¿Te gusta estar a solas contigo? ¿Disfrutas de la soledad? ¿O te da pánico pensar en la posibilidad de quedarte sola?
Acabo de volver de pasar un mes en Menorca. Sola. Conmigo misma y con mi perro, Vino.
Me fui a pasar el mes de septiembre a la isla, al principio de vacaciones y la segunda quincena también trabajando. Lo hacía todo sola: iba a la playa sola, de excursión sola, a comer sola, a pasear sola, a visitar lo que fuera sola… No es la primera vez que viajo sola, pero sí la que más tiempo he estado sola. Y ha sido una experiencia maravillosa, lo he disfrutado muchísimo.
¿Qué si ha sido una alegría y una fiesta interior todo el rato? No, claro que no. Claro que ha habido momentos en los que me he sentido triste, muy triste. En los que veía a grupos y a parejas compartir y yo también echaba de menos estar con alguien.
Claro, estar a gusto contigo misma no significa que no pueda dolerte. Claro que en muchos momentos me dolía, pero lo sentía y lo dejaba estar, y después se pasaba. Ya está, no me resistía ni juzgaba lo que estaba sintiendo.
No me recreaba en ello ni me contaba historias, simplemente me daba permiso para sentir lo que sentía. Para sentir la tristeza, igual que me lo doy para sentir la alegría.
Cuando estás sola se remueven cosas, igual que cuando estás acompañada se remueven otras. Lo que ya hay no deja de estar porque no lo mires. Por un lado o por otro va a salir. Y no deja de salir por más que lo evites. Ni duele más porque lo sientas estando sola. Al contrario: cuando te permites sentirlo simplemente duele, pero no lo sufres.
El bienestar no depende de tener compañia
De verdad, no hace falta estar acompañada para sentirte bien, tranquila, feliz, en paz.
Igual que no por estar acompañada te vas a sentir bien, tranquila, feliz, en paz.
Necesitamos dejar de asociar bienestar con compañía. En primer lugar, porque si crees que sola no puedes sentirte bien, dependerás de otros para sentirte así. Y, esto es de cajón, ¡te quedaras donde en realidad no estás bien con tal de no estar sola!
En segundo lugar, porque la vida a veces nos llevará a momentos en los que tendremos que estar solas. Y si ya hemos aprendido a estarlo lo disfrutaremos, en vez de vivirlo como un calvario.
Y, tercero, porque sentirte bien sola está muy relacionado con tener una autoestima sana y una confianza fuerte en ti misma. Porque cuanto más te gustas y mejor te sientes contigo, más agradable te resulta pasar tiempo a solas, sintiéndote y escuchándote, sin necesidad de hacer nada ni de tapar nada.
Estar a gusto contigo te hace sentir una poderosa sensación de libertad. Que no significa que no sepas estar con otros, no. Significa que sabes que, estés con quien estés, estarás bien porque siempre te tendrás a ti misma.
Un club de personas con miedo a la soledad
Si hubiera un club de personas que se sienten solas (seguro que alguno hay), sería un éxito.
Y si hubiera uno de personas que no se atreven a hacer cosas solas, aunque les gustaría, seguro que también sería un éxito.
Porque todos tenemos los mismos miedos y problemas similares. Lo que pasa que nos lo guardamos, pero si nos abriéramos de corazón nos daríamos cuenta de que a la mayoría nos preocupan las mismas cosas.
Que ese miedo a la soledad que crees que sólo sientes tú, también lo sienten muchas de las personas que te rodean.
Lo escucho a menudo en las sesiones con mis coachees: “me gustaría ir al cine sola, pero no me atrevo”, “quiero ir a comer sola, pero me da vergüenza”, “siempre he querido viajar sola, pero me da miedo pasarlo mal”.
Como si estar sola fuera un estigma, algo horrible de lo que hay que huir. Como si eso significara que tienes un problema, que algo falla en ti.
Cuando en realidad todos estamos solos. Llegamos a la vida solos y solos nos vamos. Compartimos partes del camino con unos y con otros, pero la única persona que siempre estará ahí eres tú. En ese sentido, estar sola es imposible, porque siempre te tendrás a ti.
La soledad es estar contigo. Le llamamos soledad, pero en realidad es estar contigo. Y estando contigo estás con la persona más importante de tu vida, con tu gran amor, con la única con la que vas a tener una relación para siempre, con la única a la que has de amar siempre incondicionalmente.
