En la vida nada es lineal.
Para avanzar, también hay que retroceder.
Para llegar, primero hay que volver.
Y aun así NO existen los pasos atrás.
Todo, siempre, es hacia delante.
Aun cuando te parece que no has aprendido nada…
Aun cuando te parece que no has interiorizado nada…
Aun cuando te parece que vuelves a cometer los mismos errores de siempre…
Estás yendo hacia adelante.
Si perseveras y sigues sin rendirte, pronto te darás cuenta de que incluso cuando volvías a pasar por donde ya habías pasado mil veces, estabas yendo hacia adelante.
Estoy convencida de ello.
Ultimamente la vida se está empeñando en enseñarme esta lección una y otra vez.
Con lo que les pasa a mis Coachees y con lo que me pasa a mí.
Hoy, por ejemplo, una clienta me ha escrito para contarme que ayer se le estropeó el ordenador y que ha perdido todas sus reflexiones y aprendizajes de este último mes, todo lo que había estado escribiendo para compartir conmigo en la próxima sesión.
Para ella era una tragedia, pero estoy segura de que no, de que fue para algo, de que tiene algún sentido y de que no es un retroceso.
Hace unos días otra Coachee que está haciendo un proceso de duelo en paralelo con un proceso para mejorar su autoestima, me contaba cómo cada vez que tiene un bajón se hunde porque piensa que está dando un paso atrás.
Yo misma podría haber pensado hace unas semanas que estaba dando un paso atrás… Y es que me volvió a pasar algo que hace mucho tiempo que no me pasaba, con uno de mis grandes maestros de vida… (por supuesto que un maestro no siempre es alguien que te lo pone fácil, de hecho muchas veces aprendes más de quien te lo pone difícil…).
La cosa es que un día, después de estar con esta persona, y recordando lo que me había dicho durante nuestro encuentro, sus juicios y sus ataques, se me ocurrían mil cosas diferentes que podría haberle contestado… Era igual que antes, que todo lo que podría haberle dicho se me ocurría a posteriori, pero no en el momento.
¿Estaba dando un paso atrás? Pues no, no lo creo. Porque rápidamente me di cuenta de que hace tiempo me sentía fatal y me podía estar machacando la tarde entera cuando se me ocurría algo mejor que podría haberle contestado. Ahora aprendo para otra y listo, pero ya no me culpo.
Además de que hace tiempo me quedaba callada cuando él me hablaba así y ahora ya no. Ahora respondo con seguridad, aunque después se me ocurra otra cosa todavía mejor que podía haber dicho.
Darme cuenta de todo ello el otro día también fue un paso adelante.
Y sé que todavía puedo seguir avanzando con esta persona, pero también sé que por más que retroceda, he recorrido mucho más de lo que me queda por recorrer.
Recuerdo a otra Coachee que unos meses después de dejarlo con su pareja, y todavía en ese proceso de duelo, se encontró un día leyendo un montón de cartas que él le había escrito.
Los días siguientes a leerlas lo pasó muy mal y no dejaba de repetirse que había dado un gran paso atrás.
Pero no, estoy convencida de que no. Si leyó esas cartas estoy segura de que es porque necesitaba volver a sentir para integrar y volver a recordar para resolver…
Como le dije a ella, estoy convencida de que todo es un paso hacia adelante siempre. De que todo sirve, de que todo aporta, de que lo que viene conviene…
Lo mismo que cuando te cuento que todo es para algo y que hace falta que pase el tiempo para mirar atrás y comprenderlo, cuando damos un paso atrás también es para algo.
También hacía falta volver ahí para darnos cuenta de algo, para asentar algo y para seguir avanzando.
Porque todo llega cuando tiene que llegar. Porque, como dice una de mis maestras, cuando la manzana está madura, cae por su propio peso.
Yo misma hace un tiempo viví una relación complicada de la que estaba segura de que quería salir, pero volvía a caer en ella una y otra vez. Y recuerdo que al principio cuando recaía pensaba que estaba dando un paso atrás, pero con el tiempo me di cuenta de que no.
Me di cuenta de que cada paso atrás en realidad era un paso adelante, porque todavía necesitaba aprender algo de esa relación y hasta que no lo aprendiera no podría soltarla… Y porque cada vez que recaía me convencía más a mí misma de que no quería volver a eso, de que quería salir de ahí… Es decir, cada paso atrás era un gran paso hacia adelante.
Y con esto recuerdo a otra Coachee que hace años había tenido una aventura con un hombre casado y un día volvió a verse con él. Me lo contaba agobiada porque decía que era como volver atrás en el tiempo, como si no hubiera avanzado nada en todos esos años.
Con el tiempo comprendió que, como no había cerrado aquella relación de forma natural, sino que había forzado ese cierre porque la otra persona estaba casada, le había quedado algo por resolver ahí.
Y necesitó volver a abrir esa historia para terminar de cerrarla. Así que aquello que al principio le había parecido un paso atrás, en realidad no lo era… Necesitaba volver a tropezar con la misma piedra para seguir avanzando, porque nada se va hasta que no aprendes lo que vino a enseñarte…
Yo misma, si echo la vista atrás, me doy cuenta de que las cosas más importantes que he conseguido en mi vida, como sanar la relación con mi madre, estuvieron llenas de pasos atrás… Durante los años que dediqué a curar esa relación hubo muchos pasos atrás, y muchas veces me desesperaba porque me parecía que nunca iba a conseguirlo…
Ahora, que por fin lo doy por conseguido, me doy cuenta de que todos aquellos pasos atrás eran para algo… De que cada uno era diferente al anterior, de que cada vez eran menos y de que cuando sabía observarlos sin juzgarlos, cada paso atrás me aportaba algo que me servía para dar dos pasos hacia adelante.
Recuerda esto la próxima vez que cuando des un paso atrás
Como puedes ver, el mensaje de este post es que no hay pasos atrás, que todo es hacia adelante y que confíes en que, aunque no lo parezca, siempre estás avanzando.
Porque nada es lineal.
Porque cuando vas a un sitio al que no has ido nunca, no sueles ir en línea recta.
Das vueltas, desandas camino, vuelves a andarlo… Y sigues caminando.
Eso es lo importante, que mientras no te rindas y sigas caminando, todos los pasos hacia atrás son pasos hacia adelante….
Que es así porque así ha de ser.
Porque de otra forma no tendría sentido.
Lo mismo que cuando aprendes una nueva habilidad, empiezas a practicar un deporte, un idioma, a bailar… también retrocedes para seguir avanzando.
Y es que si todo fuera siempre hacia adelante, en línea recta, ¿cuánto crees que aprenderías? Poco, muy poco.
Por eso lo malo no es ese paso atrás, sino como tú lo interpretes.
Si cuando das un paso adelante ganas confianza…
¿Por qué no hacer, pensar y sentir lo mismo cuando das un paso atrás?
¿Por qué no seguir confiando en que sigues avanzando?
Como dice Francisco Alcaide, en esta vida nadie fracasa. Solo hay gente que en algún punto del camino abandona.
Y uno de los motivos por los que veo a la gente abandonar es porque se rinden cuando creen que han dado un paso atrás.
No se dan cuenta de que no, de que no era un paso atrás.
De que no existen los pasos atrás.
De que siempre estás caminando hacia adelante.
¿Qué opinas? ¿Qué comprendes de ti con esto que te cuento? Me gustaría que compartieras conmigo tus reflexiones en los comentarios aquí debajo.
Excelente. Como siempre
Muchas gracias, Marcela.
Un abrazo
Felicitaciones Vanesa por tu buena voluntad de ayudar a muchas personas. Tus lecciones me ayudan mucho a superar mis dificultades de seguridad y emoción, siempre estoy leyendo todo lo enviado.
Muchas gracias, Elsa. Me alegro mucho de que sea así.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Muchas gracias Vane, un dato importantisimo que a veces no consideramos, siempre hacia adelante.
Muchas bendiciones y saludos desde México.
Sí, Antonio. Así es, a veces se nos olvida :-).
Un abrazo grande de vuelta para México,
Vanessa
Lo que dices es totalmente cierto. Solo te das cuenta cuando pasa el tiempo y tienes alguna perspectiva.
Yo siempre iniciaba relaciones tóxicas con el mismo tipo de hombre. Me atraían como la luz a un insecto. Siempre pensaba que había vuelto a caer en la misma piedra. Ahora con perspectiva me doy cuenta de que la vida me estaba enseñando lo que no quería en mi vida y hasta que no he acabado de entenderlo, no he podido pasar a la siguiente fase. ¡Muchas gracias por recordármelo!
Que maravilloso ejemplo para este post, Ana… Muchísimas gracias por compartirlo. Me alegro de que hayas sabido comprender esos aprendizajes que la vida te regalaba.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Muchas gracias por tu post. Me ha hecho reflexionar sobre por qué las cosas no avanzan como esperamos y muchas veces parece que damos un paso para adelante y dos para atras. Y seguro que es necesario para que aprenda lo que necesito aprender…
Un besito
Sí, Ana. Confía en que es así, en que hace falta seguir caminando alante y atrás para comprender, y también observa todo lo que en el fondo ya sabes, estoy segura de que es mucho…
Besos, sonrisas y mucho cariño,
Vanessa
Es muy alentador. Siempre he pensado que las recaídas son porque no has aprendido nada,pero gracias a ti ahora las veo desde otra perspectiva. Y tienes razón,sirven para darte cuenta de muchas cosas.Muchas gracias Vanessa!
Es un gran descubrimiento, saber que todo lo que he hecho es para avanzar. Ahora entiendo muchas cosas y quedo por fin liberada, de pensamientos erróneos.
Gracias.
Muchas gracias, Neus. Me alegro mucho de que sea así.
Un fuerte abrazo,
Vanessa
Vanessa gracias por dedicar tiempo para mostrar las realidades de una forma tan sutil. Duele regresar, duele enfrentar y resolver, duele madurar, pero aunque duele el fruto es dulce al final. Gracias
Muchas gracias a ti también por tus palabras, Lina.
Un abrazo grande,
Vanessa
Qué gran verdad, tropezar con la misma piedra parece una torpeza, pero en realidad es un acierto volver para sacarla del camino.
Saludos!!
Qué metáfora tan buena, Milka. Muchas gracias por compartirla, es tal cual.
Un abrazo,
Vanessa
Maravilloso post, como todas tus reflexiones, querida Vanessa!
Qué gusto es leerte!!
Infinitas gracias, Bella.
Susana
Gracias a ti, Susana. Hoy y siempre :-).
Un abrazo,
Vanessa