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¿Tú también adivinas lo que piensan los demás?

Lo que piensan los demás - pareja de espaldas

Vivimos haciendo suposiciones sobre todo lo que nos rodea. Sobre lo que piensan los demás, sobre por qué hacen lo que hacen, sobre lo que va a pasar…

Suponemos algo y creemos que eso que hemos supuesto es cierto. Simplemente porque lo estamos pensando así.

Por ejemplo, que alguien piensa que eres tonta, que ha hecho eso sólo para hacerte daño o que es porque no te quiere…

¿Te suena?

Nos creemos que conocemos las intenciones, los motivos, los sentimientos y los pensamientos de la otra persona, sin habernos molestado en aclarar si eso que hemos pensado es así.

¡Como si tuviéramos una bola de cristal!

Y lo peor es que después, por culpa de lo que hemos supuesto, reaccionamos con palabras que hacen daño al otro y con pensamientos en bucle que nos hacen daño a nosotros.

Conflictos que podrías evitar

Ya te he habado en otros post de que nuestros pensamientos condicionan cómo nos sentimos.

Es decir, dependiendo de cómo piense, así me sentiré.

Y una de las formas más tóxicas de pensar son las suposiciones.

Tenemos la manía de hacer suposiciones sobre todo y, por supuesto, de creer que eso que suponemos es real.

¿Te das cuenta de que cuando hacemos eso, cuando damos por hecho algo que no ha pasado, o nos inventamos lo que va a pasar, nos estamos comportando como si tuviéramos una bola de cristal?

Y así es como, sacando conclusiones precipitadas, terminamos provocando un conflicto.

Unas veces es un conflicto interno, porque nos sentimos mal con nosotros mismos de tanto darle vueltas y más vueltas a lo que ha pasado.

Y otras veces es un conflicto externo, porque como consecuencia de eso que hemos dado por hecho, escupimos nuestro veneno emocional a los demás, ya sea con palabras o con nuestro comportamiento.

En resumen, le buscamos una explicación a algo que ha pasado y nos convencemos a nosotros mismos de que eso que estamos pensando es cierto… Pues sí, “Pepa ha hecho esto porque quiere fastidiarme, fijo fijísimo”.

¡Y ya está el lío armado!

¿Comprendes que terminamos asumiendo como una verdad algo que no tiene por qué serlo?

Pero lo peor, lo más perjudicial, es que actuamos en respuesta a eso que hemos interpretado, en vez de hacerlo por lo que objetivamente ha pasado.

Por ejemplo, recuerdo a una clienta que siempre se había llevado regular con su suegra, porque nunca se había sentido aceptada por ella. Y de pronto, cuando tuvo un niño, vio como la actitud de su suegra cambiaba y era mucho más amable y cariñosa con ella. ¿Qué pensó entonces mi clienta? Pues que su suegra lo estaba haciendo por interés, para ser la “súper abuela” y para meterse en su vida. Así, cada vez que la suegra aparecía con un regalo para el niño, mi clienta se ponía a la defensiva y se inventaba excusas para no aceptarlo. Todo porque, según su bola de cristal, la suegra sólo quería entrometerse.

Lo mismo que otra clienta que cada vez que su pareja le hablaba de alguna amiga pensaba que estaba interesado por ella y que la iba a dejar por ella. Y así era como un comentario sin importancia desembocaba en una tarde infernal de celos y discusiones.

Porque otra consecuencia de pensar y actuar así es que muchas veces nos acabamos creando nuestra propia profecía autocumplida y confirmando nuestros temores. Como le habría pasado a esta clienta si, de tanto armar el lío con su pareja sin tener motivos para ello, él hubiera acabado por cansarse y romper la relación… Menos mal que ella se dió cuenta a tiempo de lo que le estaba pasando y consiguió cambiarlo.

O como me contaba otra persona con la que trabajé por skype, que se sentía rechazada entre un grupo de amigas porque nunca le preguntaban por ella ni por su vida. Según su bola de cristal, esa falta de interés y la manera en la que la miraban era porque la estaban juzgando, hasta que comprendió que, por miedo al rechazo, ella tampoco solía mostrar interés por ellas ni les preguntaba por su vida. Sus amigas no mostraban interés por ella porque ella tampoco lo hacía por ellas… Y así era como estaba creando su propia profecía autocumplida…

Y qué decir del tema del whatsapp, que tantas bolas de cristal alimenta… “No me contesta porque pasa de mí”, “no me dice nada porque se aburre conmigo” o “no me ha escrito, seguro que he dicho alguna tontería”.

Como dice Miguel Ruíz en el libro Los cuatro acuerdos, “toda la tristeza y los dramas que has experimentado tienen su raíz en las suposiciones que hiciste y en las cosas que te tomaste personalmente”.

