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¿Sabes quién está escribiendo el guión de tu vida?

Decía una frase que leí una vez que cuando no aprendes la lección, la vida te la pone delante varias veces hasta que te enteras. En mi caso hay una que me costó bastante aprender: la de que yo y solo yo era responsable de lo que pasaba en mi vida. Hasta que la vida me lo gritó bien alto, seguía viviendo como una víctima de mis circunstancias. Pero no, el traje de víctima no te lo pone lo que te sucede. Te lo pones tú. Y así fue como me di cuenta de que lo que tenía que cambiar no eran los demás ni las circunstancias, sino como yo respondía ante todos ellos. Quien elegía ser, cómo elegía comportarme, qué elegía hacer con mi vida…

Tú eres el motivo de casi todo lo que te sucede (Niki Lauda)

Fue un momento único. Uno de los que recordaré siempre. Pasó hace dos años y sé perfectamente dónde estaba sentada y lo que leía. Hasta puede que este año celebre el aniversario. A ver, que después de tantos años de víctima, convertirte en el protagonista de tu vida es algo que no te puede pasar desapercibido 🙂

¿Y tú? ¿Qué me dices? ¿Estás siendo víctima o responsable de tu vida? Aclararemos términos primero.

Una víctima es aquella persona que vive como espectadora de su propia vida. Que la observa y la ve pasar como el que va al cine a ver una película, sin saber cuál será el argumento ni tener ningún control sobre el final. No es el guionista.

  • Se expresa desde la queja: hacia la gente, sus circunstancias, su mala suerte…
  • Su vida es la que le ha tocado, no depende de ella.
  • Como cree que no está en su mano hacer nada, no lo hace. Se lava las manos y se vuelve pasiva.
  • Como la culpa es de otros, vive con resentimiento hacia los demás.
  • Acostumbra a mirar bastante al pasado. Y como sobre su pasado no tuvo control, tampoco lo tiene sobre su presente ni sobre su futuro.
  • Es lo cómodo. Muy doloroso, eso también. Pero estás a gustito en tu zona de confort y no corres riesgos.
  • Usa expresiones como “es que”, “todos hacen x”, “siempre me pasa esto”, “nunca me pasa lo otro”…
  • Pone excusas como “es que yo no tuve esa oportunidad”, “si no fuera por el dinero, ya habría cambiado de trabajo” o “es que no tengo tiempo”.

La persona responsable, en cambio, sabe que es la que elige en cada momento. Si no lo que le sucede, sí al menos su respuesta ante ello. No es espectadora, sino que es protagonista de su vida y es quien escribe el guión.

  • Se expresa desde la responsabilidad de lo que va a hacer y de lo que está haciendo. Incluso cuando elige no hacer nada.
  • Diseña su vida y hace lo que necesita hacer para llegar a donde quiere llegar.
  • Confía en sí misma y tiene pensamientos positivos.
  • Al pasado mira para extraer aprendizajes que le sirvan para construir su futuro.
  • Reconoce que lo que hizo y lo que no hizo también es responsabilidad suya. Aprende de aquello y no se siente culpable por ello.
  • Vive los problemas como oportunidades para crecer y no se enfoca en el problema, sino en la solución.
  • Diferencia entre lo que puede cambiar y lo que no. Acepta lo primero y se encarga de lo segundo.
  • Incluso en las circunstancias difíciles, sigue eligiendo qué hacer.
  • Sabe que hay muchas opciones y que, si una no le funciona, puede probar con otra.
  • En las mismas circunstancias, la escucharás decir “no aproveché las oportunidades que tuve”, “de mi depende buscar opciones para poder cambiar” o “no saco tiempo porque eso ahora no es una prioridad para mi”.

En las relaciones personales suele asomar a menudo el rol de víctima. Por ejemplo cuando alguien dice “estropeaste mi cumpleaños al no venir a la fiesta” o “me abandonaste” o “hiciste que me enfadara”. ¿Qué diría una persona responsable en esa situación? “Me enfadé porque no viniste y elegí que mi cumpleaños se estropeara”.

