Hay quien piensa que la felicidad es algo que viene de serie. Que ser o no ser feliz no depende de uno mismo. Que hay muchas circunstancias que no se pueden controlar y que pueden hacer de ti una persona infeliz.
Y no, no es así. Tus circunstancias tan sólo influyen un diez por ciento en tu felicidad.
Para darse cuenta sólo hace falta ver todos esos casos de personas que, aun habiendo vivido circunstancias que todos reconocemos como durísimas, saben ser y son felices.
Entonces, si no depende de lo que me pase, ¿de qué depende mi felicidad? Pues más o menos un cuarenta por ciento depende de tu predisposición genética a ser feliz.
Y aun así sobra otro cincuenta por ciento, que es el que depende única y exclusivamente de uno mismo. De lo que piensas, de lo que haces, de cómo enfocas la vida, de lo que dices, de lo que crees…
Ahí es donde puedes actuar tú.
Tu felicidad es el resultado de lo que eres, haces y piensas cada día.
Por eso, del mismo modo, tu infelicidad también lo es.
Así que, sí, nuestra infelicidad nos la construimos nosotros mismos, tiene sentido que para poder llevar una vida tranquila, sencilla y sin tantas complicaciones lo primero sea tomar conciencia de qué estamos haciendo para ser infelices.
Estos son los diez errores más habituales de las personas infelices:
1. Esperan a que las cosas les lleguen de fuera. Como si ser feliz fuera un derecho que todos tenemos por el simple hecho de estar vivos, esperan a que la vida les recompense con todo eso que creen que les hará felices. Miran, observan, suspiran y se preguntan una y otra vez cuándo va a llegar.
Y es cierto que la vida te recompensa. Sí, yo también creo que el Universo te premia. Pero no de una forma gratuita, sino que te devuelve lo que tú le das con amor, con esfuerzo, con honestidad, con compromiso, con perseverancia…
Es decir, no se trata de esperar a que pase algo, sino de hacer algo para que pase.
2. Viven en el yo-yo, mi-mi. Siempre pensando en mi misma, en que todo lo malo me pasa a mí, en lo mal que me tratan, en que yo tengo la culpa de todo o que pobrecita de mí que nadie me entiende… En mi mundo todo gira a mi alrededor.
Y no. Para ser feliz es necesario ser generoso, preocuparse por los demás, aprender a dar y a compartir y ser capaz de cultivar relaciones profundas… Darse cuenta de que la vida es mucho más que uno mismo…
3. Son ingratas con la vida. Hay muchísimas formas de no ser agradecido. Está el que se queja por lo que no tiene, el que solo ve lo malo que le pasa, el que solo mira lo que los demás no le dan y no aprecia lo que recibe, el que les culpa a ellos de lo que le falta…
La gratitud incondicional es una manera de vivir. Es dar las gracias por lo que hemos tenido aunque ya no lo tengamos, es valorar lo que somos más que lo que no somos, es dejar de compararnos, es extender la mano para dar y no solo para recibir…
4. Se culpan. Por vivir, por respirar, por sentirse bien, por disfrutar, por tener lo que otros no tienen, por no tener lo que otros tienen, por conseguir lo que desean e incluso por no conseguirlo… Se sienten culpables por casi todo.
Por ejemplo por querer más para sí mismas, como si ser ambicioso o desear lo bueno para uno mismo fuera pecado. “¿Cómo puedo no estar satisfecha con lo que tengo? ¡Si no tengo motivo para quejarme!”. Pero a ver, ¿dónde está escrito que sólo nos pueda ir bien hasta un cierto punto? ¿Quién te ha dicho que no se puede querer y tener todo?
Todos merecemos ser felices, tan felices como seamos capaces de serlo. Y disfrutar, y saltar, y volar, y reír, y soñar, y cumplir nuestros sueños. Incluso cuando a nuestro lado nadie lo está haciendo… Todos tenemos derecho a ello, sin sentimientos de culpa, ni propios ni ajenos.
5. Lo meten todo para dentro. A menudo me encuentro a personas que, a pesar de estar sufriendo y pasándolo mal por dentro, no lo exteriorizan. Al contrario, hacen como que no pasa nada. ¿Por qué? Por miedo a lo que puedan pensar los otros, principalmente. Por ejemplo, me acuerdo de una chica que me decía que no le contaba a nadie cómo se sentía porque la debilidad se asocia con mediocridad.
¡Qué equivocados estamos cuando pensamos eso! No existen las damas de hierro que todo lo pueden y nada lo sufren, ¡no existen! Así que aparentar ser una de ellas sólo te genera dolor y frustración. Porque todos somos frágiles, débiles y vulnerables… Somos eso y muchas cosas más…
Y lo que no sacas fuera se pudre, te come por dentro, te mata… En cambio, verbalizar es una forma de terapia, porque sueltas, liberas y aceptas… Y porque las heridas abiertas sólo se pueden cerrar cuando les da el aire…
6. Acumulan sentimientos negativos hacia si mismas y hacia los demás. Les pasa algo con otras personas y en vez de decir cómo se han sentido o lo que habrían necesitado, se lo callan y esperan que se pase solo. Y eso es imposible. ¡Los sentimientos de odio, el rencor, la envidia y los malos rollos no se evaporan!
Y lo mismo cuando eso que te pasa te pasa contigo, cuando el odio es hacia ti misma, cuando la persona con la que no has hecho las paces ers tú…
Así que si hay algo que te esté haciendo sufrir, resuélvelo. Haz una lista de todos los frentes que tengas abiertos y a cada uno búscale una solución que te permita cerrarlo y que te haga sentir bien.
7. Viven apegadas. Puede ser a algo o a alguien, sin lo que creen que no serán felices. Mis hijos cuando se vayan de casa, mi pareja, este trabajo, mis posesiones, el éxito que he alcanzado… Ataduras que nos ahogan al sentir que nuestra felicidad depende de ellas. Y no, no es cierto…
De igual manera que la felicidad tampoco depende de que consigas algo: esos hijos, esa pareja, esas posesiones o ese trabajo… Sí, a veces anhelamos algo, aun sin saber qué es, con la falsa creencia de que cuando llegue nos hará felices… ¿Cómo es posible ser felices mañana si no sabemos serlo hoy, con la de momentos desperdiciados que se nos escapan de las manos cada día sin disfrutarlos?
Entiende que en la vida todo va y viene. Que de todo podemos prescindir y que para ser felices es suficiente con que tengamos nuestras necesidades básicas cubiertas y la capacidad de dar y recibir amor. Y, lo demás, saber valorarlo sin depender de ello.
Vete liberándote de tus apegos, soltando todo lo que te sobra, y pronto te darás cuenta de que lo que te hace feliz no depende de lo que tienes sino de lo que eres.
8. Le dan muchas vueltas a todo. Cualquier cosa que pasa la convierten en un mundo. Se complican la vida preocupándose, queriendo adivinar lo que piensan los demás o presuponiendo que las cosas son como ellos las están viendo.
Si hay algo que nos aporta paz y felicidad es relativizar. Qué palabra tan maravillosa… Darle importancia a lo que de verdad la tiene –en mi opinión, la salud y poco más- y quitársela a todo los demás. Si es algo de lo que te puedes ocupar, genial, te ocupas. Y si no puedes hacer nada, déjalo estar y sigue viviendo…
9. Le tienen miedo al futuro. Sienten ansiedad, se adelantan a las cosas, aborrecen la incertidumbre, dudan de todo y viven preocupadas por lo que no ha llegado todavía… No se dan cuenta de que cuando uno vive desde el temor su vida se llena de pensamientos y emociones que no le satisfacen. Y que eso se refleja en su estado de ánimo, en sus relaciones e incluso en las cosas que les pasan.
Porque las personas atraemos lo que llevamos dentro. Del mismo modo que cuando uno vive desde la confianza y el amor, la vida le recompensa con felicidad y abundancia.
10. Viven desconectadas de sí mismas. No se reconocen, se mienten, se engañan y no quieren aceptar lo que sienten o lo que necesitan para ser felices… No persiguen sus sueños, se han olvidado de sí mismas e ignoran las señales que la vida les pone en el camino… Porque sí, la vida nos lo suele poner fácil –que no quiere decir que no haya adversidades-, y somos nosotros quienes a veces lo hacemos difícil.
Por eso, para reconectarte contigo mismo, es importante que aprendas a escucharte, que aprendas a soltar, que sepas ver las puertas, que tengas claras tus prioridades, que seas coherente con ellas, que aprendas a sentir y a reconocer lo que sientes, lo que te duele y lo que te hace feliz, lo que te dice tu cuerpo y lo que te dice tu corazón.
Y que apagues tu mente también, aunque sea por un ratito…
¿Qué opinas? ¿Cuál de estos errores estabas cometiendo tú? Te espero en los comentarios aquí debajo :-).
Hola Vanessa:
Quiero agradecerte ampliamente por este post
Tal cual como decías lo que a mi me hace infeliz es la desconexión con mi interior,la falta de decisión en la vida…el hecho de traer programada la mente con patrones muchas veces tan contaminantes como el juicio… Bueno ahora a buscar los recursos para desconectar estos patrones para sanar mi percepción del mundo. Agradecería si me recomiendas un post acerca de esto.
Besos y abrazos
Hola Vilma,
Muchas gracias. Lo primero para poder cambiar es tomar conciencia, así que estás en el camino… :-).
Cualquier post sobre creencias puede ayudarte. Entra y escoge, éste es el link.
Un abrazo
Estimada Vanessa,muchisimas gracias por este post. me siento muy agradecida de tus comentarios que son de gran ayuda para mi situacion actual. Decirte que ante mis adversidades tus post me están ayudando y aprendiendo mucho sobre todo a estar en paz conmigo misma.
Un abrazo repleto de cariño y agradecimiento.
Me alegra mucho lo que me dices, Pilar. Encantada de poder ayudarte en tu situación actual, hay pocas cosas comparables con estar en paz con uno mismo.
Te devuelvo un abrazo repleto de cariño y agradecimiento y le añado luz, para lo que la necesites :-).
Un abrazo
Hola Vanesa muchas gracias por tus post. Me ayudan a estar en paz conmigo y asi con lo demas.
Qué bien, Mari Carmen. Me alegra mucho, que continúe esa paz… :-).
Un beso,
Vanessa
Muy bueno el post muchas gracias! Y saltando de enlace en enlace he encontrado al Dr Puig en el Hormiguero que divertido y útil! Gracias por ponerlo. Un abrazo
Muchas gracias, Mayte. Sí, Mario Alonso Puig es magnífico, te recomiendo que, si te gustó lo que viste, sigas buceando en sus vídeos y entrevistas. Y por supuesto en sus libros, como el de Reinventarse o El cociente agallas.
Un abrazo y feliz día,
Vanessa
Hola Vanessa,
yo soy de las del 8. Como introvertida, el análisis y la reflexión son parte de mí. A veces me genera ansiedad, pero en general, creo que ha sido verlo como algo negativo lo que me ha hecho sentir peor. Es decir, entender y aceptar esta parte de mí es un gran avance para dejar de sufrir y ser más feliz. Por eso, más que centrarme en no pensar, o pensar menos, acepto esta situación y aprendo a soltar.
Por otra parte, me gusta mucho que hayas reflejado en porcentajes los distintos aspectos que influyen en la felicidad: 10% circunstancias, 40% biología, 50% de ti misma (tus pensamientos y acciones). En ese sentido, las introvertidas tenemos mayor riesgo de depresión e infelicidad por causas biológicas, pero lo que realmente nos vuelve infelices es no entender y apreciar nuestra forma introvertida de ser; que los demás nos digan que somos sosas, aburridas, que le damos muchas vueltas a las cosas… y terminar creyendo que estamos mal: eso es lo que nos vuelve infelices.
Y, en ese sentido, otro hábito que me hace infeliz es el 9: por experiencia y temperamento, tiendo a ver el futuro con un velo de temor e inseguridad. Eso sí que tengo que trabajarlo un poco más aún.
Gracias.
Muchas gracias, Irtha. Precioso lo de entender y aceptar esa parte de ti para poder soltar… Nada es positivo ni negativo, sólo depende de cómo nos hace sentir y de si queremos mantenerlo en nuestra vida o no.
No soy muy amiga de las etiquetas, pero quiero aclarar algo que comentas. El ser introvertida hoy no significa que tengas que serlo toda la vida. Que tú, y todos, somos como plastilina. Nosotros elegimos nuestra forma, y puede ir variando tantas veces como lo necesitemos. Por ejemplo, puedes elegir ser introvertida a secas en unas situaciones, introvertida con chispa en otras y extrovertida en otras. Y todo lo que tú quieras… Dentro de cada uno de nosotros están todas las gamas de color y nosotros elegimos, del blanco al negro, en cuál estar en cada momento. Sólo hay que aprender a moverse por la paleta de colores ;-).
Gracias de corazón, hay mucha autenticidad en tus palabras.
Un abrazo,
Vanessa
Hola! Me da mucha alegría saludarle. Espero de todo corazón que este bien. Muchas gracias por el post. Creo que esto me pasa muy seguido. Me siento como si todas las personas que me rodean como que les caigo mal y hay personas que cuando me dicen algún comentario sobre mi me lo tomo tan personal que me siento lastimada y sí que tengo mucho que estudiar y mucho que esforzarme. Bueno, que tenga un excelente día. Hasta pronto.
Muchas gracias, Mary. Es genial que te hayas dado cuenta de que te lo tomas como algo personal aunque no lo sea, porque así podrás racionalizarlo y entender, cada vez más, que eso está tan solo en tu mente, y no en la realidad. Cuando pase algo y empieces a montarte tu película, escribe las pruebas que tienes para pensar así (pruebas reales y palpables), verás que pronto te quedas sin argumentos ;-).
Feliz día para ti también.
Vanessa
Genial, alguien feliz hablando de personas infelices.
Claro.
Uy, treinta años de infelicidad dan para hablar mucho :-). Y te aseguro que entonces era incapaz de ver qué era lo que marcaba la diferencia.
Muchas gracias, me ha gustado tu comentario tan espontáneo.
Un saludo
Muchas gracias Vanessa. Me siento identificada con la mayoria de estos errores,quizá porque es una época de problemas de salud y personales, pero de verdad que leer esto me ayuda a saber que voy a ser capaz de salir de este hoyo que hasta ahora veía imposible.
Claro que sí, Maru. Nada es infinito, todo pasa y podrás salir de ese hoyo, estoy segura. Busca el camino y no dejes jamás de confiar en ti y en la vida…
Un fuerte abrazo,
Vanessa