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Una solución eficaz para las discusiones de pareja

Pareja abrazada delante de una cabaña

Imagínate que llega una amiga y te cuenta que ha tenido una discusión con su pareja. Está muy enfadada y no para de criticar a la otra persona. Digamos que no ve más allá de su punto de vista sobre lo que ha sucedido. ¿Qué le dices? ¿Qué consejo le das que le ayude a solucionarlo? No suele ser fácil mediar en las discusiones de pareja, y menos cuando la persona considera que lo ha hecho todo bien y que la culpa es del otro. A veces puede que mientras te lo esté contando seas capaz de ponerte en el lugar de su pareja, de entender su comportamiento, aunque solo sea un poco. De imaginar cómo se sintió, lo que pensaba, lo que le hizo actuar así… Pero, ¿y cuando quien ha tenido esa discusión con alguien eres tú? Entonces no nos suele resultar sencillo ponernos en el lugar del otro. Nos cuesta abrir nuestra mente a otras formas de ver lo que nos ha molestado o enfadado tanto.

Pues según la PNL la clave para solucionar un conflicto está ahí, en saber ver lo que ha pasado desde otras posiciones. De ahí surge uno de sus técnicas más conocidas (entre las muchas que tiene para mejorar nuestra forma de comunicarnos y relacionarnos con otras personas) y te aseguro que efectivas porque lo compruebo a menudo en mis sesiones de Coaching. Me refiero a la técnica de las posiciones perceptivas, que son algo así como los puntos de vista desde los que se puede vivir una situación de conflicto. Según la PNL, si aprendes a moverte entre las diferentes posiciones perceptivas, podrás analizar un problema de distintas maneras y con más objetividad emocional.

Un ejemplo para entenderlo mejor

Te cuento como funciona con un ejemplo. Supongamos que la pareja en conflicto son Marta y Lucas. Mientras están cenando Lucas le comenta a Marta que el viernes ha invitado a cenar a unos amigos a casa. A Marta, que esa semana tiene muchísimo trabajo y está llegando muy tarde, la noticia no le hace ninguna gracia. Le dice a Lucas que se lo podía haber comentado primero a ella y él contesta que unos días antes habían estando hablando de invitarles y que no se preocupe que él puede cocinar. Pero para Marta no se trata de cocinar, se trata de tener invitados en casa, de que pensaba irse pronto a dormir o lo que sea. Total, que ya se ha liado y Lucas y Marta empiezan a discutir. Se van a dormir enfadados y al día siguiente no se hablan.

¿Cómo podría usar Marta la técnica de las posiciones perceptivas para solucionar sus discusiones de pareja? Lo primero sería situarse mentalmente en ese momento de conflicto, recordando como empezó todo, como fue la discusión, y reviviéndola desde las distintas posiciones perceptivas.

Primera posición: Marta se coloca sentada, tal y como estaba en la mesa mientras cenaba con Lucas. Con los ojos cerrados (en el resto de posiciones también), le imagina a él en frente y recuerda lo que él le decía, lo que ella le contestaba, lo que sentía, lo que veía… Cuando tenga suficiente información de lo que vio, sintió y escuchó abre los ojos y piensa en cualquier cosa que le distraiga de lo que acaba de revivir (por ejemplo, lo que hizo el fin de semana pasado).

Segunda posición: Ahora Marta se cambia de sitio y se coloca en la posición en la que estaba sentado Lucas (no es que tenga que hacer el ejercicio en el mismo lugar en el que pasó, solo escenificar las posiciones) y vuelve a recordar todo como si fuera él. Con su misma postura, con sus gestos, sus movimientos… ¿Qué piensa Lucas mientras escucha a Marta? ¿Qué siente? ¿Cómo la ve?

Esta es una postura muy importante y la primera que nos da información nueva de la que no habíamos sido conscientes hasta ese momento. Por ejemplo, tal vez Marta se da cuenta de que Lucas invitó a sus amigos sin pensarlo, o de que odia cocinar y se ha ofrecido a hacer la cena, o de que ella había hecho algo parecido dos semanas antes y él no se había enfadado… Cualquier cosa que descubra, convirtiéndose en Lucas por unos instantes, le ayudará a entenderle mejor.

De nuevo cuando haya recogido suficiente información desde la posición de Lucas vuelve a pensar en algo que le distraiga de lo que acaba de revivir (por ejemplo, la lista de la compra).

Tercera posición: Marta se coloca en la posición del observador imparcial. Es decir, alguien que mira la escena de la discusión de Lucas y Marta desde un lateral de la habitación pero que no tiene nada que ver con ninguno de los dos. Ahora Marta, situada en esa posición de espía, observa como Lucas y ella empiezan a discutir, lo que dice uno y lo que contesta el otro, en qué tono se hablan, el lenguaje no verbal de cada uno…  ¿Qué ve Marta desde esa postura de observador imparcial? ¿Qué piensa de esa pareja que tiene delante discutiendo? ¿Qué opina de lo que se dicen y de cómo se lo dicen? Esta posición también puede ser muy útil para que, por ejemplo, Marta se diera cuenta de que cada uno está enfocando el asunto desde un punto de vista y que ninguno se abre al del otro.

Cuando haya recogido suficiente información desde la posición del observador imparcial vuelve a pensar en cualquier cosa que le distraiga de lo que acaba de revivir (por ejemplo, recordar el último viaje que hizo).

Cuarta posición: ahora Marta, desde otro punto distinto de la habitación, tiene que ponerse en el lugar de la relación que tiene con Lucas. Es decir, dado que es una relación de pareja, se trataría de pensar en el vínculo que les une (por ejemplo Marta podría definirla como una relación de amor, confianza y respeto) y desde ahí revivir el conflicto. ¿De qué se da cuenta Marta? ¿Qué ideas le vienen a la mente reviviendo esa discusión de pareja desde el punto de vista de una relación de amor, confianza y respeto? ¿Cuál es su sensación al pensar en el “nosotros”? ¿Qué consejos se daría a si misma? Por ejemplo, podría darse cuenta de que el amor que se tienen está por encima de tonterías como esa o de que en algún momento de la conversación ella le faltó al respeto a Lucas.

Para finalizar, y volver a “limpiarse” de lo que ha percibido en la última posición, Marta vuelve a pensar en cualquier cosa que le distraiga (por ejemplo, lo que ha desayunado ese día).

Al final Marta regresa a la primera posición, la suya, y evalúa todo lo que ha revivido en las distintas posiciones, de lo que se ha dado cuenta y los cambios que podría realizar en su relación con Lucas.

¿Qué te parece? ¿Lo vas a probar la próxima vez que tengas un conflicto con alguien? Por supuesto que en este ejemplo he hablado de discusiones de pareja pero puede ser de cualquier tipo: con alguien de tu familia, con un compañero de trabajo, con un amigo… Y que si quieres centrarte mejor en el ejercicio y olvidarte de ir mirando los pasos alguien puede hacerte de guía. Lo importante es que seas capaz de moverte entre las distintas posiciones perceptivas porque eso te permitirá tener muchos más datos en los cuales basar tus acciones y tus reacciones para conseguir el resultado que deseas y solucionar el conflicto. O incluso puede permitirte no llegar a tener ese conflicto si eres capaz de ponerte en las otras posiciones perceptivas antes de que se líen las cosas.

Para terminar me gustaría recordar tres presuposiciones de la PNL que me parecen fundamentales para tener relaciones más sanas y duraderas:

  • Toda persona hace lo que considera mejor en cada momento.
  • Todo comportamiento tiene una intención positiva para quien lo lleva a cabo.
  • Las personas respondemos a cómo vemos nosotros la realidad, no a la realidad misma.

Y sobre todo recuerda que si una técnica no te funciona siempre puedes probar otra cosa. En tus discusiones de pareja, o de lo que sean, experimenta, observa, busca, cambia… En palabras de Wayne W. Dyer, “cuando cambiamos nuestra forma de mirar las cosas, las cosas que miramos cambian”.

Y si aún así no lo logras no olvides que puedo ayudarte. Encuéntrame aquí.

 

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Acerca de Vanessa Carreño

Trabajo con mujeres que se sienten inseguras, no se valoran ni tienen confianza en sí mismas, le dan muchas vueltas a la cabeza y se preocupan mucho por lo que piensen los demás.

Con mis programas de Autoestima, Relaciones Personales y Dependencia Emocional consiguen ganar confianza en sí mismas y sentirse seguras y capaces de alcanzar sus objetivos. Aprenden a valorarse, se atreven a ser ellas mismas y empiezan a disfrutar de su vida y de sus relaciones.

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