Se termina el verano. Comienza el curso y poco a poco volvemos a la rutina y a lo de siempre.
Y a medida que esto va llegando nos vamos llenando de tareas, de compromisos, de planes, de cosas que hacer, de listas pendientes, de esto, de aquello, de correcorrequenollego, de un run run permanente porque siempre hay algo más esperando…
¿Y lo importante? ¿Qué es lo importante de todo esto? ¿Qué es lo más importante para ti? ¿Lo sabes?
¿Te planteas, ahora que el curso todavía está arrancando, cuáles van a ser tus prioridades estos meses? ¿Qué es eso a lo que quieres prestar especial atención? ¿Qué es eso que no quieres descuidar?
Por ejemplo, pongamos que tus prioridades van a ser pasar dos tardes a la semana con tus hijos, hacer yoga dos horas a la semana y organizar una escapada de fin de semana con tu pareja antes de que acabe el año.
Muy bien, ya las has identificado, enhorabuena. El siguiente paso es que te las recuerdes cada día.
Esa es la manera. Porque no puedes darle prioridad a aquello que no tienes claro qué es.
Y porque así, sabiendo bien cuáles son, será mucho más fácil que las pongas en primer lugar y no caigas en la tentación de olvidarte de ellas, de dejarlas para mañana o de cambiarlas por algo que ni te va ni te viene.
Porque siempre tendrás algo más que hacer.
Porque siempre habrá algo (o alguien) reclamando tu atención.
Porque siempre habrá algo que corre mucha prisa.
Pero, a pesar de todo, en cada momento tú seguirás pudiendo elegir qué es lo que tiene más peso para ti.
Y de ti depende que eso, lo que más valoras, sea lo primero que metes en el saquito de este curso. Y, ya puestos, en el saquito de tu vida…
Si no, al final, te arriesgas a que, como me pasó a mí, la vida se te vaya de las manos.
Y a que después no te quede sitio para lo importante…
Como dice esta historia…
Las piedras de tu vida
Cierto día un motivador experto estaba dando una conferencia a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidaran.
De pie frente al auditorio de gente muy exitosa dijo: “Quisiera hacerles un pequeño examen…”.
De debajo de la mesa sacó un jarro de vidrio de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Luego sacó una docena de rocas del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el jarro. Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio: “¿Está lleno este jarro?”.
Todos los asistentes dijeron ¡Sí! Entonces dijo: “¿Están seguros?”. Y sacó de debajo de la mesa un balde con piedras pequeñas de construcción. Echó un poco de las piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomodaran en el espacio vacío entre las grandes.
Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más: “¿Está lleno este jarro?”.
Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta: “Probablemente no”.
“Muy bien”, contestó el expositor. Sacó de debajo de la mesa un balde lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas.
Una vez más pregunto al grupo: “¿Está lleno este jarro?”
Esta vez varias personas respondieron a coro: “¡No!”.
Una vez más el expositor dijo: “¡Muy bien!”. Luego sacó una jarra llena de agua y echó agua al jarro con piedras hasta que estuvo lleno hasta el borde mismo. Cuando terminó, miro al auditorio y preguntó: “¿Cual creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración?”.
Uno de los espectadores levantó la mano y dijo: “La enseñanza es que no importa como de lleno esté tu horario. Si de verdad lo intentas, siempre podrás incluir más cosas”.
“¡No!” -replicó el expositor-, “esa no es la enseñanza”.
“La enseñanza es que si no pones las piedras grandes primero, después ya no encontrarás lugar para ellas”.
Pues eso, que si no empiezas por lo importante, después ya no habrá hueco para ello.
Así que piensa, ¿cuáles son las piedras grandes de tu vida?
Venga, que yo empiezo. Las de la mía, las más grandes, son pasar tiempo diario con las personas a las que quiero y con mi perra, a la que adoro; disfrutar de mi trabajo, cuidarme (principalmente nadar, leer y comer cosas ricas) y hacer al menos un viaje al mes.
¿Y las tuyas cuáles son? Puedes compartirlas conmigo en los comentarios aquí debajo, me encantará :-).
Gracias Vanessa, con este post me doy cuenta de que no le estoy dando prioridad a lo que de verdad me importa. Mi hijo, mis perros, mis amigos, la meditación, los viajes, las películas y los libtos. Voy a trabajar en ello.
Felicidades, Meliné. Y mil gracias por decirme porque justo tu toma de conciencia es lo que yo pretendía provocar en quien lo necesitara.
A por ello, disfrútalo :-).
Un abrazo muy fuerte,
Vanessa
Muy bueno, tendré que recordarlo siempre.
Muchas gracias, Miguel. Me parece estupendo, haz lo que necesites para que no se te olvide :-).
Un abrazo,
Vanessa
Gracias Vanessa, por que haya personas como tú que ayuden a los demás altruistamente. Lo explicas todo muy bien y los relatos con lo que acompañas los textos acaban de poner la guinda. Por cierto el relato de las piedras la conclusión me ha sorprendido.
Un beso
Muchas gracias, Mariana. No es del todo altruista, porque la mayoría de las personas que me contactan para mejorar su autoestima y sus relaciones personales lo hacen después de seguirme en el blog y sentirse identificadas con lo que leen. De todas formas, te agradezco mucho que me veas así :-).
Besos y sonrisas,
Vanessa
Hola Vanessa! Muchas gracias por estar ahi. Para mí las piedras mas importanes es lo que tengo todos los dias, pues como bien dices lo más importante es estar con los amigos, la familia, mis viajes y el trabajo.
Muchas gracias por compartir tus piedras, Mari Carmen. Ahora te toca a ti seguirles prestando la atención que se merecen :-).
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa…comparto ampliamente este post…mi piedrota es poder mantenerme en el presente y aunque sé mis prioridades de vida no le doy la calidad que se merecieran por estar corriendo el tiempo… Gracias por iluminar mi semana.
Gracias a ti, Vilma. Entonces, si sabes cuáles son tus prioridades y la importancia de vivirlas desde el presente, ahora sólo se trata de encontrar el camino y el tiempo para ello :-).
Besos,
Vanessa
Me encanto el post, muy buena enseñanza. Muchas gracias Vane por compartir ¡felicitaciones!.
Muchas gracias, Paula, por tu fidelidad, tu alegría y tu entusiasmo. Dicen mucho de ti :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Siempre estamos aprendiendo. el relato de las piedras gordas primero, ha sido fantástico para mi. A veces poner las piedras gordas primero cuesta un poco, pero me has hecho pensar la importancia que tiene plantearte al principio del día, de la semana etc. qué es lo mejor para uno. También es una manera de tomar conciencia de nuestra valía en la vida.
Mi mejor sonrisa en agradecimiento para ti por tu trabajo.
Muchísimas gracias, Mónica. Me alegro de que el relato de las piedras te haya servido y me quedo con eso de que también es una manera de tomar conciencia de nuestra valía en la vida… Mil gracias por ese aporte.
Mi mejor sonrisa también en agradecimiento para ti :-).
Un abrazo,
Vanessa
Historia para pensar, cierto.
Mi problema es que si dedico tiempo a las piedras grandes (a mí y a algo que me guste), parte de las piedras pequeñas, la arena y el agua se me quedan encima de la mesa, y eso suele traer consecuencias… Sobre todo para quien me rodea. No termino de verlo tan sencillo.
No obstante…. Reconozco que no le falta razón al planteamiento.
Seguiré leyéndote cuando pueda.
Un saludo.
Isabel, tal vez algunas de esas piedras pequeñas también sean grandes, porque son importantes para personas importantes para ti, y entonces también quieres darles prioridad… O tal vez se trata de ser asertiva y decir lo que quieres, lo que te importa y lo que deseas priorizar, y pedirles a otros que lo respeten… O de saber equilibrar tus piedras grandes con la arena y el agua, para que las más importantes no queden sobre la mesa, aunque no puedan entrar todas… Las respuestas siempre estarán dentro de ti, lo importante es que tomes conciencia y aprendas a hacerte las preguntas adecuadas :-).
Un abrazo fuerte,
Vanessa
¡Gracias por este post Vanessa! Hace poco me di cuenta de que pasaba menos tiempo con mis hijos y haciendo yoga del que deseaba. ¡Para mí son piedras grandes! Visualizar la semana antes de que empiece e identificar qué espacios podría dedicarles me ha ayudado a aprovechar mejor esos momentos y a no sentirme culpable los dias que me dedico a otras cosas. Genial, ¡¡como siempre!!
Genial tú, Marta. Eres todo un ejemplo a seguir, de compromiso contigo misma, esfuerzo y perseverancia… Enhorabuena de corazón una y mil veces, nunca me cansaré de decírtelo, en público y en privado.
Y mil gracias por cada palabra.
Un grandísimo abrazo,
Vanessa