Así, mientras la víctima se enfada y se siente impotente ante su vida, el protagonista emprende el viaje hacia el destino que desea. Porque está claro que si quieres ir a París, no puedes esperar a que París venga a ti.

El hombre no es hijo de las circunstancias. Las circunstancias son hijas del hombre (Benjamin Disraeli).

Te cuento algunos ejemplos, inspirados en mí o en personas cercanas:

Discuto con mi pareja y salgo dando un portazo. Si alguien me pregunta por qué he dado un portazo, respondería “porque estaba enfadada por lo que él me había dicho”. Pero no. No di un portazo por eso. De hecho, el enfado no tiene una relación directa con el portazo. No todos los enfados van seguidos de portazos. Yo soy la que en ese caso elijo dar un portazo. Otra persona, a pesar del enfado, saldrá cerrando la puerta con normalidad. Ahí es donde empiezo a hacerme responsable de mi respuesta.

En el trabajo, un compañero dice algo que te deja mal. Como te ha molestado, la próxima vez le pegas una mala contestación. ¿De quién es la responsabilidad de eso? Tuya y solo tuya. Si quieres convertirte en el tipo de persona que hace feos o pega malas contestaciones, estupendo. Pero no eches la culpa al otro porque tú eres quien elige y diseña en cada momento a la persona que quieres ser. Quién eres es siempre tu decisión.

Si una persona dice “mi pareja es un egoísta y solo va a lo suyo” está cerrando todas las posibilidades de hacer algo. Desde ese punto de vista la única solución es que su pareja cambie. Es como decir “yo no puedo hacer nada”. En cambio, si digo “siento que mi pareja no le da importancia a lo que a mi me apetece” o “voy a ver qué puedo hacer para que mi pareja me tenga más en cuenta”, me hago responsable de lo que siento y reconozco que hay algo que puedo hacer para cambiarlo.

Es decir, una víctima vive en el “esto es lo que hay, no me queda otra”. Y, como víctima rehabilitada, te aseguro que no es lo que hay. Que cada uno de nosotros elige lo que quiere que haya. ¿Eso que tienes es lo que tú quieres? Si lo es o no te merece la pena el esfuerzo de cambiarlo, muy bien, es tu elección. Pero si quieres que cambie asume que de ti depende y que lo bueno de ser responsable es que eres parte de la solución.

Y el clásico de los clásicos: el “es que yo soy así”. Pues muchas personas eran así y ahora son asá. Porque todos podemos cambiar o mejorar. Si eres impuntual, tímida, excesivamente responsable, si tienes mal carácter, si te organizas fatal, si no tienes fuerza de voluntad, si te pasas de perfeccionista, de impaciente, si no sabes decir que no, si eres impulsivo, cabezota, perezosa… ¡Todo! Absolutamente todo se puede cambiar si uno quiere.

  • Lo que está claro es que nadie vivirá tu vida por ti.
  • Nadie se comprometerá con tus sueños si no te comprometes tú.
  • Nadie se implicará por tu felicidad si no lo haces tú.

Tú creas tu realidad. Tú creas tu suerte. Tú provocas tus milagros.

Darte cuenta de esto, de que tu vida depende de ti, te da un poder inmenso. Es cuando empiezas a buscar las maneras de conseguir eso que deseas. Hasta entonces, como creías que lo que pasara no dependía de ti, no te esforzabas por abrir bien los ojos.  Ahora sí. Y así todo se vuelve mucho más fácil. El camino empieza a dibujarse delante de ti.

Como bien explicó Victor Frankl, incluso en los peores momentos, incluso en un campo de concentración, sin saber qué le había pasado a su familia ni qué le iba a pasar a él, fue decisión suya elegir hasta donde quería que eso le influyera. Porque la libertad última de cada ser humano está en si mismo. Tu libertad última está en ti.

