¿Quieres saber cómo dejar de tener miedo?
Muchas personas, cuando empiezan alguno de mis programas, me hacen esta pregunta.
Así que vamos a hablar del miedo, ya que parece el apestado de las emociones, el que nadie quiere.
Para que este post te sea más útil, antes de seguir leyendo piensa en algo que te gustaría hacer, pero te da miedo.
Lo que no te va a funcionar con el miedo
Hay personas que utilizan el miedo como la excusa perfecta para no hacer nada.
“Es que me da miedo”. Y punto. Se quedan de brazos cruzados.
Muy bien si eso es lo que quieres, pero que sepas que no estás pillando el mensaje del miedo.
El miedo NO viene a decirte que no puedes hacer eso que quieres. Si lo interpretas así, dejarás de hacer todo aquello que te de miedo, y cada vez te darán miedo más cosas.
La clave es entender qué quiere decirte el miedo, que es una emoción tan sana y necesaria como cualquier otra.
Y la solución es escucharlo, entender su mensaje y ver qué necesitas para gestionar ese miedo.
Pero claro, esto sólo es posible si dejas de huir de lo que te da miedo.
Es decir, la clave no es el miedo en sí, sino cómo reaccionas ante él. Según como lo hagas, te generarás un sentimiento potenciador, o todo lo contrario.
Por ejemplo, no funciona rechazarlo, no querer sentirlo o dar por hecho que es una mala señal y que significa que no puedes conseguirlo.
Igual que no funciona rechazarte a ti misma por sentirlo, decirte que eres una cobarde y que no deberías tener miedo.
Este tipo de reacciones son las que te llevan a sentir impotencia, frustración, culpa, bloqueo, amargura, desesperación… Son maneras erróneas de afrontar el miedo, porque no te permiten escuchar su mensaje.
Lo único que funciona con el miedo es comprenderlo, aceptarlo y escucharlo.
Por eso es tan importante que desde pequeños aprendamos a sentirlo. Porque un niño al que le dicen que no puede tener miedo se negará a sentirlo. Y lo que pasará es que de mayor, o bien acabará por no atreverse a nada de lo que quiere, o bien será un imprudente que se lanza a todo (negando el miedo que le prohibieron sentir) y se estrella una y otra vez.
Además de que la consecuencia de no escuchar el miedo, de intentar anularlo o hacer como que no existe, es que éste, como no te paras a escucharle ni le prestas atención, cada vez se va haciendo más grande. Lo sentirás más y más, te limitará más y más cada vez, y un miedo que empezó siendo pequeño y abarcable, terminará siendo omnipresente.
Vamos, que no es posible dejar de tener miedo y, sobre todo, no es inteligente.
A ti te dan miedo unas cosas y a mí otras
Todos tenemos miedo. No hay nadie que no lo sienta. Por más que busques y preguntes, no encontrarás a alguien que te diga que no tiene miedo a nada.
La diferencia es que unos tenemos miedo a unas cosas y otros a otras.
Es decir, no hay nada que en sí mismo sea una amenaza para todas las personas, sino que depende de para quién y de la interpretación que cada uno haga. Por ejemplo, a mí me puede dar miedo un terremoto y a alguien que vive en un lugar donde hay muchos tal vez se haya acostumbrado y no sienta miedo.
Dicho de otra forma: no existen miedos injustificados, porque todo miedo tiene un motivo y una razón de ser para quien lo siente, y se trata de comprenderlo, no de juzgarlo.
Los dos mensajes que el miedo quiere darte
El miedo, principalmente, viene a decirte dos cosas:
La primera, te viene a mostrar lo que quieres conseguir. Sí, el miedo es una señal estupenda para identificar lo que queremos, nos marca el camino de nuestros deseos.
Y no suele ser que te de miedo conseguir eso que quieres. El miedo suele venir de las consecuencias que temes que puedan darse.
Por ejemplo, igual quiero dejar mi trabajo y montar algo por mi cuenta haciendo lo que me apasiona, pero me da miedo que no salga bien.
O igual quiero dejar a mi pareja porque sé que la relación ya no funciona, pero me da miedo estar sola o echarle de menos.
O igual quiero dejar algo con lo que hace tiempo que me comprometí pero que me quita mucho tiempo y ya no me apetece, pero me da miedo que a las personas implicadas les parezca mal.
En cualquiera de estos ejemplos, el miedo me señala lo que quiero, y lo que me da miedo son las consecuencias (de conseguirlo o de no conseguirlo).
¿Lo ves? ¿Te das cuenta de que el miedo te muestra lo que de verdad deseas? ¡Y eso es estupendo!
La segunda, el miedo viene a decirte que no cuentas, o que tú crees que no cuentas, con los recursos necesarios para afrontar esas consecuencias que te dan miedo.
Así que, de nuevo, el miedo no es el problema, sólo es el mensajero que te indica lo que te está pasando. Si lo entiendes así, como un mensajero en vez de cómo un problema, la película cambia por completo.
Es lógico sentir miedo cuando el reto supera a los recursos que tenemos o creemos tener. Esto le pasa a todo el mundo. Y como cada persona tiene unos recursos diferentes, pues cada uno tendrá unos miedos diferentes.
Por lo tanto, no existen las personas cobardes, sino simplemente personas con un nivel de recursos 5, otras con un nivel 10 y otras con un nivel 15. Y cada uno sentirá miedo en función de los retos a los que se enfrente.
Por ejemplo, yo puedo tener un 10 en recursos, que mientras que no me enfrente a retos de más de 10 no sentiré ningún miedo. Y otra persona con un 20 en recursos que se enfrente a retos de nivel 25, sentirá miedo. Así de fácil.
Vamos, que miedo tenemos todos, y el que hace lo que quiere a pesar del miedo es porque desarrolla los recursos que necesita.
Y así, a más hace y más recursos desarrolla, menos miedos tiene, porque cuando sube el nivel de los recursos aumenta la capacidad y la confianza en uno mismo y disminuyen los miedos. Igual que, en el extremo opuesto, el que se bloquea ante el miedo y no hace nada, no desarrolla recursos y cada vez tendrá más miedos.
Así que otra vez que el miedo es una maravillosa oportunidad para crecer… antes porque te indicaba tus deseos y ahora porque te indica los recursos que necesitas.
¿Te das cuenta? Queremos dejar de sentirlo ¡y deberíamos recibirlo con los brazos abiertos!
Es decir, ¡gracias miedo! ¡Gracias porque me dejas claro qué es lo que quiero y me dices qué recursos necesito trabajarme!
La autoestima y las tonterías
Como te decía, y a pesar del título del post, miedo vas a tener siempre. El objetivo no es que dejes de tenerlo, sino que escuches el mensaje del miedo y veas qué necesitas para conseguir lo que quieres.
Pues bien, hay veces, la mayoría, en que eso que necesitas desarrollar es tu autoestima. Porque, a menos autoestima, más miedo. Es de cajón: a menos me valore y menos capaz me sienta, más miedo me dará todo.
Más miedo me dará fallar, más miedo me dará que no salga bien, más miedo me dará lo que piensen los demás, más miedo me dará que alguien me critique, más miedo me dará estar sola…
En cambio, cuando tienes una buena autoestima, no es que dejes de tener miedo, es que deja de limitarte. Dejas de actuar pensando en el miedo y actúas pensando en lo que TÚ quieres y en lo capaz que te sientes.
Porque tu miedo, como cualquier parte de ti, quiere algo bueno para ti: que desarrolles tu potencial para que él se pueda ir haciendo más pequeño y tú te vayas haciendo más grande.
Y que le dejes de dar importancia a todas esas consecuencias que tanto temes, tipo “si a Pepito le parece mal” o “si me equivoco” o “si no le gusta a nadie”.
Esas cosas que cuando consigas lo que quieres y disfrutes de ello te darás cuenta de que eran auténticas y soberanas tonterías que lo único que hacían era alejarte de la vida que quieres para ti.
Además, ¿no te das cuenta de que el miedo también quiere protegerte?
¿No te das cuenta que si no tuviéramos miedo saltaríamos de un avión sin comprobar si el paracaídas funciona?
¿Qué mandarías a la mierda a tu jefe o a tu marido a la primera de cambio?
O que, en la situación en la que estamos, ¿saldrías sin ningún tipo de cuidado, tocarías a todo el mundo y nunca te lavarías las manos?
Así que fíjate si es buen amigo el señor miedo…
Los tres tipos de miedo
No me quiero enrollar mucho (que ya bastante lo hago sin querer 😉 ) con esto de las tipologías del miedo, pero al menos sí aclarar que hay tres tipos de miedo:
El sano, el adaptativo, el que viene a hablarte de lo que está pasando en ese momento. Es del que te estoy hablando en este post, el que te dice que te faltan, o crees que te faltan, recursos para afrontar las posibles consecuencias de ir a por eso que quieres.
El desadaptativo, que sería el que sientes ahora pero no por lo que está pasando ahora, sino por algo del pasado que no has terminado de resolver y se ha quedado ahí atascado.
Por ejemplo, si en mi infancia me sentí abandonada y ahora vivo con miedo a que mi pareja me abandone.
O si en mi infancia me sentí rechazada y ahora estoy siempre pendiente de lo que estarán pensando de mí, con miedo a que me rechacen.
En este caso, respondo de una forma desproporcionada a lo que está pasando porque tengo miedo a volver a sentir aquel miedo, al que no supe o no pude responder, y vivo esta situación del presente de una forma desadaptativa, me bloqueo.
El secundario. Cuando parece que lo que sientes es miedo, pero en realidad ese miedo está tapando la emoción original. Esto pasa mucho en las personas con miedo a que “me dejen de querer”.
Por ejemplo, estoy enfadada porque mi pareja no ha hecho algo que me había dicho que iba a hacer, pero como tengo miedo de que discutamos pues me callo y no digo nada, o lo digo muy sumisa y buenecita. Mi enfado se queda enterrado bajo el miedo.
Diez pequeños tips para gestionar el miedo
Ya has visto que la vida no va de dejar de tener miedo, sino de gestionarlo y que deje de bloquearte. Porque los recursos y la confianza en ti se expanden a medida que te enfrentas a tus miedos.
Así que aquí tienes diez tips para empezar a hacerlo:
1.Acepta que existe. Aunque no te guste sentirlo, no lo rechaces, ni lo juzgues, ni te juzgues, ni te humilles, ni te avergüences, ni te critiques. Lo escuchas, comprendes la función sana que tiene y que viene a mostrarte lo que quieres y lo que necesitas para conseguirlo.
2.Reconoce el miedo ante alguien más, alguien en quien confíes. A mí esto de mostrarse vulnerable ante los demás me parece de auténticos valientes. Mostrar lo que sientes ante alguien, a pesar de lo que pueda pensar o de que te pueda hacer daño, me parece uno de los ejemplos más grandes de autenticidad. Vamos, que me quito el sombrero.
3.Decide en qué vas a poner el foco. ¿En lo que puede ir bien o en lo que puede ir mal? La atención es selectiva y tu mente hace más real aquello en lo que tú decides poner el foco. Así que, cuando piensas en el camino hacia eso que deseas, ¿qué historia te cuentas? ¿En qué tono te hablas? ¿Te motiva? ¿Qué necesitas contarte y cómo necesitas hablarte para empujarte hacia adelante?
4.Toma decisiones. Casi te diría que esta es una de las claves de la vida, porque el que nunca toma decisiones en realidad no está viviendo. Se deja llevar, deja que otros decidan por él, pero no está viviendo su vida. Y claro, a menos decide, más miedo tiene.
5.Póntelo fácil. Divide el reto en pequeños escalones.
Es como si vas a hacer el camino de Santiago y miras los ochocientos kilómetros que tienes por delante… buuuuf.
En cambio, si vas por etapas, pensando en los veintitantos de cada una, lo verás más abarcable.
Pues eso mismo, con cualquier cosa que quieras conseguir. Lo troceas y te lo pones tan fácil como puedas. No hay ninguna prisa. Menos avanzabas cuando mirabas el camino desde la casilla de salida, ¿no? Pues eso.
Poco a poco. Con paciencia y una actitud curiosa y exploradora.
6.Piensa qué recursos necesitas para el comienzo del camino y hazte con ellos.
¿Ahorrar? ¿Trabajar mi asertividad? ¿Dejar de preocuparme por lo que piensen los demás? Hazte un listado de lo más importante y ponte con ello.
Y, muy importante, identifica también los recursos que ya tienes. Es probable que sean muchos más de los que piensas. Solemos creer que no somos capaces de algo, cuando en realidad sí lo somos, pero no lo sabemos porque nunca lo hemos intentado.
7.Empieza a dedicar unos minutos al día a visualizarte en cada etapa.
Esta técnica es brutal, porque la mente no distingue entre lo que ha vivido y lo que ha imaginado. Así que si le haces creer a tu mente que eso ya lo ha hecho antes, se sentirá mucho más capaz de (volver a) hacerlo.
8.Pide ayuda. Busca a alguien que te pueda ayudar, porque sepa más que tú de eso o por lo que sea. Que te quede claro: la gente valiente pide ayuda cuando la necesita.
9.Aprovecha los obstáculos.
Es verdad que fastidian, pero forman parte del camino. Así que, ya que están, mejor aprovecharlos.
¿Qué quiero hacer con este obstáculo? ¿Para qué me puede servir? ¿Qué puedo sacar de él? ¿Qué puedo hacer que no habría hecho de no habérmelo encontrado?
Cuidado porque los obstáculos siempre aparecen. La diferencia está en si cuando te encuentras uno vuelves a sentarte o si haces algo con él (quitarlo de en medio, buscar otro camino, esperar a que se pase, etc.).
10.Deja de pensar en eso que temes como algo horrible y date cuenta de que, si llegara a pasar, estarías triplicando tu potencial.
Por ejemplo, si te sale mal y aprendes a fracasar y volver a levantarte, ¡olé olé y olé!
Si a alguien no le gusta y aprendes que no necesitas la aprobación de todo el mundo, ¡haleluya!
Si te equivocas y aprendes que los errores no tienen nada de malo, ¡guau! ¡Te habrás quitado un buen peso de encima!
Y así es como tu confianza en ti crecerá exponencialmente y el miedo habrá dejado de bloquearte.
…
¿Qué me dices? ¿Me cuentas algo que te gustaría hacer, pero te daba miedo? Te espero en los comentarios aquí debajo.
Una reflexion del miedo muy completa, profunda y clara. Me ha gustado mucho.
Hola Carmen,
Disculpa, me acabo de dar cuenta de que tu comentario estaba sin responder, se me debió despistar en aquel momento. Me alegro mucho de que esta reflexión sobre el miedo te gustara, espero que aún la tengas presente :-).
Un abrazo,
Vanessa
Muchas gracias Vanessa!!
Me encanta el post, es cierto. El miedo es un gran maestro, y muchas veces me genera inseguridad y me bloquea porque es una sensación desagradable, y un hueco fácil donde se cuelan nuestras creencias limitantes que hacen daño. Pero siguiendo estos tips podemos evitar que nos limite y sacarle partido…
Muchas gracias!!! Y que vivais miedo de vez en cuando!!
Qué bien, Laura. Me alegro mucho de que te haya gustado. Así es, el miedo también nos da mucha información sobre nuestras creencias.
Un beso grande,
Vanessa
Gracias Vanesa!!! Me ayuda mucho,todo lo que mandas. GRACIAS!!!!
Muchas gracias, Jorgelina. Me alegro de que te ayude :-).
Un abrazo,
Vanessa
Menudo puntazo de post!! Me has abierto los ojos a otro punto de vista que desconocía. Muchas gracias, Vanessa!!! Por tus palabras y ayudarnos a crecer cada día. Bss mil!
Ana,
Jaja, qué bien, me alegro mucho de que hayas descubierto un nuevo punto de vista y de que te sirva.
Besos mil para ti también,
Vanessa
Como siempre leerte es maravilloso, siempre tienes algo nuevo que enseñarnos.
Muchas gracias por tu dedicación.
Qué bonito, Patricia. Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo,
Vanessa
Muchas gracias Vanesa, me ha gustado mucho el post. Es lo que necesitaba desde hace unos dias y estos dias pondre en practica algunos de los pasos. Lo que dije agrdezco mucho el trabajo que haces.
Qué bien, Alec. Disfruta mucho esa puesta en práctica ;-).
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa muchas gracias por compartir tus conocimientos en el tema me han ayudado enormemente.
Te comparto que mi miedo más grande fue hacia los hombres, no podía acerca cualquier hombre no importaba edad, ni nada cada vez que un hombre se me acercaba lloraba y tenía ataques duros de ansiedad, de esos ataques que te desesperan y quieres terminar con todo.
La causa? Bien, el abandono de mi padre quizás la mayor de todas, me rechazo y nunca me reconoció, en mi infancia en la casa donde vivía uno de los hermanos de mi madre cuando tenía 7 años me acosaba sexualmente, pero nadie lo creyó, y ahorita en mi está de juventud hace 2 años en el lugar donde fui a hacer mis prácticas profesionales de la universidad uno de los trabajadores vio el momento oportuno para llevarme, me drogo y me violo. No sé cómo sobreviví a eso, yo regrese a la conciencia por el dolor que sentía y me di cuenta de lo que estaba pasando. Estaba sola en aquel lugar, así que decidí llamar a mi madre y comentarle la situación, nuevamente no me apoyo y lo que me dijo fue “la justicia no existe, mejor no hagas nada y agradece que estás viva”, y bueno podrás imaginar lo que sucedió después, depresión, ansiedad, deje de comer, deje de hacer todo , y lo más fuerte 3 intentos de suicidio , el último verdaderamente sentí la muerte.
Entendí que no contaba con el apoyo de mi familia, ni de amigos así que decidí ver por mi, después del último intento de suicidio me harte de sufrir, ya no podía con más sufrimiento, así que me dirigí yo sola a las autoridades correspondientes para atender el asunto del abuso sexual, desde entonces me he dedicado a hacer autoterapia, desde aquello que pasó no he tenido trabajo porque me daba mucho miedo estar con hombres pero a poco a poco ese miedo ha perdido poder en mi, te he leído mucho y estoy trabajando arduamente en mi autoestima y autoconocimiento.
A veces hay adversidades en la vida, y sí, todos tenemos miedo, pero comprendi que la vida no da puntada sin hilo y que el miedo es energía que se procesa para transmutarla en confianza y amor.
Me he quitado varios pesos de encima, sobre todo ya no busco la aprobación, reconocimiento en lo demás. He aprendido poco a poco a amarme y fomentar una autoestima sana.
Gracias
Hola Mara,
Muchas gracias por compartir tu historia, eres una auténtica campeona de la vida. Una cosa son las adversidades que todos podemos encontrarnos en la vida y otra algo cómo lo que cuentas. Es lógico que desarrollaras ese miedo y que necesites terapia para superarlo, compréndete, mi post se queda corto para algo así. Me alegro muchísimo de que hayas salido adelante y estés luchando por ti y aprendiendo a amarte como te mereces.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa, me encantó tu post ya que evidencia muchas cosas por las que a veces dejamos de actuar y en cierta manera yo he logrado muchas cosas gracias a las lecturas y los mensajes que me compartes, te agradezco inmensamente, que Dios te bendiga y te siga llenando de sabiduría. Gracias
Muchas gracias por tus palabras, Gloria. Me alegro mucho de que lo que lees en Coaching yo Be te esté sirviendo en tu camino.
Un abrazo,
Vanessa
Maravilloso el post como siempre, desde el cual siempre me haces reflexionar.
Es cierto que muchas veces no actuó por miedo a consecuencias más graves, por miedo a lo desconocido, en fin por mucho miedo… a casi todo y a sus resultados.
Hay que trabajar todos los puntos que comentas. Pero contigo todo es más fácil y positivo.
Un abrazo
Mila
Hola Mila,
Me alegro mucho de que lo que escribo te sirva para reflexionar y ser más positiva. Empieza por algo pequeño, lo importante es que vayas dando pequeños pasos hacia ti misma y tu bienestar.
Un abrazo,
Vanessa
Mil gracias Vanessa, excelente post. Iré aceptando y viendo al miedo de manera diferente, abrazos.
Muy bien, Clara Inés. A por ello y disfrutando.
Un abrazo,
Vanessa
Hola.
No sé si solo me pasa a mí, pero no pillo lo del miedo, lo que quieres y a qué le tienes miedo…. Si quiero ir de vacaciones, pero no sé si ahorrarré el dinero suficiente.
Lo que quiero es ir de vacaciones y tengo miedo a no tener el dinero suficiente.
