Hoy seguimos hablando de cómo superar tus miedos.
En el post de la semana pasada te conté cómo disfrutar y sentirte bien a pesar del miedo.
Te expliqué por qué a veces el miedo es un lastre y otras veces es tan útil y necesario… ¡Sí, lo es!
Pudiste entender que el miedo no siempre es malo… Lo que pasa es que tiene una injusta mala fama, principalmente por culpa de dos bulos que se cuentan sobre él.
El primero es que es una emoción negativa… ¡Ja! Ya te explique en ese post que lo negativo no es el miedo, sino otra cosa…
El segundo bulo es que vales menos por sentir miedo. ¡Otra mentira como una casa! Y es que lo que define tu valor como persona no es el miedo, sino algo muy diferente…
Te revelé también cuál es el mensaje que viene implícito en todos los miedos. Y esto es muy importante que te quede bien grabado, porque siempre que tengas miedo te estará queriendo decir lo mismo… Así que tu respuesta para combatirlo, como te dije en aquel post, también ha de ser siempre la misma.
¿Qué más te conté la semana pasada? Pues te expliqué por qué unas personas tienen más miedo que otras y por qué unas tienen más miedo a unas cosas y otras a otras.
Y por último te conté cuáles son los ocho miedos irracionales más frecuentes y cómo cambiar tu manera de pensar respecto a cada uno de ellos.
Todo eso, si no lo has leído, te invito a que lo hagas pinchando aquí.
Pero el miedo da mucho de sí, muchísimo.
Por eso en el post de hoy quiero seguir hablándote de él y contarte pequeños trucos y pasos que puedes aplicar en tu día a día para seguir aprendiendo a disfrutar y a sentirte bien a pesar del miedo.
Por supuesto que no es para que los uses todos a la vez. De hecho algunos de estos trucos son incompatibles con otros… Porque a cada uno le funciona más una cosa y porque hay quien es de madrugar mucho y otros que prefieren acostarse tarde :-).
Así que tú elige dos o tres que den buen rollo y que creas que te pueden venir bien y ponte con el primero de ellos hoy mismo (unos días después el segundo y más tarde el tercero).
1.Apóyate en tus sueños. Si estos son más grandes que tus miedos, siempre seguirás adelante. Por ejemplo, si el deseo de encontrar una pareja con la que seas plenamente feliz es mayor que el miedo a quedarte sola es mucho más probable que te atrevas a terminar con una relación que ya no te satisface.
Así que cada vez que aparezca un miedo, ponte a pensar con todas tus fuerzas en eso que deseas conseguir. Haz que tu sueño cobre fuerza y crezca mucho más que el miedo.
2.Tú te inventas tus miedos. Los miedos están en la mente, en lo que imaginamos, no son reales… La prueba es que en las mismas circunstancias, unos tienen miedo y otros no. O unos tienen miedo a una cosa y otros a otra (por ejemplo en una discusión hay quien tiene miedo a quedar por debajo y quien lo que teme es que le dejen de querer)… Por eso, porque cada uno se crea sus miedos.
Así que la próxima vez que sientas miedo pregúntate, ¿qué me estoy contando para provocarme esta emoción? ¿Y qué tipo de cosas podría decirme para sentirme tranquila?
3.Date permiso para sentir miedo. Dejar de pensar que tienes un problema por sentir eso. No te enfades, ni te culpes ni te avergüences por ello… La mayoría de las veces nos hace sentir peor nuestra respuesta al miedo (ansiedad, taquicardias, nudo en el estómago, tec.) que por el propio miedo.
Así que no reacciones a él, simplemente déjalo estar. Ya te he dicho que es humano, que todos lo sentimos y que no pasa nada… Se irá cuando quiera.
4.Recuerda. Haz memoria de todos los miedos que has ido superando a lo largo de tu vida. Escribe cada momento de tu historia vital en que sentiste que el miedo te paralizaba y después apunta qué te ayudó a seguir adelante…
Es decir, reflexiona sobre lo que te ha ayudado a sentirte capaz en cada etapa de tu vida. Se trata de que traigas al presente cada pequeña batalla que le hayas ganado al miedo.
5.Empodérate. Confía en que te adaptarás a lo que venga. Repítete cien veces que vas a poder, que vas a hacerlo bien, que lo vas a conseguir.
Y, aunque en algún momento no te creas del todo lo que te estás diciendo, recuerda que lo que crees lo creas y que el lenguaje es capaz de crear realidades. Por eso es un aliado magnífico para ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos. ¡Simplemente por cambiar nuestra forma de hablar!
6.Pasa. Deja de pensar en el miedo. Existe porque piensas en él y dejará de existir cuando dejes de pensar en él.
Así que en cuanto empieces a pensar que el miedo te paraliza ponte a hacer otra cosa. Baila, empieza a dar saltos, haz crucigramas o ponte a contar lentejas. Lo que sea, pero que te distraiga.
7.Atrévete a hacer algo que te de miedo cada día. Desde hablar con un desconocido en la sala de espera, decir que no a algo que no te apetece o probarte un montón de ropa y después no comprar nada.
No importa que sea algo insignificante, lo importante es que vayas superando tus pequeños miedos. Eso te dará más confianza, más sensación de libertad y más seguridad en ti.
8.Desapégate del miedo. El miedo se hace mucho más grande cuando nos identificamos con él. Así que prueba a salirte de tu ego y a mirar el miedo desde fuera.
Puedes dar unos pasos, pensando que el miedo se queda dónde estabas y tú vas a mirarle en la distancia. Haz como que eres alguien que observa ese miedo, como si fuera un objeto que está delante de ti pero que no tiene ningún poder sobre ti. ¿Qué aspecto tiene? ¿Qué te dice? ¿Qué sientes al mirarle? Seguramente sea más pequeño que cuando lo identificabas dentro de ti…
9.Ríete de tu miedo. Siguiendo con el paso anterior, el de ver el miedo desde fuera, ahora mírale en plan sarcástico, como diciendo “eres un piltrafilla tonto” o “¿te crees que me vas a estropear los planes? ¡Ja!”.
10.Haz un listado de tus capacidades. Escribe todo aquello de lo que sí te sientes capaz y todas las herramientas que tienes para enfrentarte a nuevos retos. Por ejemplo, “he hecho cambios importantes en mi vida”, “soy capaz de pedir ayuda” o “me gusta hacer nuevas amistades”.
Y no importa que haya algo de lo que aún no te sientas capaz… Por ejemplo, “soy capaz de decir lo que pienso aunque todavía no me atrevo a poner límites como me gustaría”. Pues muy bien, hay una parte conseguida y otra pendiente, felicidades por ser consciente de ello… Esa es la manera de que tu autoestima crezca y poco a poco te sientas mucho más capaz de superar tus miedos.
11.Vete pasito a pasito. No pongas el foco en una vida sin miedos, porque no llegará… En vez de eso, mira al siguiente punto del camino, al siguiente hito que quieras alcanzar, y vete a por él sin presionarte.
Como hace Rafa Nadal, disfruta del camino mucho más que de los resultados y no te obsesiones con la meta final.
12.Se realista. Y ya sé que siempre te invito a soñar, pero no cuando lo que te montas son películas y pesadillas, ¡para eso es mejor que seas realista!
Es decir, de que te des cuenta de que casi nada de lo que tememos llega a suceder y de que la mayoría de las situaciones horribles que imaginamos no llegan a darse… No esperes a ser consciente de esto al final de tu vida, porque entonces ya la habrás malgastado y será demasiado tarde.
13.Acepta tu fragilidad. Sientes miedo porque eres frágil, porque puedes sentir dolor y porque puede pasarte cualquier cosa en cualquier momento.
Vale. Yo también lo soy. Lo acepto y lo dejo estar. No pasa nada. Si me rompo ya me recompondré. Y tú también.
14.Baraja opciones. Piensa y escribe las respuestas a estas preguntas: ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Y que podría hacer yo si eso pasa? ¿Qué recursos me servirán en ese caso? ¿Qué otras alternativas tendría si eso no funciona? ¿En quién podría apoyarme? ¿Cómo me sentiré si lo consigo? ¿Qué me dará más satisfacción?
15.Relativiza. Vamos, que le quites importancia a las cosas… Porque pocas verdades hay tan ciertas como eso de que “todo pasa” y de que “no hay mal que cien años dure”.
16.Visualiza que todo va bien. Dedica diez minutos cada día a imaginarte haciendo eso que quieres conseguir y siendo exactamente la persona que quieres ser.
Por ejemplo, visualízate acercándote a tu jefe con total seguridad y pidiéndole ese aumento con toda la confianza de saber que te lo mereces y toda la tranquilidad de sentir que te dirá que sí.
Hazlo una y otra vez hasta que llegues a dudar de si realmente ha pasado o es que lo has imaginado. Sólo entonces estarás preparado para pedir el aumento ;-).
17.Respira. ¡Ooooh! Bendita respiración, que es lo único que nos ancla al presente y nos permite ser y estar en este momento.
Así que aprende a respirar conscientemente, toma conciencia de cada inspiración y cada espiración, y disfruta de estar aquí y ahora.
18.Reconoce el miedo. No pongas excusas. Confiesa que no haces algo porque te da miedo. Díselo a todo el mundo. ¡Incluso presume de ello!
Poco a poco te darás cuenta de que le pasa a todo el mundo y de que, si los demás siguen haciendo cosas aunque tengan miedo, tú también puedes.
19.Comparte tus miedos. Apóyate en personas de tu confianza, de esas que te inspiran a atreverte y te ayudan a seguir adelante… Si sabes elegir a quién contarle tus miedos, se reducirán considerablemente ;-).
20.Recuerda que siempre podrás ser feliz. ¡Siempre, pase lo que pase! Incluso aunque pierdas eso que tanto temes perder, podrás seguir sintiéndote bien. Porque, como dice Rafael Santandreu, puedes ser un indigente o un prisionero y seguir siendo feliz.
Así que piensa en lo peor que te podría pasar y terminaras perdiéndole el miedo incluso a que esa situación.
Y, pase lo que pase, sigue adelante siempre. Porque uno de nuestros grandes problemas es que queremos que todo salga perfecto y bien a la primera. Pero ¿qué importancia tiene que sea a la segunda? ¿O a la tercera?
Así que si te caes levántate y camina. No renuncies, no te pares, da otro paso y continúa. Piensa que siempre podrás modificar el rumbo si lo crees necesario. Y que si sigues adelante sin pararte nunca, tarde o temprano llegarás a donde ibas.
La personas somos mucho más capaces y poderosas de lo que imaginamos… La vida nos lo va demostrando, poniéndonos pruebas que antes habríamos creído insuperables y ayudándonos a salir de ellas fortalecidos… Así es, nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite…
En definitiva, recuerda que si te atreves, quizás. Si no, jamás ;-).
¿Qué me dices? ¿Cuál de estos trucos es el primero que quieres poner en marcha para superar tus miedos? Me encantará que me lo cuentes en los comentarios aquí debajo.
Hola! ? Vanesa, este post está muy interesante. Pensé que era la única que siente miedo. Se siente horrible. Mi miedo más grande es el de entrar a un trabajo nuevo y hacer las cosas mal. O que simplemente no le caiga bien a mis nuevos compañeros, entre otros miedos. Pondré en práctica estos puntos, trataré de ir cambiando poco a poco. Muchas gracias, que esté bien. Hasta pronto.
Mary,
Date permiso para aceptar esos miedos y confiar en que, si algo de eso que temes pasara, podrás resolverlo. Si no te estarás boicoteando a ti misma toda la vida y no te darás permiso para tener un trabajo en el que de verdad estés a gusto.
Un abrazo cariñoso,
Vanessa
Hola Vanessa, buen día. Me encanta tu trabajo, eres una experta. Me interesa todo lo que tenga que ver con la autoestima, ya que estoy pasando por una racha muy fea. Tengo depresión, me separé de mi esposo y mis hijos los cuida mi mamá. Ellos están lejos porque mi mamá no vive aquí y mi trabajo no me es posible por el momento dejarlo. Así que esta separacion de mis hijos me tiene muy mal, sin ganas de nada. No me dan ganas de vivir, me siento con mucha soledad. Ayúdame por favor.
Hola Angélica,
Si me dices que estás pasando una depresión no puedo ayudarte. Desde el Coaching no podemos trabajar con personas en un estado depresivo. Te animo a que busques un psicólogo en el lugar en el que vives que pueda acompañarte en este proceso.
Confía en ti y confía en la vida, te prometo que todo pasa y todo nos fortalece si buscamos en camino para ello… :-).
Un abrazo inmenso,
Vanessa
Mi mayor miedo en este momento es perder mi futuro con mi mujer, la cual me va a regalar un bebe. Ella tiene 3 meses y quiero hacer todo bien. He pensado en formalizar ya que quiero contraer matrimonio con ella y me da miedo decirle y que me rechace. También es por mi forma de ser, me da miedo perderlo todo con mi familia y con la mujer q amo. Gracias por su atención, espero su respuesta. Gracias
Edwin,
En la vida hay que arriesgar para ganar y atreverse para conseguir lo que queremos. Pregúntate si tus miedos se basan en algo, o si son sólo producto de tu mente saboteadora. No pasa nada por tener miedo, siempre y cuando éste no te aleje de lo que deseas.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Hola, Vanessa!
Hace pocos días que te leo, pero voy resumiendo y escribiendo (procesando) con calma este tipo de artículos cada día y sobre todo intentando tener más paciencia y tratarme mejor.
Este apartado en concreto lo conozco bien. Llevo desde que tengo memoria sintiendo un miedo tal hacia todo que la gran mayoría de las veces me paralizaba directamente, o si conseguía superarlo estaba tan aterrorizada que no disfrutaba del proceso.
Lo que más me da miedo ahora mismo es seguir escribiendo la saga de libros que me animé a pasar de mi imaginación al papel desde finales del año pasado.
Al principio era un hobby, algo que hacía en mi tiempo libre. Disfrutaba desarrollando la idea, las escenas y preguntándome cómo debería hacer ésto o aquello. Desgraciadamente con la situación actual escribir pasó a ser una “obligación”, llegando incluso a escribir 8 horas al día sin darme ni un día de descanso. Además de eso, comencé a volcar todas mis esperanzas y mi valor en esa historia, con lo que la calidad fue disminuyendo junto con la ilusión y las ganas hasta que llegó un momento en el que ver lo mal que lo hacía me llenaba de rabia y dolor. Sabía lo bien que podía hacerlo porque ya lo había hecho, pero estaba siendo demasiado dura y obsesiva respecto a la forma (qué palabras usar, qué palabras no usar, sobre todo basado en consejos sin fundamento real que estaba mejor sin haber leído). Lo que antes me entretenía e ilusionaba explorar, me llenaba de frustración. El sólo hecho de plantearme si mis personajes debían cruzar la calle o no me suponía tal frustración que no podía decidir ni siquiera eso.
Aunque hable en pasado de todo ésto, sigue siendo así, pero sé que no por mucho tiempo. Igual que yo “me metí en este lío”, yo seré la que me saque de él. Dejando las exigencias de lado, recordando que sé hacerlo y muy bien, pero sólo cuando me quito la presión de encima y lo disfruto por y para mí, como hacía antes.
Gracias por este tipo de artículos!
Hola Azrael,
Maravillosa tu reflexión, muchas gracias por compartirla. Así es, tan importante es lo que hacemos como “desde dónde lo hacemos”. Y desde el miedo y la exigencia el resultado no puede ser el mismo que desde el disfrute y el amor. No lo olvides nunca.
Un abrazo,
Vanessa