¿Te cuesta dar tu opinión cuando estás en un grupo?
¿No te atreves a decir lo que piensas por miedo a equivocarte?
¿No tomas decisiones por si a los demás no les parece bien eso que has decidido?
Pues, lo primero, que sepas que les pasa a muchas personas…
A veces es por haber escuchado, sobre todo cuando éramos pequeños, cosas como “cuidado con lo que dices”, “a ver si se ríen de ti”, “vaya tonterías tienes” o “si no estás seguro de lo que vas a opinar mejor te lo callas”…
Otras veces porque en el colegio te premiaban por acertar, en vez de hacerlo por ser valiente y levantar la mano, que es lo que debería ser…
Y otras porque, simplemente, te da mucho miedo lo que los demás puedan pensar de ti.
Total que aprendes a quedarte calladita, sin hacer ruido, y que nadie se entere de lo que estás pensando…
Por ejemplo, cuando estás en un grupo y los demás empiezan a hablar sobre un tema de actualidad política, sobre la última película ganadora del festival de Cannes o sobre la oleada de incendios en Galicia.
Y te comparas y te sientes inferior, pensando que cuánto sabe éste, que qué bien se expresa aquel o que qué poco sabes tú.
Y no te atreves a decir lo que opinas porque piensas que ellos saben más, que tú no tienes nada que aportar, que eres una inculta, que ojalá cambien de tema pronto o que ten cuidado no vayas a decir algo que moleste a alguien…
Hasta el punto de que dejas de tener tu propio criterio, por miedo a que no sea válido, y te amoldas a lo que piensan los demás, aunque no lo compartas.
Como si tuvieras que saber de todo, que haber viajado un montón, que estar al tanto de política, que saber de memoria todos los premios Nobel o que controlar de cine húngaro como el que más.
¿Te suena? Pues si es así, deberías valorar tu opinión, aunque no seas una experta o aunque no pienses lo que piensa la mayoría, y atreverte a expresarla con la seguridad y la confianza de que está bien, simplemente porque es lo que tú opinas.
Sin miedo a equivocarte, porque todos nos equivocamos, y dispuesta a escuchar y a aprender de otros, que es una cualidad que no todo el mundo tiene.
Pero no, hay quien elige callarse antes que ser el mismo… Lo sé porque es un perfil que me encuentro mucho en las personas con las que trabajo para que mejoren su autoestima y la confianza en sí mismas.
Como decía hace poco una Coachee, “siempre espero a saber qué opinan los demás para decir algo, y me gustaría ser una persona con opinión propia, la comparta el resto o no”.
O, como me decía otra, “cuando los demás dan su opinión sobre algo y yo no sé tanto sobre eso me siento pequeñita”.
Y a mí, sinceramente, me parece muy triste vivir tan pendiente de lo que opinen los demás que eso te haga anularte y dejar de expresar lo que piensas.
Y eso a pesar de que, confieso, yo hace tiempo también vivía así…
Cuando no te decides a hacer algo por miedo a la crítica
Otro ejemplo bastante común es el de personas que toman o quieren tomar una decisión, pero no se atreven a seguir adelante o a compartirla con los demás por miedo a que la critiquen.
Por ejemplo, alguien que quiere cambiar de trabajo, alguien que quiere divorciarse o alguien que ha decidido ponerse a estudiar aquello que de verdad le gustaba.
¿Te pasa esto? ¿No te atreves a tomar una decisión o a contarla por miedo a lo que vayan a decir los demás?
Pues deberías tener claro que cada uno puede opinar lo que quiera, pero que en tu vida opinas y decides tú. Y al que no le parezca bien, es su opinión, y punto.
…
En realidad se trata de que confíes consigas confiar en tu opinión y de que en ninguno de los dos casos, ni cuando te callas lo que piensas sobre un tema ni cuando postergas una decisión por miedo al qué dirán, te afecte lo que vayan a opinar los demás.
O, al menos, que no te condicione a la hora de expresarte y pronunciarte.
El problema es que crecemos dándole demasiada importancia a la opinión de los demás y, para colmo, nos cuentan que eso es lo correcto y lo que hay que hacer.
