¿Sueles dar con el mismo perfil de pareja? ¿Tus relaciones terminan siempre igual?
¿Te das cuenta de que, una y otra vez, te termina pasando lo mismo?
A raíz de este post me habéis escrito muchas personas contándome que siempre terminabais en alguno de esos juegos tóxicos, y sin entender por qué.
Y ahí va mi respuesta (la corta, porque después te voy a dar una más larga): si siempre te pasa lo mismo es porque empalmas relaciones sin haber hecho un aprendizaje que te sirva para trascender eso que te pasa.
Si piensas “qué mala suerte tengo oye, que siempre me tocan los mismos”, pero a los dos días vuelves a empezar otra relación sin haberte dado tiempo para entender qué ha pasado, en qué era tóxica esa relación, cuándo empezó a serlo, por qué te quedaste ahí, qué te enganchó, qué carencias te han llevado hasta ahí, etc., etc. etc., te volverá a pasar lo mismo una y otra vez.
Porque no has comprendido lo que ha fallado, porque no te has parado a mirar dentro de ti y a entender qué responsabilidad tienes tú en eso que te pasa y, por lo tanto, no sabes qué necesitas cambiar en ti.
En definitiva, porque no has aprendido lo que necesitas aprender para que deje de pasarte lo mismo. Y en la vida, cuando no aprendes de lo que te pasa, vuelves a tropezar con la misma piedra (¡es de cajón!).
Si, en cambio, te paras a comprender qué patrones, qué aprendizajes y qué heridas han hecho que terminaras en esa relación, si te haces preguntas y aprendes de lo que te ha pasado, podrás cambiar el lugar desde el que te relacionas y desde el que eliges a tus parejas y, por lo tanto, los resultados que obtienes.
Y hasta aquí la respuesta corta. Ahora vamos con la larga.
¿Qué es lo que NO has aprendido cuando siempre te pasa lo mismo con todas las parejas?
1.Puede ser que no te hayas dado cuenta del lugar en el que te colocas.
Porque, si siempre te encuentras con el mismo perfil, es porque ese es el perfil que encaja con el rol que tú estás asumiendo en la relación.
Por ejemplo, si tú tiendes a sentirte culpable y responsable de los demás es fácil que te topes con una persona manipuladora y culpabilizadora. Porque encajaréis a la perfección, ¡como las piezas de un rompecabezas!
O, algo que escucho mucho: “estoy muy decepcionada con el amor porque siempre que me he enamorado lo he dado todo y no he recibido lo mismo. Nunca me he sentido realmente querida”.
¿Adivinas cuál es el rol aquí? ¡Bingo! El de “la que lo da todo”. Si ese es el papel que tú crees que tienes que tener en las relaciones, ese es el que una y otra vez acabarás jugando, encontrándote con hombres huidizos o que quieren que les salves.
Mas ejemplos: Si yo me siento inferior elegiré a alguien a quien idealice, porque le veo superior y muy seguro de sí mismo, para que supla mis carencias. Como desde un primer momento yo me coloco por debajo, daré con perfiles que se coloquen por encima. Y desde ahí, como me sentiré muy valorada porque alguien así me esté eligiendo, me engancharé. Es como que “tú me das lo que yo necesito” (valoración) y “yo te doy lo que tú necesitas” (alguien que depende de ti).
O el “es que siempre me engancho a tíos egocéntricos que no me valoran ni se preocupan por mí”. Claro, es que si tú eres alguien que basa su valor en conseguir que el otro la quiera, pues empezarás a esforzarte para que ese perfil se interese por ti. Y otra vez, la horma en su zapato.
Es decir, el lugar desde el que tú te relacionas es el que hace que te encuentres a un determinado perfil de pareja, que es el que encaja con el rol que tú juegas. ¿Lo ves?
Y el problema es que no te estás dando cuenta de que eres tú quien eliges al perfil que necesitas para jugar al juego que tú has aprendido a jugar. Pero puedes estar segura de que en cuanto le pongas luz y consciencia a lo que te pasa y dejes de colocarte en ese lugar, dejarás de encontrarte con el mismo perfil (o, si te cruzas alguno, le dirás bye bye a la primera).
2.Puede ser que te quieras poco a ti misma.
Porque si tú crees que no eres suficiente para que te quieran tal y como eres o para que te traten bien, te quedarás con personas que te den eso.
Porque si tú te hablas mal a ti misma y te machacas y te culpas por todo, pues no te va a chocar que el otro te trate igual.
Porque si tú no te sientes merecedora de que te quieran, por muy mal que te traten, te dará igual. Te humillarás, suplicarás, insistirás, te arrastrarás y todo lo que haga falta. ¿Y con quién vas a terminar? Pues con lo peor de lo peor (¡porque eso es lo que te estás dando tú a ti misma!).
En cambio, si tú te quieres y te tratas bien, ya no te quedarás en un lugar donde no te sientas bien. A la primera que no te sientas bien tratada, te irás. Conectarás con el “¿yo quiero esto para mí? ¿De verdad es esto lo que me merezco? ¡Noooo!”. Y a tomar por saco.
3.Puede ser que estés eligiendo pareja desde tus heridas y tus carencias afectivas.
Desde tu miedo al abandono, desde tu necesidad de validación externa, desde el miedo a estar sola…
Como me decía una coachee hace poco, “me pensaba que el problema era yo que no sabía llevar las relaciones, y no, ¡el problema es que escojo mal!”.
Claro, si yo no he sanado mis heridas y mis carencias, buscaré que el otro las cubra. Y para eso muchas veces me valdrá cualquiera. No filtraré ni elegiré de una forma consciente, sino desde la búsqueda de algo que alivie mi dolor.
Por ejemplo, si me doy cuenta de que soy muy enamoradiza, tal vez lo que haya detrás de eso sea mucha necesidad de que me quieran, de sentirme vista y de recibir lo que yo no me estoy dando.
O si tengo una herida de abandono, en cada momento en que crea que el otro me va a dejar, me volveré aún más dependiente de él y necesitaré que todo vuelva a la normalidad para sentirme bien (así que tendré todas las papeletas para engancharme a uno de esos perfiles que un día te tratan como a una reina y el otro como a una mierda, porque eso será súper adictivo para mí).
Ni lo dudes que cuando una y otra vez te encuentras a perfiles muy tóxicos no es casualidad ni que el mercado esté muy mal…
Que por supuesto que cualquiera puede elegir mal en algún momento y a cualquiera se la pueden colar. Sí. Pero desde una autoestima sana, desde valorarte y haberte sanado tus heridas, a la más mínima señal de algo que no te encaje, te irás. Nada de querer cambiar al otro, ni de volverte más dependiente, ni de pensar que la culpa es tuya. ¡Nada de eso! Simplemente te irás, sin dudarlo y porque tienes claro que tú no quieres eso para ti.
4.Puede ser que quieras como aprendiste a querer.
Queremos como nos quisieron en nuestra infancia. Y cuando no nos quisieron bien, no podemos querer bien y no elegiremos a personas que nos quieran bien, porque no hemos aprendido lo que significa amar y ser amado.
Ya te lo he preguntado más veces, ¿cómo aprendiste a dar y recibir amor? ¿Qué aprendiste que tenías que hacer para que te quisieran? ¿Qué hacías para sentirte querida? ¿Podías ser tu misma? Si te querían siendo tú misma, serás tú misma ahora.
Pero si no podías ser tu misma, si tenias que ser muy buena, o muy responsable o hacerlo muy bien, o estar muy pendiente de los demás, o callar siempre y obedecer mucho, o esforzarte para agradar a los demás o complacer a todos para que no te rechazaran, eso será lo que ahora hagas en tu relación de pareja.
Por ejemplo, lo que me decía una coachee: “A mí cuando más me querían era cuando estaba calladita y no daba problemas… Es que en mi casa ya había muchos problemas y yo me esforzaba para no darles más”. Justo lo mismo que estaba haciendo con su pareja: cuidarle, salvarle y tragárselo todo para que él estuviera bien. ¿Te das cuenta?
