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Los tres secretos para que una relación funcione

Secretos para que una relación funcione - pareja

Todos tenemos alguna relación que nos gustaría mejorar (si hay alguien que no la tenga, por favor que levante la mano). Siempre hay alguien de nuestro entorno con quien surgen roces, conflictos o malentendidos que nos hacen sentir mal. Tal vez sea tu pareja, tus padres, algún amigo o alguien de tu familia.

Hay veces que ya no sabes qué hacer para que esa relación mejore y otras que piensas que ya no puedes hacer nada, que cada uno es como es y esto es lo que hay. Y resulta que lo que está fallando es algo tan obvio como si un coche no arrancara porque no tiene motor.

Por eso hoy quiero contarte cuáles son, en mi opinión, los tres ingredientes indispensables para que una relación te haga sentir bien, para que estés a gusto, para que veas que os entendéis y que las cosas funcionan. Estos son, por orden de importancia:

 

 1. Comunicación

Lo tengo claro, la comunicación es el ingrediente básico en cualquier relación, el único sin el cual una relación no puede subsistir de una manera sana y satisfactoria para ambas partes.

Por eso no dejo de sorprenderme cuando me encuentro a personas con una relación muy estrecha (de pareja, de amistad o de lo que sea) que nunca hablan de lo que sienten, de lo que les pasa y de lo que les preocupa. Que solo tienen conversaciones superficiales en las que se cuentan lo que han hecho hoy, sus planes para esta semana o lo que les pasa a los demás.

Decir las cosas y saber cómo decirlas es primordial en cualquier relación. Expresar lo que sientes, mostrar cariño, hacer un cumplido, comunicar lo que te gustaría, decir lo que te molesta, pedir perdón, saber hacer una crítica, saber decir que no…

Porque ser sincero es la única manera de evitar conflictos, malentendidos, expectativas mal gestionadas y poder, así, construir relaciones que nos hagan sentir felices, satisfechos, conectados y en armonía con el otro.

Muchísimas veces damos por hecho que la otra persona lo sabe, pero no es así. No puede ser así. Nadie puede saber lo que necesitas, lo que te disgusta, lo que te gustaría que hiciera y lo que quieres que deje de hacer si no se lo dices.

Necesitas que la otra persona sepa lo que esperas de ella. Necesitas poner marcos claros a cualquier relación. Porque si no lo haces y esa persona se comporta de una forma diferente, tú te sentirás herido y acumularás rencor, incluso sin darte cuenta. Y la otra persona seguramente no tenga ni idea.

Y también necesitas preguntarle al otro lo que espera de ti. Porque asumimos que los demás esperan de nosotros lo mismo que nosotros de ellos, pero en realidad es muy difícil que coincida, sencillamente porque somos personas diferentes.

Precisamente en ese ser diferentes reside la necesidad de comunicación. Y es que cada uno tenemos nuestro manera de entender las cosas y nuestro diccionario particular del mundo y de la vida… Lo que para ti significa una tarde tranquila tal vez para mí sea una tarde aburrida… O tal vez cuando yo te digo que estoy cansada y no puedo acompañarte a eso que me pediste, tú interpretas que si no te acompaño es que no te importo. Tú haces una asociación diferente a la que yo hago. Y la única manera de que yo lo sepa es que tú me lo digas.

¿Te das cuenta? Hay muchos momentos y muchos motivos por lo que a veces no nos comunicamos como deberíamos:

Porque creemos que hay cosas que es mejor no decirlas, que si no las dices es como si no existieran, y así evitas el mal trago. Y no es así, porque todo lo que has pensando o sentido ya existe, ya le has dado forma dentro de ti.

O porque nos parece una tontería, “¿y cómo voy a andarle molestando con esto?”. Puede que sea una tontería, puede que no, pero si es algo que te preocupa y te hace sentir mal, hablarlo con el otro es la única forma de liberarte y saber lo que esa persona piensa.

O cuando sabes que necesitas soltar algo, decir que algo te ha molestado, pero lo vas dejando para mañana porque no te atreves o tienes miedo de cómo pueda responder el otro. “¿Y si se enfada?”, “¿y si le molesta?”, “seguro que me dice que… “. ¿Y si en vez de pensar eso buscas una manera de expresarlo que haga que el otro se sienta bien?

Y otras veces eres tú quien se da cuenta de que podría haber hecho las cosas de otra forma o haber dicho algo con más tacto. Piensas que podría estar bien pedir perdón, pero total, ¿para qué? Si él está bien y no parece que necesite oírlo. Pues sí, pedir disculpas, incluso cuando el otro no las ha pedido, también forma parte de una buena comunicación.

Tampoco funciona dar por hecho que lo que está pasando es lo que yo creo que está pasando. “Le pasa algo”, “seguro que está pensando que…”, “debería haberse dado cuenta de que yo…”. En vez de eso pregúntale si le pasa algo, pregúntale lo que piensa o dile que te gustaría que se hubiera dado cuenta de eso.

Incluso con personas con las que crees que todo está claro puedes preguntarte qué podría mejorar en vuestra relación, porque siempre hay algo. ¿Qué podrías decirle que no le has dicho? ¿Qué podrías preguntarle que no te ha dicho?

Cuando dices las cosas como son y sabes lo que el otro espera de ti todo se vuelve mucho más fácil y más sencillo. Y entonces, sobre esa base de confianza y de comunicación, ya sí puedes construir una relación estable y equilibrada.

 

2. Generosidad

Recuerdo a una Coachee que quería mejorar su relación con su hijo y que, cuando le pregunté qué era lo primero que podía hacer, me respondió: “Intentar que me escuche”. Con el tiempo ella misma se dio cuenta del error que había en su planteamiento. Si para que nuestra relación mejore lo que tiene que pasar es que tú cambies, ¿qué estoy aportando yo?

Pues ahí es donde aparece el segundo secreto para que una relación funcione: la generosidad.

Generosidad no es esperar a que el otro mueva ficha para que algo cambie, sino tener la generosidad de moverla yo (siempre y cuando tenga claro que esa persona me importa, que yo le importo y que merece la pena, esto no vale para las parejas tóxicas ;-).

Es decir, una persona generosa en su relación, por ejemplo de pareja, se pregunta qué necesita el otro, no sólo que necesita ella.

Una persona generosa sabe que darle la razón a otro no significa que ella la pierda, porque cada uno tiene su razón y eso es mucho más grande que el ego empeñado en ganar siempre.

En cambio, no es generosidad pensar que si yo te doy me quedo sin algo. No, el generoso sabe que cuando él da, también recibe. Que en realidad dar y recibir es lo mismo, que no se puede lo uno sin lo otro.

Si te doy tiempo, si te doy una sonrisa, si te doy un beso, si te doy mi atención sin esperar a que tú me escuches después… Yo también recibo. Yo también gano. Ganamos los dos.

Y la generosidad no funciona sólo con las cosas tangibles. Generosidad también es la forma en la que te diriges al otro, cómo le muestras que le valoras, cómo te interesas por él, cómo le respondes cuando te pregunta algo, cómo cuidas de alguien, cómo te entregas a una persona…

Es dar incondicionalmente. No a cambio de algo, no porque el otro te haya dado algo antes, no porque creas que es tu obligación darlo, como si comerciáramos con el cariño y los favores… “Yo te hice este favor, así que tú ahora me debes uno…”.

Pero, sobre todo, generosidad en una relación es dar sin esperar nada a cambio y sin esperar que el otro cumpla tus expectativas.

(Ojo, no sólo tú, la generosidad ha de ser por ambas partes).

 

3. Respeto por las diferencias

Igual que la Coachee de la que he hablado antes, todos hemos querido cambiar a alguien alguna vez. Es uno de los errores más comunes en las relaciones. Porque cuando quieres cambiar a alguien lo que le estás diciendo es que no le aceptas como es, que te gustaría que fuera diferente. ¿Eso es lo que querrías que te dijeran a ti?

Asú que ahí está el tercer secreto para que una relación funcione: respetar que el otro sea diferente a ti. Que entienda las cosas de forma diferente. Que haga las cosas de forma diferente. Que piense distinto y valore cosas que tú no valoras, o al revés.

Por ejemplo, que dos personas sean muy amigas no implica que tengan el mismo sentido de la amistad. Tal vez para una de ellas la mentira no tenga cabida entre dos amigos, mientras que para la otra eso no sea tan importante, porque ella valore más otras cosas. ¿No pueden ser amigos? Bueno, si para cada una de ellos no supone un problema esa diferencia de valores, pues sí que podrán ser amigos.

O en el amor. Tal vez en tu manera de ver el amor no tenga cabida el enfado y en el de tu pareja sí. ¿Sois incompatibles? Pues lo mismo. Si cada uno acepta que el otro es diferente en eso, a partir de ahí tendréis que trabajar para encontrar un camino común.

¿Cómo se hace? Pues reduciendo nuestro juicio y nuestro hábito de juzgar lo que es correcto y lo que no. Porque nada está bien ni está mal, nada es mejor o peor, sencillamente es diferente. Si tú quieres a tu pareja, la quieres como es. Y si necesitas que cambie algo, porque choca con uno de tus valores, pues no pasa nada, mientras que lo aceptes en vez de pedirle al otro que cambie.

Y hasta aquí los tres secretos para que una relación funcione. Puede haber otros, como la confianza, la sorpresa o la admiración. En realidad cada relación es distinta y debe tener sus propios ingredientes. Desde mi punto de vista estos tres son los más importantes, pero tal vez para ti sean diferentes. ¿Cuáles dirías? ¿Hay alguno que eches de menos aquí? Espero tu opinión en los comentarios :-).

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Acerca de Vanessa Carreño

Trabajo con mujeres que se sienten inseguras, no se valoran ni tienen confianza en sí mismas, le dan muchas vueltas a la cabeza y se preocupan mucho por lo que piensen los demás.

Con mis programas de Autoestima, Relaciones Personales y Dependencia Emocional consiguen ganar confianza en sí mismas y sentirse seguras y capaces de alcanzar sus objetivos. Aprenden a valorarse, se atreven a ser ellas mismas y empiezan a disfrutar de su vida y de sus relaciones.

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10 comentarios

10 comentarios
  1. Rodolfo Cadena Sarmiento 01/10/2015

    Muy enriquecedor el artículo.
    Muchas gracias.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 02/10/2015

      Muchas gracias, Rodolfo. Me alegro de que te haya gustado y espero que te sirva para mejorar tus relaciones.
      Un abrazo

      Responder
  2. pedro 15/12/2015

    buenas noches muy profundas tus palabras pero quisiera hacerte una pregunta que hablaras sobre las famosas mujeres alfa creo que me toco tener una como novia espero puedas responderme

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 15/12/2015

      Hola Pedro,
      Muchas gracias. No soy muy dada a las etiquetas, y menos cuando se trata de etiquetar a terceros. Creo que nos encierran en una definición y que cada uno de nosotros es mucho más que eso y puede ser lo que quiera ser, por encima de las etiquetas que otros o él mismo se haya puesto.
      Siento mucho no haberte sido de ayuda.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  3. Ane 28/07/2017

    Muy positivo todo lo que he leído, ojalá pudiera ponerlo en práctica. ¿Cómo se puede hablar de lo que sientes y preguntar a tu pareja lo que siente? Cada vez que lo intento… la respuesta es otra vez “Déjame en paz…”.

    Realmente nunca es otra vez… Puesto que no ha habido ninguna oportunidad de terminar la conversación. Tengo la sensación de empeñarme en algo imposible… Es la pescadilla que se muerde la cola.. Una y otra vez.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 02/08/2017

      Ane,
      Hay personas a las que les cuenta hablar de sus sentimientos, que los evitan o que prefieren no escucharlos. No sé si ese es el caso de tu pareja. Sea como sea, es más importante la intención que la acción en sí. Si los dos queréis resolver lo que os pasa, encontraréis el camino juntos. Estoy segura :-).
      Supongo que ya lo has hecho, pero sé sincera con él y dile cómo te sientes y lo que necesitas. Sin pedirle que cambie, aceptándole como es, igual que él debería hacer contigo. El único cambio posible es el que nos nace de dentro.
      Un abrazo grande,
      Vanessa

      Responder
  4. Alcides 24/01/2019

    Hola Vannesa como estás? Mira necesito tu opinión en relación a un caso personal, como hago para comentarte el mismo en privado? Agradezco tu opinión experta…

    Responder
    • Katherin 07/12/2021

      Hola, muy enriquecedor tu articulo. Quiero ponerlo en práctica, siento que con la pareja que actualmente vivo soy sincera y abro mi corazón y le pregunto las cosas pero él siempre me dice “usted es una fastidiosa, usted me tiene aburrido, realmente me agobia eso”. Pero estoy muy enamorada de el.

      ¿Qué dices?

      Responder
      • Vanessa Carreño Andrés 10/12/2021

        Hola Katherin,
        Escribí hace poco un post sobre que no todo lo que escribo, ni yo ni nadie, sirve para todo el mundo. Este post en el que comentas parte de la base de una relación recíproca y respetuosa por ambas partes. Pero en lo que cuentas que te dice tu pareja creo que no hay respeto. En ese caso en el apartado de “Dependencia Emocional” del blog encontrarás otros post que te pueden encajar mejor. Lo que sea que te sirva para comprender qué hace que permitas ese trato y qué hace que le muestres más amor a otra persona que a ti misma.
        Un abrazo grande y mucho ánimo,
        Vanessa

        Responder

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