¿Eres capaz de dar sin esperar nada a cambio?
¿O cuando das algo, ya sea que te preocupas por alguien, que le escribes a ver qué tal está, que le das un beso o que le haces un favor, consideras que a partir de ahí el otro está en deuda contigo?
Me gustaría compartir contigo un cuento que te va a hacer pensar, y tal vez cambie tu manera de dar y de recibir a partir de ahora.
REGALOS PARA EL MAHARAJÁ
Una vez un maharajá, que tenía fama de ser muy sabio, cumplía 100 años. El acontecimiento fue recibido con gran alegría, ya que todos querían mucho al gobernante. En el palacio se organizó una gran fiesta para esa noche y se invitaron a poderosos señores del reino y de otros países.
El día llegó y una montaña de regalos se amontonó en la entrada del salón, donde el maharajá iba a saludar a sus invitados.
Durante la cena, el maharajá pidió a sus sirvientes que separaran los regalos en dos grupos: los que tenían remitente y los que no se sabía quién los había enviado.
A los postres, el rey mandó traer todos los regalos en sus dos montañas. Una de cientos de grandes y costosos regalos y otra más pequeña, de una decena de presentes.
El maharajá comenzó a tomar regalo por regalo de la primera montaña y fue llamando a los que habían enviado los regalos. A cada uno lo hacía subir al trono y le decía:
—Te agradezco tu regalo, te lo devuelvo y estamos como antes –y le devolvía el regalo, no importaba cuál fuera. Cuando terminó con esa pila, se acercó a la otra montaña de regalos y dijo:
—Estos regalos no tienen remitente. Estos sí los voy a aceptar, porque estos no me obligan, y a mi edad no es bueno contraer deudas.
Jorge Bucay, Recuentos para Demián
¿Te das cuenta del maravilloso mensaje de este cuento? Viene a decir que cuando damos algo, hemos de darlo porque queremos, sin establecer deudas ni esperar que en otro momento esa persona haga lo mismo por nosotros.
Por eso lo de hacer algo por alguien de forma anónima (ya, ya sé que esto no siempre es factible), para que ninguno de los dos establezca una deuda.
¿Te das cuenta de lo diferente que es esto de lo que solemos hacer en nuestras relaciones?
Muuuuuy diferente.
Piensa en una de esas veces en que hiciste algo por alguien.
¿A que, de alguna manera, esperabas que, si surgía la ocasión, esa persona haría lo mismo por ti?
Ahora piensa en una de esas veces en que alguien hizo algo por ti.
¿A que de alguna manera sentiste que quedabas en deuda con esa persona, que le debías algo?
Fíjate si tendremos metido a fuego eso de que “si yo hago algo por ti tú deberías hacerlo por mí”, que hay personas que prefieren no pedir favores y ser tan autosuficientes como puedan para no sentir que están en deuda con los demás.
Lo mismo que hay personas que piensan en hacer algo por alguien, en tener un detalle o en preocuparse por un amigo, pero pronto desechan la idea pensando que ese amigo no haría lo mismo.
Es como si creyéramos que si le hacemos un favor a alguien y esa persona no nos lo devuelve, hemos quedado de tontos.
¡Y nooooo! Cuando le hacemos un favor a alguien estamos honrando nuestros valores, ya sea la bondad, la generosidad, la empatía o cualquier otro.
Y tus valores deberían ser tuyos, y no deberías condicionarlos a cómo se comportan los demás.
Por eso, para mí es mucho más tonto el que deshonra sus valores por no quedar de tonto ante los demás.
Tú eliges si conviertes tus relaciones en deudas
Lo que quiero decir es que si haces algo por alguien eres tú quien decide, con tu manera de pensarlo, si convertir eso en una deuda.
Igual que el otro decidirá si convertirse en deudor.
Pero, en mi opinión, cuando las relaciones se convierten en un intercambio de bienes y favores, en un “si yo te doy, tú tendrías que darme lo mismo”, pierden todo el sentido.
Pierden su verdadera esencia.
Y lo más triste es que esto no pasa solo con los amigos o con los compañeros de trabajo.
Pasa, y mucho, con la familia.
Y pasa también con la pareja, “que si hice esto por ti y ahora tú tendrías que hacer aquello por mí”, “que si fíjate cuánto doy yo y tú no das lo mismo”.
Y no, no creo que la esencia del amor, del tipo que sea, tenga nada que ver con estas deudas, ni con el “yo te debo, tú me debes”, ni con el “esto no es lo que me esperaba de ti“.
No, no creo que el amor tenga que ver con nada de esto…
Pero, entonces, ¿qué? ¿Cómo resolverlo?
¿Y si fuéramos capaces de dar sin esperar nada a cambio?
(Ojo, ¡no confundir con cuando damos para que nos quieran! Porque todo lo que cuento en este post sólo es aplicable cuando ya te quieres a ti mismo… ¡no antes!).
¿Y si fuéramos capaces de recibir sin sentirnos obligados a devolverlo?
Fíjate que entonces ya no habría más deudas ni más deudores.
Ya no habría más rencores, ni decepciones, ni expectativas insatisfechas.
Porque si nadie te debe nada, nadie tiene que devolverte nada.
Ni tú tienes que devolverle nada a nadie.
Y fíjate que entonces, cuando simplemente das porque te apetece y sin esperar nada a cambio, es cuando mágicamente se produce el equilibrio.
Sí, por supuesto que en una relación es bueno que haya un equilibrio entre lo que uno da y lo que el otro da, y entre lo que uno recibe y lo que el otro recibe.
Lo que quiero decir es que, curiosamente, este equilibrio llega cuando te enfocas en dar porque quieres, y no para recibir nada a cambio.
¿Qué te parece?
No digo que sea fácil, ojo, pero sí que es posible, y que qué bien nos vendría ser más conscientes de las deudas emocionales y materiales que establecemos con los demás.
Y que muchas veces -por no decir siempre- hablan más de nosotros que de ellos.
Y, mira tú por dónde, que otra ventaja de que nuestras relaciones funcionen así es que entonces sabrías que cuando alguien hace algo por ti, lo está haciendo de verdad, porque quiere, con el corazón. No para que mañana se lo devuelvas.
Y también sentirías que eres libre de hacer lo que quieras hacer por alguien. Que no importa lo que esa persona hizo ayer por ti. Que no hay motivo para que te sientas obligado. Que nadie espera nada de ti. Que puedes hacer lo que te apetezca, con el corazón.
Y seguro que muchas veces lo harías, seguro que muchas veces ayudarías a alguien, estarías pendiente, tendrías un detalle o le dejarías algo prestado.
Pero lo harías porque de verdad quieres hacerlo. Sin ningún otro motivo.
Y seguro que muchas veces no lo harías, pero no lo harías de verdad, porque no quieres hacerlo, y no porque sientas rencor o porque creas que esa persona no lo haría por ti.
Y esas pequeñas diferencias, créeme que marcan una gran diferencia.
¿Qué me dices? ¿Te gustaría dejar de establecer deudas en tus relaciones y empezar a hacer las cosas porque de verdad quieres hacerlas? ¿Serías capaz de dejar que los demás hicieran lo mismo? Me gustaría mucho que compartieras tus reflexiones conmigo en los comentarios aquí debajo.
Hola, leí la historia de este nuevo tema, estoy de acuerdo en todo lo que dice. Desde que tengo uso de razón (ahora ya tengo 53 años) he ayudado a todos en todo lo que necesitaban, al extremo de invitarles a mi casa para darles un plato de comida cuando lo necesitaban, y a la que no le gustaba q fuera así era a mi madre, ella siempre me decia: “Siempre invitas a todo el mundo, ayudas a todos, vamos a ver si cuando tú necesites van a hacer lo mismo por ti”. Yo me ponía triste por sus palabras y me hacía sentir mal, pero pasaba el tiempo y volvía a ayudar a alguien, pero lamentablemente siempre que lo hacía, ni un gracias recibía y me decía que de repente mi madre tenía la razón. Pero a pesar de eso hasta ahora lo sigo haciendo, hasta hace 9 años en que conocí a una persona q decia ser buena y justa, nos hicimos pareja, me presento a su familia y a sus amistades. Todo ese tiempo que estuvimos juntos empezaron mis problemas, pues como se enteró que yo tenia dinero en tarjetas de crédito, con engaños fue pidiéndome para su hija, para su hermana, para su madre, etc, etc, y yo le prestaba, porque eso eran préstamos, que yo sacaba del banco y que decían me iban a devolver. Está persona le pesqué en dos ocasiones que me fue infiel, y las deudas que yo contraje con los bancos nunca los pagaban ni ella ni su familia, y decidí cortar con esta relación. Me separé de ella hace 8 meses, y no veo ni un centavo del dinero que les presté, cuando les voy a cobrar se ríen de mí, mientras los bancos me han puesto en la central de riesgo y ya no soy cliente vip. Ahora soy cliente moroso y hasta me tratan mal, soy de Lima-Perú, y mi deuda asciende a S/.100,000 nuevo soles. Ya te imaginaras como me siento, pues los bancos todos los días me acosan para que les pague y ¿de dónde voy a hacerlo si a las personas q ayude en su momento no me quieren ayudar a pagar esas deudas? ¿Que puedes decirme en este caso?. Ojalá no te canse con lo extenso de mi relato, pero no te imaginas cómo me siento, y ahora que no tengo a nadie que estoy sola. Gracias por tu respuesta.
Hola Sofía,
Muchas gracias por compartir tu historia. Hay muchos aprendizajes en ella… Cuando damos sin esperar nada a cambio es importante ser conscientes de desde dónde damos. Es importante que nos queramos a nosotros mismos de una forma sana para no darle al otro desde la necesidad de ser queridos o valorados. Y también es importante ser conscientes de a quién le estamos dando. Te diría que cuando uno se quiere a sí mismo es capaz de reconocer la bondad y la honestidad en el otro. Y, sobre todo, de dar hasta un cierto punto. Pero esto es simplemente mi opinión, y tú eres quien ha de sacar sus propios aprendizajes.
Te deseo mucho ánimo y mucha suerte.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Estoy pasando por una situación así, él viene a mi casa una vez a la semana, después no nos volvemos a ver, sólo hablamos por teléfono. Muchas veces le insinué de ir a su casa para pasar más días con él. Sí, sí, me decía, ya va a ser. Después de un tiempo me dijo de ir y llegado el momento lo cancelo con una excusa. No le llamé más, y él tampoco me llamó más. Ese era el amor que me tenía o sólo venía a tener relaciones y ya está, conmigo sólo compartía eso.
Alicia,
Está bien, hay un aprendizaje en lo que te pasó y no hay nada de malo en ti por ello. Esa persona tal vez tenía unas motivaciones diferentes a las tuyas, pero eso no cambia desde donde le dabas tú ni que puedas sentirte orgullosa de ti misma por ser así. Si no te dijo lo contrario, tal vez simplemente os faltó compartir las motivaciones de cada uno. Sea como sea, lo importante es que en ese camino de dar a los demás nunca te olvides de quererte a ti misma :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Estoy de acuerdo en todo lo que comenta en este post, pero quisiera saber qué hacer cuando das sin esperar nada a cambio y después ya ni te hablan. A mí me molesta que después de que diste sin esperar nada ya ni te hablen, todo les molesta de uno.
Mi opinión es en cualquier oportunidad que hubiera comunicación yo sí les haría recordar que los favores no se dicen pero a la persona mal agradecida siempre hay que refrescarle la memoria, para que haga conciencia y reflexione.
Marina,
Dar sin esperar nada a cambio no significa que tengas que darle siempre, a cualquiera y en todas las circunstancias, también es importante saber elegir. Y, una vez que eliges darle a alguien, desde tus valores y con la conciencia clara de que lo haces sin esperar nada a cambio, lo que el otro haga o cómo te lo agradezca da igual. Tú puedes seguir estando satisfecha porque los motivos por los que diste no tienen nada que ver con cómo responda el otro.
Un abrazo,
Vanessa
No sé Vanessa, hacer algo por alguien es una prueba de amor. Yo lo devuelvo, no porque me sienta obligado, sino porque si esa persona me quiere y yo la quiero me apetece hacerlo. Y cuando uno quiere a alguien le demuestra su amor, y si esa persona cuando uno la necesita no siente lo mismo pues uno se decepciona. Al menos eso me pasa a mí.
Hola David,
Lo primero, está muy bien lo que dices y lo que te pasa a ti, nada raro en ello :-).
Hacer algo por alguien puede ser una prueba de amor, sí, y también puede haber otros motivos.
Y sí, cuando queremos a alguien nos gusta hacer algo por esa persona y demostrarle nuestro amor, pero eso no significa que lo que queramos hacer sea justamente devolverle lo que ella hizo por nosotros. Es decir, en un determinado momento podemos no devolver algo, ya sea un favor o un “te quiero”, y eso no significa que no queramos a esa persona.
Lo que quiero decir es que el otro no siempre nos devolverá justamente lo que le dimos. Y, sobre todo, que esto va de “desde dónde” das tú. Y dar sin esperar nada a cambio te libera. No significa que no quieras sentirte querido por el otro, sino que aceptas que no siempre te sentirás querido como tú esperabas sentirlo.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Qué gran post Vanessa, a mí por lo menos me describe a la perfección. Sobre todo me doy cuenta que soy muy exigente con mi familia, me tomo muy a pecho lo que hacen, dejan de hacer, si hacen algo por mí me siento en deuda con ellos y si soy yo la que hago algo por ellos espero que lo aprecien y me lo reconozcan. No era consciente de ello pero me he dado cuenta leyendo tu post.
Hace tan sólo unos días tuve una discusión con mi marido porque, según yo creía, no estaba siendo tan romántico como antes, se había relajado desde que nos conocimos, y yo justificaba mi frialdad con él en respuesta a su falta de romanticismo. En medio de la discusión me fui al baño, paré la mente (es algo que siempre me funciona cuando busco respuestas) y sentí que sabia lo que debía hacer. Le dije que a partir de ahora no iba a esperar que fuera romántico, que eso era algo que YO quería, que yo iba a ser más feliz si lo acepto como es y con lo que esté dispuesto a darme, y que yo, que soy más efusiva, iba a actuar como realmente me saliera. El pensó que yo lo decía como hala, te fastidias, pero a mí me dio igual porque yo lo sentía de verdad. Han pasado sólo unos días pero he notado un gran cambio, yo estoy más relajada y disfrutando de lo que sí me da: su apoyo incondicional y muchas más cosas, soy efusiva sin pensar si él me devuelve los besos, abrazos, te quiero etc. Pero es que encima el está mucho más romántico, pienso que ya no siente la presión de “tengo que ser X” para tener contenta a mi mujer.
Ahora tengo la asignatura pendiente con el resto de mi familia. Gracias Vanessa
Guaaau Cris, ¡felicidades! Qué maravilla, eres un gran ejemplo de lo que explico en el post, me alegro muchísimo de que te haya servido. Ya no lo olvidarás nunca :-). Ahora poquito a poco con tu asignatura pendiente.
Un abrazo grande,
Vanessa
Leo y no sé que sacar en claro… puedo volcarme en una relacion social porque sí, porque me sale así y me siento bien con ello. Eso si, siempre y cuando sea mutuo. Si no lo es… ¿cómo diferenciar entre una relacion de dependencia, un esperar algo a cambio y un simple “sanguijuelazo”? Para mí resulta complicado creer de buena fe cuando es social y humano “acostumbrarse a lo bueno” y dejarse querer bajo la premisa de que deberia ser altruista o el muy tipico “yo no te pedi nada”.
Un saludo
Alicia,
Espero entender bien lo que me preguntas. Creo que la diferencia entre una relación de dependencia y una que no lo es la marca tu corazón, cómo tú te sientes con esa persona. Las relaciones son un intercambio, y no quiero decir que debas darlo todo y no esperar nada a cambio, sino que no debes dar algo esperando que te lo devuelvan. Pero en cualquier relación está bien que haya una reciprocidad sana, que de alguna forma nos sintamos valorados y queridos por esa persona, aunque no sea justo con lo que nosotros esperábamos.
Espero haberte respondido :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Hola. Gracias por este post. Lo necesitaba. Me sucede con un amigo por el cual tengo sentimientos románticos, simplemente él me dejó claro que sólo me ve como amiga y he decidido conservar su amistad. Sin embargo, debo reconocer que hasta enviarle un mensaje es un quebradero de cabeza para mí, porque aunque no quiera espero una respuesta de él. Hoy se va de viaje y quería enviarle un mensaje de “buen viaje” o algo así, pero pienso; “si lo hago, sólo le demuestro que estoy acá de tonta enamorada, pendiente de él”… Quiero darle un regalo de navidad y me reprimo por lo mismo, quiero prestarle un libro que creo le puede interesar y no lo hago por el mismo pensamiento… que solo me ve como una tonta… Él no es muy expresivo, ni cariñoso, jamás me ha dado un regalo de vuelta, pero me tiene mucha confianza y si necesita algo me busca. No sé que hacer para que lo que hago normalmente con otros amigos, tambien sea normal con él.
Muchas gracias.
Nicole,
Para hacer con él lo que haces normalmente con otros amigos necesitas preguntarte, cada vez qué piensas hacer algo por él, qué estás esperando a cambio y si eso mismo lo harías por otro amigo. Si das esperando recibir algo, es lógico que te surjan esas dudas. En cambio, si das por cómo tú eres y por cómo te gusta ser, por honrar a la Nicole Auténtica, verás las respuestas mucho más claras :-).
Besos y sonrisas,
Vanessa
Hola Vanesa,
Siempre me vienes como anillo al dedo y parece que tus posts llegan en el momento idóneo. Si en la pareja das desde el corazón o en cualquier relación y ves que no recibes en momentos difíciles ese apoyo que tú brindas es doloroso. Piensas que cada uno es como es, que no significa que no se acuerden de ti… pero no me alivia porque no entiendo cómo no puede salir eso de ellos. Entonces me vengo abajo o me enfado porque no me siento querida por ellos o tan importante como lo son ellos para mí, seguramente sea algún concepto erroneo mío.
Gracias por tu trabajo!
Abrazo
Muchas gracias, Jess. Me alegro mucho de que mis post te lleguen cuando los necesitas.
Si das desde el corazón, también recibes desde el corazón. Y el corazón valora lo que recibe y acoge y abraza al otro como es, no como uno quiere que sea. Dicho esto, las persona también necesitamos sentirnos queridas y valoradas por aquellos con quienes compartimos nuestra vida. Y eso podemos expresarlo, decirle al otro lo que necesitamos en un determinado momento en vez de esperar que salga de él. Cuando lo pides con cariño y lo que pides es legítimo, la persona que te quiere se esforzará por dártelo o al menos por hablarlo contigo si por algún motivo no te lo puede dar. Y esto es mucho más útil que esperar, venirte abajo, enfadarte o creer que no eres importante para el otro. Muchas veces estamos esperando que llueva y eso hace que no seamos capaces de ver el sol…
Un cariñoso abrazo,
Vanessa
Hola,
Me encantan éste y todos tus post. Aunque en éste personalmente no creo que se pueda aplicar.
Soy una persona generosa con el resto y mis valores me han enseñado a dar sin esperar nada a cambio. Por regla general siempre lo hago así con amigos, familia, pareja…..
Pero cuando tú das y la otra persona una y otra vez no lo hace… Intentas explicarlo e intentas hacer entender que en determinados momentos necesitas su ayuda y su apoyo igual que tú lo das, y aún así de la otra persona no sale… cansa…
Con lo cual creo que hay un límite en eso de no esperar nada a cambio… Si esperas que personas que te quieren estén lo justo… Eso creo yo, igual me equivoco.
Sí, seguro que hay un límite en eso de no esperar nada a cambio… Un límite que será distinto para cada persona y en cada situación… Para mí, el mensaje de este post consiste sobre todo en dar sin esperar lo mismo y en dar sin esperar nada. Eso es distinto a estar en una relación en la que sólo das y nunca recibes nada… Si es así es normal que eso te canse…
Y también confiar en tu corazón, que no se equivoca nunca, más que en la razón, que a veces queda contaminada por nuestro ego…
Besos y sonrisas,
Vanesssa
Hola, lo que yo tengo como problema a este respecto es que me molesta que no den las gracias. No importa si no me regresarían el favor, pero sí el hecho de que sean malagradecidos, eso me molesta un poco.
Saludos, Vanessa
Hola Paola,
Es cierto que hay personas que no tienen la costumbre o el hábito de dar las gracias. Muchas veces eso no significa que no estén agradecidos, simplemente que no les sale, no se les ocurre. Te entiendo lo que dices, a la vez recuerda que cuando damos desde el corazón no importa tanto cómo responda el otro, sino simplemente cómo nos sentimos con nosotros mismos.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Hola, lei el post y algunos comentarios, por lo general soy una persona que da a otros. En un tiempo o en algunos casos llegué a hacerlo por sentir que me necesitaban. Hace tiempo que ya no lo hago por eso. He aprendido a quererme a mi mismo y no espero que me traten como yo a ellos o me devuelvan lo que yo doy. Aunque cuando veo que alguien lo agradece o también comparte algo conmigo me siento más feliz de volver a hacerlo. Otros en cambio ni agradecen (y de hecho ni lo espero) o como se mencionó, tratan de no pedir nada para no deber nada. Solo hay algo con lo que estoy trabajando…. Esa es la causa de llegar a este post. La frase de que si algo no es mutuo no es. Suponiendo que quisiera una relación romántica con alguien…. Aunque la quiera mucho no es seguro que me quiera igual, que sea mutuo. En algún momento lo más apropiado es dejar de ver a esa persona así. Pero si se trata de una amistad que no es mutua. ¿Igual conviene alejarse de esa persona? Aunque antes no era así, ahora si no la saludo yo, ella no lo hace. Esta bien alejarse de ella o de personas así y ya no hacer nada por ellos. ¿O significa que por saludarla yo estoy queriendo “cobrarle”? Espero haberme explicado.
Hola Miguel Angel,
Pues depende, en realidad es algo que has de sentir tú, si merece la pena dar en esa relación y cuánto. El dar sin esperar nada a cambio no significa que tengas que entregarte a alguien sin recibir nada, sino hacerlo sin la expectativa de recibir. Es importante que en cualquier tipo de relación tú te sientas bien y que haya un equilibrio en el que tú te sientas bien.
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa,
La pregunta para mí sería cómo dar de corazón si no te sale, pero quieres aprender a ser “generosa” y una persona abundante.
A veces me fuerzo a invitar a alguien a comer cuando no estoy segura. He visto que eso no funciona, tiene que nacer del corazón y es que si no me sale, no me sale 🙁
Hola,
Claro, si no te sale, no te sale, no se trata de que lo fuerces. De hecho, todo empieza por la aceptación incondicional y amorosa de lo que nos pasa.
Habría que ver qué pasa ahí, en ti… No creo que haya una respuesta general a lo que preguntas, sino que depende de cada caso. Tal vez sea que con algunas personas te fuerzas a sentir algo que no sientes, tal vez haya algún miedo o alguna creencia limitante ahí, algo con tu estilo de apego… Requiere un trabajo de exploración y autoconocimiento para que puedas comprenderlo y cambiarlo :-).
Un abrazo,
Vanessa