¿Cuántas veces haces algo para impresionar a otros?
¿Cuántas veces cuentas algo para que otros te valoren y te admiren?
¿Cuántas veces dejas de ser tú para convertirte en lo que crees que los demás esperan de ti?
Un anciano yogui estaba meditando a la orilla de un río sagrado. Otro yogui más joven quería impresionarlo. Le gritó desde la orilla opuesta y empezó a cruzar el río caminando sobre las aguas hasta llegar junto al anciano, que ni siquiera se inmutó.
-¿No te he dejado boquiabierto? – preguntó el joven.
-¿Cómo has conseguido ese poder? – preguntó el anciano.
El joven anacoreta le dijo:
-En verdad, no ha sido fácil. He tardado doce años. He practicado mantras muy secretos, poderosos ejercicios de visualización, penitencias sin límite y una gran austeridad. Durante doce años he seguido una rigurosa ascesis en los montes Himalaya. A veces he estado durante una semana apoyándome sobre una sola pierna, manteniendo un brazo en alto durante días.
-No dejas de sorprenderme – dijo el anciano.
-Luego te sorprendo, ¿verdad? – comentó lleno de arrogancia y vanidad el joven –. Ya sabía yo que te asombraría.
-Sí, amigo mío, me asombra que hayas hecho tantos esfuerzos durante doce años para fortalecer tu ego, siendo tan barato alquilar una barca para cruzar el río.
Del libro La vida viene a cuento, de María Mercè y Jaume Soler.
Ya te he hablado del ego, eso que creemos que los demás esperan que nosotros seamos.
Cuando una persona vive desde el ego, es y se comporta para dar una determinada imagen ante los demás.
Para gustarles, para recibir su reconocimiento y su admiración.
Como no es capaz de valorarse a sí misma, busca esa valoración en los demás.
Se compara y, como vive desde el miedo a no ser suficiente, necesita aparentar que es más que los demás.
Cuando nadie es más que nadie.
Cuando cada uno debería sentirse valioso por sí mismo.
Y cuando lo más maravilloso que te puede pasar no es ser más que otro, sino atreverte a ser tú…
…
Pero sí, caer en el ego es bastante habitual.
Nos puede pasar a todos. Porque todos, o casi todos, estamos haciendo o siendo algo no porque de verdad lo sintamos y lo deseemos, sino porque creemos que los demás nos van a valorar más por ser así.
Nuestra manera de vivir, la familia que hemos creado, nuestras aficiones, nuestras compañías, nuestra profesión, nuestra forma de vestir…
Incluso el camino de vida que hemos elegido…
Sí, en mi trabajo me encuentro a muchas personas que están viviendo vidas que no desean para impresionar a otros.
Para que los demás les valoren y les vean como personas de éxito.
Autoengaño en estado puro.
Porque el problema de hacer algo para impresionar a otros es que así te estás olvidando de ti.
Y porque el mayor éxito en esta vida es ser quien quieras ser, en coherencia contigo mismo y con tu Ser, que es la antítesis del ego.
Sí, el Ser, nuestra esencia, eso que dejamos de lado para que los demás nos quieran.
Como si hubiera otra vida para honrar a la persona que de verdad eres.
Como si hubiera otra vida para empezar a serte fiel a ti mismo.
Como si hubiera otra vida para conectar con tu autenticidad y ser quien quieras ser.
Y, ojo, que no se trata de destruir al ego, sino de comprender cuándo te estás comportando desde él para tener la posibilidad de ser tú quien elija, en vez de que él elija por ti.
¿Qué me dices? ¿Sabes distinguir cuándo te estás comportando desde el Ego y cuándo desde el Ser? ¿Cuándo estás haciendo algo para impresionar a otros? ¿Cuándo eres tú y cuándo eres quien crees que los demás esperan que seas? Me gustaría mucho que compartieras tus reflexiones conmigo en los comentarios aquí debajo.
Pues yo ya no sé cuándo soy yo y cuándo el personaje… No sé cómo soy realmente, ya que llevo muchos años intentando reflejar perfección, profesionalidad, buen rollo, cero vulnerabilidad, etc. Fingiendo, porque es lo que los demás quieren ver. No se quieren relacionar con gente con problemas, tristes o tontas, sólo con gente guay y postureo. Gracias por hacernos pensar. ¿Cómo puedo volver a ser Yo? ¿A conocerme y reconocerme?
Penélope,
Sinceramente, creo que hay muchas personas maravillosas que estarían encantadas de relacionarse contigo tal y como eres, con tus luces y tus sombras. al menos yo conozco y me encuentro cada día a muchas personas así. Y piensa que en la medida en que no te das permiso para ser como eres realmente, tú también estás contribuyendo a ese postureo.
Creo que para ser tú has de conocerte y de quererte, para así sentirte orgullosa de cómo eres y no volver a serte infiel.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Hey, buenos dias,
Buenísima, gracias 👍👍. Voy a revisar todo tu blog para solucionar unos problemas.
Leí que tienes talleres, ¿cómo funcionan? Feliz dia.
Hola Wesley,
En invierno puntualmente hago talleres en León, España. Si vives aquí y estás suscrito al blog te llegará la información.
Muchas gracias y buen finde.
Vanessa
Me gusta mucho leer tus posts para reflexionar. Pero esto del Ego sí que veo es casi Todo. Algunos días del mes cuando me siento segura puedo analizar cosas que hago y las veo totalmente desde mi Ser, y otras cuando estoy más insegura me hace pensar que puede ser Ego. Pero siento que cada uno es diferente y no nos podemos comparar, si cada uno es feliz y está tranquilo con lo que hace, ¿para qué juzgarnos? Es probable que si nuestra autoestima está sana, nuestras actitudes y comportamientos también lo sean. En lo personal busco información acerca del Ego y cómo varía con nuestros ciclos, porque sí me he dado cuenta que las hormonas juegan como quieren. Gracias 🙏
Muchas gracias, Clau. Así es, el miedo y la inseguridad son el Ego… El Ser vive desde el Amor y la Confianza… Son conceptos complicados, muy grandes, y nos vamos acercando a ellos poco a poco, también cuando mejora nuestra autoestima.
Sigue observando, explorando y comprendiendo así.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Como siempre, un gusto leer tus artículos. Qué dificil es saber si es tu Ser o es tu ego. Pero cuando las decisiones salen del interior y te hacen sentir bien y te llevan a la calma, me hace pensar que vienen del Ser. El ego lleva a insatisfacciones, inseguridades e inestabilidad. Tu post es una reflexión que nos cuesta llevar a cabo porque es enfrentarte y conocerte a ti mismo y eso no es fácil.
Hola Ana,
Cierto, no es fácil, pero la vida muchas veces tampoco lo es… Y creo que quien transita ese camino hacia sí mismo, pasando por sus luces y sus sombras, siempre te dirá que mereció la pena, que a pesar de todo mereció mucho la pena… Que atreverte a ver y a mirar te hace ganar en fortaleza, bienestar, felicidad y paz interior… Y que el propio camino te aporta mucho más que lo que cuesta andar el camino, te lo aseguro.
Sí, cuando tus decisiones te hacen sentir bien y te llevan a la calma, yo también creo que nacen de tu Ser.
Un abrazo muy cariñoso,
Vanessa
Tengo un inconveniente, quiero aprender a tomar mis propias decisiones positivas, y alejarme un poco más de amistades negativas. Pienso que las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
Muchas gracias, Jesús. Te dejo un post que habla sobre personas tóxicas, espero que te sirva. De todas formas hay muchos en el apartado de relaciones personales.
Un abrazo,
Vanessa
Puf…..y cuando llevas 40 años viviendo por y para los demás??
En esta semana que llevamos de proceso he visto atisbos de ese ser esencial… pero enseguida se superpone el ego. Creo que va a ser un proceso muy largo, pero que merecerá la pena.
Gracias, Vanessa
Ana,
Da igual el tiempo que llevemos viviendo por y para los demás. Cada persona cambia cuando se da cuenta, decide que no quiere seguir viviendo así y se pone en marcha. Todos podemos cambiar, tengamos la edad que tengamos.
Y lo importante no son esos momentos en los que se superpone el ego. Lleva mucho tiempo haciéndolo y no es de esperar que desaparezca en una sola sesión :-). Lo importante son esos momentos en los que puedes ver a tu ser esencial. Disfrútalos mucho a la vez que observas cómo es estar ahí, cómo te sientes y qué te lleva a que aparezca, para que cada vez pueda ir apareciendo más.
Un abrazo,
Vanessa
También es una forma de buscar la aceptación que nunca has tenido, sobre todo si estás cansado de que te infravaloren y rechacen.
Hola,
Sí, es una forma de sentirte aceptado, aprobado, válido… Pero cuando depende solo del exterior esa necesidad se vuelve insaciable, nunca es suficiente para sentirte válido y siempre necesitas más aprobación. Por eso se trata de que vuelvas esa mirada hacia dentro y la que te nutra sea tu propia aceptación.
Un abrazo,
Vanessa