¿Qué es imprescindible para que te sientas segura de ti misma?
En este post te voy a responder a esta pregunta.
Pero lo primero que quiero decirte es que no puedes sentirte segura siempre, en todas las situaciones y en cualquier circunstancia. Ni tú, ni yo, ni nadie.
Porque sentirte segura no siempre va a depender de ti, sino también de lo que te pase y de lo que haya a tu alrededor.
Y cuando el entorno es inseguro o te genera mucha incertidumbre, lo normal es que tú sientas miedo.
Igual que si caminas sola por una ciudad desconocida a las 5 de la mañana…
El miedo, como todas las demás, es una emoción sana.
Y no se trata de que no aparezca, sino de que sepas gestionarlo cuando lo hace (de eso ya te he hablado otras veces).
Y para eso, para que sepas gestionar lo que te pasa, es fundamental que tú te sientas segura de ti misma, de quién eres, de cómo eres y de que estás contigo sí o sí, pase lo que pase.
Entonces, ¿cómo sentirte segura por dentro? Pues no es que haya una fórmula mágica. Más bien, es un proceso de reconstrucción que pasa por conocerte y por cumplir con estos tres puntos básicos:
1.Quitarte el disfraz.
¿Qué has aprendido a ser y a hacer para sentirte segura? Todos, por nuestra historia de vida y nuestras experiencias, hemos aprendido a interpretar un personaje que nos daba seguridad, porque nos ayudaba a encajar en lo que se suponía que los demás esperaban de nosotros.
El ego, la máscara, la coraza, el disfraz con el que te ocultas ante los demás…
Puede ser el disfraz de la super productiva, de la que siempre está disponible, de la que le cae bien a todo el mundo, de la que se esfuerza mucho, de la fuerte que puede con todo, de la que siempre tiene una sonrisa en la cara, de la que nunca se deja pisar, de la que se preocupa mucho por los demás, de la que nunca se enfada… Son muchos los trajes con los que aprendemos a vestir el miedo a no encajar o a quedarnos solos.
Como me decía una coachee, de esas que nunca se enfadan, “creo que no está bien enfadarse, y por eso a veces estoy enfadada y lo que hago es llorar. O, si algo me parece injusto, no lo digo, pero en el fondo sí que estoy enfadada”.
Y eso que durante mucho tiempo te sirvió para sentirte segura, ahora hace el efecto contrario, porque te aleja de ti y te hace vivir con la sensación de estar interpretando un papel, en vez de ser tú misma.
O, como me decía otra coachee disfrazada de cuidadora de todo el mundo, “siempre estoy atenta a lo que los demás puedan necesitar, pendiente de cómo ayudarles… Y cuando con alguien no me funciona, cuando siento que no capto su atención, es como si yo no tuviera valor”.
Esto es lo que ella había aprendido para sentirse segura de sí misma… ¿y tú?
¿Cuál es ese personaje que te da seguridad? Pues eso, el que sea, es lo que necesitas identificar y empezar a soltar para ir construyendo una seguridad basada en ti, en quien de verdad eres, debajo de ese disfraz.
Con tus luces y tus sombras, con tus días buenos y tus días malos, con tus vergüenzas y tus miedos, con todo lo que es parte de ti y lo que te hace auténtica…
Cuando te quitas todos esos disfraces y te dejas ser tal y como eres en cada momento, te sientes mucho más segura de ti misma.
Pero claro, para poder hacer esto necesitas saber quién eres de verdad, debajo de ese personaje. Porque no se trata de quedarte desnuda, se trata de vestirte de ti.
2.Escucharte y aceptarte sin condiciones.
Imagínate que hubiera alguien a tu lado a quien nunca escucharas. Alguien a quien le pasaran cosas, pero que tú no le escucharas ni en lo que siente, ni en lo que quiere, ni en lo que necesita. ¿Crees que esa persona podría sentirse segura a tu lado? Pues no, obvio que no. ¡Y esto funciona igual cuando la que no se escucha eres tú!
No he hecho un cálculo exacto, pero ya te digo que como el noventa por ciento de mis coachees, a lo poco de estar trabajando conmigo, se dan cuenta de que antes no se escuchaban (si tú también quieres trabajar conmigo, puedes rellenar este formulario para tener una sesión de valoración).
Y lo mismo si hay alguien a tu lado a quien rechazas. A quien le dices que no debería sentirse así, que no te gusta su forma de ser, que no debería haber hecho eso, que no debería afectarle lo que te pasa, que lo que ha dicho no estaba bien… ¿Crees que esa persona podría sentirse segura a tu lado?
Pues no, obvio que tampoco.
Y otra vez que (casi) todas mis coachees, cuando empezamos a trabajarlo, se dan cuenta de que no se aceptan lo más mínimo. Y, así, es imposible que se sientan seguras.
Escucharte empieza por escuchar lo que te dices, que suele ser lo primero que nos resta seguridad. Porque, cuando lo que te cuentas te sirve, tú te sientes segura de ti misma.
Que no se trata de sentirte bien siempre, porque a veces pasan cosas con las que no puedes sentirte bien, pero sí de estar en paz, de estar a gusto contigo, de sentirte segura en ti. Y eso, depende de lo que te cuentas.
Si piensas que no vas a ser capaz de algo y que los demás sí, es de cajón que no te vas a sentir segura.
Si necesitas que alguien te diga que lo estás haciendo bien, si no sabes reconocértelo tú, es imposible que te sientas segura.
Si necesitas escuchar lo que opinan los demás, porque no has aprendido a escucharte a ti, porque no confías en lo que tú sientes ni en lo que tú piensas, tampoco puedes sentirte segura.
Por ejemplo, que me decía una coachee, “hasta que otra persona no valida que yo me haya podido sentir mal en una situación, yo no me reconozco que eso me ha molestado y que es importante para mí. Es como que me quedo bloqueada hasta que viene alguien a rescatarme”.
Claro, si no te das permiso para sentir lo que sientes, si no lo legitimas como lo más sagrado del mundo, si no confías en ti y en lo que te está diciendo tu intuición, ¿¿¿cómo vas a sentirte segura???
Si antes fueron otros los que no te validaron lo que pensabas, los que te negaron lo que sentías, los que te dijeron que eso no estaba bien, y ahora tú haces eso mismo contigo, ¿¿¿cómo quieres sentirte segura???
“A veces pienso que alguien no me gusta, pero me digo que serán cosas mías, que siempre estoy prejuzgando… Y, entonces, llega otra persona y me dice que a ella tampoco le gusta ese otro, y es como que ya me doy permiso para escuchar que a mí tampoco me gustaba”, que me decía otra coachee.
Pues eso, escucharte y aceptar lo que se mueve dentro de ti es lo que hará que te sientas segura.
Legitimar lo que te pasa y lo que sientes sin condiciones, en vez de querer estar contenta cuando estás triste, de querer estar para fuera cuando necesitas estar para dentro o de querer cambiar muchos hábitos cuando estás sin energía.
Validar lo que sientes no hace que la situación cambie, pero cambia que tú empiezas a estar contigo, de tu parte.
Tu seguridad en ti aumenta cuando sabes que estás ahí para escucharte, para aceptar lo que sientes y lo que te pasa y para darte lo que necesitas.
3.Elegir lo que quieres en cada momento.
Imagínate a una mujer dentro de un escenario en el que nada lo elige ella. En el que no elige lo que hace, lo que deja de hacer, con quién lo hace, con quien no lo hace, cuándo, dónde, cómo o por qué… ¿cómo va a sentirse segura así?
Sentir que eres tú la que elige en tu vida, que lo que hay en ella depende de ti, te da seguridad.
Que eliges a qué dedicas tu tiempo, en que inviertes las horas de cada día, a qué dedicas tu energía, en qué inviertes tu dinero, quienes son las personas que forman parte de tu vida, con quién compartes tu tiempo libre, con quién te tomas un café, con quién prefieres no tomarlo, qué haces el fin de semana, a qué le dices que sí y a qué le dices que no…
Que tú seas quien elige lo que hay en tu vida, que no sean otros o que no sea lo que te ha venido dado, te hace sentir segura.
“Muchas veces me pillo pensando en qué querrá él, pocas veces he pensado en qué quiero yo”, que me decía una coachee.
“Siempre que alguien me llama, voy. No me paro a pensar si quiero ir o no, simplemente voy”, que me decía otra.
Pues eso.
Y si hay algo que no te aporta o que no está alineado con la vida que quieres, lo que te hará sentir segura es saber despedirte.
Que a veces invertimos en algo porque ya lo habíamos empezado, porque todos lo hacen, porque es lo correcto, porque qué van a decir de mí… pero, si a ti no te sirve, no te vas a sentir bien y, mucho menos, segura de ti misma.
Por eso lo importante es que, lo que sea, lo elijas tú.
No que aciertes, no que elijas lo mejor, no que elijas lo que te va a hacer feliz.
¡No! ¡Lo importante para sentirte segura es simplemente que elijas!
Y seguro que si piensas en momentos de tu vida en los que has elegido tú, te das cuenta de que eso te hizo sentir segura.
Y esto, por supuesto, tiene que ver con hacerte muchas preguntas. Con conocerte como a la palma de tu mano y saber qué quieres para ti, qué es para ti una vida de éxito, qué te da felicidad y qué te la quita, qué te hace sentir tranquila y qué te resta tranquilidad, qué es prioridad para ti, a qué no quieres renunciar por nada del mundo, qué quieres ver cuándo mires atrás dentro de unos años…
Tu seguridad aumenta cuando sientes que eliges en tu vida, que actúas, que te mueves y que eres tú la que marca tu rumbo.
…
Como siempre, me encantará leerte en los comentarios aquí debajo…
Muy interesante, me ha gustado mucho lo que he leído, sobre todo me ha confirmado lo que creía de hace tiempo, de lo que me pasa,
Muchas gracias!
Pues me alegro mucho de que haya sido así :-). Muchas gracias por compartirlo.
Un abrazo,
Vanessa