Es decir, lo que sea que no recibieras será lo mismo que ahora estés buscando en tu pareja. Que te vea, que te cuide, que te proteja, que te valore, que te haga sentir importante…
Y la manera en la que aprendiste a querer y a sentirte querida será la manera en la que ahora te relaciones: estar pendiente del otro, cuidarle, salvarle, protegerle, no molestar, ocuparte de que esté bien…
5.Puede ser que no tengas claro lo que quieres.
Esto es como ir a comprarte unos vaqueros sin saber si los quieres de campana, de pitillo, mom fit, negros, azules, amarillos… Es mucho más probable que te vayas a casa con algo que no quieres, ¿a que sí?
Pues con la pareja es lo mismo. Necesitas tener claro qué es lo imprescindible, lo que SÍ o SÍ. Alguien comunicativo, alguien comprensivo, alguien que se cuide, alguien aventurero, alguien que acepte las críticas…
Y también tener claro lo que NO o NO, ¡lo que bajo ningún concepto vas a permitir! Que sea prepotente, que sea irrespetuoso, que sea chulo, que se coloque por encima de los demás, que haga esto, que me trate así…
Porque si no te paras a reconocer que no te gusta alguien así y que esa persona no encaja con tus valores, tal vez te desagrade, pero pensarás que no tiene tanta importancia o que ya cambiará.
Y no, ni las personas cambian ni los polos opuestos se atraen. Cuando somos jóvenes creemos estupideces como ésta, pero no es así. Puedes enamorarte de un polo opuesto, pero no vas a construir una relación sana con alguien que sea muy diferente a ti, ¡claro que no! A la hora de elegir pareja necesitamos personas similares porque va a ser con quien nos entendamos bien.
6.Puede ser que no te escuches y no confíes en lo que sientes.
Tu intuición es la mejor herramienta que tienes para moverte por la vida y, si no la escuchas, ¡estás perdida! Si estás más pendiente de cómo está el otro que de lo que tú sientes, no te darás cuenta de que tal vez esa persona no es lo que tú quieres.
Si el otro no te da lo que necesitas, pero no te das permiso para confiar en eso que estás sintiendo, pensarás que el problema es tuyo y que igual te pasas de exigente…
Y, claro, si nadie te enseñó a confiar en lo que sientes, si para que te quisieran tuviste que reprimir lo que sentías, pues terminarás confiando más en lo que el otro te dice que en ti misma y en lo que tú estás viendo y sintiendo.
7.Puede ser que no hayas aprendido una idea sana del amor.
Porque el concepto del amor no viene de serie, sino que se aprende por lo que vemos cuando somos pequeños, por la relación que vimos en nuestros padres.
Y si no tuviste un aprendizaje sano de lo que es una relación de pareja y no eres consciente de eso, terminarás eligiendo a una pareja que te permita mantener esa relación toxica que ellos tenían (porque es lo que conoces y en lo que te sientes cómoda).
Por ejemplo, recuerdo a un coachee que había tenido una madre muy cuidadora y controladora. ¿Y qué eligió él? Pues una pareja que hacía lo mismo, que le decía lo que tenía que hacer y le trataba como a un niño.
O si tu madre estaba siempre pendiente de tu padre, si vivía para él, siempre buscando su aprobación, y él siempre ausente y trabajando mucho, ese será el lugar desde el que tú te relaciones con tus parejas.
O si tus padres eran una de esas parejas que se sostenían por el conflicto, que las discusiones eran lo que les mantenía unidos, acabarás buscando esa adrenalina que te produce estar en guerra con el otro.
Y sí, es cierto que nadie nos explica qué es el amor y qué no lo es, o cómo es un amor sano. Pero siempre podemos aprenderlo y construirlo desde lo que nos hace sentir bien y lo que no. Porque un amor equilibrado siempre te va a hacer sentir bien.
8.O puede ser que simplemente sigas ahí, y cada vez te cueste más irte.
Claro, cuanto más tiempo te quedas en una relación en la que no te sientes bien, más dependiente te vuelves, más se resiente tu autoestima y más te cuesta después irte.
Cuanto más aguantas, por miedo a estar sola, por no valorarte o por lo que sea, más pierdes la perspectiva de lo que está pasando y más te pierdes a ti misma.
Que si yo antes era más espontanea, que si tenía más carácter, que si hacía más cosas, que si tenía más personalidad… Y ahora veo que me callo, que no digo lo que pienso, que estoy como apagada…
Y así, cuanto más pones tus expectativas en el otro, desde el “tú estás aquí para salvarme” o “te amo porque te necesito”, más te enganchas y más tóxica se vuelve la relación.
Por eso, para que deje de pasarte lo mismo, es importante que aprendas a irte y que te des el tiempo que necesites para comprender qué hace que una y otra vez te pase lo mismo.
Porque cuando eliges desde el ego y desde tus heridas no puede haber un amor real, porque no estás eligiendo al otro de verdad, desde un lugar de igualdad y porque le quieres, sino que lo haces desde un lugar de inferioridad y porque le necesitas.
Eso es lo que pasa cuando tener pareja es más una necesidad que un deseo y cuando me creo que para estar bien de verdad necesito a alguien a mi lado… Que no me iré, que no elegiré conscientemente y que, si me voy, tengo todas las papeletas para que vuelva a pasarme lo mismo.
Y ojo que estos ocho puntos no son excluyentes unos de otros. De hecho, todos vienen a ser lo mismo. Tan sólo son diferentes maneras de explicar lo que te puede estar pasando, y lo importante es cuál te resuene más a ti.
…
¿Qué me dices? ¿De qué te has dado cuenta al leer el post? Si te apetece me encantará que lo compartas conmigo en los comentarios aquí debajo.
Eres una crack. Gracias
Yo sé que la relación es de dos y asumo que mi parte 50% es mio, lo que yo apoyo a la relación. He sido cada vez más consiente de ello y creeme que es lo que me da más fuerza y seguridad para separarme e intentar un cambio, no en el otro sino en mi, pero creeme que ya llevo tiempo, no es fácil, me he perdido en el camino y me regreso huyendo y al final se que huyo de mi misma, ahí es cuando me pierdo y me quedo en ese estado de condición.
Hola Sandra,
Por supuesto que no es fácil salir de una relación tóxica y recuperarte a ti misma, pero sí es posible. Necesitas dar los pasos adecuados y poner todo de tu parte en ese camino. Si tú decides que sí, te aseguro que será que sí.
Un abrazo,
Vanessa
¡A ti! 🙂
Guau, me has descrito muy bien, creo que mi relación es porque no me quiero nada y no me trato como tocaría y eso lo reflejo en mi relación ya de 22 años con mi pareja. Deseo poder cambiarlo pero primero tengo que empezar por mí.
Eso es. Primero por ti y siempre por ti :-).
Un abrazo,
Vanessa
Buenos dias… me identifico con todos los puntos pero más con el 1,2 y 8… ahorita creo que estoy en una relación toxica y de verdad quiero salir de ella pero me siento atrapada… culpable si me voy o infeliz si me quedo… ¿QUÉ HAGO? 🙁
Pues irte, desde luego. Y si no eres capaz sola, pide ayuda. Cuanto más tiempo te quedes, más tiempo perderás de sentirte bien contigo misma.
Por mi parte encantada de ayudarte a salir de ahí, si quieres puedes rellenar este formulario para tener una sesión de valoración.
Un abrazo,
Vanessa
Vanessa, eres maravillosa. Dices justo lo que necesitas oír… Leyendo esto me he dado cuenta de lo que pasa con mis padres, por eso caigo en relaciones tóxicas, toda mi vida así… ¡gracias, gracias, gracias!
Qué bien, Julie. Me alegro mucho de haberte dado esa luz, es una toma de consciencia muy importante para que puedas cambiar ese patrón.
Un abrazo,
Vanessa