¿Sabes recibir? ¿Pides ayuda cuando la necesitas? ¿Permites que otros te den?
Entre las personas con las que trabajo en mi programa de autoestima, hay muchas que no se sienten cómodas recibiendo ayuda de los demás.
Puede ser que se sientan mal por el otro, incomodas por el tiempo o el esfuerzo que está invirtiendo en ayudarlas, “cuando podría estar haciendo otra cosa mejor”. Por ejemplo, si le pido ayuda a un amigo para hacer una mudanza.
Puede ser que crean que molestan, que la otra persona estaría mejor sin su presencia. Por ejemplo, si una amiga me invita a pasar las vacaciones con ella y su familia.
Puede ser que no se atrevan a pedir algo por miedo a que el otro les diga que no o a que se sienta obligado a decir que sí. Por ejemplo, si necesito que mi vecina recoja un paquete porque yo no estoy en casa.
Y así te podría poner infinitos ejemplos…
La cosa es que, muchas veces, no nos damos permiso para recibir.
Como si sintiéramos que no nos lo merecemos y que si el otro lo hace es por obligación… (ojito con lo que este espejo podría estar dicíendote de ti ;-).
Como si pensáramos que molestamos, que no somos dignas de recibir amor…
Cómo si nos pusiéramos por encima, en modo yosoyautosuficienteynonecesitoayudadenadie.
O como si tuviéramos miedo al conflicto, interno o externo, que podría generarse si el otro nos dice que no…
Incluso es posible que, a pesar de no estar pidiendo lo que necesitamos, después nos quejemos de que nadie nos ayuda.
¿Te suena?
Si te sientes identificada con lo que te estoy contando, me gustaría preguntarte algo: ¿Te gusta dar a los demás? ¿Te sientes bien cuando alguien te pide un favor? ¿Te sientes bien cuando ayudas a alguien?
Pues igual que tú te sientes bien cuando das, el otro también se siente bien cuando TE da a ti.
Pero no puede hacerlo si tú no le das permiso. Si tú no TE das permiso para recibir.
En mi opinión, que soy muy poco amiga de la etiqueta “egoísta” tal y como la hemos aprendido, detrás de estos comportamientos sí que hay una especie de egoísmo oculto (aunque sea inconsciente).
Te lo voy a contar con un cuento…
“En cierta ocasión se hallaban reunidos en Escete algunos de los ancianos, entre ellos el abad Juan el Enano.
Mientras estaban cenando, un ancianísimo sacerdote se levantó e intentó servirles. Pero nadie, a excepción de Juan el Enano, quiso aceptar de él ni siquiera un vaso de agua.
A los otros les extrañó bastante la actitud de Juan y más tarde le dijeron: “¿Cómo es que te has considerado digno de aceptar ser servido por ese santo varón?”.
Y él respondió: “Bueno, veréis, cuando yo ofrezco a la gente un trago de agua, me siento dichoso si aceptan. ¿Acaso me consideráis capaz de entristecer a ese anciano privándole del gozo de darme algo?”.Anthony de Mello (“La Oración de la Rana 1”)
Así es, la mayoría de las personas nos sentimos bien cuando damos a los demás.
Y la Vida no entiende de caminos de una sóla dirección.
Si tú no dejas que otro te ayude, no contribuirás a que otro se sienta bien.
Si tú no te sientes merecedora de que te den, no estarás dejando que el amor fluya en ambas direcciones.
Si tú no te das permiso para recibir, tampoco podrás dar desde un lugar autentico.
Y pedirás en silencio, y esperarás sin decir lo que esperas, y darás pendiente de que te lo valoren…, porque sientes ese vacío en tu interior de quien no sabe darse…
Suele ir unido: cuando damos desde la carencia, es porque no hemos aprendido a darnos a nosotras mismas ni a recibir de los demás.
Así es como se corta el flujo del Amor, cuando no nos damos permiso, porque en el fondo no nos sentimos merecedoras de recibir.
Dicho esto, te propongo que te observes unos días y te des permiso para pedir y recibir de los demás.
Es un maravilloso comienzo para quien quiere aprender a amarse… Y recuerda que no puede haber lo uno sin lo otro.
…
¿Qué me dices? Me encantará que compartas tus reflexiones conmigo en los comentarios aquí debajo.
Tengo una amiga, a la que le debo un montón de favores.
Pero no acepta que le dé nada.
Y si se lo hago llegar, siempre busca la manera de pagarlo, con dinero u otras cosas.
No sé que hacer, ya no quiero ni visitarla pero la quiero mucho.
Ya no quiero recibir nada de ella.
Hola Isnerick,
Eso es de ella, tiene que ver con ella y es ella quien ha de darse cuenta de lo que sea que le esté pasando y resolverlo, si así lo desea.
Busca en ti, trabaja en ti lo que se te mueve cuando ella no acepta tus regalos o tus favores. Ahí encontrarás el camino para sentirte en paz con ella y contigo misma :-).
Un abrazo,
Vanessa
Me encanto, gracias, muy cierto y me ha pasado mucho, pero voy a trabajar en ello, merezco todo lo bueno q me pase, asi q dejaré q fluya el amor en ambas direcciones.
Saludos.
Esto quería decir yo, pero lo has dicho tú antes y estupendamente bien. Gracias a Vanessa y a ti también 🙂
Muchas gracias, Belén :-).
