¿Alguna vez has pensado que tu pareja no te trata bien?
¿No sabes si es que eres demasiado sensible, si exageras o si es que pides demasiado?
¿A veces piensas que estarías mejor sin esa persona, pero sigues a su lado?
Entonces, lo primero, es que tengas claro si es que no te está tratando bien (y, en ese caso, que te reafirmes en que no son paranoias tuyas).
Alguien no te trata bien cuando establece una relación jerárquica contigo, cuando se pone por encima de ti, cuando le quita importancia a lo tuyo, cuando te minusvalora, te menosprecia o se burla de tus gustos, de tus intereses y de tus aficiones.
Alguien no te trata bien cuando te dice que no está bien ser como tú o hacer las cosas como las haces tú, cuando te critica, cuando te juzga, cuando te ridiculiza, cuando te ningunea o cuando te hace sentir (con gestos o palabras) que tú vales menos que él.
Alguien no te trata bien cuando te exige, cuando te dice lo que tienes que hacer o te da consejos que no le has pedido y cuando quiere controlar lo que haces, dónde y con quién.
Alguien no te trata bien cuando te humilla, cuando sientes que no es justo contigo y que con su trato no te está valorando, por ejemplo si te deja plantada, si te promete cosas que no cumple o si siempre te está poniendo excusas.
Alguien no te trata bien cuando te castiga, cuando te reprocha, cuando deja de hablarte (unas horas, un día o una semana), cuando no te responde al teléfono o a los mensajes y cuando no puedes decirle lo que piensas o sientes sin que se moleste y le parezca mal.
Y, desde luego, alguien no te trata bien cuando después de todo esto el que se ofende es él, cuando siempre te echa la culpa a ti y nunca se hace responsable de su parte.
En realidad, sabes que alguien no te está tratando bien por cómo te sientes a su lado. Porque cuando alguien te trata bien, lo sientes. Y cuando te trata mal, también lo sientes.
Así que entérate: el problema no está en ti. No es que tengas que cambiar para que no te afecte, para que no te moleste, para no ser tan sensible o tan susceptible. Tú estás perfecta así, y si te molesta es porque tienes un radar que te avisa de que no te están tratando bien.
Todos, tú incluida, necesitamos sentirnos queridos, apoyados, cuidados, respetados, tratados con amabilidad, reconocidos, respetados, apreciados y valorados en nuestra relación de pareja. Y, cuando eso no pasa, lo lógico, lo sano, es que nos afecte.
Así que, si alguien no te está tratando bien, tú no tienes que bajar tus barreras para que no te moleste, porque ¡lo sano es que te moleste! Eso que sientes te muestra que esa persona está traspasando tus límites, ¡y todas las personas tenemos límites! (otra cosa muy distinta es que los pongamos, pero haberlos haylos).
Lo mismo que la solución tampoco está en que el otro cambie. Él es quien genera el problema, pero la solución siempre ha de salir de ti, empezando por que te valores y pongas esos límites.
Diez motivos para seguir en una relación de maltrato
Vale, sí, hasta aquí todo muy obvio. Entonces, ¿por qué no te vas? ¿Por qué no te has ido hasta ahora? ¿Por qué sigues ahí?
Pues si estás en esta situación (o si conoces a alguien que lo está), estos son los motivos por los que no dejas a una pareja que no te trata bien:
1.Porque tu autoestima se ha ido al garete.
Cuando te quedas en una relación de maltrato (sí, cuando alguien te trata mal, te está maltratando) una consecuencia segura es que tu autoestima se resiente y pierdes la confianza en ti.
Dudas de ti, te preguntas qué es lo que estás haciendo mal, si es que no sabes relacionarte, si es que no sabes explicarte, si es que te lo tomas todo muy a pecho, si es que tendrías que decir las cosas de otra forma…
Te preguntas si lo que os pasa es por tus carencias, por tus debilidades y por tus inseguridades… Te esfuerzas por ser más flexible, por tener más paciencia, por aguantar más… Te haces tan pequeña que crees que todo lo que falta en la relación, te falta a ti.
Por ejemplo, una coachee me contaba que “mi pareja empezó a cambiar y de repente todo le molestaba, todo lo que yo le decía le parecía mal. Así que yo, para evitar las discusiones, empecé a callarme lo que pensaba. Y así es como poco a poco me fui haciendo chiquitita a su lado”.
Y a esto hay que sumarle que cuando tu autoestima se ha resentido tanto te ves incapaz de salir de ahí, incapaz de superar eso sola, incapaz de seguir adelante sin esa persona (sí, te están tratando mal y aun así crees que no puedes vivir sin él :-(… Desde fuera el sinsentido se ve muy claro, pero cuando estás dentro no ves nada).
Pierdes la ilusión, tus objetivos, el querer hacer cosas, las ganas, la energía… Te sientes una mierda porque esa relación se ha comido tu autoestima, y necesitas trabajar en ello, para volver a sentirte fuerte y capaz de valerte por ti misma y para salir de ahí fortalecida.
2.Porque no quieres sentirte culpable.
Las que tenemos la culpa tóxica muy metida dentro, nos sentimos culpables por todo. Al punto que si alguien te está tratando mal y tú, cansada ya de perdonar una y mil veces, te planteas dejar esa relación, te sientes culpable por el simple hecho de pensar en ello.
Recuerdo que cuando yo pasé por esto, cada vez que conseguía irme terminaba escribiéndole una carta pidiendo disculpas, diciendo que lo sentía mucho y que no había sabido hacerlo mejor.
Ya ves, te maltratan y encima acabas pidiendo disculpas. Así de gordo es el autoengaño que te montas. Hasta el punto de que piensas más en las necesidades del otro que en las tuyas. De que te pones tanto en su lugar que te duele más rechazar que ser rechazada. De que te pasas de buena, de crédula y de generosa, todo con tal de no sentirte culpable.
Sí, muy pesado el espejismo de la culpa. Y, ¿cómo liberarse de ella? Con un buen trabajo de amor a ti misma, no hay otra manera.
3.Porque prefieres hacerte responsable a aceptar la realidad.
Esto funciona así: te sientes mal en la relación, y querrías sentirte bien. Así que como al otro no le puedes cambiar (no, no puedes) pues te esfuerzas en cambiar tú para que la relación funcione. Pones toda la responsabilidad en ti, te dices que exageras, que tienes que controlarte más y pedir menos. Así, si la culpa es tuya, por lo menos el problema tiene solución.
Es decir, como no quieres aceptar la realidad, pones la pelota en tu tejado y así controlas la situación y controlas (o eso crees) cómo tú te estás sintiendo en ella.
¿Hasta qué punto? Hasta el que haga falta. Yo misma terminé buscando a un terapeuta que me ayudara a relacionarme mejor con mi pareja. Para qué veas.
Y todo esto porque hacerte responsable de la relación duele menos y da menos miedo que aceptar que el otro te está tratando mal o que es incapaz de quererte.
Así que, si te sientes identificada, vale ya de creer que todo es por ti y que tú sola puedes conseguir que esto funcione. No, esto no tiene nada que ver contigo. Que esa persona sea así no tiene nada que ver contigo, ni con lo que tú vales, ni con lo que eres capaz de conseguir. Esa persona es así por los motivos que sean, y no depende de ti que cambie.
4.Porque no has aprendido un amor de pareja sano.
Cuando somos pequeños, sobre todo por lo que vemos en la relación entre nuestros padres o referentes, cada uno construimos un modelo de relación de pareja. Aprendemos lo que es quererse, cómo se comportan dos personas en una relación, cómo has de sentirte al lado de una pareja, cuánto se da y cuánto se recibe, cómo se expresa el amor…
Y, si eso que hemos aprendido no era un modelo sano, si no había límites, ni respeto, ni cariño, pues en nuestro disco duro interno no habrá un referente sano de pareja.
Por eso, cuando estemos en una relación que no es sana, no seremos igual de conscientes que alguien que sí haya visto y vivido un amor sano en su infancia. Y, por eso mismo, de adultos nos quedaremos en algo similar a lo que conocemos, en algo que nos resulte familiar, que encaje con lo que creemos que es una relación de pareja. Porque creemos que el amor es eso que hemos aprendido (aunque no se le parezca en nada).
5.Porque has normalizado todo lo que pasa y ya no sabes cuál es la verdad.
Si es que te trata mal o es que eres una exagerada…
Ya ni te acuerdas de cómo era cuando te trataba con respeto o era amable (suponiendo que alguna vez lo fuera), pero te has acostumbrado a ese maltrato y lo ves como algo normal. Le justificas y perpetúas el engaño a ti misma.
Cuanto más tiempo estás ahí, más lo normalizas, menos ves la realidad y más pierdes la confianza en ti. El otro lo tergiversa todo, tú te sientes culpable, dudas y sigues ahí. Y a más sigues, más pequeña se hace tu autoestima, así que cada vez te sientes menos capaz de irte (así, resumiendo mucho, funciona el ciclo del maltrato).
Por supuesto, tú no eres consciente de que te están maltratando. Puede que en tu entorno lo vean claro, pero tú sigues dudando (o prefieres seguir dudando).
Incluso, aunque te des cuenta de que te están maltratando, puede ser que no te vayas, que no te sientas capaz de salir de ahí. Y entonces es todavía peor, porque cuando dejas de normalizarlo y le pones nombre a lo que te pasa, la angustia y la ansiedad aumentan todavía más.
6.Porque crees que va a cambiar.
Si al principio todo eran palabras bonitas, vives esperando que vuelva a ser aquel, que vuelva a ser como antes.
Piensas “voy a mantener la calma y a esforzarme para que estemos bien y vuelva a ser el que era”. Y cuando te das cuenta llevas más tiempo con el nuevo que con el de antes.
Te cuento lo que me decía una coachee sobre esto: “antes no era consciente, pero le tenía idealizado. Recordaba momentos del comienzo como si hubieran sido perfectos, y ahora me doy cuenta de que no lo fueron más que en mi mente”.
Cuando te esfuerzas en que alguien cambie o en que lo haga “por ti”, te estás haciendo responsable de algo que no depende de ti. Y no es que “si le dejo significa que no valgo lo suficiente porque no he conseguido que cambiara por mí”. Contarte esto cuando estás con alguien que no te trata bien es como echar monedas a un pozo sin fondo, porque el otro no va a cambiar si no quiere hacerlo (y, si quisiera, ya lo habría hecho).
El es así por él, y si no se compromete o no te trata bien, no tiene nada que ver con lo que tú vales ni con lo que te quiere. Es así y punto. Y así va a seguir siendo, contigo o sin ti.
Así que el “estoy intentando que vea lo que hace, que entienda que no está bien ser así, que se dé cuenta” que escucho tan a menudo, tampoco funciona. Porque si a él le va bien ser así, está perfecto. Lo importante es cómo te sientes tú con eso que él hace, no si él se da cuenta. Si no se ha dado cuenta a la primera que se lo has dicho, si sigue haciendo lo mismo a pesar de saber que eso te hace daño, es que le da igual que lo pases mal. Y no vas a entender por qué es así por más cabezazos que te des contra la pared.
7.Porque él te dice que va a cambiar.
Cada vez que dices que no estás bien y que estás pensando en dejarlo, él se convierte en un ser maravilloso. Y tú piensas en todo lo que os queréis y en que vas a darle otra oportunidad, que ésta sí, de ésta lo conseguís.
A ver, parto de la base de que esto no es amor, porque alguien que te quiere te trata bien y te cuida siempre, no sólo cuando cree que va a perderte…
Y sigo con que es de cajón que si cuando le dices que no estás bien él te dijera que no va a cambiar nunca, tú te irías. Así que tiene que decirte que sí que va a cambiar para que te quedes. Sus continuas promesas de cambio sólo son para que sigas ahí, nada más.
8.Porque te has enganchado a jugar y a que de vez en cuando te toque premio.
Das, das y das. Te esfuerzas, te esfuerzas y te esfuerzas. Comprendes, comprendes y comprendes. Te callas, te callas y te callas.
Y entre tanta generosidad, de vez en cuando, te toca premio. Como en una máquina tragaperras, que juegas y juegas sin saber cuándo te va a tocar. Pero el día que te toca, guaaaau, el subidón es impresionante. Lo mismo que el día que toca castigo, buuuffff, en bajón es bestial. Una montaña rusa de emociones en la que nunca sabes lo que va a pasar. Pero, como de vez en cuando te toca premio, pues tú sigues jugando. Y, claro, eso engancha. Engancha mucho.
El problema es que tú puedes dar hasta el infinito, que quien no te ha dado hasta ahora no te va a dar nunca. Y ninguna relación en la que no haya un equilibrio entre dar y recibir puede sostenerse en el tiempo. No, ninguna (aunque si no has recibido un amor sano e incondicional en tu infancia, es posible que la única forma que conozcas de sentirte querida sea dando mucho).
9.Porque tienes miedo a estar sola.
Que va a ser horrible, que qué va a ser de mí, que sola no voy a sobrevivir, que no podré hacer las mismas cosas, que no puedo mantenerme sola, que necesito un príncipe que me salve…
Sobre el miedo a estar sola y cómo superarlo escribí esto y esto hace poco, así que ahora no me voy a enrollar más.
10.Porque “si me voy entonces nada de esto habrá sido real”…
Sí, muchas veces preferimos seguir invirtiendo que aceptar que hace mucho que nos equivocamos de camino. Que esto no se sostiene por ninguna parte. Que a saber lo que era verdad y a saber lo que era mentira. Que aquí hay de todo menos un amor sano y duradero. Que eso que llevo mucho tiempo negándome al final es lo que es. Y que ya no quiero respuestas porque ya no voy a hacerme más preguntas.
Sí, es posible que esto sea lo más doloroso y uno de los principales motivos por los que no nos vamos de donde no nos están tratando bien. Hace falta ser muy valiente para soltar los sueños, estoy de acuerdo, pero necesitas comprender que el sueño hace tiempo que salió volando. Y, hasta que no lo aceptes, no podrás despertar de la pesadilla.
… Y, si te has sentido identificada con este post, te recomiendo que te descargues la guía gratuita “Lo Que Necesitas Saber Cuando No Estas Bien con tu Pareja”. La encontrarás en esta página.
…
¿Qué me dices? Si estás o has estado en una relación de pareja en la que no te estaban tratando bien, ¿cuál de estos motivos te impedía irte? ¿Se te ocurre alguno más? Me encantará que lo compartas conmigo en los comentarios aquí debajo.
Hace mucho que leo tus post! Todos son realmente increíbles, pero sin duda creo que este ha sido de los mejores, hasta ahora nunca había comentado ninguna publicación, pero creo que ésta sí merece la pena, porque me he sentido muy identificada. Me has ayudado mucho con tus textos a darme cuenta de muchas cosas. Durante años, he estado en una “relación” en la que no me trataban bien, todas las razones que has dado en el post ha sido como ver mi vida… cuesta muy mucho salir de esto, ya que poco a poco la autoestima va menguando, te da vergüenza contar lo que vives, crees que te da igual, que ya se pasará, pero cada vez va a más y llega un punto en el que te das cuenta, que has perdido años de tu vida por una persona que no le interesa cambiar, y que a la mínima te cambia como si fueses un juguete o objeto. Es ahí donde te das cuenta que nunca le importaste a la persona, simplemente te usaba para descargar su basura en ti. Es muy duro de afrontar, requiere de muchos meses para poder despertar y aún así quedan secuelas que de vez en cuando todavía se repiten cuando te acuerdas de determinadas cosas y te sientes culpable por haber soportado cosas que sabes que no debías permitir.
Gracias por mostrarnos pautas, son de gran ayuda para seguir abriendo los ojos.
Un saludo
A mi me pasa lo mismo que a otra lectora, me he sentido totalmente identificada, además de todo esto me quede sin trabajo, su madre y su hermana me increparon y metieron a mi niña de 7 meses en el paquete, y por supuesto el se puso de su lado, mi padre fallece… y yo me he anulado completamente. El es una persona hermética pero el mejor amigo, hijo y hermano. Pero como compañero es nefasto, me siento sola, abandonada, desvalorada… y en parte la culpa es mía por no abrir los ojos. Eso si, ahora le daré las gracias porque encima él ha dado el paso porque lo nuestro no va a funcionar y no confia en mi porque me he desahogado con sus amigos y he contado todo lo que me ha pasado.
Ana, siento lo de tu padre.
Y sí, es para darle las gracias. Si hoy todavía no lo ves claro, te prometo que un día lo verás. Cuando alguien te hace sentir sola, abandonada y desvalorada lo mejor que te puede pasar es que se vaya, de verdad. Ahora por fin podrás recuperarte a ti misma.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Muchas gracias, BF. Me alegro mucho de que los post te sirvan y, sobre todo, de que puedas hablar de esa relación en pasado. Lo explicas muy bien, se nota que sabes de lo que hablas. Y ahí está la clave, en que ahora lo sabes. Entonces no, así que no puedes culpar a aquella de haber permitido lo que permitió. Perdónala, que lo importante es que haya aprendido. Al final todo lo que nos pasa es para eso :-).
Un abrazo,
Vanessa
Este post me viene como anillo al dedo en estos momentos. Me he sentido identificada en absolutamente todos los puntos, a diferencia de que al final me ha acabado dejando él, y sé que es algo que en algún momento le voy a agradecer.
Gracias Vanessa 🙂
Gracias a ti. Si te has sentido identificada con lo cuento y te ha dejado él, sí. Es para estar dando saltos de alegría por este regalo que te ha hecho la vida :-).
Un abrazo,
Vanessa
Me encantó este post, me identifico 100 x100 aquí, me gustaría que pueda añadir el tema si hay niños de por medio, eso hace que me sienta más culpable aún tener que separar a mi hijo de su padre.
Hola Maite,
Precisamente cuando hay niños de por medio es cuando más urge la separación en un caso de maltrato. Porque lo que están aprendiendo esos niños es que cuando alguien te trata mal tienes que aguantar y quedarte, que no puedes poner límites. Y eso suponiendo que no aprendan el otro lado, el del maltratador, que también es muy posible…
Por eso cuando hay niños, por ellos, es cuando antes hay que salir corriendo. Hable de ello en este post.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa,
Hace un tiempo que habia dejado de leerte por falta de tiempo pero veo que ahora con este post, me ha sido importante comentar.
Tuve una relación inestable de 4 años en donde nunca volvíamos oficialmente como novios, sino que siempre estábamos en “proceso de volver” esos procesos de volver siempre fallaban a causa de la mayoría de los puntos que mencionaste ahí y uno adicional y es que siempre me decía que lo sentía, que intentaba estar bien conmigo pero simplemente no siente conexión conmigo. En eso se han basado estos cuatro años, me dice que no me quiere pero al mes vuelve a decir que lo intentemos, me dice palabras cariñosas, pero luego se retracta y me dice que fue de impulso, que nuevamente no siente cosas por mi como para tener una relación
Confieso que mi baja autoestima no me ha permitido bloquear esa puerta y dejar de ceder cada que él desea volver. Y mi pregunta es por que vuelves dónde alguien que no te produce sentimientos, y peor aun, por que me busca siempre para intentarlo de verdad y no para “empecemos como amigos y después veremos”.
Esto me hace sentir deprimida
Hola Isabella,
Pues eso tendrías que preguntárselo a él, si es que lo sabe. Pero en realidad no es lo importante. Lo importante para ti tendría que ser cómo te sientes tú con alguien que te trata así, que te deja claro que no siente conexión contigo, pero no te deja ir. En mi opinión es una forma de abuso y cuanto más tiempo lo permitas más pequeña se irá haciendo tu autoestima.
Un abrazo,
Vanessa
No era una relacion de pareja, pero mi padre biologico me trataba asi. Me alejé de él lo mas posible y pedi ayuda. Aun tengo secuelas.
Lo siento mucho, Carmen. Cuando es un padre es aun más doloroso para la autoestima de ese niño. Siento que hayas pasado por eso y me alegro de que pudieras poner distancia. Felicidades por eso.
Un abrazo,
Vanessa
Gracias por este post. Me ha hecho recordar muchos años de matrimonio, en el que la distancia, indiferencia, egoísmo, falta de interés en contacto físico, intimidad y un largo etcétera, me llevo primero a intentar entender que estaba pasando, si eso era normal, aunque a mí no me lo pareciera. Nunca me sentí querida, amada, apoyada……y después de muchas vueltas empecé a auto engañarme, a anteponer la felicidad de mi hijo, que no sufriera (pensaba yo), que no tuviera padres separados, y un largo etcétera.
Conforme avanzaron los años, la relación era más distante, el sólo hacia lo que le apetecía, los horarios también los marcaba él, no coincidíamos en ningún momento del día, ni para las comidas básicas, ni por supuesto para ir a la cama…
Mi hijo un día creció y se independizó, y ahí caí en el pozo más hondo que nunca pude creer. Me encontraba terriblemente sola en mi pareja. No había comunicación, ni proyecto, ni interés por nada en común. Caí enferma durante tres años, y no había forma de salir de ese círculo vicioso. Nunca tuve apoyo familiar tampoco. Hasta que un día alguien ajeno a la familia me ayudó a salir de ese pozo. Fue un alivio. No hace mucho tiempo que salí, pero mirando atrás veo todo lo que cuentas con mucha más claridad.
Aún estoy trabajando mi separación, y claramente tenía que haberlo hecho durante los primeros años de matrimonio. Pero ahora estoy en el otro lado intentando recuperar mi autoestima y fortaleciendome de todos estos años mal gastados.
Gracias por tu post, aunque lo haya leido después de mi decisión de separarme, aún me sigue ayudando a aclarar mis ideas.
Mil gracias Vanessa!!!!
Mil gracias a ti por compartir. Me alegro de que hayas dado el paso, antes o después, lo importante es que lo has hecho y has aprendido de ello. Ahora empieza el camino bonito de recuperarte a ti misma y reaprender a quererte, disfrútalo.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanesa, precioso post, me siento totalmente identificada con el, quiero que sepas que cuando no te vas, en este caso el mio, es por miedo al mundo exterior sin el. Llevo toda mi vida con el, y siento mucha pena de esta situacion porque por mi parte hay dialogo pero por la suya no, y tengo mucho miedo de no saber vivir sin el, aparte que tengo depresiones pero no son por el, son de familia, y me pregunto como llevaria mi vida sin ingresos, ya que tengo 55 aňos y la depresion, donde voy, no es nada facil. Gracias y besos.
Lo sé, Fina. No es fácil, pero sí es posible. Te aseguro que lo es. Claro que podrás vivir sin esa persona, claro que sabrás vivir son él. Lo hiciste antes, aunque ahora se te haya olvidado, y podrás volver a hacerlo. Pide ayuda, date permiso para conseguirlo.
Un abrazo,
Vanessa
Me encantó, y me ayuda a darme cuenta que siempre he estado en un error, debo hacer conciencia y recuperar mi autoestima ❣️
Mil gracias Vanesa! 😘
Me alegro mucho de que te haya servido para darte cuenta y de que quieras recuperar tu autoestima. Es una magnífica noticia, felicidades :-).
Un abrazo,
Vanessa
Acabo de terminar una relación en la que constantemente sentía que era mi culpa y mi inseguridad que ciertas cosas me hacían daño. No me sentía valorada, cuidada, querida ni en confianza y siempre creí que era yo la que estaba exagerando. Llegué a tu blog hace dos semanas y fue el tiempo necesario para tomar la decisión. No estaba segura y sabía que nunca lo estaría pero lo hice igual, siguiendo mi instinto y la incomodidad que sentía en todo mi cuerpo estando en esta relación.
Ahora estoy muy triste pero de alguna manera tranquila. Aunque siento mucha rabia por haberme aguantado y guardarme tantas cosas por creer que había algo malo conmigo. Qué importante es decir y no callarse.
Gracias por este espacio!
Felicidades, Sofía. El proceso de despertar que acabas de comenzar es uno de los más bonitos (dolorosos, tal vez, también) que harás en tu vida, para aprender a escuchar lo que sientes y lo que te pasa a ti, dejar de sentirte culpable y legitimar tus necesidades. Es un camino de amor a ti misma, y no tiene vuelta atrás, disfrútalo mucho.
Un abrazo enorme,
Vanessa