El otro día un Coachee, en nuestra primera sesión, me preguntó qué era la autoestima. “No sé cómo subir la autoestima, por eso acudí a ti. Pero la verdad es que, si me paro a pensar, ni siquiera sé lo que significa esa palabra”, me dijo.
Pues bien, como le expliqué a él, autoestima es lo que tú te quieres y te gustas.
Es lo que te aceptas y lo que te respetas.
Es cómo de capaz te sientes de enfrentarte a la vida y de superar los problemas que se te planteen.
El que no tiene una buena autoestima se trata fatal a sí mismo, tiene un autoconcepto negativo y no se arriesga porque no se siente capaz de conseguir sus metas.
Por eso mismo cuando tienes una buena autoestima te das cuenta porque, te pase lo que te pase, tu concepto sobre ti no cambia. Es decir, te sigues valorando, queriendo y sintiéndote merecedor de lo mejor.
Yo misma veo que en estos últimos meses en los que, a pesar de que estoy pasando por un momento complicado, me sigo aceptando, respetando y gustando como soy. Incluso en los momentos en los que me siento perdida y no sé cómo voy a resolver esta situación, noto que me sigo queriendo y que estoy orgullosa de mi misma.
Eso, cómo respondes en los malos momentos y en qué medida te responsabilizas de lo que te está pasando y te crees capaz de superarlo, es una de las señales de una buena autoestima.
Otra muy clara es si el valor de lo que haces y de quién eres es el que tú te das o el que te dan otros. Si cómo tú te sientes depende de los demás o de ti. Si te comparas mucho con los demás y sueles salir perdiendo. Entonces, nuevamente, tu autoestima necesita mejorar.
De todas formas, como me dijo alguien hace poco, creo que todos necesitamos subir la autoestima. Que todos, unos más y otros menos, necesitamos aprender a querernos.
Esa es la manera de no vivir una vida a medio gas, sin alegría ni ilusión, porque crees que no te mereces nada mejor…
Así que hoy te propongo diez pasos para que vayas aplicando uno cada día a partir de cuando tú quieras. Y cuando termines, vuelta empezar :-).
1. Acéptate cómo eres. Esto es lo primero, sin esto no cambia nada.
¿Y qué significa aceptarte? Pues dejar de criticarte, de juzgarte y de decirte que tendrías que ser diferente.
Aceptarte tal y como eres sin reproches, ni autocompasión, ni malas palabras.
Y darte permiso para ser tú en cada momento. Que si quieres llorar, lloras. Que si quieres enfadarte te enfadas, que si tienes miedo, lo tienes.
Aceptar tu parte más frágil sin esconderla ni rechazarla. Por ejemplo, que a veces necesitas tener la razón para sentirte valiosa. O que a veces dices que no puedes cuando lo que sientes en realidad es miedo a no dar la talla. Eso, reconocerlo y no criticarte por ello, también es aceptación.
Y. ojo, que esto de aceptar no es que te conformes o que dejes de querer mejorar lo que sea de ti. Simplemente significa que te aceptas cómo eres, con tus virtudes y tus defectos, y que te das cuenta de que vales y mereces lo mismo con ellos que sin ellos.
Así que, día 1, te toca aceptarte cómo eres sin juzgarte…
2. Critícate lo justo. Es decir, siendo razonable con lo que te dices y hablando siempre de la conducta, no de ti. Por ejemplo:
En vez de “no sirvo” o “no valgo”, di “esto no se me da bien (y lo acepto)”.
En vez de “los demás son mejores que yo”, di “a Pepita esto le sale mejor que a mí (igual que a mí otras cosas me saldrán mejor que a ella)”.
En vez de “no voy a ser capaz” o “mejor ni lo intento”, di “lo haré lo mejor que pueda y si no me sale no pasa nada”.
En vez de “es culpa mía”, di “lo he hecho lo mejor que he sabido”.
Te aseguro que el autocastigo es el comportamiento opuesto a la autoestima y que si no aprendes a tener flexibilidad contigo, a ser paciente y a tratarte con amabilidad y con cariño jamás tendrás una buena autoestima.
Así que, día 2, te toca criticarte lo justo y razonable…
3. Ponte metas realistas. Conozco a personas que por más que se esfuercen jamás conseguirán llegar a lo que se proponen ni cumplir con las expectativas que tienen de sí mismas. ¿Por qué? Porque no son dioses y porque es imposible que cumplan con todo lo que se exigen.
Así que van de decepción en decepción y de frustración en frustración. Nunca consiguen estar satisfechas consigo mismas porque ponen metas demasiado altas.
Por eso, día 3, te toca reducir tus metas a la mitad…
4. Vive de acuerdo con tus valores.
Cuando rascas un poco en los valores de alguien te das cuenta de que muchas personas viven honrando valores que no son suyos, sino que son los que sus padres y educadores les transmitieron. Y ellas los aceptaron porque “era lo que había que hacer para que me quisieran”.
Soy responsable para que me quieran…
Soy disciplinado para que me quieran…
Soy educado para que me quieran…
Y no, la vida no se puede vivir con los valores de otros. O eliges los tuyos o no estás viviendo tu propia vida, sino la de alguien más.
Así que, día 4, te toca elegir tus valores principales y vivir de acuerdo con ellos.
5. Asegúrate de que tus decisiones las tomas tú. Que no las toma nadie más y, sobre todo, que no las dejas en manos del azar o del destino.
Cuando eso pasa y se mantiene en el tiempo, cuando dejas que otros elijan por ti o no te atreves a tomar las riendas de tu vida, tu autoestima se resiente. Porque te estás diciendo a ti mismo que no eres capaz de decidir qué es lo mejor para ti y que no eres capaz de asumir el riesgo a equivocarte.
Ya sea a la hora de elegir a una pareja, de separarte de alguien, de no tener hijos o de romper con lo que se supone que tenías que hacer en cualquier aspecto, toma tus propias decisiones siempre.
Así que, día 5, piensa en dos o tres decisiones que quieras tomar tú, que elijas, que sean tuyas y en las que creas. Y hoy no vale pensar en lo que pensarán los demás…
6. Prémiate.
Felicítate por cada pequeñísimo logro (tipo “poner la lavadora aunque me apetecía un pimiento”), date una recompensa, piensa en algo que te da placer y concédetelo, recuérdate que te lo mereces, que te mereces todo lo bueno y lo mejor…
Y si un día te equivocas, no te castigues. Jamás hagas eso de “como hoy no cumplí con esto pues me castigo y me quito esto otro que tanto me gusta”. Piensa que eres humano, que no tienes que ser perfecto, que la vida son dos días, que todos tenemos nuestros momentos de debilidad y que no pasa nada, que la edad de castigarte ya se pasó, que vales lo mismo que si lo hubieras hecho y que nadie te castigará si no lo haces tú…
Así que, día 6, te toca ser complaciente contigo y darte, mínimo, tres premios a lo largo del día de hoy…
7. Di lo que piensas. Exprésate, comparte cómo te sientes, di lo que te ha molestado, di lo que necesitas y lo que quieres, habla de ti, explica lo que te gusta, discúlpate si te has equivocado… Recuerda que lo que no decimos nos quema por dentro…
Por ejemplo, si sientes que alguien te ha atacado o te ha menospreciado, díselo. Piensa, por supuesto, en cómo quieres decírselo para no atacar al otro ni mostrarte agresivo. Pero dilo, no te lo guardes nunca. Siempre, sea lo que sea, tienes derecho a expresarlo.
Así que, día 7, proponte que hoy dirás todo lo que quieras decir y que no te guardarás nada.
8. Actúa. Es decir, atrévete y mueve el culo. Porque no es que asumir riesgos sea la mejor forma de superar tus miedos, es que es la única.
Si te da vergüenza hablar con alguien, haz lo que necesites hacer para verte capaz, y habla.
