Descárgate GRATIS la guía Cómo Defenderte cuando Alguien Traspasa tus Límites

Las tres razones por las que no te decides a dejarlo con tu pareja

Pareja de espaldas - No te decides a dejarlo con tu pareja

Suponte que vas a clases de yoga, pero no te gusta nada el profesor que las da.

¿Qué harías? Lo más probable es que te desapuntaras de esa clase, ¿no?

Y sería una decisión fácil, sencilla de tomar.

Entonces, cuando alguien no está bien con su pareja, ¿por qué no decide con la misma facilidad?

Cada día me contacta alguna mujer por este motivo, porque no es feliz en su relación de pareja, pero tampoco termina de tomar una decisión.

Y quiere que la ayude a aclararse, ver si lo que les pasa tiene solución y a decidir qué hacer.

En unos casos, la mayoría, es porque no le gusta cómo la trata su pareja: cómo le habla, lo poco que la cuida, lo casi nada que la tiene en cuenta, que discuten por todo…

En otros es porque no le gusta cómo es su pareja: porque no es comunicativo, porque es muy pasivo, porque se enfada por todo, porque no se implica en nada ni forma equipo con ella…

Y, en otros, porque se siente en una relación monótona en la que ya no hay ni sexo, ni amor, ni complicidad, ni admiración, ni ternura, ni nada de lo que se supone que es una pareja.

Total, que esa mujer necesita mi ayuda, porque sola es incapaz de tomar una decisión.

¿Por qué es incapaz? Si te está pasando esto, te cuento las tres razones por las que NO te decides a dejarlo con tu pareja:

La culpa

Te he hablado hasta la saciedad de la culpa, porque es de los sentimientos más tóxicos en las mujeres que necesitan mejorar su autoestima y uno de los que más facilita que alguien se enganche en una relación.

Y sí, hay mujeres que se sienten culpables por todo (yo misma, antes).

Culpable porque la relación no funcione, culpable por pensar en irme, culpable por dejarle solo, culpable porque “igual es que me rindo muy rápido” (ojo, mujeres que llevan meses, o incluso años, sintiéndose mal ahí)….

O la culpa de cuando tu pareja te hace daño de alguna forma, tú se lo dices bien y él te ataca o te echa la culpa a ti de lo que os pasa. Y tú te la tragas, enterita y sin masticar.

“Yo vivo en su piso, y en algún momento que no puedo más le digo que cojo las cosas y me voy, y me dice `¡ah! Qué rápido te vas, ¡la que no quiere arreglar las cosas eres tú!´, y entonces reculo y me siento a hablar… Pienso que así en caliente no puedo decidir y me quedo… Y así se me pasa la vida”, que me decía una coachee.

O cuando tragas y tragas, y, un día que ya no puedes más, explotas y dices cuatro barbaridades, y entonces parece que todo el foco está puesto en ti y que la que lo hace mal eres tú. Y venga a sentirte más culpable.

“Nunca hace lo que dice que va a hacer, me ha fallado mil veces… Quedamos y siempre llega tarde. Y me enfado y discutimos y me dice que conmigo es imposible estar bien y que grito por todo… Y me entra una especie de pena y de culpa pensando que me pasé”, que me decía otra coachee.

Culpable por pensar que igual es que pides demasiado, que eres muy exigente, que eres demasiado susceptible o que todo te molesta.

“A veces pienso que la que quiere que la relación sea distinta soy yo, que él está bien y que igual es por mí por quien no estamos bien, que soy una caprichosa”.

Y culpable porque, cuando ya no puedes más y te convences de dejarlo, el otro te pide perdón, tú empatizas, te da pena, y vuelves a confiar.

Total, que cuanto más te culpas, más le permites al otro. Y, cuanto más le permites al otro, más desapareces tú de la relación.

Sí. Como siempre que hay culpa hay castigo, si la culpa es hacia mí misma, será a mí misma a quien castigue. ¿Cómo? Tal vez siendo más permisiva con el otro, o callando más, o esforzándome más para sostener la relación…

Porque el problema es que la culpa te hace cargarte tú con toda la responsabilidad de la historia.

O sea, si te sientes culpable, no puedes distinguir qué parte del problema es tuya y qué parte es del otro. Y saber separar esto es IM-PRES-CIN-DI-BLE para que puedas tomar la mejor decisión.

La inseguridad

Sí, otro motivo para que no te decidas a dejarlo con tu pareja es el no estar segura de cuál es la decisión correcta y el no saber cómo te va a ir después.

Las dudas de “si seré yo o es el otro” generan mucha inseguridad, como es lógico.

Mira lo que me dicen algunas coachees inseguras:

“Sí que veo que me falta al respeto, pero yo también tengo muchos comportamientos tóxicos y muchas veces no me gusta cómo actúo”.

“¿Y si soy yo la que le manipulo cuando espero que haga lo que a mí me gustaría o busco que me dé la respuesta que yo quiero?”.

“Si le escribo, y no me contesta, empiezo a pensar si habré hecho algo que le haya molestado”.

Y así, con tantas dudas y tanta inseguridad, es de cajón que unos días pienses que SÍ y otros días pienses que NO…

“Cuando no me trata bien me distancio y me voy llenando de rabia y de ganas de arreglarlo… Pero estos días está cariñoso, y entonces es cuando veo su parte más bonita”.

“No siento que me apoye o que se interese por mí, pero no sé si es que espero demasiado… Y, cuando se lo digo, me dice que la que no le apoya a él soy yo, y me convence, me entra el miedo a arrepentirme y vuelvo a cambiar de idea”.

Claro, el miedo a arrepentirte viene de no estar segura de lo que está pasando (piensa en algo en lo que estuvieras totalmente segura, véase que no te gustaba tu profe de yoga, ¿a qué ahí no aparecía ese miedo a arrepentirte?).

Pues eso, que la confusión y la inseguridad se esfuman cuando ves claro lo que está pasando en tu relación.

El día que tienes toda la información sobre la mesa, ¡puuuf! Como por arte de magia, te sientes segura de hacia dónde ir, si hacia un lado, o hacia el otro.

El síndrome de la inversionista

O, lo que viene a ser, cuando sigues en algo por la energía que ya has invertido y por el tiempo que llevas ahí, más que por lo que estás obteniendo a día de hoy.

Vaya, que cuanto más te esfuerzas en una relación, más te cuesta después soltarla.

“No puedo dejarlo, ¡tiraría por la borda lo que hemos construido en estos diez años! No quiero arrepentirme pensando que podía haber hecho algo más”.

“Antes era un hombre maravilloso, encantador y muy cariñoso. Y todos los días me pregunto si volverá a ser así”.

“¿Otra relación más que me falla? No, por favor, ¡esta vez lo tengo que conseguir!”.

Total, que tu relación es como una empresa que antaño dio ganancias y ahora da pérdidas.

Pero, a pesar de que nadie mantendría abierta una empresa que no para de dar pérdidas, tú mantienes esa relación porque piensas que todo ese tiempo y esa energía que has invertido no puedes ser en balde.

Y sigues ahí, como el que echa a la máquina tragaperras esperando a ver si le vuelve a tocar premio.

¿La solución al síndrome de la inversionista? Tranquila, desaparece cuando tienes garantías de que de ese pozo ya nunca más va a volver a salir agua.

Y para eso es mi nuevo curso SI o NO.

Para que sepas si podrás volver a estar bien en tu relación, o no.

Para que distingas qué parte del problema es tuya y qué parte es del otro (y te quites las culpas).

Para que te sientas segura de lo que está pasando y de qué decisión tomar (y te quites las dudas).

Y para que, lo que sea que hagas, lo hagas sabiendo que no te vas a arrepentir.

Tienes toda la info AQUÍ

¿Quieres más consejos?

Apúntate GRATIS y recibe cada semana herramientas y recursos para tener Más Seguridad, Más Felicidad y Más Bienestar.

Sí, acepto la Política de protección de datos.

Acerca de Vanessa Carreño

Trabajo con mujeres que se sienten inseguras, no se valoran ni tienen confianza en sí mismas, le dan muchas vueltas a la cabeza y se preocupan mucho por lo que piensen los demás.

Con mis programas de Autoestima, Relaciones Personales y Dependencia Emocional consiguen ganar confianza en sí mismas y sentirse seguras y capaces de alcanzar sus objetivos. Aprenden a valorarse, se atreven a ser ellas mismas y empiezan a disfrutar de su vida y de sus relaciones.

¿Quieres que te ayude a ti también? Solicita una sesión de valoración gratuita conmigo rellenando este formulario.

6 comentarios

6 comentarios
  1. Ariel 27/10/2024

    Yo de verdad que creo que todos nuestros apartados de vida son diferentes (amigos, pareja, contactos), pero también siento que este artículo, que va de la pareja, lo puedo aplicar a mi situación familiar. No siento que haya en mi casa esa sensación de hogar que creo que es una familia. Es hora de marcharse. Mi madre se enteró de que puse una queja por mobbing, porque me acosan todos los días en el trabajo, y ahora ella me revictimiza: dice que no ha podido evitar que me estrelle, que muy seguramente me echen, que está muy triste, que tendría que haber mantenido el trabajo…Todo con voz suave y dolida, para que yo tenga claro que la culpa es mía. Yo ya he decidido que no me voy a quedar donde me traten mal, ahora que soy adulta. De niña era mi madre la que elegía dónde me quedaba, y así pasé años en un colegio-basura sufriendo una relación abusiva que me robó el espacio y me anuló, acoso escolar todos los días, vejaciones de profesores y episodios que llegaban a la violencia sexual. Y creyendo que era normal. Si quiere que aguante alguien, pues que aguante ella, que es lo que hace, siendo justos.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 04/11/2024

      Hola Ariel,
      Siento mucho lo que cuentas que estás pasando. La familia es, junto a la pareja, el entorno más complejo de gestionar. Es donde crecemos, donde aprendemos a Ser y donde se supone que se han de cubrir nuestras necesidades. Pero eso no siempre ocurre. Y es importante lo que estás viendo y de lo que te estás dando cuenta respecto a tu madre. Ese camino de poder entender sus heridas y sus patrones a la vez que te legitimas a ti y aprendes a darte lo que no te dieron y a poner límites… guau, dura una vida entera, pero es realmente necesario hacerlo para poder VIVIR en mayúsculas y libre de los aprendizajes que no son tuyos ni quieres mantener. Mucho ánimo y todo mi cariño.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  2. Pilar 01/11/2024

    Este post es realmente bueno, Vanessa. Es que das en el clavo una vez más..

    Nos auto engañamos en cualquier tipo de relación. Echándonos la culpa en la relación (en mi caso, perdiendo hasta mi dignidad) incluso aún cuando se ha terminado el vínculo. A veces porque necesitamos otra cosa y nos quedamos ahí intentando que nos entre un zapato que no es de nuestra talla. ¡Qué manía!
    Las dudas de si seré yo el que la está cagando o es el otro. Casi siempre es un 50% de responsabilidad.
    Y quedarnos ahí como dices agarrándonos al: “más vale lo malo que lo bueno por conocer”… Y todo acaba volviéndose tóxico y hay de todo menos amor.
    Creo que siempre que es difícil y no hay paz, ahí no es. Importante también elegir personas con disponibilidad emocional y responsabilidad afectiva.

    Gracias

    Un abrazo

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 04/11/2024

      Qué bien, Pilar. Me alegro de que te haya gustado el post. Comparto lo que dices. Y no se trata de irnos a la primera de cambio, pero sí de escucharnos y mirar lo que está pasando cuando no nos sentimos bien.
      Si de verdad estás dispuesta a hacer eso es cuando, a menudo, una relación que se estaba deteriorando, al cogerla a tiempo, vuelve a encaminarse.
      Vaya, que muchas veces, si ignoro el problema movida por el miedo o por estar desconectada de mis emociones, lo que antes habría tenido solución ahora ya no la tiene.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder
  3. Eva Tarin lopez 27/11/2024

    Que maravilla tu curso Vanessa.

    LLegué a tu blog porque me identifico con muchas de las cosas que cuentas, y me apunté al curso, y creo que es la mejor inversion que he hecho.

    Pero, fíjate, aún oyendo, haciendo los ejercicios y sabiendo claramente la respuesta, me cuesta tomar la decisión. Qué difícil es admitir que estás en el camino equivocado y tomar otro distinto, cuando llevas mucho tiempo en éste.

    Lo estoy volviendo a hacer porque me identifico con tantas cosas, que creo que necesito volver a insistir para saber por qué no me voy.
    Creo que estoy en ese punto, cuando aprendes algo, que empiezas a ver la luz y entonces parece que no sabes nada y necesitas profundizar un poco más.

    Gracias por todo.

    Responder
    • Vanessa Carreño Andrés 29/11/2024

      Qué bien, Eva. Me alegro de que el curso te haya gustado y te haya servido para tener una respuesta. El fin de “Si o No” es ese, que de verdad sepas lo que necesitas hacer y cuál es la mejor decisión para ti.
      Ahora que lo sabes toca ver qué está pasando y qué te impide dar un paso, porque seguro que hay algún miedo en ti. Y ese miedo es limitante, ya que te está impidiendo caminar en el sentido que necesitas y te conviene. Por eso es importante trabajarlo, porque mientras que no lo hagas se seguirá manifestando en ésta u otras situaciones.
      Por mi parte encantada de que hablemos cuando quieras.
      Un abrazo,
      Vanessa

      Responder

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicado. Los campos obligatorios están marcados como *



Vanessa Coaching to Be

Únete a los más de 20.000 suscriptores, ¡con regalo incluido!

Apúntate GRATIS y te enviaré ahora mismo el audio "Cómo Evitar que Alguien Te Haga Sentir Mal".

Sí, acepto la Política de protección de datos.

No te enviaré nada de spam y puedes darte de baja cuando te apetezca

Los post más leídos

¿Quieres trabajar conmigo?

Rellena este formulario para tener una sesión de valoración gratuita”.

Buscar

¡Hey!

no te vayas sin tu regalo

¿Quieres empezar a confiar en ti, sentirte segura y disfrutar de tu vida y de tus relaciones?
Apúntate gratis y llévate el audio “Cómo Evitar que Alguien Te Haga Sentir Mal" de regalo.

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA.

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA

Sí, acepto la Política de protección de datos.

NO TE ENVIARÉ NADA DE SPAM Y PUEDES DARTE DE BAJA CUANDO TE APETEZCA