Descárgate GRATIS la guía Cómo Defenderte cuando Alguien Traspasa tus Límites

Qué hacer si esperas mucho de los demás y después te decepcionas

Chica joven

Aviso, este título tiene truco. En realidad tendría que ser “Cómo dejar de ser demasiado duro y exigente con los demás”.

El problema es que con ese título nadie lo leería, porque casi nadie se ve a si mismo como alguien demasiado duro y exigente con los demás.

Al revés, si nos molesta algo de alguien solemos pensar que el problema el del otro.

No pensamos que es porque nosotros esperamos demasiado.

Por ejemplo, alguien que está siempre muy pendiente de los demás y le molesta si los demás no están pendientes de ella. Lo normal es que se enfade y exija más atención, pero no que piense que está pidiendo demasiado.

Lo mismo que alguien que, como dice que sí a todo lo que le piden, cuando pide un favor se enfada si el otro le dice que no.

O alguien que es muy perfeccionista y lo da todo en el trabajo, y no soporta que haya otra persona que no lo sea tanto. “Qué poca profesionalidad, se conforma, no se esfuerza, da lo justo…”, como me decía un cliente hace poco.

O alguien que ante cualquier comentario o crítica se siente cuestionado, no tolera que le puedan haber dicho algo así y responde a la defensiva.

Son ejemplos de molestarte por lo que hacen los demás, cuando es probable que el problema esté en ti y en ser demasiado exigente y duro con ellos.

¿Te reconoces en alguno de ellos?

Suelen ser propios de personas muy rígidas e implacables con los demás, que todo les afecta, que le dan demasiada importancia a todo, que creen que las cosas se tienen que hacer a su manera y que cuando alguien no se comporta como ellas lo harían, consideran que se está equivocando.

Y se enfadan. Vaya que si se enfadan… ¡les salen sapos por la boca!

Es como que el comportamiento de los demás tocara un botoncito en ellas que hace que les hierva la sangre y se llenen de rabia y de ira y se vuelvan gruñonas e impulsivas, perdiendo el control sobre sí mismas.

Unas más y otras menos, pero todas parecido…

Ejemplos reales de ser demasiado exigente con los demás

Son muchas las personas que se pueden pasar una tarde dándole vueltas a algo que ha hecho alguien, súper molestas por ello… De esas que dicen “¡¡¡¡¡hasta aquí hemos llegado!!!!! ¡¡¡¡Esto no lo tolero más!!!!!”.

Personas de esas con el vestido muy largo, como ya te conté en otro post

De hecho, muchas de las personas que quieren hacer mi programa para mejorar sus laciones empiezan diciendo cosas como “me gustaría que lo que hacen los demás no me afectara tanto” o “no quiero ponerme de mal humor porque los demás no sean como yo espero”.

Por ejemplo, recuerdo a una Coachee de esas que siempre decía que sí a lo que los demás le pedían y se enfadaba mucho si alguien a ella le decía que no. “Es un detalle muy feo”, me decía, con bastante rencor.

¿El problema? Pues, como tantas veces, esa necesidad de gustar a todo el mundo que hace que digamos que sí cuando queremos decir no, y esperemos que los demás hagan lo mismo. Algo como “si yo quedo contigo aunque no me apetezca, espero que tú hagas lo mismo. Así que no me parece bien que me digas que no”.

Y otra vez que el problema es tuyo, por no saber decir que no, y no del otro. ¿O es que por que tú siempre estés disponible los demás también tienen que estarlo?

O alguien que no soporta cómo hace las cosas su pareja, que cree que las hace mal, que no entiende cómo no se ha dado cuenta de esto o cómo no se ha acordado de aquello. Y se enfada, quiere poner límites, se tira de los pelos y decide que no le va a volver a pedir nada y, por supuesto, piensa que el problema es del otro, y no suyo.

O alguien que se pone de los nervios con las personas impuntuales… Vale, que el otro llegue tarde puede ser su problema, pero tú eliges siempre como responder. Y cuanto menos te enfades por ello, mejor te sentirás… Ojo, que esto no tiene nada que ver con poner límites. Una persona puede poner límites sin llegar a alterarse, que es lo sano. En cambio, los que se enfadan mucho lo que suelen tener es un exceso de límites…

Por ejemplo, me acuerdo de una clienta que no soportaba que su compañera de trabajo hablase durante el horario de oficina porque eso la distraía. Le parecía una falta de educación hacer comentarios y bromas mientras estaban trabajando, así que se hacía la sorda y ponía cara de pocos amigos. “¡No tiene decencia!”, me decía.

Y también de otra Coachee a la que le molestaba mucho que su cuñada siempre estuviera opinando de todo. “¿Por qué tiene que opinar de mi vida? De lo que hago con el niño, de mi tiempo libre, de si debería tener a alguien que me ayude en casa… ¡Y ese tono de voz con el que me lo dice, como si fuera superior! ¡Y además nunca tiene razón!”.

Y otra vez que lo que nos molesta de los demás es porque nosotros dejamos que nos moleste… Sin darnos cuenta de que nos está haciendo de espejo de nosotros mismos…  Y de que son demasiadas las veces que elegimos tener la razón, en vez de elegir tener paz interior…

Y ahora me viene a la mente una conocida que siempre se está quejando de la gente, de cómo la han tratado aquí y allí, de lo que hizo ésta y lo que le dijo aquel, de que está cansada de dar y dar y no recibir, y de que la gente está llena de malas intenciones… Y siempre me quedo con ganas de decirle lo mismo: “vamos a ver, si siempre te pasa igual y estás tan sola, ¿algo tendrá que ver todo esto contigo, no?”.

La mayoría de las veces ni siquiera es que el otro haya tenido un mal comportamiento, sino simplemente que no ha satisfecho nuestras expectativas. Es decir, yo espero esto de ti, y como no lo haces o no me lo das, me lo tomo mal y me enfado por ello. Y te juzgo, te critico y te condeno. Porque te lo mereces. ¡Y punto!

Creencias limitantes de las personas que esperan demasiado

Puede haber muchas creencias detrás de alguien que es tan exigente y duro con los demás y se enfada cuando estos no hacen las cosas como cree que deben hacerse.

Pero, sobre todo, creo que se resumen en dos.

Primera, el creer que fallar es horrible, que hay que hacerlo todo muy bien, tener solución para todo y no cometer nunca ningún error.

Porque cuando uno cree esto de sí mismo, normalmente también lo cree de los demás.

Es decir, si eres muy exigente contigo, normalmente también lo eres con los demás. Por eso cuando trabajo con alguien así, el aceptar que no hay que hacerlo todo perfecto, el comprenderse y el darse permiso para equivocarse suele ir en las dos direcciones, hacia sí mismo y hacia los demás.

Incluso en personas que creen que sólo son críticas consigo mismas y que son muy permisivas con los demás suele pasar esto… Casi siempre se acaban dando cuenta de que, de algún modo o en algún aspecto, también son críticas y exigentes con los demás… Y es que no suele haber víctima que no sea también verdugo…

Y al revés, si eres muy exigente con los demás suele ser porque también lo eres contigo mismo. Y una buena prueba es el diálogo interno que tienes contigo cuando te equivocas en algo. Si te dices cosas como “qué desastre”, “lo has hecho fatal”, “siempre te pasa lo mismo”, malo. En cambio, si tu diálogo interno es más como “valora que lo has intentado”, “esta parte te salió bien”, “o mañana lo harás mejor”, bien.

Y, segundo, otra creencia muy habitual, en este perfil de persona dura e implacable que tiene la sensación de que hace las cosas mucho mejor que el resto, es la de que hay personas malas que merecen un castigo.

Sí, es como que dividen el mundo en personas buenas y personas malas, y ellos son el juez que decide quien pertenece a cada grupo.

Quien cree esto espera que todo el mundo le trate bien, de una forma educada, justa y respetuosa. Y, si alguien no lo hace, es malo y se merece un castigo.

Como si las personas fueran buenas o malas, sin valorar todos los tonos intermedios, sin tener en cuenta que nuestro punto de vista es sólo nuestro y sin pensar que el otro puede tener un montón de motivos que desconocemos.

Por ejemplo, pensando en esto, recuerdo a una clienta que se ponía de los nervios porque tenía una compañera de trabajo que nunca daba los buenos días. A mi Coachee le parecía una falta de educación enorme, así que lo que hacía era “devolvérsela” llevando pastas a la oficina y ofreciéndoles a todos menos a esa compañera.

En una de nuestras sesiones, hablando de esto, le pregunté si le gustaba comportarse así. “¿Te gusta ser esa que no ofrece pastas a todos?”. Me respondió que no, pero que era lo que su compañera se merecía… “Ah, ¿entonces prefieres disgustarte a ti misma y no ser fiel a como tú quieres ser, con tal de vengarte de tu compañera?”.

Este es otro problema muy común, el de dejar que los demás condicionen nuestro comportamiento, hasta el punto de que nos hagan hacer cosas en contra de nuestros valores…

Además de la superioridad que hay detrás de una creencia como ésta, porque es como que yo fuera quien decide lo que está bien y lo que está mal y tuviera el derecho a castigarte a ti por tu mal comportamiento.

Pasos para ser menos exigente con los demás (y contigo)

Y ahora toca cambiar y dejar de ser tan dura y exigente con los demás. El primer paso es tomar conciencia de que lo eres. Y después…

1.Quítate exigencias y perfeccionismos, contigo y con los demás. Recuerda que para ser feliz no hace falta ser tan perfecto ni tan buenista. No necesitas serlo tú y tampoco pedírselo a otros.

2.Deja de interpretar lo que hacen los demás con tus gafas sucias. Nadie te ataca si tú no quieres verlo así y nadie te ofende si tú no eliges sentirte ofendido.

3.Acepta que hay otras maneras de ser, de pensar y de hacer las cosas.

4.Respeta. Si no quieres aceptarlo, al menos respétalo.

Y es que hay personas que se empeñan en entender a los demás… Que suelen decir cosas como “no entiendo como alguien puede ser así”.

Ya, es que tú no tienes ni que entenderle ni que tolerarle, sólo tienes que respetarle.

Y estaría genial que todos tuviéramos la capacidad de ponernos en los zapatos del otro para entenderle, pero si no eres capaz de eso, por lo menos respeta que sea distinto a ti.

5.Recuerda que cada uno tiene unas razones que tú desconoces y unos valores que son suyos y no tuyos.

6.Permite a los demás que sean ellos mismos, igual que tú quieres que te dejen ser tú mismo. Todos tenemos ese derecho de base, pero es todavía mejor cuando sientes que los demás contribuyen a él, en vez de ponerte trabas ;-).

7.Trabaja en ti los valores que te alejen de la exigencia y de la necesidad de tener razón… Por ejemplo, la flexibilidad, la comprensión, el respeto, la compasión, el perdón…

Recuerda que lo que quieras darles a los demás has de empezar por dártelo a ti…

Dejar de exigirte para dejar de exigirles, perdonarte para perdonarles, ser compresivo contigo para serlo con otro, valorarte para valorarles, ser compasivo contigo para serlo con ellos….

8.Y, siempre, recuerda que a los demás no les puedes cambiar, pero tu respuesta sí.

Cómo te sientes ante algo y ante alguien, si te molesta o no, si te enfada o no, si te saca de tus casillas o no, eso sólo depende de ti.

¿Qué me dices? ¿En qué aspectos te consideras exigente con los demás? Me encantará que me lo cuentes en los comentarios aquí debajo.

¿Quieres más consejos?

Apúntate GRATIS y recibe cada semana herramientas y recursos para tener Más Seguridad, Más Felicidad y Más Bienestar.

 He leído y acepto la Política de protección de datos

Acerca de Vanessa Carreño

Trabajo con mujeres que se sienten inseguras, no se valoran ni tienen confianza en sí mismas, le dan muchas vueltas a la cabeza y se preocupan mucho por lo que piensen los demás.

Con mis programas de Autoestima, Relaciones Personales y Dependencia Emocional consiguen ganar confianza en sí mismas y sentirse seguras y capaces de alcanzar sus objetivos. Aprenden a valorarse, se atreven a ser ellas mismas y empiezan a disfrutar de su vida y de sus relaciones.

¿Quieres que te ayude a ti también? Solicita una sesión de valoración gratuita conmigo rellenando este formulario.