Si no te crees capaz de hacer algo, trágate el miedo y hazlo.
Deja de quejarte, deja de vivir como una víctima y deja de mirar como otros sí lo hacen.
Prueba, corre riesgos, arriésgate, lánzate, atrévete a fracasar… Vive tu vida desde una posición activa y verás el chute de energía y de autoestima que esa nueva actitud te aporta.
Así que, día 8, atrévete a algo pequeño a lo que no te estabas atreviendo. Lo que sea, una meta realista y chiquitita. Es cuestión de empezar…
9. Cumple con tu palabra. Cuando lo haces, cuando te dices que vas a hacer algo y lo haces, o cuando dices que te vas a comportar de una determinada manera y te comportas así, te estás respetando.
Y ahora hablo de respetarte a ti, no a los demás. De cumplir los compromisos que estableces contigo, los grandes y los pequeños (desde “voy a sacar este examen” hasta “voy a fregar antes de acostarme”). De no decepcionar a tu niño interior. De serte fiel.
Como dice Mario Alonso Puig: “Entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos `voy a hacer esto´ y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro”.
Y si un día puntual no puedes mantener tu palabra, renegocia contigo mismo. Acéptate, reconócelo y, el próximo día, piénsalo dos veces antes de comprometerte.
Así que, día 9, cumple con tu palabra por encima de todo.
10. Reinterpreta tu historia.
¿Sabes que tu autoestima depende en gran parte de tu nivel de optimismo, de cómo interpretas lo que te pasa y de cómo responsable te haces de tus éxitos y tus fracasos?
Por ejemplo, hoy mismo una Coachee en una sesión por skype me decía “he estado mucho mejor con mi compañera de trabajo. Igual es porque ya me queda poco tiempo con ella”. Es decir, en vez de reconocer que su cambio de mirada y de actitud había facilitado que se sintiera más cómoda, lo achacaba a que le quedaba poco tiempo en ese trabajo.
Pues bien, reinterpretar tu historia es reconocer tus logros, achacarlos a tu esfuerzo y a tu actitud y hacerte responsable de ellos. Pero también de tus fracasos. También si tu jefe te echa la bronca o si discutes con tu pareja. ¿En qué parte eres responsable?
Incluso si hay alguien que siempre te falta al respeto, ¿en qué medida estás tú permitiendo ese trato? (Sin culpa, ojo, simplemente aceptando, asumiendo que tú controlas tu vida y que en tu mano está cambiar lo que no funciona).
Es decir, aprende a mirar tu vida haciéndote responsable de ella, para lo bueno y para lo malo. Y no me refiero a cargarte más peso en la espalda, sino a ser consciente de tu capacidad de responder ante lo que te sucede.
Así que, día 10, cambia tu mirada e interpreta de otra forma lo que te pase hoy…
Y después de diez días vuelta a empezar. Ale, ya te dejo entretenida/o :-).
¿Cuál de las tareas diarias te apetece más? Me encantaría que me lo contaras en los comentarios aquí debajo.
Yo tengo un problema bastante grave o así lo consideró, y es que no paro de mentir para que la realidad sea como yo quiero. Es decir, miento para quedar yo como la víctima, o para quedar mejor que otros de tal manera que manipuló la realidad y siempre soy yo la buena y el resto los malos.
Fati,
Es importante que seas consciente de tu comportamiento, ese ya es un gran paso. Es difícil aconsejarte en algo así, y más teniendo tan poquita información. Te animo a que busques a un psicólogo en el lugar en el que vives que pueda ayudarte a comprender de dónde viene esa necesidad y a cambiar para sentirte bien contigo misma.
Un abrazo grande,
Vanessa
Muy buen artículo, gracias! Trabajo justamente con este tema, entre otros. Saludos cordiales desde Argentina, Silvia Valori
Muchas gracias, Silvia :-).
