Érase una vez un hombre que pasaba por una obra en construcción donde había tres obreros haciendo aparentemente la misma tarea. Pero llamó su atención que mientras que el primero parecía agobiado por el trabajo, al segundo se le veía más contento y el tercero lucía más que entusiasmado y hasta cantaba mientras trabajaba. Con curiosidad, se acercó al primer hombre y le preguntó qué estaba haciendo. Este, con tono antipático, le contestó: “¿No lo ve usted? Estoy poniendo ladrillos!”. Cuando le hizo la misma pregunta al segundo, le respondió muy cordial: “Estoy levantando una pared”. Entonces se acercó al tercero, interrumpió su canto y le preguntó: “¿Y usted, que está haciendo?”. Su respuesta fue: “La tarea más importante de mi vida, levantando la catedral de mi pueblo”.
Ese es el primer requisito antes de ponernos en marcha hacia cualquier objetivo: saber qué es lo que queremos conseguir y para qué queremos conseguirlo. ¿Sabes cuáles son tus metas profesionales? ¿Sabes qué quieres conseguir en tu relación de pareja? ¿Te has preguntado que necesitas cambiar en tu día a día para estar más satisfecho con tu vida y, en consecuencia, ser más feliz? Date el tiempo que necesites para descubrirlo…. El camino del éxito hacia un objetivo empieza por haberlo diseñado con todo lujo de detalles. Escúchate, obsérvate, pregúntate qué necesitas y para qué te va a servir, qué recursos tienes, cuáles son tus fortalezas y cuáles tus debilidades, visualiza cómo será tu vida cuando lo logres, qué cambiará, qué mejorará…
Cuanto más claro lo tengas, cuanto más concreto sea, cuanto más definido en el tiempo esté y cuanto más te motive, más fácil te resultará alcanzarlo. Cuando sabemos a donde queremos ir todo a nuestro alrededor confluye para dirigirnos a ello, incluso se activan redes neuronales que ayudan a diseñar el camino al objetivo.
Y una vez hecho esto no olvides la importancia de perseverar, de dar pequeños pasos cada día y seguir intentándolo aunque a veces las cosas no parezcan sencillas… En muchos casos la diferencia entre los que lo consiguen y los que no es simplemente que estos abandonan antes.
“Si no sabes hacia donde vas nunca sabrás si has llegado”