Solo hay dos formas de vivir: desde el Miedo o desde el Amor.
El que no vive desde el Amor, vive desde el Miedo.
Y el que no vive desde el Miedo, vive desde el Amor.
No hay más opciones, así que la única pregunta posible es: ¿desde cuál vives tú? ¿Vives desde el miedo o vives desde el Amor?
Esta es una reflexión que a menudo invito a hacer a mis Coachees.
Es algo que he escuchado varias veces, de varios maestros, y es posible que la primera persona a la que se lo escuché fuera Sergio Fernández.
Y, además de que me parece maravillosa, es cierto que es muy apropiada para estas fechas. Por eso hoy quiero compartirla contigo.
No lo dudes: si no estás eligiendo Amor, estás eligiendo Miedo
Vivir desde el Miedo y, a la vez, vivir desde el Amor no es posible. Es algo incompatible. Sólo puedes estar en uno de ellos.
Porque el Amor y el Miedo son completamente opuestos. Nos caben en el mismo lugar, en el mismo momento, ni en la misma intención.
Si llega uno, se va el otro. Y si llega el otro, se va el uno.
Por ejemplo, vivir desde el Miedo es entrar en el juicio hacia cómo es alguien o cómo se ha comportado (ay, juzgar, ¡qué bien se nos da!), mientras que vivir desde el Amor es conectar con la compasión hacia esa persona, su historia y todo lo que no sabes de ella.
Otro ejemplo: vivir desde el Miedo es estar todo el rato mirando lo que te falta, lo que no tienes, lo que otros sí tienen… Mientras que vivir desde el Amor es mirar lo que hay, lo que tienes, lo que eres…
Todos, en cada momento, elegimos Miedo o Amor…
Hay quien elige vivir desde el Miedo a lo que pueda pasar, y quien elige vivir desde el Amor a sus deseos…
Hay quien elige vivir desde el Miedo a que le dejen, y quien elige vivir desde el Amor a lo que siente…
Hay quien elige vivir desde el Miedo a no ser suficiente, y quien elige vivir desde el Amor a lo que vale…
Hay quien elige vivir desde el control, y quien elige vivir desde la confianza…
Hay quien elige vivir desde la escasez, y quien elige vivir desde la abundancia…
Quien elige vivir desde la ira, y quien elige vivir desde la paz…
Quien elige vivir desde el sufrimiento por lo que no es, y quien elige vivir desde la aceptación de lo que es…
Quien elige vivir desde el apego a como deberían ser los demás y a como deberían ser las cosas, o quien elige vivir desde el desapego y el respeto a los demás y a lo que es…
Quien elige vivir desde la queja y quien elige situarse en el extremo del Amor y vivir desde la gratitud. Porque donde hay gratitud, de la de verdad, de la que nace del corazón, no queda espacio para el Miedo. Sentir agradecimiento por tu vida, por lo que hay en ella, por lo que ha habido y por lo que habrá, es uno de los mayores actos de Amor que puedes protagonizar.
Así que sí, siempre, en cualquier elección, a un lado está el Amor y al otro el Miedo.
En cada situación, en cada relación, en cada paso que das, cada día, de alguna manera estás eligiendo si vivir desde el Miedo o vivir desde el Amor.
Un ejemplo personal: el otro día le estaba contando a una amiga que iba a hacer una llamada. Ella opinaba que era mejor que no la hiciera, y yo seguía con que sí, con que creía que debía hacerla. Hasta que lo entendí.
De pronto me di cuenta de que estaba hablando de lo que creía que debía hacer, en vez de decir que quería hacerlo. Es decir, decirle a ella y a mí misma que iba a hacerlo no porque tuviera que hacerlo, sino porque de verdad quería hacerlo.
En ese caso, y en cualquiera, quedarte en el “debería” es vivir desde el Miedo, y validar lo que sientes y lo que quieres es vivir desde el Amor.
Y ahora te pongo un ejemplo de una Coachee que se había distanciado de una amiga. Antes estaban muy unidas y ahora mi Coachee sentía que ya no tenían tantas cosas en común. Pero aun así se empeñaba en mantener el contacto y en hacer cosas para agradar a su amiga.
Cuando compartí con ella esta reflexión sobre vivir desde el Miedo o vivir desde el Amor, se dio cuenta de que lo que estaba haciendo era vivir desde el Miedo. Desde el Miedo a que la relación ya no fuera lo que había sido.
¿Qué era para ella vivir desde el Amor? Aceptar que la relación había evolucionado porque las dos habían evolucionado, tal vez de maneras diferentes, y estar en paz con ello. Aceptar a su amiga, tal y como era ahora, y aceptarse a sí misma, tal y cómo se estaba sintiendo.
Cómo acercarte a vivir desde el Amor
Supongo que ya estás entendiendo porqué todo, de alguna manera, se puede colocar en uno de los dos opuestos: Vivir desde el Miedo o Vivir desde el Amor.
Y el problema es que, sin darnos cuenta, nos pasamos la mayor parte del tiempo viviendo desde el Miedo.
Cuando te resistes a tomar una decisión que sabes que necesitas tomar, estás viviendo desde el Miedo.
Cuando no pones límites, muy por encima de tu dignidad, estás viviendo desde el Miedo.
Cuando huyes de lo que no quieres afrontar, cuando miras hacia otro lado para no ver, estás viviendo desde el Miedo.
Cuando dejas que el resentimiento se apodere de ti y se asiente en tus entrañas, estás viviendo desde el Miedo.
Cuando te empeñas en verlo todo negativo, eso que dicen de ver el vaso medio vació, estás viviendo desde el Miedo.
Cuando te resistes a aceptar que no estás bien dónde estás, y por lo tanto no cambias nada, estás viviendo desde el Miedo.
Cuando desconfías de los demás así como por costumbre, sin base ni motivo aparente, estás viviendo desde el Miedo.
Cuando te plantas en el temor a equivocarte o a que algo salga mal, y no te permites lo que te mereces, estás viviendo desde el Miedo.
Cuando sigues luchando por algo que sabes que no es, estás viviendo desde el Miedo… Porque vivir desde el Amor sería aceptarlo y reconocer que ya fue suficiente, y que es momento de soltar…
En definitiva, cuando no estás escuchando la voz de tu corazón, estás escuchando la voz del Miedo. Y desde ahí es muy fácil perderse…
Por eso, para volver a encontrarte, para reencontrarte contigo, necesitas empezar a observarte, a escucharte y a confiar en ti… Solo desde ahí, y solo si lo eliges, empezarás a vivir desde el Amor.
Porque todo lo que no nace del Amor, nace del Miedo.
Y todo lo que no nace del Miedo, nace del Amor.
Así que, ¿cómo dejar entonces de vivir desde el Miedo? Es sencillo: acercándote a vivir desde el Amor, porque donde pones amor, no queda espacio para el Miedo.
En cada uno de tus comportamientos, de tus sentimientos, de tus pensamientos… Si te paras a observarte y te haces preguntas, podrás sentir y comprender si nace del Miedo o del Amor.
¿Qué sería para mí, ahora mismo, vivir desde el Amor?
¿Qué haría, qué pensaría, cómo me comportaría, cómo me trataría, cómo me relacionaría con esa persona…?
Vivir desde el Amor es una intención, una actitud, algo que nace de dentro, una forma de vida que lo empapa todo. Que te empapa a ti y a los que te rodean.
Y, de corazón, te deseo que te empapes de ello a cada instante.
Que hoy, mañana, esta Navidad, y siempre, elijas vivir desde el Amor.
Vivir desde el AMOR…
…
¿Qué me dices? ¿Se te ocurre algún momento en el que vivas desde el Miedo? ¿Cómo podrías acercarte a vivir desde el AMOR? Puedes compartir tu reflexión conmigo en los comentarios aquí debajo, me encantará leerte.
Querida Vanessa, de eso se trata, de vivir la Navidad cada uno como quiera o pueda.
Te deseo lo mejor y un estupendo 2020.
Espero seguir leyéndote y no dejes de seguir facilitándonos la vida con tus buenos consejos.
Un abrazo.
MARIAN
Muchas gracias, Marian. Yo también espero seguir compartiendo y aportando :-).
Te deseo también un maravilloso 2020 lleno de Amor y todo lo que quieras para ti en estos momentos.
Un abrazo,
Vanessa
Ya estoy suscrito, por eso recibo tus bonitos post. Este, de elegir vivir desde el Miedo o del Amor, me gustó mucho, porque soy una persona que vive con miedo…. Y me cuesta trabajo aceptarlo.
En este momento estoy leyendo los otros post que colocaste.
Muchas gracias, Vanessa.