Así:

  • Observar lo que haces y elige lo que quieres hacer libremente.
  • Habla siempre en primera persona, poniéndote como sujeto activo de tu vida.
  • Deja de justificarte, de echarles la culpa a otros y de seguir esperando a que tus problemas se resuelvan solos.

 

Tú eliges. Si continúas en ese trabajo, si continúas con esa pareja, si sigues sin valorarte como te mereces, si sigues sin tener tiempo para ti y para lo que te motiva, si sigues llevando una vida que no te llena… Tú eliges siempre.

La mejor manera de predecir tu futuro es creándolo (Peter Drucker)

¿Cómo lo ves? ¿Crees que estás siendo una víctima en algún aspecto de tu vida? Si aún no lo tienes claro, pregúntate: ¿Qué cambiaría en mi vida si solo de mí dependiera?. Ahí tienes la respuesta.

¿Qué opinas de esto? Me encantará leer tus reflexiones en los comentarios 🙂

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Acerca de Vanessa Carreño

Trabajo con mujeres que se sienten inseguras, no se valoran ni tienen confianza en sí mismas, le dan muchas vueltas a la cabeza y se preocupan mucho por lo que piensen los demás.

Con mis programas de Autoestima, Relaciones Personales y Dependencia Emocional consiguen ganar confianza en sí mismas y sentirse seguras y capaces de alcanzar sus objetivos. Aprenden a valorarse, se atreven a ser ellas mismas y empiezan a disfrutar de su vida y de sus relaciones.

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22 comentarios

22 comentarios
  1. Dani 10/07/2014

    Muy buena reflexión, estupendo post! ” Nada cambia, sólo yo cambio, todo cambia’.

    Responder
    • Vanessa 11/07/2014

      Muchas gracias, Dani. Exacto. Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia. Es como magia 🙂

      Un abrazo

      Responder
  2. Mnlo 10/07/2014

    Hola. Gracias por el artículo… me hace recordar que aunque me considero total responsable de mi vida y nunca le hecho la culpa a nadie de mis circunstancias… casi nunca cambio y todo sigue igual… y a peor en algunas cosas. Me falta la reflexión y la acción. Gracias de nuevo.

    Responder
    • Vanessa 11/07/2014

      Muchas gracias, Manuel. ¿Qué es lo que cambiarías? ¿Qué pasará si no haces algo para cambiarlo, e incluso sigue empeorando? ¿Qué primer y pequeño paso podrías dar hoy?
      Ser responsables, tanto de lo que hacemos como de lo que no hacemos, es una señal de que estamos presentes en nuestra vida. Y no es fácil, así que mi más sincera enhorabuena por ello. Lo que pasa es que no suele ser suficiente para que las cosas cambien. También hace falta comprometerse con los cambios y con uno mismo, y hacer algo. Te animo a ello si así lo deseas. Atrévete a ser el guionista que tu vida se merece 😉
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
    • Vanessa 12/07/2014

      Muchas gracias, Fernando. ¡Qué bueno el vídeo! Dirige tu peli, ¡se tu jefe! Era una de mis intenciones con el post, que cada uno sea su propio jefe 🙂
      Un abrazo

      Responder
  3. Carolina 11/07/2014

    Fantastico post! muy inspirador!! me encanta el “yo soy asi” jajjaja! cuantas veces lo escuchamos!!

