Todo va bien, pero de pronto un día ocurre algo. Por ejemplo, que tu pareja te deja. Y así, de la noche a la mañana, todo cambia. Pierdes la confianza en ti, sientes que no vales y no dejas de repetirte que no vas a conocer a nadie, que nadie va a volver a fijarse en ti.
Muchas veces en nuestras vidas pasa algo que lo cambia todo: se rompe una relación, te despiden del trabajo, tus hijos se hacen mayores o pierdes algo que no esperabas.
No has elegido ese cambio, no has tenido opción. La vida te lo ha puesto delante y no te queda otra que resignarte.
Resignación… Qué palabra tan fea, ¿no? ¿Cómo se resigna uno algo que no quiere? ¿Cómo salir adelante cuando no dejas de mirar atrás? No puedes dejar de preguntarte por qué y de intentar encontrar respuestas donde no las hay… Te sientes triste, te lamentas, te quejas, te resistes a la nueva situación y no eres capaz de aceptarla.
Hay muchas historias así. Todos conocemos a alguien que ha pasado por una situación parecida y a cualquiera de nosotros nos podría tocar. A mí, ahora mismo, me vienen a la mente varias personas a las que he acompañado en ese transitar a su felicidad, a reencontrarse y a volver a sentirse bien, después de un duro golpe.
Recuerdo a una clienta que se acababa de separar de su pareja y tenía una niña pequeña. Estaba triste, desanimada y sin ganas de nada. Y no es que echara de menos su vida anterior, ni siquiera era feliz con su pareja. Lo que pasaba era que la apatía de antes la llevaba mejor que el miedo que sintió cuando se quedó sola. El miedo de no saber qué va a pasar, el miedo a no hacerlo bien, el miedo a lo que dijeran los demás…
Otra Coachee acababa de pasar por un despido y tenía la sensación de que nunca iba a recuperar lo que había perdido. Que la seguridad y la confianza en si misma que había construido durante años se habían esfumado y que ya nunca volvería a ser la misma.
Recuerdo también a una chica que acababa de romper con su pareja y se sentía muy sola. No encontraba su lugar, no tenía ni idea de lo que quería ni de hacia dónde dirigirse y ya nada la llenaba, ni siquiera sus amigos. Los días habían dejado de tener sentido para ella.
También hay quien se ha quedado anclado en un error que cometió y no consigue avanzar. Por ejemplo, alguien que después de un matrimonio que no fue bien es incapaz de tomar decisiones y de superar el miedo a equivocarse de nuevo… Alguien que no se daba cuenta de que aquello no había sido un error, de que aquello había sido para algo, aunque cuando vino a verme todavía no supiera para qué.
Todos estos son ejemplos de personas que se han quedado marcadas por un cambio que no habían buscado.
Cuando trabajas con personas que han pasado por situaciones difíciles como éstas algo muy importante es ayudarles a entender que la vida es cambio, que nada permanece, que todo está en continuo movimiento y que no podemos resistirnos a ello…
“Me gustaría volver a ser la que era”, me decía una de estas personas. ¿Y si no pudieras volver a ser la que eras? ¿Cómo pedirle al mar que vuelva a ser el mismo que era ayer? ¿Y si ya hubieras cambiado y ahora fuera momento de renovarte y convertirte en una persona diferente, la que tú elijas?
Lo que quiero decir es que no tiene sentido tratar de evitar lo inevitable, y una de las cosas más inevitables que existen es el cambio. Y sí, muchas veces habrá cambios que no te gusten. Claro, pero eso no significa que no sean necesarios para que el mundo siga girando…
“Vivir siempre en la comodidad y pasar sin una pena en el alma es ignorar la otra mitad de la naturaleza”, Seneca.
Lo siguiente es ayudarles a que recuperen la esperanza de volver a ser felices. Y para eso lo primero es superar los dos principales obstáculos que te impiden salir de una situación así:
El primero, el más grande, es quedarte anclada en el “¿por qué me pasa esto a mí?”. De esto sé mucho, he vivido casi treinta años de mi vida estancada en un victimismo que me dejaba fuera de juego.
El segundo obstáculo es tener miedo a buscar las respuestas dentro de ti. Tener miedo a sentir, a escucharte, a mirar donde no has mirado hasta ahora…
Y, una vez superados esos dos obstáculos, toca empezar a construir donde ahora sólo hay cenizas. Para eso aquí tienes diez pasos que pueden ayudarte:
1. Cambia tu interpretación de lo que te está pasando y tu actitud ante ello. Pensar que la vida es injusta, que siempre te pasa a ti, que es culpa tuya, que si no fueras así, que si fueras diferente, que lo tuyo de verdad es mala suerte… Pensar así, generalizando lo que te ha pasado y echándote la culpa de ello, sólo te va a servir para hundirte más.
Puedes cambiar la explicación que te das y puedes cambiar tu actitud. Como decía Victor Frankl, la actitud con la que respondes a lo que te pasa es tu última libertad y la que nadie te puede quitar.
Cuando pasa algo, entre eso que pasa y tu reacción hay un espacio, y ese espacio es en el que tú tienes el poder de elegir tu respuesta. Con lo que piensas, con lo que haces, con lo que dices… Cambiando tu manera de verlo o lo que crees que eso significa.
Por ejemplo: “Sí, nunca pensé que esto me iba a pasar a mí, pero me ha pasado. Porque le puede pasar a cualquiera, y no tiene nada que ver conmigo”.
2. Recuerda que todo cambio significa la llegada de algo nuevo y eso también puede ser bueno. Incluso mejor. Tal vez necesites hacer algo para encontrarlo. Aprender, conocerte, avanzar, aprovechar las circunstancias, formarte en algo nuevo…
3. Da las gracias por lo que tuviste. Sí, por lo bonito que fue o lo que aprendiste de ello el tiempo que duró. Agradécelo de una forma tranquila y serena. Y mira todo lo que tienes en vez de recordar una y otra vez lo que te falta: perdiste a esa pareja, pero tienes una hija maravillosa que se merece verte bien porque eres su principal ejemplo; perdiste ese trabajo, pero nadie te ha quitado lo que sabes ni lo que vales; perdiste lo que fuera, pero siempre te tendrás a ti…
4. Cambia las preguntas que te haces. En vez de “¿por qué?”, pregúntate “¿para qué?”. ¿Qué me está invitando la vida a descubrir de mí misma? ¿Qué aporta esto de positivo a mi vida y qué puedo hacer con ello ahora? Igual es una oportunidad para replantearte tu vida, para cambiar tus prioridades o para descubrir tu fortaleza interior, eso que todos tenemos pero que muy pocos llegan a conocer de sí mismos.
Seguramente una de las últimas cosas que quiere oír alguien que esté pasando por algo así es que de las peores experiencias es de las que más se aprende, se evoluciona y se madura. Y sí, sé que suena a tópico, pero estoy convencida de que hay pocos tópicos que sean tan ciertos… que todo es para algo y de todo se puede sacar algo positivo.
5. Relativiza y toma distancia. No hables todo el tiempo de eso y deja de darle vueltas como si fuera el centro del mundo. No lo es, de tu mundo tampoco.
6. No busques remedios rápidos a lo que sientes. El que se refugia compulsivamente en el trabajo, el que se lo traga todo para dentro, el que hace como que no pasa nada, el que empieza a moverse a toda velocidad sin saber hacia dónde… Todo para negar lo que pasa, para no sentir, para olvidar, para no mirar al dolor a los ojos, para no dejar respirar al miedo… Olvidamos que, como decía el escritor Herman Hesse, lo blando es más fuerte que lo duro.
7. Busca personas en las que apoyarte, personas que te aporten lo que necesitas en este momento, que te escuchen, que te abracen y que te hagan sentir bien.
8. Construye un nuevo proyecto de vida que te ilusione. Poco a poco vete poniéndote pequeños objetivos. Precisamente ahora que todo se ha tambaleado puede ser un buen momento para reajustar las velas y elegir hacia dónde quieres dirigirte… Pasito a pasito, sin prisa… Se trata de que sientas que vuelves a recuperar el control de tu vida.
9. Da. Sí, sólo eso, dar. En los momentos difíciles -y en cualquier momento- algo que siempre nos ayuda a sentirnos mejor es ver que estamos ayudando a otros a sentirse mejor. Altruismo egoísta, sí, y maravilloso también.
10. Recuerda que esto que te ha pasado no significa nada, que no es el final del camino, tan solo una etapa más del viaje. Que, lo mismo que la vida te trae alegrías que no esperas, a veces también te trae tristezas… Que no puede haber siempre sol, que a veces han de salir las nubes, y que siempre puede salir el arco iris en medio de la tormenta…
Y, si quieres, puedes compartir tu historia en los comentarios aquí debajo. Me encantará responderte.
Que cierto todo y que importante no renegar de nada de lo pasado. Como de lo bueno, de lo malo también se aprende, todo nos construye. Me ha encantado Vane!
Muchas gracias, maestra. Tendría muchísimo que aprender de ti “cuando pasa algo que te cambia la vida”… Así que gracias también por inspirarme :-).
Un beso
Hola, tuve un acv, leve, muy leve, perdi memoria, me cuesta recordar cosas simples, pero me cambió todo, puedo conducir auto, moto, bici, pero me agarro un terrible miedo de que me pase otra vez y quede mas tarado de lo que soy, tengo miedo que me pase otra vez, me agarro x un fuerte disgusto, estoy medicado pero….mi cabeza no para nunca, me cuesta dormir bien, tranquilo….me cambió la vida.
Hola Eduardo,
Claro, es una situación muy complicada, muy impactante, y es normal que te haya cambiado la vida. Un accidente cerebral es algo muy serio y escapa de lo que yo puedo trabajar, pero entiendo que es importante que también hagas un trabajo psicológico para adaptarte a la nueva situación.
Mucho ánimo y muchas gracias por compartir.
Un abrazo grande,
Vanessa
Muy bien Vanessa, muy acertada como siempre. Leí hace no mucho un post de Leo Babauta en zenhabits.com que me gustó mucho, hablaba de no juzgar lo que te ocurre como bueno o como malo, y simplemente aceptar lo que te ha ocurrido y ya está. Ha pasado esto y ahora se trata de ver cómo sigo desde el punto donde esto me ha dejado. Entiendo que hay golpes en la vida de los que no te recuperas al instante o puede que incluso nunca, pero entender cómo funciona esto, creo que ayuda. Estamos aquí por un tiempo indefinido y nuestro único objetivo tiene que ser buscar estar bien, contentos, felices, todo lo que podamos, cuanto más y más tiempo, mejor. Todo el tiempo que pasamos sin serlo nos aleja de lo que sería nuestra potencial vida óptima. Si te pasa algo y tiene remedio, búscalo, si no lo tiene, desahogate, no te lo quedes dentro y en cuanto puedas, levántate y sigue luchando por tu felicidad. No nos queda otra y si lo sabes, a lo mejor pasas menos tiempo en el suelo y te levantas antes. Esto es fundamental sobre todo frente a la cantidad de chorradas a las que nos empeñamos en darle una importancia desmedida que no tienen, empezando por los problemas del trabajo, que no son problemas, son sólo trabajo. Buena suerte a todos siempre. 🙂
Me ha encantado tu comentario. Muchísimas gracias, Augusto. De hecho me doy cuenta de que me dejé fuera el “juzgar”. Mejor dicho el “no juzgar” eso que te ha pasado como bueno o malo. Me gusta mucho lo que dices de que estamos aquí por un tiempo indefinido y nuestra vida óptima, y que si lo sabes a lo mejor te levantas antes del suelo… Y sí, la cantidad de chorradas a las que en el día a día les prestamos una atención y un tiempo que no se merecen…
Muchas gracias de nuevo.
Un abrazo
Sí, eso es. Podemos salir adelante y no tenerle miedo a los problemas o difucultades que se nos presenten porque todo tiene un para qué. Tal vez sea para que aprendamos de ello y maduremos porque de los errores se aprende mucho 🙂
Muchas gracias, Junior. Sí, así es, todo tiene un para qué y en los errores se encuentran estupendos aprendizajes… Aunque yo, más que de no tener miedo, hablaría de actuar y responder a pesar del miedo. Porque con miedo también se pueden hacer muchas cosas. De hecho, todos tenemos miedo. Simplemente unos actúan a pesar de él y otros se dejan bloquear por él. Cuando te acostumbras a dar pasos a pesar del miedo es como que deja de tener importancia y ya ni lo notas :-).
Un abrazo
Hola Vanesa, espero que esté bien. Gracias por este post, la verdad he encontrado solución a muchos problemas. Uno de ellos es el de estar preparada para los cambios que ocurran en mi vida y mantener mi mente positivamente. Gracias otra vez por los tips, los pondré en práctica. Le mando un fuerte abrazo, hasta pronto.
Gracias, Mary. Me alegro de que te haya servido. En la vida siempre hay cambios, es inevitable y sería absurdo (y muy aburrido ;-)) pretender escapar de ellos.
Un abrazo para ti también.
Hola vanessa, me ha gustado el post que escribiste. me siento identificada 🙂 estoy de acuerdo contigo cuando dijiste “No busques remedios rápidos a lo que sientes” creo que este es la clave de lo que me pasa, si no me equivoco. yo igual haces meses tuve hacer un cambio que no aceptaba hasta el dia de hoy y cuando empeze a sentir el dolor lo primero que hice es guardar todo para que mi “YO” no mira el dolor ni respira el miedo que le hace sentir esa situacion que produce sufrimiento y lo cual me ido compulsivamente a reguiarme en otra cosa para guardar todo. sigo estancada en el mismo punto y no se porque?
Qué buen aprendizaje, Hajar. Darte cuenta de que lo has estado haciendo era evitar, no mirar el dolor ni el miedo para no sentirlos. No funciona, porque lo que no se digiere se queda ahí, no se evapora. Y, a pesar de ello, lo que cuentas es bastante habitual y la causa también de mucho malestar físico y emocional. Hay muchas personas que no miran para no ver :-).
Tranquila, has tomado conciencia, que ya es un paso muy importante. Y ya hemos quedado en hablar en privado para ayudarte.
Un abrazo y gracias por compartir,
Vanessa
Hola Vanessa, antes de explicarme, darte las gracias porque cuando te leo me siento comprendida y acompañada… sería formidable poder darte un abrazo real pero síéntelo.
Acabamos de romper mi pareja y yo… aunque es doloroso para mi, se que es lo mejor pero duele mucho perder esa seguridad tediosa y enfrentarte a lo nuevo… En mi necesidad de continuar con esta relación se encontraba un arraigo de desvalorización personal apoyado por muchisimo miedo y menosprecio personal. Asi que esta relación basicamente me ha servido para darme cuenta de este conflicto personal y para qué? tengo un proposito: conocerme a mi misma, respetarme y aprender a disfrutar de mi y mis posibilidades a pesar de no tener a mi pareja. Y cómo conseguiré esta evolución: con acción… con pequeños pasos pero caminando, obligándome a moverme… Fundamental… si no la energia no fluye…
Un abrazo grande a todos los que me lean…
Hola Vanessa, antes de explicarme, darte las gracias porque cuando te leo me siento comprendida y acompañada… sería formidable poder darte un abrazo real pero síéntelo.
Acabamos de romper mi pareja y yo… aunque es doloroso para mi, sé que es lo mejor pero duele mucho perder esa seguridad tediosa y enfrentarte a lo nuevo… En mi necesidad de continuar con esta relación se encontraba un arraigo de desvalorización personal apoyado por muchisimo miedo y menosprecio personal. Asi que esta relación basicamente me ha servido para darme cuenta de este conflicto personal y ¿para qué? Tengo un proposito: conocerme a mi misma, respetarme y aprender a disfrutar de mi y mis posibilidades a pesar de no tener a mi pareja. Y cómo conseguiré esta evolución: con acción… con pequeños pasos pero caminando, obligándome a moverme…
Un abrazo
Siento tu abrazo, Llanos. Muchísimas gracias :-).
Qué bonito leerte… Siento que tienes mucho por vivir y por descubrir… Yo también creo que es así, que la vida nos trae lecciones y maestros, en forma de una relación que no sale adelante o de alguien que nos hace la vida imposible, para ayudarnos a caminar nuestro camino y convertirnos en la persona que hemos venido a Ser. En tu caso, a conocerte, respetarte y aprender a disfrutar de ti y de tus posibilidades. Y me parece un “para qué” maravilloso. Felicidades, disfrútalo porque te lo mereces.
Un fuerte abrazo de vuelta,
Vanessa
Hola, me agradan demasiado tus post, la verdad es que pase por un momento difícil en mi vida, lo considero el más difícil a mis 22 años, pero gracias a todo lo que he leído en esta y otras páginas he podido construir un nuevo yo. Y me encanta lo que estoy logrando, sería todo un placer poder intercambiar palabras con usted. De nuevo muchísimas gracias y saludos desde México.
Felicidades entonces por ese nuevo Yo. Es maravilloso saber que podemos reconstruírnos siempre que queramos y lo deseemos. Que está en nuestra mano moldearnos para ser la persona que queremos ser… Enhorabuena por conseguirlo y encantada de tenerte por aquí.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vane. He estado leyendo mucho ultimamente tus post porque estoy muy perdida. Es la primera vez que me sucede y necesito encontrar hacia dónde ir. Pero para saber qué camino tomar, necesito saber en dónde estoy y después hacia dónde quiero ir… Todo esto no sabía que lo necesitaba hasta ahora; tiene que ver especialmente con éste post, porque todo esto lo acepté, porque acabo de perder a una de mis mejores amigas, pero para mí es algo fatal, porque todo lo que yo hacia siempre es para mis amigos, nunca es para mí… Entonces, entenderás que ahora me siento destrozada, ¿Me puedes ayudar? ¿Puedes decirme por donde empezar a reconstruirme?
Hola Claudia,
Para mí en momentos así es muy importante entender para qué te está pasando eso, qué lección viene a enseñarte. Todo lo que nos pasa en la vida forma parte de algo que necesitamos aprender. Tal vez sea la necesidad de darte valor y de cuidarte, o tal vez otro aprendizaje, eso sólo lo puedes saber tú.
Y, también, cuidarte, mimarte y tratarte con cariño mientras pasa la tristeza y todo vuelve a recomponerse. Haz cosas que de verdad te apetezcan y piensa mucho en ti :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola, buenas noches.
Actualmente estoy desarrollando un proyecto de vida que ha sido la mejor oportunidad y que ha llegado en el momento. Sé y estoy convencida que llegó en un momento de mi vida en el que en verdad lo necesito. Pero pasa lo siguiente: siento que no estoy haciendo mi labor correctamente, tengo toda la energía para hacer las cosas y una de las partes de ese proceso que es la más importante la estoy cumpliendo pero se que me hace falta creer en mí. Yo confío en mí, pero siento que eso no es suficiente. Por eso le escribo, para saber que puedo hacer ¿qué tengo que hacer para creer más en mi misma? En que soy capaz de realizar grandes cosas. En desprenderme de los resultados y enfocarme solamente en la construcción de ese algo.
Hola Lucía,
Echale un vistazo a este post, seguro que te ayudará. Cualquiera de los que están relacionados con la autoestima te dará claves y herramientas para creer más en ti.
Un abrazo,
Vanessa
Yo perdí todo; mi hijo no nato esperado por tantos años, mi trabajo, mi esposo, en sólo unos cuantos meses, sin tiempo de respirar o procesar lo que sucedía. Busco y no veo el lado positivo de ese cambio… No quiero saber por qué a mí… Sólo no sentir más este sentimiento que me envuelve y me ahoga…
Tamara,
Cuando la herida está abierta y el dolor muy reciente es difícil encontrarle el sentido a lo que nos ha pasado… Ahora toca curarte, recogerte para recomponerte, tratarte con cariño y mimarte más que nunca. Mas adelante, si ha de ser así, ya encontrarás las respuestas a tus preguntas.
Un abrazo grande,
Vanessa
Gracias Vanessa, me ha encantado. Lo leeré más veces para que la mente se empape de tus palabras y nunca se me olvide. Yo he sufrido hace poco una ruptura y me ha venido muy bien. Gracias
Muchas gracias, Mar. Confía y quiérete siempre, eso hará que tu mente se empape de lo que necesites.
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola, estoy atravesando por una ruptura y realmente me he sentido muy, muy confundida y perdida. Ha sido doloroso porque fue en cuestión de 2 meses y aun no comprendo exactamente por qué, aunque ya no importe mucho porque la distancia que siento no creo que sea reparable. En fin… el tema es que quiero recuperar la ilusión, sanar este sentimiento de melancolía y crear un nuevo proyecto de vida, solo que en este momento no sé qué quiero y no sé qué dirección tomar.
Muchas gracias por compartir, Artemisa. Cuando pasa algo que rompe nuestra estabilidad y nuestra seguridad es necesario un tiempo para recomponerse. Tal vez ahora sea el momento de darte permiso para sentir esa tristeza, mientras vas encontrando un proyecto que te ilusione. Puedes probar a preguntarte cada mañana qué quiero hoy, qué dirección me gustaría tomar. Sin exigencias ni prisas, dándote permiso para que vaya surgiendo lo que necesitas.
Un abrazo grande,
Vanessa
Estoy pasando por una etapa díficil con mi marido que llevo arrastrando desde hace 6 años… le gusta mucho beber, viene de padres alcoholicos, mi padre y mi padrastro también lo son y me remueve todo cuando lo hace. Le da igual que estén nuestros hijos de 3 y 5 años delante. No bebe hasta caerse ni lo hace cada día. Pero el hecho de que no se cuide y le guste el vicio me echa para atrás. Por otra parte es buen padre y nos cuida, pero siento que estoy estancada con él. No sé cómo llevar esta situación o hacer un gran cambio. No quiero romper la familia que hemos creado… pero me cuesta aceptar su forma de ser.
Muchas gracias, Gemma. Es una situación complicada cuando hay una enfermedad como el alcoholismo de por medio, y es posible que necesites ayuda para poder gestionarlo de la mejor forma para ti y para tus hijos. Escúchate y pídela.
Un abrazo,
Vanessa
Para mi ha sido un cambio que no tiene vuelta atrás. Tengo tlp y hace un año tuve un intento de suicidio cortándome los brazos. Tengo 38 años y tengo que seguir el resto de mi vida con las cicatrices que eso me ha dejado. Dejé mi trabajo y no me veo trabajando en ningún sitio con los brazos así y mucho menos volver a tener pareja.
Un saludo
Hola Sara,
Muchas gracias por compartir. Has pasado por unas circunstancias muy complicadas, y lo que cuentas es señal de mucho dolor. Entiendo que estás haciendo terapia para poder sanar esas cicatrices, es importante para que puedas recuperarte.
Un abrazo grande,
Vanessa