49 comentarios

49 comentarios
  1. Maria 22/03/2018

    Como siempre ocurre con tus post, llegan en el momento exacto. Muchas gracias!!
    Llevo dos días dando vueltas a cómo debo actuar ante una situación que me ha molestado profundamente.
    Durante mucho tiempo he estado ayudando a una persona en sus malos momentos. Le he apoyado, animado e incluso le he descubierto caminos que desconocía. Él es consciente de todo lo que he hecho por él y está muy agradecido. Algo que me repite continuamente.
    Pero ahora soy yo la que está en horas bajas. Y aunque se lo he hecho saber, él lo ignora. Es como si ya los papeles estuviesen repartidos y no fuese posible cambiarlos.
    El otro día le conté un problema serio (al menos para mí) que tenía y no mostró el más mínimo interés. Me quedé tan helada que me quedé muda y todavía no he vuelto a hablar con él.
    Llevo tiempo trabajando la aceptación, pero no sé en qué punto uno tiene que diferenciar entre aceptación y límites o dignidad. Vale la pena hablarlo o es mejor dejarlo estar, o alejarse, o… Muchas dudas.

    Responder
    • Paula 22/03/2018

      María,
      Te entiendo. Y entiendo la frustración que puedes estar sintiendo.
      Yo también estoy manejando el tema de la aceptación y de comunicar lo que uno siente a los demás. Suelo callarme y luego explotar =S.
      A veces damos por sentado que al otro no le importa o simplemente no comunicamos bien lo que sentimos. Entiendo que puede ser que al otro no le importe realmente, lo cual es duro, si en este caso lo ayudaste tanto a superar su problema. Pero creo que ya el hecho de tener esta capacidad de reflexión es positiva, demuestra madurez y fortaleza de tu parte. Y si la otra persona no responde como quieres, piensa en lo positivo de tu momento de aprendizaje.
      A mi me pasa que me cuesta mantener vínculos con muchas personas. Tengo mis amigas y gente que me cae bien, pero realmente me gustaría ser como esas personas que les cae bien todo el mundo y pueden mantener muchas relaciones aunque no sean muy profundas, sino para divertirse y pasarla bien.
      Es un camino difícil, más si te sientes sola, como me pasa a mi, pero también confío en que son etapas que sirven para crecer y ya podré superarlas.
      Espero estes bien!
      Paula

      Responder
      • Vanessa Carreño Andrés 23/03/2018

        Muchas gracias por tu comentario, Paula. Estoy segura de que a María le ha sido de gran ayuda.
        Eso de callarte y explotar es bastante común. Por eso es importante decir las cosas según van pasando, para que después no salgan con tanta fuerza.
        Todo sirve para avanzar si tú quieres hacerlo, ten por seguro que sí :-).
        Un abrazo grande,
        Vanessa

        Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 23/03/2018

      Muchass gracias por compartir, María. Sé que hay un comentario posterior tuyo, pero te voy a contestar a éste como si todavía no hubiera leído el otro…
      Y como te veo que tienes buenas reflexiones, voy a ser más directa de lo que suelo en los comentarios:
      ¿Qué le has hecho saber? ¿Qué estas horas bajas o que necesitas su apoyo? Hay personas que son más capaces de percibir que alguien las necesita, otras no lo son tanto. Hay personas que saben cómo ayudar, otras no saben aunque sí quieran. Hay personas que se sienten capaces de ayudar, otras se sienten inseguras y creen que su ayuda no servirá… Es decir, hay tantos tipos de personas… Por eso lo más sencillo es decir “necesito esto y me gustaría recibir tu ayuda de esta manera”. No pasa nada porque tú la dieras sin que él te la pidiera y tú se la tengas que pedir, no es una competición. Es aceptación del otro y de ti misma. Es Amor al otro y a ti misma.
      Lo de los límites y la dignidad sería en un segundo capítulo, suponiendo que esa persona no quisiera ayudarte.
      Un fuerte abrazo,
      Vanessa

      Responder
  2. David 22/03/2018

    Es curioso leyendo a María, Vanesa ¿por qué pasa esto?, ¿por qué? Se suele repetir eso, alguien que da y alguien que recibe. ¿Por qué? María no encuentra alguien que la quiera escuchar igual que hace ella, que de y reciba.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 23/03/2018

      Hola David,
      Espero que te sirva con la respuesta que le he dado a María… Simplemente puntualizar esa generalización que haces, “María no encuentra a alguien que la quiera escuchar…”. Ojo, ella sólo ha hablado de una persona concreta ;-).
      Un abrazo grande,
      Vanessa

      Responder
  3. Myru 22/03/2018

    Hola!!! ¿Cómo estas?? Siempre leo tus post, y me gustan mucho, pero esta vez me queda haciendo ruido porque pienso si no es una manera de ser muy conformista, el aceptar “todo”. Por ejemplo: si a mi me gusta tener la casa limpia y ordenada y a las personas que viven conmigo no les importa tanto, ¿por qué tengo que “aceptar” y “entender” que el otro es distinto y que no quiere lo mismo? Así seria todo un caos. Uno puede poner limites como decis pero si el otro no los capta, ¿ahí el error tambien es de uno?. Ojala me respondas, ¡¡¡saludos!!!!

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 23/03/2018

      Hola Myru,
      Se trata de “desde dónde” pides eso. En este post me refiero a personas que lo hacen desde el “yo tengo razón”, “esto que tú haces está muy mal porque yo lo digo” y “lo correcto es hacerlo como lo digo yo”.
      Otra cosa es que en un caso como el que dices puedas hablar y negociar con tus compañeros de piso un punto medio, entendiendo que ni lo suyo ni lo tuyo es lo correcto, simplemente son maneras distintas de verlo. Es decir, esto no va tanto de poner límites como de hablar y negociar.
      Un fuerte abrazo,
      Vanessa

      Responder
      • Marbelyn 12/08/2021

        Desde niños nos piden ser los mejores y esforzarnos. De grandes nuestros jefes nos eligen por ser perfectos en lo que hacemos, todos queremos ser exitosos, ser los mejores. La reflexión es muy útil pero parece entrar en conflicto con la realidad.

        Responder
        • Vanessa Carreño Andrés 18/08/2021

          Hola Marbelyn,
          En mi opinión la realidad la creamos cada uno… No de niños, que ahí dependemos de otros, pero sí de adultos. Decidiendo quién somos y qué nos hace valiosos también le estamos transmitiendo al mundo por qué queremos que nos valoren… Es decir, que creo que lo de dentro lo proyectamos fuera, más que lo de fuera hacia dentro.
          Por supuesto, siempre podremos encontrarnos a una de esas personas que comentas, pero seguiremos siendo libres para entrar en ese juego o no hacerlo…
          Un abrazo,
          Vanessa

          Responder
  4. JANI 22/03/2018

    Buenos días y muchas gracias por tus post. Son verdaderamente positivos y reales. Tengo una persona amiga de mi infancia, de la cuál estoy muy alejada. Hace unos 3 años dejé una relación de pareja de casi 10, por irme con otra persona que apenas conocía y que la verdad en un principio me fue muy mal. Desde entonces mi relación con algunos amigos ha cambiado, me he sentido juzgada por alguno de ellos y especialmente por esta amiga de la infancia. Que fue en quien me apoyé para contarle lo mal que me iba con esta otra persona al principio, y ella me frenó de seguir contándole porque le afectaba y quería que me alejara de él porque en su momento era muy tóxico para mi. Y eso lo reconozco. Por suerte, y llegando a acuerdos entre los dos, hemos e intentamos cada día entendernos más, simplemente teníamos conceptos diferentes de una relación. Yo no me alejé. Aposté por esta relación, conocernos mejor y a día de hoy seguimos juntos. Pero ella no lo acepta. No le gusta mi pareja y ensalza a mi anterior pareja, que no se merecía lo que yo le hice. Y tiene toda la razón, yo dejé una relación de casi 10 años, porque me enamoré de un ideal (que no existe), perdidamente de una persona que no conocía. Y lo pasé muy mal y me culpé mucho por ello y aun hoy lo hago, muchísimo. Intenté sanar a la par, superar lo que hice y lidiar con una persona y en una relación totalmente distinta a la que tenía. A mis costumbres, a mi estilo de vida, a todo. Pero fue mi decisión y pienso que una buena amiga te debe de apoyar y estar feliz si por fin te ve bien. Pero no me perdona lo que hice. Además me echa en cara que por esta relación yo he dejado de lado mi relación con los amigos. Cosa que en parte es cierto, y en otra parte no. Porque cuando puedo y pueden ellos por supuesto, siempre saco un hueco para vernos. Ella esta super obsesionada con el tema de la amistad. Y para mi es muy importante, claro está, pero tambien es cierto que con 37 años que tenemos, la vida cambia y no es como cuando íbamos al instituto. Hay hijos (yo no tengo), hay familia, hay trabajo. hay otras responsabilidades. Me sentí juzgada, no sólo por esta amiga sino por algunos de ellos, y quizás sin darme cuenta me alejé porque todos ellos eran muy amigos de mi anterior pareja. Y quizás eso me ha influido. También tengo amigos que gustándole más o menos mi pareja actual, respetan mi decisión. Porque es mía.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 23/03/2018

      Muchas gracias por compartir, Jani. Te entiendo perfectamente. Lo primero, en mi opinión, sería que trabajes el perdón a ti misma. Creo que eso influye también en cómo gestionas lo que te pasa con esa amiga y con los demás que sientes que te juzgan… Comprende que lo hiciste lo mejor que supiste y que pudiste en ese momento. Y siéntete orgullosa por haberte escuchado a ti misma. Nadie tiene que perdonarte, la primera que ha de perdonarse eres tú.
      Tenemos muchas creencias limitantes y estas afectan en nuestras relaciones… Si tu amiga cree que esto está bien y esto no, entiende que te juzgue desde su punto de vista. Ojo, no quiero decir que sea lo correcto, para nada. Creo que juzgar es muy fácil, y que todos deberíamos aprender a respetar y comprender más, porque cada persona tiene sus motivaciones. Y en mi opinión lo que cuenta es la intención. Tu intención no era mala, no pretendías hacer daño a tu primera pareja. Y tu amiga seguramente sólo quiere lo mejor para ti, simplemente no te lo expresa desde el lugar adecuado… Incluso aunque crea que esta persona te hará daño o lo que sea, la que has de decidir eres tú, y ella elegirá si respetarlo o no. Piensa que ella también tendrá sus miedos, sus creencias limitantes y su niña herida, y que de un modo u otro los proyecta en ti y en ese concepto exigente de la amistad… Tampoco la juzgues tú a ella, seguramente lo está haciendo lo mejor que sabe o como cree que debe hacerlo… Aquí tienes que ser tú quien decida qué hacer. Si sientes que ya te has expresado desde el corazón con ella, explicándole lo que te ha movido y sin reproches hacia su actitud, y ella sigue sin respetarte, es decisión tuya seguir luchando o abandonar la lucha. Lo que sea, por ti y por tu propio bienestar.
      Un abrazo muy cariñoso,
      Vanessa

      Responder
      • JANI 23/03/2018

        Un ABRAZO ENORME y muchísimas gracias por tus palabras, tu manera de transmitir y tu ternura al hacerlo.

        GRACIAS DE CORAZON

        Responder
        • CARLOS 20/09/2022

          Durante meses he tenido la duda de si dependo mucho emocionalmente de mi pareja, pero al final lo que realmente pasa es que en mi interior soy bastante exigente con ella, y a veces eso me ha nublado de los progresos, que a mi juicio, si han habido por parte de ella en la relación.

          Me he visto identificado leyendo esto en que, como tenemos bastantes similitudes en gustos, manera de ser, y carácter (aunque no somos iguales en muchas otras cosas), lo que yo haga lo tiene que hacer similar a lo mío, y no… Evidentemente me equivoco.

          Lo que no me ha gustado tanto, lo he dicho en forma de sugerencia… El problema es cuando he repetido la misma sugerencia (dicha de diferentes formas) en casi la mitad de las veces que nos vemos (algo que llega un punto en que me molesta tener que hacer).

          Aunque ella siempre ha aceptado mis sugerencias e inquietudes de buen grado, llegando a reconocer varios de esos pequeños “fallos”. También muchas veces le he incitado a sugerir cosas, como yo lo hago, para ver cómo podemos seguir creciendo como pareja.

          Pese a ello, pienso que ella es un tipo de persona que buscaba desde hace mucho tiempo, y como he puesto tanto empeño y esfuerzo en que la relación salga lo mejor posible, a veces (en mi mente) he puesto las expectativas tan altas que cuando estoy a solas reflexiono demasiado sobre el tema, y no me permite estar tranquilo en varias ocasiones sobre la relación en sí, pese a saber que casi el 100% de la veces que quedamos, estamos muy a gusto los dos haciendo diferentes cosas.

          Por fortuna, todo lo que pasa por mi mente no se lo he transmitido así, porque soy consciente de que de haberlo hecho exactamente tal y como he llegado a pensarlo, igual me hubiera acabado arrepintiendo. De hecho, muchas veces me he dicho a mi mismo “no se merece que le digas eso así… Busca otra forma de decírselo”.

