¿Cuántas veces al día te sientes culpable por algo? Por algo que tendrías que haber dicho de otra forma, por algo que tendrías que haber hecho de otra forma, por un comportamiento tuyo que no te gustó…
Sin duda, la culpa es el patrón emocional que más trabajo en mis programas de Coaching. Y tiene sentido, porque es el más relacionado con una falta de autoestima.
Muchas de las personas que vienen a trabajar conmigo se sienten culpables por (casi) todo lo que pasa a su alrededor. Si algo no va bien, es culpa mía. Si alguien se siente mal, es culpa mía. Si algo no funciona, es culpa mía. Si alguien está enfadado, es culpa mía. Y así todo el día.
La culpa, la maldita culpa por todas partes.
Cómo aprendemos a sentirnos culpables
Cuando somos pequeños muchas veces nos cargan con responsabilidades que no son nuestras. Por ejemplo, “si haces eso mamá se va a enfadar”.
O llegas a casa contando que te enfadaste con una niña en el patio del colegio y tu madre te responde: “bueno, algo le harías”.
También es muy habitual que tus padres te hayan reñido por no satisfacer sus expectativas, por no adaptarte a lo que esperaban de ti. Por ejemplo, cometías un error y tus padres se enfadaban porque no eras perfecta, sin darse cuenta de que eras una niña que simplemente estaba aprendiendo y se equivocaba, ¡como todos!
Como los niños lo absorben todo, y además suelen creer que todo lo que pasa a su alrededor tiene que ver con ellos, así es como aprendiste a sentirse culpable.
“Si mis padres me dicen que no soy buena, es que soy mala. Así que soy culpable”.
Lo mismo que si tus padres no te valoraban, no te decían cosas buenas y no te trataban con cariño, pensabas que era culpa tuya, que algo no estabas haciendo bien.
Y así comenzaste a castigarte de la misma forma que te castigaban ellos, con las mismas palabras, echándote a ti misma las mismas broncas que ellos te echaban.
¿Resultado? Que de mayores nos sentimos culpables por todo lo que pasa a nuestro alrededor y asumimos responsabilidades que no son nuestras. Nos hacemos responsables de todo lo que no sale como querríamos que saliera y nos culpamos por ello. Tenemos esa culpa tan interiorizada que, si no le ponemos luz y consciencia a de dónde viene y cuándo es irracional, seguiremos sintiéndonos culpables siempre.
Por ejemplo, como me decía el otro día una coachee, “si alguien está raro o hace algún gesto extraño me siento mal y me bloqueo. En cambio, si el otro está bien conmigo yo estoy bien, estoy tranquila”.
Cómo dejar de sentirte culpable: diez claves
¿Cómo resolver entonces el sentimiento de culpa? ¿Cómo distinguir cuándo la culpa es racional, y por lo tanto útil, de cuándo es irracional, y por lo tanto inútil y muy tóxica?
Te voy a dar diez claves para dejar de sentirte culpable. No para que las uses todas, sino para que elijas la que mejor se adapta a esa situación por la que estás sintiendo culpa:
1.Deja de responsabilizarte de lo que no es tu responsabilidad.
Si te sigues haciendo responsable de lo que no es tuyo SI o SI vas a sentirte culpable, ¡cuando no lo eres!
Proteger tu autoestima implica saber hasta dónde llega tu responsabilidad personal y poner límites a lo que no es responsabilidad tuya.
No todo lo que va mal es por ti, no todo depende de ti y no está en tu mano que todo funcione.
Tú eres responsable de ti, de lo que piensas, de lo que haces y de lo que dices.
No eres responsable de cómo se siente el otro. Ni de lo que piensa, ni de lo que hace, ni de lo que dice. No eres responsable de cómo se comportan los demás ni tampoco de cómo responden. Como nada de esto depende de ti no eres responsable de ello, y por lo tanto no tiene sentido que te culpes.
Por ejemplo, si alguien está deprimido no es culpa tuya. Tú no tienes el poder de destruir la vida de nadie, ese poder sólo lo tiene uno mismo.
Lo mismo que si alguien se enfada por que le dices que no a algo, es su elección enfadarse. Y si después hace algo diciendo que fue porque tú le habías dicho que no, es su responsabilidad eso que ha hecho. Nada de esto es tu culpa ni tu responsabilidad.
