Descárgate GRATIS la guía Cómo Defenderte cuando Alguien Traspasa tus Límites

Cuando necesitar sentirte querida está bien

Pareja abrazada - cuando necesitar sentirte querida esta bien

Seguro que alguna vez has escuchado que la que se tiene que querer eres tú.

Que la que ha de satisfacer tus necesidades eres tú.

Y que no deberías necesitar que los demás te quieran, te valoren o te cuiden.

Que todo eso te lo tienes que apañar tú solita.

¡Nada de pedir, nada de esperar, nada que no venga de ti!

Y, ¿sabes qué nos pasa con esto? ¿Sabes que nos pasa cuando escuchamos mensajes como estos? Que nos vamos al otro extremo.

Que queremos pasar de depender toootalmente del cariño y de la aprobación de los demás, a no depender para nada.

Que yo solita me tengo que valer por mí misma.

(Telita con la exigencia que hay ahí…).

Y no, no es eso. ¡Claro que no te tienes que valer solita por ti misma!

¡Claro que necesitar sentirte querida está bien!

¡Y claro que necesitar algo de los demás está bien!

Por ejemplo, supongamos que estás conociendo a alguien. Y te escribe, pero te escribe poco. Una vez al día, o incluso menos. Y a ti te gustaría que lo hiciera más, y piensas, “¿por qué será? Bueno, igual es su ritmo, igual es que está muy liado en el trabajo, ya iré viendo… A ver, que yo preferiría que me escribiera más, pero es que me tengo que querer yo y no necesitar eso del otro. Si yo me quiero, no me debería hacer falta que me escriba más”.

¿Perdona? ¿Cómo que si tú te quieres no te debería hacer falta que te escriba más? ¿¿¿Y si fuera que, precisamente porque te quieres, no te conformas con algo que te sabe a poco???

Otro ejemplo: una coachee que en la primera sesión me cuenta que le gustaría sentirse más valorada en el trabajo, que alguna vez le dijeran “bien hecho” o que le reconocieran su esfuerzo. Y que cree que cuando, al final de nuestro proceso, ella se valore (que eso es lo que estaba trabajando conmigo, aprender a valorarse, y si tú también lo quieres puedes rellenar este formulario para tener una sesión de valoración), ya no va a necesitar ese reconocimiento externo.

¿Perdona? ¿Cómo que cuando tú te valores ya no vas a necesitar ese reconocimiento externo? Claro que si tú te valoras también lo vas a necesitar, la diferencia es que vas a legitimar esa necesidad y lo vas a expresar. Que ya no lo vas a mendigar, ni te lo vas a callar, ni vas a pensar que si no te lo dicen es porque no vales. Que, precisamente porque sabes lo que vales, lo pedirás. Y, si no lo recibes, seguramente te irás de ahí.

Y un ejemplo más: imagínate que tienes un amigo de toda la vida que cuando has pasado un mal momento no ha estado ahí. Porque va muy a su bola, porque siempre anda liado, porque las tristezas le dan urticaria, por lo que sea… La cosa es que tú no te has sentido ni querida, ni cuidada por él. Y tú te cuentas que, si tú te quisieras, no necesitarías que el otro te prestara atención o que cuidara de ti, porque eso ya te lo darías tú.

Y, una vez más, ¿¿¿perdona??? ¿Cómo que si tú te quieres no necesitas que el otro cuide de ti? Claro que lo necesitas, la diferencia es que si tú te quieres validas esa necesidad y no te la tragas ni culpas o justificas al otro. Se la expresas y le pides lo que estás necesitando, punto.

Quiero decir que una cosa es necesitar gustarle a todo el mundo y que cada persona con la que te cruzas te apruebe, y otra muy distinta es necesitar gustarle o sentirte querida por las personas importantes para ti.

No es lo mismo necesitar que te apruebe una mamá del cole que ni te va ni te viene, que necesitar sentirte querida por una amiga íntima a quien tú también aprecias y valoras.

Que depender constantemente de la aprobación de los demás por supuesto que es un problema.

Pero no querer depender para nada de la valoración o el cariño de los demás, ¡también es un problema!

Así que, entérate bien, ¡tu necesidad de que te quieran y te valoren es legítima! Pero la primera que ha de legitimarla eres tú.

Autoestima es validar tus necesidades

Recuerdo a una coachee que contactó conmigo porque no se sentía bien en su relación de pareja. Había muchas cosas buenas, pero también sentía que le faltaban otras cosas, por ejemplo, que él fuera más cariñoso y expresivo y le dijera más cosas bonitas. Y se había dado cuenta de que, por más que intentaba aceptarle como era o pedirle que fuera más cariñoso, seguía sin sentirse bien. Y, ¿sabes lo que me decía ella? Que lo que quería era mejorar su autoestima para ser ella quien se dijera esas cosas y no necesitar que se las dijera él.