          Responder
          • Vanessa Carreño Andrés 26/09/2022

            Hola Carlos,
            Muchas gracias por compartir. Ni creo que se trate de esperar que el otro haga exactamente lo que nosotros haríamos, ni tampoco de tener que aceptar algo con lo que no nos sentimos bien. Creo que ha de haber un equilibrio entre aceptar al otro como es y escuchar también nuestros valores y nuestras necesidades y elegir a una persona que encaje en eso y con la que nos sintamos satisfechos. Y eso se refleja también en decir lo que nos pasa, lo que nos gusta y lo que no, e ir viendo si eso que no nos gusta es parte de la otra persona, desde su derecho a ser así, o es algo en lo que podemos ir encajando. Siempre diciendo las cosas desde el respeto y el cariño.
            Un abrazo,
            Vanessa

  5. Beatriz 22/03/2018

    Hola Vanessa, muchas gracias por este post, es perfecto :-). Para mí también llega en un momento adecuado, ya que en breve voy a tener que armarme de paciencia para que no me alteren los comentarios de mi hermano, cuñada y madre… Lo estoy viendo… Espero ser capaz de poner estos consejos en práctica, ya que, si dijera lo que pienso ardería Troya y no merece la pena, ni por mí (porque no creo que me quedase más a gusto por soltar toda clase de improperios), ni por ellos (porque dos son personas cuyos valores no encajan con los míos). “Si no puedes cambiarlos, pasa de ellos” sería el lema.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 23/03/2018

      Muchas gracias, Beatriz. Me alegro de que quieras ponerlo en práctica con estas tres personas. Este si parece un caso para poner límites y decir “esto sí” y “esto no”, si es que no te sientes respetada por ellos. Recuerda que la mejor manera de pedir respeto es respetar, a ellos y a ti misma.
      Besos y sonrisas,
      Vanessa

      Responder
  6. Maria 22/03/2018

    Hola de nuevo. Esto puede parecer mentira pero no lo es. Es la primera vez que escribo en un foro y no sé porqué hoy me he lanzado a hacerlo. Supongo que el post me parecía escrito para mí.
    Ahora veo que lo he mandado a las 11:50. Pues bien, la persona de la que hablaba en mi mensaje me ha llamado 7 minutos después de escribirlo!!!
    Quería saber cómo estaba y preguntarme por el problema que le conté el otro día.
    Esto confirma que muchas veces suponemos cosas y les damos el rango de verdad absoluta cuando no son más que suposiciones. Y también me confirma que cada cual tiene sus propios demonios, sus propias limitaciones y sus circunstancias y por lo tanto, no hay que juzgar.
    En fin, gracias a los que habéis respondido y gracias por dejarme compartir!!

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 23/03/2018

      Felicidades, María. Ha sido un precioso aprendizaje. Disfrútalo y quédate con lo que te sirva.
      Besos y sonrisas,
      Vanessa

      Responder
      • Maria 24/03/2018

        ¡Muchas gracias Vanessa! Tienes mucha razón y soy consciente de lo que dices, pero cuando se está en ánimo bajo, me cuesta recordar todo lo aprendido y caigo en la queja que creía superada. Me ha sido tremendamente útil poder compartirlo y recibir vuestros consejos. ¡Un enorme abrazo!

        Responder
        • Vanessa Carreño Andrés 24/03/2018

          María,
          Entiendo que eso que dices es porque lo sabes, pero no está interiorizado en ti. Y eso se consigue a base de repetírtelo a ti misma e ir cambiando tus pensamientos cuando pasa algo así. Si no desistes llegará un momento en que lo recuerdes incluso cuando estés de ánimo bajo. Confía ;-).
          Besos y sonrisas,
          Vanessa

          Responder
    • Virginia 05/01/2023

      Los coach jugáis a ser psicólogos, y os falta mucho para ello. Es importante poner límites en la vida, y preguntarnos el por qué atraemos personas que solo te atacan, te juzgan, te critican, no hacen nada por ti, y tú sí por ellos. Culpar a las víctimas, no es un buen artículo. Probablemente esas personas deben trabajar en su autoestima, para dejar de relacionarse con personas que juzgan y critican, si algo te molesta pues te molesta. Nadie vino a este mundo para aguantar y la culpa es tuya por no aguantarlo. O sea, te dicen eres puta tonta, llegan tarde, te dicen lo que tienes que hacer, se meten en tu vida, te interrumpen en el trabajo y según tú, el problema es tuyo. Pongamos límites señores, y tienes todo el derecho a enfadarte a decir lo que piensas a que te respeten. ¡Ridículo!

      Responder
      • Vanessa Carreño Andrés 08/01/2023

        Hola Virginia,
        No todo lo que escribimos los coaches, ni los psicólogos, ni las personas que nos dedicamos al crecimiento personal sirve para todo el mundo. Conocerte es saber distinguir lo que necesitas tú y respetar que otras personas estén en otro punto y necesiten justo lo contrario.
        Claro que hay veces en que es necesario aprender a poner límites y no quedarte ni justificar lo que no te hace sentir bien. Hay muchos artículos en el blog sobre esto, te dejo unos cuantos aquí, aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.
        Un abrazo,
        Vanessa

        Responder
  7. PapaPrimerizo 23/03/2018

    ” ..recuerda que a los demás no les puedes cambiar, pero tu respuesta sí.”
    Gracias Vanessa.
    Un abrazo

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 24/03/2018

      Muchas gracias a ti por tu cercanía y tu fidelidad.
      Besos y sonrisas,
      Vanessa

      Responder
  8. Marta 24/03/2018

    Hola Vanessa! Me encanta leerte siempre, pero ¡hay algunos post que son como una revelación! Y este, sin duda, es uno de ellos :).
    Me interesa muchísimo entender cómo nuestra relación con nosotros mismos es un reflejo de nuestra relación con los demás y viceversa.
    Aprovecho para proponerte un tema al que le estoy dando vueltas últimamente y sobre el que me encantaría aprender. Se trata de la escucha activa, aprender a escuchar de verdad a los demás, estar presente en las conversaciones y saber acompañar en lo que nos cuentan.
    Muchísimas gracias por tus post y por todo el cariño que desprendes.
    Un abrazo muy fuerte.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 24/03/2018

      Muchas gracias, Marta. Hace mucho tiempo escribí un post muy cortito sobre eso. Me lo apunto para retomar el tema con más profundidad, me gusta mucho la idea. Mil gracias.
      Un fuerte abrazo,
      Vanessa

      Responder
  9. Ms 29/03/2018

    Yo soy una persona que se acuerda del cumpleaños de todo el mundo y nunca se me pasa saludar a nadie, así que me pongo exigente y detesto que se olviden del mío. Es una de las cosas que más me ofende y hasta me duele. Siento que no poner voluntad para aprenderse y acordarse del cumpleaños de otro es una falta de amor. Ja!!!!!

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 01/04/2018

      Puede serlo para ti, por eso es importante que tú te acuerdes. Pero que lo sea para ti no significa que para otra persona también. Puede no darle tanta importancia o simplemente no tener facilidad para recordarlo. Somos seres distintos y es lógico que nuestros valores también lo sean. Está bien que nos pidamos a nosotros mismos cumplir con nuestros valores, pero no que le pidamos a otras personas que cumplan con nuestros valores. Cada uno ha de cumplir con los suyos y respetar los del otro.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  10. Anna 03/04/2018

    Hola. Yo estoy hasta las narices de personas de mi entorno que me piden que les escuche y que luego ellos no me escuchan a mí cuando trato de dar mi opinión, decir cómo me siento… Me siento ninguneada. Da igual lo bueno que haga a los demás, que sólo se recuerdan el día que te equivocaste o cometiste un error… Tienen una memoria al detalle para lo negativo, para manipular el pasado a su gusto… Siempre poniéndose ellos de víctimas y dejandóme a mí como si todo fuera culpa mía siempre y que no hago nada bien… Este tipo de personas me consumen mis energías, son 100% criticonas… Y si algún día logro comunicarme con ellos, le dan la vuelta a la conversación y usan la información en su beneficio. Y si pides perdón o disculpas, se sienten seres superiores… Lo peor es que cuentan los chismes que oyen sobre mí como verdades, sin consultarme ni siquiera a mí sobre mi punto de vista de los hechos… Y lo peor es que lo difunden por whats app, las calumnias, difamaciones… En fin, un horror…

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 04/04/2018

      Muchas gracias por compartir, Anna. Espero que el post te haya servido.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  11. Liss 27/04/2018

    Hola Vanessa, buenas noches. Estaba leyendo todos los comentarios y decidí escribirte ya que me siento muy mal: yo ando saliendo con una persona a la que conocí en una aplicación. Lo conozco ya hace año y medio y nos tratamos como si de verdad estuviéramos en una relación formal pero, de hecho, no lo estamos. Sé que sigue usando la aplicación aún y probablemente conozca chicas pero sé que no está pasando lo mismo que pasamos nosotros pues nosotros nos vemos casi todos los días y las probabilidades de que sea cierto, es decir que pase lo mismo con otras chicas, es muy poca. El día de ayer, sonó su teléfono y no quería contestar ya que a veces son aquellas que ofrecen productos o cosas relacionadas a eso. Estaba molesta por el hecho de que no contestaba y pensé que me estaba ocultando algo, pues habíamos acordado que si él conoce a otras personas me lo diría. Luego de eso él me manda un screen de las llamadas que fueron y efectivamente eran de personas que promocionaban productos. Le pedí disculpas por haber desconfiado, es que meses antes encontré conversaciones con una chica diciéndole que la quería ver y que estaba linda. Sé que no es su tipo de chica, lo sé por que esa chica fuma, se porta de una manera grotesca y sé muy bien como son su tipo de chicas. Después de eso, yo empecé a desconfiar, es que siento que una cosa es coquetear y otra sólo conversar y conocerse.
    Luego de eso, yo le pedí disculpas y le dije que ya sabe de donde parte mi desconfianza. El me dijo que estaba muy molesto y que lo sentía mucho pero aquí acababa todo, que él siente que estaba perdiendo su libertad, que las veces que me tiene que ver a veces lo siente como una obligación, ya que él dice que si no lo veo ese día yo me voy a molestar y eso no es tan cierto. Que está conociendo otras chicas y que él no me dice nada porque sabe también que yo me voy a molestar. Luego de decirme muchas cosas malas y hacerme sentir de lo peor, me cortó y en mi desesperación lo llamaba de diferentes números, hasta que me contestó y me seguía diciendo lo mismo. Cuando me rendí en la lucha, le dije que acepta su decisión de alejarme y ahí fue donde cambió de voz y me dijo que no era cierto todo lo que me había dicho y que solo quería ver mi reacción. Me sentí peor, ¿cómo alguien puede hacerme sentir así para luego decir que no es cierto? Decidí alejarme, pero siento que no puedo, sé que el tiene muchas cosas buenas y han sido demasiadas cosas positivas que él ha dado en mi vida. Él dice que no tenemos futuro ya, que se irá a otro país a estudiar por cinco años y que si él consigue trabajo ahí, probablemente no venga. Yo sé que si puede volver ya que él tiene muchas planes en el país donde vivimos, pero sí, lo sé, quizá dice la verdad. No sé que hacer, es decir, sí sé que hacer pero necesito consejos, saber si alejarme es una decisión correcta. Yo no soy una mala persona y no creo que merezca estar siempre con la incertidumbre de saber si anda con otra o como dice él, que siempre tiene esa inclinación a hacer sentir mal a las personas más cercanas a él, que es un tema a solucionar y que no sabe por qué lo hace. Le ruego que me ayude.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 27/04/2018

      Hola Liss,
      Muchas gracias por contar tu historia. Creo que eres tú quien ha de decidir si él es la persona que quieres para ti, si te gusta como es y compartes sus valores. ¿Qué es lo que ha hecho que te enamoraras de él? ¿Lo sientes como un amor sano? Reflexiona sobre eso.
      Parece que en lo que a vuestra relación se refiere no buscáis lo mismo. Y por lo que dices parece que él quiere una relación abierta y no quiere comprometerse con nadie. Si es así, sabiendo eso, la respuesta has de darla tú por lo que tú quieres para ti. Si no es lo mismo que él te ofrece, es fácil que sufras con esta historia…
      Un abrazo grande,
      Vanessa

      Responder
  12. Soft 17/10/2018

    Me he sentido totalmente identificada con este post. Soy extra exigente conmigo misma, y por extensión, lo soy con los demás. Me doy cuenta de que me enfadan mucho algunas cosas que hacen algunas personas, aunque a mí no me afecten directamente. Por ejemplo, si veo que una persona no se esfuerza lo suficiente por cambiar su situación, que no pone de su parte, me enfada mucho y no lo soporto: que sea dependiente, victimista o no reaccione. O si veo que mienten, o tienen una actitud desagradable o hiriente con los que les rodean… En fin, me vienen a la mente varias personas. Y me doy cuenta de que no debería enfadarme, que lo que hagan esas personas no tiene nada que ver conmigo, que debo aprender a respetar aunque no esté de acuerdo, y que no debe afectarme hasta el punto de cabrearme y darle vueltas al asunto. Pero me cuesta dejar de hacerlo. Realmente me encantaría no ser tan crítica, y debo empezar por no serlo conmigo misma, me daría mucha paz interior. ¿Algún otro consejo o pasos a seguir? Muchas gracias por compartir todas estas ideas, me estoy dando cuenta de que todos repetimos patrones de conducta, y que está en nuestra mano el cambiarlos. Me siento acompañada y comprendida al leer tus posts.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 17/10/2018

      Muchas gracias por compartir. Muchas personas hemos tenido ese aprendizaje de exigencia que nos hace ir como de justicieras por la vida, diciendo lo que está bien y lo que está mal… Para cambiarlo hay que andar un camino de compasión y aceptación con los demás y con nosotros mismos, de soltar la necesidad de que las cosas sean como creemos que han de ser, de aprender a ver que las opciones de los demás también son válidas y que nadie es mejor ni peor. Con mucho mucho amor :-).
      Un fuerte abrazo,
      Vanessa

      Responder
  13. Belen 30/10/2018

    Lei este articulo con bastante vergüenza al sentirme plenamente identificada. La verdad es que he estado infeliz con las relaciones de amigos y pareja que he forjado en los ultimos diez años, ya estoy cansada de ello y quiero cambiar para ser feliz. Me sirvió este articulo, siento pena por reconocer lo dura que he sido conmigo pero al mismo tiempo siento una tibia motivación por encontrar la mayor comodidad en este cuerpo en el que me tocó vivir. Gracias Vanessa, saludos desde Santiago de Chile.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 30/10/2018

      Belén,
      Me alegro mucho de que el artículo te haya servido y motivado para cambiar. Felicidades, disfruta mucho de ese camino de amor a ti misma y a los que te rodean ;-).
      Un abrazo fuerte,
      Vanessa

      Responder
  14. Gloria Posada 02/01/2019

    Según usted debo respetar a los demás y aceptarlos como son.
    Pero si una persona te hiere, te humilla, te hace sentir que para nada sirves, ¿la respeto y la acepto?
    No. Tengo que alejarme de ella. Porque me esta haciendo daño.
    Eso creo.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 02/01/2019

      Gloria,
      Claro que si alguien te hiere y te humilla has de poner límites. Si sólo te pasa con una persona es probable que no sea porque eres demasiado exigente, y en ese caso está bien poner esos límites. Este post está pensado para los que continuamente nos decepcionamos cuando los demás no satisfacen nuestras expectativas. Si sufrimos mucho por eso, entonces la solución está dentro de nosotros.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  15. Maria 22/10/2019

    Acabo de leer los posts y me siento tan identificada que me he animado a escribir. Hace cuatro años conocí a una persona que hasta hace poco lo consideré mi mejor amigo. El por entonces no tenía prácticamente vida social y yo sin ser consciente al conocerlo me di cuenta que necesitaba un soplo de aire fresco en mi vida y él me lo dio. Hacíamos planes, nos divertíamos, nos lo contábamos todo, teníamos gestos de cariño y complicidad (para mi ideal pues no conllevaba nada más que no fuera una bonita amistad, pues los dos somos muy cariñosos), estábamos para lo bueno y lo malo, viajamos juntos, lo incluí en mis amistades y formaba parte de mi familia, todo muy bonito hasta que…. Primero yo caí en una depresión y sí estuvo a mi lado, y se lo agradeceré eternamente, hasta que creo que se canso. Empezó una nueva aventura con su chico, cosa que me alegró enormemente y con el que a día de hoy me llevo fenomenal, mejor que con él, ya que somos muy parecidos de carácter, pero con el paso del tiempo el se ha vuelto apático, callado, sin apenas ganas de hacer cosas si no lo arrastro y ya sin apenas conversación ni ganas de compartir. Hace poco le pregunté qué nos pasaba porque intuía que nuestra relación había cambiado y ahí estalló todo. Me dijo que el problema era mío porque yo no veía la amistad como él, la tenía idealizada (cosa que siempre me ha dicho, que no le deje ni por su pareja, que nosotros teníamos nuestras cosas y nadie se tenía que interponer) que había hecho un sobre esfuerzo para llevarla pero que ya no lo iba hacer más. Eso me dejo helada, pues pensé que todo lo que habíamos construido habia sido una mentira. Desde entonces la cosa no va bien, yo lo intento cada día, seguir estando ahí, seguir creando momentos, pero yo, porque a él le dan igual, y no veas lo frustrante que resulta. A su favor diré que es cierto que cada vez que ha dicho un no o no ha contado conmigo para algún plan cierto es que me ha sentado mal y así se lo ha hecho saber la expresión de mi cara. No sé qué hacer, sé que el tema ya no lo voy a sacar y sé que de él no va a salir, me duele mucho la situación ya que no lo entiendo y tampoco puedo cortar de raíz porque lo veo todos los días… ¿algún consejo porfi?

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 11/11/2019

      Hola María,
      Muchas gracias por compartir tu historia. Por lo que he entendido, esta persona se ha alejado sin que tú entiendas bien los motivos de su distanciamiento. Si para ti esta relación sigue siendo importante, yo te animaría a hablar con él y explicarle lo que sientes y lo que necesitas, además de preguntarle a él lo que necesita, y saber si éñ también quiere hacer por mejorar la relación. Si ambos queréis y lo hacéis desde la humildad y el amor, encontraréis el camino. Si uno de los dos no quiere, entonces es momento de aceptar y soltar, dando las gracias por lo que fue.
      Tal vez también podrías hablar con su pareja, con la que dices que te llevas muy bien, si crees que podría orientarte respecto a lo que está ocurriendo.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  16. Emilia 25/04/2020

    Muchas gracias por este post. Me ha abierto los ojos. Siempre he tenido muchos problemas para relacionarme, desde pequeña a causa de mis inseguridades, también sufrí mucho bullying. Soy una persona extremadamente exigente conmigo misma y muy perfeccionista. Al punto de tener miedo de iniciar nuevos proyectos por el miedo al fracaso o a no estar a la altura. Mis amistades tampoco duran mucho tiempo, siempre pasa algo que yo considero imperdonable o me hiere demasiado y ya no vuelvo a hablar con esa persona. Sufro mucho y las personas me hacen daño con facilidad con cosas insignificantes. Martirizo a mi pareja porque todo lo que hace no está bien y para mí nunca es suficiente para demostrar su amor. Al punto de que él me ha preguntado qué tiene que hacer o contestar para que esté contenta. No me acepto a mí misma, me miro en el espejo y solo veo defectos, me sale un grano en la cara y es un drama al punto de no querer salir a la calle. Y la verdad es que es muy duro vivir asi y no sé qué hacer para primeramente aceptarme y dejar de machacar a las personas que están a mi alrededor.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 27/04/2020

      Hola Emilia,
      Muchas gracias por compartir, entiendo bien lo que cuentas y cómo te sientes. Por un lado, cuando no te sientes merecedora de amor vives con miedo a que los demás dejen de quererte / te rechacen / no te aprueben, y casi cualquier comportamiento de los demás sientes que tiene algo que ver contigo. Y, por el otro, has aprendido a ser tan exigente con los demás y contigo misma que casi nada es suficiente, siempre quieres más y más… Es un perfil muy habitual en las personas con las que trabajo. Hay muchos post en el blog que pueden ayudarte, busca por autoestima y relaciones personales y vete leyendo los que más te llamen la atención.
      En mi opinión es importante que hagas un trabajo para mejorar tu autoestima, aprender a quererte y respetarte y a querer y a respetar a los demás, para que puedas sentirte bien en tu vida y en tus relaciones. Si quieres trabajar conmigo puedes rellenar este formulario. O con un profesional de autoestima con el que te sientas cómoda, pero sí te animo a que lo hagas para que puedas aceptarte y dejar de machacarte a ti misma, y en consecuencia a otros. Te aseguro que merece la pena :-).
      Un abrazo grande,
      Vanessa

      Responder
  17. Mariana 11/06/2020

    Hola Vanesa! Me encanta tu blog y todo lo que vas compartiendo, siempre me llega algo que me toca en lo más profundo. Leyendo este articulo me di cuenta que el que es así es mi marido, siempre tiene a alguien a quien criticar, con quien enojarse y dejar de hablar, si las cosas no son como a él le parece hay mucho enojo y bronca. Muchas veces termino dándole la razón para no entrar en conflicto y esto a la larga es muy difícil para mí porque intento hacerle ver que las cosas no son blanco o negro, hay grises y que está bien que cada uno tenga su punto de vista. Al leerte senti un alivio profundo porque puedo darme cuenta que convivir muchas veces con alguien que ve a los demás así es difícil, ya que siempre hay criticas hacia mi, de que no digo, de que dejo pasar cosas, que los otros quieren usarme, ufffff y mas!!!! Cuando en realidad es la manera que tiene él de relacionarse con los demás!! Gracias Vanesa por ayudarme a tener más claridad en mi vida!
    un abrazo

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 12/06/2020

      Me alegro mucho de que te haya servido, Mariana. Sí, puede ser muy difícil convivir con una persona así. Recuerda que no se trata de cambiar a los demás, sino de cambiar tú en lo que necesites para sentirte bien contigo misma y a gusto en tus relaciones.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
    • Vic 26/11/2020

      Touché! Ahora me siento tan mal con algunos miembros de mi familia, que quiero evitarlos. Y según decido esto, me siento culpable y pienso no, no, tengo que ir… quiero ir para ver a, al menos, uno de ellos… Luego sigo pensando y decido no ir… me libero… pero vuelvo a la carga y digo “no le puedes hacer esto a tu padre o a Fulanito”. Entiendo que nadie es como yo quiero, entiendo que la desigualdad creada por mi misma es por mi falta de autoestima. Pero no veo cómo salir del túnel… estoy cambiando y se resisten a ese cambio (me preferían sumisa y entregada) pero estoy sufriendo bastante… Dudo de aceptar plenamente y de si al hacerlo, estoy condenándome a vivir la misma relación siempre… entiendo que si no lo acepto no puedo cambiarlo, pero me resisto a aceptarlo…
      Gracias por el post, me ha ayudado a entenderme mejor, y a algunas personas de mi alrededor

      Responder
      • Vanessa Carreño Andrés 28/11/2020

        Muchas gracias, Vicky. Hay varias voces ahí, escucha a ver cuál es la sana, la que te cuida, la que te guía, la que te invita a sentir lo que sientes y a confiar en lo que sientes, sin “tendrías que”, ni “deberías”, que seguro que no son de una voz cariñosa.
        Aceptar no significa que no puedas elegir. De hecho, una vez que aceptas es cuando de verdad puedes elegir, tomar la mejor decisión para ti.
        Cada persona carga con su mochila y lo hace lo mejor que puede y que sabe en cada momento. Que comprendas la mochila de los demás y que entiendas que en cada momento has dado lo que has querido y que tus expectativas son tuyas no significa que no pongas límites o que permitas que otros te traten de una forma que a ti no te hace sentir bien.
        Sí, tus expectativas son tuyas. Pero tus límites también.
        Un abrazo enorme,
        Vanessa

        Responder
  18. Elsa 22/09/2023

    Esto me desnuda, como una de mis canciones con las que más me identifico “Killing me softly”. Gracias por tu manera de expresarte, a mí me has ayudado bastante a conocerme en este diario diría… Me has dado una buena lección.🤍

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 25/09/2023

      Gracias, Elsa. Me alegro de que te haya servido. Mil gracias por compartirlo, preciosa tu canción.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicado. Los campos obligatorios están marcados como *



Vanessa Coaching to Be

Únete a los más de 20.000 suscriptores, ¡con regalo incluido!

Apúntate GRATIS y te enviaré ahora mismo el audio "Cómo Evitar que Alguien Te Haga Sentir Mal".

 He leído y acepto la Política de protección de datos

No te enviaré nada de spam y puedes darte de baja cuando te apetezca

Los post más leídos

¿Quieres trabajar conmigo?

Rellena este formulario para tener una sesión de valoración gratuita”.

Buscar

¡Hey!

no te vayas sin tu regalo

¿Quieres empezar a confiar en ti, sentirte segura y disfrutar de tu vida y de tus relaciones?
Apúntate gratis y llévate el audio “Cómo Evitar que Alguien Te Haga Sentir Mal" de regalo.

 He leído y acepto la Política de protección de datos

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA.

 He leído y acepto la Política de protección de datos

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA

 He leído y acepto la Política de protección de datos

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA

 He leído y acepto la Política de protección de datos

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA