¿Cuándo fue la última vez que te molesto algo de alguien?
Piénsalo, seguro que no hace mucho…
Puede ser que eso que te molestó hiciera que se enfriara la relación y terminaras alejándote de esa persona. O bien que la relación se mantenga, pero que ya no sea lo mismo que antes.
En cualquiera de los dos casos, si lo sigues recordando es porque es algo que todavía no has cerrado.
Este es uno de los motivos por los que más personas me contactan, para contarme que les ha molestado algo de alguien y que no consiguen pasar página con el asunto.
Hay quien quiere resolverlo y que la relación vuelva a ser como era.
Y hay quien siente tanto resentimiento que no quiere resolverlo, pero sí dejar de darle vueltas al tema y estar en paz.
Por ejemplo, recuerdo a una coachee que se había alejado de una amiga porque sentía que ésta no estaba siendo sincera con ella. En concreto, no le había contado que estaba siéndole infiel a su pareja con una tercera persona. Y esto mi coachee lo interpretaba como una falta de amistad.
En la mayoría de los casos, cuando nos molesta algo de alguien, me doy cuenta de que nos quedamos en la superficie de lo que está pasando, de que miramos al comportamiento de esa persona y no somos capaces de ver más allá de lo evidente.
Y así es como surgen los malentendidos y las relaciones se enquistan.
Por eso quiero compartir contigo cinco pasos fundamentales cuando te molesta algo de alguien.
Uno de ellos es especialmente importante y pocas personas lo hacen bien. Me refiero al tercer punto, el de entender lo que esa persona está necesitando. Ese paso es el fundamental y el que me gustaría que te quedara más claro. Pero no puedes llegar a él sin pasar por los dos primeros. Así que vamos a ir por partes:
1.Distingue entre hechos y juicios.
Un hecho es lo que sucede tal cual, lo objetivo, en lo que cualquiera de las partes estaría de acuerdo. Lo que esa persona te ha dicho, lo que tú le has dicho, lo que ha hecho, lo que tú has hecho…
Por ejemplo, en el caso de esta coachee que te contaba, los hechos eran que su amiga no le había contado algo.
Mientras que el juicio era lo que mi coachee interpretaba. “Lo hace para engañarme”, “lo hace porque no confía en mí”, etc. Esto no son realidades, sino juicios e interpretaciones que nosotros hacemos. Y es fundamental diferenciar unos de otros cuando nos pasa algo con alguien.
Por poner otro ejemplo, recuerdo a otra coachee que, organizando un viaje en un grupo de whatsapp, se molestaba porque alguien que estaba en ese grupo no respondía a los mensajes a pesar de haberlos leído. En este caso el hecho es que esa persona no estaba contestando a los mensajes, pero la interpretación que hacía mi coachee era que “pasaba del tema”.
2.Quítate las ideas preconcebidas.
Unas veces son las que tienes sobre esa persona…
Cuando hacemos varias interpretaciones sobre alguien, o incluso a raíz de varios hechos objetivos, terminamos creándonos una idea preconcebida de esa persona. Es decir, le ponemos una etiqueta y la convertimos en una realidad.
Por ejemplo, en el primer caso que te he contado la etiqueta era “mi amiga es una mentirosa” o “mi amiga no es de fiar”.
Mientras que en el segundo la etiqueta era “esta persona pasa de nosotros”, “esta persona no es comprometida”, “no se puede confiar en esta persona”.
Cuando hacemos esto, sacar conclusiones precipitadas sobre alguien, después eso que estamos pensando suele influir en nuestro comportamiento con esa persona. Y así, nuestra forma de ser con esa persona cambia por lo que estamos pensando.
Por ejemplo, como creo que no eres de fiar dejo de contarte las cosas o de ser natural contigo.
O como creo que te vas a enfadar pues ya no te digo lo que pienso.
O como creo que siempre te estás quejando pues me pongo a la defensiva.
O como creo que no me vas a entender pues no te digo cómo me siento.
O como creo que me vas a decir que no pues no te pido lo que necesito.
Es decir, dejamos de relacionarnos desde los valores que queremos hacerlo y empezamos a relacionarnos desde las etiquetas que le hemos puesto a esa persona.
Porque le hemos puesto una etiqueta y damos por hecho que su comportamiento va a encajar en esa etiqueta, así que nos adelantamos.
Tratamos a esa persona diferente a como la trataríamos si no le hubiéramos puesto esa etiqueta.
Y eso también nos pasa con las personas en general, porque a veces las etiquetas que le hemos puesto a alguien tendemos a ponérselas a otras personas aunque solo hayan tenido un comportamiento que encaje en esa etiqueta.
3.Entiende lo que esa persona está necesitando.
Este es el punto más importante, el que lo cambia todo y a raíz del que surgió la idea de este post.
¡Porque las personas no nos paramos a leer más allá de lo evidente para entender qué es lo que la persona que tenemos delante está necesitando!
Y esto va de ponerte en su lugar y ver más allá del comportamiento de esa persona.
Por ejemplo, me viene a la mente una coachee que comenzó a trabajar conmigo porque quería mejorar la relación con su madre. Decía que su madre siempre se estaba quejando por todo lo que ella hacía y que todo le parecía mal. Así que como le había puesto la etiqueta de “se queja por todo” no era capaz de ver más allá de esa etiqueta. Cuando empezaba a contarle algo a su madre ya iba pensando “en cualquier momento me la va a liar”, y eso condicionaba su manera de contárselo.
Ahí trabajamos el ponerse en el lugar de su madre y ver más allá del comportamiento que estaba teniendo.
Y con esto me refiero a escuchar a esa persona, a pensar en lo que puede estar pensando, a hacerte una idea de cómo se puede estar sintiendo, a dejar de juzgarla y ponerte en su lugar para poder entender qué le ha llevado a actuar así…
Se trata de que, aunque no te guste lo que esa persona ha hecho o tú no lo hicieras de la misma forma, hagas el esfuerzo de comprender por qué ha actuado así.
Obviamente, como tú no eres esa persona, esto requiere pensar en lo que ha pasado, en lo que esa persona hizo o en cómo respondió, y ponerle imaginación para ponerte en su lugar.
¿Qué pudo pensar esa persona en ese momento? ¿Cómo pudo interpretar lo que yo hice? ¿Qué supuso que era verdad? ¿Cómo se pudo sentir?
Por ejemplo, en el caso de esta coachee con su madre, gracias a hacer este esfuerzo de ponerse en su lugar se dio cuenta de que cuando su madre se quejaba de algo que le había sentado mal no lo hacía para provocar ni buscando discutir o tener la razón, sino porque había pensado que su hija no se preocupaba por ella y se había sentido dolida.
¡Ah! Esto funciona mejor si piensas bien que si piensan mal. Porque si la opción de pensar bien existe y además te sirve para sentirte mejor y para llevarte mejor con alguien, ¿para qué usar la otra? Hay muchas personas que prefieren pensar mal, lo veo cada día en mis coachees. Pero no estoy de acuerdo, sigo pensando que es mucho mejor confiar en las personas y llevarse algún batacazo (no suelen ser tantos) que desconfiar y no llegar a tener relaciones plenas y profundas.
Y, una vez que te estás poniendo en el lugar de esa persona, hay tres preguntas fundamentales que necesitas hacerte:
-¿Que necesidad intentaba satisfacer esta persona?
Muchas veces nuestros comportamientos buscan satisfacer una necesidad, como puede ser sentirnos seguros, o sentirnos menos inseguros, o no sentirnos culpables, o sentirnos queridos, o sentirnos importantes, o tener el control…
Por ejemplo, en el caso de la madre de esta coachee, la necesidad que se escondía detrás de esas quejas era la de pasar más tiempo con su hija.
Y cuando la hija pensaba que la madre decía algo para hacerle sentir culpable, lo que en realidad estaba necesitando era sentirse querida, pero no sabía pedirlo ni expresarlo de otra forma.
O alguien que se enfada cuando en realidad lo que está necesitando es pedir ayuda, pero no es capaz de hacerlo…
O alguien que se calla cuando en realidad lo que está necesitando es que sentirse visto, que le presten atención…
Esto también causa muchos problemas en las relaciones de pareja. Por ejemplo, tuve un coachee al que le parecía muy mal cuando su pareja le pedía que le avisara de si se iba a entretener al salir del trabajo o no. El lo interpretaba como una especie de capricho, hasta que pensando en eso de la necesidad que se escondía detrás de esa petición, se dio cuenta de que en realidad lo que su chica le estaba pidiendo era sentirse valorada e importante (al ser informada por él de lo que iba a hacer).
Y, por mi experiencia te diría que en la mayoría de los casos cuando una persona hace una queja, un reproche o una petición de este tipo, lo que tiene es una necesidad de sentirse vista, valorada, reconocida, querida, importante…
Así que, por favor, cuando te moleste algo de alguien, sobre todo si es alguien a quien quieres, ¡pregúntate qué es lo que esa persona puede estar necesitando!
-¿Qué creencias influyeron en su conducta?
Volviendo a lo de que juzgamos a las personas por un comportamiento, cuando debajo de eso hay mucho más que desconocemos… Otras veces eso que hace que una persona haya tenido un determinado comportamiento son sus creencias.
¿Recuerdas el ejemplo de la coachee cuya amiga le había ocultado que estaba siendo infiel a su pareja? Pues en este caso podía ser que la creencia de su amiga fuera algo como “si lo cuento me van a juzgar” o “las personas infieles son malas personas”.
A esto me refiero con que cuando alguien hace algo no sabemos qué creencias le están llevando a comportarse así.
-¿Qué dolor, qué resentimiento o qué sentimientos influyeron en el comportamiento de esa persona?
Porque lo que nos ha pasado, nuestras experiencias, nuestras heridas y nuestras sombras, también condicionan nuestros comportamientos…
Igual que si sentimos algún tipo de rencor u otro sentimiento es probable que nos comportemos de acuerdo a él…
…
Cuando pones en práctica estas tres preguntas te das cuenta de que no es tan frecuente que una persona haga algo por maldad o con mala intención, sino que suele hacerlo para satisfacer una necesidad, para buscar algún tipo de placer, para evitar algún tipo de dolor…
Y esto no lo podemos saber con total seguridad a no ser que pidamos aclaraciones a esa persona. O, por lo menos, que hagamos el esfuerzo de ponernos en su lugar.
4.Practica la Compasión.
Una vez que has visto más allá del comportamiento de esa persona ya puedes empezar a conectar con la compasión.
Compasión es comprender por qué alguien se está comportando así, en vez de seguir en tu película mental…
Es aceptar a esa persona como es, sin juzgarla y sin querer que sea de otra forma…
Y compasión también es ser capaz de perdonar y de no tener nada pendiente con esa persona…
5.Expresa lo que necesitas tú.
Este es el último paso. A veces no es necesario llegar a él, porque con los anteriores ya te has quedado bien, ya te sientes en paz.
Pero otras veces, cuando quieres que esa persona cambie algo en su comportamiento, sí que es importante que expreses lo que necesitas utilizando una comunicación sincera y asertiva.
Es decir, no te juzgo a ti, sino que te digo cómo me siento yo cuando tú haces esto. Y lo hago con empatía y con humildad.
Además de todo esto no quiero despedirme sin recordarte que tus relaciones son un reflejo de ti, que todo lo que te pasa con los demás en realidad te está hablando de ti.
Tal vez de que eres demasiado susceptible…
Tal vez de que tienes unas expectativas muy altas hacia los demás…
Tal vez de que ellos no te respetan porque tú tampoco te respetas…
Sea lo que sea, nuestras relaciones son una maravillosa escuela para conocernos y mejorarnos.
…
¿Qué me dices? ¿Con quién vas a hacer este ejercicio de ver la necesidad que se esconde detrás del comportamiento de una persona? Puedes compartirlo conmigo en los comentarios aquí debajo.
No, no estoy de acuerdo contigo, o yo me he encontrado con todos los c….. Porque siempre la que queda mal soy yo y me quedo sola y humillada. No conozco a nadie (ni mi madre etc..) que se hallan puesto alguna vez en mi lugar. Gracias. Saludos
Hola Trinidad,
Lamento mucho que lo sientas así. Este post está pensado para cuando tenemos un conflicto con alguien y no entendemos el comportamiento de esa persona. En muchos casos es útil pensar en lo que puede estar pensando, sintiendo y necesitando. Espero que en algún momento lo puedas aplicar y te sea útil.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Muy bien articulo.
Aunque pienso que para cumplir todos esos puntos, la otra persona también tiene que poner de su parte. Cuando das con una persona que se enfada cuando le cuentas que algo que te hizo sentir mal. Cuando das con una persona que jamás habla de nada acerca de uno mismo o de la relación entre los dos. Y solo eres tú el que sientes que te preocupas de cómo estamos en la relación. O cuando uno esta enfermo, lo ves días después y ni te pregunta, es difícil hacer todo eso. Soy una persona que creo que me meto en la piel del otro para entender ciertas actitudes y lo que consigo es cansarme mentalmente y al final perdonarlo todo por el hecho de que cada uno es como es. Pero algo queda en mí que hace que no esté agusto con la otra persona. La otra persona ni se queja de nada mio, ni reclama nada. Simplemente está pero sin indagar en cosas esenciales de la amistad, desde que expresé que algo me estaba haciendo mal.
Al final me quedo con mis películas porque no tengo información de esa persona.
No se si me explique bien.
Gracias por leerme.
Hola Cristian,
Por supuesto, ponernos en el lugar de la otra persona y entender lo que puede estar pensando, sintiendo o necesitando no significa que no pongamos límites. Este post sirve para lo que puedes hacer tú y está pensado desde ahí. Pero si es una situación que se repite constantemente y por más que te esfuerzas no consigues conectar con la otra persona, no consigues comunicarte ni sientes que esa amistad te esté aportando lo que necesitas, también es importante que sepas valorarte y tomar decisiones al respecto. Ponernos en el lugar del otro no significa que tengamos que consentir un trato que sentimos que no merecemos.
Un abrazo grande,
Vanessa
Buenas, tengo una pregunta.
Ayer fue mi cumpleaños y veía que estaba hablando con mi pareja por el móvil y me felicitaban todos menos él. Ya pasó medio día y no me dijo nada y le dije que estaba disgustada porque aún no me había felicitado ni parecía que fuese a hacerlo.
Mi pregunta es, ¿este post iría destinado a mi (que me he molestado) para entender porque él no me felicitaba o a él para entender que me molestase que no me felicitara?
Tengo otra pregunta, y es que mi psicóloga dice que si yo me molesto y él me explica que no me felicitó porque iba a hacerlo por la tarde en persona, debo entender su parte y ya no puede molestarme si lo entiendo, y siento como que me molesto por algo y encima el problema lo tengo yo y no puedo pedir que tenga en cuenta para la próxima vez que yo quiero que me felicite, porque según ella eso es una necesidad que tengo yo. Siento que en todas las sesiones el problema soy yo.
Hola Silvia,
Cada uno ha de hacer su propio trabajo, por eso este post puede servirte a ti, que te ha molestado, o a tu pareja, para entender que te molestases. A cualquiera de los dos que quiera aprender a gestionar la situación.
En mi opinión, todos tenemos derechos a sentier lo que sentimos. Si algo te molesta, es perfecto, tienes derecho a sentirlo y está bien. Se trata de hacerte responsable de lo que sientes y comprender que eres tú quien lo está sintiendo, y por lo tanto eres tú quien ha de gestionarlo. Desde ahí puedes elegir perdonar al otro, aunque sigas sintiendo el enfado. O no perdonarle. O esperar a ver si se te pasa. O ver qué necesitas para gestionar ese enfado (por ejemplo, reduciendo las expectativas hacia el otro, expresándole tu necesidad o aceptando que pueda cometer un error)… Pero lo que sientes está bien, por el simple hecho de que lo estás sintiendo. Nuestras emociones siempre están bien, vienen a informarnos de algo, y después somos nosotros quienes elegimos qué hacer con ellas.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanesa, soy Fina,
Me ha encantado este post… Me he identificado con el ejemplo de pareja… Estoy pasando un mal momento con mi marido… por su falta de dialogar… y voy a eso Vanesa. Mi pregunta es si yo hago todo lo posible por hablar con él y él no habla nada de lo que nos pase… ¿Cómo soluciono yo ese problema que tenemos? Si él con su actitud lo que hace es ponerme peor… él se encierra en si mismo… Muchas gracias, Vanesa… Te necesito muchísimo… Mil besos.
Hola Fina,
Muchas gracias por tus palabras. Creo que para resolver una crisis en una pareja hace falta que los dos acepten que eso está pasando y que ambos pongan de su parte para resolverlo. La comunicación es fundamental y no se puede resolver algo de lo que no se habla. ¿Qué puede estar necesitando tu pareja? ¿Qué le encierrra en sí mismo y le impide comunicarse? ¿A qué tiene miedo? Son preguntas que puedes hacerte, pero de cualquier forma sigue siendo necesario que él ponga de su parte para resolverlo, hablando contigo y expresando lo que le está pasando.
Un cariñoso abrazo,
Vanessa
Lo siento pero es taaaaan complicado el proceso y taaaaan largo que ni he acabado de leer todo el artículo. Si cada vez que interactuamos con alguien y nos cabreamos/sentimos ofendidos, etc. hay que seguir todo ese repertorio, yo casi que prefiero el cabreo o pasar de la persona :).
Jaja! Está bien, si la situación no te desestabiliza y puedes dejar pasar el cabreo o pasar de la persona, estupendo. Simplemente que sepas que si en algún momento lo necesitas tienes la opción de ponerte en su lugar y comprender lo que puede estar pensando, sintiendo o necesitando.
Besos y sonrisas,
Vanessa
No entiendo Vanesa, ¿por qué las relaciones personales son un reflejo de uno mismo, porque hablan de uno mismo? Si eres buena amiga y tienes confianza en ellas, si tienes una nuera con mucho genio que te contesta con fiereza por cualquier cosa… ¿qué refleja de mi?????
Hola Jimena,
Aquí tienes el post en el que hablo de esto. En los ejemplos que pones, si lo que sientes es que los demás no te respetan, podría ser que esas relaciones te recuerden que no te estás valorando o respetando a ti misma. Espero que al leer ese post y otros relacionados puedas ir comprendiendo mejor.
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola Vanessa!
Como siempre tus post llegan como caídos del cielo en el momento más oportuno. Primero felicidades por el artículo porque haces un ejercicio de empatía tremendo. Una cosa es la teoría como siempre y otra la práctica.
Me pasa que me he distanciado de una amiga que me pidió un “favor”, que consideré y sigo considerando un abuso. Al final ambas nos hemos juzgado pues yo le dije : “yo nunca te pediría algo así” y ella me contestó con un frío : “los amigos a veces hacen favores, ya veo que tú no”. El famoso “te respeto pero no lo comparto”, que me hace mucha gracia o lo que yo traduzco como: “limpiar un retrete sin ni siquiera usar lejía o un perdón con la boca pequeña”.
Después de hablarlo yo noto que algo ha cambiado y que yo me he decepcionado, no sé. Porque en el post hablas de ver las necesidades del otro para comprender por qué esa persona actuó de ese modo, pero… ¿qué hay de que el otro vea las tuyas? Lo de las etiquetas y los juicios es muy cierto pues yo le puse la etiqueta de “egoísta” y ya no salí del bucle.
Ahora se ha echado otra amiga con la que está todo el día de cachondeo (salen a veces sin decirme nada), no sé y hace como si nada hubiera pasado o no sé, tenemos unas entradas para una cosa desde hace tiempo y me deja caer que si quiero ir con alguien que ella me da la otra entrada. No entiendo tampoco su comportamiento y me duele.
Ella siempre estuvo para mí y ahora me sorprende esta persona, la verdad.
Me gusta la última parte cuando dices que solemos tener las expectativas muy altas y lo de que a veces no nos respetan porque nosotros no nos respetamos. Gran verdad y gran reflejo.
No sé Vanessa, en parte lo de piensa mal y acertarás es verdad pues la gente va a su bola hoy día….
En fin.
Muchas gracias por tan maravillosa reflexión.
Un abrazo
Pilar
Hola Pilar,
Me alegro de que el post te haya servido. Lo de que los demás se pongan en nuestro lugar no está en nuestra mano. Esto va de uno mismo, de ser uno mismo quien aprenda a ponerse en el lugar del otro si eso le sirve para comprender a alguien de quien le pueda haber molestado algo. No se trata de quién se pone más en el lugar del otro, sino de si yo quiero sentirme mejor con esta persona. Si la persona merece la pena, el esfuerzo también. Si no la merece es algo que se va sintiendo con el tiempo. Sobre todo se trata de qué puedo hacer yo para que esto que ha pasado no estropee nuestra relación.
Un cariñoso abrazo,
Vanessa
Holaaa,
Amo tus post, me son de gran utilidad y disfrute, gracias por tu tiempo y por el amor que depositas en ello.
Entiendo que cada uno de nosostros somos responsables solamente de nuestros comportamientos y a veces solemos ser un poco egoístas de solo estar pendiente de los comportamientos y esperando cambios de los demás.
Mi pregunta es porque nos duele tanto sentirnos traicionados o engañados. En mi caso es lo que me cuesta un poco a pesar de entender lo que explicas en tu post. Cuando quiero ser compasiva, algo dentro de mi mente dice “pero te tomaron por tonta”, “si perdonas te lo vuelven a hacer”, ” si lo olvidas te engañarán de nuevo”, “debe recibir un castigo”.
Hola Eluz,
Creo que lo que dices tiene mucho que ver con malinterpretar lo que hacen los demás y pensar que eso que han hecho ha sido con mala intención. Muchas veces no es así, por eso el invitarte a reflexionar sobre la necesidad que se esconde detrás del comportamiento de la otra persona. Si eres capaz de perdonar a los demás, también serás capaz de perdonarte a ti misma cuando lo necesites. Y eso no significa que te la vuelvan a hacer, porque sentirás cuándo es el momento de poner límites. Si la relación no era buena y te la vuelven a hacer podrás alejarte. Desde luego que si te pasa mucho esto también habla del tipo de personas en las que confías. Pero si la relación sí era buena y eres capaz de comprender y perdonar, entonces no perderás relaciones que merecían la pena. Todos podemos equivocarnos.
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola Vanessa, ahora mismo necesitaba leerte, estoy pasando por una situación similar con una persona de mi círculo de amistades, una amistad de 20 años que lleva unos 8 o 10 deteriorándose poco a poco. Tanto es así que evito verla, evito cruzarme con ella, la veo solo en eventos, y nuestra relación se ha vuelto cordial, de conocidas, pero ayer ella petó, y quiere hablar. Yo no quiero dañar a nadie, pero mi relación con ella hace tiempo que terminó por desencanto, por muchas pequeñas decepciones, que jamás se hablaron, ¿y ahora vale la pena sacar todo? Ahora yo ya utilizaba la distancia, ¿de qué hablar cuando ya estás tan desencantado? Para mí las relaciones nacen, crecen, se alimentan, permanecen, y mueren… Y esta murió, ¿pero resucitar algo así vale la pena? Nunca se habló nada, todo se enquistó… ¿Qué le digo de mi distancia y mi frialdad? Tampoco quiero dañar ni hacerle daño, es remover algo que ya no importa… No tengo una solución, mi corazón aún siente y mi alma palpita.
Hola Silvia,
Muchas gracias por compartir. Sólo tú puedes responder si vale la pena, porque es algo que depende de cada persona y de cada relación. Seguramente haya relaciones en las que para ti pueda valer la pena y otras en las que no. Tal vez si sigues pensando en ello y te sigue produciendo dolor sí sea necesario cerrar algo ahí. Sea como sea, siempre puedes aprender algo de lo que ha pasado. En mi opinión, es sano hablar las cosas cuando ocurren, para no dejar que se enquisten. Es como ir deshaciendo cada pequeño nudo, para que no se convierta en uno más grande mucho más difícil de desenredar :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola Vanessa, me encantó el post pero sé que algunas cosas no siempre es fácil ponerlas en practica. En mi caso, tengo una amiga que la verdad me está comenzando a caer mal debido a que:
1. Ella nunca confió en mi como yo en ella, prefiere confiar en sus otras amigas debido a que (en mi opinión) son son mas parecidas a ella, también es amiga de mi novio, cosa que no me gusta para nada.
2. Y lo que mas me enfada, ella desde que rompió con su novio, se empezó a portar diferente, no para de hablar de conseguir un novio, siempre queriendo ser el centro de atención, tratando de llamar la atención de los chicos, con sus fotos en facebook e instagram, cosa que yo no puedo empatizar, pues a mí no me gusta exhibirme. Incluso a mi novio que es su amigo le pide opiniones de su físico o le manda fotos. Desde eso no paro de compararme con ella y ya no la veo de la misma forma que antes.
Debo admitir que también hubo momentos lindos y muchas veces en que ambas nos ayudamos. Por eso me cuesta tomar una decisión, entre ser empática con ella o alejarme.
Hola Emily,
Muchas gracias por compartir. En mi opinión la comunicación es fundamental en cualquier relación. Además al hablar con otra persona también nos damos cuenta de en qué medida encaja con nuestros valores o no. Y lo bueno es que lo que los demás despiertan en nosotros también nos habla de nosotros mismos, así que siempre hay un crecimiento y un aprendizaje detrás si lo sabes aprovechar.
Un abrazo grande,
Vanessa