Y si eso está bien, si eso funciona, sabrás que nunca vas a estar sola.
Y lo que antes era tristeza, vacío o ansiedad, pasará a ser calma, silencio y paz interior.
Y ya no te sentirás incompleta, porque te completarás a ti misma.
Diferentes tipos de soledades
Vayamos por partes: una cosa es la soledad elegida y otra el aislamiento.
La primera consiste en elegir pasar tiempo a solas contigo sabiendo que en realidad no estás sola, porque hay personas con las que compartes tu vida, aunque en ese momento no estés con ellas. Esto es lo que he sentido yo estando este mes sola. Y por eso no me sentía sola.
Y puede ser que no la hayas elegido tú, por ejemplo si tú pareja te ha dejado, pero si eres sabia también la elegirás, para aprender a estar contigo, en vez de volver corriendo a los brazos de alguien que te salve de ti misma.
Otra cosa es aislarte. Encerrarte en tu mundo, no abrirte a los demás, no compartir, hacerte la fuerte, no pedir ayuda… Ahí es cuando puedes sentirte sola y abandonada, aun estando rodeada de gente. Pero el problema no está en los demás, porque ellos siguen estando ahí. El problema es que tú te has abandonado a ti misma.
Puede ser alguien que está en el hacer y hacer, en el piloto automático, para no mirar hacia dentro, para no verse ni escucharse, por miedo a lo que pueda sentir.
O puede ser alguien que se rodea de personas sin preguntarse si esas relaciones de verdad le aportan y le nutren. Si de verdad comparte, si de verdad disfruta, si de verdad se siente ella misma con esas personas. No se lo pregunta porque le da miedo la respuesta.
Porque le da miedo reconocer que está ahí por miedo a estar sola consigo misma. Así que prefiere hacer como que todo va bien e ir tirando, aunque se esté muriendo por dentro.
Desde ahí es donde te vuelves adicta a relaciones, y estás en lugares donde no te sientes bien, donde no eres tú, donde llevas una máscara para que no te abandonen… ahí, en esa falta de amor a ti misma, es donde nace el miedo a la soledad.
Por eso hay personas a las que lo mejor que les podría pasar es que se queden solas, para que así se encuentren a sí mismas. Para que dejen de mirar hacia afuera, con miedo a sentirse frágiles, pequeñitas o abandonadas, con terror a dejar caer la máscara y conectar con sus heridas… Si, el mejor regalo que le puede hacer la vida a alguien así es que le invite a estar consigo misma.
Porque el valiente no es el que se queda con alguien con tal de no estar solo. El valiente es el que se atreve a descubrir que consigo mismo también puede estar de maravilla.
Y cuando te sientes bien contigo, cuando estas a gusto contigo, cuando pasas tiempo contigo -y puedes estar segura de que cuanto mejor está la autoestima de alguien, más tiempo pasa consigo mismo-, ya el estar con alguien no es desde el ego o desde la necesidad de que me quieran, sino desde la autenticidad.
Y entonces el estar con alguien, pareja, amigo o lo que sea, se convierte en un regalo. Y ya sí tienes relaciones que te nutren y en las que te apetece estar con esa persona. Y ya no son relaciones basadas en el miedo, en el compromiso o en el piloto automático.
Diez pasos para quitarte el miedo a estar sola
Insisto: cuando estás sola te encuentras contigo, te conoces, te comprendes y conectas contigo y con lo que quieres. Sólo desde ahí puedes estar bien con otros.
¿Cómo se resuelve entonces el miedo a quedarte sola? Pues, como todos los miedos, viviéndolo, aprendiendo a estar sola y a disfrutarlo. En diez pasos:
1.Date cuenta de que es un miedo irracional.
Vale que hace miles de años la soledad podía significar la muerte, pero esto ya no es real. Ahora no te vas a quedar aislada ni sola en el mundo, es casi imposible. Por eso, tener miedo a estar sola contigo misma es un miedo irracional, porque surge de lo que tú te cuentas.
“Que es horrible, que es angustioso, que nadie me quiere, que soy la única que está sola, que no tengo a nadie, que no le importo a nadie, que pobrecita de mí, que qué sola estoy, que tendrían que darse cuenta de lo que me pasa, que qué egoísta es la gente…”. Con este diálogo interno, ¿cómo no te vas a sentir mal?
