¿Alguna vez has leído los comentarios de este blog?
La mayoría de las veces que respondo a uno de ellos hablo de la importancia de ser conscientes de lo que nos pasa. De cada tres respuestas que doy, al menos en una felicito a alguien por haber sido consciente de algo. Creo que ese es siempre el primer paso.
Y ese vivir conscientemente es también el primer pilar de la autoestima descrito por Nathaniel Branden, uno de los estudiosos de este tema que más me gustan. De eso te voy a hablar hoy, y más adelante lo iré haciendo de los otros cinco.
Veamos, ¿qué es eso de vivir conscientemente?
Voy a empezar por ponerte ejemplos de lo que no es vivir conscientemente:
“Últimamente mi pareja y yo no estamos muy bien, pasamos muy poco tiempo juntos. Pero bueno, supongo que ya se arreglará, no voy a darle mucha importancia”.
“Sé que llevo una temporada vagueando en el trabajo, pero no quiero pensar en ello, ya se me pasará”.
“No sé por qué me comporto así, pero tampoco me importa averiguarlo, no vaya a ser que no me guste lo que encuentre”.
“¿Cómo que estoy enganchada a este hombre? Pues no, podría dejarle cuando quiera”.
“Sé que muchas veces trato mal a mi pareja y que no se lo merece, pero es que tengo muy mal genio y no puedo evitarlo”.
“A mi cuñada le caigo mal, lo sé porque nunca me mira cuando habla. Por eso paso de ir a su casa”.
“Tengo muchas ganas de estar más tiempo con mis hijos, pero ahora mismo tengo que darle prioridad a mi carrera profesional”.
El que no mira o no quiere ver lo poco que le gusta su vida, el que no trata bien a sus padres y no sabe por qué siente ese rencor, el que proyecta en cada pareja sus miedos e inseguridades, el que culpa a los demás de lo que no va bien y nunca se hace responsable…
Cualquiera de estos serían ejemplos de personas que no están viviendo conscientemente…
La relación entre vivir conscientemente y tu autoestima
Cada día, cuando elegimos entre mirar nuestra realidad como es o evadirnos de ella, y entre pensar en nuestros comportamientos o actuar en automático, le vamos dando forma al concepto que tenemos de nosotros mismos.
Si no somos conscientes de nuestras elecciones, de nuestros comportamientos, de nuestras decisiones y de nuestra vida, nos sentiremos inútiles y nos perderemos el respeto.
Porque cada una de estas pequeñas o grandes decisiones se acumularán en nuestro inconsciente y condicionarán nuestra autoestima.
Por eso es tan importante vivir conscientemente.
Y esto no tiene nada que ver con ser más o menos inteligente, sino con ser consciente de lo que tiene que ver con nuestras acciones, con nuestros deseos y con nuestros objetivos y comportarnos de acuerdo a ello.
Y tampoco tiene nada que ver con que te guste lo que te pasa, sino con que lo mires y lo veas, con que reconozcas lo que hay y lo que no hay, lo que es y lo que no es, lo que te gusta y lo que no te gusta.
Sin engaños, sin anestesias, sin aditivos.
Los quince factores que implica vivir conscientemente
En realidad, según Nathaniel Branden, vivir conscientemente tiene que ver con estos quince factores:
1.Una mente que está activa y piensa (en vez de ser pasiva y dejar que otros piensen por ella).
Es decir, que me hago responsable de mí misma, que tomo mis decisiones y que no dejo que otros las tomen por mí.
Por ejemplo, cuando tomo una decisión por lo que yo quiero para mí y no por lo que en mi entorno opinan que me conviene más.
O cuando doy una opinión en base a lo que yo pienso, y no a lo que creo que a otros les va a agradar más.
2.Una inteligencia que disfruta conociéndose.
Y para mí esto tiene que ver con disfrutar del autoconocimiento y de ser cada vez más conscientes de lo que nos pasa, de por qué y de para qué nos pasa.
Y, por supuesto, no lo cumple quien prefiere no conocerse porque le da miedo o cree que va a ser duro, difícil, doloroso o sacrificado.
Claro que cuando te conoces puedes encontrar cosas de ti que no te gusten, pero las quieres y las aceptas precisamente porque forman parte de ti. Y ahora que las comprendes y las has identificado es cuando tienes la posibilidad de cambiarlas, antes no.
Precisamente ese camino de mirar frente a frente a tus heridas, de comprenderlas y de superarlas es lo que hace que cada vez te sientas mas satisfecha de ti misma.
Vamos, que esto de “mejor no conocerme por lo que me pueda encontrar” es como decir “mejor no le pregunto a mi pareja donde va todas las noches, por lo que me pueda encontrar”.
3.Estar en el momento presente.
Es decir, que si estoy hablando con un cliente, estoy en la conversación con ese cliente.