Un abrazo,
Vanessa
¡Hola Vanessa! Últimamente he estado trabajando para aumentar mi autoestima. Desde entonces he comprendido muchas cosas y cosas que me pasan por no haberla trabajado o puesto la atención como era debido. Yo tengo algunas preguntas para hacerte: ¿las personas tóxicas son personas con autoestima baja? Y, ¿acercarte o entablar una relación con personas con autoestima baja puede afectar la tuya en el caso de que tengas una autoestima alta? Es decir, desde que estoy trabajando en la mía ya no me gusta acercarme a las personas que suelen ser muy críticas o negativas en la mayor parte del tiempo. Me siento incómoda y que eso me desgasta. Quiero respetarme y que mi entorno sea más positivo sin que esa decisión me haga sentir culpa. ¿Eso podría influenciarme? Me gustaría leer tu respuesta al respecto. ¡Gracias!
Hola Josefina,
Creo que no hay respuestas que sirvan para todos los casos, que depende y que hay que ver cada situación por separado.
Dicho esto, en mi opinión las personas tóxicas sí suelen tener una falta de autoestima, que hace que necesiten chupar de los demás esa energía que no son capaces de darse a sí mismas.
Y también creo que puede haber casos en los que estar cerca de una persona crítica o negativa afecte a tu autoestima, sobre todo cuando ésta está en proceso de mejora. Es decir, cuando ya está sana y asentada seguramente sea más difícil que otras personas influyan en ella.
Pero por supuesto que has de priorizarte y sentirte libre para elegir de quién quieres rodearte, sin sentirte mal por ello.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Muchas gracias. 🙂
A ti, Josefina :-).
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa,
Estoy pasando por un momento complicado, que dura años. Aún sabiendo lo que quiero y necesito, me prometo a mí misma que voy a empezar a solucionarlo, y estoy en una espiral, que no salgo de ella.
Este artículo sobre la autoestima me ha sorprendido enormemente. Me he dado cuenta que justo lo que me pasa está reflejado en esos diez pasos.
Voy a aplicármelo hasta que quede sellado en mi mente.
Gracias de corazón por tu gran ayuda.
Un abrazo muy fuerte
Hola Concha,
Muchas gracias, me alegro mucho de que este post te haya dado luz sobre lo que te sucede y necesitas.
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola Vanessa, estoy pasando por un proceso de ruptura matrimonial más que anunciado, y deseado, pero estoy empezando a sentirme mal, afloran sentimientos de culpabilidad, remordimiento, que no sé manejar, y me hacen sentir ansiedad. Sentimientos que por otro lado nunca sentí, durante la relación. Preveo que va a ser un proceso duro, y me da miedo que cuando logré llegar hasta el final, me derrumbe. ¿Cómo podría trabajar esos altibajos que me hacen sentirme así?
Un fuerte abrazo
Concha,
¿Para qué pensar en cómo va a ser? ¿Para qué adelantarte a cómo será el final? Yo te animaría a confiar en ti y a darte permiso para ir sintiendo en cada momento lo que vayas sintiendo. A sentir y resolver en el momento, no por adelantado. Por ejemplo la culpa, siendo más comprensiva y menos exigente contigo misma. Pasito a pasito y con mucho amor :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola Vanessa! He leído tu artículo y me parece buenísimo. A mí me pasa que, la teoría la llevo muy bien, la práctica ya no tanto. Leyendo tu artículo me he dicho a mí misma que, de una vez por todas, voy a poner en práctica ese proceso de crecimiento y mejora personal. He vivido sucesos que, si bien no son graves, sí considero que han perjudicado seriamente mi autoestima y sobre todo, la confianza y seguridad en mí misma. Creo que ya es hora de darme el valor que me merezco y de respetarme.
Muchas gracias por tales maravillosas palabras!
Gracias a ti, Sandra. Espero que disfrutes mucho ese proceso, es un camino maravilloso y pronto lo verás como una de las mejores decisiones de tu vida :-).
Un abrazo,
Vanessa