¿Cuántas veces queremos resolver algo buscando en el lugar equivocado?
¿Cuántas veces te empeñas en encontrar algo donde nunca estuvo?
Cuando les preguntas a los demás qué deberías hacer, cómo deberías sentirte, qué deberías pensar ante algo…
Cuando te exiges hacerlo todo perfecto, ser siempre perfecta, y siempre más y más, y nada es suficiente para demostrarles todo lo que tú vales…
Cuando buscas que los demás te valoren, cuando te esfuerzas para que no te rechacen, para gustarles y caerles bien, cuando vives pendiente de lo que estarán pensando de ti…
Cuando siempre estás haciendo cosas, siempre ocupada y siempre corriendo…
Y sabes que algo no va bien, pero ahí no quieres mirar, ahí da miedo, ahí está oscuro… Y evitas, y miras para otro lado, y te ocupas de taaantas cosas para no pensar…
¿Cuántas veces queremos resolver algo buscando donde no es?
Cuando no estás bien en un lugar, y señalas al otro, y le echas la culpa, y te decepcionas, intentas que cambie, te amargas, te quejas, le juzgas, te dices que no debería ser así…
Cuando te empeñas en que algo funcione, y sigues donde no eres feliz por miedo a quedarte sola…
Cuando le das vueltas a lo que hacen los demás, que por qué será que ha hecho eso, por qué será que se comporta así, si será culpa mía y si habré hecho algo que le haya molestado…
Cuando no quieres sentirte como te sientes, y te dices que no deberías sentirte mal por eso, que no debería afectarte, y te culpas, y te comparas, y haces lo imposible por dejar de sentir lo que sientes…
Cuando lo das todo por el otro, cuando te esfuerzas para que los demás estén bien, cuando haces cosas que no quieres y dices cosas que no piensas…
¿Cuántas veces te empeñas en encontrar algo donde nunca estuvo?
BUSCAR EN EL LUGAR EQUIVOCADO
Una noche Nasrudín, el pícaro sabio sufí, se encontraba arrodillado bajo una farola buscando algo en la hierba, cuando su vecino, que regresaba a casa, lo vio.
-¿Qué andas buscando?- le preguntó.
-La llave de mi casa, la he perdido.
-Te ayudaré- le dijo el vecino.
Y arrodillados los dos, se pusieron a buscar la llave perdida. Transcurrió media hora y no habían encontrado nada.
-¿Recuerdas dónde estabas exactamente cuando se te cayó?- le preguntó su vecino.
-Allí – respondió Nasrudín, señalando una zona oscura a unos veinte metros de la farola.
-Y entonces, ¿por qué la buscas aquí?- le preguntó el hombre desconcertado.
-Porque aquí hay más luz.
Anthony de Mello
Sí, solemos buscar donde hay más luz, que donde en realidad está lo que nos falta…
Creo que este cuento es tan mágico, que necesita pocos comentarios más.
Solo decirte que, si estás buscando en el lugar adecuado, sin duda sentirás más paz…
Si no es así, si no sientes más paz, tal vez necesites reflexionar sobre cómo y dónde estás buscando…
Por lo que yo sé, por lo que veo, por lo que vivo y por lo que aprendo, ninguna respuesta ha estado nunca fuera. Todas están dentro de ti.
…
Como siempre, me encantará que compartas, en los comentarios aquí debajo, lo que te ha inspirado este texto.
Hola Vanessa,
Justo hoy esto me viene como anillo al dedo, esta mañana al levantarme he visto con claridad que estaba buscando en el lugar equivocado. Con qué facilidad acabo debajo de la farola, aunque por suerte las emociones, que actúan como una alarma, me avisan de que necesito hacer algún ajuste por algún lado.
Muchas gracias y un besito!
Qué bien, Yolanda. Me alegro mucho de que el post fuera tan oportuno, pero sobre todo de que te lo hubieras pillado tú antes, escuchándote. Muy muy bien, ¡felicidades!
Un beso grande,
Vanessa
“Alma que vas huyendo de ti misma, ¿qué buscas, insensata, en las demás?”, Rosalía de Castro (hoy aniversario de su fallecimiento)
Qué cita tan chula, me ha encantado. Mil gracias por compartirla, Belén. Muy apropiada.
Un abrazo,
Vanessa
Este post me parece muy bueno, ya que es cierto que a veces le tenemos miedo a nuestras emociones y a ir a aquellos lugares que por un motivo u otro evitamos. También me doy cuenta que sucede lo mismo con ciertas situaciones, el miedo nos consume tanto que preferiríamos “enfermarnos” o que algo suceda para no enfrentar aquello a lo que tenemos miedo, y es cierto que en la escuela no nos enseñan a manejar nuestras emociones ni las situaciones complejas. Sin embargo podemos aprender a hacerlo, aunque nos tome tiempo podemos ir un paso a la vez y de repente vas notando los avances y que vas por el camino adecuado, y te vas perdonando y agradeces al universo por permitirte realizar este proceso tan necesario y algunas veces tan subestimado. Muchísimas gracias por este maravilloso mensaje que quieres transmitir, muchas bendiciones.
Muchas gracias, Debbie. Me alegro de que el post te haya gustado. Así es, siempre se puede hacer ese proceso de aprender a manejar las emociones y las situaciones complejas. Nunca es tarde para ello y nadie es responsable de eso, más que uno mismo.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanesa, eres muy importante en mi vida, porque estos post ayudan a muchísima gente, como a mi, sí decirte que este post es muy bueno, pero a mí por las circunstancias de mi vida, que es dura, por mucho que lo leo, solo veo la farola y muy perdida, y deseo buscar mi camino aunque no sea en la luz, y no sé dónde está, y no me da miedo buscarlo en la oscuridad, solo quiero paz en mi vida… Muchas gracias y mil besos.
Muchas gracias por tus palabras, Fina. Me alegro de que lo que escribo te ayude. A veces necesitamos ayuda para buscar, para distinguir lo que es luz de lo que es oscuridad, para aprender a gestionar nuestras emociones, para reconocer lo que depende de nosotros y lo que no… No tengas miedo de pedir esa ayuda si lo necesitas.
Un abrazo,
Vanessa