Si estoy hablando con un amigo, estoy con ese amigo.
Y si estoy jugando con mis hijos, estoy jugando con mis hijos.
(Justo lo contrario a lo que les pasa a muchas personas, que mientras juegan con los hijos están pensando en lo que les dijo su pareja: mientras hablan con su pareja están pensando en lo que no hicieron bien en el trabajo: y cuando están en el trabajo están pensando que no pasan tiempo de calidad con sus hijos).
4.Salir al encuentro de los hechos importantes en vez de rehuirlos.
Y esto tiene que ver con preguntarme lo que necesito, con ser consciente de mis deseos, con saber cuáles son mis valores, con tener claros mis objetivos y con saber por qué hago lo que hago.
Y también con observar lo que me pasa, con hacerme preguntas sobre ello y reflexionar…
Es decir, no tiene nada que ver con vivir desde el piloto automático, que es como viven tantas personas, ni con pensar que ya lo sabes todo y que no tienes nada que aprender o mejorar en ti.
5.Preocuparse de distinguir los hechos de las interpretaciones.
Y de esto he hablado cientos de veces en este blog (aquí o aquí), de cuando veo a alguien con mala cara, interpreto que está enfadado, me molesto y me pongo a la defensiva.
Y puede que sea así, que esa persona esté enfadada, pero también puede ser que no. El problema es que estoy asumiendo que lo que yo siento y pienso es la realidad, y no me preocupo de investigar si realmente es así o no lo es.
Vivir de manera consciente significa que me preocupo por distinguir lo que percibo, lo que interpreto sobre eso que percibo y cómo me siento en relación a ello.
6.Reconocer y enfrentarme a mis impulsos de evitar o negar las realidades dolorosas o amenazantes para mí.
Cuando algo nos da miedo o creemos que nos va a producir dolor tendemos a evitarlo. Y puede que muchas veces no tenga importancia, pero la mayoría sí. Por eso es fundamental que cuando algo es lo suficientemente importante seamos conscientes de los impulsos que nos llevan a evitarlo y lo afrontemos.
Y para eso hace falta ser sincero y honesto con uno mismo, más que con nadie. Porque hay quien dice que a los demás les puedes engañar pero a ti mismo no. Y no es así, a ti mismo también puedes engañarte, y hay muchísimas personas que lo hacen.
Vivir conscientemente también es saber que si algo duele o algo da miedo, es que precisamente ahí es donde hace falta mirar y ver qué hay.
Por supuesto que no va a ser fácil y que no vamos a hacerlo perfecto, pero es que la autoestima no tiene nada que ver con la perfección y sí con hacerlo con la mejor intención posible, sea cual sea el resultado.
7.Interesarme por saber si estoy triunfando o fracasando en relación a mis metas y proyectos.
Por ejemplo, si uno de mis sueños es tener un trabajo que me haga sentir realizada, ¿en qué medida lo he conseguido? ¿Qué me falta? ¿Estoy más cerca de ese objetivo que hace un año?
O si uno de mis deseos es tener una relación de pareja basada en la complicidad, el respeto y la alegría, ¿es eso lo que tengo? ¿Sí o no? ¿Qué me falta para que así sea? ¿Qué estoy haciendo para lograrlo? ¿Actúo o espero a que se solucione solo? ¿Cómo quiero estar dentro de un año?
8.Interesarme por saber si mis acciones están en sintonía con mis propósitos.
Y esto se refiere a que inviertas tu tiempo y tu energía en conseguir tus metas y propósitos.
Porque muchas veces lo que más nos importa es a lo que menos atención le prestamos.
Y estamos dedicando nuestro tiempo y nuestros esfuerzos a cosas que en realidad no nos importan (personas, actividades, proyectos o lo que sea). Y después nos quejamos de que no tenemos tiempo…
Así que en este caso vivir conscientemente supone saber si lo que hago me acerca a mis objetivos o no. Y en el caso de que la respuesta sea no, ser capaz de reformular mis acciones o mis objetivos, segçun corresponda.
9.Buscar retroalimentación para saber si voy por buen camino y adaptarlo o corregirlo cuando sea necesario.
Igual que cuando vas de excursión o estás en una ciudad nueva buscando un lugar, vuelves a mirar el mapa para saber si vas por buen camino, en la vida pasa lo mismo.
Hace falta observar los resultados, volver a mirar dónde quieres llegar y ajustar planes e intenciones. Y cuanto más rápido seamos capaces de hacerlo, mejor, porque menos nos habremos desviado de nuestro camino.
Por ejemplo, y esto pasa mucho, si hablo con mi pareja de cómo podríamos resolver nuestras diferencias y acordamos que cada uno va a poner X de su parte, no vale negociar y olvidarme del tema. Tendré que ver si estoy cumpliendo mi parte, si nuestro acuerdo está dando resultados y si podríamos hacer algo más o ya vamos por buen camino.
