Descárgate GRATIS la guía Cómo Defenderte cuando Alguien Traspasa tus Límites

No seas falsa. No seas maleducada. No seas tú

Mujer encogida en un rincón - no seas falsa no seas maleducada no seas tu

Antes era incapaz de ser falsa. Y presumía de ello.

Si alguien no me caía bien, se me notaba.

No daba conversación, no sonreía y no hacía como si nada.

Y me sentía orgullosa de ser así.

Incluso me sentía superior a las personas que sí hacían el paripé cuando alguien no les caía bien.

Porque “yo soy más auténtica”, pensaba.

Y, claro, más de una vez acababa quedando mal o pareciendo borde.

Pero no me importaba, porque “yo soy así y no me van las hipocresías”, me contaba a mí misma.

Ay, ay, ay, ¡cuánta tontería y cuánta exigencia de la que ni me daba cuenta!

Todo porque yo me obligaba a ser auténtica y transparente y a no ser falsa ni hipócrita.

Ahora, en cambio, puedo ser falsa si quiero y si así lo elijo ese día o con esa persona.

Y no sabes qué gusto y qué paz poder ser lo que me apetezca o lo que me convenga en ese momento.

Me habría venido muy bien hace años, si no hubiera tenido aquel juicio y aquella exigencia de que “hay que ser auténtica siempre”.

Y me habría ahorrado quedar mal a lo tonto tantas veces.

Bueno, pues esto nos pasa a todos.

Nos identificamos con una etiqueta hasta tal punto que no nos permitimos ser otra cosa que no sea eso.

Por ejemplo, si crees que eres cumplidora, te dices que tienes que serlo siempre, aunque un día no te vaya bien.

Si eres amable, tienes que serlo siempre, aunque hoy te salga forzado porque no lo sientes.

Si eres una persona de palabra, tienes que serlo siempre, aunque con ello te falles a ti misma.

Piénsalo. Dime una cualidad que creas que te defina.

¿La tienes?

Vale, ¿y qué te pasa con su opuesto? ¿Qué te pasa si eres lo opuesto a esa cualidad?

Por ejemplo, si te has definido como “buena persona”, ¿qué te pasa a ti si eres mala persona?

¿Qué pasaría si, por un día, ser ese opuesto (véase, mala persona) estuviera bien y fuera correcto? ¿Qué peso te quitarías de encima?

Date tiempo para reflexionar, porque tiene miga. Y aquí no se viene con prisas.

Las niñas buenas son así

Mira, lo que sea que te exijas ser, es probable que tenga algo que ver con el polo que te validaron cuando eras pequeña.

O bien, te esfuerzas por ser aquello con lo que te premiaron y que te dijeron que estaba bien.

Véase, ser responsable siempre y nunca ser irresponsable.

O bien, evitas ser aquello que te castigaron y te dijeron que estaba mal.

Véase, no ser refunfuñona y ser siempre complaciente.

Y ahora, muchos años después, ya no eres una niña, pero sigues obedeciendo a esas reglas que les venían bien a los adultos de tu entorno cuando eras pequeña.

No ser mala. No ser irresponsable. No ser falsa. No ser protestona. No ser antipática. No ser egoísta.

No ser. No ser. No ser.

No ser nada que no esté bien visto.

Porque te has tragado una serie de cualidades que definen al personaje que has aprendido que tienes que ser.

Pero que a ti te tienen reprimida, frustrada y funcionando bajo mínimos.

Por ejemplo, como hay que ser siempre humilde y no ser nunca prepotente, pues eres incapaz de pegarle un buen corte a alguien que se lo merece. Porque tú no eres así.

¿Te suena?

¡¡¡Pero vamos a ver!!! ¿Quién ha dicho que solo podamos ser de una forma?

¿Dónde está escrito que tengamos que vivir encorsetadas en un polo sin poder movernos por toda la escala de grises o, incluso, irnos al extremo negro si un día lo necesitamos?

Hasta donde tú quieras, que no te estoy hablando de que, si aprendiste a estar siempre disponible para los demás, ahora no lo vayas a estar nunca.

Te estoy hablando de la libertad de poder elegir cómo quieres ser en cada momento.

Sin obligarte a ser siempre eso que otros validaron tanto en ti.

Porque, cuando funcionas desde esa exigencia y esa represión, silencias a una parte de ti que seguro que en algún momento necesita moverse con libertad e irse un poco más hacia el otro extremo.

Y ser más desvergonzada. O menos educada. O más vaga. O menos respetuosa. O más interesada. O menos discreta. O lo que sea.

Pero a la que no se lo permites.

Un salón de baile infinito

Mira, te lo dice una que lo sabe bien, por mí y por todas las mujeres a las que acompaño para que se quiten tantos corsés y tantas rigideces que las ahogan…

Cuando abrazas lo que eres y no solo lo que aprendiste que tenías que ser, guaaau, es como si de repente tuvieras un salón de baile inmenso entero para ti.

Tú, que llevabas toda la vida moviéndote solo entre cuatro baldosas, ahora puedes danzar a tus anchas.

Y te das cuenta de que hay días en que eres más generosa y otros en que lo eres menos. Y ambas te gustan por igual.

O de que hay días en que tienes ganas de estar con gente y hay días en que no. Porque no te apetece, porque quieres estar a lo tuyo… Y te lo permites, sin más.

O de que hay días en que estás motivada y con ganas de trabajar y hay días en que estás más disfrutona y con ganas de no hacer nada. Y está bien así.

Y ya no vives constreñida, ni encerrada.

Porque sabes quién eres por encima de esas etiquetas y de esos comportamientos.

Sabes quién eres cuando te quedas a solas contigo. Quién eres cuando se apaga la luz. Quien eres cuando no escuchas nada. Quién eres cuando das un abrazo sentido.

Y porque te sientes libre para ser todo, para moverte en todo tu potencial y para dejarte ser lo que necesites en cada momento.

Porque ya no tienes que ser solo una cosa, ni que ser algo para alguien.

Ahora, simplemente, eres tú.

Si quieres dejarte ser completa, disfrutar mucho más de ti y vivir tranquila y a gusto en tus relaciones, sin tener que ser nadie más que tú, será un placer acompañarte allí. Cuéntamelo ahora y AQUÍ.

¿Quieres más consejos?

Apúntate GRATIS y recibe cada semana herramientas y recursos para tener Más Seguridad, Más Felicidad y Más Bienestar.

Sí, acepto la Política de protección de datos.

Acerca de Vanessa Carreño

Trabajo con mujeres que se sienten inseguras, no se valoran ni tienen confianza en sí mismas, le dan muchas vueltas a la cabeza y se preocupan mucho por lo que piensen los demás.

Con mis programas de Autoestima, Relaciones Personales y Dependencia Emocional consiguen ganar confianza en sí mismas y sentirse seguras y capaces de alcanzar sus objetivos. Aprenden a valorarse, se atreven a ser ellas mismas y empiezan a disfrutar de su vida y de sus relaciones.

¿Quieres que te ayude a ti también? Solicita una sesión de valoración gratuita conmigo rellenando este formulario.

6 comentarios

6 comentarios
  1. Susana 18/10/2025

    Yo me identifico con lo que dices, Vanessa, pero siento que al mismo tiempo me pasa lo contrario.

    En mi antiguo trabajo, donde había muchas personas funcionarias, había siempre flotando un rollito de “tú eres temporal, y me tienes que aguantar las tonterías”. No digo para nada que todas las personas funcionarias sean así, pero en mi trabajo ésta era la tónica.

    A una individua que se pasó (en serio) una jornada laboral entera parloteando aprovechando que estábamos las temporales y no el resto de jefas, no volví a dirigirle la palabra. Todo me decía que tenía que aguantar. Yo ignoraba, e ignoraba a las personas que intentaban violentarme aprovechando mi puesto de trabajo.

    Siempre me sentí orgullosa de actuar así, sí: porque todo el mundo quería que fuera sumisa, y así era como yo había sido de pequeña…por sobrevivir. Yo necesitaba no serlo, y eso hice. Y también estaba cansada de que siendo amable aprovechen y me traten mal sin motivo ninguno.

    Y efectivamente el entorno estaba pensado para que si me salía de las normas de sumisión abiertamente, recibiese “mi merecido castigo”, así que esperé a terminar mi contrato y luego escribí a inspección de trabajo. A mí no se me pilla cuando no he hecho nada, sorry not sorry.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 21/10/2025

      Hola Susana,
      Muchas gracias por compartir. Entiendo lo que quieres decir. Hay otra forma de “obedecer” a eso que hemos aprendido, que es irnos al extremo contrario. Por ejemplo, que si aprendí a ser complaciente pues ahora me rebelo ante eso y no estoy disponible para los demás. Y vuelve a ser lo mismo, porque me impide bailar en ese salón enorme siendo capaz de pasar por todas los grises, eligiendo en cada momento cuál siento que es más adecuado.
      Probablemente eso que te ocurrió no tenía nada que ver contigo, era su forma de funcionar. La cosa es que tú te cuides a ti 💕.
      Un abrazo grande,
      Vanessa

      Responder
  2. Rocio 20/10/2025

    Hola Vanesa, ante todo quisiera darte las gracias por tus blog, me identifico con muchos de ellos, con este en concreto, me esta surgiendo una duda sobre la falsedad.
    ¿Ser falsa está bien? yo no lo creo, ¿serlo cuando te apetezca o te convenga? No lo entiendo. Sé que es inevitable tener que mentir muchas veces, yo lo hago, miento por no tener que dar explicaciones que no servirán de nada, o por ahorrar tiempo que no tengo, miento por no herir sentimientos, por no desilusionar a los niños, por reservar mi intimidad, por no ser maleducada, por cobardía pues la verdad tiene un alto precio que no siempre se está dispuesto a pagar, pero de ahí a ser falsa, o sea a decir lo contrario o lo que piensas, no lo entiendo y no me gusta. Mejor callar que no ser falsa. Pienso que si la gente fuese más sincera desde el corazón y más respetuosa, las relaciones serían más fácil de entender, al menos para mí. Yo me hago un lio con lo del protocolo, lo que es correcto y lo que no, lo que es educado y lo que no, no me gusta la falsa modestia, desgraciadamente soy demasiado empática y me doy cuenta fácilmente de las emociones de los demás puedo ver cuando dicen no, pero piensan si o al contrario, y eso me incomoda mucho, más bien me lía, yo adoro a la gente autentica y me encantaría serlo todo lo que se pueda, siempre trato de no mentir, decir lo que pienso con amabilidad, callar o desviar el tema para no tener que hacerlo, y cuando miento me pongo muy nerviosa o me siento mal, culpable, no me gusto. Entonces como encajar esto que dices de permitirte ser falsa. Quisiera entenderlo para entrar en la gama de los grises. Gracias de nuevo por tus blogs.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 21/10/2025

      Hola Rocío,
      Gracias a ti por seguirme y comentar.
      En realidad hay mil matices que podríamos ver según cada situación. Pero recuerda que esto no va de cómo sea el otro, sino de cómo te muestras tú. De que si en un determinado momento con alguien te conviene o necesitas ser falsa, puedas serlo sin remordimientos ni juicios internos. No en todas tus relaciones, por supuesto, sino cuando tú lo desees. Que si por ejemplo tienes una compañera de trabajo que no te gusta y te conviene llevarte bien con ella, que puedas mostrarte falsa para evitar conflictos que solo te traerían más problemas.
      Pero para eso necesitas estar en paz contigo y con todo tu ser, para que no te juzgues por cómo eres en un determinado momento y te dejes ser como necesites.
      Un fuerte abrazo,
      Vanessa

      Responder
      • Nohe 23/10/2025

        Gracias por tanto! He leído cada artículo y son todos de una gran ayuda.
        Mi duda es un chico que conocí, tras darnos teléfono, dice de tomar un café. Ha pasado casi una semana y ni un mensaje, a pesar de que veo que lee a diario mis estados de WhatsApp. La verdad que no me parece bien. Pero si llama y digo que ha tardado, quedaré como necesitada o resentida.
        ¿Cuál sería la forma de hacerlo sin resultar resentida ni borde?
        Gracias ☺️
        Tengo 48 y el 49

        Responder
        • Vanessa Carreño Andrés 27/10/2025

          Hola Nohe,
          Cuando preguntas cómo hacer para no quedar de resentida ni de borde en lo que estás poniendo el foco es en lo que él piense de ti. Y por ahí solemos terminar descuidándonos a nosotras mismas y generando relaciones dependientes en las que los demás no nos respetan porque nosotras tampoco nos respetamos.
          Lo que funciona es cuando tu manera de comportarte y de estar con el otro nace de un profundo amor propio y de valorarte por ti misma, no por lo que el otro te valore. Pero para llegar a eso no se trata de que yo te diga cómo responder o cómo gestionar esta situación, lo importante es que lo sientas con seguridad dentro de ti y que no dependas de consejos externos.
          Si quieres hacer un proceso conmigo para conseguirlo rellena esto.
          Un abrazo,
          Vanessa

          Responder

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicado. Los campos obligatorios están marcados como *



Vanessa Coaching to Be

Únete a los más de 20.000 suscriptores, ¡con regalo incluido!

Apúntate GRATIS y te enviaré ahora mismo el audio "Cómo Evitar que Alguien Te Haga Sentir Mal".

Sí, acepto la Política de protección de datos.

No te enviaré nada de spam y puedes darte de baja cuando te apetezca

Los post más leídos

¿Quieres trabajar conmigo?

Rellena este formulario para tener una sesión de valoración gratuita”.

Buscar

¡Hey!

no te vayas sin tu regalo

¿Quieres empezar a confiar en ti, sentirte segura y disfrutar de tu vida y de tus relaciones?
Apúntate gratis y llévate el audio “Cómo Evitar que Alguien Te Haga Sentir Mal" de regalo.

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA.

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA