¿Qué crees que te mereces?
Sí, dime, ¿qué te mereces en tu vida?
¿No lo sabes? Pues en la respuesta a esta pregunta está una de las claves para ver cómo anda tu autoestima.
Todos cargamos con un montón de creencias limitantes –y también alguna potenciadora, menos mal :-)- desde nuestra infancia.
Están basadas en lo que nos dijeron, en lo que vivimos, en lo que interpretamos, en cómo nos trataron, en cómo nos sentimos tratados… Y la suma de todo ello fue dando forma a lo que creemos de nosotros mismos.
Puede haber muchas creencias limitantes en las personas con baja autoestima: no valgo, no puedo, no soy capaz, soy una inútil, valgo menos que los demás, todo me sale mal….
Estas son las típicas, las que todo el mundo conoce.
Pero hay una mucho menos consciente a pesar de lo extendida que está y de lo mucho que aparece en las personas que no se valoran lo suficiente.
Esta es, en mi opinión, la creencia más dañina para tu autoestima.
¿Sabes cuál es? La de “no merezco”.
No me merezco un trabajo mejor.
No me merezco una pareja que me haga feliz.
No me merezco unos amigos con los que lo pase bien.
No me merezco llevar una vida tranquila.
No me merezco descansar y no hacer nada.
No me merezco disfrutar de mi tiempo libre.
Y así con todo lo que se te ocurra que una persona puede querer, pero en el fondo sentir que no se merece.
Es tan sutil que lo normal es que, si la tienes, ni siquiera te hayas dado cuenta.
Las consecuencias de creer que no mereces
¿Cómo crees que va a actuar alguien que no se siente merecedor? Pues, lógicamente, saboteándose todo el tiempo, no luchando por lo que quiere y conformándose con lo que la vida le da. Sin más.
Por ejemplo, si no me siento merecedora de que me quieran como yo quiero que me quieran, me conformaré con amores “de pacotilla”.
O si no me siento merecedora de gustarle a alguien, estaré siempre dudando de que sus palabras sean honestas y sinceras.
O si no me siento merecedora de destacar en mi trabajo, estaré siempre dando un poco menos de lo que puedo dar o dudando de mis capacidades.
Es decir, proyectaré en mi vida lo que creo de mí. Que no me quiero lo suficiente, que no me valoro y que no me siento merecedora.
Y me criticaré y me hablaré fatal, porque pienso que no me merezco hablarme bien.
Y dejaré que los demás me hablen y me traten fatal, porque pienso que no me merezco ser tratada de otra forma.
Y tendré que estar siempre haciendo algo y siendo productiva, porque pienso que no me merezco parar, disfrutar y darme placer si no hay un motivo especial para ello.
Y me quedaré siempre para el final de la lista, porque pienso que no me merezco pensar en mí y darme prioridad.
Y me resignaré a que “así es mi vida”, porque pienso que no me merezco luchar por lo que quiero y perseguir mis sueños.
Y así con todo. Porque en el fondo no creo que me merezca que me vayan bien las cosas, ni hacer lo que quiero hacer, ni ser como me dé la gana ser.
Es como que, de tanto no sentirte merecedora, llegas incluso a castigarte y a vivir en una especie de penitencia continua, en la que cualquier deseo es inmediatamente castrado por esa sensación tan interiorizada de no merecer…
¿Te suena?
Por los errores que has cometido, por lo que sientes que deberías haber hecho mejor, por todas las veces que crees que no te has esforzado lo suficiente o por todo aquello de lo que no fuiste capaz… Así es como, poco a poco, puedes haberte convencido de que no mereces.
Lo bueno de no sentirte merecedora
¿En qué medida crees que no sentirte merecedora puede estar condicionando tu vida?
Veamos…
Piensa en alguien a quien valores mucho, en quien creas y a quien admires de verdad. ¿Lo tienes?
Ahora imagínate que esa persona, en el fondo de sí misma, no se sintiera merecedora. Que creyera que no vale lo suficiente y que no se merece nada bueno.
¿Cómo crees que ese “no sentirse merecedora” influiría en su comportamiento y en sus decisiones? Pues ya te lo digo yo: como una especie de muro que le sabotea y le impide avanzar hacia la vida que quiere.
Y, ¿para qué le estaría sirviendo a alguien creer algo así? Pues a esto también te voy a responder. Porque toda creencia, por muy limitante que haya sido, ha tenido que tener algo positivo. Si no, no se habría mantenido en el tiempo.
Fíjate, esto es lo que suelen decir las personas con las que trabajo cuando toman conciencia de que no se sentían merecedoras:
No sentirme merecedora me servía para no salir de mi zona de confort.
Para no arriesgarme.
Para no sentirme un fraude y una fracasada.
Para no darme batacazos.
Para no tener que superar mis miedos.
Para no parecer engreída o prepotente.
Para que los demás no esperaran mucho de mí y así no decepcionarles.
Etc, etc.
Así que sí, sentirte merecedora también tiene sus contras…
Por eso, eres tú quien ha de decidir si merece la pena asumir el riesgo, salir de tu zona de confort, superar tus miedos y superarte a ti.
En definitiva, si merece la pena empezar a creer y a sentir que te mereces todo lo bueno y lo mejor, a pesar de lo que eso te pueda suponer a partir de ahora…
Empezando a creerte todo lo que te mereces
Como te puedes imaginar, esto de sentirte merecedora empieza por dentro, cambiando la creencia tan profunda que te hace pensar así.
Y después, cuando esa creencia vaya cambiando, empezará a proyectarse hacia afuera, en tu actitud, en tu comportamiento y en los resultados que obtienes en tu vida.
En que eres capaz de reconocer y de decir lo que te mereces.
En que sabes que mereces todo aquello que quieres y que no hay nada que quieras y que no merezcas.
Y en que te diriges hacia la vida que sabes que te mereces.
¿Te das cuenta?
Ahora tal vez esperes una serie de pasos o de claves para cambiar esa creencia y sentirte merecedora. Pero no, esta vez sólo hay un paso :-).
Consiste en que tomes conciencia de que te mereces lo mejor. Y punto.
Sin condicionantes. Sin tener en cuenta tus logros o tus triunfos. Sin hacer recuento de tus éxitos o de lo que has conseguido.
Simplemente por existir, te mereces lo mejor.
Así que repite conmigo: Me merezco lo mejor.
Sí, me merezco todo lo bueno que la vida pueda darme.
Porque soy persona.
Porque soy digna.
Porque lo hago lo mejor que puedo
Porque soy igual de válida que los demás.
Y porque sí.
…
Y, dicho esto, empieza a comportarte en consecuencia.
¿Qué harías diferente si supieras que te mereces lo mejor?
¿Qué te concederías?
¿Para qué te darías permiso?
¿Qué te regalarías?
¿A qué le dirías que sí?
¿A qué le dirías que no?
¿Qué sería lo primero que cambiarías en tu vida, hoy mismo, si supieras que te mereces lo mejor?
Este es tu momento. Responde a estar preguntas y verás como, poco a poco, empiezas a creerte que te mereces lo mejor…
Y si quieres seguir profundizando en ti para mejorar tu autoestima, en esta página puedes descargarte la guía gratuita Los Diez Pasos Clave para Mejorar tu Autoestima.
Así que dime, ¿qué harías ahora mismo si creyeras de verdad que te lo mereces? ¿Un viaje? ¿Decirle que no a alguien? ¿Tirarte en la hierba y no hacer nada? Me encantará que me lo cuentes en los comentarios aquí debajo ;-).
