Los pensamientos negativos se agolpan en tu cabeza. No paras de darle vueltas a las cosas, casi todas malas, sobre ti, sobre los que te rodean, sobre lo que podría pasar, sobre lo que ha pasado ya… Tus pensamientos negativos se repiten una y otra vez y te hacen verlo todo negro, por más que intentas que no sea así… ¿Te suena? Si nuestra cabeza echara humo cada vez que tenemos un pensamiento negativo, muchos seríamos chimeneas andantes…
Además, no solo nos sentimos mal por ello, nos enfadamos, estamos tristes, inseguros, nos envenenamos, sino que los pensamientos negativos también provocan problemas de salud, de concentración, de sueño, de mal humor, de ansiedad…
Para que te hagas una idea: se dice que el 80% de nuestros pensamientos son negativos (lo corroboro: en mi caso diría que antes eran el 90%, pero ahora dudo mucho que lleguen al 20%). Pues bien, ¿sabes que un minuto dándole vueltas a algo negativo deja tu sistema inmunitario, que es el que te protege frente a virus, bacterias y tumores, tocado durante seis horas? Alucina…
¿Lo único bueno que tiene esto de los pensamientos negativos? ¡Que puede pararse! Claro que sí. Y no es tan difícil, te lo aseguro. Lo que pasa es que algunas personas aprenden a convivir con esos pensamientos en bucle, en plan centrifugadora, como dice una amiga mía, y se piensan que van a tener que cargar con ellos toda la vida.
Pero no, no es así.
Y no, entérate ya, pensar así ni es normal ni te hace ningún bien.
Así que voy a contarte cuáles son los más habituales para que veas si te identificas con ellos y, en ese caso, sepas que puedes hacer algo para cambiarlos.
- Pensamientos negativos que minan tu autoestima: Yo no valgo, yo no soy capaz, yo no me lo merezco, soy una inútil, no tengo futuro, todos son mejores que yo, siempre lo hago mal, me volverá a pasar lo mismo, a cualquiera le saldría mejor, yo no puedo conseguir eso, pero a dónde me creo que voy, no puedo enfrentarme a algo así, nadie me quiere, nadie me acepta, si me muestro como soy me criticarán, no les gustaré… Por favor, date cuenta de que no puedes hablarte así. De que estás comprando tu infelicidad y tu malestar con este tipo de diálogo interno.
- Pensamientos victimistas: Nadie me entiende, me siento sola, mira mi vida, es horrible, qué mal lo mío, todo me pasa a mí, los demás lo tienen más fácil, los demás tienen la culpa, los que tienen que cambiar son ellos, yo no puedo hacer nada, yo no tengo tanta suerte… Mira, incluso si tienes razón, quejándote no vas a lograr nada. Y desde luego lo que no vas a tener son resultados. Además, te aseguro que la gran diferencia entre las personas no está en los problemas que cada uno tenga, sino en cómo cada uno elige afrontar esos problemas. En su actitud ante ellos.
- Tu propia inquisición interna: lo he hecho fatal, siempre me sale mal, a nadie le gusta lo que digo, soy un desastre, seguro que es por mí, seguro que ha pensado que, seguro que le ha molestado que, seguro que le he parecido tonto, pensará que es culpa mía, si hubiera hecho esto, si hubiera llegado a tiempo, si no hubiera dicho lo otro… ¡Buf! Generalizamos, exageramos, nos culpabilizamos, nos rayamos, nos montamos películas…
- Pensamientos negativos en los que te comparas: Yo valgo menos que los demás, no soy como Pepito, no valgo lo que fulanita, no tengo su carácter, nunca podré ser así, seguro que a ella le sale mejor, mira qué lista es, mira qué guapa, mira qué bien se lleva con su pareja, mira todo lo que sabe… Entérate, unos tendrán unas cosas mejores y otros tendrán otras. Pero, ¿eso que más te da? ¿Te sirve para mejorar o sólo para consolarte y no hacer nada? Aprende a valorar lo que eres y vales tú y dejarás de ver sólo lo que son los demás.
“No eres la charla que oyes en tu cabeza. Eres el ser que escucha esa charla”, Jiddu Krishnamurti
- Los pensamientos dictatoriales: Tengo que hacerlo perfecto, tengo que hacerlo muy bien para gustarles, necesito que todo el mundo me quiera, nadie puede criticarme, debería hacer esto así, no puedo hacerlo mal, no me puedo equivocar, como meta la pata va a ser horrible, esto es responsabilidad mía, tengo que tenerlo todo controlado, no se me puede escapar nada… Aquí hay mucho de creencias… Y no, nadie necesita nada ni tiene que nada, ni meter la pata es tan horrible, ni tienes que tener todo controlado… Y vivir pensando esto es como estar en una cárcel en la que eres preso y carcelero al mismo tiempo.
- Los catastrofistas: No digas esto, no te pongas nervioso, no hagas lo otro, ten cuidado de no decir una tontería, no vayas a molestar a alguien, no vayan a hablar de ti, no vayan a criticarte, sería horrible, esto no puede ser, no puedo vivir con esto, es lo peor que me podía pasar, me voy a quedar sola, vaya desastre…
- Los agoreros a lo Aramis Fuster: No va a funcionar, me va a pasar lo peor, seguro que me va a dejar, seguro que no encuentro trabajo, seguro que me sale mal, seguro que ya no le gusto, seguro que tengo algo grave, seguro que si no me sonríe es que no le caigo bien, seguro que si no me habla es que va a despedirme… O los famosos “y si”… ¿Y si voy y no quiere verme? ¿Y si le llamo y no me lo coge? ¡¿Y si salgo a la calle y se me cae un geranio en la cabeza?! Nos pasamos el día pensando en cosas que nunca van a pasar. ¡Somos como guionistas de esas pelis tan malas que echan después de comer…
“Si vives diciendo que todo te saldrá mal, quizá te conviertas en profeta”, Isaac Singer
- Los pensamientos negativos cuando nos relacionamos con otros: No puedo molestarles, tengo que decir que si para que no les parezca mal, tengo que agradarles, ellos saben más que yo, qué estarán pensando, seguro que me están juzgando, seguro que piensan que soy un aburrido, me están ignorando, están pasando de mí, se van a dar cuenta de que no me entero, parece enfadada y seguro que es por mi culpa, qué vergüenza, qué van a decir de mi… Cuando no nos valoramos por dentro, no nos valoramos por fuera. Y eso se nota.
¿Y qué puedes hacer si te has dado cuenta de que tus pensamientos son así de machacantes? Muchas cosas, eso dependerá de cuál te sirva a ti… Darte cuenta de que están en tu cabeza pero no eres tú, aceptarlos, dejar de resistirte, dejar de darlos por válidos sin cuestionarlos, reírte de ellos, buscar su intención positiva, razonar su sinsentido, darte cuenta de lo inútil que es pensar así, entender que el hecho de que pienses algo no significa que sea cierto, dejarles pasar como si fueran una ráfaga de viento, meditar, aprender a cultivar el silencio de tu mente (sí, sí, la mente puede quedarse en silencio, ¡como lo oyes! ;-), pedir ayuda si no eres capaz de conseguirlo sola…
Hay muchas claves y de eso ya he hablado alguna vez (aquí o aquí) y hablaré en otro momento. Hoy solo quiero que te des cuenta del daño que puede estar haciéndote lo que piensas. Porque, además, cuando aprendes a ver sólo lo negativo, pierdes la capacidad de ver lo positivo. Aunque exista, ya no lo ves… A no ser que decidas volver a abrir los ojos y buscar el sol al amanecer…
Si quieres aprender más sobre cómo cambiar tus pensamientos puedes descargarte la guía con Los diez pasos clave para ser quien quieras ser pinchando aquí.
Hola Vanesa! Hace poco que te sigo y me parece súper interesante todo lo que escribes…
Yo llevo un tiempo pasándolo mal porque cada vez que hablan de que alguien tiene “cancer” (mi padre lo padeció y falleció hace 6 años) o alguien se murió (pienso que me va a suceder a mí), o se suicidó (como mi mente últimamente parece que va sola me da miedo caer en una depre que me pueda llevar a eso), entro como en pánico de que me va a pasar a mí… ¡Cuando me pongo a pensar en mis pensamientos me parece increíble que me esté pasando eso! No me parece normal… y luego acabo poniéndome mal por tener esos pensamientos y no comprender por qué pienso así… Es un círculo vicioso que no me deja disfrutar de mi día a día y de las cosas tan maravillosas que tengo…
Una de las cosas que dices para superar pensamientos negativos es aceptarlos, pero ¿como puedo aceptar esa clase de pensamientos? A ver si me puedes ayudar o darme alguna clave…
Hola Loly,
Muchas gracias, me alegro de que te guste el blog.
En realidad sólo hay una manera de aceptar: aceptando. Es decir, dejando de juzgarte, de cuestionarte o de criticarte a ti misma. Y eso se puede hacer perfectamente con pensamientos como los que comentas. De hecho, es un paso fundamental para que puedas liberarte de ellos.
Hay muchos post en el blog sobre la aceptación, como éste o éste. Espero que te sirvan en tu camino :-).
Un abrazo grande,
Vanessa