Un abrazo,
Vanessa
Me alegro mucho, Yamil. Muchas gracias por compartir.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa
Muy interesante el articulo pero no lo puedo copiar y pegar para leerlo despacio como lo vengo haciendo con tus artículos hace mucho tiempo.
Acá tambien quise corregir algo y no me lo permitió.
Un abrazo,
Mariae
Hola Mariae,
Tal vez tenga que ver con el cambio a la nueva web, aunque a mí sí me permite copiar y pegar el texto en un word, si es eso a lo que te refieres.
Creo que los comentarios una vez que lo has enviado ya no te permite editarlos, pero puedes enviarme un email con lo que quieras cambiar del comentario y yo lo corregiré antes de publicarlo.
Un abrazo,
Vanessa
A mí me pasa seguido, pero gracias, realmente me ha gustado y me será de mucha ayuda.
Muchas gracias, Carmen.
Un abrazo,
Vanessa
GRACIAS Vanessa, me encantan todos tus post y son de gran ayuda!
Muchas gracias, Jorgelina. Me alegro de que te sirvan.
Un abrazo,
Vanessa
Muchas gracias Vanessa, realmente me ha sido muy útil,tengo que reconocer que me cuesta aceptar la ayuda de alguien, y me sentí muy identificada, pero trabajaré mi interior para modificar eso.
Soy de las personas que me complace mucho dar, pero también tengo que entender que soy merecedora de recibir cosas buenas también.
Muy agradecida me ayuda mucho, mil gracias.
Muchas gracias, Ivis. Me alegro de que te haya servido. Para que el amor fluya ha de hacerlo en los dos sentidos. Si no es así se crea un desequilibrio que de un modo u otro terminará dañando la relación.
Un abrazo,
Vanessa
Buenos días Vanessa, muchas gracias por tus post y los consejos que das en ellos. La nueva página web ha quedado preciosa (aunque no se me olvidará el pajarito del diseño anterior, me encantaba.) Te escribo por si podrías ayudarme respecto a mi madre.
Aprendí la asertividad por mi cuenta y hablé de ella a mis padres, pero ni caso. Mi madre nunca admite cuándo está triste, entre otras cosas. Sé que su trabajo le supone una gran tensión, y no sé cómo ayudarla. Y eso, sin contar con el covid.
Si pudieras darme algún consejo o decirme algún recurso para ayudarla a relajarse, te lo agradecería mucho. O alguna manera de ayudarla a ser más asertiva (ya sé que eso es algo personal de cada uno, pero, es mi madre.) Un saludo, y mucha suerte en estos tiempos.
Muchas gracias, Soralla. Me alegro de que te guste la web y me ha hecho mucha ilusión que me digas que te encantaba el pajarito :-).
Pues creo que cada persona ha de andar su camino, que no sirve que otro nos empujen por el que creen que necsitamos andar, porque cada paso ha de darlo uno mismo y sólo de esa manera funciona. Así que te diría que respecto a ella simplemente le muestres que estás ahí, que te gustaría ayudarla y que te tiene si te necesita. Y después te diría que trabajes en ti lo que esto te remueve, lo que te pasa a ti cuando ves pasarlo mal a otro y no puedes ayudarle, cuando eso te afecta o cuando quieres cuidarle pero no puedes… Cómo gestionas tú tus emociones y si expresas lo que sientes… Qué roles has asumido para ti (por ejemplo, el de cuidadora), si te cargas demasiado a ti misma y si te haces responsable de lo que no es tuyo… Si me lees ya habrás escuchado lo de que todo lo que nos pasa tiene que ver con nosotras, y no con el otro.
Me has recordado un cuento y me has inspirado para el post de mañana, te lo voy a dedicar :-).
Un abrazo,
Vanessa
Es impresionante cómo está hecho este sitio web. Abundante contenido de calidad, todo muy bien redactado, fácil de entender. Los colores, las formas, los espacios. Se nota que está hecho con amor. Felicitaciones.
Muchas gracias de corazón por tus palabras, Héctor. Me alegro mucho de que te guste el sitio web.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanesa! La verdad hacia mucho no me tomaba un tiempo para leer tus post. Y justo hoy, ahora, leo éste, tan sencillo y con palabras tan exactas que me han movilizado.. yo soy esa persona que muchas veces no se deja ayudar.. a veces hasta me cuesta recibir un elogio o un regalo. Sé porque puede llegar a ser que sea asi… Porque suelo autoanalizarme, por decirlo de alguna manera. Pero no puedo cambiar. No sé porque. Aunque suelo decir qué pienso y cómo me siento y muchas veces si necesito ayuda lo digo.. al fin y al cabo me doy cuenta que me encuentro sola… o la ayuda llega despues de haberla pedido un par de veces y siento que ya es por obligación, entonces no la acepto… de todas maneras me gustaría hablar contigo este tema mas profundamente para contarte si puede ser un poquito de mi historia y asi poder ayudarme a amarme y a aprender más. Gracias!
Hola Maria Eugenia,
Siempre se puede cambiar, sólo hace falta encontrar el camino. Que todavía no lo hayas encontrado no significa que no puedas, simplemente que aún no lo has logrado :-).
Si quieres trabajar conmigo puedes rellenar este formulario y me pondré en contacto contigo.
Un abrazo,
Vanessa