¿Perdona? Pues claro que tú tienes que saber decirte cosas bonitas, por supuesto que eso forma parte de una autoestima sana. Pero, una vez que tú te las dices, ¡claro que está bien que te apetezca que te las diga el otro!

Es decir, una buena autoestima siempre pasa por validar tus propias necesidades.

Tu necesidad de sentirte querida, reconocida, cuidada, valorada, tenida en cuenta…

Que claro que no tiene que ser todo el rato, ni con todo el mundo, ni de la manera en la que a ti te de la gana. Que por supuesto que la base de todo es que tú te quieras y te valores. Pero, una vez que eso está, también es sano que necesites sentirte querida y valorada por tu entorno y por las personas cercanas a ti.

Mira, yo antes vivía pendiente de que los demás me vieran. Necesitaba sentirme especial para el otro, porque no lo era para mí. Entonces, desde ahí, cuando hablaba con alguien, escuchaba mucho y seguramente cogía poco espacio, para que el otro se sintiera a gusto conmigo y así me viera. Como una manera de comprar su afecto a cambio de mi atención. Y por supuesto que ahí mi necesidad de sentirte querida no era sana. Igual que no lo era cuando me iba al opuesto contrario y, desde esa necesidad de afecto, culpaba al otro de lo que no me daba y de la atención que no me prestaba, ¡con todo lo que hacía yo por él! Y así, sin saber gestionar mi necesidad de sentirme querida, fluctuaba entre no dejarme ver y enfadarme porque no me veían.

Y ahora, que ya no necesito que me vean ni que me valoren porque ya me veo y me valoro yo, puedo escuchar al otro desde un lugar más auténtico, sin estar esperando a que me dé algo. ¡Pero eso no significa que vaya a sentirme bien si no me siento escuchada por alguien! ¡Claro que es legítimo que quiera sentirme vista, escuchada o tenida en cuenta! ¡Claro que es normal que a veces me sienta sola y necesite de alguien!

Es decir, claro que es legítimo que necesites muestras de afecto, de atención y de cariño por parte de los demás.

Claro que está bien que, si tú necesitas intimidad y conexión con tu pareja, sientas que te falta algo al lado de alguien que, por ejemplo, es muy cerrado y no comparte sus emociones ni lo que le pasa. Y si estás necesitando eso está perfecto, y por más que tú te quieras no dejarás de necesitarlo. La diferencia es que validarás esa necesidad y te harás cargo de ella.

Aprende a pedir

Y ahora la gran pregunta, ¿cómo nos hacemos cargo de nuestras necesidades?

Pues depende. De algunas te podrás hacer cargo tú misma. Escuchándote, dándote cariño, dándote descanso, dándote reconocimiento…

Y, en otras, necesitarás del otro para cubrirlas. Y entonces la única opción posible cuando sientes que esa necesidad no está siendo cubierta es pedir.

Sí, pedirle al otro lo que necesitas, ¡lo que antes tú misma has legitimado que necesitabas!

Y este es el problema, porque muchas veces no nos han enseñado a pedir.

Porque incluso nos lo han prohibido, nos han castigado o nos han negado lo que pedíamos.

Y, entonces, es cuando aprendemos otras estrategias, como manipular, reprochar, suplicar, poner malas caras

O si cuando éramos pequeñas no nos han legitimado lo que sentíamos y nos han dicho “eso que te pasa es una tontería”, tal vez hayamos aprendido a no molestar, a tragarnos lo que necesitamos y a hacer como que no pasa nada.

Y otra vez el mismo problema: que no pedimos.

O si de pequeñas alguna vez, y con una o dos bastan, nos dijeron una barbaridad tipo “así como eres nadie te va a querer”, pues habrás aprendido que tú lo que tienes que ser es buenecita, calladita, complaciente, fuerte e independiente… Y así es como de adultas nos esforzamos, nos callamos lo que necesitamos, nos exigimos poder con todo y nos anulamos a nosotras mismas para que nos quieran.

Por miedo a pedir y que nos vuelvan a decir que “no está bien como eres”.

Por miedo a pedir y que nos digan que “es una tontería necesitar eso” o que “eres una egoísta”.

Por miedo a pedir y que nos nieguen lo que estamos pidiendo.

