tomar decisiones, si está buscando el reconocimiento de los demás, si se compara con otras personas, si quiere hacerlo muy bien y gustar a todo el mundo, si se siente cómoda y se muestra cómo es o parece que tiene miedo a soltarse, si se castiga cuando se equivoca, si se cree capaz de conseguir lo que se propone, si se mueve o no se mueve hacia sus objetivos, si dice que va a hacer una cosa y hace otra, si respeta a los demás y se respeta a sí misma, si dice lo que piensa, si pone límites, si expresa opiniones diferentes a las de los demás, si tiene miedo a lo que le pueda pasar o cree que podrá resolverlo…
Algo que marca mucho la diferencia entre una persona con una autoestima sana y una que no la tiene es que la segunda depende de la aprobación y el reconocimiento de los demás para sentirse valiosa, capaz o suficiente, mientras que la primera no.
En realidad, la autoestima tiene dos partes muy importantes que sirven para saber cómo anda la autoestima de alguien y también indican por dónde empezar a mejorarla.
La primera es como esa persona se ve a sí misma, cómo se trata y si se critica o se habla bien. Cuando hay mucha autocrítica y autorrechazo hace falta que esa persona aprenda a ser compasiva consigo misma, a tratarse con cariño, amabilidad y respeto.
La segunda es si tiene una conducta asertiva, o no. Ser una persona asertiva, respetarte y respetar a los demás, es imprescindible para tener una buena autoestima. Si una persona no es asertiva, sin duda no tiene una buena autoestima.
Como te puedes imaginar, necesitas conocer mucho a alguien para valorar como anda su autoestima, sobre todo porque son muchas las personas que viven con una máscara puesta, vestidas de lo que creen que los demás esperan de ellas, y sin dejar ver sus miedos y sus inseguridades. Es un mecanismo de supervivencia, desde luego, pero nos aleja mucho de la autenticidad y del amor incondicional a uno mismo. En vez de sanar nuestra autoestima, le pone un parche que nos genera mucho más malestar.
…
¿He aclarado alguna de tus dudas respecto a la autoestima? Si tu pregunta no estaba entre éstas puedes dejarla en los comentarios aquí debajo y estaré encantada de responderte.
He disfrutado y aprendido mucho leyendo este artículo Vanessa.
Aspectos que he mejorado y aspectos que me quedan pendiente de mejora.
Muchas gracias.
Un abrazo
Me alegro de que lo hayas disfrutado, muchas gracias por compartirlo conmigo. Muy bien, sigue avanzando, paso a paso, en el camino…
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanesa, me considero una persona insegura, creo que casi todo lo hago mal, y una cosa que me llama la atención a mi misma es: que cuando regañan a alguien o gritan, siento como si me lo estuvieran haciendo a mí. No sé porqué me llegó a sentir así. Por ejemplo, si mi pareja riñe a mi hija, es como si me riñera a mi. O en el trabajo si riñen o llaman la atención a alguien es como que me siento aludida y culpable por todo, hasta de lo más ajeno. ¿A qué se debe?
Gracias de antemano.
Hola Elle,
No puedo saber a qué se debe, eso es algo que has de descubrir profundizando en ti y llegando a la herida con la que conectas cuando riñen a otra persona delante de ti. Es posible que de niña aprendieras a sentirte culpable de alguna forma, pero eso sólo lo puedes averiguar haciendo un proceso de autoconocimiento.
Un abrazo,
Vanessa
Vanessa, mira que me encantan tus publicaciones porque siempre das en el clavo, pero esta última es, sencillamente, una obra maestra que debería ser de lectura obligatoria en Bachillerato a más tardar. ¡Ojalá alguien me hubiera contado todo esto hace treinta años! ¡Cuántos tropiezos me habría ahorrado mientras más o menos he ido aprendiendo en plan ensayo-error!
Como siempre, un millón de gracias. 🙂
Qué bien, Alicia. Me alegro mucho de que te haya servido tanto. Muchas gracias por compartirlo conmigo :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola, me encanta leer las publicaciones pero creo que aun no encuentra respuesta al porqué me da pena pasar por donde hay mas gente que no conozco y principalmente si son del genero masculino. Yo soy una persona con sobrepeso y desde chiquita mis hermanos me decian sobrenombres por ser asi. Yo pienso que por eso soy algo insegura y me da pena ser notada. Aunque ya soy una mujer madura, no sé como me puedo quitar eso y sentirme segura de estar o pasar por donde hay otras personas.
Hola Yolanda,
En mi opinión es importante abrazar a esa niña que se sintió herida por lo que le decían de pequeña y que aun sigue dolida dentro de ti. Y comprender que tú no eres eso que te decían, que eres mucho más que eso… Trabajar tu autoestima y tu niña interior para que ya no conecte con ese rechazo que le lleva a huir de las situaciones que le recuerdan lo que vivió.
Un abrazo,
Vanessa
Gracias por tus palabras HERMOSA! Aunque trato de hacer eso, no puedo conseguirlo, pero de ahora en adelante voy a poner todo de mi parte para que eso cambie. Qué bueno que te encontre para recibir tu ayuda. Bendiciones y buen dia!
Gracias a ti. Si no puedes sola pide ayuda :-).
Un abrazo,
Vanessa
Vanessa! Me ha llegado cada palabra que has escrito. Aún me queda mucho por trabajar conmingo misma pero voy dando pasitos.
Mil gracias!!
Me alegro mucho, Pam. Mira también lo que llevas andado, que ya es mucho. Siempre queda camino, lo importante es seguir dando pasos :-).
Un abrazo,
Vanessa
Buenas Vanessa
He tenido la suerte de que no me ha faltado nada material en mi vida. Pero cariño, autoestima y demás sí. Hubiera preferido tener menos material y más de lo otro. Le doy muchas vueltas a las cosas. Y siempre llego a la conclusión de que lo que me pasa es culpa mía o que por mucho que haga nunca conseguiré nada. Ojalá encontrase la manera de que las cosas no me afectaran tanto y más cosas.
Hola,
Muchas gracias por compartir. Es muy importante que reconozcas que tu niña no recibió lo que necesitaba entonces, y que es normal que eso le afectara, pero que ahora la adulta puede hacerse responsable de ello y aprender a quererse y a sentirse valiosa. Es un camino que merece mucho la pena :-).
Un abrazo,
Vanessa