¿Sabes que todos tenemos un niño dentro?
El niño que fuimos, el niño interior, o como quieras llamarlo.
No se ha ido. Sigue ahí, dentro de cada uno, pero hay quien le lleva dando codazos toda la vida, para que no dé problemas.
“Ponte serio. Estírate. Pórtate bien. ¿¿¿Pero qué acabas de decir??? ¡¡¡A ver esa lengua!!!”.
¡Aaaay qué rollo de formalismos! ¿Sabes que tu niño interior detesta todo eso? ¿Que está deseando saltar, jugar, divertirse e incumplir alguna norma de vez en cuando?
¡Cuántos niños interiores encerrados en sus cárceles!
Vivimos vidas tan dobladas y planchadas que no me extraña que haya a quien se le hagan largos los días…
Rígidos, controladores y reprimidos a la cabeza, la cosa es que hay muchas personas que necesitan una chispa de locura en sus vidas.
Gente seria, muy seria. Y triste, muy triste.
Personas a las que dan ganas de sacudirlas a ver si su niño resucita, y por fin es libre para jugar, reír y hacer el tonto.
Esas cosas que hacen los niños, y que a los adultos a veces se nos olvidan.
Curiosear, explorar, hacer el loco, vivir aventuras…
Ser menos obedientes y un poco más intransigentes.
Menos pudorosos y un poco más sinvergüenzas.
Menos recatados y un poco más imprudentes.
Menos previsibles y un poco más impredecibles.
Menos diplomáticos y un poco más irreverentes.
En resumen: menos de cartón y un poquito más auténticos.
El cuñado payaso que todos tenemos
¿Qué pasaría si hiciéramos más lo que nos apetezca y lo que nos diera la gana?
¿Qué pasaría si nos saltáramos alguna norma de vez en cuando?
Sin hacer daño a nadie, por supuesto.
Simplemente sacarle el lado juguetón a la vida, que lo tiene, y disfrutarla más.
Tal y como me decía hace poco una coachee (y no es la primera a la que le escucho esto): “me gustaría ser más espontánea, más bromista, hacer más lo que me salga en el momento”.
Como ese cuñado que se pone a hacer el payaso en medio de una cena familiar.
Ya te digo yo que (el cuñado) ni está pendiente de cumplir las normas ni tampoco de lo que piensen los demás. Y qué bien, oye, qué gusto ir así de suelto por la vida.
¿Y tú? ¿Te atreves a sacar tu lado rebelde? ¿O tienes a tu niño interior encadenado para que no haga ninguna travesura?
Pues este post es una invitación para que te saltes las reglas.
Para que hagas alguna travesura, de esas que hacías de niña… O, mejor, ¡de esas que querías hacer y no te atrevías! Ahora nadie manda sobre ti, ¡suéltate el pelo!
Ládrale a alguien que pasa a tu lado, en plan cámara oculta. Y cuando te mire, sonríe.
Hazle cosquillas a un amigo.
Despeina a tu compañera de trabajo.
Levanta la falda a tu cuñada.
Prepara una broma divertida para la cena.
Ponle nata en la nariz a tu jefe.
Da un grito de placer en medio de la oficina.
Ríete a carcajadas (sin contención ni disimulo).
Tírale del pelo a un desconocido y cuando mire hacia atrás pon cara de despistada.
Monta un escándalo (en plan divertido, sin sangre de por medio)… Algo tipo ponerte a gritar “¡un ratón!, ¡un ratón!” en medio de la oficina de correos.
Sublévate y di que no te apetece (sin excusas remilgadas).
Come gominolas un lunes por la tarde.
Habla sola.
Guíñale un ojo a un desconocido
Salta en la cama hasta que te duelan las piernas.
Mete la pata.
Haz rabiar a tu perro (o al de tu amiga ;-).
Moja a alguien con la manguera de regar.
Hazle un striptease a tu pareja.
Da un susto divertido.
Vístete de colores.
Pregúntalo todo (¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?) como un niño. ¡Y no te creas nada!
Sorprende a alguien.
Sorpréndete a ti.
En definitiva, sáltate las normas con tu niña interior.
Pásatelo pipa con ella.
Haz algo descabellado y desternillaros de la risa juntas.
¿Sigues las normas o eres esclavo de ellas?
Yo qué sé. Hay tantas cosas que puedes hacer para sacar de paseo a tu niña, tantas diferentes para cada uno.
Así que aprende a mandar a tu buenista particular de paseo (repito: sin molestar a nadie).
Porque seguir las normas, vale. Pero ser esclavo de ellas a costa de nuestro niño interior, no vale.
Como el que jamás de los jamases cruza por el medio del parque por no pisar el césped. Pues eso, no vale.
Insisto: todos tenemos un niño dentro. Otra cosa es que haya quien lleve ignorándolo taaaantos años que ni se acuerde de cómo era.
Pero la juventud no está en la edad, está en las ganas.
Y si tienes ganas, tu niña te recibirá con los brazos abiertos (por cierto, tener contenta a tu niña y cumplir tus compromisos con ella no solo es divertido, también te sube la autoestima).
Así que atrévete a hacer algo con ella, arriésgate, sáltate alguna norma.
¡Haz locuras de esas que después te partes de la risa recordando! Que las compartes con alguien y te ríes más todavía…
Prueba, experimenta, disfruta, asómbrate, date permiso para divertirte a lo loco…
Sáltate las normas de vez en cuando.
Y sé feliz, como un niño.
…
¿Qué me dices? ¿Cuál sería la primera norma que te gustaría saltarte? Me encantará que lo compartas conmigo en los comentarios aquí debajo :-).
Hola Vanessa,
Tienes toda la razón del mundo. De vez en cuando y cuando apetezca hay que dejar salir a la niña que llevamos dentro y disfrutar con ella, ser rebelde (con causa o sin ella 😛) y dejarse llevar.
Dejar de lado las posibles miradas o comentarios de la gente que te rodea y ser una misma, disfrutar con una misma y que le den a esos ojos inquisitivos o comentarios del tipo “¿pero, a dónde vas? Que no eres una cría de 5 años…”. Y a una, como hace bastante tiempo que le resbala ese tipo de discursillos, pues sigue adelante y con una gran sonrisa pletórica y llena de felicidad porque conectas contigo, con lo que llevas dentro y te sientes viva 😃. Eres tú, simplemente.
Eso sí, tratas de no molestar ni dañar a nadie, aunque muchas veces con tu comportamiento o tú dejarte llevar por tu niña interior parece que hayas cometido un delito porque ya empiezan “los dimes y diretes” 😅 y tú “pero si no he matado a nadie…” . Y sigues viviendo tú vida.
En definitiva, ser una misma, estar a gusto con la persona que eres o quieres llegar a ser 😊.
Y muchas gracias, Vanessa. Hace tiempo que te sigo en redes y en tu blog y siempre que te leo, aprendo y me ayudas a abrir los ojos y a seguir creciendo. Muchas gracias, de verdad 🤗.
¡¡Y feliz 2020!! Un abrazo muy grande 😘 😘
Muchas gracias, Iovanka. Me gusta mucho cómo lo explicas y lo resumes con tanta ilusión. Eso es, ser tú misma y estar a gusto contigo en ecología con los demás. De eso se trata :-).
Un cariñoso abrazo y muy feliz año,
Vanessa
Buen día!!! 😉 gracias por el post, está de pelos 😊. Me parece muy interesante y divertido, yo soy de las personas que sigue al pie las reglas, voy a poner en práctica estos tips. Espero me salga bien 😊, gracias nuevamente y excelente día.
Me alegro mucho de que te haya gustado, Mary. Simplemente hazlo cuando lo sientas.
Un abrazo,
Vanessa
Ay! Cómo necesitaba leer este post!! Mi niña interior te agradece 💖 😁
Jaja, qué bien, Cristina. Me alegro mucho. Disfrutad mucho las dos :-).
Besos y sonrisas,
Vanessa
Quisiera saber la diferencia entre dejarme ser o sacar a mi niña interior y actuar de manera impulsiva o irresponsable, cómo por ejemplo besar a un chico que me gusta en parte, pero que no me atrevo a hacerlo porque pienso que en verdad no tendría una relación con él, ¿entonces para qué..? O porque creo que no me gusta lo suficiente o simplemente porque no funcionaría…
Hola Rose,
Creo que la diferencia has de sentirla tú, reflexionando sobre desde dónde haces eso y para qué lo haces, si es desde un lugar auténtico o, por ejemplo, es más para gustar al otro o sentirme vista… En el proceso de conocerte está el saber para qué haces las cosas y si eres coherente contigo misma y con tus valores.
Un abrazo,
Vanessa