¿Alguna vez has sentido miedo de ti misma?
¿Alguna vez has tenido miedo a conocerte, a saber quién eres, qué te mueve y para qué estás aquí?
¿Alguna vez has sentido miedo a enfrentar lo que te estaba pasando o lo que estabas sintiendo y has preferido hacer como que no pasaba nada?
Es como sentir miedo de ti misma…
Y te lo pregunto porque hay personas, muchas personas, que no se escuchan, que no se observan y que no se conocen.
Personas que no quieren ver lo que les pasa.
Que no quieren entender lo que sienten.
O porque siempre se les repite la misma historia.
Y que prefieren mirar para otro lado.
Es como sentir miedo de ti misma…
Echan tierra encima, se maquillan con sonrisas prefabricadas, y siguen viviendo su vida en piloto automático.
Porque temen que conocerse pueda llegar a dolerles, y hacen lo que sea por evitarlo.
Pero, sobre todo, porque no saben que para llegar a la luz también es necesario transitar por noches oscuras…
Y porque no saben que la luz, en realidad, sólo llega cuando has aprendido a apreciar, a amar y a estar entre tinieblas…
Como sentir miedo de ti misma…
EL LEÓN CON MIEDO
En una ocasión, un león se aproximó hasta un lago de aguas despejadas para calmar su sed y, al acercarse a las mismas, vio su rostro reflejado en ellas y pensó: “¡Vaya!, este lago debe ser de este león. Tengo que tener mucho cuidado con él.” Atemorizado se retiró de las aguas, pero tenía tanta sed que regresó a las mismas. Allí estaba otra vez el “león”. ¿Qué hacer?
La sed lo devoraba y no había otro lago cercano. Retrocedió. Unos minutos después volvió a intentarlo y, al ver al “león” abrió las fauces amenazadoramente, pero al comprobar que el otro “león” hacía lo mismo, sintió terror. Salió corriendo, pero ¡era tanta la sed!
Lo intentó varias veces de nuevo, pero siempre huía espantado. Pero como la sed era cada vez más intensa, tomó finalmente la decisión de beber agua del lago sucediera lo que sucediese. Así lo hizo. Y al meter la cabeza en las aguas, ¡el “león” desapareció!
¿Qué te inspira este cuento? ¿Qué tiene que ver contigo? Me gustaría mucho que lo compartieras conmigo en los comentarios aquí debajo.
No tengo miedo a conocerme, pero sí reconozco que me ha llegado el cuento, puesto que hay veces que escondo la cabeza cuál avestruz. Cuando me he atrevido a sacar la cabeza y enfrentarme al “leòn”, te hace sentir poderos@.
Muchas gracias Penélope, le has dado otro punto de vista al cuento, que en realidad puede tener muchos. Y sí, el poder está en nosotros… Nosotros nos lo damos y nosotros nos lo quitamos :-).
Un abrazo grande,
Vanessa
Creo que tenemos que hacer frente a los miedos para que estos se evaporen y se vayan. Como el león, ¿no?
Aunque a veces no es fácil, supongo q esto viene por el tema de las inseguridades personales.
Así es, Beatriz. La vida en general no suele ser fácil. Pero, independientemente de eso, cada uno ha de elegir si vivirla desde el amor o desde el miedo. En esa decisión estará la gran diferencia.
Un abrazo grande,
Vanessa
Me reconozco cada día con ese cuento… Me escondo del león… Y me quiero asomar y al final elijo tener sed y no asomarme al lago, y cada día que pasa tengo una sed más terrible….. No sé cómo manejar la situación… Pero me hace pensar mucho este cuento…. Espero me atreva un día a lanzarme al agua… Sin miedo… Muchas gracias por todo lo que escribes. Me ayuda muchisimo.
Gracias a ti, Laura. Sigue tomando conciencia, observándote con cariño y confiando en ti. Pasito a paso, poco a poco… Estás en el camino, ya lo verás…
Besos y sonrisas,
Vanessa
Descubrí su blog hace poco. Espero seguir leyendo más entradas, son muy interesantes :).
Me alegro mucho, muchas gracias por decirme. Y encantada de tenerte por aquí :-).
Un abrazo,
Vanessa
El hecho de que sea la sombra del mismo león para mi significa que somos nosotros mismos los que nos ponemos los limites y por miedo a salir de nuestra zona de confort preferimos quedarnos con sed. Me identifico con cada detalle y no es fácil cambiar esa manera de pensar, es como si estuviera automatizada para reaccionar asi. No dejo de asomarme todos los dias, con miedo, pero ahí voy.
Hola Paola,
Ese cambio de forma de pensar requiere actitud, disciplina y constancia para cambiar el automatismo. Pero te aseguro que si crees que puedes y pones todo de tu parte, dejarás de ser tú la que se ponga sus propios límites y conseguirás lo que quieres. Confía en ti y persevera :-).
Un fuerte abrazo,
Vanessa