Y estoy completamente de acuerdo.

Si no tenemos una explicación, nos la inventamos

Y todo esto, ¿por qué? ¿Por qué nos montamos tantas películas con nuestra bola de cristal?

Creo que en gran parte se debe a esa ansia de tener una explicación para todo.

Por lo general, a las personas nos cuesta mucho aceptar la incertidumbre y no saber lo que está pasando.

Por eso necesitamos suponer, porque eso nos da seguridad, frente a la inseguridad de no tener una explicación para eso que creemos haber visto.

Y también porque muchas veces creemos que todo lo que pasa a nuestro alrededor, lo que hacen los demás o cómo se comportan, tiene algo que ver con nosotros, cuando no siempre es así… No, no somos el centro del universo, aunque a menudo creamos que sí ;-).

Total que así es como terminamos enfadados, inseguros, preocupados y dándole a las cosas mucha más importancia de la que tienen.

Cómo dejar de adivinar lo que piensan los demás

Lo cierto es que nos decepcionamos, nos frustramos, discutimos y terminamos rompiendo muchas relaciones por culpa de esta maldita bola de cristal.

Sufrimos muchísimo con todas estas suposiciones, mucho más de lo necesario…

Entonces, ¿cómo cambiarlo? ¿Cómo dejar de suponer y de adivinar lo que está pasando con tu bola de cristal?

1. Lo primero es ser consciente y darte cuenta de cuándo estás usando tu bola de cristal con alguien. Porque, como comprenderás, no tiene ninguna lógica pensar que podemos adivinar lo que piensan los demás, ni siquiera con alguien a quien conocemos muchísimo.

2. Pregúntate cómo lo sabes. Esto es fundamental.

¿Cómo sé que ha pensado que soy tonta?

¿Cómo sé que esta persona ha hecho eso para hacerme daño?

¿Cómo sé que ya no me quiere?

3. Pregunta al otro. Las cosas no se dan por hecho ni se adivinan. Las cosas se hablan y se preguntan.

Eso es lo más productivo y lo más efectivo que hay, preguntar sin miedo a equivocarte (porque justo a eso es a lo que te estaba llevando tanto presuponer), sin miedo a lo que piense el otro y sin miedo a quedar mal…

Porque si sólo barajas la opción que tú has pensado estás minimizando las posibilidades y dando por hecho que la tuya es la única posible, cuando los motivos pueden ser muchos más.

Además de que cuando supones, en vez de preguntar, le estás quitando a esa persona la oportunidad de explicarse… Y es mucho más generoso darle a esa persona esa oportunidad que ser tú quien decida sus motivaciones.

¿O que prefieres tú que hagan los demás contigo? ¿Que supongan o que te pregunten?

Y si por lo que sea no quieres hablar con esa persona, o no te convencen sus argumentos, pide información a diferentes fuentes…

4. Comprende que tu diccionario de la vida no es universal. Que cada persona hace las cosas de una forma diferente porque piensa diferente y tiene una historia de vida diferente. Y que los motivos de otro para hacer algo no tienen que ser los mismos que los tuyos.

Así que, antes de adivinar lo que piensa o lo que siente alguien, lo que le ha molestado o lo que quiere, sobre ti o sobre lo que sea, ¡pregúntaselo!

Tira de una vez por todas esa bola de cristal con la que adivinas lo que les pasa a los demás o pretendes que ellos adivinen lo que te pasa a ti, porque sólo te sirve  para montarte películas y provocar roces y malentendidos.

¿Qué me dices? ¿Cuándo fue la última vez que usaste tu bola de cristal? Seguro que si haces memoria no fue hace más de dos o tres días… Y me encantaría que me lo contaras en los comentarios aquí debajo.

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Acerca de Vanessa Carreño

Trabajo con mujeres que se sienten inseguras, no se valoran ni tienen confianza en sí mismas, le dan muchas vueltas a la cabeza y se preocupan mucho por lo que piensen los demás.

Con mis programas de Autoestima, Relaciones Personales y Dependencia Emocional consiguen ganar confianza en sí mismas y sentirse seguras y capaces de alcanzar sus objetivos. Aprenden a valorarse, se atreven a ser ellas mismas y empiezan a disfrutar de su vida y de sus relaciones.

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12 comentarios

12 comentarios
  1. Ana 05/10/2017

    Antes de ayer me sucedió que no sabía que una vecina estaba furiosa conmigo, y al percatarme le pregunte el motivo y comenzó a darme una retahíla de reclamos por cosas que no tienen el menor fundamento. Guardé la calma y me retiré, pero ahora estoy muy molesta conmigo por darle pie a que descargara en mí sus traumas y frustraciones. Gracias por tus posts Vane, enhorabuena.

    Responder
    • Mónica 05/10/2017

      Querida Vanessa, me encanta tus publicaciones, la verdad que me ha ayudado muchísimo..
      ¿Cómo puedo enfrentar o hablar sin enojarme con una amiga y expresar todo lo que siento por ella?
      Mil gracias.

      Responder
      • Vanessa Carreño Andrés 06/10/2017

        Hola Mónica,
        No me cuentas de qué quieres hablar con tu amiga. Y no sé si es darle tu feed back sobre algo, sincerarte sobre algo tuyo o qué… Te dejo un par de post, espero que te ayuden. Pincha aquí y aquí para leerlos.
        Un abrazo grande,
        Vanessa

        Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 06/10/2017

      Ana,
      Se compasiva, cariñosa y comprensiva contigo. Alégrate por haber guardado la calma, seguro que no fue fácil, y perdónate por lo que habrías hecho diferente… Aprende de ello, nada más.
      Un abrazo fuerte,
      Vanessa

      Responder
  2. Viviana 06/10/2017

    Hola Vanessa! Siempre leo tus post y me encantan. En este en particular cuando mencionas que uno tiene que hablar con la otra persona para saber, ¿cómo lidiamos con la gente que suele negar cosas, mentir o disimular cuando uno ya sabe lo acontecido? Amiga/os, compañeros, familiares, etc. ¿Cómo se lidia con la persona a que le das la oportunidad o le preguntas y miente, niega u omite? Lo digo porque me ha sucedido con algunas personas y soy de las que evito la discusión y me alejo. Porque para escuchar mentiras para mí es hacerme perder el tiempo. ¿O cómo debería de hacerlo? ¿Por qué a las personas les cuesta hacerse cargo de sus actitudes o de lo que dicen ?

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 06/10/2017

      Hola Viviana,
      Muchas gracias, me alegro de que te gusten mis post.
      Entiendo que si sabes lo acontecido, si tienes datos objetivos y pruebas de lo que ha pasado, entonces ese caso no encaja en el síndrome de la bola de cristal.
      Supongo que depende de la persona, de lo que haya pasado y de cómo te hayas sentido con ello. Es difícil darte una respuesta general que sirva para cualquier caso. Pero para mí es importante ser claro y decir las cosas como las estás pensando. Por ejemplo, “sé que pasó esto y esto y creo que no me lo estás contando tal cual”. Y a partir de ahí ya eres tú quien decide si quieres mantener esa relación o tomar distancia.
      También te diría que si es algo que te ha sucedido varias veces, te preguntes qué puede estar pasando en tu manera de relacionarte para que eso se repita. Los demás son un espejo maravilloso para irnos conociéndonos ;-).
      Un fuerte abrazo,
      Vanessa

      Responder
  3. Raymundo Rodríguez 14/05/2018

    Me gustó tu artículo. Tengo años con este problema de estar adivinando lo que piensan de mí y no me había dado cuenta de que me estaba haciendo mucho daño. Pero creo que puedo ser diferente, por eso miré tu artículo. Gracias Vanesa.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 14/05/2018

      Felicidades entonces por darte cuenta, Raymundo. Celébralo como se merece ;-). Y por supuesto que puedes ser diferente, te aseguro que sí.
      Un abrazo grande,
      Vanessa

      Responder
    • Antonella 14/11/2020

      Hola, a mi tambien me pasa pero es muy dificil cambiar eso, supongo que si lo cambio lo haré a mi forma y ritmo.

      Responder
      • Vanessa Carreño Andrés 17/11/2020

        Muchas gracias, Antonella. Claro que sí, a tu ritmo está perfecto. Lo importante es que estés enfocada en lo que quieres y que todos los días hagas algo para conseguirlo. Piensa que es posible, te servirá más que pensar que el difícil.
        Un abrazo,
        Vanessa

        Responder
  4. Nuria 29/09/2019

    Hola Vanessa, me pasa esto desde hace mucho tiempo. Cada día pienso que se pueden reir de mi por mi físico, tengo inseguridad, y uso esa maldita bola de crital varias veces al dia.
    Creo que todo esto me llega sobre todo por la inseguridad… leo todos tus posts y los estoy poniendo en práctica, gracias!!

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 01/10/2019

      Muy bien, Nuria. Me alegro de que estés practicando lo que lees. Recuerda que eso que te pasa se puede trabajar para que te sientas más segura de ti misma y te deje de pasar. ¡Jamás te resignes a ello! :-).
      Un fuerte abrazo,
      Vanessa

      Responder

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