Descárgate GRATIS la guía Cómo Defenderte cuando Alguien Traspasa tus Límites

Doce señales de que no estás cuidando a tu niña interior

Escuchando a tu niña interior - niña rubia

Si te pregunto si cuidas a tu niña interior, ¿qué me dirías?

¿Le prestas atención, la escuchas y le das lo que necesita en cada momento? ¿O ni te acuerdas de ella?

Pues que te quede claro algo: si no lo haces, si no la cuidas, es IM-PO-SI-BLE que te sientas bien contigo misma. Así, con todas las letras.

Si ignoras a esa niña herida, a esa niña que no recibió lo que necesitaba, seguirá dentro de ti gritando y clamando cariño y protección hasta que le hagas caso.

Y tú seguirás sintiéndote mal, por H o por B, pero seguirás sintiéndote mal.

¿Y cómo se traduce eso en tu vida diaria? ¿Qué pasa cuando no cuidas a tu niña interior?

En este post te hablé de quién es tu niña interior y te expliqué por qué necesitas escucharla si quieres sentirte bien.

Y en este otro te conté cómo hacer las paces con ella.

Ahora quiero contarte las doce señales que te pueden indicar que no la estás cuidando:

1. Cuando algo va mal, piensas que es porque hay algo dentro de ti que no funciona.

Cuando un niño no recibe el cariño y el reconocimiento que necesita, tiende a pensar que es porque hay algo dentro de él que no va bien, que si fuera como tiene que ser recibiría ese amor de sus padres, en vez de broncas y castigos.

Y así es como habrás aprendido que, si algo no funciona, la culpa es tuya, porque no lo estás haciendo bien o porque no eres suficiente. Y de adulta, si estás desconectada de tu niña, lo que harás entonces será reñirte y echarte la bronca a ti misma.

Donde antes te reñían tus padres, ahora serás tú quien haya interiorizado ese trato, quien haya aprendido a castigarse cuando no hace algo como “debería”.

Es decir, ahora la voz autoritaria que te castiga está dentro de ti y aparece cada vez que haces algo mal para decirte que la culpa es tuya porque no eres lo bastante buena.

¿Y cómo crees que se va a sentir tu niña interior cada vez que la riñes o la menosprecias? Pues cada vez más insegura, más asustada o más necesitada de cariño (exactamente igual que tú).

2. Huyes de lo que sientes.

Si aprendiste que sentir era algo malo, algo que tenías que evitar, ahora tal vez estés muy en el pensamiento, muy en la razón y totalmente desconectada de tus emociones, poniendo parches cada vez que te pasa algo y mirando para otro lado, todo con tal de no sentir.

Sin parar a escucharte, sin reconocer tus señales internas y sin darte permiso para sentir lo que sientes, lo que quieres y necesitas.

Por ejemplo, si tenías unos padres muy impredecibles que ante las mismas situaciones unas veces reaccionaban bien y otras mal, o si eran de los que te decían que lo que sentías no estaba bien y que deberías sentirte de otra forma, ahora de adulta no confiarás en lo que sientes y tu mecanismo de supervivencia será evitar sentir.

¿Te suena? ¿Necesitas entenderlo todo con la razón pero pocas veces te preguntas qué estás sintiendo?

Pues dile a tu niña que los sentimientos no son buenos o malos, simplemente son lo que sientes, lo que te pasa por dentro, y que siempre está bien lo que siente.

Porque al sentirlo y escucharlo tienes el poder de saber qué necesitas y de satisfacer tus necesidades.

Por eso mismo, sólo cuando escuchas, comprendes y aceptas lo que sientes puedes dejar de repetir las mismas historias y los mismos errores una y otra vez…

¡Ah! ¡Y recuérdale también que nadie tiene derecho a decirle cómo debería sentirse! 😉

3. Sigues buscando el reconocimiento de tus padres (ahora, de adulta).

Claro, si no escuchas a tu niña interior no puedes satisfacer sus carencias y sus necesidades. Por eso tu niña herida seguirá buscando a través de ti lo mismo que no recibió cuando era pequeña.

Y como tus padres siguen siendo las personas que más influencia tienen sobre ti y sobre el concepto que tienes de ti misma, seguirás haciendo todo lo posible por recibir su aprobación y su reconocimiento y por sentirte vista por ellos.

Queriendo complacerles, buscando su admiración, queriendo satisfacer sus expectativas, buscando que te acepten y te quieran como eres, haciendo cosas que sabes que van a agradarles, dejando de hacer otras para no decepcionarles…

¿Qué fue lo que no recibiste de ellos cuando eras pequeña? Pues eso mismo será lo que busques ahora si estás desconectada de tu niña interior.

