¿Cuántas veces, en un conflicto con alguien, piensas que tú tienes la razón?
O te molesta algo de alguien y no eres capaz de entender lo que ha hecho esa persona porque, por más vueltas que le das, piensas que tú tienes la razón.
Ni te imaginas cuántas personas pierden la relación con alguien cercano porque creen que tienen la razón en lo que pasó.
Tal vez tú seas una de ellas.
Y no vengo a decirte que estés equivocada o que no tengas la razón.
Sí, sin saber lo que ha pasado te confirmo que tienes la razón.
Siempre la tienes.
TENER LA RAZÓN
Una pareja llegó ante Nasrudín, magistrado del lugar. La mujer presentó sus argumentos y Nasrudín le dijo:
—Señora, usted tiene la razón.
El marido argumentó:
—Pero, Nasrudín, aún no ha escuchado mi punto de vista.
Después de presentarlo, Nasrudín le dijo:
—Señor, usted tiene la razón.
Otro magistrado que estaba ahí, dijo:
—Nasrudín, ambos no pueden tener la razón.
Nasrudín entonces, dictando sentencia, le dijo al magistrado:
—Usted también tiene la razón.
Pues eso, que tú tienes tu razón.
Y el otro tiene la suya.
Así que los dos estáis en lo cierto.
Lo que pasa es que lo que es cierto para uno no es cierto para el otro.
Y viceversa.
(Parece obvio, pero cuando estamos muy enfadados nos olvidamos de esto).
Entonces se trata de saber defender tu postura sin menospreciar la de esa persona.
De legitimar tu enfado entendiendo que eso no significa que el otro no tenga su razón.
Y de reconocer que tú tienes derecho a tener tu verdad, igual que el otro tiene derecho a tener la suya.
¿Que el otro no reconoce tu verdad y solo ve la suya?
¿O que su manera de ver esto a ti te hace daño?
Bueno, entonces tendrás que ver si te conviene esa persona.
Porque lo más importante no es tener la razón, sino ser capaz de hablar y llegar a un acuerdo o a una comprensión común.
Y, si eso no pasa, la primera que ha de quedarse contigo eres tú.
(Ojo, si te cuesta defender tu parte de razón y terminas dudando de ti o atacando al otro, rellena este formulario para trabajar conmigo).
…
Como siempre, me encantará que me cuentes en qué has pensado al leer el post, en los comentarios aquí debajo.
Hola Vanessa, es cierto que cada uno tiene su verdad y punto de vista, aunque dependiendo de si solo es un punto de vista o algo muy personal que atañe a la propia persona y la otra desde fuera no puede imponer su criterio de algo que no está viviendo o no ha vivido. Eso me ha pasado a mí y puedo respetar otros puntos de vista pero no que me intenten imponer el suyo de algo que no conocen, aunque un día me dije que prefiero tener paz a tener la razón y cuando sé que esa persona no va a comprender ni entender, directamente no contarle algo personal y ser selectiva con las personas que comparto información delicada.
Gracias Maria. Sí, que tu razón esté dentro de ti, y que fuera haya paz. Buen aprendizaje.
Un abrazo,
Vanessa
Si para otra persona su verdad es que puede tratarme mal y no disculparse con la excusa de que no se acuerda, yo le digo lo que me quede por decirle y me voy, claro.
Eso es, la razón la llevas dentro de ti y no necesitas convencer a nadie.
Muchas gracias por comentar.
Un abrazo,
Vanessa
Mi primo es de estas personas que teóricamente tienen buenas habilidades sociales, cuando en realidad, están llenos de malas vibraciones y rabia. Yo considero que es de estas personas que se apoya en pretender, porque no le compensa ser.
El otro día que tuvimos reunión familiar, cometí el error de permitirle hablar conmigo. He conseguido trabajo y con buenas condiciones, estoy muy contenta. Pues él se dedicó a llamarlo “trabajillo” y cosas así, y cuando le enseñé bocetos del proyecto a la familia, él me dijo de una parte con voz muy suave: “esto lo puedo hacer yo”. Vamos, que su técnica vital es hacer de menos constantemente y además echar posos de mierda como quien no quiere la cosa; un triste clásico de maltratador.
Además le encanta ver que me cabreo cuando va de tirar del hilo…Creo que la próxima reunión familiar, cuando vuelva a hablarme, simplemente le voy a decir: “No quiero hablar contigo”, y ya está. No quiero verle, ni oírle, ni compartir mi realidad espacio temporal con él.
Lo peor es que mi madre va de condescer porque mi primo “tuvo una infancia muy difícil” (otro clásico, una mujer salvadora gratuita). O sea, que lo único que puedo hacer para quitármelo de encima es ignorarle. ¿O debería advertirle que como siga así le cuento a su esposa cómo habla de ella a sus espaldas?
En cualquier caso, muchas gracias por Coaching to be, Vanessa, y por compartir tus posts y tus conocimientos. Un abrazo
Hola María,
Cuando alguien necesita quedar por encima o dejar por debajo a los demás es porque ya se está sintiendo por debajo, y para no conectar con ese sentimiento de inferioridad necesita pisar a otros. Sí, un perfil de maltratador que disfruta haciendo sentir mal a los demás.
En mi opinión no necesitas agredirle ni amenazarle para ponerle un límite, pero eso has de sentirlo tú. ¿Qué te dejaría más tranquila y a gusto contigo misma? Creo que desde un lugar de coherencia y dignidad personal no es necesario ponerse al nivel del otro, que con alguien así más bien se trata de salirse de su juego tóxico como si dijeras “esto es tuyo, y no va conmigo”.
Espero que esto te sirva :-).
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa! Muchas gracias por tu respuesta! Me ha ayudado mucho, de verdad.
He pensado bastante sobre tu pregunta. Creo que lo ideal sería alejarme todo lo posible de él, dentro de lo que cabe. Y si vuelve a lanzarme alguna pulla o lo que sea, decir (de manera asertiva) que él no es nadie para hacerme ese comentario.
Para mí la realidad es que los maltratadores pretenden que tú eres lo que son ellos, cuando eso es una mentira. Ellos son lo que son, con ellos mismos, y ya está.
Y me agota la fase de “estamos a buenas” porque al final eso marea y deja sin energías. Quiero alejarme para cuidar mi energía.
Creo que para seguir tu consejo, Vanessa, lo que se me ocurre es eso, indicarle de manera asertiva que su actitud es cosa suya. Y también simplemente esquivarle. (No será fácil porque mi madre le ha pedido un favor para ayudarme. En fin. Sin comentarios.)
Muchas gracias de nuevo por tu respuesta, Vanessa. Espero que tengas una semana estupenda. 🙂 Un abrazo fuerte!
P.d.: es decir, decirle “ese eres tú, no yo”; o decirle “No me puedes hacer ese comentario, porque tú esto, esto y esto”. Es decir, devolver la pelota a su tejado. Creo que no me expliqué bien, jeje.
Eso es, María. Tener el mínimo contacto con él, ponerle límites también a tu madre y decirle que no te sientes cómoda con esa persona.
Y recuerda que ser asertiva es hablar de cómo te sientes tú con el comportamiento del otro, sin juzgar si lo que él hace está bien o no. Pero vamos, que tampoco creo que con personas así haya que ser asertiva siempre, lo importante es que tú te quedes tranquila.
Un abrazo,
Vanessa