Hola Joy,
En el ejemplo que pones podría ser que lo que te da miedo son las consecuencias de no tener ese dinero para irte de vacaciones.
Te pongo algún ejemplo más: si quiero decirle que no a una amiga que me pide un favor, lo que me da miedo no es decir que no, sino que mi amiga pueda enfadarse.
O si quiero cambiar de trabajo, lo que me da miedo no es el cambio en sí, sino que podría ser no dar la talla en un nuevo trabajo, echar de menos el anterior…
O si lo que quiero es dejarlo con mi pareja, lo que me da miedo no es dejarlo con mi pareja, sino el estar sola, no conocer a otra persona…
Espero haberte aclarado.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa, soy de las personas que se paralizan ante el miedo y luego no puedo quitarlo de mi cabeza. Me dan miedo muchas cosas. Una de ellas es dar una audición, porque si no me aceptan se va la única oportunidad de ser quien quiero, y entonces tendré que elegir una carrera que no me convence y esperar mucho tiempo.
Me asusta no ser suficiente. Me pregunto si será verdad que los cantantes son personas que fueron “tocados con una varita mágica”.
Hola Candela,
Y esto que piensas respecto a la audición, ¿te empuja o te frena? ¿Hace que sientas más confianza o que sientas menos? Porque el pensar que algo es una oportunidad “definitiva” que va a “condicionar tu vida”, no parece un pensamiento muy potenciador, sino algo que te carga un peso muy grande sobre la espalda, y con ello estrés y tensión. Se trata de que tus pensamientos te potencien, no de que te limiten. Elegir cómo quieres sentirte y saber qué necesitas pensar para sentirte así.
Además creo que la vida está llena de oportunidades que te llevan a ser quien quieres. No hay una sóla, sino tantas como tú decidas encontrar ;-).
Un abrazo,
Vanessa
No lo había visto de esa forma, creo que voy a pensar las cosas un poquito más.
Muchas gracias por responder! Te mando un saludo gigante 🙂
Me alegro de que te haya servido para cambiar tu manera de mirar :-).
Un abrazo,
Vanessa
Hola, me siento muy identificada con tu escrito del miedo, yo lo sufro mucho, así como dices con el tiempo ya se ha hecho más grande. Me siento menos ante las personas que sí han conseguido lo que querían, eso que yo tanto anhelo desde hace ya mucho tiempo, y mis miedos van creciendo y a tal medida es mi dolor… No me ha ido bien, pues desde pequeña he tenido baja autoestima, padecía depresión, lo sé por lo que pensaba, lo que sentía, hoy en día también la tengo. Me siento disminuida frente a los demás, pero como dices, yo no enfrentó aquellas cosas que me atemorizan, y la clave es enfrentar. Me siento triste, me he dado cuenta de eso, el miedo me ha rodeado siempre, pero ahora cuando lo siento me angustio.
Hola Nancy,
El miedo del que hablas, tan mantenido en el tiempo y con un estado depresivo, es importante trabajarlo desde el ámbito de la psicoterapia. Si ahora sientes qeu no tienes las herramientas es lógico que te atemorices y te angusties, pero puedes encontrarlas con la ayuda adecuada. Simplemente te animaría a no dejar que pase más tiempo :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola Vanessa, tus post como siempre tan acertados!
Quisiera compartir un miedo que tengo muy particular y es conocer a un hombre nuevo en mi vida, siento que por chat me desenvuelvo bien pero cuando llega el momento de vernos en persona o tener una cita, me entra un pánico espantoso en el que mi solución es simplemente evadir a la persona y alejarme. Encontrando excusas del por qué no puedo conocer a esa persona, aunque en el fondo si haya querido hacerlo, el pánico no me deja.
Lo enfrenté cuando conocí a mi ex novio hace tres años y cuando era una adolescente pero en ese entonces decía que por estar empezando a vivir sentía eso, pero hora me doy cuenta de que aún me pasa. Hay una persona interesada en mi y nos llevamos bastante bien pero no soy capaz ni de recibirle una llamada.
Hola,
Habría qué ver qué pensamientos y qué creencias te generan ese miedo. Si es algo tan presente desde hace tiempo y que te limita tanto como para no recibir una llamada, es muy posible que necesites ayuda. Como todos, todos la necesitamos en algún momento de nuestras vidas, y no pasa nada. Lo valiente es pedirla para conocernos, entender qué nos está pasando y poder resolverlo. Te animo a que lo hagas.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
La ansiedad a veces nos consume físicamente, empiezas a sentirte agobiada y por más que quieres controlarlo a veces es difícil. Lo pondré en practica por que quiero sentirme bien.
Hola Mónica,
La ansiedad no se resuelve intentando controlarla, sino escuchando de dónde viene y aprendiendo a gestionarla. Muchas veces es necesaria una ayuda externa para hacer esto, una psicoterapia que te guíe. Si sientes que está muy presente y te milita mucho en tu vida, te animo a que pidas ayuda.
Un abrazo fuerte,
Vanessa
Vaya!! Nunca dejo de aprender de lo que compartes. Maravillosos consejos. Saludos desde Perú.
Qué bien, Andre. Me alegro mucho de esos aprendizajes, gracias por compartir.
Un abrazo de vuelta para allá,
Vanessa
Hola!
Maravilloso punto de vista para afrontar el miedo! Me ha encantado!
Me alegro mucho, Nuria. Muchas gracias por compartir.
Un abrazo,
Vanessa
Vanessa, ¿tú crees que es necesario plantar cara a un agresor de hace tiempo para sanar la herida? ¿O que la herida se puede sanar a base de respetarse e imponer límites las siguientes veces?
Muchas gracias,
Silvia
Hola Silvia,
Me cuentas muy poquito y no sé a qué te refieres con plantar cara. En mi opinión lo importante es poner límites lo antes posible, y si esa persona no los acepta ni cambia su comportamiento contigo, decirle que vas a poner distancia y hacerlo. En realidad lo que sana las heridas es que tú te respetes y te quieras a ti misma, por encima de la relación con esa persona.
Un abrazo,
Vanessa
Como siempre, muchas gracias Vanessa por compartir tu conocimiento.
Últimamente, los puntos en los que me estoy centrando son los de centrar el foco y dividir las tareas en partes pequeñas. Por suerte, el de pedir ayuda y el de aceptar el miedo, poco a poco los empleo más. Y son una gran liberación.
Gracias de nuevo.
Un abrazo!
Me alegro mucho. Así se hace, paso a paso y punto por punto. Es la manera de avanzar.
Un abrazo,
Vanessa
Hola! Gracias por el post, Vanesa, eres muy linda, ahora me siento más tranquila, pues pensaba que yo era la única que sentía miedo, aunque déjame platicarte que actualmente me siento todo el tiempo con miedo 😱, es como una sensación de que me caigo mal a mí misma y también suele pasarme con las personas. Con esta información, me siento mejor. Muchas gracias, excelente día 😊.
Hola Mary,
Muchas gracias. El miedo es una emoción sana, como todas las demás. Pero dejaría de serlo si lo sintiéramos todo el rato, igual que no sería sano estar todo el rato alegres o enfadados. Te animo a que te observes y trabajes la confianza en ti para que ese miedo te sirva y no te limite.
Un abrazo,
Vanessa
Buen día Vanessa,
Sinceramente me encantó, me hizo ver el “miedo” como una ayuda y no como un estorbo. Necesitaba un empujoncito para seguir con mi meta, lo iba a dejar de lado y fue el mejor empujón que me dieron.
Muchas gracias.
Qué bien, Estefani. Me alegro muchísimo. ¡A por esa meta!
Un abrazo,
Vanessa
Claro que si, Vanessa. Tenemos miedo, a veces muchísimo, y por muchas y diversas cosas.
Yo lo tengo, cada vez más, por distintas cuestiones que no voy a enumerar ahora. Y lo paso muy mal, muchos días tengo que tomar alguna pastilla tranquilizante porque no soporto la ansiedad, angustia y malestar que me genera el miedo. Cuanto más mayor mas angustia se siente, sobre todo si no tienes ayudas de ningún tipo. No es miedo, es pavor.
Muchas gracias, Marisa. Si sientes un miedo muy grande puede ayudarte hacer alguna terapia para trabajarlo. El miedo es una emoción sana cuando nos protege de un peligro, pero no si está presente en nuestra vida cotidiana.
Un abrazo,
Vanessa