Y todo esto por no validar nuestras necesidades y por pensar que necesitar sentirte querida no está bien.

Que claro que necesitar sentirte querida está bien, y la primera que ha de reconocérselo eres tú.

Y sentirte orgullosa de necesitar algo de los demás y de saber pedirlo. Y ¡olé por ti, que entonces sí estarás cuidando de ti como te mereces! :-).

Como siempre, me encantará saber qué te ha inspirado este post en los comentarios aquí debajo, ¡mil gracias por compartir tus reflexiones conmigo!

¿Quieres más consejos?

Apúntate GRATIS y recibe cada semana herramientas y recursos para tener Más Seguridad, Más Felicidad y Más Bienestar.

Sí, acepto la Política de protección de datos.

Acerca de Vanessa Carreño

Trabajo con mujeres que se sienten inseguras, no se valoran ni tienen confianza en sí mismas, le dan muchas vueltas a la cabeza y se preocupan mucho por lo que piensen los demás.

Con mis programas de Autoestima, Relaciones Personales y Dependencia Emocional consiguen ganar confianza en sí mismas y sentirse seguras y capaces de alcanzar sus objetivos. Aprenden a valorarse, se atreven a ser ellas mismas y empiezan a disfrutar de su vida y de sus relaciones.

¿Quieres que te ayude a ti también? Solicita una sesión de valoración gratuita conmigo rellenando este formulario.

6 comentarios

6 comentarios
  1. Eluz 15/12/2022

    Buenos días:

    A mi entender la necesidad surge de la carencia, pienso entonces que en la medida que nos atendemos, priorizamos la atención hacia nosotros mismos, ya no necesitaremos sino preferimos o elegimos desde el deseo de compartir. Puede ser que esté equivocada.

    Sin embargo, si es confuso al momento de relacionarnos con los demás cuando aún no sabemos relacionarnos con nosotros mismos.

    Aprecio tus comentarios.

    Saludos

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 23/12/2022

      Hola,
      En parte es así, pero por mucho que tú te atiendas y te priorices es sano que necesites del vínculo y del compartir con otros. No tiene que ser una persona en concreto, pero es humano que necesites querer y sentirte querida, sentir que eres parte de un vínculo con otros y sentirte reconocida por ellos.
      Es decir, ni un extremo de necesitarlo todo fuera, ni el otro de no necesitar nada de fuera. Y el equilibrio lo encuentras en ese camino de conocerte, escucharlo lo que sientes y hacerte cargo de lo que necesitas :-).
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  2. Susana 15/12/2022

    Lo mismo te digo yo a ti: OLE por ti! Bien dicho, alto y claro! Ya está bien de tener que escuchar y leer que si tú te quieres bien ya no vas a necesitar de nadie.
    Un abrazo

    Responder
    • Sonja 16/12/2022

      Me ha encantado y me ha iluminado este post. Por supuesto que como seres sociales necesitamos cariño, afecto y validación. Fingir autosuficiencia emocional no nos hace más fuertes. Mostrar vulnerabilidad no nos hace más débiles. Creo que lo mejor es ser auténticos. De niña no lo sabía, me enseñaron a no pedir, no molestar, ser obediente… Ahora comprendo que está bien pedir y expresar nuestros deseos con respeto y asertividad. Quienes nos quieren bien, lo valorarán porque así pueden ayudarnos mejor.

      Responder
      • Vanessa Carreño Andrés 23/12/2022

        Tal cual, Sonja. Comparto todo lo que dices, lo has expresado muy bien, muchas gracias.
        Un abrazo,
        Vanessa

        Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 23/12/2022

      ¡Gracias Susana! Me contagias con tu alegría, mil gracias por eso :-).
      Un abrazo grande grande,
      Vanessa

      Responder

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicado. Los campos obligatorios están marcados como *



Vanessa Coaching to Be

Únete a los más de 20.000 suscriptores, ¡con regalo incluido!

Apúntate GRATIS y te enviaré ahora mismo el audio "Cómo Evitar que Alguien Te Haga Sentir Mal".

Sí, acepto la Política de protección de datos.

No te enviaré nada de spam y puedes darte de baja cuando te apetezca

Los post más leídos

¿Quieres trabajar conmigo?

Rellena este formulario para tener una sesión de valoración gratuita”.

Buscar

¡Hey!

no te vayas sin tu regalo

¿Quieres empezar a confiar en ti, sentirte segura y disfrutar de tu vida y de tus relaciones?
Apúntate gratis y llévate el audio “Cómo Evitar que Alguien Te Haga Sentir Mal" de regalo.

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA.

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA