Descárgate GRATIS la guía Cómo Defenderte cuando Alguien Traspasa tus Límites
Laura Forero
Laura Forero
“Antes era una persona con muchas inseguridades, falta de confianza en sí misma, que dependía de la aprobación de los demás para sentirse valiosa y tomar decisiones, que ponía por encima el bienestar de todo el mundo y dejaba el propio para después. Tomaba muy a pecho los comentarios y críticas de los demás, aceptándolas siempre como la verdad absoluta y dejando que definieran el concepto que tenia de mí misma, así como mi estado de ánimo.
La verdad, me sentía fatal en muchas situaciones cotidianas. El hecho de estar pendiente de lo que los demás pudieran decir o pensar de mis acciones era agotador. Me sentía en una carrera por satisfacer las expectativas de los demás por miedo a que me dejaran de querer, a que no me aceptaran tal y como soy, así que vivía constantemente con una máscara sin dejar salir a la verdadera Laura, una Laura que tiene mucho por ofrecer. Los sentimientos de envidia y celos estaban muy presentes en mi día a día y mi manera de gestionarlos no era adecuada, porque los rechazaba y terminaba amargándome y sufriendo solita. Sentía que no tenía el control de mi vida por mi falta de asertividad y lo difícil que me era decir que NO.
El proceso de coaching le dio un giro de 180° a mi vida. Entendí que mi valor como persona no depende de mis logros o fracasos, de que tan inteligente soy, de que tan bonita soy, de si soy exitosa o no, de si tengo diplomas o no, de si gusto o no a los demás; simplemente soy valiosa y punto, por el simple hecho de existir. Esto ha sido una verdadera revelación, porque el simple hecho de reconocer mi valor me hace analizar e interpretar las situaciones que me generan malestar desde una óptica completamente diferente. Ahora sé que yo y solo yo tengo en mis manos el poder de transformar mi vida y por ende de mi depende la decisión de ser feliz.
Me siento libre, libre de ser yo misma. Siento que me he quitado un peso de encima, ese peso de llenar expectativas, de estar pendiente y calcular cada uno de mis actos y sobre todo cada una uno de los gestos de quienes me rodean buscando aprobación. Dejé de culparme por querer pensar en mi y priorizar mis anhelos y sueños.
Uffff, muchas cosas han cambiado y mi familia y amigos cercanos lo han notado… Mi necesidad de ser, actuar y estar perfecta en todo momento ha desaparecido casi por completo. Me doy permiso de estar triste, enojada, feliz, sin ganas de hacer nada o muy motivada.
Mi relación conmigo misma cambio en un 200%, sigo mi instinto, respeto mis deseos, ya no voy en automático diciendo si a todo, sin pensar si es algo que realmente quiero hacer. A algunas personas les ha sorprendido escuchar NO, NO, NO, cuando antes siempre acudía a cualquier llamado y hacia cualquier favor que me pedían sabiendo que era algo que me generaba malestar o que simplemente no me apetecía.
Ya no me siento culpable por cambiar de opinión, he aprendido a poner límites, a expresar mis necesidades, a aceptar mis sentimientos de celos y envidia, sin juzgarme por ellos.
No voy a decir que ya no tengo miedo, pero ahora me siento mas empoderada, sé que en cualquier circunstancia me tengo a mi misma para animarme, levantarme y continuar. Por eso ahora tomo tiempo para darme mucho amor, cariño y hacer lo que me gusta.
Me ha encantado todo el proceso, los ejercicios de cada sesión estaban diseñados de acuerdo con mis necesidades del momento. Hemos abordado todos los temas que me generaban malestar o en los que necesitaba trabajar. Siento que Vanessa me enseñó a confiar en mi intuición, ella me guiaba para que yo misma encontrara las respuestas a mis preguntas. Sesión tras sesión creamos una relación de confianza y eso permitió romper mi caparazón para abrazar y apapachar a mi niña interior que tanto lo necesitaba
Simplemente decirte gracias, Vanessa. Mil gracias por todo lo que me aportaste en este proceso. Gracias por tu trabajo, por estar pendiente de mí, por ayudarme y darme las herramientas que me hacían falta para seguir construyendo mi presente y mi futuro, pero esta vez un presente y un futuro en el que la verdadera protagonista es Laura o, bueno, todas las LauraS que descubrí en mi interior”.
Kasbrika Velázquez
Kasbrika Velázquez
“Antes del proceso de Coaching yo era una persona que estaba continuamente preocupada por el “qué dirán”. Mi excesiva preocupación por las tonterías me atormentaba tanto que era muy infeliz. Se podría decir que antes todo me afectaba y que me tomaba todo personalmente, incluso situaciones que eran ajenas a mí vida. Sentía que el mundo giraba a mí alrededor de forma negativa, que todo me salía mal y que yo lo merecía.
Me sentía perdida y, sobre todo, me sentía muy infeliz. En ese momento de mi vida en el que me di cuenta de que necesitaba ayuda y orientación sentía que “había tocado fondo”. Honestamente creo que nunca me había sentido tan triste.
Ahora mi situación actual es completamente diferente, siento que he aprendido a valorarme a mí misma, a respetarme a mí misma, y ahora veo oportunidades donde antes sólo veía fracasos. Sobre todo, creo que lo más importante de todo es que soy mucho más agradecida y que ya no me quejo ni la mitad de lo que solía quejarme. Además ahora veo todo mucho más claro y no vivo pensando en lo que piensen los demás.
Me gusta como soy. Me siento fantástica. Ahora sólo le doy importancia a lo que realmente me importa y mis relaciones han mejorado muchísimo. Pero lo más importante es que mi relación conmigo misma cambió. Ahora soy quién decido ser, hago lo que me gusta, tomo decisiones pensando en lo que yo quiero hacer… Siento que tengo todas las herramientas necesarias para ser feliz.
Mis relaciones cambiaron drásticamente porque yo ahora elijo a quién quiero tener en mi vida y a quién no. Antes solía estar rodeada de personas tóxicas y muy negativas, pero eso ya no pasa porque ahora yo decido quién entra en mi vida. Mi relación con mi pareja también ha mejorado muchísimo porque aprendí a soltar el control. Lo mismo sucedió con mi familia, yo quería controlarlo todo. Ahora dejo que ellos tomen sus propias decisiones sin que yo haga un juicio de valor sobre ello. También soy mucho más amorosa y si tengo la oportunidad de decir algo, lo digo sin pensar en el que dirán. Ya no me siento cohibida expresando mis emociones, sobre todo aquellas emociones bonitas como el amor y las palabras de cariño.
Mi nueva forma de pensar cambió mi vida, así me gusta describirlo. Realmente creo que todos tenemos esa oportunidad de cambiar nuestra forma de pensar, pero no todos la aprovechan. Yo solía pensar que era imposible ser feliz, y que esas personas a las que yo admiraba y discretamente celaba porque tenían tanta dicha eran unos “hippies”, en un sentido negativo. Ahora siento que si todos fuésemos así de hippies, el mundo estaría mucho mejor.
De lo que más satisfecha estoy es de haber aprendido a agradecer. De saberme tan afortunada de vivir que puedo decidir cómo vivir mi vida y puedo decidir ser feliz. Antes sentía que la felicidad era algo externo, pero ahora sé que la felicidad es interna y que mucho tiene que ver con amarnos a nosotros mismos. Yo ahora me gusto a mí misma, ya no me miro al espejo y pienso que soy un “chorizo”… Ahora me visto como yo quiero y me siento muy feliz con mi cuerpo. Además de mi cuerpo, me siento bien con cómo soy como persona, me comporto como quiero ser. Y eso me hace muy feliz.
Lo que más me gustado es que Vanessa siempre tuvo un trato personalizado conmigo. Nunca fue algo genérico que parecía que le decía lo mismo a todo el mundo. Siempre estaba al tanto de lo que habíamos hablado en nuestra última sesión, siempre recordaba todo y yo me sentía muy respetada por ella. Algo que me gustaba mucho es que me hacía pensar… Quiero decir que sus preguntas a veces eran complicadas y yo no sabía qué responder. Me ponía muy nerviosa, pero luego entendía que la idea precisamente era que yo reflexionara sobre mis respuestas. También, que es muy abierta y sentía que podía decir muchísimas cosas sobre mi vida y sobre mi forma de pensar y que ella siempre me escuchaba sin prejuicios. Además cuando podía me hacía un cumplido y eso me hacía sonreír. Otra cosa, me gustaban mucho las actividades después de cada sesión porque se hacían de acuerdo a lo que habíamos conversado ese día.
No he echado nada en falta. El proceso fue mejor de lo que yo esperaba. Muchísimo mejor. Honestamente, lo que menos me ha gustado es que a veces era difícil conseguir hacer todas las actividades del plan de acción, pero no porque fuese difícil hacerlo, sino porque realmente es un compromiso muy importante seguir las actividades”.
Marta Llorens
Marta Llorens
“Antes del Coaching había renunciado a una parte de mí para poder criar a mi hijo durante un tiempo, pero sin tener muy claro qué hacer con mi vida profesional, qué dirección tomar.
Estaba perdida, me infravaloraba, con la autoestima muy baja, con miedo, enfadada y con rabia por lo que los otros tenían. Tenía malas relaciones en mi entorno y me sentía incapaz de hacerme valer ante los demás, preguntándome todo el rato ¿por qué?, ¿qué hice mal?, ¿qué debería haber hecho? Todo esto me hacía sentirme atrapada.
Sentía que no era capaz ni merecedora de conseguir lo que quería. Estaba triste dentro de mí, como un fracaso por no haber conseguido todo lo que quería.
Ahora mi situación es espectacular. He empezado a trabajar de diseñadora gráfica en una empresa, en verano haré una clase de
caligrafía y tengo varios proyectos personales dentro del mundo del diseño.
Tengo más paciencia que antes y acepto que todo, ya sea cambio o proceso, lleva tiempo, pero lo importante es perseverar y ser constante.
A su vez, tengo que decir que me quiero mucho más, me veo capaz de hacer las cosas que quiero. En mi entorno ya no me siento obligada a agradar, ni a tener que estar, como hacía antes.
Me siento con mucha fuerza y que puedo conseguir todo lo que quiera. A la vez me siento flexible, con la mente abierta y capaz. Sin miedo, y si tengo un poco de miedo delante de alguna situación, sé cómo puedo estar con él, parar, respirar, relativizar, calmarme y seguir adelante. Tengo ganas de hacer cosas nuevas y sé que el miedo o los nervios son algo natural, los acepto. Me siento muy contenta con el cambio, me siento tranquila y con la mente clara.
En mi vida lo que más ha cambiado es como me veo yo a mi misma, saber que soy válida y quererme, pero también el por fin entender e integrar en mí que los otros no me validan ni me definen con sus opiniones, que quien debe hacer esto soy yo.
Otra cosa que he aceptado, que aún estoy trabajando, es el hecho de que no pasa nada si me equivoco, que el mundo no se acaba. Que se trata de poner el foco, y trabajar por ello, con constancia y perseverancia, pero ser lo suficientemente flexible conmigo misma para aceptar que hay veces que no puedo, pero que al día siguiente puedo volverlo a intentar.
A nivel de relaciones sabía que todos somos distintos y tenemos diferentes experiencias que nos definen, pero ahora lo acepto y soy más empática.
¡Oh! También he conseguido no dar muchas vueltas a las cosas que me pasan, no analizarlas mil veces. Aceptar que en la vida hay momentos buenos, malos y otros en que no tenemos lo que deseábamos, pero lo importante es respirar, afrontar el momento y seguir adelante.
De Vanessa me ha gustado ¡todo!. Me escuchaba, me animaba, pero una de las cosas que me ha gustado más es como que retaba a buscar las respuestas dentro de mí a través de las preguntas, los ejercicios y el material de trabajo. Estoy muy contenta y muy agradecida :-)”.
Yolanda Soriano
Yolanda Soriano
“Antes pensaba que todo lo que me pasaba y no me gustaba era porque no tenía pareja, y mi esfuerzo y dedicación estaba dirigido a hacer, hacer y hacer para tener esa pareja. Cuando empezaba con algún chico dejaba de ser yo para intentar convertirme en la persona que yo creía que le podría gustar. Entonces me sentía muy mal y salía huyendo, y así una y otra vez repitiendo lo mismo.
Me sentía muy desconectada de mí, frustrada, insegura, desconfiada porque pensaba que era defectuosa y no conseguía mi objetivo porque tenía que cambiar para que me aceptasen y no me rechazasen.
Después del Coaching mi situación ha cambiado totalmente. He visto que todo lo que buscaba fuera de mí donde lo tengo que cultivar es en mí. Así eso siempre estará e independientemente de las circunstancias exteriores yo seguiré amándome, aceptándome y queriéndome.
Al verlo de esta manera siento la libertad de ser yo y quien quiera estar conmigo bien y quien no también, no necesito convertirme en otra persona para que me quieran.
Me siento libre, tranquila, en paz y muy empoderada para seguir por el camino que he descubierto, dejando aparcada la necesidad de tener pareja y viviéndolo desde las ganas de compartir mi vida con una pareja y de crear un proyecto juntos.
También me siento libre de elegir lo que quiero y lo que no, de ser yo y de pensar en mí y priorizarme.
Mi vida ha cambiado totalmente, cada día confío más en mí, tengo más seguridad y tomo las decisiones de manera consciente pensando en mí.
He empezado a poner límites, a respetarme y a dejar la aprobación de los demás a un lado. En mis relaciones me veo una persona importante, la más importante para mí, y al cambiar mi relación conmigo misma y aceptarme, respetarme y cuidarme, siento esto mismo por parte de los demás.
De lo que más satisfecha estoy es de haberme reconciliado con mi niña interior y de haber descubierto que todo lo que estaba buscando durante toda mi vida por ahí, en amigos, familia, parejas, compañeros, lo tenía yo, siempre lo había tenido yo, y que ahora podía empezar un nuevo camino, dándome a mi misma todo eso que buscaba fuera de manera equivocada.
De mi coach lo que más me ha gustado han sido los planes de acción y el estar pendiente del proceso de sesión a sesión, me hacia estar conectada continuamente en el proceso.
Me he dado cuenta de lo importante que es la autoestima y la relación conmigo misma para el desarrollo del resto de áreas de mi vida”.
Lorena Álvarez
Lorena Álvarez
“Antes de hacer el programa sabía que estaba viviendo una vida que no era la que yo había elegido, sino que las circunstancias y el miedo habían escogido por mí. No sabía qué rumbo tomar, aunque sí sabía que había una Lorena auténtica dentro de mí y la quería sacar.
Me sentía triste, impotente, perdida, pero con fuerza para hacer el cambio y la determinación y voluntad de hacerlo.
El proceso de Coaching ha sido un antes y un después. Mi vida es diferente, mi día a día es diferente. Ahora sé perfectamente que soy capaz de hacer todo aquello que me proponga. Soy otra persona, más fuerte, más segura, más alegre, más tranquila.
Me quiero mucho, me respeto y me cuido. Ya no dependo de lo que opinen los demás, no necesito gustar a los demás. A la vez les digo mucho más directamente lo que siento y lo que pienso, sin miedo de ser juzgada. Y es más fluida mi relación con mi gente.
Mi vida es diferente en el sentido de que he dado pasos que antes me veía incapaz de dar; he apostado por una nueva profesión, me he separado de una persona que no me convenía, y me miro al espejo todos los días, apreciando y queriendo lo que veo.
Lo que más me ha gustado del programa ha sido el ir área por área, para al final enlazarlo todo. El ir desgranando la madeja sin que tú te enteres, deshaciendo todos los nudos que tú ni siquiera sabías que existían. El ir al quid de la cuestión, sin rodeos, pero no de una forma invasiva, sino con tal delicadeza que recorres el camino sin saber que has pasado por tus propias arenas movedizas hasta que ya las has cruzado”.
Sara Moráis
Sara Moráis
“Antes del proceso, y la razón por la que decidí empezar este viaje, no me sentía bien conmigo misma. Mi autoconcepto dependía de la valoración que los demás hacían sobre mí y siempre me sentía inferior a los demás. Me comparaba constantemente y no sabía valorarme.
Actualmente me siento mucho más segura conmigo misma, tranquila y feliz. Sé valorar en su medida las cosas que hago y no busco la aprobación externa sino estar alineada con mis propios objetivos. No me comparo y cuando lo hago sé reconocer qué me pasa y cómo me siento. Además tengo herramientas para volver a sentirme bien conmigo misma. Eso para mí ha sido lo más importante.
Sobre todo, ha cambiado mi forma de verme a mí misma. Entiendo que cada persona tiene sus ideas y sus problemas y que no siempre lo que dicen de mí tiene que ver realmente conmigo… Creo que los demás no me definen sino que soy yo la que me defino y la que se valora a sí misma. Creo que soy suficiente. Creo que no necesito que nadie más que yo misma esté de acuerdo con mis decisiones, creo que puedo equivocarme y seguir siendo válida.
Estoy tremendamente satisfecha de haber conseguido dejar de compararme constantemente, de haber dejado de necesitar la aprobación de otras personas y de ser capaz de ver patrones tóxicos que ya no quiero en mi vida. Es genial ser suficiente y crecer desde ahí. Pero, sobre todo, de haber perdonado…Y ni siquiera era el objetivo…
De Vanessa me ha gustado todo, sin duda lo que más, los recursos para progresar entre sesiones. Por mi forma de ser soy muy autodidacta y consumo mucha información. Tengo una buena capacidad de insight y leer las coas y reflexionar sobre ellas me ayuda muchísimo. Eso ha sido vital. Ir asimilando información constante.
La reflexión sobre cada plan de acción también me ha gustado mucho porque era capaz de sacar a la luz cosas sobre las que yo no había reflexionado. Finalmente tener un plan de acción y centrarse en algo me ha parecido muy bien… En plan, si puedes hacerlo todo genial, pero es suficiente si priorizas esto. En vidas ocupadas es imprescindible priorizar. De otra forma creo que me habría agobiado mucho.
Creo que de todo 2020, lo que más me ha hecho crecer ha sido realizar este proceso. Contar además con herramientas para cuando recaiga me parece vital.
Llevo 34 años arrastrando gran parte de todo lo que hemos trabajado juntas y he conseguido sanar heridas muy profundas.
Muchas gracias por todo. Ha sido maravilloso”.
Lucía Clausell
Lucía Clausell
“Antes era muy autocrítica y autoexigente conmigo. Era compasiva con todo el mundo excepto conmigo. Vivía oculta dentro de mi coraza sin mostrarme, por miedo a ser juzgada, a no ser válida, a no encajar, buscando la aprobación de los demás y buscando sentirme querida. Empezaba relaciones para no sentirme sola, sin valorar lo que yo quería, haciendo lo que yo suponía esperaba el otro de mí, sin escucharme y esperando que los demás hicieran lo que yo quería pero sin pedirlo.
Tenía diálogos “ficticios” en mi cabeza sobre cualquier situación, pensando preguntas y respuestas posibles según fuera surgiendo en la conversación, para poder tenerlo todo bajo control. Me costaba horrores decir que no y tomar decisiones. Me acoplaba a los planes y la vida de los demás, sin plantearme si me apetecían o me gustaban. No era capaz de pedir ayuda, y creía que podía sola con todo.
Vivía desconectada de mí misma. Me sentía perdida, triste, insegura y llena de defectos. Estaba cansada y frustrada de intentar ser perfecta.
Ahora empiezo a mostrarme como soy, mostrar lo que siento y pienso. He aprendido a decir que no, a no acoplarme sin antes escucharme. Detecto mis charlas “ficticias” cuando surgen, y las cambio por compasión hacia mí, y suelto el control. Soy capaz de pedir ayuda sintiéndome válida igualmente.
Me siento más segura y capaz de ir resolviendo las situaciones diarias de forma diferente. Me siento más amorosa y compasiva conmigo. Cuando tomo decisiones, me siento orgullosa de mí.
Lo más significativo para mí, es la relación y el trato conmigo misma, escucharme y hablarme con respeto y cariño ha rebajado enormemente la autocrítica y la autoexigencia. En mi relación con los demás, lo que más ha cambiado es que, al mostrar mi vulnerabilidad, recibo cercanía, cariño y comprensión, y eso me acerca más a la gente.
Estoy muy contenta de haber empezado a aceptarme y sobre todo de haber cambiado mi diálogo interno. Comprender que no hay ningún sitio de perfección al que llegar, y que todo está bien en mí. Y que mi vida es un aprendizaje continuo sobre mí misma.
Lo que más me ha gustado de Vanessa es su disponibilidad y cercanía durante todo el proceso. También que fuera ella la que me propusiera el plan de acción.
Personalmente para mí durante el proceso hubo muchos momentos de “buceo interior” duros y removedores. Y ahora los siento como un acto de amor hacia mi misma. Agradezco tu acompañamiento y profesionalidad. ¡¡¡¡GRACIAS!!!!”.
Alejandra Iribarne
Alejandra Iribarne
“Antes me sentía constantemente insegura, me machacaba muchísimo por cada cosa que hacía o qué decía y no me aceptaba ninguna emoción que no fuese estar bien y feliz. Esto me afectaba en todos los ámbitos, con amigas, en el trabajo, en la familia…
Después del proceso el cambio ha sido brutal. Sobre todo, podría decir que me acepto cada emoción y en cada situación, siempre, con todo y en cada momento. Si tengo una época más baja de ánimos no pasa nada, no me machaco. Esto me hace sentir segura conmigo misma, porque si estoy triste no pasa nada y si estoy nerviosa no pasa nada.
Ya no busco valoración en los demás para sentirme mejor. Me valoro yo misma, y si viene algún reconocimiento de fuera es súper bienvenido, pero tampoco tengo esa sensación de tener que agradecer ese reconocimiento.
El otro día estaba en la playa y de repente pensé: “oye, qué fuerte, que no me he parado a buscarme defectos sobre mi físico, desde hace tiempo no me fijo, no estoy obsesionada”. ¡No sabes qué liberación supone esto para mí!
En mi día a día, en el trabajo y con mis amigas participo, hablo y doy mi opinión sin problema. No me siento insegura y no me machaco si algún día hago algo mal. Me encanta porque me siento mucho más libre.
Respecto a Vanessa, lo que más me ha gustado es que ha dado en la clave desde el principio. Me ha ayudado a cambiar, me ha enseñado a quererme más, a valorarme, y que esto era un compromiso mío. Ella estaba ahí para guiarme, ayudarme, orientarme, analizar qué es lo que pasaba, me ha hecho ver y pensar de dónde venían todas esas inseguridades. Creo que para llegar al final del proceso es fundamental antes poder sanar esas “heridas” que podemos tener dentro.
Me ha encantado todo y estoy muy, muy contenta de mi proceso, no me arrepentiré jamás. Si tuviese que volver atrás y a elegir un proceso, elegiría mil veces más a Vanessa, ha sido increíble…”.
Mercedes
Mercedes
1Antes estaba bloqueada, atrapada en el pasado, temerosa del futuro y sin vivir el presente. Era muy exigente conmigo misma, con muchos “tengo que” y “debería”. No confiaba en mi misma, ni me escuchaba, ni me valoraba.
Me sentía insegura, tenía miedo, estaba enfadada, me culpaba por lo que sentía, estaba triste y perdida… Ahora me siento más segura de mi misma, confiada, satisfecha, alegre.
He aprendido a vivir en el presente e intento ver en el pasado experiencias que me ayudan a construir mi presente y futuro, no a anclarme en él. Voy experimentando que los cambios pueden ser positivos si yo busco lo bueno de la situación, porque no es lo que te pasa, sino lo que tú te dices sobre lo que pasa.
Me enfoco en lo que quiero, no me maltrato, si algo en mí no me gusta empiezo a buscar cómo poder cambiar, he aprendido a decir que no y a ser asertiva, escucho mis emociones… Cuento con recursos y herramientas para seguir adelante.
Sé que aunque me pasarán cosas que no me gusten, puedo cambiar la forma en cómo lo encajo. Ahora me fundamento en mi interior, no en el exterior. He aprendido que si lo que pasa no depende de mí, no le doy más vueltas, y si puedo cambiarlo, buscar la manera de hacerlo.
He aprendido que yo soy lo más importante para mí misma. Me quiero y cuido.
De lo que más satisfecha estoy es de empezar a salir de mi zona de confort en mis relaciones con los demás, de aprender a hacer cosas sola y de sacar a la Mercedes auténtica.
De Vanessa me ha gustado la relación que se iba formando con ella, cómo he ido abriéndome y descubriendo las “zonas oscuras” que estaba ocultando y que no me dejaban avanzar.
Los planes de acción estaban pensados para mis necesidades y me ayudaban a superar mis dificultades. Muchas veces me resultaba difícil hacerlos, sobre todo hacer cosas yo sola o proponer cosas a los demás, pero luego resultaban un reto y una forma de salir de mi zona de confort.
El material de lectura ha sido muy importante también, me ha dado muchas pistas y herramientas para conseguir mis objetivos.
La verdad es que me ha gustado todo y solo me queda darte las gracias por haberme guiado en este proceso y darme las herramientas necesarias para seguir trabajando en mi proceso de crecimiento interior. ¡¡¡¡¡Mil gracias Vanessa!!!!!
Cristina F.
Cristina F.
Empecé el proceso de Coaching porque me encontraba perdida después de una ruptura sentimental. Sentía que había perdido mi esencia, que ya no era Yo. Estaba triste… Había intentado salir adelante y me negaba a pedir ayuda, hasta que me di cuenta de que sola no podía.
Ahora, con el proceso ya terminado, me levanto con ganas de comerme el mundo. He remontado, soy mucho más fuerte, y sé dónde poner el foco de lo importante en mi vida personal.
Siento que vuelvo a ser Yo, la chica optimista, alegre, feliz… que se repone de los días malos (porque estos siguen existiendo), que ahora ya se atreve a levantar la mano cuando hace falta, o a dar un puñetazo en la mesa si hace falta también; y que además sabe bien cómo gestionar el daño que a veces nos pueden causar otras personas (intencionadamente o no).
El mayor cambio que he notado ha sido en la repercusión que tiene para mí, el ‘qué dirán’. No pesa tanto en mí lo que piensen otros, es más, no está por encima de lo que yo pienso. Me valoro muchísimo más a mí y a mis ideas.
¡Ahora puedo sacarme un café de máquina en vez un nesspreso aunque haya alguien delante! Y también estoy muy contenta de racionalizar ciertas emociones, desgranarlas y entenderlas para gestionarlas y poder actuar en consecuencia.
De Vanessa lo que más me ha gustado ha sido cómo se preparaba las sesiones, cómo tenía todo en mente incluso habiendo pasado meses de alguna frase o comentario que hice… Me llegó a conocer, y eso es muy bonito.
Darte las gracias; por confiar en mí, en que podía salir adelante y por guiarme. Que te mando un beso y un abrazo grande. Y que esto es un ¡hasta luego!
Silvia N.P.
Silvia N.P.
Comencé el proceso porque estaba en una relación sentimental en la que me trataban mal, y de eso era consciente. Además, tampoco me sentía bien en otras relaciones de amistad y familiares, aunque no lo tenía tan identificado y me fui dando cuenta poco a poco.
Conmigo misma era una persona muy exigente y perfeccionista, ponía siempre a los demás por delante de mis necesidades. Sentía que nunca era suficiente, que nunca era perfecta. Me sentía atrapada, incapacitada y que no podía salir de donde estaba.
Con el proceso conseguí dejar la relación que tenía, y sin duda eso es de lo que más satisfecha me siento. Además, me he alejado de algunas personas cuando he empezado a poner límites y a escucharme. Ahora mantengo relaciones mucho más satisfactorias para mí, y si tengo que lidiar con alguna situación incómoda, lo hago sin juzgarme, permitiéndome equivocarme, desde el amor y escuchando lo que necesito.
Gracias a todo esto ahora me siento tranquila y en paz conmigo misma.
El resumen sería que antes me relacionaba desde la necesidad de agradar a los demás y de ser perfecta, y ahora busco que me traten bien en las relaciones y me aporten seguridad, amor, cariño…
Lo que más me ha gustado de Vanessa es el cariño con el que me hablaba, la paz que me transmite y que me he sentido muy escuchada.
Lo que menos me ha gustado es la sensación de tener deberes entre sesiones. ¡Es lo que más me ha costado!
Nada más que decir. Simplemente ¡Gracias, Vanessa!
¿Tú también quieres conseguirlo?
Te invito a una primera sesión de valoración en la que te contaré cómo puedo ayudarte.
Estaré encantada de enseñarte.
Suscríbete gratis y llévate de regalo la guía “Los diez
pasos clave para mejorar mi autoestima”.
A. R. E.
A. R. E.
Empecé el proceso porque no podía más, sabía que necesitaba ayuda desesperadamente, la vida que estaba viviendo no era para nada la que yo necesitaba ni deseaba… Me sentía invisible, insegura hasta límites insospechados, decaída, intranquila, nerviosa, con la autoestima por los suelos.
Ahora todavía tengo altibajos, pero los acepto y sé a qué herramientas he de recurrir para sentirme mejor. Estoy más tranquila y soy más comprensiva conmigo misma.
Lo que más ha cambiado es mi forma de pensar, saber de dónde venían esas inseguridades y esos miedos y sentir que en mi esencia soy suficiente y valiosa.
De lo que más satisfecha estoy es de ser capaz de cambiar mis pensamientos para mejor gracias a las herramientas de trabajo tan certeras que he aprendido a manejar.
Estaba cansada de ir a psicólogos y de pasarme las sesiones hablando y hablando como quien se desahoga con un amigo. Con Vanessa he conseguido meterme en el camino del cambio gracias a mucho trabajo de campo, ejercicios y herramientas muy buenas que me ha proporcionado y que he puesto en práctica de cara a mi evolución hacia la nueva Yo que quiero ser.
No tengo ningún “pero”, realmente no creo que pueda haber ningún método mejor que el de Vanessa. Eso sí, es indispensable poner en práctica a rajatabla el plan de acción marcado en cada sesión conjuntamente con ella para conseguir el ansiado cambio.
Recomendaría a Vanessa una y mil veces. Con ella le encuentras sentido a todo lo que ocurre en tu cabeza, no hay nada que quede sin explicación. Compruebas tu evolución a medida que vas avanzando en cada sesión. Su trato cercano y eminentemente práctico consigue esa evolución. Muchas gracias por todo.
Inmaculada López
Inmaculada López
Empecé el proceso porque no estaba satisfecha con mi vida, vivía las cosas con angustia, malestar, miedos y me podían el perfeccionismo y el buscar la aprobación de los demás.
Me sentía sobre todo bloqueada, sin saber qué hacer para cambiar mi forma de ver las cosas o de vivirlas. También me sentía muy miedosa, sobre todo a la hora de actuar, hablar o tomar decisiones.
Ahora me siento feliz y satisfecha conmigo misma. Me siento más segura, confío en mí y creo en mis capacidades y en mis opiniones. Y, sobre todo, me cuido y me trato con cariño.
Soy capaz de comprenderme, de aceptar lo que siento, de quererme y de darme permiso para cuidarme y disfrutar, para ir más despacio. Creo que ahora no estoy tan pendiente de la opinión ajena y tomo las decisiones por mí misma. Además, tengo una actitud proactiva para hacer cosas buenas para mí (como comprarme una bici o ir a clases de canto o hacer yoga).
Sobre todo estoy satisfecha por haber cambiado mi modo de pensar y dejar de exigirme y tratarme mal. Y también estoy muy satisfecha de haber descubierto “la aceptación”. Creo que aceptarme y quererme me está ayudando a aceptar y querer a los demás.
De Vanessa, además de lo resolutiva y eficaz que ha sido, me ha gustado mucho que la propuesta de trabajo no fuera algo encorsetado, que hubiera flexibilidad para el tiempo de las sesiones y también flexibilidad para poder acudir a ella en cualquier momento. Y me ha parecido muy serio el trabajo que hace, tanto a lo largo de la sesión como durante los tiempos entre ellas. Y, sobre todo, creo que es muy positivo que sea algo totalmente práctico, con los planes de acción y los recursos que ofrece; son herramientas que van sirviendo después en el día a día.
No hay nada que no me haya gustado, ¡me ha encantado todo!
¡Mil gracias por acompañarme en este camino que tanto me ha hecho crecer! Te estoy muy agradecida, de verdad, sobre todo cuando me doy cuenta de cómo ha cambiado mi forma de pensar o de comportarme en ciertas situaciones y cómo me ayuda todo eso a vivir más feliz.
¡¡Gracias de corazón!!
Georgina
Georgina
Antes tenía todo lo que siempre había deseado y luchado por conseguir, pero notaba un vacío y no conseguía entender por qué. Empecé a ir a psicólogos y cambié muchas cosas de mi vida para lograr ponerla en orden, pero ni siquiera así conseguía sentirme en paz conmigo misma. Y cada vez que analizaba cómo había llegado a un punto de desgaste en el que no podía más, acababa llegando a la conclusión de que tenía muy poca autoestima, que me moldeaba en función de los demás, para ser la persona correcta, la que cae bien a todo el mundo, como una carcasa de quita y pon, pero nunca me sentía yo misma, y era agotador. Siempre tenía un “run-run” en la cabeza, como un zumbido constante que me repetía una y otra vez las cosas que había destrozado.
Ahora, gracias a estos meses, he conseguido ver las cosas desde un punto de vista más comprensivo conmigo misma. El simple hecho de hablarme como lo hago con mi hijo ha cambiado radicalmente mi salud mental, disminuyendo el ruido de ese zumbido y aprendiendo a escucharlo cuando aparece para saber gestionarlo mejor. Ahora sé decir que no cuando lo necesito y puedo hacerlo sin sentirme culpable. Siento que ahora sí que han empezado a cambiar cosas a mí alrededor porque me quiero y me valoro, y los cambios que necesitaba tenían que salir de mí, de la Georgina Auténtica.
Me siento más segura de lo que siento y no tengo miedo a comunicarlo, a mostrarme tal cual soy. Siento seguridad también ante esos momentos de malestar, es como que sé que tengo las herramientas para gestionarlo, para detectar qué emoción es sana y cuál viene provocada por ese “run-run” agotador. También me siento con más energía, no sé si por haber disminuido el “run-run” de la cabeza o porque siento que valgo para este trabajo y que me siento bien siendo quien soy.
Algo que ya esperaba que ocurriría antes de empezar es que al acabar definiendo la verdadera forma de Georgina era que algunos no se quedarían conmigo y quizás otros se acercarían. Pero lo que no imaginé es que yo misma me valoraría lo suficiente como para detectar relaciones que no suman, que desgastan, ser capaz de alejarme de ellas y de hacerlo de una manera serena. Es una sensación increíble. Por otro lado, las relaciones que tengo ahora las siento más puras, me llenan mucho más.
Antes de empezar tenía tantas cosillas que quería trabajar que me cuesta encontrar el logro del que me siento más orgullosa. Pero creo que el hecho de ser comprensiva conmigo misma, de ser capaz de abrazarme y darme yo misma el cariño que necesito, ha sido un logro que ha conseguido que encajaran otras piezas que me chirriaban, diciéndome cosas como “Georgina, está bien que llores, tienes derecho a hacerlo” me ha dado la fuerza para encarar muchas situaciones, me ha ayudado a conocerme mejor y a identificar mis emociones. Me siento conectada de nuevo.
De Vanessa, el hecho de saber que siempre ha estado allí, aunque no siempre haya contactado con ella, es algo que me ha dado mucho apoyo, y lo agradezco de corazón. Me ha encantado la manera de personalizar el proceso e ir viendo juntas hacia dónde nos llevaba, he trabajado cosas que no sabía ni que quería trabajar, solo porque han ido saliendo en algunas sesiones. Pero lo que más me ha gustado ha sido como, a través de preguntas sobre las cosas que yo decía, cosas que para mí eran triviales o carentes de significado, ha conseguido llegar a la raíz de mi problema de autoestima. Ahora ante algunas situaciones, hay veces que me digo “¿qué me diría Vanessa aquí?”, y excavo con las herramientas que me ha dado.
Mil gracias por todo tu apoyo y tu manera de hacerme ver las cosas con tanta claridad, has sido realmente un tesoro de mi vida.
Esther Sanz
Esther Sanz
“A pesar de haber hecho muchos trabajos con psicólogos y terapeutas, llevaba mucho tiempo, muchos años, que me sentía vacía. Solo me llenaba de cosas externas, dependía de todo y todos y me encontraba en continuos altibajos emocionales. Creaba relaciones tóxicas, por fijarme en parejas que alimentaban mi necesidad de cariño y de atención. No sabía estar sola, no empleaba tiempo en mí, y no sabía cómo sentirme mejor conmigo misma sin nadie alrededor.
Me sentía insegura, pérdida, anhelando y buscando cualquier cosa que me llenará. Eso me hacía vivir en una montaña rusa emocional y con la sensación de buscar, buscar y buscar.
Mi situación actual es muy diferente. Lo primero que he aprendido es que eso que busco fuera, solo lo encontraré dentro de mí, con mis logros, mis objetivos, mis días malos y buenos.
Por primera vez en muchos años, sé que la necesidad que sentía de cariño y afecto, proviene de heridas emocionales que pueden curarse, y entiendo lo que me llevaba a buscar en cualquier lado menos en mí misma.
Algo para mi principal en este proceso, fue trabajar la ACEPTACIÓN. Muchas veces es más fácil aceptar que vivir en continua lucha.
He conseguido sentirme libre, más segura de mí misma, más tranquila. Estoy aprendiendo a vivir desde mis deseos y no desde la necesidad y, por supuesto, todo fluye mejor y de manera más sana.
Me siento más feliz, y no por tener pareja, amigos, estar más delgada o tener lo mejor de cualquier cosa, sino porque me encuentro mejor conmigo misma, más llena de MI.
Mi logro mayor, en líneas generales, es sentirme más autónoma, más libre, más independiente emocionalmente hablando. Me siento más yo, y le doy espacio a las personas que me rodean de ser ellas mismas.
Mi carácter se ha estabilizado, y los días son más equilibrados, me despierto más contenta y no estoy en una montaña rusa emocional todos los días. Soy más consciente de todo desde mi esencia, no desde el ego. El diálogo interior mejoró y no me culpabilizo de todo lo que sucede a mi alrededor.
Ese vacío que sentía en mi interior es menor y por primera vez siento que soy más feliz sin parejas, solo conmigo y mi vida. Confío en MI.
Me está ayudando a crear MI VIDA, MI CAMINO, me ayudó a reencontrarme con mi intuición, que siempre la tuve muy desarrollada, pero me olvidé durante mucho tiempo de ella….
Lo que me hace sentirme más orgullosa de mí misma es haber sido capaz de encontrar el comienzo de un camino que me hace sentir más feliz conmigo y con los demás. Haber descubierto a una nueva Esther, (ella estaba ahí conmigo…pero yo no cuidaba de ella), capaz de crear su vida y tener la intención de que esa Esther se relacione desde el amor y el deseo, y no desde la necesidad de cubrir sus carencias.
De Vanessa diría que como ella misma te enseña y aprendes, lo aplica en su manera de trabajar. Nunca jamás me juzgó, ni mis actos, ni mis pensamientos, ni mis sentimientos, fuera lo que fuera, pero sí supo puntualizar en su debido momento sobre decisiones que yo quería tomar y que, por su experiencia y desarrollo laboral, no pensaba que me fueran a hacer evolucionar y ayudar en mi proceso. Para mí esto es muy importante, valoro mucho la sinceridad
Es cariñosa, cercana, centrada y está muy comprometida en el proceso.
Creo que es algo que cualquier persona debería hacer alguna vez en la vida, incluso sin heridas emocionales traumáticas, solo por el gusto de cuidar de sí misma y mejorar como persona. Nunca, en muchos años de terapias, me habían enseñado a quererme, valorarme, respetarme y confiar en mí. Tengo mil archivos, libros y reflexiones que guardaré para releer y recordar”.
Noelia
Noelia
“Antes de hacer este proceso me encontraba en una espiral bastante mala de no sentirme a gusto conmigo misma, y a su vez muy exigente y autocritica conmigo y con mi entorno más cercano. No sabía lo que era el valorarme o aceptarme y todo eran críticas y meterme caña de manera constante, lo que hacía que cada día me sintiera peor y más insegura, triste, agobiada y perdida. No me gustaba como era YO en aquel momento, pero por mí misma no sabía cómo podía cambiarlo.
Ahora he ganado en confianza, me valoro mucho más, y me acepto como soy sin exigirme. Me cuesta menos entender a los demás y no pongo expectativas que no dependen de mí. Soy más comprensiva, cariñosa y tolerante, me siento satisfecha conmigo misma, he aprendido a pedir las cosas con asertividad y a no sentirme mal por pedir. Miro más por mí y por mi bienestar y se cómo resolver mejor un conflicto.
Me siento muy satisfecha de a dónde he llegado, ha sido un trabajo constante y continuo, en momentos difícil, porque al final actuamos como hemos aprendido, aunque no fuera lo más correcto…
Así que me siento muy feliz de donde estoy actualmente, feliz conmigo misma por a dónde he llegado y feliz como sentimiento en general, como estado de ánimo.
Mi vida ha cambiado primero conmigo misma; porque me siento mejor con la Noelia actual, porque ha conseguido los objetivos que planteamos en un principio.
Con mi entorno; porque estoy distinta, soy más comprensiva y cariñosa, digo las cosas sin querer quedar por encima y soy más tolerante con las cosas que no me gustan tanto. Soy menos impulsiva y me siento y me perciben de otra manera.
Y sobre mi forma de pensar; considero que tengo más apertura mental. Me ayuda y sigue ayudando cada día practicar la asertividad, he ganado en autoestima, creo que también ha sido algo positivo para mi aceptar cada una de mis “partes”, ya que éstas y cada una de ellas forman parte de lo que soy yo.
De lo que más satisfecha estoy es de la aceptación, eso me ayudó mucho en un principio, porque partiendo de ahí me abrió los ojos en todo lo demás y, también, con los demás.
De Vanessa no sabría decir solo una cosa que me ha gustado… Me gustaban los ejemplos que me daba cuando yo le explicaba algo, porque me hacía ver las cosas desde otro punto de vista; el cómo me motivaba trabajando y me valoraba en cada sesión, las sesiones que se me hacían muy cortas y amenas, la paciencia que tenía cuando yo me bloqueaba, los “deberes” entre sesiones; que, aunque en un principio me costaban más, me di cuenta que al ser constante eso me ayudaba un montón.
Todo ha sido genial, no puedo decir nada negativo, o que echara en falta. Me alegro de leerte por casualidad en tu block y dar el paso de escribirte. A parte de por lo que fui a las sesiones, he salido con muchas cosas más. Ha sido todo un placer, te deseo toda la suerte del mundo y que sigas ayudando a tanta gente como lo haces”.
Miriam Pastor-Ruíz
Miriam Pastor-Ruíz
La situación en la que me encontraba ANTES del coaching era de inseguridad y de “marioneta”. ¡Me hablaba mal a mi misma y mi critico interno era muy fuerte! No había lugar a discusión. Si hacía lo que en ese momento estaba segura de que era lo que me apetecía y lo mejor para mí, mi critico interior me castigaba al día siguiente. Necesitaba siempre el OK de los demás. Si no era ese el caso, acababa haciendo lo que los demás sugerían, ya que ahí era donde estaba segura de que sería la decisión correcta.
Me sentía pequeñita y dependiente de los demás. Si alguien de mi entorno estaba de mal humor, el día ya iba mal para mí porque lo primero que hacía era pensar qué había hecho yo para que esa persona estuviera así.
Me sentía como una marioneta ya que mi estado de ánimo dependía de mi alrededor, olvidándome de que era en mi interior donde tenía que encontrarlo. Me sentía que no valía lo suficiente y que tenía que “ganarme” el amor de los demás. Si imagino a esa Miriam de ANTES de las sesiones de coaching, era como un hámster en la rueda, siempre trabajando y haciendo que los demás estuvieran bien… Y también un camaleón, siempre adaptándome a la personalidad de esa persona para hacer que las cosas fluyeran.
Mi situación ahora es completamente diferente. Aunque todavía me queda camino por recorrer, ahora automáticamente detecto esos “automatismos” que tenía y, sobre todo, me paro a pensar “¿QUE QUIERO YO?, ¿QUE PIENSO YO?”.
Pienso en mí, y aunque eso no quiera decir que siempre haga lo que yo quiera, sí que tengo presente que si me amoldo a otras personas es porque yo quiero, y no porque tenga que ser así. Ahora me doy cuenta que yo no soy ni mejor ni peor que otra persona, pero soy igual de valida… Al fin y al cabo, ¡todos fuimos los espermatozoides mas espabilados! 😊
Me siento LIBRE, EMPODERADA y FELIZ. Me siento acompañada aunque esté yo sola, porque yo misma me doy eso que necesito. Siento que tengo el control de las cosas que quiero y que puedo decir lo que pienso o lo que me apetece sin ese miedo de “buff, le va a sentar mal”. Estoy aprendiendo a respetarme y a perdonarme y, sobre todo, a tratarme con MUUUUCHO cariño.
Ya que yo misma me respeto más y me siento igual de válida que la persona que tengo delante, noto que los demás me tratan con más respeto. Noto que tengo mucha más libertad al decir las cosas y que me “atrevo” a hablar más con gente que no conozco. Tengo muchísima más confianza en mí misma, hasta el punto de querer atreverme a crear mi propio negocio. ¡¡Me siento motivada y capaz!! Siento que YO también puedo realizar mis sueños, y lo más curioso de todo es que NUNCA había pensado que yo también podía tener un sueño… ¡pero parece que sí!
Respecto a Vanessa, me ha encantado su estilo de llevar las sesiones. Me entendió desde el momento 0 y me sentía segura de poder explicarle las cosas, ya que sabia que lo iba a entender e iba a dar en el clavo.
Me ha gustado mucho la transparencia con la que me hablaba y también el seguimiento entre sesiones. Me gustó mucho la flexibilidad de un día en el que yo me sentía fatal y no era día de sesión oficial, que ella estuvo ahí para darme las pautas y me ayudó muchísimo.
Me gustaron mucho los ejercicios que hacíamos durante las sesiones. Tengo que decir que yo no creía mucho en este tipo de ejercicios (meditaciones) pero me di cuenta de que si. Que ayudan, ¡y MUCHISIMO! Con Vanessa pude dejar ir mis sentimientos (he estado en diferentes psicólogos y nunca me he atrevido a llorar en “publico”) porque ella me daba esa confianza para poder expresar del modo que yo necesitaba lo que sentía en ese momento.
He disfrutado muchísimo trabajando con Vanessa y, sobre todo, de ver que ¡SI QUE SE PUEDE! Ha sido un PLACER ENORME.
Amparo Vargas
Amparo Vargas
“Antes mi situación era difícil y triste. Dependía de lo que pensaban los demás de mí y todas mis decisiones eran en función a ellos. Me sentía siempre agobiada, me exigía todo el rato, no me perdonaba ningún fallo y me comparaba con todos los que me rodeaban”.
“Ahora mi situación es de mucha tranquilidad, libertad y felicidad. Me siento libre, me siento orgullosa de mi misma y me siento independiente de lo que piensen o hagan los demás. Me siento capaz de todo lo que me proponga”.
“Mi vida ha cambiado en todo, ahora sé que mi felicidad depende de mí, que soy yo la que decide lo que quiero hacer y sentir. Ahora sé que no hay nada más importante que yo, no hay nada más importante que ser feliz y poder decidir. Soy capaz de decir que no y no sentirme culpable y soy capaz de aceptar que los demás me digan que no, sabiendo que no tiene nada malo”.
“No ha sido fácil llegar a darme cuenta de todo lo que sé ahora y estoy muy satisfecha de todo. Pero si tengo que resaltar algo, es una de las cosas que más me torturaba antes y que ahora es lo que más feliz me hace: la libertad de decidir y el ser independiente de lo que opinen los demás de mí”.
A. Ll.
A. Ll.
6″Antes del proceso no me conocía y sentía que no era yo la que movía las riendas de mi vida, sino que me iba adaptando a lo que creía que los demás esperaban de mi.
Me sentía que no vivía la vida que quería vivir. Como un camaleón cambiando para intentar agradar. Y eso provocaba igualmente un desconocimiento de mí, de mis creencias, valores, de lo que yo era…
Ahora siento que ya no soy una marioneta, sino que mis actos y acciones dependen de mí misma. Me noto, sobre todo, más serena y más acorde entre lo que siento, pienso y hago.
Mi vida ha cambiado en que me siento más plena y mis relaciones son más auténticas… Además de que me relaciono desde mi Ser.
De todos los logros, el que más me satisface es que cuando termina el día me siento relajada y en paz conmigo misma.
Me ha gustado de Vanessa que tiene unas líneas muy claras de actuación. Está muy pendiente y tiene un montón de herramientas que consiguen extraer lo mejor de uno mismo.
Siento que este proceso ha sido determinante en mi vida, que me he reinventado a mí misma”.
Ana Ballester
Ana Ballester
6“Antes del proceso de Coaching estaba con la autoestima por los suelos. No me valoraba nada, siempre buscaba la aprobación de los demás y era súper exigente conmigo misma, siempre intentando ser perfecta en todo.
Me sentía perdida, muy triste y muy dolida con ciertas personas. Y, sobre todo, no tenía ni idea de por qué era así, de por qué me había pasado todo aquello. No sabía lo que me pasaba.
Con el proceso de Coaching he ganado en confianza y he descubierto el porqué de todo aquello. Ahora sé dónde mirar. He dejado de sentirme una víctima y he asumido mi parte de responsabilidad en lo que pasó.
He aprendido a quererme más, algo que antes no sabía hacer, y he dejado de buscar la aprobación de los demás y de intentar ser perfecta. Ahora me gusto mucho más y me siento más libre, como si me hubiera quitado un gran peso de encima.
Respecto al proceso, me siento satisfecha de muchas cosas. En primer lugar, de haber conseguido aceptar mis sentimientos negativos. Ahora me permito sentirme mal, triste, decepcionada…. Ya no me da miedo. Me doy permiso y el tiempo que haga falta, y ya está, se va solo…
También estoy muy contenta por haber tomado conciencia de mi dialogo interno. Ahora yo dirijo mi mente y no ella a mí. He aprendido a ser más comprensiva conmigo misma y a tratarme mejor.
Además he tomado conciencia de varias creencias limitantes que he podido sanar, he aprendido a perdonar y he ido superando poco a poco ciertos miedos y vergüenzas…
De Vanessa me ha gustado mucho lo cómoda que me he sentido hablando con ella desde el principio y sin conocerla de nada. Y lo mucho que me ha hecho cuestionarme creencias que para mí eran auténticas verdades. También, ahora, cuando pienso algo de alguien, ya no lo doy por hecho sino que me planteo que quizás esté equivocada en lo que pienso sobre la actitud de esa persona. Cosa que antes nunca hacía.
Creo que es una magnifica Coach y que sabe escuchar muy bien, lo cual es una cualidad que muy poca gente tiene. Me alegro mucho de haber contactado con ella porque me ha ayudado de verdad… A ser mejor y a ver la vida desde otro punto de vista, cuestionándome cosas que antes ni se me pasaba por la cabeza que podían ser diferentes”.
M.P.
M.P.
“Desde que hice el proceso de Coaching estoy muchísimo más tranquila y disfruto de la vida. Tengo claridad sobre ciertas cosas que quiero y que no quiero en mi vida. No me castigo por lo que no sé o lo que no hago. Se han terminado los “deberías”. Tengo una vida muchísimo mejor. Ya nada va a volver a ser igual (¡afortunadamente!), ¡me ha cambiado la vida!
Antes me sentía muy perdida y desorientada, sin saber qué hacer… Tenía prisa por llegar a un sitio o a algo que no sabía lo que era… Esa falta de conocimiento había hecho que perdiese la confianza en mí misma y que mi autoestima llegase a uno de los puntos más bajos en mi vida. Sentía que me cambiaría por cualquier otra persona, que ser yo no tenía ningún valor.
Ahora todo en mi vida ha cambiado. Poco a poco he empezado a ver todo con más amor y eso influye en mí y en mis relacione1s.
Pero sin duda de lo que me siento más satisfecha es de quererme más. ¡Me da tanta tranquilidad y paz! Ahora me conozco mejor, me respeto, me acepto, me mimo y me perdono más. Y también mimo y perdono más a los demás. A mayores la vocecita negativa que tenía en mi cabeza (ese run-run constante que a veces me torturaba) se ha acallado tanto que a veces ni lo escucho.
Del proceso me ha gustado todo, pero destacaría el hecho de que Vanessa me ha hecho sentir muy cómoda y jamás me he sentido juzgada. Hace que todo sea muy fácil. Además se preocupa por crear un plan de trabajo que sea motivador, lo cual ayuda muchísimo a cumplir objetivos y sentirse bien con una misma. Nunca me he sentido sola en el proceso, ¡ella siempre está disponible! :-).
Al principio es difícil ver cómo va a funcionar el proceso. Y si eres una persona que lo cuestiona todo, como yo, aún peor. He visto que hay que confiar y dar tiempo a la semilla que se planta en cada una de las sesiones para que crezca poco a poco… La transformación es sorprendente.
Espero que mis palabras sean de ayuda para los que están considerando un proceso de Coaching. ¡Yo no lo cambiaría por nada! Es increíble lo que uno puede mejorar en tan poco tiempo. ¡Todavía hay días en los que me sorprendo! Seguramente hay más rutas que llevan a la misma meta pero dudo que sean más rápidas que tener un coach. Le recomiendo Coaching con Vanessa a todas las personas que estén dispuestas a cambiar su vida”.
¿Tú también quieres conseguirlo?
Te invito a una primera sesión de valoración en la que te contaré cómo puedo ayudarte.
Pilar G.
Pilar G.
He experimentado un gran cambio en la dinámica que tenía establecida con mis relaciones personales, siempre desde la complacencia, de estar para todo, de olvidarme de mí, en definitiva… He logrado ponerme a mí en el centro de mi vida y a la vez seguir estando para mis amistades, familia, etc., pero ya no desde la autoexigencia que me imponía, y eso me ha proporcionado relaciones más sanas, e incluso siento de alguna manera un mayor reconocimiento.
Estoy satisfecha de aprender a quererme, de cuidar de mi niña y sanar situaciones del pasado. De sentirme bien cuando pongo límites o priorizo mis necesidades, de dejar de estar eternamente preocupada, de dejar de autocastigarme y sentir que soy suficiente y capaz.
De Vanessa me ha gustado, sobre todo, que he conectado desde el primer día con ella, y eso es en ocasiones es difícil, aunque sea el/la mejor profesional no siempre se consigue. Esto me ha permitido abrirme y poder trabajar todos mis objetivos, porque no siempre es fácil contar a un “extraño” tus necesidades más intimas que muchas veces no has compartido con nadie más.
He conectado mucho con su forma de trabajar, nunca desde el juicio, siempre desde la comprensión, con ejercicios muy prácticos y asumibles que no me han generado para nada sobrecarga, todo lo contrario. He disfrutado mucho con todos los planes de acción y cuando no he podido asumir alguna tarea he sentido tranquilidad porque no he tenido nunca la sensación de que fuera una obligación “tipo deberes”, siempre ha respetado la situación que tuviera en ese momento y mis tiempos.
Si tengo que resaltar algo en especial, me ha gustado mucho que realmente es un trabajo individual, eso se percibe en la intervención profesional, cuando sientes que las sesiones están diseñadas y pensadas solo para ti y no “de manual que puede servir a cualquier persona”, porque esa sensación si la he sentido con otro profesional de la psicología con quien mantuve sesiones.
Yolanda
Yolanda
Antes del proceso vivía una situación inestable, con muchos altibajos en mi relación de pareja. Me sentía insegura, con poco control sobre mis emociones, no me entendía.
Ahora he retomado mi relación de pareja y me siento más tranquila, más segura de mí, con más confianza en mis potenciales, más decidida a iniciar cosas nuevas, menos temerosa de atreverme por miedo a mis reacciones.
En este tiempo me he abierto más a los demás, gestiono mejor mis emociones, escucho más, felicito más, intento mostrar más cariño, me preocupo por los demás, soy más comprensiva, juzgo menos, empatizo más, estoy más tranquila en general.
De lo que más satisfecha estoy es de querer conocerme más, aceptarme con mis luces y mis sombras. De poner un poco de luz a las emociones que me descontrolan y gestionarlas un poco mejor.
He tenido la sensación durante todo el proceso de que Vanessa se tomaba interés en leer lo que yo escribía, se acordaba de los nombres de mis hijos, mi pareja, se acordaba de detalles de lo que yo reflejaba. En ningún momento se confundió contándome algo que no tuviera que ver conmigo y eso me dio mucha tranquilidad y me mostró que realmente le importaba lo que yo escribía. Se acordaba de frases que yo decía, etc.
Me ha gustado mucho que en ningún momento me ha dicho lo que tenía que hacer o decir a alguien, o ante alguna circunstancia, o cómo debía reaccionar. Me ha preguntado, me ha hecho que reflexionara y me ha guiado para que fuera yo la que buscara el camino que creía que podía seguir.
Me ha gustado que me mandara tareas para poder trabajar de forma continuada y poder profundizar y observar mis comportamientos.
No solamente he trabajado yo en este proceso, Vanessa ha trabajado conmigo y se ha esforzado para sacar lo mejor de mí, y eso es de alabar. Su implicación en su trabajo ha sido total. Estoy muy contenta.
Me llevo muchas cosas buenas de este proceso, todo positivo sin duda, estoy muy contenta de haberte encontrado en mi camino.
Silvana
Silvana
Antes no me valoraba, no me quería. Me sentía insegura, pesimista, dudando de mis capacidades, sin saber lo que quería y, por lo tanto, sin elegir pensando en lo que yo quería. En resumen, no me tomaba en cuenta para nada.
Me sentía mal, triste, incapaz de darle un rumbo más positivo a mi vida. Sentía que había tocado fondo, que estaba estancada y que no disfrutaba de la vida.
Ahora me quiero a mí misma, veo lo valiosa que soy, lo maravillosa que soy aunque cometa errores. Me siento feliz conmigo misma y con la vida. Además, tengo la convicción de que puedo conseguir lo que proponga.
Me siento feliz, animada, alegre, optimista, segura, hermosa, que me quiero y me valoro y, a la vez, me siento querida y valorada por mis seres queridos.
Ha cambiado mi vida porque soy otra persona, una persona que se quiere, se valora, se escucha y se respeta a sí misma.
Han cambiado mis relaciones porque el foco ya no está en ellos(as), sino que está en mí. Ahora observo mi relación hacia ellos(as) y no la relación de ellos(as) hacia mí, o también, pero en primer lugar me miró a mí y como me siento en esa relación.
Ha cambiado mi forma de pensar en que me veo protagonista de mi vida, me veo como la Silvana que toma decisiones, que se la juega aunque sienta que existen dificultades. Ha cambiado mi forma de pensar en que yo no valgo menos.
De lo que más satisfecha me siento es de internalizar el derecho a equivocarme. Es lo máximo para mí, porque pensar que no tenía que equivocarme me hacía sentir muy mal. También el mirar qué es lo que quiero en cuanto a una relación de pareja o cuando estoy conociendo a alguien, el escucharme y decir lo que pienso. Asimismo, decir lo que pienso en el ámbito laboral.
De Vanessa me gustó llevaba un registro de todo lo que decía en las sesiones y luego, se continuaba avanzando a través de un correo electrónico, con una frase que lo encabezaba y la cual volvía a leer muchas veces hasta la próxima sesión. Ese correo electrónico lo esperaba con ansias, era muy motivador para mí.
Además me gustó mucho su sinceridad y lo clara para hacer ver las cosas, que en varias ocasiones, yo veía de manera equivocada.
Una vez más dar a conocer lo infinitamente agradecida que estoy de conocerte, de que hayas sido mi Coach, de toda tu dedicación y entrega, de todos tus conocimientos y sabiduría, me has cambiado la vida positivamente. ¡Muchas gracias!
Diego
Diego
“Antes estaba poco consciente, como viviendo en piloto automático, sin mucha empatía hacia los demás, pero, sobre todo, lleno de heridas que ni siquiera podía identificar. Por lo tanto, buscaba satisfacer mis “necesidades” o mis “carencias” con estímulos externos, con personas externas. E inclusive, ¡¡nunca alcanzaba!!
Sufría, porque ni siquiera podía aceptarme a mí mismo.
Ahora estoy bien, estable, sin tantos altibajos como antes tenía, me siento empoderado, mucho más consciente. Con más herramientas para identificar, leer y entender lo que va aconteciendo. Puedo entenderme más, reaccionar menos, callar más. Puedo escuchar, y ver con un poco de desapego lo que va sucediendo.
Me siento en calma, con una “caja de herramientas” conmigo, como si me conociera más y fuera más sabio, más grande, para transitar lo que viene.
Tengo una vida más sana en todos los ámbitos: en la salud física, en mis horarios, en mi forma de vincularme a los demás. Me cuido más, me quiero más. Me levanto más pronto, con más ganas. Me dedico tiempo a mí mismo, con más conciencia. Disfruto estando conmigo.
Estoy muy satisfecho del desapego emocional, de estar bien conmigo mismo, sin buscar estímulos externos que me “den” la felicidad.
Siempre me gustó de Vanessa su forma de aceptar, de naturalizar, de tomar todo lo que traía, lo que le iba diciendo, lo que quería trabajar. Siempre con mucha naturalidad y con pies en la tierra. Nada esotérico. Como si hubiera una espiritualidad, pero con los pies en la tierra.
¡¡¡G R A C I A S!!!”.
Ariane
Ariane
“Empecé el proceso de Coaching porque sabía que necesitaba ayuda para sentir más orden en mi vida y que había cosas que mejorar en cuanto a mi autoestima y sentido de valía personal. Sentía que no era suficiente, y no veía la manera en que podría sentirme orgullosa de mí misma.
Me ha servido muchísimo este proceso de Coaching, de hecho ha sido invaluable. Resolví mi problema de autoestima y me di cuenta de dónde venía mi sentir que no valía. También me he dado cuenta que cada quien actúa en función de sus propias circunstancias, carácter y pensamientos. Es muy liberador.
Me siento mucho más “empowered” de hacer mis propias elecciones con respecto a mí misma. Tengo más claros mis valores y actúo más en función de lo que me da gusto y de lo que sé que me hará bien.
Con respecto a mi esposo, me atrevo más a decirle lo que pienso. También tengo más claras nuestras diferencias de carácter y de prioridades, lo que me ayuda a estar más en paz y no reaccionar, sino más bien entender y lograr un buen entendimiento y resultado respetándome a mí y a él.
Con respecto a mí me ha encantado redescubrir lo que me hace feliz, lo que me trae alegría, y vivirlo en mi día a día. Fue como una actualización de quién soy y de mis gustos y preferencias actuales. Busco más mi bienestar, no lo doy por hecho y ahora sé que es algo que se puede procurar activamente. He aprendido a escucharme y por ende a estar más atenta a los demás también de manera más relevante.
De lo que más satisfecha estoy es de haber logrado quererme. Este era el principal objetivo por el que busqué el Coaching contigo y lo logré.
Me ha gustado mucho que con tan solo 8 sesiones se ha podido enfocar en lo importante y relevante. Me pareció que con tu experiencia pudiste enfocarte en lo más relevante y eso ayudó a avanzar mucho y de manera ideal.
Me han encantado y servido infinitamente los recursos que me enviaste, gracias a eso pude asimilar mejor y con más profundidad los mensajes. También los ejercicios a hacer entre una sesión y otra fueron muy poderosos y me enseñaron nuevas maneras para ayudarme a reforzar mi autoestima.
Quiero agradecerte mucho otra vez el haber podido seguir este proceso de Coaching contigo, Vanessa. Definitivamente es una experiencia que me ha ayudado en mi vida y para la vida”.
A.L.
A.L.
“Antes del coaching me reprochaba muchas cosas a mí misma. Si me peleaba con alguien, me culpaba por no ser más relajada. Si me sentía triste por algo, me culpaba por ser tan sensible. Eran muchas cosas que juntas se hacían pesadas de llevar. Eso me hacía sentir triste e insegura.
Ahora he aprendido a aceptarme cómo soy, a identificar esos rasgos como cosas buenas o simplemente como parte de mí. Al aceptar estas cosas, automáticamente se genera confianza y al tener confianza se mejoran aspectos de mi vida (trabajo, relaciones, proyectos del futuro). Me siento bien, siento que soy yo, que soy auténtica.
Ha cambiado que volví a “tomar las riendas” de mis decisiones, que puedo asumir riesgos y equivocarme, ser más espontánea y decir las cosas que pienso, no cuestionarme cómo soy o por qué hago las cosas, sino hacerlas porque quiero y confiar en mí.
Me gustó de Vanessa que es muy amable, su manera de decir las cosas, de explicar, de darte confianza. Al mismo tiempo de acompañarte en el proceso y aparecer de vez en cuando para saber cómo vas. Me gustó que fue un proceso divertido, cada sesión era diferente y con tareas diferentes.
Espero que sigas teniendo muchas personas a quien coachear y ayudar :)”.
Marta González
Marta González
6“Antes de hacer el proceso de Coaching estaba perdida, sin rumbo y muy hundida, incapaz de seguir adelante con mi vida. Sumida en el caos y en manos de las decisiones de los demás.
Me sentía muy triste, pequeña, insignificante, asustada, nerviosa, sola, enfadada… Muy desgraciada. Solo sentía dolor, un gran dolor y nada más.
Con el proceso he ganado confianza en mí, he comenzado el proceso de encauzar mi vida y tengo las herramientas para poder continuarlo.
Estoy más tranquila, veo y valoro las cosas buenas que tengo, que son muchas. Me siento más optimista, más capaz, con ganas de vivir mi propia vida. Confiada, en la vida y en mi misma. Incluso las personas a mí alrededor también están cambiando su actitud hacia mí porque dicen que me ven “mejor”.
Siento que he crecido, que me he vuelto sabia. Veo todo con más claridad. Ahora sé que puedo ocuparme de mí, que mi vida y mi felicidad dependen de mí y que yo puedo elegir mi actitud frente a las situaciones y las personas.
También me doy cuenta de que tengo fortaleza, de que puedo pararme, resolver lo que pueda, no culparme por lo que no y continuar. Ya no intento ser perfecta en todas las ocasiones ni me lamento por las pequeñas cosas que no tienen solución. Creo que todo es más sencillo de lo que lo era antes.
Estoy satisfecha de estar donde estoy, de haber llegado hasta aquí, de haber seguido respirando a pesar de no querer, de ser capaz de dar otra perspectiva a algunos problemas, de ver el camino recorrido y el que me queda por recorrer, de mi actitud de lucha y de mi esfuerzo, de ser sincera conmigo misma… En definitiva, de estar cada vez más cerca de la persona que quiero ser”.
Rosa Claverol
Rosa Claverol
“Antes del proceso estaba bastante angustiada, con ataques de ansiedad y la relación con mi madre era muy tensa, lo mismo que con una de mis hermanas.
Ahora me siento más yo, he vuelto a cantar, parece que el humor ha vuelto de verdad a mi vida, me puedo ver a mi misma en ocasiones, no me tomo lo que digan o hagan los demás como algo personal, y eso me deja verlo desde su punto de vista.
Noto que estoy más segura, en el sentido de que puedo admitir que me he equivocado y mis relaciones son más fluídas. Es como si mis orejas se hubieran abierto y puedo escuchar lo que está detrás de las palabras. Ahora el que otro no coincida conmigo ya no me genera ansiedad.
Lo mejor de todo ha sido el darme cuenta de que yo también cuento, de que he de cuidarme bien. Ha sido una sorpresa y es fácil de entender: ¡¡¡¡si yo estoy bien lo de alrededor también!!!!
Respecto al “cómo” del proceso, me ha encantado que el trabajo estuviera bien estructurado, pautado en función de mis progresos, y que hubiera deberes con los que comprometerse. Esto hace el trabajo más efectivo.
Me ha gustado mucho todo el proceso, y más con los resultados obtenidos, esto sigue dando sus frutos. Muchísimas gracias Vanessa por estos meses de trabajo, no esperaba que los resultados fueran tan buenísimos”.
Elsa García
Elsa García
“Antes del coaching tenía problemas frecuentes en mis relaciones con los demás. Me sentía incómoda cuando estaba en grupo y tenía la sensación de que nunca me podía relajar ni ser cómo yo soy porque la gente me juzgaría o no aceptaría mi forma de ser. Siempre le daba vueltas a situaciones que tenía en el día a día cuando interactuaba con otras personas.
También me era difícil tener una estabilidad en mis emociones y no sabía cómo expresarlas con claridad. Le daba muchas vueltas a las cosas y no aceptaba que no todos los días puedo estar igual de bien.
Ahora me es fácil relacionarme con otras personas, incluso con desconocidos o gente con la que no coincido muy a menudo. Me es mucho más fácil estar en grupo y rodeada de mucha gente.
Estoy más estable a nivel emocional y ahora expreso mucho mejor lo que pienso y lo que siento. También he mejorado la imagen que tenía de mí misma y ahora me valoro y respeto mucho más que antes. Ya no le doy tanta importancia a cosas que no la tienen ni le doy tantas vueltas a todo.
En general, me siento mucho mejor conmigo misma, más relajada y más a gusto. Cuando estoy con gente soy más yo misma que antes y no estoy continuamente pensando, simplemente dejo que la situación fluya sin más.
Ahora disfruto más de las cosas y estoy mucho más centrada. Me siento como más yo misma y más liberada que antes.
En mis relaciones estoy mucho más a gusto y creo que las disfruto y las valoro más. También valoro mucho más el tiempo que dedico a ciertas cosas y personas, ahora intento dedicárselo solo a la gente que es importante para mí y me hace sentir bien.
Diría que mi forma de pensar ha cambiado casi del todo, ahora me centro más en las cosas importantes y del resto intento pasar lo más que puedo.
Estoy especialmente satisfecha de que ahora no le doy tantas vueltas a las cosas ni tanta importancia, estoy más relajada y simplemente dejo que las cosas pasen sin volverme loca pensando como antes. También de valorar mucho más las cosas buenas que tengo y no centrarme tanto en las “cosas malas”.
De Vanessa me ha gustado que me ha escuchado sin que me sintiera juzgada en todo lo que le he contado y siempre ha intentado ayudarme en todo lo que me preocupaba o era difícil para mí. Creo que me ha sido muy útil el proceso de coaching, mejor de lo que esperaba, ya que me ha ayudado a cambiar cosas que ni siquiera iba con intención de cambiar”.
Ana
Ana
“Cuando decidí hacer el proceso de Coaching tenía la autoestima bastante baja y muchas inseguridades. Me sentía mal porque no acababa de ser feliz teniéndolo todo para serlo.
Ahora me valoro más, y he encontrado la forma de ir mejorando cada día con todo lo que hemos trabajado. Me siento más satisfecha de mi misma, valorando cada día lo que tengo, aceptando todo lo que me rodea, e intentando ser más positiva, tolerante, asertiva.
Ahora no le doy tanta importancia a lo que proviene del exterior. Valoro más lo que tengo y mis pequeños logros diarios. Acepto mejor las críticas, y no dejo que me afecten comportamientos o comentarios que antes me robaban mucha energía.
Lo más importante para mí, de todo lo que he conseguido, ha sido quererme más y estar más conforme conmigo misma y con los que me rodean.
Me ha gustado cómo trabaja Vanessa porque ha abordado cada necesidad que he presentado en cada sesión abarcándola con la objetividad y herramientas necesarias para hacerme entender donde estaban mis creencias limitantes o erróneas y trabajar según sus indicaciones para superarlas. Estoy muy agradecida de que se haya cruzado en mi camino y que me haya ayudado a valorarme y quererme mucho más de lo que lo hacía”.
¿Tú también quieres conseguirlo?
Te invito a una primera sesión de valoración en la que te contaré cómo puedo ayudarte.
Eli Jurado
Eli Jurado
“Antes de hacer el proceso de Coaching estaba pasando una mala época, una temporada de ansiedad que venía durando unos meses y que me resultaba difícil controlar.
Me sentía asustada, y cansada. Temía por mi salud, temía por mis hijos, sentía culpa de no ser capaz de mejorar y de estar haciéndoselo pasar mal a mi familia. Estaba en un estado permanente de vigilia por el qué pensarán o dirán de mí si…
Ahora estoy más tranquila y, sobre todo, más abierta a entenderme y a aceptarme, a mí y a los demás.
Para mí ha sido muy importante darme cuenta que no soy lo que pienso y que para intentar cambiar algo de mí que igual no me gusta del todo es necesario aceptarme tal cual soy, en todas las versiones de mi yo. Lo que más me sirvió fue comprender que lo que iba buscando era un “YO IDEAL” y que no había nada de malo en mí.
He cambiado en la forma que tengo de mirar las cosas. Hago las cosas por mí y no pensando en el qué dirán. También intento no juzgar a los demás, y eso me aporta paz.
Estoy especialmente satisfecha de haber tenido el valor de mirar hacia dentro y de ser capaz de quererme sin sentirme culpable por ello.
De Vanessa me ha gustado su compromiso, su organización y su capacidad de motivar para el cambio. Su voz, que me transmite mucha paz, y su disponibilidad.
Espero que siga haciendo lo que se le da tan bien hacer, ayudando a los demás a crecer y a conocerse. Que siga disfrutando con ello y que nos siga regalando esas reflexiones que tanto nos ayudan. Se muy feliz, Vanessa”.
Cristina Sanz
Cristina Sanz
“Cuando comencé el programa de Coaching venía de un proceso bastante largo de falta de esencia, de confianza en mí, de inseguridad por muchas cosas y personas, y de dedicación excesiva hacia afuera… Sentía que no sabía dónde estaban los límites de las cosas, de mi relación con las personas y en el ámbito social y personal. Quizás era ya todo un avance saber qué me faltaba, aunque en ese momento ni eso valoraba…
Ahora me siento grande y me siento con ganas de ir hacia adelante. Soy feliz a pesar de mis días y mis noches porque ahora valoro muchas más cosas que, aunque antes estaban, no las veía.
He aprendido a suavizar las cosas, especialmente en el grado de exigencia conmigo misma y que también se veía proyectada inevitablemente hacia los demás. Eso me hace vivir más tranquila, razonar y gestionar mucho mejor las cosas, e incluso a dar mucho más de mi sin sentirme tan decepcionada, como me pasaba antes. El respetarme y ser fiel a mí misma me lleva a hacerlo también con los demás.
Todo esto me ha llevado a sentirme más segura en mis relaciones, laborales y personales, y a vivir con menos tensión las situaciones.
Sobre todo estoy muy contenta de haberme liberado, en el sentido de creer más en mí y sentirme más libre en muchas situaciones. Y también de haber evolucionado en los apegos, porque eso me ha dado más libertad para decir no o para escoger mis preferencias.
De Vanessa me ha gustado esa facilidad para ofrecer confianza y que tuviera esa sensibilidad para percibir ciertas cosas en mí. Su manera de escuchar y de entender ha hecho que me resultara fácil expresarme, en especial a mí que me cuesta tanto abrirme.
Cuando empecé esto pensaba en cómo, después de todo el trabajo de esos meses, mantener todo lo aprendido sin la necesidad del apoyo de la persona que me iba a ayudar. Hoy no me lo planteo, hoy sé que está en mí. Sé que tendré que seguir trabajando y que necesitaré apoyos siempre, pero también sé que puedo seguir hacia adelante sin dudas”.
Lucía
Lucía
“Antes del proceso de Coaching estaba en una situación de vacío, sin entender porque había tomado ciertas decisiones, por diferentes miedos, por miedos a cosas irreales que ni siquiera aparecieron o han aparecido… Sentía una mezcla de tristeza, de miedo a lo desconocido, de falta de confianza en mí….
Un día un amigo me mando un enlace de una de las publicaciones de Vanessa, y fue cuando decidí contactar con ella y empezar las sesiones.
Después del proceso me siento “más fuerte”. Consigo ver el lado bueno de las cosas… Por decirlo de alguna manera, doy “la vuelta a las cosas” y cada vez estoy más segura de que las cosas pasan por algo… Procuro sacar mi lado bueno más a menudo… O al menos el que yo considero… Y de momento me funciona bastante bien… Y ante conflictos consigo frenar mis impulsos, y pensar y analizar antes de actuar, e intento ver que es lo que se me está poniendo en juego, comprenderlo y aceptarlo…
Sin duda de lo que más satisfecha estoy es de que veo que me quiero más que antes, que merezco la pena.
De Vanessa me ha gustado mucho la empatía y la comprensión que ha mostrado conmigo siempre… Pero lo que más me ha gustado es que cuando la he necesitado, porque me sentía mal, le he escrito y al momento me ha respondido para ayudarme. Eso lo valoro mucho.
También le agradezco mucho lo que me ha ayudado en mi relación de pareja. Ahora tengo una relación muy estable y me siento muy considerada por él. En cierto modo se lo debo a ella y le deseo lo mejor de corazón, que siga ayudando a mucha gente por mucho tiempo”.
Marta Soler
Marta Soler
“Cuando comencé el Coaching acababa de tomar importantes decisiones, sentimentales y profesionales, que me cuestionaba con cierta frecuencia.
Además dependía mucho de la opinión de terceros y en encuentros con amigos participaba poco.
Me sentía insegura, niña, dependiente de la opinión de otros, siendo quien otros querían que fuese. Me sentía encerrada en mí.
Ahora, una vez terminado el proceso, estoy satisfecha profesional y personalmente, aún haciendo camino, pero siempre hacia adelante.
Me siento adulta, autónoma, segura y comprensiva. Comparto mis opiniones e inquietudes en gran grupo, escucho, y hasta acepto la opinión de terceros, pero no me condiciona para tener un buen o mal día. Me siento alegre.
¿En qué ha cambiado mi vida? Bufff… ¡En mucho! Difícil de expresar y de resumir. Ahora es más tranquila y está más alineada con mis valores, por ejemplo en que marco claramente los horarios de trabajo laboral y los del tiempo personal.
Mis relaciones son más abiertas y fluidas, pues me expreso aún sin saber qué piensan los demás. ¡He descubierto que estar siempre de acuerdo y siempre disponible no son valores!
Mi forma de pensar ha cambiado porque ha ampliado su prisma de observación. He pensado que, si bien yo uso unos criterios al mirar las cosas, cualquiera puede usar los suyos, y eso no significa que sean mejores ni peores, simplemente, son otros.
De lo que más satisfecha me siento es de saber que algo, por el simple hecho de haberlo pensado, no tiene que ser verdad.
También de haber descubierto la cara “mala” de la exigencia y la impaciencia y de distinguir maneras de aportar generosidad.
Del proceso de Coaching lo que más me ha gustado ha sido la metodología. Me encanta que se parta de la revisión del mail en que, básicamente, hay preguntas personales e individuales. Y que las comentemos por skype.
Me ha ido bien que Vanessa dijera poco y preguntara mucho. También las visualizaciones realizadas. Y, sobre todo, lo que más me ha sorprendido y ayudado, ha sido tener que hacer deberes y reportarlos después.
Recomendaría el programa a cualquiera. A parte de ser útil y gratificante me he sentido acompañada siempre. Y, aunque para mí ha sido un sacrificio económico, ha valido la pena”.
J.P.
J.P.
“Antes de empezar el proceso no sabía cómo poner límites, me sentía bastante insegura… con miedos. No acababa de dar pasos, de avanzar. Con el trabajo tenía mucho miedo a ser yo, estaba engarrotada, casi no me movía, mucho miedo a ser juzgada.
Hoy, gracias al proceso, me encuentro más suelta, me rio, me lo paso bien, doy mi opinión, estoy con confianza. Antes me rompía mucho la cabeza, ahora me quedo tranquila. Lo que tenga que ser, será.
En el plano sentimental estaba llena de inseguridades, celos, desconfianza… Ahora me doy cuenta de lo que me limita y de lo que no me gusta. Me noto con total libertad, estoy más centrada, tomo decisiones, avanzo en mis objetivos… No lo dejo de la mano, estoy súper contenta con mi nueva casa, estoy ilusionada…. Me has dado fuerza, me has despertado esa independencia, esas ganas de ir por lo que verdaderamente quiero, en eso estaba dormida. Ahora estoy aprendiendo a escuchar a mí cuerpo… como algo me rechine…, malo. A guiarme de mi intuición.
Me preguntas, de todos los logros que he conseguido, de cuál estoy más satisfecha. De escucharme, de ser honesta y de no estar por estar. Por supuesto, de tomar decisiones.
De tu forma de trabajar lo que más me ha gustado es que todos los días me hacías pensar en mí”.
Cristina Vindel
Cristina Vindel
“Antes del proceso de Coaching estaba muy desanimada un poco con todo, insegura, desorientada, intranquila, cabreada… Tenía muchas comeduras de cabeza y me adelantaba a acontecimientos que ni tan siquiera sabía que pudieran ocurrir.
Ahora estoy mucho más tranquila, segura de mí misma, serena, y visualizando lo que quiero y puedo realizar en mi vida.
Me siento feliz de lo que he conseguido: tranquilidad, seguridad, ser consciente de lo que me va pasando y darme cuenta de si hay cosas que puedo seguir mejorando
En general mi vida ha cambiado a mejor. Soy y estoy más segura, más charlatana con la gente. Y mi forma de pensar es más positiva, o simplemente no doy vueltas a cosas que ni sé si van a ocurrir
Me siento satisfecha de ver que las cosas se consiguen y que puedo creer en mí. Y con ese pensamiento puedo y soy feliz.
Con todo esto solo puedo decir y destacar que la seguridad en uno mismo es la base para casi todo, para pensar en positivo, tener energía y atraer situaciones y a personas y con ello abrirme más”.
Ana Mariño
Ana Mariño
“Al principio del proceso de Coaching me encontraba en un vaivén de sentimientos encontrados entre querer irme del lugar donde estaba (porque no conseguía terminar de encajar) y anteponer mis deseos o aspectos importantes para mí a los de los demás. No hacía valorar mi tiempo frente a ellos y estaba firmemente convencida de que, dada mi situación de entonces, los demás eran dueños de mi tiempo, incluso en horas de ocio o tiempo libre.
Me sentía una niña frágil, totalmente manipulable por las personas de mi entorno, temerosa de las circunstancias e hipersensible a la opinión y gestos de los demás… Aunque al mismo tiempo era capaz de sentir esa pequeñita voz interior que me animaba a “hacer algo” para empezar a ser la protagonista de mi vida y pasar al modo acción, en aquel momento encontraba muy reprimida mi forma de ser, de ver la vida, mi energía, mi alegría y mi creatividad.
Actualmente, he conseguido un trabajo de los más estables de mis últimos tres años. Tengo un proyecto vital en mente, que hasta ahora había dejado apartado para cuando “las circunstancias me ayudaran”. Estoy poniendo en práctica día a día el priorizarme, comprender que mi felicidad personal no es negociable, quererme a mí misma tal y como soy y no avergonzarme de ello y empezar a lograr que los demás me respeten.
Creo que las palabras que mejor englobarían mis sentimientos actuales serían: capaz, ilusionada de nuevo y sintiendo otra vez mi olvidada fuerza interior. Me observo más en mis sentimientos y reacciones cuando me siento agredida por terceros y llego a independizar sus gestos o palabras de mi persona. Eso me hace sentir más libre y segura de mí misma…. Ahora me resulta muchísimo más fácil… SONREIR :).
El cambio más notable de todos ha sido el cambio en mis diálogos internos. Ya no me trato lo mal y duramente que solía hacerlo antaño. Era mi peor juez y peor enemiga… Ahora estoy logrando, sin alzar la voz o enfadarme, actitudes de respeto de los demás hacia mi tiempo, mi disponibilidad, mis opiniones y mis gustos, que antes no tenía (por no considerarme yo misma merecedora de ellas).
De lo que más satisfecha estoy es de empezar a ser amiga de mí misma, de no avergonzarme de cómo soy y cómo me siento (aunque tenga una diferente visión de forma de vida a la de mi entorno actual) y de haberme empezado a convertir en una persona que piensa a lo grande…. ¿Por qué no? ¿Qué me lo impide? No voy a ser yo misma, por supuesto ;).”
Mario Nieto
Mario Nieto
“Cuando empecé el proceso de Coaching estaba bastante perdido. Me faltaba confianza y claridad, no sabía qué pasos dar para rehacer mi vida y tenía miedo a cometer errores. En general, estaba bastante gris y hacía tiempo que no disfrutaba prácticamente de nada.
Ahora estoy mucho más tranquilo, relajado y de mejor humor. He ganado confianza tomando decisiones y tengo mucha más claridad sobre lo que quiero y no quiero. He podido probar algunos caminos, cometiendo errores, aprendiendo de ellos y viendo que era necesario cometerlos para saber hacia dónde quiero ir.
También tengo más confianza en las relaciones con los demás, he aprendido a decir que NO con mucha más seguridad y me he atrevido a hacer cosas que antes me daban mucho miedo… Este año me he visto dando grandes pasos y enfrentándome a situaciones que, de no haber hecho el Coaching, posiblemente hubiera tardado años en enfrentar.
De todo lo que he conseguido estoy especialmente satisfecho de haber empezado a sentirme bien sin un motivo externo. Antes pensaba que necesitaba cosas externas, como tener pareja o tener éxito, para estar tranquilo. Ahora sé que no”.
Saioa
Saioa
“Antes de hacer el programa de Coaching estaba insegura, muy pendiente de los demás, de gustar y complacer, sin darme cuenta de que yo me estaba dejando de lado.
Me sentía triste y sola. Me exigía y me sentía mal, estaba casi todo el rato pendiente de los demás y no sabía lo que quería yo, no sabía escucharme.
Ahora he aprendido que la clave es centrarme en mí, escucharme y aceptarme pase lo que pase. Me siento mejor, más tranquila y más centrada en mí.
Intento estar más pendiente de mí y menos de las otras personas, e intento que no me afecte lo que piensen otros, lo importante es lo que piense y sienta yo. Me he dejado de lado mucho tiempo y cuesta cambiarlo, pero poco a poco voy haciéndolo.
Estoy más tranquila al relacionarme, sobre todo con gente extravertida, y no le doy tanta importancia a comentarios que antes me afectaban.
Lo mejor para mí ha sido aprender a escucharme, porque aunque parece fácil yo no lo hacía y me costaba conectar conmigo. Y también aprender cómo afrontar determinadas situaciones.
Ha sido un placer Vanessa, me encanta tu trabajo, espero que sigas ayudando a mucha gente igual que me has ayudado a mí. No se me va a olvidar nunca que lo importante soy yo, voy a trabajar por escucharme, aceptarme y ser auténtica siempre. Muchas, ¡muchas gracias!”.
Iria Domingo
Iria Domingo
“Antes del proceso de coaching mi situación era bastante mala. Acababa de pasar por las dos experiencias más duras de mi vida y me sentía víctima de las circunstancias. Estaba enfadada con la vida, sin confianza ni esperanza en relación a mi futuro… y arrastraba problemas de autoestima, complacencia con los demás, dificultad para decir que no, una gran tendencia a no ocuparme bien de mí misma, a anteponer todo y a todos a mí… No me cuidaba ni me quería bien.
Estaba triste, enfadada, perdida, asustada y desesperada. Era incapaz de sentir ilusión por nada, me costaba disfrutar. Me sentía poca cosa.
Ahora mismo, siento que esto es sólo el principio. Siento que tengo muchas herramientas que antes no tenía, pero si tuviera que destacar algo de todo este proceso sería la perspectiva que me has dado y la toma de conciencia sobre mil cosas que antes ni me planteaba. Es como si ahora entendiera la vida desde otro punto, como si reflexionara de forma más amplia y sabia, como si se hubiese abierto ante mí un mundo de posibilidades e ideas que antes no contemplaba.
Me siento más en paz, con más recursos, más orgullosa de mí misma, más consciente de lo que implican unas cosas y de lo que significan otras. Más valiente. Confío más en la vida y en mí. Me trato mejor, me cuido y me quiero más.
Este proceso me ha dado, sobre todo, el empuje que necesitaba para hacer ciertos cambios, para introducir cosas en mi vida que llevaba tiempo queriendo hacer pero que no sabía cómo ni cuándo. Estoy especialmente contenta de haber empezado a trabajar fuera de casa y sé que, sin ti, nunca habría dado el paso. Me siento orgullosa de haber empezado a arreglarme más, a gastar dinero en ropa, a maquillarme todos los días (algo que antes jamás había hecho). Estoy contenta también de haber entendido, al fin, el concepto de “aceptar” y saber que no es resignarse, sino aceptar las cosas tal y como son y no como te gustaría que fuesen… A confiar, a entender que no siempre podemos controlarlo todo, que la vida no es justa ni meritoria en muchos casos… Ha sido, probablemente, el año más importante a nivel personal, emocional y espiritual de mi vida.
De mi coach destaco su generosidad, su comprensión, su enorme paciencia. Es una persona muy cercana, pero cercana en un sentido especial. Siempre mantiene la distancia perfecta para que sepas que está ahí, pero también te deja tu espacio para hacer tu propio camino. Personaliza cada proceso de forma única, centrándose en tus necesidades concretas, trabajando tus puntos más débiles y ofreciéndote ejercicios y opciones varias para hacer hincapié en las cuestiones que más necesitas… No puedo estarle más agradecida por su ayuda”.
¿Tú también quieres conseguirlo?
Te invito a una primera sesión de valoración en la que te contaré cómo puedo ayudarte.
María Gayoso
María Gayoso
“Aunque comencé el proceso por otro motivo, pronto me di cuenta de mi bajísima autoestima y de que la mayor parte de las cosas que me ocurrían era porque yo quería. Comprobé que si aprendes a gestionar correctamente tus sentimientos y a expresarte de una manera más sana tu vida será totalmente distinta.
A menudo hablo de Vanessa, de lo que me ha enseñado, de lo que he aprendido, de lo bien que me siento y de lo feliz que cada día intento ser, porque al final de todo lo más importante es que seamos felices con nosotros mismos.
Ahora estoy satisfecha conmigo misma y, por consiguiente, con todo lo que me rodea. Me siento bien, ligera, como si mi mochila ahora estuviese vacía de piedras”.
Laura P.
Laura P.
“Antes estaba insegura, preocupada e insatisfecha conmigo misma. Sentía culpa y poca confianza en mí.
Ahora vivo mi día a día sin ansiedad, y sin preocupación constante. Me siento tranquila, más segura y contenta conmigo misma. He visto que para conseguir lo que quiero es mejor animarme en lugar de criticarme.
Lo mejor de todo ha sido aprender a escucharme a mí misma y a respetarme. Darle valor a lo que pienso y siento.
Además siento que las relaciones con mis amigos y familiares son más satisfactorias.
De la manera de trabajar de Vanessa, me han ayudado muchas cosas: su disponibilidad y apoyo entre las sesiones. Su habilidad para conseguir que te expreses y verbalices lo que necesitas. La confianza que pone en ti. Su paciencia. La flexibilidad. Que cada plan de acción sea personal, consensuado y práctico. El material compartido según tus necesidades. El tiempo que duran las sesiones y que no te quedas a medias, todas acaban con su plan de acción y con la sensación de haber sido provechosas. La variedad de técnicas, la posibilidad de hacerlo por Skype, etc.”.
Verónica Rodríguez
Verónica Rodríguez
“El proceso de Coaching me ha servido para ser más yo, no podría explicarlo de otro modo. Me ha aportado serenidad”.
“Lo recomendaría como una vía para conseguir lo que quieres con lo que tienes, y en la que la recompensa es por y para ti”.
“Vanessa es una persona especial. Cuesta hablar de tu yo íntimo con alguien desconocido y Vanessa hacía que yo me sintiera a gusto hablando con ella. Da tranquilidad, transmite mucho y tiene un sentido del humor muy, muy bueno”.
José Luis
José Luis
“Ahora me siento más seguro a la hora de relacionarme con mi familia y con el resto de personas. Tengo más claro que tengo que cuidar de mí y que eso no quiere decir que no les quiera.
Antes del Coaching era más inseguro y menos atrevido a la hora de relacionarme. Me sentía menos maduro y con menos seguridad y fuerza para seguir mis objetivos. Ahora tengo más seguridad y confianza a la hora de abrirme a los demás. Además soy más comprensivo y entiendo mejor a los que me rodean. Ya no soy tan exigente.
Mi vida también ha cambiado a la hora de tener relaciones de pareja. Ya no tengo miedo a la hora de quedar con una mujer y soy más independiente.
En cuanto a Vanessa, lo que me ha gustado más es el seguimiento, la escucha y la profesionalidad a la hora de buscarme herramientas para conseguir ser más seguro y no dejarme caer en este camino hacia una vida en paz conmigo mismo e ilusionado por mí y por los demás. Le estoy muy agradecido por haber formado parte de mi vida”.
Beatriz Menéndez
Beatriz Menéndez
“Antes era otra persona, apática, sin ganas de hacer cosas, mal humorada y antipática conmigo y con todos. Después me he dado cuenta de que el daño me lo hacía a mí misma… Ahora me siento totalmente distinta.
Mi vida ha cambiado en el nivel de importancia que le doy a las cosas. Cosas que antes me generaban muchísima tensión, ahora son insignificantes. He dejado algo atrás el qué dirán o al menos es mucho menos importante que antes, he organizado mis prioridades y sé lo que quiero.
Vanessa es capaz de comprenderte, de escucharte y de interpretar qué te sucede y, lo mejor, que te ayuda a ser capaz de verlo tú misma. La presentaría como yo me sentía después de una sesión con ella, muy intensa, es capaz de sacar tu lado más positivo y de potenciarlo. Para mí es una de las personas que más me ha ayudado a descifrar el mapa de la vida”.
Fernando Franco
Fernando Franco
7“El Coaching te permite afrontar directamente una situación que te preocupaba desde hace tiempo, ver avances y mejoras en tus relaciones personales y en tus habilidades. Te hace más consciente de tu entorno, te permite identificar y anticipar situaciones problemáticas y actuar conscientemente enfrentándote a ellas, etc. El proceso me ha ayudado para a partir de ahora afrontar estos asuntos de una forma autónoma.
Una cosa más que he aprendido de mi proceso de Coaching con Vanessa es la importancia del refuerzo positivo. Desterrar la visión pesimista o el miedo a asumir compromisos sólo se consigue en base a una perspectiva positiva, y Vanessa es muy cuidadosa en darle ese barniz optimista y constructivo a las conclusiones que van surgiendo a lo largo del proceso.
De ella destacaría que es muy intuitiva y atiende a detalles en los que ni tú mismo habías reparado, que lleva muy bien preparadas las sesiones e implícitamente exige que tú hagas lo mismo y que te ofrece herramientas cuando no se te ocurren los recursos que podrías utilizar para lograr un determinado objetivo… Tiene muy buen ojo con la información que te envía entre sesiones, estimulando la reflexión y sin inundarte con cosas que no podrás leer. En este sentido es flexible con las necesidades específicas del trabajo y la vida, haciendo que el proceso de Coaching no se convierta en una carga más en el día a día, sino realmente en una ayuda”.
Elena M.
Elena M.
“El proceso de Coaching con Vanessa me ha permitido identificar los motores de mi vida y mi comportamiento pasado y presente, ser consciente de qué cambios quiero hacer y a dónde dirigirme, encontrar nuevas estrategias para llevar a cabo esos cambios y gestionar mi tiempo.
He descubierto que puedo vencer los miedos, que puedo decir que no sin sentirme culpable y que puedo relacionarme con los demás sin tener que priorizar siempre sus necesidades a las mías.
De Vanessa diría que es una Coach muy comprometida con lo que hace, muy implicada en el proceso, muy profesional, responsable y amable. Percibes que disfruta haciendo su trabajo”.
M.P.P
M.P.P
“Antes estaba constantemente preocupada por el qué dirán y no sabía controlarlo. Estaba siempre viendo las cosas negativas de todo, siendo muy exigente con mi pareja y conmigo misma.
Me sentía muy agotada y agobiada con tanto darle vueltas en mi cabeza a las cosas, también cansada de pensar en el qué dirán. Muchas veces sentía muchísima ansiedad y constantemente me ponía a llorar con la situación.
Ahora me siento mucho más relajada, como más libre de mis pensamientos y más segura de mi misma. He aprendido a verme desde otra perspectiva y a quererme más y perdonarme más a mi misma y a mis familiares y amigos. En general, me siento más positiva y más feliz.
Me ha encantado el proceso porque ha sido como conocerme y descubrirme a mí misma. Recuerdo que al principio no sabía ni lo que sentía ni porque me sentía de esa forma, ahora entiendo mis sentimientos y se cómo gestionar las emociones. También veo lo importante que es invertir en mi salud mental, dedicarme tiempo a mi misma y escuchar a mi niña interior. También me quedé impresionada de lo negativa que era en mi forma de hablar, ahora cuando tengo un día menos bueno me fijo en mis conversaciones y trato de ser más positiva.
Me cuesta decir solo una cosa de la que esté más satisfecha, pero creo que el gestionar mis emociones, porque cuando me entraba un pensamiento era muy difícil salir del bucle, y ahora siento un alivio tan grande… Sé que es un proceso constante y que hay días y días, pero saber gestionarlo me hace sentir que tengo el control. Además ahora soy dueña de mis emociones y ya no dejo que otras personas tengan el control de cómo me siento. Es increíble porque siento que ha mejorado todo, hasta mis relaciones con la gente.
De Vanessa me ha gustado mucho que me hacía razonar y en ocasiones me hablaba claro y era como que me ponía la realidad en mi cara. Me he sentido muy cómoda con ella y he sentido que cada sesión era más productiva. Escucha con muchísima atención y me hizo analizar bien mis sentimientos y me ayudó a conocerme mejor.
Con toda honestidad, al principio no sabía si este programa iba a funcionar conmigo e incluso algunas cosas me parecían que no estaban teniendo impacto en mí, pero dándole tiempo y respetando el proceso realmente puedo decir que funciona y te cambia, incluso algunos familiares me han notado más segura de mí misma. Por supuesto veo que el proceso me ayuda siempre y cuando siga aplicándolo día a día y trabajando conmigo misma de forma constante, pero ahora tengo las herramientas para hacerlo y sé lo que necesito”.
¿Tú también quieres conseguirlo?
Te invito a una primera sesión de valoración en la que te contaré cómo puedo ayudarte.
Beatriz
Beatriz
“Cuando empecé el proceso estaba en un trabajo al que cada día me costaba más ir, mis relaciones con hombres y mi forma de relacionarme hacían que cada vez me sintiese peor, no valoraba nada de lo que conseguía, nada era suficiente. Y siempre pendiente de lo que pensasen los demás de mí y de su aprobación o reconocimiento. Siempre comparando mi vida con la de los demás y, evidentemente, la mía siempre era peor.
Me sentía insegura en todos los aspectos, no merecedora de cosas y, sobre todo, no validaba mis emociones y me hablaba fatal.
Ahora he dejado mi trabajo, creo que me merezco lo mejor y que no tengo que demostrar nada a nadie, y estoy muy orgullosa de ser como soy. Me hablo muchísimo mejor, soy más comprensiva conmigo misma. Y no me cambio por nadie.
Me siento más segura, más tranquila y con más ilusión. Siento que me merezco lo mejor, que soy capaz de conseguir lo que me proponga y que no soy ni más ni menos que nadie. Que hay relaciones que se acaban y que yo no soy la culpable de todo lo que pasa.
De lo que más satisfecha estoy es de dejar mi trabajo y de hablarme mejor, siendo consciente de que me merezco lo mejor. También de dejar de fumar, sin sentir presión por si no lo conseguía y dejando a un lado lo que pensasen los demás por si no lo conseguía o si recaía.
Vanessa me ha ayudado a entender el porqué de las cosas que me pasan y siento, a ver que todo lo que siento está bien, y que me ha dado muchísimas herramientas para seguir trabajando. No he echado en falta nada.
Me alegro muchísimo de haber trabajado contigo porque siento que he avanzado muchísimo”.
A.C.P.
A.C.P.
“Antes de esto sentía una total y absoluta inseguridad en mi misma. Tenía dibujada una imagen exterior que proyectaba, pero no creía en mí. Era insegura, me valoraba poco, me criticaba, me autoexigía, no disfrutaba, no me paraba a valorar ni a pensar en mí. Pensaba en lo que querían o pensaban demás. Estaba insatisfecha, frustrada e infeliz.
A raíz del proceso de Coaching he aprendido a aceptarme, a ver que no todo puede ser perfecto, a ver qué no llego a todos los sitios, a reconocer que debo disfrutar de lo mío, a reducir mi influencia de lo que piensen los demás sobre mí, a rebajar muchas situaciones de ansiedad y de inseguridad. A reconocer que no quiero ser esa persona perfecta y a quererme un poco más.
Me siento más fuerte, he recuperado mucha de la confianza que había perdido, he empezado a ver que sola puedo disfrutar, y me siento más segura.
Soy más sincera conmigo y con los demás, más natural, más realista, más trasparente, más pausada.
Lo mejor ha sido entender que si yo no me quiero jamás seré feliz. También aceptarme con mis errores y mis virtudes, entender la importancia de aceptar lo bueno y lo malo, y dejar de machacarme por todo.
De Vanessa, mi coach, me ha gustado que ha sabido reconocer mis miedos, los ha trabajado, me ha implicado en ello, me los ha hecho ver, me ha hecho crecer y ha hecho que pueda trabajar todo esto con mis hijas, lo cual me va a permitir que intente evitar que tengan los mismos miedos que yo tuve”.
Silvia
Silvia
“Comencé el proceso de Coaching porque me sentía muy bloqueada en distintos aspectos de mi vida, relacionados con el trabajo y las relaciones personales.
Sentía que me faltaba autoestima para afrontar retos laborales y para disfrutar de las interacciones con otras personas.
Sentía que no era capaz de ser yo misma y que mi personalidad fluctuaba en función del interlocutor.
Sentía que siempre estaba intentando agradar y que la opinión de otras personas la hacía mía, creándome un fuerte inestabilidad.
Ponía el foco en lo que había fuera, en lugar de en mi misma y sentía que no era lo suficientemente buena en nada ni para nadie. Que todo el mundo era mejor.
Estaba agobiada, desesperanzada, desmotivada con la vida en general. No me apetecía afrontar nuevas experiencias ni retos laborales o vitales y en aquel momento me veía incapaz de superar la situación.
Ahora, una vez terminado el programa, me siento yo misma. La opinión ajena ha dejado de ser la que más resuena en mi cabeza y he empezado a escucharme. He dejado de lamentarme y he cambiado completamente mi estructura de comportamiento. Ya no pienso si a los demás les gustará mi comportamiento, ahora trato de pensar si a mí me gustaría. Y, además, en lugar de quejarme, trato de buscar soluciones. Soy más efectiva.
He aprendido a relativizar aspectos que antes eran cruciales y una fuente de sufrimiento.
He aprendido a disfrutar sin exigirme.
He dejado de machacarme y empiezo a perdonar mis errores. Estoy aprendiendo a comprenderme.
Me he dado cuenta de que ya soy la persona que siempre he querido ser. Que no hay nada en mí que haya que cambiar.
Me siento esperanzada. Con ganas de vivir y de afrontar retos. Más alegre. Menos gruñona. Más conectada con mis amigos y familia. Y más desconectada del resto del mundo.
Me siento más sana. Y sobre todo, más tranquila. He ganado como persona.
Me siento con más razón. He dejado de machacarme durante horas ante un error y he aprendido a sustituir eso por la búsqueda de una solución para enmendarlo. Tampoco dejo que los demás me machaquen ni me acusen. Me he vuelto muchísimo más asertiva. Y soy menos complaciente.
Como decía, miro más por mí y siento que he sufrido un cambio radical.
Por otro lado, disfruto más de mis amigos. Les aprecio más. Me permito equivocarme mucho más con ellos.
De todo, de lo que más satisfecha estoy es de haber dejado de machacarme. De empezar a cuidarme psicológicamente. De empezar a protegerme.
Del proceso destacaría el trabajo entre sesiones, me ha servido de mucho. A veces un ejercicio que trataba sobre algo completamente distinto, me ha llegado a despertar en algún aspecto en el que estaba bloqueada y que, a priori, no tenía una relación directa con el ejercicio.
No pondría ni un pero, para mí ha sido un completo acierto. Se trata de una inversión en uno mismo y cada uno decide cómo invierte su dinero”.
Maribel
Maribel
“Cuando decidí hacer el proceso de Coaching estaba muy centrada en el trabajo. Era mi prioridad y, a pesar de trabajar más horas de lo que me pagaban, mi sensación era de desánimo y de no cumplir con mi cometido. Me sentía pequeña e incapaz de salir de ese bucle. Leía a Vanessa y me encantaba lo que escribía, pero no sabía cómo aplicarlo para mí.
Ahora me siento más segura y noto cómo me quiero y me mimo más. Me comprendo más y soy más consciente de por qué me comporto de una u otra manera y de mis niveles de exigencia. El proceso me ha dado herramientas y me ha enseñado que conocerme es un camino.
En este tiempo han cambiado muchas pequeñas cosas: llevo algo más de un año saliendo con el chico de mis sueños, estoy cambiando de amistades, voy a volver a clases de baile, he hecho un curso de clown, he hecho limpieza y organización en mi casa, he empezado un proceso de mentoring…
Una de las cosas de las que más orgullosa estoy de todo el proceso es de mi tatuaje con la palabra “Love”. Creí que nunca me atrevería a hacerlo y que no me decidiría sobre qué hacerlo. Mi tatoo “love” representa mucho para mí, es mi compromiso conmigo misma para quererme, valorarme, mimarme y decirme que yo puedo.
Y también estoy satisfecha de que a veces me siento capaz de comerme el mundo :-).
Durante el proceso me he sentido muy respetada por Vanessa. Con ejemplos, comparaciones y ejercicios sabía mostrarme otro punto de vista. Además las sesiones eran muy dinámicas y las horas se pasaban volando.
También me han encantado los mails después de cada sesión con el objetivo del día y esa selección de material, así como los seguimientos de algún ejercicio concreto vía WhatsApp”.
L.M.P.
L.M.P.
“Mi situación antes del proceso era que estaba perdida, no me quería ni me valoraba. Me sentía triste, sin saber muy bien qué rumbo seguir, insegura… Me fijaba en amigas mías y quería parecerme a ellas porque sentía que ellas gustaban y yo no. No me valoraba ni me gustaba nada. Tenía la autoestima por los suelos.
Sin embargo ahora no quiero parecerme a mis amigas. Creo que yo gusto tal y como soy y de hecho esas cosas que me diferenciaban de algunas amigas ahora me doy cuenta de que es justo lo que no me gusta de ellas. No quiero ser como ellas, quiero ser como soy.
También he aprendido a salir de mi zona de confort, a saber que si quiero cambiar algo, en vez de quejarme y llorar, tengo que hacer algo para cambiarlo.
Me siento más segura. Antes me hundía en la miseria enseguida por cualquier cosa, y ahora creo que tengo más seguridad en mí. Aunque hay cosas que no van como quisiera, intento cambiarlas o pienso que ya llegarán.
He cambiado en que he hechos cosas que antes no habría hecho, salir de mi zona de confort, como coger un blablacar, buscar piso o ir a charlas sola.
En mis relaciones creo que soy más segura también, en vez de hacerme pequeña, soy como soy y ahora veo defectos en la gente y no en mí. Antes siempre pensaba que era yo.
Y con mi familia también ha mejorado. Cuando viene mi hermana creo que tengo la capacidad de disfrutar más. Antes tenía tantas ganas de estar con ella que sólo pensaba en que no estábamos juntas el resto del año y pasaba más tiempo agobiada por separarnos que disfrutando. Sin embargo ahora creo que aprovecho muchísimo cuando estamos juntas y no me siento mal por no pasar un rato con ella cuando viene aquí.
Mmmm, de lo que más satisfecha estoy es de aprender a salir de mi zona de confort en vez de quejarme tanto. De aprender a pensar “vale, tengo este problema, ¿cómo lo soluciono?”, y hacerlo. Y de valorarme más.
Lo que más me ha gustado del proceso es que en cada sesión sentía que yo era lo más importante en ese momento, sentía que Vanessa se implicaba de verdad y que le importaba de verdad. Tenía ganas de que llegara la siguiente sesión para contarle algo nuevo.
También que a lo largo de todo el proceso he tenido que pensar en mí, y analizar cosas que nunca había analizado. Nunca me había parado a pensar en mí o a ver los “problemas” desde fuera y analizarlos y buscar soluciones. Me ha gustado tener que dedicarme un tiempo para mí.
Como ya le dije a Vanessa, he estado en psicólogos alguna vez y al final es como hablar con una amiga. No me ayudaban ni me daban herramientas para pensar de otra manera, y creo que ella sí lo ha hecho”.
Francisco
Francisco
“Mi situación antes de iniciar el Coaching era de nerviosismo, preocupación por todo, de pensar mucho en lo que los demás piensen de mí, de no ser yo mismo, etc. Me sentía mal y sentía que no era yo mismo el que estaba viviendo mi vida.
Ahora estoy mucho más tranquilo, controlo mi vida mucho mejor que antes, doy importancia a las cosas que verdaderamente la tienen y confió mucho en mí. Me siento muchísimo mejor, más tranquilo, menos nervioso y preocupado, más confiado en mí.
Ya no me preocupa lo que piensan los demás, pienso más en mí y eso me hace estar mucho mejor. Estoy más tranquilo y los demás lo notan.
Sobre todo estoy satisfecho de haber logrado pensar en mí. Antes vivía en un mundo exterior y no en mí, y eso me hacía tener todos esos sentimientos tan negativos que tenía.
De Vanessa me ha gustado su profesionalidad, su forma de que uno mismo busque las soluciones y la manera de enfocar los problemas y las soluciones. Sus formas de trabajar son excelentes.
Ha sido un placer haber realizado este proceso tan importante para mí. Tenía mis recelos antes de empezar, pero en cuanto hable con Vanessa fue todo confianza, tranquilidad y saber que estaba en el buen camino”.
Espe
Espe
“Comencé el proceso de Coaching porque no estaba a gusto conmigo misma. Me sentía mal, triste y enfadada porque no me permitía sentir lo que sentía y me autocriticaba continuamente…
Ahora he aprendido a conocerme y a aceptar las emociones que tengo en diversas situaciones sin culpabilizarme por lo que sienta. Me quiero más y he aprendido a mimarme y a respetarme, a aceptarme tal cual, con mis virtudes y mis defectos.
Mi vida ha cambiado en que tengo más confianza en mí misma y no le doy tantas vueltas a las cosas. Me siento fuerte y aprendo cada día un poquito más de mí.
En mis relaciones con los demás he dejado de pensar tanto en el qué dirán o no, qué pensaran o no… Ahora actúo según yo creo que debo actuar, pensando en mí y sin hacer daño a nadie, por supuesto.
De lo que más orgullosa estoy es de aceptar mis emociones, como por ejemplo la tristeza, sin pensar que se va a terminar el mundo y siendo capaz de relajarme.
Y también estoy muy satisfecha de sentir como me quiero y me mimo y, sobre todo, de que antes de anteponer los deseos de los demás antepongo los míos.
Del proceso me ha gustado todo. Al principio me sentía un poco perdida porque a veces cometemos el error de pensar que en la primera sesión vas a notar cambios increíbles. Pero ha sido a través de las sesiones cuando he visto cómo el trabajo conjunto ha hecho su efecto y cómo he ido cambiando.
De Vanessa, de mi Coach, me ha encantado la tranquilidad que me daba para quitarle importancia a las cosas que yo veía como un muro”.
¿Tú también quieres conseguirlo?
Te invito a una primera sesión de valoración en la que te contaré cómo puedo ayudarte.
Fuen
Fuen
“Empecé el proceso porque tenía una sensación enorme de querer hacer las cosas de otra manera, de cambiar cosas en mi vida, pero no sabía por dónde empezar y qué pautas seguir. Me sentía frustrada y decepcionada conmigo misma. Me había convertido en una persona muy exigente e inflexible, buscando el reconocimiento y la felicidad en cosas externas.
Con el proceso me di cuenta de que el truco está en la aceptación de uno mismo, incluso en reconocer tu parte negativa. De que ser consciente de cómo soy es lo único que me puede ayudar a avanzar. Ahora me siento tranquila y liberada. Necesitaba otros ojos con los que ver la vida. Ahora disfruto observándome, escuchándome y siendo consciente de lo que hay a mi alrededor.
Mi vida ha cambiado en que soy mucho más optimista y he aprendido que siempre hay opciones y que las cosas siempre suceden por y para algo, aunque a veces la respuesta no sea tan fácil de ver.
De todo lo que he conseguido con el Coaching estoy muy satisfecha de identificar mis aspectos más negativos, aceptarlos y tratar siempre de buscar una solución.
De Vanessa me ha gustado su cercanía, que con ella es muy fácil sentirse cómoda rápidamente en la conversación.
También la flexibilidad, el tener siempre las herramientas necesarias para cualquier tema que salga espontáneamente en la conversación.
Y la preparación, el saber aplicar la técnica/método o recomendar lecturas/videos más apropiados para cada momento del proceso.
Ha sido un placer haber hecho el proceso con ella. Las personas que te ayudan a sobrepasar un momento difícil o de desorientación en tu vida acaban marcándote, aunque no las conozcas mucho. Es curioso cómo se establecen esos lazos. ¿Será ésta la señal de que en realidad estamos aquí para compartir y ayudarnos entre nosotros?”.
Toño
Toño
“Cuando comencé el proceso venía de una crisis emocional sin terminar de cerrar, mi separación tras 10 años de relación. Había vivido en automático durante años y al entrar en crisis con mi expareja me bloqueé, estaba desconectado de mi mismo y no sabía reaccionar ni cuidarme. Somaticé la ansiedad y llegué a un punto en el que no sabía quién era.
Tras la explosión, llegó el momento de reconstruirme y ver quién era y quien quiero ser. Todo esto me dejó en un estado de inseguridad, baja autoestima, y desorden mental (¿qué quiero?, ¿por qué soy así?); un gran ataque desde mi crítico interior y gran presencia del niño herido estaban presentes y dirigiendo el timón de ese momento de mi vida.
Me sentía inseguro, vulnerable, dependiente de los demás y un poco perdido.
El proceso de coaching ha ido acompañado de mi trabajo con mindfulness y yoga. Este conjunto de trabajos me han dado, en resumen, consciencia y aceptación, o al menos ese conocimiento, que no siempre es fácil aplicar.
Aún a veces soy crítico conmigo, aún a veces me siento inseguro; y ya sé que esto va a seguir pasando, porque soy así, tengo la fuerza, y la sombra, y las acepto a ambas, me acepto. Lo interesante es como he cambiado el diálogo conmigo mismo cuando esto pasa, y también como puedo respetar esas emociones, y como también respeto, gozo y disfruto los días y momentos cuando las emociones son gloriosas. Por eso el resumen es: la consciencia. También consciencia de los procesos mentales.
La situación después del coaching es que me acepto como ser humano, con luces y sombras; un ser humano que tiene por objetivo cuidarse y quererse (con toooodo lo que implica esto). Quererse como se es, y siendo ya soy, y no necesito hacer ni tener (soham).
Me siento ilusionado, vivo, agradecido, con mayor control sobre mí, más integrado, más conectado, más consciente. Me siento, cada día, en cada momento, como sea, con respeto, con cariño.
Mis relaciones van cambiando en tanto cambio yo, con cada persona de una manera distinta; digamos que veo dos mundos: quien siento que me interesa, y soy yo con ellos, y quien no me interesa (y uso el rol que conscientemente necesito).
Es importante un cambio: darme cuenta de que no puedo agradar a todo el mundo (eso que relaja mucho, jaja).
Mi forma de pensar ha cambiado en tanto que uso la mente como herramienta, pero soy consciente de que el pensamiento no soy yo, muchas veces mi cabeza es una jauría de monos saltarines (me hace gracia y lo observo, e intento no dejarme arrastrar).
El agradecimiento va cambiando mucho mi vida en tanto aprecio cualquier momento, si soy capaz de ponerle consciencia.
De lo que más satisfecho estoy es de quererme, de ponerme en el centro. Y también de darme cuenta de lo afortunado que soy por vivir, ¡voy a aprovechar eso!
Del coaching me ha gustado que sea un proceso de guía, donde yo he ido construyendo, pero sin autoritarismos, ni profundos análisis terapéuticos, desde el cariño. Siempre he sentido que podía contactarte con total confianza en cualquier momento.”
Berta
Berta
“Antes del Coaching estaba bastante perdida. No sólo no me sentía capaz de nada, sino que todo me angustiaba. Me angustiaba pensar en que pasasen los años y sentir que no era ‘dueña’ de nada, me angustiaba no saber cómo hacer las cosas y no hacerlas siempre de forma correcta. Me angustiaba yo misma.
Recuerdo que me sentía incapaz, impotente, perdida, apática y sin toda la pasión que alguna vez creí tener.
En cambio ahora me siento capaz de mucho más de lo que creí jamás. Confío más en mí, me quiero más y me permito más ‘margen’. Procuro hablarme mejor, pero buscando aquello que me invita a seguir hacia delante.
Me siento feliz, capaz, decidida (no sé muy bien a qué, pero ahí está), tranquila. Mi vida ha cambiado mucho. Creo que con mis relaciones no tengo ya tanta sensación de dependencia o, al menos, de esa que me hacía sentirme mal, inferior, sólo pendiente de cumplir con lo esperado.
Uno de los pasos más importantes ha sido el de legitimarme a mí misma en mis decisiones, entendiendo que no tienen que ser perfectas. Me siento orgullosa de darme margen y de intentar, verdaderamente, entenderme”.
K.S.
K.S.
“Para mí lo mejor es que ahora tomo más la iniciativa, expreso más mi opinión, me atrevo a cosas que antes evitaba y no estoy tan pendiente de la aprobación de los demás. Podría resumirlo en que soy más consciente y más líder de mí misma.
Antes era demasiado exigente conmigo misma y muy complaciente con los demás. El Coaching me ha ayudado a darme cuenta de eso y también me ha servido para cambiar mis pensamientos negativos y no anticiparme a las cosas, porque antes le daba vueltas a todo.
He ganado confianza en todos los entornos. En el trabajo porque ahora me relaciono con los demás de igual a igual. Y también porque me organizo mejor y eso ha influido mucho en mi energía y mi estado de ánimo… ¡La cantidad de tiempo que gano y lo bien que me siento! Gracias a eso he conseguido desconectar de mi trabajo y ahora sí disfruto de mi tiempo libre.
En el personal también porque ahora estoy más contenta y me lo paso mejor. Soy más positiva, hago más lo que me apetece y estoy con la gente que me importa. Han sido avances que la gente ha notado un montón y sin saber que estaba haciendo Coaching.
La principal conclusión que saqué es que si quiero puedo cambiar, que no hay nada inamovible, porque antes pensaba que si nacías así, eras así y ya está.
De Vanessa destacaría que desde el primer momento sentía que podía confiar en ella, que me escuchaba, que le importaba lo que estaba diciendo, que me leía entre líneas y que no me juzgaba. Y también que, sin yo darme cuenta ni decirme lo que tenía que pensar, conseguía que mirase las cosas desde otro punto de vista y que llegase a mis propias conclusiones”.
Sergio Moreno
Sergio Moreno
“Este proceso me ha servido mucho de acompañamiento en una etapa en la que probablemente lo necesitaba más que nunca. Después del proceso de Coaching me he notado más enfocado, he ido eliminando paja y he dejado de comerme la cabeza, de hacer muchas cosas inútiles y de hacer muchas cosas a la vez. Ahora sé lo que tengo que hacer y lo hago.
Si pienso en la primera sesión es casi como si fuera otro… Como que aquel Sergio era más de no saber por dónde se anda y qué tenía que hacer y el de ahora es más seguro, sabe por dónde tiene que ir y es capaz de llevar a cabo las cosas hasta el final sin tanta duda, salgan o no salgan.
Es como si me hubiera construido un armazón. Y de alguna manera como que le transmito esa seguridad y ese desapego al cliente y eso me permite conseguir más lo que quiero.
Antes, por incertidumbre y por miedos, como que le daba mucho peso a las opiniones de los demás, a lo que me dijeran otras personas, y eso me bloqueaba. También derrochaba mucha energía mental pensando en lo negativo y eso me hacía no estar activo. Ahora como estoy enfocado y fluyendo es como que todo sale… Además también noto que hago las cosas en menos tiempo y que los días dan mucho más de sí”.
Carmen Chamorro
Carmen Chamorro
“Comencé el proceso porque me sentía estancada en algunos aspectos de mi vida y quería cambiarlos, mejorarlos e ir creciendo poco a poco.
Ahora mi situación es muy buena y muy positiva. Siento que he cambiado para mejor, me siento bien conmigo misma y siento que puedo superarme poco a poco en los distintos aspectos de mi vida a través de las claves que Vanessa me ha dado, o creando otras para otras situaciones, como he podido aprender.
Mi vida ha cambiado en que me relaciono mejor con las personas, me respeto y me hago respetar, soy más firme. Mi forma de pensar ha cambiado en que pienso que para todo hay una solución. Ahora si tengo un pensamiento negativo lo transformo en positivo, aunque siempre intento pensar en positivo.
El logro del que más satisfecha estoy es de estar en paz conmigo misma gracias a mejorar en estos aspectos.
Lo que más me ha gustado es la manera de trabajar de Vanessa porque a través de las preguntas te hace pensar para que finalmente puedas llegar a una conclusión por ti misma. Sabe escuchar, te deja ser la protagonista en las sesiones, te hace sentir a gusto y es muy agradable y muy cercana.
Desde aquí le agradezco mucho que haya sido una luz en mi camino”.
Jesús Generoso
Jesús Generoso
“Antes estaba perdido en muchos sentidos y mi vida iba a trompicones. No podía controlar cuando las cosas funcionaban bien ni mejorar cuando lo hacían mal. Mi sensación era que a los demás siempre les pasaban las cosas buenas que yo quería para mí.
Ahora me siento bien y ya no me pongo por debajo de los demás. Soy mucho más fuerte y mi vida ya no es un continuo vaivén. Soy capaz de controlar mucho mejor mis horas bajas y de empujar más fuerte en las altas. Tengo unas herramientas increíbles que me impiden caer y me ayudan a llegar cada vez más lejos.
Sobre todo estoy orgulloso de mi camino interior, de haber profundizado dentro de mí mismo, de haber aprendido a escuchar mi ser y mi cuerpo, de sentir cosas que jamás había sentido y de querer más. Mi vida definitivamente ha cambiado a mucho mejor”.
Ana Carballo
Ana Carballo
“Antes de comenzar el proceso de Coaching me sentía muy mal, con mucha ansiedad y angustiada, con miedo, inseguridades y sin ilusión por nada. Por todo eso me sentía mal conmigo misma, inútil, débil, como que no servía para nada al no conseguir hacer las cosas bien, ni vivir como una persona normal.
Ahora me siento más fuerte con respecto a eso. Soy más consciente de todo y no estoy tan obsesionada, doy a esa incertidumbre más de lado que antes. También he conseguido no sufrir y castigarme tanto llorando y encerrándome en mí misma. A veces me dan bajones, pero siempre intento buscar solución, por lo que creo que intento buscar más el lado positivo a las cosas para salir adelante. Me siento satisfecha y sobre todo muy orgullosa de mí misma por lograr esto yo sola.
Vanessa me ha abierto los ojos en muchos sentidos y ha sacado lo mejor de mí, haciéndome sentir tranquila y cómoda en todo momento y con ratitos de humor en los que me ha hecho reír mucho”.
¿Tú también quieres conseguirlo?
Te invito a una primera sesión de valoración en la que te contaré cómo puedo ayudarte.
¡Hey!
¿Quieres empezar a confiar en ti, sentirte segura y disfrutar de tu vida y de tus relaciones?
Apúntate gratis y llévate el audio “Cómo Evitar que Alguien Te Haga Sentir Mal” de regalo.
Cometes cinco errores que hacen que los demás tengan el poder de hacerte sentir mal.
¿Quieres saber cuáles son? Los tienes en mi audio gratuito, apúntate aquí debajo y te lo mando ahora mismo.
NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA.
Descárgate mi ebook gratuito “Lo que Necesitas Saber cuando No Estás Bien con tu Pareja”, en el que te cuento cómo saber si tu relación de pareja tiene futuro, cuál es el error que cometen la mayoría de las mujeres con sus parejas y las claves para elegir a la pareja correcta para ti.
NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA
Descárgate mi guía gratuita “Cómo Defenderte cuando Alguien Traspasa tus Límites”, en la que te cuento cómo tener seguridad en ti misma, poner límites a las personas tóxicas y dejar de sentirte mal por lo que hacen los demás.
NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA
Cometes cinco errores que hacen que los demás tengan el poder de hacerte sentir mal.
¿Quieres saber cuáles son? Los tienes en mi audio gratuito, apúntate aquí debajo y te lo mando ahora mismo.
NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA