Existen muchas maneras de mejorar nuestra autoestima y una muy sencilla y efectiva es salir de nuestra zona de confort o zona de comodidad haciendo las cosas de una manera diferente. Y cuidado, porque a pesar de lo que indica su nombre, la zona de confort no se refiere a un lugar agradable, sino simplemente a lo que conocemos y nos resulta cómodo porque no nos requiere esfuerzo, porque estamos acostumbrados y porque ahí la posibilidad de error es pequeña. Es decir, que independientemente de que nos guste más o menos, nos resulta fácil seguir en ella. Lo difícil puede ser dar un paso para avanzar y probar algo nuevo, a pesar de los beneficios que eso nos pueda aportar.
Así una forma muy sencilla de motivarnos y sentirnos más capaces es el desafío de salir de la rutina y hacer las cosas de una forma diferente a como solemos hacerlas. Eso es genial porque obliga al cerebro a un esfuerzo extra. Es lo que plantea la neuróbica para usar áreas neurológicas que normalmente no utilizamos y crear nuevas neuronas. Y de maneras tan sencillas como cepillarte los dientes con la mano izquierda (o la derecha si eres zurdo), cambiarte el reloj de muñeca, leer los titulares con el periódico boca abajo, poner el reloj de pared al revés, aprender una palabra nueva del diccionario cada día (y utilizarla), vestirte con una sola mano o con los ojos cerrados, mirar fotos del revés para fijarte en cosas nuevas, o ir al trabajo por un camino distinto al habitual y ver qué descubres. Y una de mis preferidas, pararte a observar algo, a dejarte maravillar por algo cotidiano como si fuera la primera vez que lo miraras.
Empieza por cosas sencillas y cuando te apetezca vete ampliando a otras que te supongan un desafío mayor, como aprender algo nuevo (un idioma, un baile, pintar, cocinar…) o cualquier pequeño cambio que creas que puede mejorar tus habilidades personales o profesionales. Y sigue adelante aunque cometas un error. Todos los cometemos. Desde niños aprendemos a caminar a base de caernos y volvernos a levantar. Y así con todo. Recuerda que no se nace sabiendo, sino que se crece aprendiendo (y se aprende siendo curioso).
Como decía Einstein, la locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes. O, dicho de otra forma, si haces lo que siempre has hecho no llegarás más lejos de lo que siempre has llegado.
Así que, ¿qué pequeño reto te apetece ponerte para estimularte hoy?
Este sitio web es realmente un paseo a través de toda la información que necesitaba sobre este este tema tan complejo y no sabía a quién preguntar .
Muchas gracias, me alegro mucho de que te guste y te sirva.
Un abrazo,
Vanessa