Tener dudas en la pareja es algo que pasa, eso está claro.
Pero, muchas veces, quien las tiene se pregunta si es normal tener esas dudas.
¿Qué crees? ¿Es normal dudar cuando estás en pareja?
Pues, a ver, ¡¡¡claaaro que es normal!!!
Pero, y aquí viene lo importante, es normal hasta cierto punto.
Que haya momentos en los que estés mejor y otros en los que estés peor con tu pareja, es normal.
Que a veces te fijes más en lo que te gusta de tu pareja y otras en las que no, también es normal.
Que una temporada discutáis más de lo habitual, también es normal.
Que alguna vez hayas fantaseado con otra persona, taaambién es normal.
¡Claro que unas dudas pasajeras y puntuales son algo normal!
Nada de esto, por sí solo, es preocupante.
¿Cuándo empieza a ser preocupante que tengas dudas?
Cuando todas esas dudas se mantienen en el tiempo y ya llevas más de dos y de tres meses así.
Cuando ya no puedes decir que, a pesar de las dudas, te sientes segura de tu pareja y de la relación que tienes con él (o ella).
Cuando el malestar de tu situación te empieza a robar las ganas, el sueño y la alegría.
Cuando se te empieza a pasar por la cabeza si esa relación tiene arreglo o si terminaréis dejándolo.
Cuando la relación te trae más ansiedad, tristeza o desilusión que tranquilidad, apoyo y cariño.
Cuando dejas de ser una compañera de tu pareja y empiezas a analizar todo lo que hace, a querer controlarlo todo y a darle demasiadas vueltas a la relación.
Cuando el miedo y el sentimiento de haber fracasado empiezan a perseguirte a todas partes.
Y cuando estás tan mal que ya te empiezas a plantear la posibilidad de que eso se acabe.
Entonces, SÍ, las dudas son una señal clara de que hay que intervenir CON URGENCIA.
Porque la mayoría de las separaciones vienen de unas dudas a las que, en su momento, no se les prestó la atención debida.
Las dudas no son malas
Lo que te quiero decir con esto es que las dudas NO son malas.
Que lo único malo es NO hacer nada cuando aparecen esas dudas.
Porque cuando estás en la duda, y un día piensas que sí y otro que no, tus energías se pierden ahí, en esa ambivalencia.
Es como si echaras a andar y un día caminaras hacia el norte y otro hacia el sur. ¿Llegarías a alguna parte? No.
Caminarías, pero sin avanzar.
Porque tus energías estarían diluidas en dos caminos opuestos, en vez de estar todas en lo mismo.
Solo cuando sabes si hacia el norte o hacia el sur y cómo, avanzas de verdad, porque todas tus energías están del mismo lado.
Y para eso es mi curso SI o NO, para que veas claro cuál es el problema en tu relación de pareja, salgas de dudas y pongas todas tus energías hacia un solo lado del camino (el que tú decidas, después de hacer el curso).
Para que, si apuestas por esa relación, sea sabiendo bien lo que hay, para apoyarte en ello, y lo que falta, para trabajar en recuperarlo.
Con todas tus fuerzas y tus ganas remando hacia el mismo lado.
SI o NO es un curso muy práctico en el que irás entendiendo, día a día, qué es lo que no está funcionando en tu relación de pareja.
Pero sabiendo mirar dónde hay que mirar, para que salgas de la confusión y las dudas.
“Estaba muy ciega, y quien tiene un problema que no ve es imposible que le ponga solución. Gracias a tu curso ahora sé lo que tengo que hacer”, cuenta Estefanía, una de las mujeres que ya ha hecho el curso.
Es decir, con SI o NO profundizarás en tu relación de pareja y en sus puntos fuertes y sus puntos débiles de una forma en la que no lo has hecho nunca.
Para que, al final del curso, tengas respuestas claras que te saquen de ese laberinto y te lleven a encontrar una solución.
Porque a nadie le gusta gastarse dinero para seguir igual. Ni tampoco que pase el tiempo y su relación vaya a peor. Por eso creé SI o NO.
¿Todavía tienes ganas?
Mira, algo imprescindible para poder resolver una crisis de pareja es que estés motivada para resolverla y que de verdad tengas ganas de entender qué está ocurriendo en tu relación y de encontrarle una solución.
Pero, como es lógico, la motivación y las ganas disminuyen cuando va pasando el tiempo, nada cambia y tú sigues estando mal en la relación.
Es lo mismo que la primera vez que se te estropea el coche, que lo llevas al taller y estás motivada para arreglarlo.
Pero, cuando ya se ha estropeado cinco veces, pues tu motivación disminuye y tu confianza en que el coche tenga arreglo, también.
Pues con una relación pasa lo mismo.
Por eso, cuanto antes hagas algo efectivo y práctico, mucho mejor.
En primer lugar, porque el deseo de que eso funcione es mayor al principio de una crisis, cuando llevas menos tiempo dudando. Pero, si ahí no haces nada, poco a poco vas perdiendo la ilusión, las ganas y el deseo.
En segundo lugar, porque tu energía y tu vitalidad también son mayores al principio, pero cuando pasa el tiempo se van desgastando en conflictos y distancias insalvables (y, créeme, necesitas esa energía para ponerla en la relación).
En tercer lugar, porque al principio confías más en las posibilidades de la relación, pero, cuanto más tiempo pasa, menos crees que eso tenga solución.
Y, en cuarto lugar (y ésta es mi top), porque al principio el vínculo aún no está tan roto, pero, cuanta más distancia emocional haya entre vosotros, más serán las cosas que os separen y menos las que os unan.
Lo peor que te puede pasar
Después de acompañar a muuuchas mujeres que no estaban bien en su relación de pareja, creo que lo peor que te puede pasar es que te acostumbres a estar mal.
Porque cuando hay resentimiento, ya sea hacia ti o hacia tu pareja, aún existe el anhelo de estar bien.
Porque cuando hay miedo a que eso no funcione, a pesar de que el miedo te hace perder claridad y capacidad para buscar soluciones, aún existe la posibilidad de volver a estar bien.
Pero cuando normalizas el estar mal en tu relación de pareja, es lo mismo que si te abandonaras a ti misma.
Por eso creé SI o NO, para que tú no llegues hasta ese punto sin retorno.
“Llevaba siete años sufriendo muchísimo, como pollo sin cabeza, agotada, desgastada. Me sentía sin rumbo, sin vida… Ahora aquello me parece tan lejano… Es impresionante la seguridad que da entender qué es lo que está pasando y saber cómo afrontarlo con la confianza de que lo estás haciendo bien. ¡Mil gracias por todo!“. Alba.
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Besos y sonrisas,
Vanessa
PD: ¿Cuánto vale para ti saber cuál es el problema en tu relación de pareja? Si vale mucho, es aquí y ahora.
No puedo con el ruido que hay todas las tardes en mi casa. Cada tarde en mi casa es una ginkana para evitar los horarios de los vecinos, y aun así sigo oyendo sus chillidos tóxicos. La ley no hace nada en estos casos y ellos disfrutan haciéndonos daño. Hoy he dormido la siesta para evadirme aunque tenía cosas que hacer (me han despertado ellos), y me lavaré el pelo después de las nueve porque hay menos ruido. No sé cómo gestionar esta situación, el domingo tuve un colapso emocional porque estuvieron machacando todo el día como venganza a reprocharles que estuvieran hasta las tantas de la noche anterior haciendo una fiesta.
Hola Susana,
En una situación de conflicto siempre hay una parte de la gestión que es con el otro y otra parte que es contigo misma. Y seguro que en ambas partes hay margen de mejora, pero es probable que, de cualquier forma, tengas que sacrificar algo. ¿El qué? A eso solo puedes responder tú, tal vez haciendo un trabajo emocional para ver qué es lo que está pasando y lo que está removiendo esto en ti.
No hay soluciones mágicas, pero siempre hay soluciones.
Un abrazo,
Vanessa