Es decir, otra vez más se trata de hacerme preguntas para ser consciente versus vivir en automático…
10.Estar abierto y dispuesto a cambiar de ideas y de creencias.
Si crees que ya sabes suficiente sobre algo o sobre alguien, que no quieres saber más y que nunca vas a cambiar de opinión, estás excluyendo toda posibilidad de crecimiento.
Porque quien no está abierto a nuevas ideas, experiencias y conocimientos y cree que siempre pensará como piensa, se equivoca más que nadie.
11.Estar dispuesto a ver y a corregir los errores.
Cuando nos apegamos a nuestra forma de pensar y a que tenemos la razón nos volvemos prisioneros de nuestra propia verdad.
Todos cometemos errores, pero hay quien cree que reconocerlos nos hace más vulnerables a los demás. Y es justo lo contrario. Nuestra autoestima se fortalece cuando somos capaces de cambiar de idea y de reconocer que estábamos equivocados, ante los demás y ante nosotros mismos. En cambio, quien cree que es humillante admitir un error nunca podrá tener una autoestima sana.
12.Estar comprometido con crecer y con aprender como forma de vida.
Hay pocas cosas tan inconscientes como creer que ya lo sabes todo y que no tienes nada que aprender. Todas las experiencias y todas las personas que nos encontramos en el camino tienen algo que enseñarnos, pero sólo podremos aprenderlo si estamos dispuestos a ello.
13.Interesarte por comprender el mundo que te rodea.
Y esto no tiene nada que ver con ser culto o inteligente, sino con tu curiosidad, tu deseo de reflexionar y tu intención de pensar sobre lo que te rodea.
14.Interesarte por conocerte y por conocer tus necesidades, sentimientos, aspiraciones y motivos.
Hay personas que son como extraños para sí mismos. Que creen saber mucho sobre todo, pero no saben nada de sí mismas.
Personas que no saben por qué sienten lo que sienten, que viven de espalda a sus necesidades, que no saben por qué hacen lo que hacen y que no entienden por qué siempre les pasa lo mismo… Si no se conocen lo más mínimo, ¿cómo podrían entenderlo?
Si viven respondiendo a impulsos, si no se preguntan lo que quieren en sus relaciones, si no saben lo que quieren en su vida, si han aceptado sin cuestionarse lo que otros les contaron sobre sí mismas o sobre lo que tendría que ser, si no observan lo que sienten cuando hacen algo o cuando están con alguien, ¿cómo van a vivir conscientemente?
Vivir conscientemente empieza por saber qué es lo que haces cuando te gustas a ti mismo y qué es lo que haces cuando no. Esta, justo ésta, es una de las reflexiones más importantes.
15.Preocuparte por ser consciente de tus valores y por saber que estos son tuyos, y no los que otros te han dicho que deberían de ser.
Hay quien nunca se ha preguntado cuáles son sus valores ni si estos están guiando sus acciones, o todo lo contrario.
Y, peor todavía, hay quien siendo consciente de sus valores y actuando en consonancia con ellos sigue sin sentirse bien, porque no se ha dado cuenta de que esos valores no son suyos, sino los que aprendió de su entorno.
…
Y termino dejándote un ejercicio muy sencillo para que pongas más consciencia en el aspecto de tu vida que desees. Se trata de completar la frase “Si aporto un mayor nivel de consciencia a… “, y escribir diez finales diferentes lo más rápidamente posible.
Por ejemplo, “si aporto un mayor nivel de consciencia a la relación con mi pareja…”.
O “si aporto un mayor nivel de consciencia a mi necesidad de gustar a los demás…”.
O “si aporto un mayor nivel de consciencia a mis deseos y necesidades…”.
Hazlo sin censuras, sin esperar nada y sin buscar la respuesta correcta… Simplemente déjate fluir. Puedes repetir el ejercicio varios días seguidos si te apetece. Seguro que descubres cosas interesantes ;-).
¿Qué me dices? ¿En qué aspecto de tu vida crees que podrías vivir más conscientemente? Que sepas que probablemente las áreas de tu vida en las que necesites más consciencia son aquellas en las que menos satisfecho te sientes…
Me encanta saber que existe gente como tú que nos brinda herramientas para mejorar la vida. La vida es maravillosa, pero si no somos conscientes de ello no podemos notarlo. Muchas gracias Vane, un saludo desde México.
Muchas gracias por tus palabras, Antonio.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Hace varios meses que he tomado una decisión tras aportar un mayor grado de conciencia a la relación con mi pareja, con la que llevo 28 años.
Ha sido muy doloroso dejar de engañarme, de ocultarme la realidad a mí misma, de aceptar que ya está todo el camino hecho. Mucho. Sigo elaborando el duelo a su lado y sin haberme atrevido a hablar aún con él. Me mata hacerle daño y retraso y retraso el momento. Cierro los ojos y me digo: No pasa nada, oculta lo que has visto. Ocúltatelo, y sigue con él, sigue la vida con la que llevas más de la mitad de tu vida, Núria…
Pero entonces quien sufre es mi cuerpo por no ser coherente, por pretender tapar lo reconocido.
¿Qué hago? ¿Cómo hablo con él? ¿Cómo hago el menor daño posible tras haber ‘despertado a mi realidad’, que por desgracia no es la suya?
Gracias, Vanessa, gracias.
Hola Núria,
Muchas gracias por compartir. Creo que te estás haciendo mucho daño a ti misma con ese machaque. No tienes culpa de nada, las personas cambiamos y nuestros sentimientos también, y muchas veces el mayor daño que le podemos hacer a alguien es con el silencio y la falta de sinceridad. Piensa en lo que te gustaría a ti si fueras él.
¿Cómo decírselo? Con amor, con respeto, con cariño y con lo que tú creas que puede ayudaros a ambos en ese momento. Por supuesto, tú eliges hasta donde es necesario contar y a partir de dónde es un dolor gratuito.
Un fuerte y cariñoso abrazo,
Vanessa
Buf, gracias, gracias…
Cada vez más me siento identificada con tu forma tan convincente de manejar estos temas tan interesantes como es la autoestima, el autocontrol, conocerse a si mismo, entre otros. Te doy mil gracias de verdad porque cada vez que los leo refuerzan en mí la conciencia de lo maravilloso que es vivir desde la perspectiva del conocimiento de sí mismo para mejorar los aspectos negativos que impiden una mejor relación con el entorno.
Muchas gracias, Zulima. Que bueno lo que dices y la conciencia con la que lo dices. Felicidades de corazón.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa:
Sí aporto un mayor nivel de consciencia en interesarme por saber si mis acciones están en sintonía con mis propósitos. Es una de las que trabajo muy a diario porque es fácil distraerse con tantas y cambiantes facetas a las que debemos atender en esta vida.
Gracias y saludos.
Enhorabuena entonces, Antonio. Y muchas gracias por compartir. Sigue así.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Hola Vanesa, creo que antes vivía en modo automático, o tal vez no, porque sabía lo que me gustaba y lo que no, lo que me dolía, pero no sabía gestionarlo y me enfadaba o lloraba y al final hacía borrón y a seguir como si no hubiera pasado nada. Creo que lo que me pasó hace unos años me ha servido para darme cuenta de todo esto (aunque ojalá lo hubiera aprendido de otra manera y mucho antes). Ahora bien, he pasado al otro extremo, a cuestionarme y preguntarme el porqué de mis acciones y de si lo que hago lo hago bien o lo puedo mejorar. Tengo ya la cabeza como un bombo pero seguiremos aprendiendo.
Gracias.
Hola Rocío,
Es algo natural, eso de irnos de un extremo a otro. Y no pasa nada porque te cuestiones el por qué de tus acciones y de si lo que haces lo haces bien o lo puedes mejorar. Siempre y cuando lo hagas desde la observación sana, objetiva, comprensiva y cariñosa contigo misma está bien.
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola Vane, soy Juan Carlos, tengo 63 años y hace tiempo que leo, no tan seguido, lo que vos decis desde tus conocimientos.. A mi tus aportes me son valiosisimos, me hacen pensar mucho, me ayudan en gran manera, me despiertan un fuerte interes por mi propia persona. Gracias, muchas gracias porque me sirven para aplicarlo a una parte de mi vida. Todos tenemos algo, una mochila de distintos pesos que uno lleva por la vida, y lo que haces en tus palabras es encaminarnos hasta superar cada instante en nuestro diario vivir. Un abrazo gigante y hasta la proxima.
Muchas gracias, Juan Carlos. Me alegro muchísimo de que lo que lees te esté sirviendo. Encantada de acompañarte en ese camino.
Un abrazo gigante para ti también,
Vanessa
Hola Vanessa, es bueno saber que disponemos en nuestra vida de varias opciones para mejorarla y tienes toda la razón porque a veces nos dejamos influenciar en decisiones que solamente nos corresponde a nosotros mismos.
Gracias por los consejos y por compartir temas importantes para aprender a tomar nuestras mejores decisiones en nuestro día a día.
Un fuerte abrazo…
Muchas gracias por tus palabras, Marco. Sí, todos disponemos de opciones para mejorar nuestra vida, y suelen encontrarse en esa búsqueda interior.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Esta parte es muy interesante, gracias a ti he podido aceptar muchas actitudes las cuales no aceptaba y fobias que me tenian ya cansado. Gracias. Un beso
Me alegro mucho, Yamit. Felicidades.
Un abrazo,
Vanessa