Hola Luis,
Lo primero para cambiar algo es aceptarlo. Eso no significa que quieras quedarte ahí. Al contrario, no puedes cambiar algo que no aceptas. Una vez que lo aceptas se trata de ir dando los pasos para dirigirte hacia lo que quieres. El miedo es humano y sano en muchas situaciones, pero cuando no lo gestionamos se convierte en una parálisis permanente que nos impide vivir. Te deseo que poco a poco, en cada pequeño detalle, vayas caminando hacia el Amor.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Te leo y es muy bonito este post porque observo a mi alrededor y creo que por desgracia la mayoria vivimos y decidimos más desde el miedo que desde el amor. Yo estoy viviendo desde el miedo que me produce y la ansiedad que me genera el convivir con una persona algo controladora y yo por mi parte tambien intento controlarlo todo para evitar aquello que pueda molestarle y ser motivo de que me reprenda porque la tensión y rabia que esas situaciones me ocasionan no es buena para mi estado anímico. Tanto si me enfrento como si me callo a todo y guardo por no discutir, porque el dialogo normal con esta persona es muy dificil ya que solo se empeña en tener la última palabra y despotricar a los demás. Por eso lo mejor es evitar pero no siempre lo consigo porque todo no se puede controlar y a veces actuo sin pensar las consecuencias, que aunque sea por tonterias hace que la reacción de esta persona a mí me cause ansiedad y malestar a nivel animico emocional, y despues me siento fatal por no lograr siempre evitarlo. No ya por agradar a esa persona sino porque como digo es desagradable y repercute estas emociones negativas en mi salud, entiendo que vivo desde el miedo y este miedo se extiende ya no solo a la situacion con esta persona sino a otras de mi vida y demás relaciones. Creo que todo viene de lo mismo, de una situacion que no encuentro la manera adecuada de afrontar, y aunque sé lo que pasa me cuesta desvincularme. Esta persona tiene una programación y su programacion afecta a la mía, sea como sea y aunque sé que no es tarea fácil este post me ánima a trabajar mas el amor interior que deseo recuperar y ahora entiendo que el miedo es el principal obstaculo que me impide sentir como yo quiero. Has encendido en mí una luz en medio de la oscuridad.
Un fuerte abrazo!!!!
Hola María,
Qué bien, me alegro de que el post haya encendido esa luz que te sirva para comprender qué es lo que pasa en esa relación y elegir cómo quieres relacionarte con esa persona y contigo misma. Recuerda que cuando algo se repite una y otra vez nos está hablando de nosotros, de algo que necesitamos cambiar. Y lo primero para ello es tomar conciencia.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa,
Muchas veces y casi toda mi vida he vivido desde el miedo. Lo bueno es que por fin abro los ojos. Tus experiencias y todo lo que brindas es maravilloso, como tu Ser. ¡¡¡Gracias por compartirnos tu amor y tu despertar!!! Es muy completa tu guía que nos habla nada más y nada menos que de amar la vida.
Besos, Vanessa.
Felicidades, Karina, por ese despertar. Muchas gracias a ti también por compartirlo. Te deseo mucho Amor en tu camino, que lo disfrutes y te sientas muy agradecida por ser quien eres.
Un abrazo grande,
Vanessa
Felicidades amiga Vanesa, por esta entrada y por todo tu Blog, lleno de tesoros en forma de acertados consejos.
Me decido a escribirte y a comentarte que personalmente aposté por el amor, hace ya cosa de dos años, y en lo que se convirtió en la relación más intensa, estresante, difícil y llena de altibajos que he podido experimentar en mi vida.
Por entonces tenía yo 55 años, mi sobrina, a la que no veía desde los 13, contaba con 38. Estaba en proceso de separación de su marido, por una infidelidad de ella misma y que le había confesado. Siendo testigo de Jehova esto supuso una gran crisis moral y sentimental.
Se trasladó a vivir a mi ciudad, Alicante, a casa de su madre. Desde el primer instante en que nos cogimos de la mano, ya no pudimos separarnos. Fue una gran atracción, un gran sentimiento que nos unió de tal manera que, aunque yo casado y con dos hijos mayores, no podía más que ir en su encuentro siempre que podía.
Nuestros encuentros clandestinos se convirtieron en tal complicidad que por tres ocasiones le propuse vivir juntos, pero ella no podía por sus ideas y parentesco familiar. Aunque reconoció que si fuese un extraño estaríamos juntos ya. Nos convertimos en amantes y fue una locura. Yo conocí la ansiedad, depresión, noches sin dormir. Pero no podía estar sin ella, era tal lo que sentía y veía en sus abrazos, su mirada, sus caricias, que muchas veces intentábamos separarnos, romper…pero siempre volvíamos a estar juntos.
Este verano pasado empezó a trabajar en un empresa y a hacer amistad con el hijo de los dueños. Un día sabiendo que estaba mal y no contestar, me fui a verla a su casa, y allí estaba tranquilamente hablando con este compañero y amigo. Por primera vez sentí lo que son los celos, me enfadé mucho y le recriminé mi siempre preocupación por ella. Aunque duró media hora, e intenté arreglarlo, mi enfado produjo el efecto de que se sintiese tan mal, que ya no quería verme.
Durante los siguientes meses intenté acercarme a ella, pues la seguía sintiendo tan bella, cercana, dulce y enamorado como el primer día.
Hace un mes me confesó que lo que sentía ya por mi era aversión, por haberla amado, ilegalmente, y haberla hecho sentir tan mal consigo misma. Yo le confesé que no podía haber hecho otra cosa, que fue imposible.
A día de hoy, y siguiendo sus deseos, no la busco, no la llamo, no nos vemos. Me dijo necesitaba tiempo para poder vernos de nuevo y en paz, pues habían pasado muchas cosas entre nosotros.
Querida Vanesa, perdona esta larga explicación, que aunque resumida quería decirte y preguntarte si, aunque nunca antes había sido celoso, esto que me pasó es en cierto orden normal. Siendo un hombre con familia, ¿es normal arriesgarse todo por estar con esta mujer? Supongo lo que senti por ella era atracción, deseo, ¿obsesión tal vez?..
Lo cierto es que a día de hoy tengo que hacer gran esfuerzo por no llamarla, ir a buscarla, pero me comprometí. La sigo añorando muchísimo, la recuerdo con tal intensidad que me produce dolor en el interior. Y al mismo tiempo temo encontrarla porque no sabría como reaccionar.
Ella nunca me dijo estar enamorada, solo que me tenía un gran cariño. Yo sin embargo me volqué de todo corazón. Le di todo lo que pude.
Estoy leyendo tu estupenda guía sobre autoestima, porque me siento muy bajo en ella y necesito volver a la tranquilidad, a ser yo.
¿Algún consejo para superar esto?
Gracias de antemano y si hay algún lector/a en similares circunstancias no duden en escribirme. Siempre será de ayuda consejos sobre este tema.
Muchas gracias por compartir tu historia, Raúl. Si en la vida creo que no hay nada que sea normal ni nada que sea anormal, que todo depende de para quién, en las relaciones sentimentales ocurre lo mismo. Por supuesto que se pueden sentir celos en una situación así y por supuesto que se puede llegar al punto de arriesgar todo por alguien. Lo importante es lo que tú quieres ahora para ti. Si sabes que esa relación no es posible tal y como a ti te gustaría, el camnio pasa por aceptarlo y seguir adelante, aunque eso duela, que duele. El contacto cero, en mi opinión, es algo fundamental, y también el procurar no pensar en ella, porque tenerla en tu mente es otra forma de contacto. Te recomiendo dos libros por si te apetece: “Si duele no es amor” y “Cuando amar demasiado es depender”, de Silvia Congost.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Gracias Vanesa por tu respuesta y ánimos.
Lo cierto es que no sé ahora lo que quiero para mí, en mi vida.
La persona amada no me quiere en su vida, y yo no me centro en mi vida familiar, con los que me quieren.
Ahora me siento solo y por un largo camino por recorrer.
Todo esto me recuerda a ese dicho budista: “Amarás a quién no te ama, por no haber amado a quien te amó”.
Muchas gracias por la recomendación de esos libros, que seguro leeré.
E intentaré seguir tus sabios consejos de contacto cero, en todos los sentidos…
Un abrazo y de nuevo gracias.
Muchas gracias, Rául. Recuerda que todo lo que nos pasa nos pasa para algo, de todo podemos sacar un aprendizaje. Espero que encuentres el sentido a esto que te está pasando, y que lo aproveches para ser una mejor versión de ti mismo.
Un abrazo,
Vanessa
Y es cierto que nos complicamos la vida, pues resulta mucho más ameno vivir con amor que con miedo, pero huir de los males de cabeza, miedos, problemas, de nosotros… nos resulta más fácil porque inconscientemente nos han enseñado a eso. Deja lo malo a un lado y a lo mejor lo de “malo” lo dices tú porqué no encaja en tu perfil de bueno, ideal, perfecto.
Intento vivir en paz conmigo misma, pero nunca lo logro. Los miedos se me apoderan e intento excusarme con que me encuentro mal. Mi teoría es que no sé lo que es el amor, el querer y entonces no sé amar ni querer.
Muchas gracias, Joy. Hay reflexiones muy poderosas en lo que compartes… El beneficio implícito de vivir desde el Miedo, el que cada uno decide lo que etiqueta como bueno o como malo (en mi opinión de todo se puede sacar algo positivo), las excusas que nos ponemos para no salir de lo que conocemos, la importancia de aprender a amar… Respecto a esto último, creo que el comienzo de todo está en aprender a amarte a ti misma, y para eso necesitas sentirte merecedora de tu cariño, tu aceptación y tu compasión. Espero que lo que lees en el blog te sirva en tu camino.
Un abrazo,
Vanessa