¿Te gustaría mejorar tu asertividad? ¿O ya te consideras una persona asertiva?
Es decir, ¿dices las cosas de una manera adecuada, en el momento oportuno y a la persona correcta?
¿Respetas a los demás y sabes pedir a los demás que te respeten?
La asertividad parte de la idea de que todos tenemos ciertos derechos que debemos ejercer para sentir que tenemos control sobre nuestra vida.
Y se trata de que todo esto sepamos hacerlo asumiendo nuestra responsabilidad y sin sentirnos culpables por ello.
Sin duda, es uno de los temas que más trabajo con las personas que se apuntan a mis programas de Coaching, ya sea con las que directamente acuden a mí para mejorar su asertividad, como con personas que vienen para mejorar su autoestima.
Porque, por si no lo sabías, ser una persona asertiva y ejercer tus derechos sin dejarte pisar ni pisar tú a los demás es un requisito fundamental para tener una buena autoestima.
De cómo mejorar tu asertividad te he hablado ya en varios post, como aquí o aquí.
En éste lo que me gustaría es que vayas un paso más allá y lleves a la práctica lo que ya te sabes en la teoría. Porque saber lo que hay que hacer está muy bien, pero si no lo haces no te va a servir de nada ;-).
Así que aquí tienes veinte prácticas sencillas para mejorar tu asertividad.
Y se trata de que empieces poco a poco, de una en una, como un pequeño reto por semana… ¡Plantéatelo como algo divertido! :-).
¿Empezamos?
1.Decir que no una vez en los próximos siete días.
Por ejemplo, a esa amiga a la que no puedes ayudar con la mudanza o a ese partido al que no te apetece ir.
¡Ojo! Sin justificarte y sin adelantarte a lo que va a pensar o cómo se va a sentir la otra persona. Si sabes decirlo no se sentirá mal (y para saber decirlo te recomiendo este post).
2.La próxima vez que pienses que alguien está raro contigo, preguntarle a esa persona si le pasa algo.
Por ejemplo, “hace tiempo que no me dices nada de quedar y me gustaría saber si te pasa algo conmigo o simplemente has estado más a tu bola”.
Confieso que esto mismo se lo he dicho hoy a una amiga… y no sólo no le pasaba nada, sino que hemos quedado para el viernes. Y es que, cuando te atreves a preguntar, con el tiempo te vas dando cuenta de que todo estaba en tu cabeza :-).
3.Decirle a alguien algo que te ha molestado, la próxima vez que se dé el caso.
Por ejemplo, “cuando haces planes sin avisarme me siento triste. Me gustaría que me lo contaras antes de cerrar nada”.
O “entiendo que hayas llegado tarde, pero te pido que la próxima vez me avises para que no me congele esperándote”.
Importante: decirlo en el momento y no esperar a la gota que colma el vaso. Si te callas algo, pero sientes que estás ardiendo por dentro, terminarás saltando de malas maneras.
4.Ponerle límites a la próxima persona que no te trate como te gustaría.
Por ejemplo, si alguien te corta, “por favor, ¿me dejas terminar de hablar?”.
O, una que yo uso mucho, “te pido que no me grites, yo no te estoy gritando a ti”.
Ten claro tu derecho a defenderte y a pedir que te respeten cuando alguien te ataca o te deja en ridículo. No puedes echarle la culpa al otro si tú no le has dicho dónde están tus límites.
5.Decirle a alguien antes de tres días que no estás de acuerdo con algo.
Por ejemplo, “entiendo que tú pienses así, pero yo creo que…”.
O “entiendo que a ti te guste hacerlo de esa forma, pero yo prefiero hacerlo así”.
¡Ojo! No se trata de tener razón. El otro puede tener su opinión, y tiene todo el derecho a ello. Simplemente se trata de expresar lo que piensas respetando que el otro piense diferente.
6.Pedirle un favor a alguien en los próximos dos días.
Por ejemplo, a un compañero de trabajo que te eche una mano con ese proyecto que te tiene desbordada.
O a tu hermano para que se encargue de ayudar a tus padres con algo.
O simplemente a una amiga de la que necesitas un abrazo o hablar un rato porque estás de bajón.
Cuidado si eres una de esas personas que no se deja ayudar porque cree que tiene que poder con todo y que pedir ayuda es de débiles. En mi opinión, pedir ayuda es de personas valientes y generosas, porque todos nos sentimos bien ayudando a los demás y es egoísta querer ser siempre el que ayuda y nunca el que se deja ayudar.
7.Expresar una queja o poner una reclamación la próxima vez que no estés satisfecho con algo.
Por ejemplo, en un restaurante si el plato que has pedido no está como esperabas.
O en una tienda si compras algo en mal estado.
Las claves: decirlo de una forma tranquila, educada y con una sonrisa.
8.Hacerle un cumplido a alguien antes de que acabe la semana.
Por ejemplo, “me gusta mucho cuando me llamas de camino a casa”.
O “has hecho muy buen trabajo”.
O “me alegré mucho cuando me escribiste para vernos”.
¿Para qué? Para sentirte bien, para hacer sentir bien al otro y para que las personas que te rodean puedan saber lo que te gusta y repitan si así lo desean.
9.Llamar a alguien a quien hace tiempo que no llamas, en los próximos tres días.
Por ejemplo, a esa amiga a la que tienes un poco abandonada, a esa tía a la que tienes un cariño especial o a ese compañero de tu anterior trabajo con el que te reías tanto y has perdido el contacto.
Un cotilleo: pongo este punto porque curiosamente es una de las cosas que más escucho a mis clientes, eso de “me gustaría llamar a X, pero lo he ido dejando tanto tiempo que ya me da vergüenza”. Pues sí, y cuanto más tiempo lo dejes más vergüenza te va a dar…
Además de que este es un buen ejemplo de esas piedrecitas que se nos van acumulando en el zapato y que, parece que no, pero hacen pupa en la autoestima. Así que trágate la vergüenza y el orgullo (por ser tú quien llame… ¡al único que le importa eso es a tu ego!) y verás qué bien te sientes después.
10.Decir que no sabes algo o que no lo entiendes, la próxima vez que se dé el caso.
Por ejemplo, en un grupo de amigos si sale un tema de conversación del que tú no controlas.
O en tu trabajo si te piden que hagas algo que no tienes claro cómo se hace.
Ojo, una persona segura de sí misma no es la que sabe hacerlo todo, sino la que reconoce lo que no sabe y no se siente inferior por ello.
11.Dar las gracias a alguien en las próximas veinticuatro horas.
Por ejemplo, “te agradezco mucho que me ayudaras el otro día”.
O “es genial poder contar contigo, muchísimas gracias por estar siempre ahí”.
O “muchas gracias por acordarte de enviarme esto, me ha encantado recibirlo” (sí, aunque una persona simplemente haya cumplido con su palabra, eso también es de agradecer).
En mi opinión, el agradecimiento es una de las maneras más efectivas de conectar con alguien, además de que te sientes genial cuando eres una persona agradecida de las de verdad, como ya te conté hace muuuuucho tiempo.
12.Pide algo que consideres justo antes de que pasen dos semanas.
Por ejemplo, “me gustaría que antes de entrar en mi despacho llamaras a la puerta”.
O “me gustaría que hicieras la cena tres días por semana”.
La clave: hacerlo como una sugerencia y no como una exigencia. A las personas no nos gusta que nadie nos exija, pero la mayoría aceptamos que los demás nos pidan o nos sugieran algo si saben decirlo con buenas palabras.
13.Da tu opinión sobre algo la próxima vez que tengas oportunidad.
Por ejemplo, en el café de media mañana con los compañeros de trabajo, en una comida familiar, con tu pareja o con tu grupo de amigos.
“En mi opinión las vacaciones de Navidad sería mejor organizarlas así”.
O “yo prefiero que hoy salgamos solos a cenar y ya la próxima semana si quieres quedamos con ellos”.
O “a mí me ese restaurante que el que decís vosotros”.
Importante: exprésalo de una forma natural, hablando en primera persona y aceptando que no salga lo que tú querías. ¡No te lo tomes como algo personal!
14.Pídele su opinión a alguien antes de una semana.
Por ejemplo, a tu jefe en el trabajo, “me gustaría que me dijeras qué te pareció cómo resolví este asunto y, si algo no te gustó, que me digas cómo prefieres que lo haga la próxima vez”.
Recuerda que el hecho de que otra persona no te dé feedback o no te haga un reconocimiento no significa que no esté satisfecha. Tal vez simplemente no tiene el (buen) hábito de hacerlo o no sabe que tú lo necesitas.
15.Asume un error antes de que acabe el mes.
Por ejemplo, “me equivoqué, lo siento mucho”.
O “perdona si el otro día estaba un poco enfadada cuando te dije eso, no quería decirlo así”.
