Te voy a contar algo que me crispa.
Mira, la Navidad es una época de amor y de compartir. Con tus seres queridos, y con gente a la que ni siquiera conoces… De buenos deseos, de ternura y de “todos juntos y felices”… Vale, hasta aquí, aceptamos barco.
Pero, en toda esta parafernalia, ¿¿¿cuándo toca el día del amor a una misma???
¿Cómo es posible que, a lo largo del año, tengamos días para padres, madres, parejas y sujetos varios, y no exista el día del amor a uno mismo?
Pues esto es lo que me crispa.
Que con taaaanto miedo que hay por ahí a “ser egoísta y pensar demasiado en mí”, bien nos vendría un día en el que esté legitimado ponerme la primera y ser la reina soberana de mi vida. ¡Con dos ovarios!
Sí. De maravilla nos vendría, creo yo.
Y no me refiero a creerte que eres la mejor de tu oficina, o la más guapa de tus amigas, o las más inteligente de tus compis del curso, o la más apañada de tus hermanos.
¡¡¡No!!! Hay personas que confunden eso de “hacerlo todo muy bien” o “sentirme más que los demás” con el amor a una misma. Personas que se creen que tienen una buena autoestima porque se sienten muy eficientes y resolutivas, gestionan, sacan mil cosas adelante y nada les frena.
Pero no. El verdadero amor a una misma es algo mucho mas profundo que todo eso.
Es un amor sin condiciones de ningún tipo. Nada de “me querré si hago esto” o “me querré si me sale bien lo otro”.
No, ¡¡eso no es amor a una misma!! Eso, en realidad, es decirte que no eres suficiente o que tienes que conseguir X para poder quererte.
Y el amor a ti misma no se parece en naaada a eso.
Además de que, ¡por dios!, escucha esto bien: quien se pone condiciones a sí misma para quererse, vivirá PARA SIEMPRE en un bucle infinito en el que nunca, jamás, NAAADA va a ser suficiente.
Como miras a tus hijos o a tu enamorado
Vaya, que el amor a una misma del que te estoy hablando nunca va a necesitar de condiciones.
Ese amor, auténtico y genuino, es algo que te puede ocurrir tumbada en una cama, sin arreglar y sin hacer nada, con pelos de loca, en pijama y sin ningún tipo de mérito ni objetivo cumplido.
¿¿¿Te lo imaginas??? ¿Te imaginas estar tan a tope con esa mujer que está tirada sobre la cama sin mover un dedo como antes lo estabas con la super resuelta y megaperfecta que apañaba “una cena para diez” en menos que canta un gallo?
Pues eso, ¡solo eso!, es AMOR INCONDICIONAL.
Es dejar de ponerte mil trajes de apariencias para poder sentirte valiosa, y empezar a desnudarte y a sentirte maravillosa de la muerte sin ir vestida de nada.
¡Claro! Aprender a quererte no es añadirTE más y más, ¡es quitarTE lo que te sobra!
Es decir, el amor incondicional a una misma empieza por quitar todas esas capas y capas que aprendiste a ponerte para gustar a los demás. Hasta quedarte solo contigo, en esencia, desnuda, reluciente.
Tan solo tú, sin más.
¿Te das cuenta de ese amor y esos ojos vidriosos con los que miras a tus hijos o a esa pareja de la que te acabas de enamorar perdidamente? ¿Sabes ese sentimiento de que estás con ellos a muerte, siempre y pase lo que pase? Pues eso, así, pero contigo, es el amor incondicional.
Si con alguien a quien quieres le proteges cuando le hacen daño o le defiendes cuando le tratan mal, si le ayudas en lo que haga falta cuando tiene un problema, si le dices con cariño lo que hace bien y lo que te gusta de él, si cada día le preguntas cómo está con un interés profundo y genuino… pues eso mismo, PERO CONTIGO.
Y jamás atacarte. Y mimarte con esmero cuando te sientas más flojita. Y escucharte. Y animarte a mejorar en lo que sepas que puedes hacerlo. Y ocuparte de tu bienestar. Y elegir lo mejor para ti…
Sabiendo que no hay condiciones. Que no tienes que hacer nada y que no tienes que demostrar nada. Porque eres igual de valiosa con esto que sin esto (y, donde yo he puesto “esto”, tú puedes poner lo que te de la gana).
Y, por fin, poder gritar bien alto “me quiero y me admiro tal cual soy. Siempre. Sin ningún requisito”.
Sólo conozco una fórmula que funcione para esto
El amor incondicional a ti misma es una oportunidad en cada esquina… Una elección que tú haces en cada instante… Una posibilidad que te ofreces cada vez que te miras…
Amor incondicional no es que alguien tenga un gesto feo contigo y tú, dolida, le disculpes y pienses que el problema es tuyo que te pasas de sensible…
Amor incondicional es que, cada vez que tengas que elegir entre contentar a otro o contentarte tú, elijas de forma consciente pensando en ti…
Amor incondicional no es que, si alguien te deja de lado, te preguntes qué has hecho mal o qué le puede haber molestado…
Amor incondicional es que, si alguien no te cuida ni te prioriza, tú te sigas sintiendo igual de valiosa, de hermosa y de merecedora. Y que, automáticamente y sin ningún esfuerzo, esa persona que no te ha cuidado deje de interesarte…
Amor incondicional no es que te digas que pareces una cría porque has llorado en esa discusión o que eres gilipollas por quedarte callada cuando te hicieron ese comentario (¡¡¡ninguna bronca que te eches a ti misma tiene nada de amor!!!).
Amor incondicional es que, si alguien no te deja hablar o no te tiene en cuenta, tú te coges a ti misma de la mano, te pones en primera fila y hablas. Y dices lo tuyo, y te expresas, y te quedas tan ancha. Porque no necesitas a nadie que te defienda y porque la primera que saca su espada por ti eres tú.
En definitiva, amor incondicional es saber con total certeza que tú estás ahí contigo y lo vas a estar siempre. Y dará igual que metas la pata hasta el fondo, que tengas el mayor de los despistes o que tu pareja te deje por otra. ¡¡¡Tú vas a seguir ahí a muerte contigo!!!
Y te vas a consolar, a abrazar y a acompañar hasta que vuelva la calma. Y te vas a acunar como habrías querido que acunaran a esa niña que fuiste. A esa niña que, seguramente, no supo lo que era el amor incondicional…
¿La ves? Pues le vas a decir que esté tranquila, porque ahora ese amor se lo vas a dar tú. Porque cada vez que te lo des a ti misma le llegará a ella… Porque esa niña que fuiste está, y siempre ha estado, dentro de ti.
Amor incondicional es poner la mano en el fuego por que jamás te vas a volver a abandonar a ti misma, igual que sabes que jamás abandonarás a tus hijos (en mi caso, a mis perros).
En sentir que te quieres con locura, que te adoras y te sientes profundamente orgullosa de pertenecerte a ti misma.
Eso es el amor incondicional. Y yo, después de muchos años currándomelo para mí y para las cientos de mujeres a las que he acompañado, solo conozco una fórmula para llegar allí: ESTE CURSO.
AMOR es el curso para que des los pasos adecuados que hagan que no vuelvas a separarte de ti nunca jamás.
Para que, de ahora en adelante, la energía del amor brote de ti y emane hacia fuera, hacia los demás, hasta volver de nuevo a ti (en vez de hacerlo al revés, partiendo de la necesidad de que los demás te quieran para quererte a ti misma).
AMOR es para que sientas que vas a estar al 100% contigo siempre. Pase lo que pase. Hagas lo que hagas. Seas lo que seas.
Y para que sepas con total certeza que jamás, nunca jamás, te volverás a dejar de lado.
Si quieres regalarte eso, puedes apuntarte AQUÍ.
Besos, sonrisas y muy bonito 2024 para ti,
Vanessa
PD: AMOR es un curso para que lo hagas por tu cuenta en unos tres o cuatro meses. Desde el momento en el que te apuntas tienes acceso a todos los contenidos, para empezarlo ahora o cuando mejor te venga, porque el acceso a la plataforma es para siempre. Tienes la info aquí.
En resumen…parece loco. Pero debo amarme sin condiciones porque al final de todos y de todo, solo me tendré a mí.
Siempre habrá personas que te nutran y a las que nutrir con amor. Es deseable y necesario que las haya. Pero a la primera y a la única que no has de ponerle condiciones para amarla es a ti. Tú eres la única garantía que tienes.
Más que loco a mí me parece bonito. Y liberador.
Un abrazo grande,
Vanessa