4. Tienes rabietas, enfados y reacciones exageradas.

Te pasa algo, te alteras un montón y después te das cuenta de que tu manera de reaccionar fue desproporcionada para lo que había pasado, que tu carga emocional era mucho mayor que la que esa situación se merecía.

Si es así, puede ser que lo que te haya pasado te haya tocado alguna herida que tienes abierta, pendiente de sanar, y que tu manera de reaccionar sea desde esa herida, y no desde la situación actual.

Por ejemplo, si tienes una herida de rechazo y te cruzas a alguien con quien te sueles parar a hablar, pero hoy pasa de largo, puede ser que eso toque tu herida, y que te quedes fatal, angustiada y dándole vueltas al tema. Pero no por lo que ha pasado, sino porque eso que ha pasado está despertando una antigua herida de tu niña.

En este tipo de situaciones, cuando algo que te pasa, inconscientemente, te recuerda algo doloroso que viviste, se activan los mismos sentimientos que tuviste en la situación original. Si fue miedo, sentirás miedo. Si fue indefensión, sentirás indefensión. Si fue dolor, sentirás dolor. Pero no es por lo que está pasando ahora, sino por lo que sentiste en la situación que provocó esa herida.

Y también puede ser que aprendieras a reprimir algunas emociones porque de niña no eran bien recibidas por tu entorno, y que ahora, por no expresarlas a tiempo, cuando salgan lo hagan desbordadas y de forma desproporcionada.

Por ejemplo, si tu niña aprendió a estar triste cuando lo que en realidad estaba sintiendo era enfado, pero no le permitían enfadarse, habrá aprendido a reprimir esa emoción y te saldrá desbordada por otro lado o en otro momento. De ahí esas explosiones y esos arrebatos que harán que después te sientas culpable, cuando el problema es que no te estás dando permiso para sentir lo que sientes y expresarlo de una forma sana.

Yo misma tuve a una niña muy herida y enfadada dentro de mi adulta, y a fuerza de reprimir la rabia me terminaba saliendo desbordada en situaciones que no lo justificaban.

Por eso es importante que le des permiso a tu niña para sentir esas emociones que otros no le permitieron, y para expresarlas. Porque cualquiera de ellas cumple una función. Por ejemplo, la rabia te sirve para protegerte de que otros te agredan o traspasen tus límites. Y, si no la sientes, ¡no puedes poner esos límites!

5. Buscas que otros cubran las necesidades de tu niña.

Ahora de adulta, la única persona que puede cuidar de tu niña y darle lo que necesita eres tú. Tú eres la primera y la única que ha de hacerse responsable de ella.

Y claro, si tú no la escuchas ni la cuidas, necesitarás que otros lo hagan por ti. Acudirás a otros desde la necesidad, con tu niña interior muerta de un hambre insaciable de amor y dependiente de que otros la quieran.

Y así es como terminamos en relaciones de maltrato, de dependencia, esperando que fulanito nos salve, que cuide de nosotras, que satisfaga nuestras necesidades y que nos de ese amor incondicional que no recibimos de nuestros padres y que ahora no le estamos dando a nuestra niña.

6. No te das permiso para sentir dolor cuando algo te hace daño.

Si una niña siente dolor, necesita que haya un adulto a su lado que legitime ese dolor, la abrace y le de permiso para sentirlo.

Si eso no ocurrió, ahora serás tú la que no querrá que le afecten las cosas. Te pasará algo y te dirás que eres demasiado sensible, que no deberías sentirte así, que no deberías ser tan débil, floja o vulnerable, que tendrías que ser más fuerte y no derrumbarte por esa tontería…

Te sentirás mal sin saber por qué, pensando que eres la única que se siente así y sin darte cuenta de que el problema es que no te dejas sentirlo y, por lo tanto, tampoco puedes soltarlo…

Y otra vez tu niña dentro de ti sintiendo que nadie la comprende, ni valida su dolor, ni le da permiso para sentir lo que siente…

7. Intentas ser lo que los demás esperan de ti.

Si una niña siente que no es suficiente, aprenderá a ponerse una máscara para sentirse adecuada y cubrir esa sensación de insuficiencia…

Aprenderá a ser la que ayuda a todo el mundo, la que es el centro de atención, la que se esfuerza mucho y es siempre perfecta, la que lo sabe todo y nunca necesita ayuda…

Ese mismo molde en el que tus padres intentaron hacer encajar a tu niña, eso que te decían que desearían que fueras, será lo que tú ahora te esfuerces por ser.