Magnífico artículo!, gracias Vanesa, estoy trabajándome esto precisamente, y voy a seguir trabajándolo con todas mis fuerzas hasta que me sienta merecedora en cada una de mis células, hasta que lo sienta en mis entrañas… Un abrazo desde Sevilla..
Muy bien dicho, Rocío. Todos deberíamos sentirnos merecedores en cada una de nuestras células y en nuestras entrañas :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Me ha gustado mucho, sobre todo que mereces por el mero hecho de existir. Sabes, también he trabajado la creencia me amo sin condiciones, harta de no quererme menos aún amarme y mal-tratarme tuve una conversación conmigo misma observándome. Me pregunté ¿porque no te amas?, ¿que hiciste mal para no amarte?, ¿que está mal en ti? Todo esto totalmente derrotada y sufriendo. Y a mi mente vino la respuesta el Amor no tiene condiciones, Tamara. No tienes que amarte por algo que hagas bien o mal, tu eres Amor si quieres serlo, puedes amar-te si lo eliges y no, no tienes que tener motivos para hacerlo. Y elegí.
Muchas gracias, Tamara. Me alegro mucho de que hayas elegido amarte sin condiciones. Lo más probable es que si antes no lo hacías fuera porque nadie te había enseñado, no porque estuvieras haciendo nada mal o hubiera algo malo en ti. Para que te quieras necesitas que alguien te enseñe a hacerlo. Y cuando eso no se ha dado, ya de adulta, puedes aprenderlo por ti misma :-).
Un abrazo,
Vanessa
La verdad es que me importa bien poco como se pueda sentir o no otra persona, eso no va a hacer que yo cambie de opinión. Si no soy merecedora no lo soy, punto.
Muchas gracias, Belén. En realidad el no sentirte merecedora es a ti a quien más daño hace.
Un abrazo,
Vanessa
Soy merecedor del maravilloso trabajo de docente que acabo de empezar. Es lo que siempre he buscado y ahora lo tengo. Dentro de mi mente me llegan mensajes de que vuelva a mi casa, al paro, a ser una victima, volver a la comodidad del confort…pero mi decisión esta tomada…siempre adelante y no rendirme ni arrojar la toalla jamas. Retroceder nunca…rendirse jamas.
Me ha encantado, Jesús. Muy bien dicho, muy bien hecho. Así es, sólo puedes recibir lo que mereces cuando sabes que lo mereces.
Un abrazo,
Vanessa
Excelente articulo. Sería bueno que empezara a quererme y creer que me merezco todo lo bueno que me pasa. Aunque yo sé que el arriesgarme no es facil. Creo que no he estado mucho tiempo en un sitio fijo. Igual por eso no me arriesgo tanto.
Muchas gracias, Carmen. Sentirte merecedora hará que te resulte más fácil arriesgarte, porque sabes que te mereces eso que quieres conseguir. Pero, obviamente, con sentirte merecedora no es suficiente. También hace falta tener fuerza de voluntad, saber lo que vas a ganar con ese cambio, tener claro para qué lo haces… Y que todo eso sea mayor que el coste de ese cambio.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Conocí a esta maravillosa chica, pero ella tiene un mes de haber terminado una relación tóxica dónde su novio la hacia sentir menos, en pocas palabras, una basura. Ella vive en otra ciudad y ella me confesó que yo le gustaba y hablábamos de planes juntos. Pero ella me pidió tiempo para sanar y yo se lo di. Hasta que un día se me hizo poder viajar y conocerla. Ahí comenzó todo, después de unos días ella acepto ser mi novia y yo le pregunté si estaba lista y si sentía presionada que no me aceptará aún pero ella dijo que si y estábamos bien, con besos y agarrados de las manos. Pues mi estadía terminó y yo tuve que regresar a mi ciudad. Al cabo de unos días ella empezó a dudar de si había tomado la decisión correcta y que tal vez si sintió presión al aceptarme. Ella me dice que no me merece porque no me quiere lastimar pero yo le digo que ella tiene un enorme corazón y que a pesar del daño que le hicieron ella sería incapaz de hacérmelo a mi. Le digo que ella se merece lo que yo le ofrezco y hasta más. Pero ella no se siente merecedora de nada y no sabe realmente lo que quiere. Yo quiero ayudarla y decirle que conmigo no va a pasar lo mismo que pasó, yo la quiero de verdad. Por favor ayúdeme doctora. Yo quiero que ella esté bien consigo misma y que aprenda que ella merece lo mejor.
Hola Eduardo,
El camino de esa chica es de ella, es ella quien ha de andarlo, no depende de ti ni está en tu mano que lo ande. Cuando un corazón está muy lastimado no suele ser buen momento para empezar una nueva relación, porque muchas veces puede hacerse desde la añoranza o el dolor de la anterior, y se termina sufriendo más y haciendo sufrir a la nueva persona. De cualquier forma eso es algo que ha de decirte ella, y tú sólo podrás aceptarlo y respetarlo, porque no depende de ti. Si ha de ser, será, que no te quepa duda.
Un abrazo,
Vanessa
Estupendo post. Cuando necesito una ayudita leo tu página.
Me cuesta reservar un poco de tiempo para mi, como si no fuera mio!. Te suena?.
Sí, es muy habitual esa sensación de que “mi tiempo no es mío y no dispongo de él”. Pero ser consciente de ello ya es un gran paso, ahora toca ir dando pasitos más pequeños :-).
Besos y sonrisas,
Vanessa
Nos hemos acostumbrado a “evaluar” a los demás, y a q nos evaluen: padres, hermanos, amigos, profesores, vecinos, desconocidos.
Es un problema cuando nos convencen de que no somos suficientemente buenos en…
Y, como dices en el post, somos merecedores porque sí.
Pues sí, y es un trabajo de todos evaluar menos y aceptar más. La evaluación que debe contar es la que uno hace consigo mismo, en el camino a sentirse satisfecho de quién es y de cómo es…
Un abrazo
Hola. Me ha encantado el artículo ya que me siento muy identificada con todos los puntos que se tocaron. No me creo merecedora de nada, me siento inferior a todos, soy súper insegura y creo que nunca nadie se fijara en mí por mi color de piel y por qué me siento menos. Es algo duro que siempre atravieso y me cuesta perder salir de ese pensamiento, aunque lo intento.
Lenis,
Lo primero, hay muchas personas que se sienten como tú, no creas que estás sola.
Y que cuando tú te aceptes y te quieras como eres, sin compararte con los demás ni sentirte inferior, los demás también lo notarán. Es algo que se proyecta. Así que hazlo por ti y para ti, trabaja esos pensamientos y esas creencias limitantes, y verás como poco a poco todo cambia :-).
Besos y sonrisas,
Vanessa
Si creyera que merezco lo mejor, dejaría de sentirme tan culpable de tener un trabajo cómodo y bien pagado; dejaría de sentirme culpable por todo; podría decir que no, dejaría de situarme siempre por debajo de los demás, me trataría mejor, me daría prioridad a lo yo quiero; empezaría a saber qué es lo que yo quiero, sin pensar en nadie más que en mí y sin miedo a ser egoísta o “injusta”. Empezaría a quererme, a creer en mí. A dar pasos sin pensar que si en el pasado no terminé esto o aquello, a quién quiero engañar, ahora también ocurrirá; dejaré de sentir que soy u a impostora. Empezaré a buscar fuera de mi zona de comfort porque sentiría menos el fracaso.
Muchas gracias, Al. Lee esto que has escrito cada día, piénsalo en positivo (expresando lo que quieres, no lo que no quieres) y tenlo muy presente, porque ahí estás empezando a andar el camino de amor hacia ti misma.
Un abrazo,
Vanessa
¡Que buen artículo! :). Me ha encantado. Muchas GRACIAS. Soy soy merecedora. Me merezco lo mejor :). Claro que sí. Me ha aportado claridad. GRACIAS.
Muchas gracias, Beatriz. Me alegro mucho de que te haya aportado claridad y, sobre todo, de que te sientas merecedora :-).
Besos y sonrisas,
Vanessa
Me encanta este post, no entiendo porque nos tenemos que sentir culpables de ser como somos y siempre tener el miedo a lo que piensen los demas de nosotros. Y eso mismo nos hace ponernos límites en el día a día dejando de actuar o de ser nosotros mismos por miedo a que nos critiquen o juzguen. A mí es lo que más me pesa y leyendo tus artículos me doy cuenta de que hay que cambiar en todos los sentidos para valorarnos más a nosotros mismos, que eso es lo más importante para poder ser feliz. Muchas Gracias.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, Encarnación. Y yo muchas veces tampoco lo entiendo… ¿Por qué todos sin darnos permiso a ser como somos y con el mismo miedo a lo que piensen los demás? Desde luego, el camino para cambiar eso comienza dentro de cada uno, en valorarte, en ser tú misma y en hacer lo que necesites para ser feliz. Yo también estoy en ello ;-).
Besos y sonrisas,
Vanessa
Gracias por el post Vanessa, es muy bueno, como todos los tuyos.
A mi lo que me pasa es que en mi trabajo me siento muy insegura y que no encajo con nada ni con nadie. Es esa sensación la que me hace sentirme pequeña y a disgusto con todo. ¿Tu crees que es normal que un trabajo te pueda hacer sentir asi?. Me siento desubicada, no me gusta ni el trabajo ni la gente y me deprimo mucho.
Y estar todos los días mal al final te pasa factura y lo extiendo al resto de mi vida. Necesito tu consejo.
Gracias por tus artículos, son maravillosos y un alivio.
Hola Charo,
Creo que no existe lo normal ni lo anormal, que son etiquetas que ponemos y que lo que importa es que aceptes como te sientes sin juzgarte. ¿Qué necesitarías para sentirte segura en tu trabajo y sentir que encajas allí? Si te haces preguntas y crees en ti encontrarás respuestas y se abrirán caminos que no imaginabas, ya lo verás. Y si eso no pasa busca a alguien que te ayude a conseguirlo.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Gracias Vanessa. Me ha llegado tu artículo en el momento justo y necesario. Causalidades!
¡Manos a la obra!
Un gran saludo!
Me alegro mucho, Chelo. Sí, esas mágicas causalidades :-). Que vaya fenomenal.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Lo que haría ahora mismo al pensar que merezco lo mejor seria dejar de preocuparme por lo que puede pasar en mi futuro y dejar de preocuparme por las decisiones que debo tomar.
Muchas gracias, Neila. El siguiente paso sería llevarlo a la práctica. ¿Qué vas a hacer para dejar de preocuparte por tu futuro y por las decisiones que debes tomar? Piénsalo :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Gracias por tu estupendo artículo.
Iniciaría creyéndome capaz de tener un mejor puesto en la empresa por el simple hecho de ser eficiente y proactiva.
Saludos
Muy buena respuesta, Rocío. Ahora toca que te lo creas y que cada día te sientas completamente merecedora de ese puesto.
Un abrazo,
Vanessa
Muy bueno tu post! No lo había leído hasta ahora y tengo que decir que me está sirviendo para dejar de pensar tanto en el pasado y retomar mi vida hoy. Tengo que leerme todo lo que envías ya que me hace mucho bien. Saludos y gracias!!
Muchas gracias, Teresa. Me alegro de que te sirva. Recuerda que tu vida es hacia adelante, no hacia atrás ;-).
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Muchas gracias por cada uno de tus post. Me siento muy identificada con muchas de las cosas que explicas, lo de sentirme inferior, lo de compararme, lo de no sentirme merecedora…. Me cuesta mucho aceptar que no necesito demostrar a cada paso mi validez para ser querida… Estoy trabajando en ello. He empezado por tener actitudes de autoestima a ver si así poco a poco voy creyendo en mí misma… Fue una gran suerte encontrarte.
Muchas gracias, Isabel. Vete poco a poco, con paciencia y cariño. Si lo haces sola el proceso será más lento que si pides ayuda. Sea como sea, hazlo por ti y no te rindas, porque seguro que puedes conseguirlo.
Un abrazo cariñoso,
Vanessa
Muchas gracias. Yo viviría tranquila al relacionarme con las personas y ver que no son más que yo. Me merecería aceptar mi imagen, mi aspecto, y lucirlo. Poder opinar sin miedo, y sobre todo estar tranquila siendo quien soy.
Muy bien, Anna. Entonces trabaja esas creencias: soy válida, me acepto completa, mi opinión es válida, soy maravillosa como soy, merezco lo mejor… Si sabes lo que quieres creer, ahora toca empezar a construirlo.
Un abrazo grande,
Vanessa
¡Gracias! Necesitaba leer esto. Unos años atrás no entendería el texto. Hoy lo tomo como propio.
Me alegro mucho, siéntelo para ti :-).
Un fuerte abrazo,
Vanessa
He llorado leyendo este articulo porque he descubierto de donde nace mi problema. Es duro y triste entender que no crees que mereces algo porque te estuvieron diciendo eso durante toda tu vida, y que esa persona que te ha venido repitiendo eso es tu propia madre .
Mel, entiendo lo que dices, y me alegro de que el post te haya ayudado a darte cuenta de esa creencia limitante. Ahora empieza andar el camino para cambiarla, para darte cuenta de que tú también te mereces lo mejor, y para hacer que esa creencia se refleje en tu vida y en lo que consigues.
Cada persona que nos encontramos está librando su propia batalla. Muchos porque no se sienten válidos, merecedores, queridos, dignos… Porque no han tenido la oportunidad de aprender a sentirse así, porque nadie les enseñó, porque lo que escuchaban de pequeños era justo lo contrario, “tú no puedes”, “no lo haces bien”, “eso es muy difícil”. Y quien no se quiere a sí mismo no puede enseñar a que otros se quieran a sí mismos. Comprende que tu madre seguramente lo hizo lo mejor que pudo y que supo desde lo que ella había recibido cuando era una niña. Comprende eso, para poder perdonar, y trabaja para sentirte merecedora tú, por ti.
Un abrazo grande,
Vanessa
¡Gracias por el artículo! Me ha encantado. También estoy trabajando en sentirme merecedora de todo lo que la vida me ofrece. Y lo primero que me gustaría hacer es darme más mimos, masajes, peluquería , viajes… Tu artículo me ha llevado a pensar que lo que ofrezco a la vida es único por ser quién soy. Así que dejaré de mirar tanto los logros externos porque me da la sensación de que nunca es suficiente. Gracias y ánimos a tod@s en este maravilloso camino. Abrazo.
Qué buena reflexión, Ana. Muchas gracias por compartirla. Así es, tú eres única y lo que le ofreces a la vida también. Disfruta de esos mimos y de mirar hacia dentro, porque dentro de ti ya eres suficiente.
Un abrazo grande,
Vanessa
Buenas noches. Un gusto, me llamo Erik Vera, gracias a su artículo estoy mejorando bastante. Mi caso era que mi falta de merecimiento hacía elegir situaciones de sufrimiento y finales de fracaso. Ahora conscientemente elijo situaciones agradables y con finales exitosos. Gracias milenarias.
Qué bien, Erik. Me alegro mucho de que estés siendo tan consciente de ti mismo, maravilloso trabajo. Felicidades.
Un abrazo,
Vanessa
Hola! Me ha gustado mucho tu artículo ya que estoy en un momento así. ¿Puede ser que busquemos parejas imposibles por pensar que no merecemos alago real? ¿Cómo podemos trabajarnos esto? Creo que no es solo cuidarse físicamente, es un trabajo mucho más profundo, ¿creerse por ejemplo merecedora de un amor de otra persona que parece imposible, o que te dicen cosas bonitas pero no te las crees?
Gracias, Vanessa.
Hola Tania,
Así es, si no nos sentimos merecedores lo reflejaremos en todos los aspectos de nuestra vida, también en la pareja que elijamos y en cómo nos relacionamos con ella. Por eso para sanarlo se trata de comprender de dónde viene esa falta de merecimiento y empezar a amarte y a sentirte merecedora de lo mejor, porque lo eres, todos lo somos. En eso consiste el camino del amor hacia ti misma.
Un abrazo,
Vanessa
Muchas gracias por tus artículos Vanessa. Son muy útiles, ¡saco mucha enseñanza de ellos! Me gusta también como lo cuentas, tan práctico, cercano… es muy fácil de asimilar. Cuando escribes: “Si Has Disfrutado Con Este Post, Aquí Tienes Otros Similares” realmente sé que llega un regalo de información.
GRACIAS
Me alegro mucho, Isabel. Muchas gracias por compartirlo conmigo :-).
Un abrazo,
Vanessa
Ante todo gracias, porque creía que no encontraría nada con referencia a cómo me siento a diario. Con respecto a este tema sí que me siento y reconozco que ya no puedo más. Pero en verdad agradezco sus preguntas del final a pesar de que en todas ellas siempre es la misma respuesta… que no lo sé…
Aun así, muchas gracias por estas publicaciones y espero tenga felices fiestas. Muchos abrazos
Muchas gracias, Lis. Me alegro de que el post te haya servido. En el apartado de autoestima del blog encontrarás muchas publicaciones para que poco a poco vayas encontrando una respuesta a esas preguntas que ahora no sabes responder… Date tiempo y confía en ti.
Un abrazo grande,
Vanessa
Nunca siquiera llegué a imaginar buscar en el buscador “por qué creo no merecer lo que tengo” y hoy justamente después de una pelea con mi pareja (que puedo jurar es el hombre ideal para mi e incluso lo sería para otras mujeres) me di cuenta de que nuestros problemas justamente siempre son ocasionados por mi y por las mismas razones (always queriendo encontrar problemas en donde no los hay) y precisamente hoy, al finalizar nuestra discusión, él me preguntó: ¿Qué puedo cambiar para que estes conforme? ¿Cuál es tu problema real y preciso conmigo?
Así que muy enojada me fui a acostar y mi cabeza se quedó dando vueltas para encontrar las respuestas a esas dos sencillas preguntas y mi conclusión fue porque tengo todo lo mejor de la manera más bonita y pura y a cambio de nada, mi esposo no me pide nada a cambio más que ser yo misma (persona linda y noble de la que se enamoró) y que luche a su lado para seguir creciendo juntos… algo que jamás creí siquiera imaginar y mucho menos vivir, pero ahora que me doy cuenta de las cosas, me doy cuenta del daño que he causado en numerosas ocasiones y que estoy más decidida que nunca a empezar a hacer todo y más para reconquistarme primeramente a mi y después al hombre de mis sueños, a aquel que todos los días me elige como mujer y compañera. Está va por mi, por él y por mi familia chiquita!
Mil gracias Vanesa, me hiciste darme cuenta de las cosas, regresaré en un tiempo prudente para contarte cómo resultan las cosas. Saludos desde México
Qué bien, Ileana. Me alegro mucho de que el post te haya servido para conectar con ese amor a ti misma, gracias por compartirlo.
Un abrazo,
Vanessa
Yo solía quererme bastante. No logro identificar cuando dejé de hacerlo, pero recién me di cuenta que no me siento merecedora de que nadie me quiera, ni mis hijos! Ha sido muy doloroso darme cuenta porque no tengo idea de como regresar.
Solía dar todo de mi en mi trabajo y ahora estoy siempre insegura de si lo estaré haciendo bien.
Estoy en el proceso de terminar una relación bastante desequilibrada, más estoy haciendo estas cosas como “by the book” y no porque sienta un despertar en mi o amor por mi. Es solo que estoy muy cansada de sentirme mal, de -incluso- haberle perdido el sabor a la vida.
Por el momento, sigue sin saberme bien nada.
Hola Ale,
Las relaciones desequilibradas dañan bastante la autoestima, no sé si eso ha podido tener algo que ver. Pero seguro que para recuperarte a ti misma necesitas hacerlo desde el amor a ti, no porque sepas que eso es lo que tienes que hacer.
Un abrazo,
Vanessa
En mi caso me dejaba avasallar mucho por la gente pero he cambiado gracias a tus post. Por ejemplo con una compañera “capulla” del trabajo que se metían conmigo me plante de la siguiente manera.
Una compañera de trabajo que me trataba psicológicamente mal yo la llamo la “nazi” ya que se metió con un voluntario de Cáritas en el verano del 2019 porque solicitaba que les hiciésemos carnés inmigrantes la mayoría de ellos por no decir todos, en naciones en dictadura porque no traían pasaporte y que le valió una denuncia y que siempre se metía conmigo y que le dejaba los apuntes de la oposición de cursos del CSIT y de ADAMS que me costaban mucho dinero, me plante de la siguiente manera y te comento el motivo.
El 19 de febrero de 2022 me diagnosticaron una espondilitis anquilosante no tiene cura y es una enfermedad muy dolorosa y cuyo dolor con las patologías graves que eso conlleva tiempo, le oí comentar con otra compañera amiga suya que decía en torno burlón “que me había picado un gnomo en los pies” ya que no podía caminar por la enfermedad antes de que aplicasen metotrexato. Desde ese día em planté le dejé de dar mis apuntes porque pensé es del género idiota dar los apuntes a una persona que puede costearse como yo las oposiciones y que no se lo merece y segundo desde entonces mantengo una relación totalmente fría, pero correcta me limito a saludarla y despedirla del trabajo cuando la veo en el trabajo, afortunadamente la van a botar el 5 de agosto como funcionario interina como me va a pasar a mí y cuento los días para perderla de vista, ni tan siquiera la miro a la cara.
Por otra parte cuando me ha tocado trabajar con ella en el mostrador he cambiado de actitud siempre atendía en cascada a los usuarios incluso cuando estaba medio inválido antes de que aplicasen metotrexato, ya que se escaqueaba ahora cuando me ha tocado trabajar con ella cuando hay cascada de personas digo a la gente que se pongan con mi compañera ya que estoy atendiendo a otras personas.
Porque me han dado la discapacidad del 67% me ha dicho dicha compañera “que unos tantos y otros tan poco” a mi jefa le he comentado eso sin decir el pecador y le he dicho que preferiría estar sano a tener a recurrir a las ayudas de discapacitado .
Esta señora o chica tan “simpática” habla como una completa rabalera e incluso ha llegado a blasfemar en el trabajo conociendo que yo soy creyente.
Yo paso totalmente de ellos en mi trabajo pero obviamente me molestan estas situaciones pero esas personas van a desaparecer pronto en mi vida y no quedará más que un mal recuerdo que se irá borrando al poco tiempo como el paso por la humanidad de personas nefastas como Hitler, Stalin, Catalina la Grande o Mussolini por poner varios ejemplos.
Hola Manuel Alejandro,
Muchas gracias por compartir tu historia y cómo te has ido respetando y danto tu lugar. Me alegro muchísimo de que lo que has leído por aquí te haya servido en ese proceso.
Un abrazo grande,
Vanessa