¿Qué pasa cuando buscas en la pareja lo que tú no sabes darte?
¿Sabes qué ocurre cuando esperas que los demás te den lo que tú no te das?
Pues que terminas en relaciones en las que no recibes lo que mereces.
Esclava del otro, y el otro esclavo de ti.
Frustrada, exigiendo, esperando del otro lo que tú no te estás dando.
Vinculándote desde la carencia, desde el “dame lo que no tengo” y “se mi media naranja”.
Poniéndote en el lugar de víctima, del “sálvame tú”, que yo sola no puedo.
O todo lo contrario: poniéndote en el lugar de salvadora, ocupándote del otro y esperando que cambie y que sea como tú quieres que sea.
Adaptándote a maneras, ritmos y actitudes que no te están haciendo sentir bien.
Preocupándote más de lo que quiere el otro que de lo que sientes y lo que quieres tú.
Esperando que tu pareja te de el lugar que tú no te das.
Esforzándote para que te quiera y, así, te haga sentir que eres suficiente.
Necesitando que el otro te valore para valorarte tú.
Etc., etc., etc.
Y, en cualquiera de estos casos, es porque estás buscando fuera lo que tú no te das.
Porque le pides a tu pareja lo que todavía no has aprendido a darte.
Siempre que alguien esté pidiendo amor no será capaz de darlo, porque el hecho de pedir es una señal de que dentro de él no hay una fuente de amor. Si no, ¿por qué lo tendría que pedir fuera? Sólo la persona que está por encima de la necesidad de pedir amor puede dar amor. El amor es compartir, no mendigar. El amor es un emperador, no un mendigo. El amor sólo sabe dar, no sabe nada acerca de pedir.
¿Sabes qué es el amor? El amor que se pide no puede ser amor. Y recuerda, si alguien pide amor en este mundo nunca recibirá amor. Una de las leyes fundamentales, una de las leyes eternas de la vida es: el que pide amor nunca lo recibirá.
El amor sólo llama a la puerta de la casa donde ha desaparecido el deseo de amor. El amor empieza a llover sobre el techo de la persona que ha dejado de pedir amor.
Pero no llueve sobre el techo de alguien que todavía está anhelando amor; el amor no fluye hacia un corazón necesitado. Un corazón necesitado no tiene el tipo de receptividad que hace posible que el amor entre. Únicamente un corazón que comparte, un corazón que da, tiene ese tipo de receptividad para que pueda llegar el amor a su puerta y decir: «Abre la puerta, ¡he llegado!»
¿Alguna vez ha llamado el amor a tu puerta? No; porque, hasta ahora, no has sido capaz de dar amor. Y recuerda también que todo lo que das te volverá. Una de las leyes eternas de la vida es que todo lo que damos nos vuelve.
El mundo entero no es más que un eco; das odio y recibes odio; das peligro y recibes peligro; maltratas a los demás y eres maltratado; si sacas espinas, recibes espinas. Todo lo que das, lo recibes de vuelta, te vuelve de infinitas formas. Y si compartes tu amor, recibirás amor de infinitas formas. Si no te ha vuelto el amor de infinitas formas, eso significa que no has dado amor.
Pero, ¿cómo puedes dar amor? No tienes amor para dar. Si tienes amor, ¿entonces por qué estás mendigándolo de puerta en puerta? ¿Por qué os convertís en mendigos, yendo de un sitio a otro? ¿Por qué pedís amor? (…)
El amor es un florecimiento interno; surge de una energía latente en tu interior. Sin embargo, todos buscamos encontrar amor en el exterior. Todos buscamos encontrar amor en el amado, lo cual es una cosa absolutamente equivocada e inútil.
Busca el amor dentro de ti mismo. Ni siquiera te imaginas que puede haber amor en tu interior porque el amor siempre se ha asociado a la idea del amado. Tienes la idea de alguien en el exterior. Y como no recuerdas cómo puede surgir el amor dentro de ti, la energía del amor sigue latente. No te das cuenta de que siempre estás pidiendo fuera algo que ya está dentro de ti. Y como lo estás pidiendo fuera, no miras en tu interior. De este modo, lo que podría haber surgido dentro, no surge nunca.
Osho, El libro del Hara
Cuando cultivas ese amor dentro de ti, dejas de reclamarlo fuera, dejas de esperar que otros te lo den.
Te llenas tú, te cuidas tú, te satisfaces tú.
Eres amor, te sientes completa, y ya no dependes de una pareja para sentirlo así.
Y eso no significa que tengas que quedarte donde no recibes.