Y tendrás a tu niña dentro de ti sin darse permiso para ser ella misma, porque otros no se lo permitieron y porque tú ahora tampoco se lo estás dando, y ella, otra vez, sintiendo que no está bien ser como es y que tiene que ser de otra forma para que la quieran.

8. No te permites cometer errores.

Si no te dieron permiso para cometer errores, cada vez que te equivoques sentirás que vales menos, que eres menos que los demás. Te exigirás ser sobrehumana y perfecta y no cometer nunca ningún error. Pero, como eso es algo imposible, pues una y otra vez volverás a sentirte imperfecta.

¿Solución? Sólo hay una. Empezar a valorar a tu niña cuando comete errores igual que cuando no los comete, para que se atreva a arriesgarse y a ser ella misma.

Darte permiso para cometer errores, comprender que son parte de cualquier camino de vida y que solo desde ese permiso podrás ser tú, tal cual eres, espontánea en vez de encorsetada.

9. Escondes partes de ti por miedo a que los demás las rechacen.

Cuando un niño se siente comprendido y querido de forma incondicional, puede ser él mismo y mostrarse auténtico. Pero, si esto no pasa, ese niño aprenderá a esconder esas partes que sus padres no aceptaron de él o que juzgaron como malas.

Así es como habrás interiorizado esa sensación de imperfección y de que no eres suficiente, que hará que te compares con los demás y te sientas inferior… Porque a tu niña nadie le explicó que ella es única, que no hay nadie como ella y que, por lo tanto, no hay nadie con quien pueda compararse.

Que eso que aprendió que tenía que ser, tan sólo eran las proyecciones mentales de los niños heridos de sus propios padres. Y que ya no hace falta que siga juzgando como defectos lo que tan solo fueron carencias de cariño…

10. Eres muy rígida con cómo tienen que ser las cosas y con cómo han de hacerse.

Siempre estás en la obligación, en el control, en lo que es correcto, en tu manera de hacer las cosas y en lo que debería ser, muy desde la moral y el seguir las normas al pie de la letra…

Si quieres algo lo quieres ya, no te permites disfrutar, no te permites estar un día contenta y otro triste, rechazas tus polaridades, no te das permiso para divertirte, ni para salirte de tu papel y eres inflexible contigo misma y con los demás.

11. No te permites ser y siempre estas en el hacer.

Una niña tendría saber que no necesita hacer nada para ser valiosa, que ya lo es por el simple hecho de existir y que sólo necesita ser ella misma.

Pero si de niña nadie te explicó eso y aprendiste a importar haciendo y haciendo muchas cosas, porque nadie te enseño a ser sin estar haciendo nada, de adulta estarás completamente desconectada de ti misma y de quien de verdad eres, y tendrás mucho miedo a dejar de hacer porque es eso con lo que te identificas.

12. No te dedicas tiempo ni satisfaces tus propias necesidades.

Si te castigaban mucho por lo que querías y por lo que no querías y por lo que deseabas y por lo que no deseabas, no habrás aprendido a legitimar y satisfacer tus propias necesidades.

Estarás desconectada de ellas porque te enseñaron que lo importante es satisfacer las necesidades de los demás por encima de las tuyas propias, y que “tengo que ser como los demás esperan que sea”.

Así que ahora eres tú quien ha de recordarle a tu niña que tiene todo el derecho del mundo a querer lo que quiere, sean lo que sea, siempre y sin excepciones. Que tiene derecho a satisfacer sus propios deseos siempre. Incluso, aunque en algún caso no pueda obtenerlo, ¡sigue teniendo derecho a quererlo!

Si te identificas con estas señales y te das cuenta de que no estás escuchando a tu niña, si estás dispuesta y decidida a reconectar con ella y con el amor a ti misma, ese será uno de los pasos más importantes que des si te apuntas al curso Amor.

Aprenderás a escucharla, a aceptar cómo se siente, a validar y legitimar su dolor y a darle permiso para lamentar que no recibiera lo que necesitaba y merecía…

Cuando tu niña se sienta triste, abandonada, enfadada o lo que sea, aprenderás a hablar con ella, a preguntarle lo que le pasa, a comprenderla, a consolarla, y a ser amable y paciente con ella.

Ahora tú has de ser esa madre que la protege y que le da permiso para ser ella misma, y no lo que otros esperaron de ella.

Prométele que vas a estar siempre con ella. Haz que sienta cuánto te importa y que tu prioridad a partir de ahora es satisfacer sus necesidades. Pero no por interés ni porque sabes que es lo que tienes que hacer para sentirte bien, sino porque de verdad ella es lo más importante para ti.

Se trata de que esa niña vaya volviendo a confiar en ti y de que, poco a poco, se sienta segura contigo. Y para eso necesitas dedicarle tiempo y atención, cumplir las promesas que le hagas, darle mimos y ser tú quien le diga cosas bonitas o le dé lo que le haga falta en los momentos en los que no se sienta bien, para que ya no necesite seguir buscándolo fuera…

¿Qué necesita mi niña en este momento? Pues yo me encargo de dárselo. Yo la cuido y la apoyo. Yo le hago sentir que es única y especial…

Sabrás que estás escuchando a tu niña porque te sentirás bien dentro de ti, sea lo que sea lo que pase fuera.

Y sabrás que has recuperado a tu niña porque volverás a conectar con la ilusión, con la vitalidad, con la espontaneidad, con la creatividad, con la curiosidad, con el optimismo, con la confianza, con la alegría… Y porque sentirás dentro de ti a esa niña que ya no se esfuerza por sobrevivir o por ser otra persona diferente, sino que simplemente tiene tu permiso para ser ella misma…

¿Qué me dices? ¿En cuáles de estas señales te has dado cuenta de que no estás escuchando a tu niña? Me encantará que lo compartas conmigo en los comentarios aquí debajo.

¿Quieres más consejos?

Apúntate GRATIS y recibe cada semana herramientas y recursos para tener Más Seguridad, Más Felicidad y Más Bienestar.

Sí, acepto la Política de protección de datos.

Acerca de Vanessa Carreño

Trabajo con mujeres que se sienten inseguras, no se valoran ni tienen confianza en sí mismas, le dan muchas vueltas a la cabeza y se preocupan mucho por lo que piensen los demás.

Con mis programas de Autoestima, Relaciones Personales y Dependencia Emocional consiguen ganar confianza en sí mismas y sentirse seguras y capaces de alcanzar sus objetivos. Aprenden a valorarse, se atreven a ser ellas mismas y empiezan a disfrutar de su vida y de sus relaciones.

¿Quieres que te ayude a ti también? Solicita una sesión de valoración gratuita conmigo rellenando este formulario.

14 comentarios

14 comentarios
  1. VERONICA 11/03/2021

    Hola Vanessa, me gusta mucho cómo escribes. Este post especialmente me ha llegado porque lo he leído en un momento en que creo que de verdad necesito cuidar a mi niña interior. Siempre hay otras obligaciones por delante (trabajo, casa…) y voy posponiendo lo que de verdad es lo importante: cuidarme a mí. ¡Gracias por ayudar a verme y entenderme cada día mejor!

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 15/03/2021

      Muchas gracias a ti por compartir, Verónica. Piensa en tu niña, en cómo puede sentirse cuando ella es lo último después de todas las obligaciones… Así seguramente es como te estás sintiendo tú. Además, si tienes hijos, recuerda que ellos aprenden de lo que han visto. Que da igual lo que les digas, porque harán lo que hagas.
      Por eso, por tu niña y por ti :-).
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  2. Isabel 11/03/2021

    Hola Vanesa, la verdad me identifico totalmente con este post, por que así ha sido toda mi vida desde niña y ahora en mi adultez.
    Y preciso en este momento estoy viviendo esas inseguridades y miedos por algo que me esta pasando y no se como enfrentarlo, es como un callejón sin salida.
    Porque por un lado no quiero decepcionar a los demás y por otro me da miedo que la decisión que tome no sea la correcta.
    Pero muchas gracias por este post.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 15/03/2021

      Hola Isabel,
      Está bien, acepta eso que estás sintiendo, piensa en lo que quiere y necesita tu niña y recuerda que no hay decisiones equivocadas si decides con el corazón.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  3. Belén 11/03/2021

    Gracias, Vanessa! (Ya te las he dado antes y lo seguiré haciendo)
    Los jueves hay apuntada una cita en mi agenda: “Nuevo post Vanessa”. Y lo espero siempre con ilusión porque siempre aprendo algo de ellos. Me cargan las pilas, me tiran de las orejas, me enseñan, me hacen reflexionar.
    *y además te tomas la molestia de contestar todos nuestros comentarios…. 😁😁

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 15/03/2021

      Mil gracias, Belén. De corazón, me encanta lo que dices. La ilusión, que te carguen las pilas, que te tiren de las orejas, que te hagan reflexionar… me encanta y me alegro mucho :-).
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  4. MINA 11/03/2021

    Me identifico con las señales 1, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 11 y 12. Pero siento que las que mas daño me hacen ahora son la 10 y la 12.

    Responder
    • Rocío 12/03/2021

      Hola Vanessa!!
      Te sigo desde hace años, me encanta tu blog y como escribes. Cuando lo leo siento que das en el clavo, es genial!
      Pero en este post tengo una pregunta…
      Siempre que hablas de la niña interior sueñes hacer referencia a la relación con los padres pero, ¿y si no fueran ellos? ¿Qué pasaría si el problema fuera la relación con los compañer@s de cole? Si el problema fuera no haber sido aceptada por las personas que son tus “iguales”.

      Responder
      • Vanessa Carreño Andrés 17/03/2021

        Hola Rocío,
        Me alegro de que te guste lo que lees aquí :-).
        Sí, tu autoestima, el concepto de ti misma y el miedo al rechazo también puede verse muy influido por las experiencias que viviste en el cole, por supuesto. Una situación de eso que ahora se llama bullying es muy dolorosa para un niño, lo sé bien, pasé por ello y fue un infierno. Pero por mi experiencia te diría que influye mucho cómo respondan tus padres, si es que lo saben, y el cariño, el amor y el reconocimiento que te hayan dado, para que tu niña viva e interprete esa situación de una forma u otra.
        E igualmente, tanto si ha no te has sentido aceptada por tus padres como si fue por tus compañeros de colegio, y sientes que eso te sigue limitando a día de hoy, puede ser necesario hacer un trabajo de autoestima.
        Espero haberte respondido.
        Un abrazo,
        Vanessa

        Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 15/03/2021

      Muchas gracias, Mina. Espero entonces que darte cuenta te sirva para reconectar con tu niña, ahora y cada día.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  5. Girasol 11/03/2021

    Increíble… aun estoy un poco aturdida después de leerte… es como si me describieras al completo y he de decir, que me siento algo “desnuda”…supongo que por la parte en la que oculto ciertas partes de mí porque siempre creí que no eran buenas… Me encantaría reconciliarme con ella, ahora mismo estoy en un momento de mi vida que siento que la he vuelto a fallar y estoy tan perdida en mi vida que no soy capaz ni de tomar pequeñas decisiones… siempre dudo y tengo pavor a equivocarme, he buscado el amor incondicional en mi recién expareja y he sido muy dependiente emocionalmente… me siento responsable de que se haya acabado la relación con él, por toda mi inseguridad, mi falta de confianza en que puedo conseguir mis sueños….etc….

    Gracias, acabo de corroborar lo que ya sabía 🙂 si quiero relaciones sanas, primero he de sanar la relación conmigo misma, con mi niña.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 15/03/2021

      Hola Girasol,
      Todo está bien en ti, y lo mismo que es importante que reconozcas lo que te gusta de ti, también lo es que te reconcilies con esas partes que escondes o rechazas, porque sólo desde ahí las puedes sanar para que sumen y no resten. Cuanto más te ocultas, más te rechazas, y cuanto más te rechazas, menos te amas a ti y a tu niña. Desde aceptarte y comenzar a quererte completa, aunque te equivoques o te sientas insegura, podrás recuperar la confianza en ti y en que puedes conseguir tus sueños por ti misma, sin depender de nadie. No fallas si aprendes y creces a cada paso… recuérdaselo también a tu niña.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  6. Marta 13/03/2021

    Enhorabuena por el post, Vanessa! Es estupendo, te hace pararte a reconectar contigo misma y con tus necesidades y a preguntarte qué es lo que tu quieres, tú y solo tú.
    Un abrazo fuerte

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 22/03/2021

      Eso es, Marta. Tú y solo tú ;-).
      Un beso grande,
      Vanessa

      Responder

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicado. Los campos obligatorios están marcados como *



Vanessa Coaching to Be

Únete a los más de 20.000 suscriptores, ¡con regalo incluido!

Apúntate GRATIS y te enviaré ahora mismo el audio "Cómo Evitar que Alguien Te Haga Sentir Mal".

Sí, acepto la Política de protección de datos.

No te enviaré nada de spam y puedes darte de baja cuando te apetezca

Los post más leídos

¿Quieres trabajar conmigo?

Rellena este formulario para tener una sesión de valoración gratuita”.

Buscar

¡Hey!

no te vayas sin tu regalo

¿Quieres empezar a confiar en ti, sentirte segura y disfrutar de tu vida y de tus relaciones?
Apúntate gratis y llévate el audio “Cómo Evitar que Alguien Te Haga Sentir Mal" de regalo.

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA.

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA