Desde donde queríamos estar

Hoy celebro,

Cada vez que no olvide que esto no es para siempre, que aquí si no te levantas eres tú quien se lo pierde.
Cada vez que me levanté sin decir nada.
Cada vez que no salté por la ventana.
Cada vez que ahora salto y vuelo porque me da la gana.

Cada lección que aprendí, aunque no tuviera las alas abiertas.
Cada aventura que elegí vivir, sin perdices o con ellas.

Cada vez que decidí que si lo puedo imaginar, lo puedo crear.
Cada vez que recordé que si lo puedo sentir, lo puedo materializar.
Cada vez que te expliqué que si lo dices, lo provocas.

Celebro cada vez que disfruté del camino sin mirar al horizonte.
Cada vez que me arriesgué a cambiar “a ver si” por “hoy es el día”.
Cada vez que llegué a la meta habiendo sonreído en cada etapa del camino.
Y cada vez que me quedé en el camino sin fustigarme por ello.

Celebro cada vez que una lágrima me ayudó a recordar que me había descuidado.
Cada vez que la furia me recordó que de mí me había olvidado.
Cada vez que, en silencio, me conecté contigo.
Cada vez que el silencio me conectó también conmigo.
Cada vez que confié en la vida y la vida me devolvió paz y serenidad.

Y me sorprendo cada vez que doy y recibo muchísimo más de lo que he dado.
Y me alegro cada vez que bailo al ritmo de la flexibilidad y al son de la tolerancia.

Y siento si hice algo que te dolió, lamentó si no me daba cuenta y te pido perdón si me la daba.
Y me perdono a mí, también, por todo lo que no supe o no quise dar.
Y ya no me culpo por cada vez que pedí un respeto que yo no daba.
Comprendo que lo hice lo mejor que supe y que ya no quiero volver a hacerlo igual.

Y agradezco al Universo que me permita ver la magia de quienes me rodean.
Y agradezco a los que me rodean que con su belleza me den Luz y con su Luz me den Amor.
Y les pido a ellos que también se permitan ver su magia.
Y sentir sin tantas responsabilidades.
Y bailar, y jugar, y reír, y flotar, y deslizarse, en una vida sin tanto esfuerzo.
Donde se premie menos el resistir y más el fluir, en armonía y libertad.
Donde de la ilusión brote esperanza y del compartir nazca comprensión.

Y deseo seguir respirando y siendo consciente, aquí y ahora.
Y deseo seguir aprendiendo a vivir más y a juzgar menos.
Y deseo seguir avanzando hacia una vida cada vez más plena y más sencilla.
Sin sutilezas, ni rigideces ni egos atormentados.

Y anhelo un mundo en el que nadie se olvide de que todos somos uno.
De que si confío en ti, confío en mí. Si te ayudo a ti, me ayudo a mí. Si te acepto a ti, me acepto a mí. Si te abrazo a ti, me abrazo a mí.
En el que nos permitamos acompasar al Sol y volver a nuestro centro para recuperar la salud y el equilibrio.

Y sueño que cada uno pueda Ser quien quiera Ser.
Y espero que algún día todos al compás gritemos lo mismo.
Que no fue fácil, pero que mereció la pena.
Y que ya estamos donde queríamos estar.

Desde allí, gracias, gracias, gracias.

Y Feliz Navidad.