Es decir, lo mío es mío y lo tuyo es tuyo. Tú no eres responsable de mí y yo no lo soy de ti. Cada uno es responsable de sí mismo.
2.Haz uso de tus derechos como persona.
Nunca me cansaré de repetir esto. Tienes todo el derecho a pensar en ti, precisamente esto es la autoestima (por supuesto, siempre que reconozcas que los demás también tienen ese derecho y que no hagas daño de forma consciente a otra persona).
Tienes todo el derecho del mundo a satisfacer tus necesidades por delante de las de los demás.
Tienes todo el derecho del mundo a satisfacer tus expectativas por delante de las de los demás.
Y tienes todo el derecho del mundo a ser como eres, sin sentirte mal por ello ni permitir que otros te hagan sentir mal por ello.
Porque nadie tiene derecho a hacerte sentir culpable por decir que no, por pensar en ti, por expresar lo que piensas, por pedir lo que quieres, por equivocarte, por cambiar de opinión, por perseguir tus objetivos o por ser como eres.
Tú decides sobre ti. Tú decides con qué te sientes bien y con qué no te sientes bien. Tú decides lo que te gusta y no te gusta de ti.
Así que hazte responsable de ti desde la adulta que eres, no desde la niña que aprendió a sentirse culpable. Y date permiso para escucharte, para respetarte y para hacer caso a tu voz interior.
3.Deja de castigarte.
Cuanto más dura, autoritaria y moralista seas contigo, cuanto más te exijas esto y aquello, cuanto más pienses en términos de “tendría que” y “debería”, más culpable te sentirás y mas se resentirá tu autoestima.
Por favor, ¡vale ya de críticos internos tóxicos y maleducados! Dile a la tuya que no tienes que ser perfecta, ni tienes que hacerlo todo muy bien, ni tienes que poder con todo. Que no tienes que darte prisa, ni (mal) vivir con una agenda llena de obligaciones, ni complacer a todo el mundo, ni ir con la lengua fuera a todas partes.
Por ejemplo, si te sientes culpable por descansar, dile que te mereces descansar. Lo mismo que te mereces disfrutar, priorizarte o pedir ayuda. Y punto.
Así que deja de machacarte y empieza a comprenderte, a cuidarte y a tratarte con cariño.
4.Ponte en tu lugar.
Para que la culpa sea racional tiene que haber habido responsabilidad y una elección consciente. Es decir, conocer las circunstancias, saber las consecuencias y tener las herramientas para haberlo hecho diferente en ese momento.
Cuando no ha habido responsabilidad ni una elección consciente, la culpa es irracional.
Así que pregúntate si supiste hacerlo mejor. ¿Supiste? No lo creo, porque de haber sabido hacerlo mejor lo habrías hecho.
Por ejemplo, si te sientes culpable por haber dejado de querer a tu pareja, ¿lo hiciste de forma consciente y con mala intención? ¿Podrías haberlo controlado? ¿Podrías haberlo hecho mejor y conscientemente elegiste no hacerlo? ¿Acaso tenemos un botón para no dejar de amar a alguien?
Lo mismo que una coachee que el otro día me contaba que se sentía culpable por desear a alguien que no es su pareja. ¿Acaso es responsable de sentir eso? ¿Las personas podemos controlar hacia quien nos sentimos atraídos? No. Somos responsables de lo que hacemos con eso que sentimos, pero no de lo que sentimos.
5.Aprende a renegociar contigo misma.
Puedes tener claras unas prioridades o una forma de actuar, pero eso no significa que no puedas cambiar de opinión.
Por ejemplo, si antes tus hijos eran tu prioridad y ahora quieres que lo sea tu trabajo, necesitas renegociar contigo y, cada vez que te sientas culpable por no estar tanto con tus hijos como antes, recordarte que “ahora mismo, en este momento, mi prioridad es el trabajo. Yo lo he decidido y está bien así”.
O, como le pasaba ayer a un coachee. Resulta que uno de sus valores es la sinceridad, y se siente culpable porque no está siendo sincero con una persona. Es una elección consciente y elegida, de la que se hace responsable porque ha decidido que ahora mismo es lo mejor para los dos. ¿Solución para la culpa? Renegociar y aprender a ser flexible consigo mismo.
6.Entiende que tú no eres tus comportamientos.
Una cosa es la persona y otra cosa son los comportamientos. Las personas NO somos nuestros comportamientos.
Por ejemplo, puedo responderle mal a alguien y no por eso soy una antipática.
O puedo negarle mi ayuda a alguien y no por eso soy una mala persona.
Simplemente he tenido un comportamiento puntual.
Todos tenemos comportamientos que podrían etiquetarse de “buenos” y otros que podrían etiquetarse de “malos”, pero no por ello somos buenas o malas personas (esto lo somos por nuestra intención de hacer daño a alguien, de forma consciente y elegida).
Además de que “buen” y “mal” comportamiento es algo tan subjetivo como discutible.
7.¿Cuál es el beneficio de sentirte culpable?
Muchas veces la culpa nos aporta un beneficio. Es decir, inconscientemente pongo el parche de la culpa para conseguir algo.
¿Algo como qué? Que los demás me quieran, demostrar que soy una persona ética y moral, autocompadecerme y sentir alivio, no salir de mi zona de confort…
Por ejemplo, alguien que se siente culpable por todo lo que ha conseguido porque así los demás le perdonarán y no le dejarán de querer por haber tenido éxito.
O, como veo a menudo en mis coachees, cuando alguien les pide algo que no quieren o no pueden hacer. Como muchas veces tienen miedo a no satisfacer las expectativas de esa persona, puede ser que en vez de decir que no de una forma asertiva, su primer impulso sea sentirse culpables. ¿Para qué? Para que el otro les siga queriendo. Es decir, me siento culpable porque tengo miedo a que me dejes de querer.
8.Ten muy claros tus valores.
Nuestros valores nos indican nuestro camino, y es lógico que si no los honramos nos sintamos culpables.
El problema es cuando los valores que te están generando culpa no son tuyos, sino que son aprendidos.
Por ejemplo, que no me permito decir que no porque me han enseñado a decir siempre que sí y a complacer a todo el mundo. Así que un día digo que no y me siento culpable. Si me paro a pensarlo tal vez no desapruebo mi comportamiento, de hecho me gusta, pero transformo ese miedo a tu rechazo en culpa.
Otra vez más, y es que esto es muy frecuente, que me siento culpable para que me sigan queriendo.
¿Solución? Autoafirmarte, respetar lo que tú piensas y respetarte a ti mismo, por encima del miedo a que te dejen de querer.
9.Distingue cuando te están manipulando para que te sientas culpable.
Claro, si tiendes a sentirte culpable, eres un blanco fácil para las personas manipuladoras que culpan a los demás de lo que hacen y nunca asumen su propia responsabilidad.
Por ejemplo, cuando dices algo con respeto y el otro se lo toma mal. Y realmente lo negativo no está en eso que has dicho, sino en cómo reacciona el otro, que se pone en la posición de víctima y te hace sentir culpable a ti. Hasta el punto de que dejas de escucharte y empiezas a sentirte bien o mal en función de responde el otro. Ojo con esto, que es una señal muy clara de manipulación.
10.Si te das cuenta de que la culpa es racional, resuélvela.
Si a pesar de todo, siendo consciente de tus valores y de que son tuyos, te sientes culpable por algo, resuelve esa culpa.
Cuando la culpa es consecuencia de no haber prestado atención a uno de tus valores, entonces es una culpa sana, que te avisa de algo que es importante para ti (otra cosa es que lo haga desde un crítico interior tóxico, en vez de hacerlo desde un guía interior sano).
Por ejemplo, alguien que se siente culpable por haber mentido o engañado a su pareja. ¿Qué tiene esto de malo? ¡Si simplemente te está informando de algo que sientes! ¿Qué crees que resuelves con juzgarte por lo que has hecho o rechazar lo que sientes? ¿No sería mucho más sencillo aceptar y reconocer esa culpa racional, para que después puedas responder en base a ella?
¿Qué cómo se resuelve la culpa racional? Reflexiona sobre lo que has hecho, date cuenta de que te has equivocado y aprende para que no te vuelva a pasar. ¡Así sí!
Puedes desear haberlo hecho de otra forma, pero lo elegiste así. Gracias a que tienes esta capacidad de ser consciente de ti y de las consecuencias de tus actos, puedes aprender y crecer como persona. ¡Y es estupendo que sea así!
Así que acepta lo que hiciste y comprende por qué lo hiciste desde la compasión. Si ha afectado a alguien más, reconócelo ante esa persona y dile que comprendes cómo se ha sentido. Repara el daño y comprométete contigo misma a no repetirlo en un futuro.