    Responder
    • Vanessa 12/07/2014

      Muchas gracias, Carolina. ¿Verdad que si? Es como que nadie nos hubiera dicho que se puede cambiar, que cada uno puede ser como quiera. ¡Que nada es para toda la vida si decides que no lo sea!
      Muchos besos

      Responder
  4. ana 12/07/2014

    Gracias Vanessa, cómo me valen tus post para mí y para mis coachees, ¡que clarito lo expones!
    Besos

    Responder
    • Vanessa 12/07/2014

      Gracias, Ana. Me alegro mucho de que te sirvan. Si quieres que escriba sobre algo en concreto estaré encantada 🙂
      Un abrazo

      Responder
  5. M.A.V. 22/07/2014

    Pocas veces tomo tanta atención a un lectura… Agradezco a quien compartió este artículo. A veces las relaciones peligran porque uno decide que sea así… Lo que acabo de leer me deja más atento a reconocer y mejorar lo que yo decida que no me gusta de mi. Buenas noches y gracias!!!

    Responder
    • Vanessa 23/07/2014

      Qué bien M., me alegro muchísimo de que leer el post te haya ayudado a darte cuenta de lo que dices. Puedes mejorar todo lo que no te guste de ti y puedes mejorar cualquier relación. Tienes un poder inmenso, el que tenemos todos cuando nos damos cuenta de que si uno cambia, todo a su alrededor cambia. Casi, casi magia 🙂
      Encantada de ayudarte si lo necesitas. Que vaya muy bien.
      Un abrazo

      Responder
  6. LOURDES 19/03/2017

    Fue de gran ayuda, me hizo ver aspectos de mi vida en la que yo elijo ser victima, pero no más…
    Nadie vivirá mi vida por mí.
    Nadie se comprometerá con mis sueños.
    Nadie se implicará por mi felicidad si no lo hago yo!!
    Muchísimas gracias por el blog.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 20/03/2017

      Muchas gracias por tu compromiso, Lourdes. Recuérdalo, por ti y para ti.
      Un abrazo grande,
      Vanessa

      Responder
  7. Cecilia 31/08/2017

    Hola! Quiero leer el primer libro de los 10, ¿cómo hago? Lindas reflexiones

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 31/08/2017

      Hola Cecilia,

      Supongo que puedes comprarlo, buscar a alguien que lo tenga y pedírselo prestado, o sacarlo de la biblioteca.

      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  8. Fer 25/01/2018

    Hola Vanesa. ¿Qué tal? Me encanta tu blog. Lo primero es darte las gracias por dedicar estas reflexiones para todo el mundo.

    Mi pareja me ha dejado y creo que uno de los motivos es que he sido demasiado víctima, no he actuado.
    Y ahora, por un lado pienso que ya no tiene solución (porque ella así lo ha aclarado), pero por otro lado pienso que tengo que cambiar, y ser responsable, (quizás con la esperanza de que ella cambie, esa es mi duda) para ver si cambia algo.

    Reconozco también que a veces nos liamos, no lo tenemos claro.

    Un saludo y reitero mi agradecimiento,
    Fer

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 26/01/2018

      Fer,
      Es muy valioso el aprendizaje que comentas… Me parece uno de esos ejemplos en los que la vida quiere enseñarnos algo a través de lo que nos pasa… Me alegro de que hayas encontrado ese “para qué”. Ahora trabaja en ello, en salir de ese patrón de víctima y hacerte responsable de tu vida. Pide ayuda a un profesional para que te acompañe en ese camino, a mí o a quien elijas.
      Después lo que pase, pasará… Hazlo por ti, por nadie más, y confía en que pasará lo que tenga que pasar.
      Un abrazo grande,

      Responder
  9. Lu 26/01/2018

    Me llegó en el momento justo. Muchas gracias por compartir tantos artículos, los leo y por lo general encajan en lo que quiero mejorar de mí, me has ayudado mucho. Seguiré trabajando en mi compromiso. Toda mi vida he sido víctima y no me había dado cuenta, esa forma de ver las cosas, echar culpas… Ahora elijo ser responsable.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 29/01/2018

      Lu,
      Felicidades por darte cuenta y reconocerlo… No es fácil de ver y menos de asumir. Ahora ya has dado un gran paso para hacerte responsable, sigue así.
      Un fuerte abrazo,
      Vanessa

      Responder

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