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¿Sabes perdonarte a ti misma?

Somos muy duros con nosotros mismos.
Exigentes hasta la saciedad.
Nos culpamos y nos machacamos por infinidad de cosas cada día.
Y, la mayoría de las veces, sin ser conscientes de ello…

Por no saber hacer algo.
Por no cumplir con lo que alguien esperaba de nosotros.
Por no saber poner límites o decir que no.
Por haberle fallado a alguien muy importante en nuestra vida.

Sin darnos cuenta de que lo que cuenta es la intención.
Si tenías la intención de hacerlo mal.
De hacer daño.
De fallar a esa persona…
O si, simplemente, lo estabas haciendo lo mejor que sabías, o que podías, en ese momento.

Le damos demasiada importancia a las acciones y demasiada poca a las intenciones.
Y debería ser al revés.
Para aprender a perdonarnos y a perdonar…
Y para disfrutar más de la vida.

Sí, nos falta mucha compasión en nuestra vida, hacia los demás y hacia nosotros mismos.
Nos falta comprendernos, querernos y respetarnos siempre, pase lo que pase.
Nos falta recordarnos que, en cada momento, lo hacemos lo mejor que sabemos y que podemos… Que lo que fuera que hicimos lo hicimos para protegernos, para darnos lo que en ese momento necesitábamos, para sobrevivir….

Nos falta entender que la intención era buena, aunque el resultado no lo fuera tanto…

Y, sobre todo, nos falta practicar el perdón. ¿Con los demás? También, pero sobre todo con nosotros mismos.

Como cuenta esta historia, una de mis preferidas…

EL DISCÍPULO Y EL MAESTRO

Hay una historia preciosa de un hombre que se estaba muriendo. Junto a él estaba su maestro, alguien que había actuado como su mentor durante muchos años. Gracias a sus enseñanzas, había ido progresando en sabiduría y amor. Su vida dio un vuelco en el momento en que lo conoció, ya que vio lo que hasta ese momento le había estado velado. A pesar de que, como consecuencia de aquellla transformación, el hombre había sido un benefactor para muchos otros, no lograba alejar de su corazón una tremenda tristeza que le embargaba en los momentos finales de su vida.

-¿Qué te ocurre?- le preguntó el maestro.

-Maestro, me embarga una tristeza insuperable.

-¿Es acaso miedo a la muerte?

-No, maestro, no tengo miedo a morir. Porque gracias a ti he comprendido el verdadero sentido de la muerte, una verdadero renacer.

-¿Qué es, pues, lo que te ocurre?

-Maestro, no puedo perdonarme todo el daño que hice hasta que te conocí. Ni todo el bien que haya podido hacer estos años en los que haya permanecido a tu lado pueden apartar de mi corazón las nubes de la tristeza y la amargura.

El maestro entonces sumergió a su discípulo en un profundo sueño, en el cual aparecía un niño en medio de un museo. Aquel lugar estaba lleno de obras de excepcional valor; cuadros, esculturas, piezas de la más exquisita orfebrería. En una esquina de aquel museo había una brocha, un cubo con pintura negra y un martillo. Aquel niño pequeño se acercó, cogió la brocha y el cubo de pintura, y empezó a poner aquella negra pintura sobre los cuadros, hasta que quedaron irreconocibles. Después cogió el martillo y golpeó las esculturas hasta que quedaron completamente mutiladas. Finalmente el niño disfrutó viendo como aquellas maravillosas piezas de orfebrería se rompían en mil fragmentos al caer al suelo. Entonces, el maestro sacó a su discípulo del sueño y le dijo:

-Es cierto que el niño de tu sueño ha causado un enorme daño y, sin embargo, el daño no ha sido causado por su maldad, sino por su ignorancia. Si puedes, por una parte, rechazar sus actos y, por otra, perdonarle por su ignorancia. ¿por qué no haces eso mismo contigo?

En aquel momento el discípulo comprendió y, al perdonarse a sí mismo, encontró por fin la paz interior.

Extráida del libro Reinventarse, de Mario Alonso Puig

 

En ese consiste perdonarse a uno mismo.

En saber que algo tal vez no estuvo bien, pero que lo hiciste lo mejor que supiste, o que pudiste, con lo que sabías y con las herramientas que tenías en ese momento…

En eso consiste la compasión y el amor propio…

En desapegarte de la necesidad de ser perfecta, o perfecto.

Y en no volver a juzgarte o culparte por ello.

¿Qué me dices? ¿Crees que saber perdonarte y tener compasión contigo misma/o? Puedes contármelo en los comentarios aquí debajo, estaré encantada de responderte.

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Acerca de Vanessa Carreño

Trabajo con mujeres que se sienten inseguras, no se valoran ni tienen confianza en sí mismas, le dan muchas vueltas a la cabeza y se preocupan mucho por lo que piensen los demás.

Con mis programas de Autoestima, Relaciones Personales y Dependencia Emocional consiguen ganar confianza en sí mismas y sentirse seguras y capaces de alcanzar sus objetivos. Aprenden a valorarse, se atreven a ser ellas mismas y empiezan a disfrutar de su vida y de sus relaciones.

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6 comentarios

6 comentarios
  1. Mireia 14/09/2017

    Hola Vanessa,
    Me ha gustado tu post.
    A mí la verdad es que me cuesta creer en las intenciones. Es cierto que a veces hago cosas con buena intención y salen mal, pero soy capaz de decirme “tu intención era buena”. Pero otras veces por muy buena que fuera mi intención, la acción que he hecho ha dado un terrible resultado, y ahí me cuesta perdonarme u olvidarlo. Y lo mismo me pasa con los demás, hay acciones que por muy buenas que fueran las intenciones sé que no voy a perdonarles. Aunque soy consciente que con ello solo voy a guardarme dolor y rencor que debería aprender a soltar.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 14/09/2017

      Tú lo has dicho, Mireia. Sólo te sirve para guardarte rencor y dolor hacia los demás y hacia ti misma… Es más sano comprender que los resultados no siempre están en nuestras manos, pero nuestras intenciones sí. Que no podemos ser perfectos ni pedirles a los demás que lo sean…
      Un abrazo grande,
      Vanessa

      Responder
  2. Gerson 14/09/2017

    Me gustó la historia!!!
    Y el detalle de darle importancia a nuestras intenciones también es algo que cambia la forma de andar pensando.

    Un Saludo!!
    Gracias 🙂

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 14/09/2017

      Muchas gracias, Gerson. Me alegro de que te gustara la historia y espero que te sirva esta nueva forma de pensar.
      Un fuerte abrazo,
      Vanessa

      Responder
  3. Juliiro 14/04/2022

    Aca estoy, en la web buscando eso que no se por donde comenzar. El perdonarme, el soltar mi pasado, el superar y apartarme de todo eso que me hace ser lo que no quiero.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 22/04/2022

      Hola,
      Tengo la sensación de que encontrarás muchos post que te sirvan, bucea por la etiqueta de autoestima del blog y vete leyendo lo que te llame la atención.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder

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