¿Te imaginas que, en vez de todo eso, te hubieran dicho que puedes decir lo que piensas, que puedes tomar tus propias decisiones y que no pasa nada porque los demás no estén de acuerdo?
Porque, ya te adelanto, que siempre habrá alguien que no esté de acuerdo contigo.
Porque vivir implica estar dispuesto a no gustarle a alguien.
Y porque, que te quede bien claro, solo hace falta echarle un poco de imaginación para criticar a alguien.
Vamos, que todos somos carne de cañón. La diferencia es si quieres que eso te condicione y te paralice o si, en cambio, decides ser tú y gustarte y mostrarte cómo eres.
Porque no se trata de gustar a los demás, se trata de gustarte a ti.
Y porque lo que vales no depende de lo que piensen los demás, sino de lo que pienses tú, de tu propio autoconcepto.
El estudiante que veía un círculo donde había un cuadrado
Y a pesar de todo esto, está claro que los demás nos condicionan y que muchas veces preferimos traicionarnos a nosotros mismos antes que decir que opinamos diferente a la mayoría.
Como en ese experimento en el que a ocho estudiantes se les hace una prueba de visión muy sencilla. Los siete primeros, compinchados con el examinador, dan una respuesta incorrecta. ¿Qué hace el octavo? Pues contestar lo mismo que ellos… Era algo así como decir que estaba viendo un círculo donde había un cuadrado, pero a pesar de que fuera algo tan obvio el estudiante cobaya prefirió opinar como la mayoría a decir lo que estaba pensando…
El experimento se repitió con 123 alumnos diferentes y sólo un veinticinco por ciento mantuvo su criterio en todas las ocasiones en que fueron preguntados. El resto se dejó influir por los demás en alguna ocasión, aunque la respuesta fuera muy fácil. Y después, una vez informados de que todo había sido un experimento, reconocieron que no habían dicho lo que de verdad pensaban por miedo a equivocarse y a hacer el ridículo.
Un ejemplo muy claro de hasta qué punto podemos dejar de ser nosotros mismos con tal de encajar en el grupo y de que los demás no nos rechacen…
Diez claves para confiar en tu opinión
Si has seguido leyendo hasta aquí seguramente sea porque te identificas con alguno de los dos perfiles que he planteado. Muy bien, entonces me gustaría darte algunas claves muy sencillas para que aprendas a confiar en tu opinión.
1.Entiende que no tienes que saber de todo, ni tienes ni puedes. Nadie sabe de todo, aunque algunos quieran aparentar que sí… Acepta que hay cosas que no sabes y que hay cosas que no has hecho, y no pasa nada.
En realidad transmite mucha más seguridad alguien que se atreve a decir que esto no lo sabe, que de este tema no controla mucho, que esto no lo ha hecho nunca o que aquello no lo entiende, y que está abierto a escuchar y a aprender de otros… Transmite mucha más seguridad que ese que va de sabelotodo.
2.Trabaja tu actitud. La seguridad se transmite más por la actitud que por los conocimientos. Hay quien habla de algo con mucha confianza y parece que controla un montón y hay quien sabe mucho de algo y no es capaz de transmitirlo ni con el tono de voz ni con su cuerpo.
3.Cree en ti por encima de todo… Para que tu actitud mejore, la clave es que creas en ti y que confíes en que puedes decir lo que piensas de una forma tranquila y segura. Porque, la mayoría de las veces, el problema no es que no seas capaz de dar tu opinión, el problema es que no te creas capaz.
4.Olvídate de lo que estarán pensando los demás de ti. Porque si tienes el foco puesto en eso te dispersarás y te pondrás nervioso, en vez de tener la mente puesta en lo que estás diciendo.
5.Repítete algún mantra sencillo que te transmita confianza… Algo como “voy a hacerlo bien”, “puedo hacerlo” o “no hace falta que de la mejor opinión de todas”. Porque no, no hace falta que tu opinión sea la más fundamentada, la más ocurrente o la más inteligente.
6.Vete poco a poco. Valora que hoy, en vez de callarte lo que estabas pensando, te atreviste a decir “sí, en esto opino lo mismo que tú, aunque no estoy de acuerdo en eso otro”. Y mañana o pasado ya hablarás más.
Que lo más importante es que des pequeños pasos y que sientas que avanzas, porque cuanto más te atrevas más seguridad irás ganando. ¡Verás cómo te sientes bien por el simple hecho de haber hablado!
7.Deja que los demás opinen. No les juzgues ni les valores cuando lo hagan, respeta que su opinión es válida simplemente por ser suya. Recuerda que lo que viene va y que lo que das lo recibes…
Y date cuenta de que muchas veces, cuando no nos atrevemos a opinar, es porque estamos proyectando en los demás lo que nosotros haríamos si alguien da una opinión que no nos satisface. Es decir, “como yo le juzgo a él, pienso que él me va a juzgar a mí”…Y no, no todo el mundo juzga, pero sobre todo se trata de que no juzgues tú ;-).
8.Admira a quien habla bien. No necesitas compararte ni sentirte inferior a su lado. En vez de eso, admira a esa persona. Observa cómo habla y copia lo que te sirva… Compararse destruye, admirar y aprender de alguien construye….
Verás que, cuando por fin eres tú y te das permiso para expresarte cómo eres, ni te infravaloras ni te sobrevaloras respecto a los demás.
9.Elige ante quién quieres dar tu opinión. Hay personas con las que no merece la pena opinar ni argumentar, porque siempre quieren tener la razón y porque suelen juzgarte por opinar diferente… Que te dicen cosas como “vaya tonterías que dices”, “eres un incompetente” o “es que no tienes ni idea”. No merece la pena que entres al trapo con alguien así… Si acaso puedes decir lo que piensas y ya, sin entrar en debates.
10.Y, sobre todo, acepta que puedas equivocarte y que no pasa nada. Que tu opinión puede no ser la correcta o que tu decisión puede ser errónea, pero que no pasa nada.
En mi opinión, sabes que te has liberado de lo que opinen los demás cuando aceptas que no siempre vas a decir la frase más oportuna ;-).
¿Qué opinas? ¿Qué vas a hacer a partir de hoy para confiar más en tu opinión? Me encantará que me lo cuentes en los comentarios aquí debajo.
Gracias por estos artículos. Todos los que leo me ayudan mucho.
Me alegro mucho, Raquel. Muchas gracias por comentar.
Un abrazo,
Vanessa
Gracias Vanesa, por estar ahí y seguir con tu ayuda.
Recibe un cordial saludo.
Muchas gracias, Carmen. Gracias a ti también por seguir ahí.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Gracias por el articulo, es cierto que muchos pensamos que esto nos pasa solo a nosotros, cuando en realidad le pasa a mucha gente. Pero que desde luego el mundo no se puede quedar sin nuestra gran opinión.
Muchas gracias, Ana. Sí, muchas personas creen que es algo vergonzoso que sólo les pasa a ellas, pero lo cierto es que es algo muy común.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Desmenuzas mi interior como si me conocieras, muchas gracias por los posts…
Creo que eso es porque lo que te pasa a ti también me pasó a mí y les pasa a las personas con las que trabajo… :-).
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Me ha gustado mucho tu artículo, Vanessa. Me ha parecido brillante. Muchas gracias. Me ayudas mucho.
Muchas gracias, Fran. Me alegro mucho.
Un abrazo grande,
Vanessa
Muchisimas gracias, todos los articulos son de gran ayuda y aprendizaje. Un abrazo
Muchas gracias, Mercedes. Me alegro muchísimo de que lo que escribo te sirva en tu camino.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Estoy pasando por un mala situación emocional y una amiga mía me ha pasado tu pagina, estoy leyendo tus artículos y me esta haciendo pensar muchas cosas que yo no había pensado nunca.
Muchas gracias Vanessa
Qué bien, Kriss. Me alegro mucho de que te esté sirviendo.
Un abrazo grande,
Vanessa
Vaya Vanessa, ¡un post hecho a medida! Muchas gracias por expresarte con tanta claridad y ayudarme a poner palabras a lo que siento y me preocupa. Precisamente este sábado un amigo me dijo “Marta, antes eras muy divertida y hablabas mucho. Ya sé que ahora tienes críos y que debes tener un mundo interior muy rico pero… te echo de menos, sobre todo en las conversaciones”. Me atreví a confesarle que el principal motivo de mi “ausencia” no era que estuviese pensando en otras cosas, si no que sentía que yo estaba por detrás/debajo suyo, que tenían opiniones bien formadas, con criterio para todo… Y como tu dices me soltó: “¿Y cómo crees que aprendemos? Preguntando! ¿Y crees que te vamos a valorar y querer más porque tengas opiniones reveladoras y siempre coincidentes con la nuestra? Te aseguro que no”. Pues eso, estoy viendo que cuando mi autoconcepto está bien, me muestro… y siempre vale la pena 🙂
Qué bueno, Marta. Ojalá todo el mundo se atreviera a confesar lo que tú confesaste, y todos los amigos respondieran con el cariño que lo hizo el tuyo. Mi más sincera enhorabuena :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola Vanessa,
Me encantó la forma como cerraste el post. ¿Qué opinas?. Realmente siento que abres la puerta a nuestro corazón con frases como esa.
Gracias por darle, y ayudarnos a darle valor, a lo que pensamos y sentimos.
Un abrazo fraterno,
Slpg
Muchas gracias, Sandra. Realmente creo que sabemos que nos hemos liberado de la opinión de los demás y que de verdad confiamos en la nuestra cuando somos capaces de hablar sin decir la frase más oportuna, graciosa u ocurrente.
Un abrazo grande,
Vanessa
Me encanta esta página. Ha sido un gran descubrimiento para mí. Siempre entro en mis momentos de autoestima más baja y siempre me siento mucho mejor al acabar de leer. Además veo muy acertados todos los consejos que aparecen.
Muchas gracias, Carlos. Me alegro mucho de lo que dices. Espero que leerme te siga ayudando en todo lo que necesites.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Hola, buenos días. La verdad me gustó mucho este artículo y lo he encontrado muy útil.
Gracias por esos consejos.
Me alegro mucho, muchas gracias por decirme.
Un abrazo,
Vanessa
Hola! Muy interesantes todos tus consejos, estoy estudiando en la universidad y me ayuda a mejorar, a que debo confiar más en mi opinión e ideas; y así poder expresarme mejor frente a los demás.
Me alegro mucho de que te haya servido, Jonathan. Muchas gracias por compartirlo.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa,
A mí me pasa en este sentido lo contrario. Me pongo a la defensiva cuando doy mi opinión y a veces esto hace que levante la voz y no soy capaz de tener una charla… y me da tanta rabia no ser capaz de hablar calmada. Cuando era pequeña en casa mi padre siempre menospreciaba nuestras opiniones y creo que eso hace que me ponga tensa y no sé cómo controlarlo, ¿algún consejo para ser capaz de expresarme sin incomodar a los demás?
Muchas gracias, y enhorabuena por el blog!
Hola Andrea,
Muy bien, parece que tienes pillado de dónde viene. Y tal y como lo cuentas parece un tema de creencias, y de cómo esas creencias que se instalaron de pequeña te condicionan ahora al dar tu opinión con otras personas. Por ejemplo, si crees que los demás no te valoran, que te consideran poco inteligente o que quieren atacarte, tú tenderás a defenderte cuando des una opinión. Y si además tú no te valoras a ti misma, si te consideras que no eres suficiente, que no eres lista o que no lo haces bien, pues te comportarás desde ese miedo y esa inseguridad… Y ya está el lío armado :-). Así que te recomendaría que trabajes esas creencias y los pensamientos que pasan por tu cabeza cuando estás con otras personas, tanto lo que piensas de ti como lo que piensas que los demás piensan de ti. Por mi parte encantada de ayudarte si decides trabajarlo, en ese caso rellena este formulario.
Un abrazo,
Vanessa