La mejor manera de sanar la culpa cuando es real es asumiéndola y compensándola. Es decir, haciendo algo bueno siempre que sea posible, algo que aporte y equilibre a los dañados. No martirizándote, ni sacrificándote ni poniendo demasiada energía en los lamentos, sino cambiando lo que todavía sea posible cambiar.
La sensación de culpa no te libera de nada, tan solo te hace sufrir, y es un sufrimiento inútil. En caso de que sea una culpa racional, lo que te libera es actuar para resolverla. Porque si me siento muy culpable, pero no hago nada, me seguiré sintiendo culpable siempre.
Es decir, cuando el sentimiento de culpa es consecuencia de haber fallado a tus valores, la única manera de resolverlo es volver a honrar esos valores que has fallado.
Y en caso de que la culpa sea irracional, que es lo más frecuente, espero que los nueve puntos anteriores te hayan servido :-).
…
¿Qué te ha parecido? ¿Cuándo te das cuenta de que has sentido esa culpa irracional y tóxica? Me gustaría mucho que lo compartieras conmigo en los comentarios aquí debajo.
Excelentes reflexiones y ayuda que nos brindas cada vez que nos compartes tus pots. Son de una gran ayuda y no tienes idea cuánto. De todos los post que he leido de diferentes psicólogos, déjame decirte con todo respeto que me llegan como anillo al dedo. Me llenan grandemente y me dan paz. Gracias. Gracias por haberte encontrado.
Qué bien, Tere. Me alegran mucho tus palabras y que mis post te lleguen como anillo al dedo. Espero que los disfrutes mucho tiempo.
Un abrazo grande,
Vanessa
Gracias… necesitaba leerlo. Lamentablemente viví hechos sobrenaturales por este asunto de la culpa. Existió un demonio que me torturó… comprendo que desde la psicología puede ser muy difícil comprenderlo, pero así fue. Falleció mi padre y yo me había despedido de él por hechos que surgieron. Cuando el falleció sentí este espíritu por cinco días llevándome al psiquiátrico por doce días. Gracias a Dios todo pasó, pero hoy en día aprendí el respeto hacia la culpa. Gracias.
Hola Vivi,
Me alegro mucho de que el post te haya servido, muchas gracias por compartir tu experiencia.
Un abrazo grande,
Vanessa
Gracias por tus artículos, me parecen buenísimos. Yo siempre intento ser muy correcta, y si no lo hago me siento mal. Cuando he leido que si contestas mal a alguien un día no te hace ser antipática… yo me sentía culpable por no actuar como debiera y vivir así es una esclavitud. Me ha ido bien tu artículo para cambiar ese patrón.
Muchas gracias, Syl. Llevar lo que “debemos ser” a los extremos es tan tóxico en un extremo como en el otro. Cuando más flexible seas contigo misma, mejor te sentirás.
Un abrazo,
Vanessa
Muchichimas gracias por este artículo Vanesa. Desde luego la culpa es uno de mis temas a trabajar y gracias a tu artículo, puedo enfocarla mejor. Seguiré leyendo tus artículos, pues creo que aportan mucho. Gracias por aportar luz. Con cariño, Isabel.
Muchas gracias, Isabel. Me alegro de que el post te haya servido, elige la clave que más te encaje y tenla muy presente cada día.
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola, muchas gracias por todos tus posts, son de gran ayuda. Consideras que, si llevas toda la vida sintiéndote culpable por tu familia, porque la dinámica que había en casa era esa, y la mantengo y repito aún… ¿se puede cambiar? Me sorprendo gran parte del día sintiéndome culpable, estoy entrenando para dejarlo (como fumar casi, parece un vicio😂😂) pero parece que nunca cambiaré…
Hola Sven,
Por supuesto que puedes cambiarla. No importa cuánto tiempo lleves sintiéndote culpable, lo importante es que te des cuenta de que no lo eres, de que es un aprendizaje. Que comprendas cómo aprendiste a sentirte culpable y que elijas lo que quieres para ti a partir de hoy.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Excelente articulo. Me gusto mucho.
Muchas gracias, Julieta.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanesa,
Se rompió una relacion a distancia que tenía, donde parecía había comprensión, dialogo, amor y proyectos, a pesar de ser consciente de la distancia física. Había encuentros cuando se podia.
Hablábamos cada noche, y en una ocasión me propuso una situación que me negué porque no me parecía oportuno en ese momento. Se molestó y quiso irse a dormir ya y yo le dije que por qué se enfadaba y me puse muy nerviosa llorando, pues en alguna ocasión había pasado algún enfado más.
No me quería escuchar más y yo insistía en hablar hasta que me mandó al carajo, así. Y desconectó el teléfono.
Yo en mensajes le dije que lo dejaba, harta de sus enfados, y le insulté.
Pasé una mala noche, porque tengo la ta alta. Al otro día me pidió perdón y que no lo quería dejar. Yo dejé la situación como si ya estuviera dejado. Todo por mensaje, ni una llamada, sabiendo como ando de salud.
Al otro día le comente que eso de no dejarlo a qué se refería, y dijo… sí, creo que está dejado… Le volví a insultar diciendo que cómo se estaba comportando no era justo y demás… Desconectó el teléfono, que no quería discutir.
He llorado mucho y le pedí perdón y le expresé mis sentimientos pero no contesta y me ha quedado muy mal sabor de boca… No lo entiendo. Sin un diálogo, todo dejado tan seco, y cuando hay sentimientos, esto duele mucho.
No le he vuelto a hablar y no tengo noticias. Sé que está dejado, pero por qué me siento que ha sido tan injusto… Tantas promesas y palabras, ¿qué pasó? Así dando vueltas continuamente en mi cabeza, siento culpabilidad, injusticia, rabia… Quisiera entender y aprender de esto, aunque esté dejado.
¿Qué opinión me puedes dar? Te lo agradecería de corazón.
Muchas gracias
Al otro dia pidió
Hola Sole,
Muchas gracias por compartir. Empezando por lo primero que cuentas: una noche te propone algo, le dices que no y se enfada. ¿Cómo te sientes ahí? ¿Te sientes comprendida y respetada? Porque estabas haciendo uso de tu derecho asertivo a decir que no, y es importante que en esos momentos te sientas respetada, no que acabes sintiendo que has hecho algo mal y termines pidiendo perdón.
Por tus palabras creo que sientes que esta persona no es como tú le habías conocido, que tal y como se ha comportado ahora al final parece otra persona… Entiendo como te sientes, el haber confiado en alguien y no entender lo que está pasando. Eso es suyo, es su historia… Lo más importante es lo que te llevas tú, lo que aprendes de esto, para que no te vuelva a pasar. Estoy convencida de que la única manera de que no volvamos a repetir las mismas historias es sacar el aprendizaje que esa historia venía a darnos.
Ahora estás haciendo un duelo. Cuídate y quiérete mucho, ten paciencia, mantén el contacto cero y deja que pase el tiempo.
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola Vanessa, gran articulo.
En el caso en el que la culpa sea racional por haber herido psicológicamente a una persona y haberla hecho pasar por episodios de estres, nerviosismo, ansiedad… Si dicha persona no me perdona pese a pedirle perdón y poner todo de mi parte para ayudarla/compensarla de alguna manera… ¿Cómo debo reaccionar?
La verdad es que pedirle perdón me ayudó a sentirme más aliviado y a quitarme parte de la carga, pero el no haber recibido su perdón (el cual entiendo que tiene todo el derecho a no dármelo) hace que me siga sintiendo fatal y pensando continuamente que soy mala gente y que no merezco ser feliz para nada.
Hola Javier,
Eres un ser humano, con sus luces y sus sombras, como todos. Y como tal cometes errores, como todos. Lo importante es lo que haces con ellos. Hay una parte que depende de ti (de eso hablé mejor en este post), pero hay otra que no, que no puedes controlar, tan solo respetar, y seguir aprendiendo de ello.
Dale tiempo a esa persona, si ha de perdonarte lo hará. O puede ser que lo haga pero no te lo cuente, si elige no retomar la relación. Dale tiempo para lo que tenga que ser y dátelo a ti también para perdonarte a ti mismo. Si hay un aprendizaje no habrá sido en balde este dolor.
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola Vannessa
Mira qué interesante lo que dices en este post.
Yo soy de las que cargó culpas de más, ya hasta te he comentado en post similares. En mi caso va más de la mano con lo que creo que debo hacer, por ejemplo siempre le ofrezco ayuda a mis compañeros de trabajo y siento culpa cuando casi no tengo qué hacer y ellos sí, pero no creo que eso sea correcto, no debo ofrecerme siempre porque igual es su trabajo y si necesitan ayuda o necesitan algo ellos me lo deben decir. Total ya saben que estoy presta a hacerlo, pero esa culpa no se me va y me imagino sin número de cosas que pueden decir de mí. Este post es lo más acertado que me haya podido imaginar… increíble, muchas gracias de verdad.
Hola Idhaly,
Muchas gracias por compartir, me alegro mucho de que el post te haya servido tanto. Es importante que entiendas el “para qué” de ese ofrecer ayuda y de esa culpa que sientes, que seguramente esté provocada por lo que te estás diciendo. Reflexiona sobre eso, piensa en qué te ayuda y en qué te limita, y qué es lo que necesitas decirte en esos momentos.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Hola Vanesa
Me alegra mucho haberte conocido pues me estás ayudando a tener conciencia de mi ansiedad y mi malestar.
He aceptado hace unos meses que mi marido ha sido conmigo un maltratador psicológico, sin darse cuenta por supuesto. Ha teñido conductas que poco a poco han ido mermando mis sentimientos hacia él. Me ha tratado a veces como un padre, como un jefe o incluso como si no me quisiera en absoluto. He luchado para poder vivir con esta situación pues tenemos tres hijos maravillosos. Pero hoy ya sé que mi ansiedad ha sido mucho por esa situación. Él me ha pedido perdón, y me ha dicho que nunca pensó que pudiera hacerme daño. Aunque yo siempre se lo dije. Y yo le perdono, pero ya no le veo como mi pareja. Sino como alguien que me hace un nudo en la garganta. Se lo he dicho y ahora me dice que me quiere y que intentará cambiar. Entonces yo ahora me siento culpable por querer irme y no quererle como antes.
Hola Nuria,
Muchas gracias por compartir. Dices que siempre le dijiste que te estaba haciendo daño y entiendo que aun así él no cambió. ¿Te estabas sintiendo querida por él en esos momentos? Si no es así, es lógico que el amor desaparezca, porque las personas no podemos querer a quien no nos quiere. Y el amor se demuestra con el trato. Entonces, ¿qué es lo que hace que te sientas culpable? ¿Cómo vas a ser culpable de querer dejar a quien te ha tratado mal? Si lo sigues pensando así y te cuesta dar el paso te animaría a pedir ayuda profesional para trabajar la dependencia de la relación (si quieres que hablemos para saber si puedo ayudarte rellena este formulario para tener una sesión de valoración conmigo). Quien te hace daño, a la primera vez que se lo dices deja de hacerlo. Quien lo sigue haciendo no te está queriendo de una forma sana. Y en esas circunstancias la que ha de quererse has de ser tú. Por tus hijos también, para que vean el ejemplo de que alguien que se quiere pone un límite a quien le trata mal.
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola, muchas gracias por los consejos, tuve muchos errores desde pequeño, me dejé llevar por cosas que no comprendía que me llevarían a sentirme una persona arrepentida por todo eso, y ahora con una edad acercándose a la mayoría de edad y repitiendo el mismo error, volvieron todos esos pensamientos y me castigo demasiado viendo a mis padres y sintiéndome como un extraño. Y por adentro una persona con secretos muy oscuros que espera que con el tiempo se curen.
Hola José,
Muchas gracias por compartir. En mi opinión es importante que trabajes eso que te pasa, los pensamientos, el castigo y esos juicios que haces sobre ti. En el ámbito emocional cuando tenemos una piedrecita en el zapato y no la trabajamos a tiempo, después se va haciendo más y más grande, y cada vez se vuelve más incontrolable y nos afecta más. Por eso cuanto antes lo trabajes, mejor.
Un abrazo,
Vanessa
Gracias por este maravilloso post, Vanessa, como todos me ayudan mucho a seguir adelante. Yo soy una persona muy insegura, tímida y siempre tengo una enorme sensación de culpa encima. Creo que el origen de todo ello viene de mis padres que desde pequeña me decían que no a todo, y cuando me pasaba algo, siempre me criticaban y era culpa mía. Yo era una niña muy tímida y sensible y el daño era enorme. Mi madre siempre ha criticado mi forma de ser, siempre los demás eran más importantes, y el problema estaba en mí porque no era simpática o sociable como los demás, era yo la que tenía que quedar bien y no me enseñaron a respetarme y valorarme. Ahora soy consciente de todo e intento valorarme y respetarme por encima de todo, pero algo hay en mi que los demás siempre se atreven conmigo y me ven débil y tímida e intentan pisarme y yo no sé pararles los pies. Lucho por adquirir fortaleza emocional, pero aun me queda mucho, sobre todo en lo que tiene que ver con los límites y la culpa. Tus post son una gran ayuda.
Hola Marta,
Muchas gracias por tus palabras y por compartir. Así es, cómo nos tratan y lo que nos transmien nuestros padres cuando somos niños es lo que en mayor medida determina nuestra autoestima. Para un niño es muy importante sentir que le quieren incondicionalmente, tal y como es, y que le dan permiso para ser él mismo, equivocarse y sentir lo que siente. Muchos no lo hemos recibido, ni nos han enseñado a valorarnos ni respetarnos, pero eso no significa que nuestra autoestima no pueda ser buena. Simplemente hace falta trabajarla, para que te sientas valiosa y merecedora de lo mejor, sepas que eres estupenda tal y como eres, y puedas soltar esa culpa tóxica que no es tuya.
Por lo que comentas encajas muy bien en el perfil de las personas a las que ayudo, así que encantada de que trabajemos juntas si en algún momento decides hacerlo :-).
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa
Tu post es asombroso y sanador para el corazón, pero la culpa no deja de carcomerme. En mi caso fallé a uno de mis valores: la confianza. Le he fallado a amigos que realmente aprecio y no me sorprendería que ya hayan dejado de confiar en mi. Lo he hecho debido a que no me sentía feliz en la situación en que estaba y me estresaba y desquitaba con otros así que me he alejado y quedado mal. A pesar de que me han dicho que no hay problema, siento que deberían odiarme. La verdad ya no soporto ni verme al espejo. Cada momento me recuerda lo que hice y siento que eso se repetirá cada vez más. Quiero cambiar. Ser una persona de confianza como ellos dicen que soy. Mi hermana me ha dicho una y otra vez que no me gustan las responsabilidades, que por eso me alejo de situaciones (empleo, amistades, relaciones), yo me molestaba y le decía que no. Pero ahora comienzo a creerle. Ya no sé que hacer o como vivir en paz conmigo misma.
Gracias
Hola Karen,
Eres muy dura contigo misma. Fíjate como te hablas, ¿le dirías eso a alguien a quien quieres? Todos nos equivocamos, somos humanos, no máquinas ni supermujeres. No pasa nada, simplemente aprende y sigue adelante, concociéndote, aceptándote y amándote siempre.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa. Hay en mí una culpa racional por algo que puse en marcha para protegerme de un incierto futuro ya que tenía ante mí una muy grande responsabilidad y mucho miedo, y no iba a contar con la ayuda de nadie, ya que no he creado una familia propia. Me refiero al cambio en el testamento de mi madre, inducida por mí. Yo viví toda la vida con ella, en su casa, y me encargué de cuidarla lo mejor posible y sin ayuda de nadie. Me quedé en paro la primera vez con 45 años, justo cuando acababa de morir mi padre. Por lo que quedó nuestra economía muy “en el aire”. Esto me hizo “protegerme” un poco ante la posible adversidad pero, no cumplí las expectativas económicas de uno de mis hermanos, justo el que menos se implicó en hacernos la vida a mi madre y a mí un poco más fácil en la última etapa.
Ahora me han dado de lado, yo lo he intentado todo, incluso que lo hablemos y reparar económicamente las cosas para que revierta esta situación. Pero siguen igual, por lo que yo tengo un gran sentimiento de culpabilidad pues quiero a mi hermano y no quiero perderlo, y sufro por la postura que ha tomado, y me siento muy desamparada y muy angustiada.
No sé como puedo hacer pues ya han pasado siete años y las cosas siguen igual. ¿podrías orientarme un poco?
Muchísimas gracias.
Hola Marisa,
Es un tema delicado para responderte simplemente con un comentario aquí. ¿Qué es lo que te gustaría conseguir? Que los demás te perdonen no depende de ti, supongo que eso ya lo sabes. Lo que sí depende de ti es hacer el trabajo de perdón a ti misma. Y desde ahí, una vez hecho eso, trabajar la comprensión, la aceptación y el perdón hacia el otro, y ver qué puedes hacer para reparar el daño en la medida de lo posible.
Un abrazo,
Vanessa