O “se me había olvidado que tenía este libro tuyo, discúlpame”.
Ten claro que una de las maneras más bonitas de mostrarte ante alguien, ya sea tu jefe, tu pareja o un amigo, es como una persona que sabe reconocer sus errores y pedir perdón.
16.Toma una decisión sin dar explicaciones por ello.
Desde apuntarte a clases de algo, a no acudir a ese evento familiar o dejar de hacer horas extra en el trabajo.
Que sepas que cuando te justificas continuamente por lo que dices, por lo que haces, por cómo lo haces, por las decisiones que tomas y por las que no tomas, estás dando explicaciones a quien no las necesita… En realidad, ¡quien las necesita eres tú! Así que averigua en qué miedo se está apoyando esa necesidad.
17.Cambia de opinión antes de diez días.
A cualquier cosa que hubieras dicho que sí, ahora di que no. Si dijiste que opinabas rojo sobre esto, ahora di verde. Si dijiste que lo tuyo es el dulce, ahora vota por lo salado.
¿Para qué? Para que te quede claro que las personas tenemos derecho a cambiar de opinión, incluso de un día para otro, y que eso no significa que no tengas palabra o que no seas de fiar.
18.Acepta una crítica la próxima vez que tengas oportunidad y da las gracias por ella.
Por ejemplo, de tu pareja, de un amigo o de tu jefe… Incluso, si quieres y te sientes segura para ello, puedes preguntarles a dos o tres personas en las que confíes qué áreas de mejora destacarían en ti.
La clave es que, si aceptas esa crítica y estás de acuerdo en su parte de verdad, te lo tomes como una oportunidad para mejorar, en vez de ponerte a la defensiva. Las personas que nos quieren pueden ver mucho más de lo que nosotros somos capaces de ver, y es maravilloso darnos permiso para escucharlas…
19.Expresa un deseo o necesidad antes de dos días.
Por ejemplo, “no me apetece nada ir al cine el viernes, prefiero quedarme en casa”.
“Me gustaría que nos fuéramos un fin de semana a la montaña”.
O “necesito que me ayudes por las tardes para tener un poco más de tiempo para mí”.
Importante: se clara y dilo con la confianza de que tienes derecho a expresarlo y a no reprimirlo, aunque no sepas lo que la otra persona va a contestar o no sea lo que espera de ti.
20.Da las gracias la próxima vez que alguien te haga un cumplido.
Simplemente “muchas gracias”, si quieres con una sonrisa. Y punto.
Es decir, sin justificarte, sin quitarle importancia y sin decir que no es para tanto. ¡Creételo!
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Ya sabes, elige un reto, ¡solo uno! Y si quieres, cuando lo hayas hecho, vuelves al post y eliges otro… ¡Y felicitándote por cada paso!
Con compromiso, paciencia e ilusión podrás mejorar tu asertividad. ¡Que lo disfrutes!
Por cierto, me encantará saber por cuál vas a comenzar y por qué has elegido ese. Me lo puedes contar en los comentarios aquí debajo.
Vanessa, como siempre un post animante, certero y muy práctico… Enhorabuena! Cada jueves te espero con ilusión. Un abrazo
Muchas gracias, Mare. Es de lo más bonito que alguien me puede decir, que espera mi post con ilusión. Te lo agradezco mucho.
Un abrazo grande,
Vanessa
He descubierto leyendo tu post que he mejorado mucho últimamente en mi asertividad. Según iba leyendo (y copiando, que me lo apunto todo para poder releerlo y trabajar en ello) he visto que bastantes de los puntos escritos los había hecho en estos últimos 10 días; y que eran cosas que antes no hacía. Gracias por hacerme caer en la cuenta de ello, 😀
Qué bien, Mariluz. Me alegro mucho, muchas gracias por compartirlo. Eso es porque te lo estás currando…
Sigue así y no te olvides de premiarte por ello ;-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Me has ayudado de una manera increíble! Muchas felicidades! Tu post es único y contado de manera sencilla y que se puede aplicar fácilmente en la vida diaria, sin tecnicismos o situaciones poco probables. Bendiciones para ti y la vocación que ejerces para los demás, saludos desde México 😘👏🏼👏🏼👍
Qué bien, Marina. Me alegro mucho de que pienses eso, para mí es importante contar las cosas de una forma sencilla y con ejemplos.
Un abrazo de vuelta hacia Mexico,
Vanessa