¡Alguien que se ama nunca se sentirá seguro en un lugar donde no se siente amado!
No. Amarte no significa conformarte ni estar en un lugar donde sientes que no es lo que te mereces.
Amarte significa escucharte, ser tú quien se ocupe de ti y quien satisfaga tus necesidades, para que desde ahí puedas construir un vínculo recíproco que ya no estará basado en la necesidad ni en la dependencia.
Ya no será un “te necesito para sentirme completa”, sino un “me siento plena por mí misma y me hace muy feliz compartir mi plenitud con la tuya”.
Y, si no es así, me iré. Porque soy amor, porque ya estoy llena de amor dentro de mí.
…
Como siempre, me encantará que compartas tus reflexiones conmigo, en los comentarios aquí debajo.
Muy interesante, muchas gracias por compartirnos sus conocimientos.
Gracias a ti, María. Me alegro de que te haya gustado.
Un abrazo,
Vanessa
Si Vanesa, yo lo entiendo y entiendo lo que dices. A veces he sentido ese amor de diversas maneras y he querido compartirlo (porque eso es el complemento, compartirlo) y por unos motivos u otros no ha podido ser, o no han querido que sea así, y ¿ENTONCES, QUÉ?. Yo me he sentido frustrada, rechazada, enfadada… ¿qué hago con ese sentimiento tan bonito? ¿me lo como yo sola?. A mi eso no me satisface y creo que a nadie.
Por eso no acabo de comprender que digas que “satisfagamos nuestras necesidades”, ¿PERO CÓMO, SI LO QUE DESEO ES COMPARTIRLAS?. No sé si me he explicado bien, pero seguro que tú me entiendes.
Esta bien que quieras compartir ese amor y esas cositas tan bonitas que tienes dentro, la cuestión es ¿estás dando ese amor a la persona correcta? Y por otra parte, ¿te lo estás dando tú lo suficientemente como para darte cuenta de que no necesitas depender sentimentalmente de alguien? Por otra parte también sería que mires hacia ti, algo que escuché, es que debes buscar a alguien que sea como tú, algunas personas piensan que los opuestos se atraen y pues cuando están dos opuestos lo que se genera es un desequilibrio. Creo que eso quiso decir Osho con lo de las medias naranjas y las naranjas enteras, pienso que es importante convertirnos en naranjas enteras y estar también con naranjas enteras.
Muchas gracias, Debbie. Yo también creo que hemos de buscar a personas similares, que cuando los opuestos se atraen no se puede construir un amor equilibrado.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Marisa,
Entiendo lo que dices. Cuando tú satisfaces tus necesidades y ya no vas buscando eso fuera porque te lo das a ti misma, te quedas donde recibes, donde puedes compartir. Y te vas de donde no lo sientes así. Es un camino que pasa por conocerte, reconocer lo que es tuyo, soltar lo que no es tuyo y aprender a ocuparte de ti, haciéndote responsable de tu parte.
Un abrazo,
Vanessa
Amo este blog!!!!!!!! muchos éxitos y que sigas asi todos los dias!!!
Gracias Vanesa! Eres como un ángel que ha aparecido justo cuando te necesitaba.
Iré haciendo todo, de lo mucho y valioso que tienes para mí sanación, de a poco.
Gracias eternas,
Matilde 😘
Gracias a ti, Matilde. Me alegro muchísimo de que te sirva. De a poco suena genial :-).
Besos,
Vanessa
Excelente reflexión… me gustó mucho lo de las naranjas. Tal cual, vivimos creyendo que somos parte de algo o de alguien y no es así… Somos completos y se trata de buscar la unión con cantidad y calidad, sumando sin restar ni fraccionar.
Eso es, somos completos y quien sea ha de sumar :-).
Un abrazo,
Vanessa
Mil gracias, Liliana, ¡¡guapa!!
Un abrazo,
Vanessa
Pues sí… y a veces uno espera que le devuelvan su dedicación y… sonido de grillos. Es devastador, aunque efectivamente uno no tiene más que empezar a plantarse su propio jardín como creo q decía Borges (y no esperar que nadie te traiga las flores).
Snif
Muchas gracias, Vicky. Ni lo dudes que todo es perfecto como es y que en cada momento del camino nos encontramos lo que necesitamos encontrarnos. Si yo necesito aprender a valorarme y a cuidar de mí, la vida me pondrá delante los ingredientes justos para ello ;-). Después seré yo quien decida qué hago con ellos.
Espero estés en paz. Un abrazo muy grande y cariñoso,
Vanessa
Me encanto este blog! Es muy acertado, pienso que hoy en día carecemos tanto de amor en nuestro interior que normalizamos relaciones que nos hacen daño. Yo he tratado de cultivarlo, siento que he avanzado a tal punto de no necesitar a nadie a mi lado para que me ame. Pero aun tengo un problema ahora y es que ya es la 2da vez que me involucro o me siento atraída por alguien que no me da un lugar real en su vida… O que siempre tienen a otra persona en sus vidas, como su segundo plato. Espero también lograr el dejar de atraer personas así…
Muchas gracias, Isabella. Observa lo que sientes que mereces y el lugar en el que te colocas ante el otro. Normalmente atraemos personas que nos tratan como segundos platos cuando nosotras mismas no nos tratamos como primeros. Si tú te tratas como primer plato, a quien aparece que no te trata así, sales corriendo ;-).
Un abrazo,
Vanessa
Hola, feliz día!
Gracias por compartir de tu sabiduría y de tu abundante amor.
¿Cómo podríamos hacer para reprogramar nuestra mente y volver a conectar con esa fuente de amor dentro de nosotros, ya que nos hemos adaptado a ese viejo patrón de necesidad o dependencia?
Pues creo que hay muchos caminos para conectar con esa fuente de amor, y que todos pasan por el autoconocimiento y la construcción de una autoestima sana basada en ti, en quién eres, en el amor que solo tú misma puedes darte.
Un abrazo,
Vanessa
Hola! Te comprendo, Marisa. A veces me he sentido así también.
Siempre he dado amor a los que me rodean, soy amable porque me nace serlo, me considero una persona de muy buenos sentimientos, soy trabajadora, también me cuido, me ocupo de mí, me considero una mujer atractiva, soy madre soltera y he tenido q aprender a ser independiente y fuerte, pero muchas, muchas veces me siento muy sola.
Y no es que busque pareja con ansiedad, no quiero un hombre a mi lado para que me cubra necesidades, quiero compartir amor y vida. En ese sentido la vida no me ha sonreído y el tiempo va pasando.
¿Qué está mal entonces?
Gracias por el blog Vanessa.
Hola Sonja. Me alegro que me comprendas, así no me siento tan “rara” (si se puede llamar así). Y digo tan “rara” porque yo veo que hay personas que se lo saben montar bien siendo más adaptables, más resignadas y admiten cualquier cosa que les llegue y lo puedan comparar con lo que buscan (sentimentalmente me refiero). Y yo, sin embargo, por querer ser “auténtica”, yo misma, natural y sin dobleces ME VA DE CULO. Yo tampoco he buscado nunca pareja con ansiedad, me ha llegado ello solo, lo que pasa es que lo que me ha llegado (con alguna excepción que no ha salido adelante), no ha sido lo que a mi me hubiese gustado por mi forma de ser.
Lo que veo es que solo hay un interés práctico, todo rápido, sin apenas conocerse, nada de romanticismo, aunque todo eso ya lo habrás experimentado tú.
Luego, en cuanto a familia cercana, tampoco veo consideración ni humanidad, no al menos como yo las entiendo. Así que pienso que con tantas cosas con las que no estoy de acuerdo, quizás el problema sea mío. En principio creo que no, pero a veces ya lo dudo y todo.
Un saludo Sonja.
Muchas gracias, Sonja. Es estupendo que seas una persona que de amor a los que le rodean. En mi opinión está bien siempre y cuando no te quites ese amor a ti misma para dárselo a otro. Es algo que descubres cuando te trabajas y te conoces, y desde ahí puedes comprender cómo te colocas ante los demás y qué es lo que te puede estar limitando.
Un abrazo,
Vanessa
Gracias Marisa y Vanessa.
La palabras de Vanessa “está bien siempre y cuando no te quites ese amor a ti misma para dárselo a otro” me han hecho reflexionar.
Un abrazo.
Me alegro de que te hayan servido, Sonja :-).
Un abrazo,
Vanessa
Excelente post Vanessa, estoy totalmente de acuerdo con que primero debemos conocernos y amarnos a nosotras mismas, antes de esperar encontrar el amor y la valía en los demás. Pero para poder hacerlo debimos haber crecido en una familia donde sus integrantes lo hicieran así y seguir su ejemplo. Claro que nunca es tarde para comenzar a hacerlo y ser nosotras el ejemplo de nuestras hijas y nietas. Saludos
Muchas gracias, Silvia. La familia en la que nacimos no depende de nosotros y no es algo que ya podamos cambiar. Pero el conocerte y aprender a amarte sí, eso sí depende de ti.
Un abrazo,
Vanessa