¿Cómo se despierta de una relación tóxica?
¿Cuáles son los clicks que vas haciendo hasta darte cuenta de que estás con una pareja tóxica?
¿Cómo se pasa del “igual es que soy yo que soy muy sensible o que exagero” al “¡esta persona me está tratando mal y se lo estoy permitiendo!”?
Después de dos parejas tóxicas / manipuladoras / narcisistas / de esas de “sal corriendo y no mires atrás”, y de acompañar a muchas mujeres en ese proceso de despertar, me he dado cuenta de que hay algunos clicks que son comunes en la mayoría de las relaciones tóxicas.
A veces estos clicks vienen todos de un golpe, a veces un día haces tres y otro no haces ninguno, y a veces llegan muy poco a poco.
Hay quien tarda un año en hacer este proceso, quien tarda cinco y quien no lo hace nunca (en mi opinión, depende de lo fuerte que esté tu autoestima y de lo consciente que seas de tus heridas).
Lo que te aseguro es que, cuando sales de esa relación y miras atrás, vas colocando todas las piezas y dándote cuenta de todo lo que hasta entonces no habías visto.
Y sí, es mucho más fácil verlo cuando estás fuera y echas la vista atrás, pero a mí me habría encantado que alguien me hubiera contado esto cuando estaba dentro.
Así que ahí van los veinte clicks que necesitas hacer para identificar a una pareja tóxica:
1. Cuando empiezan a pasar cosas que te hacen sentir mal, se las explicas al otro y no sientes que te entienda.
Te culpa, se pone a la defensiva o le resta importancia, la cosa es que no entiende cómo te estás sintiendo. Primera señal de alarma.
2. Cuando lo que esa persona te dice no encaja con cómo te hace sentir su comportamiento.
Es decir, lo que la otra persona te dice, toda su palabrería bonita, te hace dudar de lo que tú sientes cuando él hace determinadas cosas.
Por ejemplo, me menosprecia en esto, pero después me dice que me quiere mucho…
Y, por supuesto, el problema es que terminas confiando más en sus palabras que en lo que tú ves y sientes.
3. Cuando empiezas a pensar que estás mejor sin él que con él.
El primer día que esto se te pasa por la cabeza es un click muy importante, aunque tú todavía no te estés dando cuenta…
4. Cuando empiezas a pensar que te está manipulando.
El clásico ejemplo de manipulación: le dices algo que te ha molestado, él te echa la culpa y tú terminas pidiendo perdón. No sabes cómo ha pasado, pero ha conseguido que dudaras de ti y le pidieras disculpas. ¿¿¿¿????
Al principio no caes, pero llega un día en que te preguntas, ¿son cosas mías o le da la vuelta a lo que yo le digo?
5. Cuando sientes que, hagas lo que hagas, nada está bien.
Sí, cuando pasas del querer comprender al otro, que pobrecito, que es que él ve las cosas así, que es por lo que ha vivido, y que tengo que ponerme en su lugar y entender por qué lo hace, y ser asertiva, y no juzgarle, y valorarle lo bueno, y que no lo hace a propósito, y bla bla bla… A decir, jod…, ¡es que aquí da igual lo que yo haga y lo mucho que me esfuerce!¡Tiene cero empatía, sabe que me está haciendo daño y le da igual!
6. Cuando te das cuenta de que tú lo estás haciendo bien.
Que sí, que todos nos podemos equivocar, una vez, dos veces y hasta tres. ¡¿Pero veinticinco?!
Y entonces te das cuenta de que no estabas equivocada, de que tu manera de verlo era totalmente lógica y racional, y que él siempre va a encontrar la manera de darle la vuelta a la tortilla.
7. Cuando te das cuenta de que SI puedes confiar en lo que sientes.
Cuando pasas del “no tendría que sentirme mal cuando me contesta mal” o “no tendría que ponerme así por esto” al “tengo todo el derecho del mundo a sentirme así y lo que yo siento SIEMPRE está bien”.
8. Cuando te das cuenta de que se repiten las mismas historias una y otra vez.
Al principio es una vez al mes. Después cada diez días. Después cada cinco. Después cada dos. La cosa es que siempre os vuelve a pasar lo mismo.
9. Cuando te das cuenta de que vives en una especie de campo de minas, pendiente de dónde pisas para que no explote la siguiente bronca.
10. Cuando te das cuenta de que en realidad no te gusta cómo es esa persona y de que no comparte tus valores.
Esto, debido al autoengaño, cuesta verlo, pero al menos en algunos momentos sí que eres consciente de que hay cosas que no te gustan, como que mienta a otras personas delante de ti o que siempre se esté quejando de los demás y nunca reconozca lo que él hace mal.
Y a veces parece que hubo un momento en el que esa persona cambió y empezó a ser diferente, pero si echas la vista atrás te das cuenta de que ya era así desde el principio, simplemente lo mostraba menos y tú, con chiribitas en los ojos por el efecto del enamoramiento, no lo podías/querías ver.
Por ejemplo, una historia que me contó una coachee. Llevaba unos meses saliendo con un chico y una noche en un bar él se puso muy agresivo con otro que estaba a su lado, hasta el punto de que casi se pegan. Ella se sintió muy mal, no estaba acostumbrada a ese tipo de situaciones ni a que alguien de su entorno se metiera en una pelea.
Mientras me lo contaba me decía “ni siquiera me enteré de lo que había hecho el otro chico, una tontería sin importancia. Yo me asusté, nunca había visto a mi pareja ponerse así. Si no pegó al otro fue porque yo me metí en medio y le pedí que no lo hiciera. Entonces pensé que habría tenido un mal día y que no había sabido controlarse, que era algo puntual”.
“Ahora que ya le he conocido bien me doy cuenta de que todo encaja, de que encajó desde el primer día… De que yo, aunque tenga un mal día, no pierdo el control y voy por ahí pegando a la gente… ¡Qué fácil es verlo ahora!”.
A este tipo de ejemplos me refiero cuando digo que es importante ser consciente de la primera vez que te pasa algo. Porque quien hace algo así una vez es porque ese tipo de comportamiento es normal para él. No desentona de su manera de vivir ni de sus valores.
11. Cuando te das cuenta de que esa persona te está maltratando.
Y esto, que suena como “algo muy grande que sólo les pasa a algunas mujeres que no tienen nada que ver conmigo”, en realidad no es algo tan lejano.
Se trata simplemente de que te preguntes si esa persona te trata bien.
¿Sientes que te trata bien? Si la respuesta es que no, eso significa que te trata mal.
Y si te trata mal, eso significa que te maltrata. Punto. No lo justifiques porque no hay otra manera de verlo.
12. Cuando te das cuenta de que al lado de esa persona es imposible que tú cuides de tu niña.
Este click fue clave para mí, el día en que me di cuenta de lo que estaba permitiendo que esa persona le hiciera a mi niña interior.
13. Cuando te das cuenta de que eso no es amor.
Este duele mucho, pero es necesario. Y llega ese día en que te preguntas si sientes que esa persona te cuida, y respondes que no.
En que te preguntas si sientes que esa persona te respeta, y respondes que no.
En que te preguntas si sientes que esa persona te comprende, y respondes que no.
En que te preguntas si te sientes libre para ser tú misma al lado de esa persona, y respondes que no.
Y despiertas de la falacia de que eso es amor.
14. Cuando te das cuenta de que no es culpa tuya.
No es culpa tuya que no te trate bien, no es culpa tuya lo que os pasa, no es culpa tuya que no funcione y no es culpa tuya que sea como es.
Cuando comprendes esto por fin puedes relajarte y dejar de esforzarte para que esa historia salga adelante (por cierto, otro click es cuando te das cuenta de que la única que se esfuerza ahí eres tú).
15. Cuando dejas de contar lo que te pasa con él porque te da vergüenza.
Hay un momento en que parece que todos lo ven menos tú (una parte de ti sí lo ve, pero la dependencia emocional es más fuerte que eso).
Así que, como te sientes avergonzada de que te sigan pasando las mismas cosas, empiezas a guardártelo y a no contárselo a nadie… Te dices que no quieres ser pesada o preocuparles, pero en el fondo lo que pasa es que no quieres que se sigan dando cuenta de lo que tú te resistes a ver o que te digan que hagas eso que tú no quieres hacer.
16. Cuando dejas de confiar en esa persona.
Llega un día en que, te diga lo que te diga, tú ya no confías. Te ha fallado tantas veces que ya no puedes confiar en él.
(Este click es muy importante, primero porque sin confianza en el otro no hay relación posible. Y segundo, porque lo que te hizo llegar hasta aquí es que hubo un día en que confiaste más en él que en ti. Y hoy, por fin, esto empieza a cambiar).
17. Cuando te das cuenta de que ya no puedes sentir lo mismo por él.
De que ya te da igual que cambie o que deje de cambiar, porque tú ya no sientes nada. Decepción tras decepción, se te ha terminado el amor.
18. Cuando te das cuenta de que tu ahí no estás bien (pero no te vas).
En una relación sana tú estas ahí porque te sientes bien.
En cambio, en una relación tóxica con dependencia emocional, tú estás ahí porque si te vas te sientes mal.
Es decir, te quedas para evitar lo mal que (crees que) te vas a sentir si te vas. Para evitar el malestar, la angustia, la ansiedad… Pero no porque dentro de la relación te sientas bien.
19. Cuando no te vas por miedo a cómo esa persona pueda reaccionar.
“Es que si le dejo no sé cómo va a reaccionar, tiene un enfado muy malo”.
“Es que me da miedo si nos separamos, porque por las buenas muy bien, pero por las malas no se lo deseo a nadie”.
Vale. ¿Y cómo te hace sentir dormir al lado de alguien que sabes que podría hacerte daño?
Tú, por muy enfadada que estés, ¿le harías daño a alguien a quien se supone que quieres?
Mira, si estas con alguien pensando esto, si tienes miedo a lo que tu pareja podría hacerte si te vas, esto ya tendría que ser suficiente señal para darte cuenta de lo que está pasando.
20. Cuando te das cuenta de que esa persona no es quien tú creías que era.
Tal vez este click sea el más doloroso. Es ese al que llegas después de todos y en el que te das cuenta de que la relación fue una mentira, de que lo que viviste fue una mentira, de que esa persona no era real y, por lo tanto, la relación tampoco lo era.
Cuando por fin aceptas que la persona a la que creías conocer no existe, se te cae toda la historia de amor, y es como que te quedas desnuda ante la realidad, como que nada de lo que fue era verdad.
Y no pasa nada. De este click también se sale. Se sale de todos. Lo sé porque he salido y he acompañado a muchas mujeres a que salieran de ahí. Sólo tienes que hacer el click definitivo, el que te conecta con el amor a ti misma.
….
Si quieres que te acompañe en ese camino, estaré encantada de hacerlo. Puedes rellenar este formulario para tener una sesión de valoración conmigo.
Y si quieres compartir conmigo qué te ha hecho click al leer el post, puedes dejarme tu comentario aquí debajo :-).
No era mi pareja. Pero mi padre biológico era un narcisista manipulador nato. La convivencia era insoportable y terminé con un complejo de culpa brutal. En efecto es muy doloroso saber que eso no es amor y que le importaba un bledo.
Mi “clic” fuė cuando hablando con un amigo, me dijo que su mujer era un 10 como persona. En ese momento pensé que no podía decir lo mismo de mi marido y me di cuenta de que no me trataba todo lo bien que me gustaría. Cuando se usa la palabra maltrato solemos pensar en las mujeres que salen en las noticias, pero es como dice Vanessa, si no te trata bien, o sea, si dice o hace cosas que te hacen sentir mal, es maltrato. Salir de esa relación fue un gran acierto y al superarlo, he crecido también como persona. Vanessa me ha ayudado mucho en este proceso. Mil Gracias!!!
Mil gracias a ti, Gemma. Has hecho un camino muy bonito de reconciliación contigo misma, desde el compromiso de ser tú quien dirija tu vida… Un placer acompañarte :-).
Un abrazo,
Vanessa
Muchas gracias por compartir, Carmen. Tu niña tuvo que tener muchas carencias, espero que ya de adulta hayas podido comprender para sanar esas heridas tan dolorosas y soltar una culpa que no tenía nada que ver con ella.
Un abrazo grande.
Vanessa
Así es, Carmen. En su publicación, Vanessa deja caer las mil y una estrategias de los narcisistas, que pueden ser una pareja, un amigo, un familiar y hasta una familia casi entera, como fue mi caso. Y sí, llega un momento en que, inesperadamente, haces clic y todo encaja. Entiendes la triste historia que ha habido detrás de todo ese maltrato y de tu sufrimiento, y te dispones a comenzar a vivir definitivamente libre de semejante basura. No es nada fácil esto último, pero de todo se sale. ¡Mucho ánimo! 🙂
Hola Alicia,
Mil gracias por tu comentario para Carmen, estoy segura de que le servirá mucho :-).
Un abrazo,
Vanessa
De todos los clicks me identifico con la mayoría. La verdad, Vanesa muchas gracias porque cuando me llegan tus correos los leo y he aprendido a quererme poco a poco. Sé que aún falta tiempo, pero ya es un avance aceptar que estaba en una relación abusiva, tóxica, me han ayudado tus lecturas y sé que esa niña interior que descuidé en algún momento ya se está recuperando día a día para recuperar su esencia. Es increíble como nos manipulan las parejas haciéndonos sentir culpables de sus actos.
Muchas gracias, Ivonne. Me alegro mucho de que estés haciendo ese camino tan bonito de amor a ti misma, de reconciliación con tu niña. Y de que lo que lees aquí te esté sirviendo, gracias por compartirlo.
Un abrazo,
Vanessa
De los 20 clics que has puesto, he ido pasando por todos y sin duda creo que lo más doloroso es darte cuenta que has estado con una persona a la que no le importas ni le importaste nunca. Solo te utilizaba por interés y que no tiene ningún problema en cambiarte por otra persona cuando dejas de servirle… es muy duro de escuchar y de asumir y un proceso lento y de gran dureza ya que tu mente se resiste en muchas ocasiones. Pero poco a poco se va saliendo y sí es verdad que te conviertes en otra persona, estás más feliz y poco a poco vas recuperándote… Muchas gracias por el artículo, es muy inspirador y útil para seguir avanzando en este proceso.
Un saludo
Mil gracias a ti por compartir tu historia, Beatriz. Me alegro mucho de que te hayas recuperado y sigas avanzando con aquellos aprendizajes.
Un abrazo,
Vanessa
Vanessa, has descrito mi situación de 20 años.
Que cuando discutimos no se cómo lo hace, te da la vuelta a la tortilla y te encuentras llorando y pidiendo perdón, que cuando te sientes enferma pasa completamente de ti y no le da importancia, y no te vas por los chicos pequeños y por miedo, mucho miedo.
La frustración, la baja autoestima y el engaño te hacen recordar lo tonta que has sido y justificar lo que era injustificable.
Muchas gracias Vanessa por seguir abriendo los ojos.
Estoy viviendo esas situaciones con mi pareja y no encuentro la manera de salir de esta relación tan tóxica, siento que no podré alejarme y que él nunca me soltará…
Muchas gracias, Aleja. Si sientes que no puedes alejarte es porque hay un enganche emocional. Pero eso puedes trabajarlo con ayuda, hay muchas mujeres como tú que ya lo han hecho, yo entre ellas.
No depende de que el otro te suelte, depende de que tú decidas soltarte.
Un abrazo,
Vanessa
Muchas gracias por tu post, Vanessa. Pienso que ya de por sí es sanador que lo compartas y más como tú escribes. Cuento una situación, por si le puede servir a alguien, aunque no sea de pareja. Yo le dije de quedar a una amiga que sentía que ya no me hacía caso (yo era quien lo hacía todo en mis relaciones). Me invitó a que me uniese a ella y a otra persona. Me dejó plantada en el lugar de encuentro. Cuando se lo dije, me contestó: “Oh, es verdad. Pero no te preocupes, no hemos hablado de nada interesante”. Lo hizo mal ella, y no sólo no se disculpó, sino que le dio la vuelta a la situación como si quien hubiera hecho algo mal fuera yo. Compartíamos habitación. Ella me siguió hablando como si nada. Yo le expuse mi punto de vista, enfadada. Hablé con enfado y exclamé, pero no monté un pollo agresivo. Ella se quedó flipando y luego se fue a la terraza a llorar, luego me dijo “puedes venir a lo siguiente que hagamos”. Dije que no. Luego me acabé disculpando yo por ser desagradable. Me enfadé porque por supuesto me estaba faltando al respeto, quiero pensar en que un derecho asertivo es no ser asertivo. O más bien, que ser desagradable no tiene por qué no ser asertivo. Un abrazo.
Hola Silvia,
Sí, es cierto que uno de los derechos asertivos es el de no ser asertivo. Y está bien, somos humanas y a veces nos pueden las emociones y explotamos, no pasa nada. Por eso en estas situaciones puede ser apropiado dejar pasar la rabia y esperar a estar más tranquila para hablar. Es importante que te perdones a ti misma y que saques un aprendizaje de lo que te ha pasado que te sirva en un futuro, desde la compasión hacia ti y hacia tu amiga.
Un abrazo,
Vanessa
Gracias a ti, Mila. Recuerda que ese miedo se puede trabajar, sobre todo aumentando la confianza en ti. Y que los niños, cuando sean mayores, harán lo que hayan visto. Si han visto que hay que aguantar, aguantarán. Si han visto que hay que respetarse y poner un límite, eso harán.
Un abrazo,
Vanessa
Hola! Llegué a este post porque hace un año tengo una relación a distancia con alguien que no conozco y al inicio estaba todo bien, pero ultimamente discutimos, o a decir verdad cada vez que pensamos distinto nos peleamos. Es una buena persona y yo lo soy también pero me he preguntado si esto se está tornando tóxico o es producto de la frustración que sentimos al ver truncado nuestro viaje para conocernos (por el covid). Quisiera saber si hay algún recurso para poder renovar la relación, ya que el proyectarnos sin conocernos se vuelve complicado también. ¡Gracias por todo!
Hola Nati,
Pues creo que el mejor recurso es la comunicación empática, que pasa por escuchar tus necesidades y expresárselas al otro desde el respeto y la empatía, hacia él y hacia ti misma. En el apartado de relaciones personales encontrarás muchos post que pueden servirte.
Un abrazo,
Vanessa
Y estoy de acuerdo del todo con Beatriz. En mi caso personal, esta persona de la que hablo iba de ponerse siempre como guay, y yo me lo creí. Un abrazo.
Muchas gracias por tu respuesta, Vanessa. Para mí ha sido doloroso hacer estos clicks. Aunque pasó hace dos años, comencé a procesarlo hace dos meses. Sigo haciendo clicks y, sobre todo, estoy muy enfadada. Me temo que la situación que describo suele ocurrir en situaciones tóxicas: la víctima, que no sabe gestionar sus emociones, estalla, y luego se arrepiente. Afortunadamente yo ya no estoy ahí. La asertividad es una herramienta muy importante para mí.
Para mí de todas las situaciones de maltrato en las que he estado, esta me ha resultado especialmente horrorosa, porque mi “amiga” siempre era muy sutil. Siempre con una sonrisita, como si no pasara nada. No era la primera vez que hacía esto. Le sacó una foto a un dibujo que yo había hecho sin pedirme permiso y se dispuso a utilizarla (era un retrato suyo). Cuando yo le dije algo como que no quería que lo usase, porque yo no lo había firmado, me dijo: “no te preocupes, sólo se lo he enviado a una amiga”. Es exactamente el mismo esquema que describo en el primer mensaje. Si ves que no quiero que compartas mi dibujo, ¿por qué lo compartes? Ah, sí, porque no respetas mis límites, y para ti sólo cuenta lo que tú quieres. Estas situaciones que describo no son otra cosa que violencia. Si te soy indiferente, ¿por qué mantienes una relación conmigo? Supongo que para poder utilizarme, aunque yo te dé igual.
En mi caso, veo que aún me faltaba camino para respetarme. Y yo nunca trataría a alguien como ella me trató a mí. Si ella no me respetaba, simplemente no me respetaba porque no le interesaba hacerlo. Traspasar alegremente los límites de alguien es algo que yo jamás haré. Y si veo que lo he hecho, habrá sido por accidente y me disculparé. Un abrazo.
Muchas gracias, Silvia. Está muy bien que estés buscando en ti las respuestas, es ahí donde están ;-).
Un abrazo,
Vanessa
(Con lo último sólo me refiero a traspasar los límites de alguien. Jamás lo haré de forma consciente y con alegría.)
Un gran abrazo y suerte en esta época díficil, Vanessa
Hola Vanessa! Me encantó el post, muchas gracias por compartir estos conocimientos que hacen que una misma empiece a abrir los ojos. Leyendo el post pensé en mi mamá, hace poco me contó todo lo que pasó con mi papá y recordé como mi papá nos manipulaba a mis hermanos y a mi. Lo que me hace pensar cómo eso me afectó desde la niñez, ¿inconscientemente me acostumbre a ser manipulada? Porque actualmente en mi matrimonio no me siento bien y platicando con mi mamá me dijo que ve mucho de lo que ella pasó en mi.
Pensaba que tenía bien mi autoestima pero después de leer algunos de tus post me doy cuenta que realmente la tengo por los suelos porque no tengo el valor para dejar todo atrás y realmente buscar mi tranquilidad y felicidad.
Hola Evelyn,
Los niños no llegan al mundo sabiendo cómo funcionan las relaciones, ni qué diferencia una relación sana de una tóxica. Lo que aprenden al respecto es por lo que ven en sus referentes, en sus padres. Si yo veo desprecios y malos gestos de mi padre a mi madre, y ella sigue ahí, aprenderé que eso es lo normal en una relación de pareja. Y eso mismo es lo que reproduciré en mis relaciones adultas.
No sé si es tu caso, pero si no te sientes bien en tu matrimonio y sigues ahí, hay algo que necesitas trabajar en ti. Y no pasa nada, no es malo tener una baja autoestima, es malo quedarse así y seguirla teniendo :-).
Un abrazo,
Vanessa
Genial artículo Vanessa!
Me he visto muy reflejada, en especial pensando en mi última pareja, si es que se le puede llamar así, porque yo para ella solo fui un objeto más del que abusar…
Es un proceso muy doloroso darse cuenta de que has estado con alguien así, una persona tan frívola y manipuladora, que te estaba tratando mal y pisando tu dignidad pero por la dependencia eras incapaz de verlo y la tenías idealizada.
Aún así, a la que consigues reunir el valor para salir de ahí, luego tu autoestima se vuelve mucho más sólida! Y en ello estamos, cada vez sintiéndome mejor.
Me alegro mucho, Mar. Sé de lo que hablas, y benditos aprendizajes que me llevé. Esa es la clave, porque no depende de ti qué personas te cruzas en el camino, pero sí haber aprendido de lo que pasó, para identificarlas y saber diferenciar cuando en una relación te sientes bien y tratada como te mereces, y cuando no es así.
Un abrazo,
Vanessa
FANTÁSTICO Post, Bella Vanessa! Una vez más quiero decirte que no solo los contenidos son Enorrrrmes sino tu modo de escribir. FELICIDADES!
Viví una relación tóxica con un narcisista, y Bingo! Los 15 puntos han hecho Diana en mi caso. Eres Buenísima, no me canso de decirlo! 😉
¡Mil gracias, Susana! Tiene que ver con la experiencia de haber pasado por ello y de trabajar con muchas mujeres en la misma situación. Y me alegro mucho de que te guste.
Un abrazo,
Vanessa