En cambio, si piensas que estar a solas contigo puede ser tan estupendo como estar con gente, que simplemente es otra forma de estar, la película cambia por completo.
“¿Un viaje sola conmigo misma? ¿Con mi persona preferida? Oye, pues encantada”.
2.Deja de verlo como un castigo/fracaso/problema y empieza a verlo como un lujo.
Si ya de pequeños un castigo consistía en dejarte sola en tu habitación, si cuando hacíamos algo “mal” nos dejaban solos y nos sentíamos culpables por ello, ¿cómo vamos a tener un concepto positivo de la soledad?
Pues no, el hecho de no tener pareja no es un castigo ni dice nada, ni bueno ni malo, de ti.
Más bien es un regalo que la vida te hace para que aprendas a amarte y te liberes de la necesidad de tener a otra persona a tu lado para sentirte bien. Para que tomes conciencia de lo que quieres y de lo que ya no quieres en tu vida.
3.Diferencia entre estar sola y sentirte sola.
Puede ser que no tengas pareja, pero eso no es estar sola, porque seguro que hay otras personas en tu vida.
Y si por lo que sea no las hay, entonces necesitas ver qué está pasando y moverte para conocer gente y construir relaciones que te satisfagan.
Otra cosa es que te sientas sola aun estando rodeada de gente. Entonces hay que ver qué está pasando: si es que no te escuchas, si necesitas aprender a quererte, si necesitas dejar de poner parches, si toca dejar de mirar hacia afuera, si toca alejarte de algunas personas, o lo que sea… Lo que es seguro es que algo pasa y que la respuesta está en ti.
4.Acepta la soledad, porque también forma parte de la vida.
La esencia de la vida es el cambio. Todo cambia, la vida cambia, tú también cambias, tu entorno cambia. Y esos cambios, sobre todo cuando no son elegidos, muchas veces duelen. Claro, es normal, no pasa nada.
Lo que nos hace sufrir no es el cambio, sino resistirnos a él. Es como que nos empeñamos en ir contracorriente con el viento dándonos de cara y las piedras golpeándonos en la cara.
Sólo cuando aceptamos que la vida es cambio y nos dejamos llevar por el viento, el dolor puede fluir como el agua de un río, porque ya no nos resistimos a él.
5.Abraza lo que sientes cuando estas contigo.
¿Qué igual duele? Anda, claro que igual duele, pero está bien, no pasa nada. ¡La vida también duele!
No sabemos estar con algunas emociones, no sabemos sostenerlas, no sabemos abrazar el dolor, huimos de lo que duele… Evitándolo, tomando pastillas, distrayéndonos, dando consejos a quien siente dolor para que se le pase lo antes posible…
El dolor forma parte de la vida y lo único que puedes hacer cuando lo sientas es abrazarte fuerte a ti misma.
Por ejemplo, claro que yo a veces puedo sentirme sola aunque sepa que no lo estoy, aunque sepa que hay personas estupendas que me quieren y me cuidan, a las que puedo llamar si lo necesito. Puedo sentirme sola teniendo a alguien a mi lado o no teniéndole. Pero no pasa nada por sentirme así. Lo acepto, me abrazo fuerte y me dejo sentir lo que siento, porque sé que la vida también duele y que me sigo teniendo a mí misma.
6.Cubre tu necesidad de amor, de pertenencia y de reconocimiento.
Primero contigo y después con los demás, porque para sentirte bien sola necesitas tener ambas partes cubiertas.
Contigo, sintiéndote parte de ti, amándote y reconociéndote la persona tan maravillosa que eres.
Y después con los demás. Pero no tiene que ser con una pareja, porque no hace falta tener pareja para sentirte acompañado en la vida. Puedes tener amigos y buscar personas que estén en la misma situación que tú, porque sin duda hay mucha gente en la misma situación que tú. Y si otros pueden sentirse bien sin tener pareja, no dudes que tú también.
Todos necesitamos sentirnos queridos y querer, compartir, abrazar y conectar con otros… Y cada uno, como adulto, es responsable de cubrir esa necesidad de amor que le permitirá sentirse bien consigo mismo.
7.Pasa de lo que piensen los demás, cada uno está en su punto del camino.
Si tú estás bien contigo, te dará igual que alguien piense que tienes un problema por estar sola.
8.Confia en ti y en que te mereces que te quieran.
Si tú te quieres y te valoras, si sabes que y sientes que te mereces que te quieran, sabrás que lo más probable es que nunca estés sola. Que siempre habrá personas contigo, que unas ya están y otras irán llegando, pero que siempre habrá quien te quiera, lo mismo que tú siempre querrás a alguien.
9.Pasa tiempo a solas contigo.
Para saber de qué va algo necesitas probarlo. Tener ilusiones propias, proyectos tuyos, cosas que nazcan de ti y en las que te sientas la protagonista de tu vida.
Pero no esperar a que llegue un momento en que te veas obligada a estar sola. No funciona así. Se trata de que lo busques, de que lo elijas voluntariamente, de que hagas planes contigo a solas.
Haz cosas para cuidarte y para darte placer. Muévete y planea algo que dependa de ti, que no tenga que venir nadie de fuera a llamarte o a buscarte. Sal ahí afuera y coge las riendas.
Aprende a divertirte contigo. Algo que siempre hayas querido hacer, hazlo sola.
Toma algo sola, siéntate al sol sola, vete a visitar un lugar especial, haz una escapada, disfruta de la naturaleza, camina sola, y siente qué se siente al estar contigo.
Siente el silencio de escucharte a ti misma y de disfrutar de una conversación a solas contigo.
10.Encuentra el refugio que hay dentro de ti.
Te prometo, te aseguro y te garantizo, que hay una sensación de plenitud, de paz y de profunda alegría, que sólo puedes conocer cuando te sientes bien a solas contigo.
Cuando descubres que tú eres y vas a ser tu refugio y tu cobijo siempre.
Cuando llegas a eso, cuando aprendes a disfrutarlo, cuando ya no lo evitas, sino que lo buscas y lo necesitas, porque te sientes tan bien contigo que si no te tienes te echas de menos… Cuando eso pasa, el amor dura para toda la vida. Ese, sí.
…
¿Qué me dices? ¿Cómo te sientes tú ante la soledad? ¿Disfrutas de estar contigo? Si te apetece compartir puedes hacerlo en los comentarios aquí debajo.
Mi marido murio hace 10 años. Desde entonces, vivo sola. Hace 2 años una falsa amiga me hizo algo que me llevo a romper con ella. Y he vuelto a disfrutar de mi soledad.
Como bien dices, a veces duele, pero no me considero un bicho raro por ello. Me aparto de relaciones que no me gustan y procuro vivir de acuerdo a mi misma.
Un saludo y gracias
Qué bien, Carmen. Qué valiente, felicidades por ese camino contigo misma.
Las relaciones son importantes, necesitamos vivir en compañía, no es aislamiento, pero desde ahí se trata de saber escoger y rodearnos de personas con las que nos sintamos a gusto. Y, sobre todo, de estar a gusto con uno mismo.
Un abrazo,
Vanessa
La verdad tienes razón, a veces es mejor la soledad que estar con personas que no te valoran. Es difícil sin embargo si siempre has dependido de los demás.
Pero siempre se puede aprender.
Muchas gracias, Angela. Es un camino. Fácil o difícil, es un camino que cada uno elige si andar o no, como todo en la vida. De lo que puedes estar segura es de que merece la pena :-).
Un abrazo,
Vanessa
Gracias por tu post, todos y cada uno de ellos siempre que termino de leerlos, me van dejando algo… Gracias por eso. Este en particular me ha gustado mucho, y me hizo reflexionar en lo mucho que a veces me he dicho “estoy sola”, pero eso era antes. Me senti sola hace 3 años atrás cuando fallecieron mis padres con 40 dias de diferencia en sus partidas. Después en los siguientes meses se fueron acumulando otras perdidas importantes para mi, y yo nunca me habia sentido sola hasta esos momentos, pero fue más bien un sentimiento de perdida ahora que ha pasado el tiempo y lo he ido asimilando, es el sentimiento que puedo descifrar que sentia. Soy la hija mayor de mis padres, soltera, sin hijos, mis hermanos cada uno con su familia, pero hoy a mis casi 51 años no me siento sola, a pesar de vivir sola y sin una pareja a mi lado, tengo a mi familia, mis amigos, mis aficiones y tambien los miedos que me ayudan a superarlos. Espero pronto ir a Menorca.
Hola MReyes,
Muchas gracias por compartir, eres un ejemplo muy bonito de lo que cuento en el post. Claro, ese sentimiento de soledad es normal en esos momentos que pasaste, despidiendo a tus padres en tan poco tiempo…
A eso me refiero, a que no pasa nada por sentirnos así a veces, y sobre todo durante un duelo en el que aprendemos a vivir sin alguien tan cercano.
Y de eso se trata, como lo has hecho, de volver siempre a ti y mirar a tu alrededor para darte cuenta de que no estás sola. Felicidades por ello, me ha gustado mucho leerte.
Un abrazo,
Vanessa
Jo, pues yo a veces lo llevo bien y a veces mal. La verdad es que normalmente lo llevo estupendamente, disfruto de la soledad, de hacer lo que quiero, cuando quiero, no tener que depender de nadie. Pequeños triunfos cotidianos que me alegran: poder leer hasta tarde, despertarme cuando quiero, no tener que pactar cosas, como por ejemplo, la comida o la cena o dónde ir de vacaciones, etc. Puede parecer una tontería, pero saber que puedes hacer lo que quieras y decidirlo YA es un pequeño lujo. Pero no puedo desprenderme de las miradas y de los juicios de otras personas: mis vecinas – ay, pobre, como estás sola; ay, como te veo y siempre vas sola, etc. -, y las preguntas -¿y vas sola al cine? ¿y vas sola?-, eso me entristece más que mi condición en sí. Porque veo en sus miradas una pena, una compasión, un “ay pobrecica”, que me rompe el alma. Pero bueno, quedan muchas cosas por hacer todavía, sobre todo para nosotras. Un beso 🙂
Susana, entiendo lo que dices porque yo también he pasado por ahí. Ni siquiera necesitaba que nadie me dijese nada. Yo sola me agobiaba pensando que qué iban a pensar los demás …
Las circunstancias han hecho que esté sola en muchos momentos. Vivo sola, no tengo pareja, los amigos no siempre están disponibles y vivo lejos de la familia … Y poco a poco he ido atreviéndome y aprendiendo a hacer cosas sola, a viajar, empezando por pequeños viajes. Y me encanta. Me gusta mucho pasar tiempo con la familia y con amigos. Pero también me gusta mucho estar sola, y tener esa libertad para todo, que como dices es un lujo. Y ahora me siento una privilegiada porque yo me siento bien con gente y me siento bien sola, y sin embargo, la mayoría de la gente no sabe estar sola. Así que no hagas caso de los comentarios, y míralo así: son ellos los pobrecicos 🙂
¡Gracias Iru! Me gusta mucho encontrarme con mujeres como yo 🙂 Yo me quería lanzar este verano a viajar sola, no muy lejos, a la playa, pero al final con la pandemia y todo el tema económico tendré que aplazarlo para el año próximo. No me acabo de lanzar con lo de viajar sola y eso que no me considero especialmente miedosa… Así que me encanta escuchar y leer que el resto lo hacéis porque me entran más ganas 🙂 Así voy cogiendo fuerzas. Un abrazo
Muchas gracias, Iru. Me ha encantado tu sentir y tu mensaje para Susana :-).
Un abrazo,
Vanessa
Muchas gracias, Susana. Estoy de acuerdo en que es un pequeño lujo, y es maravilloso cuando sabes disfrutarlo, lo mismo que cuando disfrutas de compartir con otra persona.
Respecto a esas vecinas, en realidad eso que te dicen es suyo, no tiene nada que ver contigo. Viene de sus creencias, de sus experiencias o de sus miedos, de lo que sea que estén volcando en ti… Lo que es tuyo es lo que te remueve a ti, ya sea por lo que estén pensando, por que sientan pena por ti o por lo que sea. Ahí es donde puedes profundizar.
Si tú estás a gusto contigo, lo suyo es suyo y en ellas se queda. Casi ni necesitarías responderles.
Un abrazo,
Vanessa
Me identifico con este mensaje, sé que debo cambiar mi actitud en cuanto a la soledad, y saber que tiene su propósito, sobre como reaccionamos ante esta condición que no es fácil para nadie, pero si lo vemos desde esta perspectiva que nos presentas, será mejor para nosotros al sobreponernos a ella.
Gracias, un Abrazo y Dios te bendiga.
Hola Martha,
Es importante lo que tú te cuentas sobre estar sola. Si te cuentas que estar sola es difícil o que a determinada edad es una desgracia, te sentirás mal. En cambio, si te cuentas que estar sola puede ser un privilegio, que te sirve para aprender a amarte y que es señal de que no quieres estar con cualquiera, te sentirás en paz.
En realidad estar con alguien es bastante fácil, si no hacemos filtro y elegimos estar con cualquiera, porque personas dependientes de estar con otros hay muchas más que las que saben estar a gusto consigo mismas. Por eso ver que alguien no está solo no significa que sea feliz, igual que ver a alguien solo no significa que sea infeliz. Es lo que nos han contado, lo importante es si cada uno elige seguir contándoselo, o no.
Un abrazo,
Vanessa
A mi no me da miedo quedarme sola o el hecho de no encontrar pareja sino no lograr enamorarme o sentir por alguien que me despierte algo especial porque no es fácil y el tiempo pasa, pero forzando no se consigue nada sino más bien el efecto contrario, aceptar y volver a recuperar en mi esos sentimientos, no me voy a cerrar pero de ahora en adelante voy a volver a ser como yo era antes, más selectiva.
Hola María,
Sí, puede ser que las prisas, en vez de por el miedo a estar sola, sean por las ganas de compartir eso especial con alguien. Y el resultado es el mismo, que nos quedamos con lo primero que viene, que no elegimos o no nos vamos de donde no estamos a gusto.
Un abrazo,
Vanessa
Me identifico con tu mensaje. Muchas gracias por tu ayuda. Yo también estoy sola, y me cuesta ir al cine sola y a la playa. Vivimos en una sociedad donde todo el mundo tiene hijos, pareja. A mi la gente me pregunta cuando dejas de estar soltera y sola, sí que duele esos momentos en tu vida que no tienes a nadie. La gente te tiene pena cuando te ven sola.
Muchas gracias
Muchas gracias, Mary Carmen. Es probable que te cueste por lo que tú te cuentas que significa ir sola, o lo que te cuentas que van a pensar los demás.
Por ejemplo, no todo el mundo tiene pareja e hijos, hay muchas personas que no los tienen. Hay de todo, en realidad.
Y estoy segura de que no es cierto eso de que no tienes a nadie. Que no tengas pareja e hijos no significa que estes sola contigo misma, porque seguro que hay otras personas en tu entorno, familia o amigos.
Es importante que lo que te cuentes en tu cabeza te haga sentir bien y que seas consciente de cuando tú misma te engañas con esos mensajes que no te sirven ni se ajustan a la realidad.
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola Vanessa, qué texto más bonito y más inspirador.
Qué cierto lo que dices. A veces pasamos demasiado tiempo rodeados de gente, metidos de lleno en el ruido, sin escucharnos, para no sentir ese miedo punzante a estar solo con nuestros propios pensamientos.
En realidad, como todo lo que merece la pena en la vida, es un aprendizaje, un viaje que hay que empezar cuanto antes: aprender a estar a gusto solos con nuestra propia compañía. Así se aprenden a evitar problemas como la dependencia emocional y relaciones que no nos encajan completamente.
Muchas gracias por todo tu trabajo, inspira mucho para darnos cuenta de muchos patrones internos y aprender a querernos a nosotros mismos de forma más sana.
Un abrazo muy grande 🙂
Muchas gracias a ti, Sara. Qué resumen tan bonito has hecho del post, me ha encantado. Un viaje que hay que empezar cuanto antes, así es…
Un abrazo grande,
Vanessa
Fantástico post Vanessa, y que viene muy muy bien en estos momentos.
Me encanta viajar sola con mi perro también. Es como un ritual que no me gusta compartir con nadie.
Una duda… ¿Puede ser posible Vanessa que una persona se quede sola de repente y que no tenga ella la culpa ? Quiero decir si nos sentimos atacados, no respetados/ valorados o constantemente criticados o censurados y el resultado es una pérdida de amistades. He de mirar en mi interior o a veces uno se rodea de gente tóxica y el no poner límites hace que todo explote por los aires. Yo creo que una relación es cosa de 2…
Hola María,
No soy muy de hablar de culpables, en todo caso de responsables. Y en cualquier relación siempre hay dos partes responsables. Si eres quien se ha quedado sola, te servirá más comprender tu parte de responsabilidad, de lo que consentiste o lo que no, de lo que expresaste y lo que no, de cómo dijiste o te callaste las cosas, que buscar culpables en ti o en la otra parte. En mi opinión sólo desde la responsabilidad, reflexionando sobre lo que es tuyo y lo que es del otro, puedes sacar un aprendizaje que te sirva en un futuro.
Un abrazo,
Vanessa