Dime, ¿sabes de qué necesitas vaciarte tú?
En este momento, aquí y ahora, todos necesitamos vaciarnos de algo…
El otro día estaba hablando con una persona que venía a mi porque se sentía muy insatisfecha y desmotivada con su vida. En su relación de pareja, en el aspecto profesional, en si misma…
Era como que nada estaba bien, y quería saber qué hacer para resolverlo. Qué hacer para recuperar la conexión con su pareja, qué hacer para recuperar la confianza en sí misma, qué hacer para volver a tener ganas, para volver a tener ilusión, para volver a sentirse motivada…
-¿Por dónde empiezo?- me preguntó.
-Pues ni por tu pareja, ni por el trabajo, ni por nada de eso que me cuentas que te pasa- le respondí.
Y entonces le conté este cuento…
LA CIUDAD DE LOS POZOS
Esta ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta.
Esta ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes …pero pozos al fin.
Los pozos se diferenciaban entre sí, no solo por el lugar en el que estaban excavados sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior). Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra.
La comunicación entre los habitantes de la ciudad era de brocal a brocal y las noticias cundían rápidamente, de punta a punta del poblado.
Un día llegó a la ciudad una “moda” que seguramente había nacido en algún pueblito humano: La nueva idea señalaba que todo ser viviente que se precie debería cuidar mucho más lo interior que lo exterior. Lo importante no es lo superficial sino el contenido.
Así fue como los pozos empezaron a llenarse de cosas. Algunos se llenaban de cosas, monedas de oro y piedras preciosas. Otros, más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más optaron por el arte y fueron llenándose de pinturas , pianos de cola y sofisticadas esculturas posmodernas. Finalmente los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas.
Pasó el tiempo.
La mayoría de los pozos se llenaron a tal punto que ya no pudieron incorporar nada más.
Los pozos no eran todos iguales así que, si bien algunos se conformaron, hubo otros que pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior…
Alguno de ellos fue el primero: en lugar de apretar el contenido, se le ocurrió aumentar su capacidad ensanchándose.
No paso mucho tiempo antes de que la idea fuera imitada, todos los pozos gastaban gran parte de sus energías en ensancharse para poder hacer más espacio en su interior.
Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver a sus camaradas ensanchándose desmedidamente. El pensó que si seguían hinchándose de tal manera, pronto se confundirían los bordes y cada uno perdería su identidad…
Quizás a partir de esta idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su capacidad era crecer, pero no a lo ancho sino hacia lo profundo. Hacerse más hondo en lugar de más ancho.
Pronto se dio cuenta de que todo lo que tenia dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Si quería ser más profundo debía vaciarse de todo contenido…
Al principio tuvo miedo al vacío, pero luego, cuando vio que no había otra posibilidad, lo hizo.
Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, mientras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho…
Un día, sorprendentemente, el pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa: adentro, muy adentro , y muy en el fondo, ¡¡¡encontró agua!!!.
Nunca antes otro pozo había encontrado agua…
El pozo supero la sorpresa y empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo las paredes, salpicando los bordes y, por último, sacando agua hacia fuera.
La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de hecho era bastante escasa, así que la tierra alrededor del pozo, revitalizada por el agua, empezó a despertar.
Las semillas de sus entrañas brotaron en pasto, en tréboles, en flores, y en tronquitos endebles que se volvieron árboles después…
La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo al que empezaron a llamar “El Vergel”.
Todos le preguntaban cómo había conseguido el milagro.
-Ningún milagro- contestaba el Vergel- hay que buscar en el interior, hacia lo profundo…
Muchos quisieron seguir el ejemplo del Vergel, pero descartaron la idea cuando se dieron cuenta de que para ir más profundo debían vaciarse.
Siguieron ensanchándose cada vez más para llenarse de más y más cosas…
En la otra punta de la ciudad, otro pozo, decidió correr también el riesgo del vacío…
Y también empezó a profundizar…
Y también llegó al agua…
Y también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde en el pueblo…
-¿Qué harás cuando se termine el agua?- le preguntaban.
-No sé lo que pasará- contestaba- Pero, por ahora, cuánto más agua saco, más agua hay.
Pasaron unos cuantos meses antes del gran descubrimiento.
Un día, casi por casualidad, los dos pozos se dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma…
Que el mismo río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro.
Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida. No sólo podían comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente, como todos los demás, sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto:
La comunicación profunda que sólo consiguen entre sí, aquellos que tienen el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser lo que tienen para dar…
Jorge Bucay
Así es, para poder llenarte de algo nuevo has de empezar por vaciarte de lo viejo primero.
Vaciar el rencor para poder llenarte de amor…
Vaciar el dolor para poder llenarte de paz…
Vaciar la negatividad para poder llenarte de alegría…
Vaciar la culpa para poder llenarte de cariño y autocompasión…
O, ¿qué haces cuando quieres introducir un hábito nuevo en tu rutina diaria? ¿Qué haces cuando quieres comenzar con un nuevo proyecto?
Supongo que vaciarte de tareas que no te aportan nada para poder llenarte de otras que sí.
Porque en una agenda llena, para poder meter algo nuevo, ¡hace falta sacar algo viejo!
Pues lo mismo pasa con nuestras emociones, con nuestros pensamientos, con nuestras sensaciones, con nosotros mismos…
Lo importante es que solo se puede llenar aquello que está vacío.
Que cuando estás lleno de algo que no te sirve, la única manera de que lleguen cosas nuevas es dejar ir…
Que a veces hace falta liberar para volver a nutrirse…
Que a veces hace falta sentir algo que no nos gusta para volver a sentir algo que sí…
Que siempre hace falta aceptar para soltar…
Que hace falta profundizar para encontrar…
Y que en el fondo de uno mismo siempre hay un bello lugar pendiente de visitar.
Pero para llegar allí es necesario vaciar todo lo que cubre la superficie.
Y eso da miedo. Muchas veces da miedo. Pero solo quien supera ese miedo puede llegar a habitar el tesoro que alberga en su interior.
Su Ser. Su Luz. Su Alma. Su Comienzo.
Así es como los Seres se encuentran entre sí, como las Almas se conectan, como la Magia sucede, como la Vida comienza…
…
¿Qué me dices? ¿Qué es eso de lo que crees que necesitas vaciarte para llegar a ti misma? Me gustaría mucho que compartieras tus reflexiones en los comentarios aquí debajo.
Hola Vanessa, espero tu email como agua de mayo. Me alegra verlo en mi bandeja de entrada y sė que no me defraudará. Me reconfortas con tus posts y, honestamente te digo, que me ayudas muchísimo en esta etapa de mi vida que tras mi separación (13 años juntos) estoy viviendo. Me animas y me enseñas a ver y disfrutar de la vida de otra manera. Es un aprendizaje constante y mucho mejor con tu ayuda.
Gracias,
Aurora
Qué bien, Aurora. Me alegro mucho de que así sea. Muchas gracias por compartirlo conmigo. Espero que vayas encontrando la Paz y la Luz en este camino que estás haciendo.
Un abrazo grande,
Vanessa
Gracias, gracias, qué profundo y sincero sentir, es lo que nos hace falta, vaciar el miedo, los rencores, el dolor, las culpas… vaciar todo lo malo. Gracias, gracias.
Muchas gracias por tu comentario, Isabel.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Pedazo de post, pedazo de cuento.
increíble….me he dado cuenta que necesito vaciar taannntooo. Lo que ocurre es que no sé por donde empezar ni cómo hacerlo.
A veces me da la sensación de que mi vida se nutre de como me perciban los demás, por eso lleno ese pozo de cosas.
Ana,
Si te observas y observas cómo te vas sintiendo cada día, lo que te suma y lo que te resta, tú misma irás viendo por donde comenzar a vaciar, a la vez que te vas priorizando y fijándote en cómo te percibes tú, en lo que te gusta y lo que valoras de ti, siempre con el foco puesto en la Ana que quieres ser.
Besos y sonrisas,
Vanessa
Muchas gracias Vanessa, me encontré este post tuyo después de leer el que me llega cada vez a mi charola de correo… El titulo me llamo la atención, porque me di cuenta que yo necesito vaciarme de tantas cosas… En estos dias y después de pasar por la perdida de mis padres y mi tia más querida, falleció una persona con la que tuve una relación y a la que esperé por mas de 20 años… Aparecía y desaparecía de mi vida, así como así. Hace unos días apareció de vuelta, y hoy en día ya se fue otra vez, pero ahora ya tengo la seguridad de que ya no va a volver a aparecer por aquí… Por eso, al leer el título y con la tristeza que aun siento por su muerte, me dio el valor para reconocer que hace mucho tiempo debi vaciar muchas cosas para que entraran cosas nuevas. No lo hice antes, pero aun hay tiempo de hacerlo, de que entre el amor, la paz, mi amor propio… Muchas gracias por compartir ese post, yo aun lloro su partida, pero lo veo como una señal de despedida y como un baño para limpiarme, para sacar todo lo que antes no pude. Gracias, te seguiré leyendo.
Hola,
Te entiendo. Siento mucho el momento que estás pasando, comprendo tu dolor y te acompaño desde aquí… Me alegro de que el texto te haya servido para darte cuenta de que hace tiempo que necesitabas vaciar, es una maravillosa reflexión. Espero que la vida te traiga abundancia, alegría y mucho amor. Llénate de él para que brote en ti…
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa.
Muchas gracias por tus comentarios, nos hacen reflexionar y pensar en como debemos vivir la vida.
Yo perdí a mi mujer hace un año, después de una enfermedad que fue bastante dura y difícil. Son situaciones en las que nuestros pensamientos nos llevan al extremo, y no sabemos darle la solución correcta para por lo menos poder vivir en paz. Si que es verdad que hay que soltar aquello que ya no está. Es tan difícil, pero necesario a la vez, para poder volver a llenarse otra vez de Amor, Felicidad y Paz.
Gracias, me sirven de mucho tus palabras.
Hola Angel,
Siento mucho tu pérdida, el duelo de una pareja después de una enfermedad necesita un tiempo de reposo y cariño. No hay un camino correcto ni soluciones que sirvan para todos. Cada uno ha de hacer su proceso y su camino, desde lo que vaya necesitando en cada momento, con mucho silencio, mucho mimo y mucho amor. Expresa lo que sientes, recuerda lo bueno y apóyate en la gente que tengas cerca.
Un cariñoso abrazo,
Vanessa
Gracias Vanessa.
Hola
He visto este post por casualidad. Cada noche escucho el cuento que habla de vaciar la taza para poderla llenar y al encontrarme este post tan bien explicado, me he dado cuenta que sí, que tengo que vaciar. Que tengo que echar todo lo que me tormenta, angustia, que creo que me culpa para estar en paz. Gracias.
Qué bien, Lisi. Me alegro mucho de que te haya servido para conectar con lo que necesitas, muchas gracias por compartirlo.
Un abrazo,
Vanessa