¿Eres de los que le tienen miedo al rechazo?
¿Cómo respondes cuando alguien te dice que no?
¿Te lo tomas bien o te hundes en la miseria?
Lo cierto es que la mayoría de personas dejamos de hacer un montón de cosas por miedo al rechazo.
No expresamos nuestra opinión, no nos atrevemos a buscar otro trabajo que nos motive más, u otra pareja con la que poder ser felices… Incluso hay quien no se atreve a proponerle un plan a un amigo por miedo a que le diga que no.
Y en una vida que merezca la pena siempre habrá rechazos. ¡Claro que sí! A todos nos van a rechazar muchas veces.
A mí ya me han rechazado unas cuantas, y muchas más que me quedarán.
Y ya te digo yo que si a ti nunca te han rechazado el problema lo tienes tú, porque probablemente vives en una zona segura sin arriesgarte a nada.
El típico lugar donde nunca pasa nada, porque tú no estás haciendo nada para que pase.
Otra vez el dichoso miedo a lo que piensen los demás
Sí, es verdad que muchas veces querer es poder y que el que la sigue la consigue.
Pero muchas otras no. Muchas veces las cosas no van a salir como queremos y muchas veces vamos a recibir un no por respuesta. ¡Forma parte de la vida!
Y puede ser un amigo al que le proponemos hacer un viaje, una posible pareja a la que le pedimos una cita, o un trabajo que de verdad nos ilusionaba. Lo que sea.
Dejamos de hacer muchas cosas por miedo a que nos digan que no.
Porque nos da vergüenza, porque tenemos miedo a ser el centro de atención, a molestar a alguien, a lo que piensen de nosotros, a que se rían, a que nos vean inferiores, a no gustar…
En realidad otra vez vuelve a ser el dichoso miedo a lo que piensen los demás.
(Que, a su vez, suele disfrazar el miedo a que no te quieran).
Eso es lo que en realidad se esconde detrás del miedo al rechazo.
Qué absurdo, ¿no? Qué absurdo dejar que el miedo a lo que piensen los demás nos impida ir a por eso que de verdad queremos. ¿En serio estás dispuesta/o a vivir una vida tan pobre y limitada?
Además, que los demás no piensan tanto… En serio, los demás ni nos miran tanto ni están tan pendientes de nosotros como solemos creer. Cada uno va a su bola, y estaría bien que tú también fueras a la tuya.
Entonces, ¿quieres seguir renunciando a lo que deseas por el temor a que te digan que no? ¿Tan grave sería? ¿Tan horrible?
El problema suele ser que creemos que sí, que sería horrible. Tenemos demasiadas creencias limitantes sobre el rechazo.
Veamos, ¿qué significa el rechazo para ti? ¿Qué significa para ti que alguien te pida algo y tú le digas que no? Para mí simplemente significa que no quiero eso que me está ofreciendo. Punto. No pienso que esa persona valga menos ni nada parecido. Por eso mismo, si alguien me rechaza tan sólo pienso que no quiere lo que le ofrezco. Porque sé que es tan libre como yo para aceptarlo o rechazarlo.
Y tú, ¿qué crees sobre el rechazo? ¿Qué necesitarías creer para dejar de tenerle miedo? ¿Qué haría que pudieras sentirte bien si alguien te dice que no?
Doce claves para superar el miedo al rechazo
Dime, ¿cuántas cosas estás dejando de hacer en tu vida por miedo al rechazo?
¿Qué harías ahora mismo si te diera igual que te dijeran que no?
Piénsalo. Piensa en todo lo que harías si no te importara la respuesta.
Bueno, pues que te quede claro que si lo hicieras estarías mucho mejor que ahora. Porque aunque sólo te dijeran que sí una de cada diez veces, ya estarías mejor. Ya habrías conseguido mucho más que si no intentas nada.
Dicho esto, te voy a dar doce claves para que el miedo al rechazo deje de suponerte un obstáculo para conseguir lo que deseas.
1.Acepta de antemano que te pueden rechazar. Dedica cinco minutos a imaginártelo y a pensar en cómo quieres responder si se diera el caso. Y ya. Ya lo has previsto. Pasados esos cinco minutos no vuelvas a pensar más en ello.
2.Cree en ti. Cree que puedes hacerlo bien, que te lo mereces y que puedes conseguirlo. Visualízate dando lo mejor de ti, siendo la versión de ti mismo que necesitas ser para lograrlo.
3.Siéntete orgullosa/o por el simple hecho de intentarlo. ¡Claro! Esa es una de las claves de una autoestima sana, hacerte responsable de ti e ir a por lo que quieres.
4.Quítale importancia a lo que vas a hacer. En vez de pensar que vas a pedir algo y que podrían decirte que no, plantéatelo como que vas a contarle a alguien lo que quieres. Y si esa persona no te lo da ya lo conseguirás por otro lado. Sin más.
5.Date cuenta de que a más rechazos, más probabilidades de éxito. Es de cajón, el que llama a más puertas, se arriesga más a que le digan que no, pero también a que le digan que sí. El que no llama a ninguna, no obtiene rechazos, pero tampoco oportunidades. Las está perdiendo todas. Y, sumadas una tras otra, harán que un día se dé cuenta de que la gran oportunidad que ha perdido es la de ser feliz.
6.Recuerda todas las veces que tú has rechazado a alguien (si no lo has hecho, malo). Seguro que has rechazado a personas maravillosas: alguien que te habló con la intención de entablar una amistad contigo, alguien a quien le gustabas, una oportunidad profesional…
Forma parte de los ciclos de la vida. Igual que no sería sano decir que sí a todo, tampoco lo sería que a ti te dijeran que sí siempre. Hay muchas cosas que no podrías aprender, y la vida está para aprender, de lo bueno y de lo malo.
7.Atrévete a decir que no. Todos hemos dicho que sí a algo a lo que queríamos decir que no. Nos hubiera encantado ser capaces de decir que no y saber que el otro no iba a molestarse o enfadarse por ello. Pero después somos nosotros los que nos molestamos y nos enfadamos. Somos nosotros los que juzgamos a los demás cuando nos rechazan. Incoherente, ¿verdad?
Pues eso, cuanto más aceptes un no, más capaz serás tú también de decir que no. Y cuanto más capaz seas de decir que no, más fácil te resultará aceptar un no por respuesta. De nuevo, lo que va, vuelve.
8.Comprende que no es un No a tu persona, ¡es sólo a eso que le has propuesto! Esa persona puede tener otras prioridades, otras necesidades u otros gustos. Incluso puede que tú no le gustes, pero aun así sigue sin ser un NO a tu persona.
Porque si de verdad estás siendo tú no le puedes gustar a todo el mundo. ¡Nadie que sea auténtico puede! Seguro que a esa persona que ahora te está rechazando también la han rechazado, ¡y sigue valiendo lo mismo!
9.Por lo tanto, deja de tomártelo como algo personal. Que alguien te haya dicho que no, no tiene nada que ver contigo, con lo que tú vales y lo que tú eres.
Que sí, que todos necesitamos sentir que nos quieren, nos aceptan y nos valoran. Y hasta cierto punto es normal.
Pero necesitas entender que el hecho de que alguien te rechace, ya sean una, dos o tres personas, no significa que otras no vayan a quererte, aceptarte y valorarte.
Y que alguien que de verdad te quiere lo seguirá haciendo aunque hoy te haya dicho que no a eso que le has pedido.
10.Haz autocritica y aprende de lo que te ha pasado. Es cierto que en algunos casos puede haber algo en lo que puedas mejorar para que la próxima vez te vaya mejor. Y está muy bien que lo reflexiones. Pero no se trata de pensar en ello desde el automachaque, sino desde la autocrítica amorosa. Tal vez te des cuenta de que tienes que esforzarte más, de que tienes que cambiar la manera en la que lo has planteado o de que tienes creer más en ti.
11.Desapégate de lo que pase. Una vez que hayas pedido lo que quieres, desapégate del resultado. Piensa como si te diera igual que te digan que no. Total, ¿qué más da? ¿Qué has perdido? No has perdido nada. Como mucho te has quedado como estabas, y por lo menos lo has intentado. Así que sonríes, das las gracias y punto.
Por cierto, ¿te he dicho ya que a esa persona que ahora te ha dicho que no también la han rechazado o la rechazarán varias veces en su vida?
12.Y sigue. No creo que te hayas muerto, porque de un rechazo no se muere nadie. Ni de dos, ni de tres. Así que a seguir, detrás de ese objetivo por otro lado, o detrás de uno nuevo.
Sigue practicando para que cada día le tengas menos miedo al rechazo. O, por lo menos, para que no te impida ir a por lo que quieres, que en realidad es lo único por lo que el miedo al rechazo es un problema.
Si a pesar de él fueras a por lo que quieres, ya no sería un problema, ¿a qué no? Pues ese es tu objetivo: que el miedo al rechazo deje de limitarte.
Cada día haz algo o pide algo en lo que te puedan decir que no. Desde pedir cambio, devolver algo en una tienda o en un restaurante, expresar tu opinión o proponerle algo a alguien.
Vete poco a poco. Se trata de ir cambiando un poquito cada día, es imposible hacer todo el camino de una zancada.
Y recuerda que el objetivo no es que desaparezca el miedo al rechazo, sino que deje de ser un obstáculo para ti.
…
¿Qué me dices? ¿Qué será lo primero que hagas cuando el miedo al rechazo deje de ser un obstáculo para ti? Puedes compartirlo conmigo en los comentarios aquí debajo.
Excelentemente escrito y planteado, me parece muy bueno.
Muchas gracias, Ana.
Un abrazo,
Vanessa
Muchas gracias, Ana. Me alegro mucho.
Un abrazo,
Vanessa
Buenos días Vanessa, me ha encantado este post, sintiéndome muy identificado con él. A lo largo del tiempo he podido minimizar algunos de esos miedos que has comentado pero hay algunos que se resisten un poco más como él miedo de ser rechazado o el que dirán. Un saludo y muchas gracias por ser como eres.
Gracias a ti, Joaquín. Es un camino en el que unas veces los miedos están más presentes y otras menos… Lo importante es que sigas avanzando y volviendo siempre a ti, a lo que quieres, dándote permiso para ser como eres, y confiando de nuevo en ti.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Yo siento que he sido muy cariñosa, amable, respetuosa y considerada con la gente. Soy de las que aunque dicen “no”, a veces quedo con sentimientos de culpa, pero lo he hecho con mucho respeto y sin pretender herir a nadie. Me siento fatal si me dicen que no y lo expreso primero con rabia, que no es otra cosa que dolor camuflado. Algunas veces cuando ese “no “ viene acompañado de un trato grosero e injusto me alejo frustrada, y después en soledad lloro, sintiéndome impotente y con tristeza de haber querido responder diferente y no haberlo hecho… Considero que necesito aprender a ser más fuerte. El mundo a veces es hostil y hay que saber ser lo suficientemente fuerte para poder lidiar con eso. Pienso que hay que aprender porque con los aprendizajes adquiridos estaremos listos para las nuevas experiencias que la vida nos tiene reservadas. Son etapas, son procesos necesarios y sólo de uno depende asimilarlos de manera natural.
Sandra,
Tu derecho a decir que no es tan básico y fundamental como el de los demás a decírtelo a ti, haciéndolo ambos de una forma asertiva y respetuosa. Creo que no se trata tanto de la exigencia de ser más fuerte, como simplemente de respetar y respetarte. La consecuencia directa a esto, curiosamente, suele ser que los demás nos respetan. Una vez más, se convierten en nuestro propio espejo…
Y sí, la vida es un aprendizaje, un camino natural para vivir, disfrutar y ser uno mismo :-).
Hola Vanesa,
¿Y cuándo una persona en concreto, cercana (pareja, amigo, familiar ..) cada vez que le pides algo obtienes muchisimos no y pocos sí? Yo acabo sintiendo que esa persona no está bien o consigo misma o conmigo, hasta el punto de ya no sabes si pedirlo, cómo pedirlo, o simplemente ya buscarlo sin preguntar, y acabas obteniendo rechazo igual. Este caso en concreto a mí me ha acabado cansando, es como que ya me canso de ir detrás y obtener un no, ¡gracias por todo!
Jess,
Lo que hacen los demás es suyo, y habla de ellos. Pero cómo a nosotros nos afecta nos habla de nosotros. ¿Qué poder le estás dando a esa persona? ¿Qué te pasa a ti con que esta persona te diga que no? ¿En qué te impide ser feliz? ¿Para qué quieres que te diga que sí? ¿Qué va a cambiar en el concepto que tienes de ti misma? ¿Qué pasaría si le aceptaras como es y buscaras esa ayuda en otra parte? ¿Qué cambiaría? Espero que estas preguntas te ayuden a comprender :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Yo la verdad que ahora al decir que “no” he perdido a muchos amigos, porque me cansé de ser esa persona que siempre está detrás de los demás, y no ser valorada. La verdad que me siento sola pero aprenderé a vivir. Gracias
Hola María,
En mi opinión si alguien es tu amigo sólo porque le dices que sí a todo, no es una amistad verdadera, sino una relación en la que uno se vende a sí mismo para que el otro le quiera. Y en una amistad real las dos personas pueden ser ellas mismas porque cada parte acepta al otro tal y como es. Así que en realidad es algo bueno lo que dices que te ha pasado, porque ahora puedes construir amistades en las que te sientas libre para ser tú misma.
Un abrazo,
Vanessa