¿Cuántas cosas haces de una determinada manera porque siempre has visto que se hacen así?
Que el postre se toma al final de las comidas.
Que, cuando eliges una profesión, ya es para toda la vida.
Que, si te compras un vestido caro, tienes que esperar a una ocasión especial para estrenarlo.
Que si estás conociendo a alguien, pero no tienes nada serio con esa persona, no puedes pedirle nada ni esperar nada de él. Porque “es que no tenemos nada”.
Que cuando le dices que no a alguien, es normal que esa persona se pueda enfadar (¡¿veríamos esto como algo normal si nunca nadie se hubiera enfadado por ello, igual que nadie se enfada porque le preguntes qué hora es?!).
Que quien tiene pareja, hijos, una casa y un buen trabajo, ya tiene una vida completa y seguro que es feliz con ella.
Y así, ejemplos infinitos…
Es como que damos muchas cosas por hecho sin habernos planteado nunca por qué son así.
Pensamientos que no nos cuestionamos.
Y acciones que llevamos a cabo sin preguntarnos por qué lo hacemos así.
Como si fuera lo normal, simplemente porque todo el mundo lo hace.
Y, si nos sentimos mal en el camino, ajo y agua.
Que esto es así, y así ha sido siempre.
EL GATO DEL GURÚ
Cuando, por las tardes, el gurú se sentaba para las prácticas del culto, siempre andaba por ahí el gato del ashram distrayendo a los fieles. De manera que ordenó que ataran al gato durante el culto de la tarde.
Mucho tiempo después de haber muerto el gurú, seguían atando al gato durante el referido culto. Y cuando el gato murió, llevaron otro para atarlo durante el culto vespertino.
Siglos más tarde, los discípulos del gurú escribieron doctos tratados acerca del importante papel que desempeña el gato en la realización de un culto como es debido.
Pues eso, seguro que tú también tienes tu propio gato.
(Por ejemplo, seguir yendo de vacaciones con la familia política, que es un tema que suelo trabajar mucho en las sesiones de verano porque genera muuuucho conflicto).
Y el problema no es que hagas las cosas así porque has visto que así se hacen.
O que hasta ahora te hayas tragado que alguien te dijera “esto es así, porque así se ha hecho siempre”.
El problema es que no te plantees si tú las quieres hacer así.
Si a ti eso te sienta bien.
Si te deja buen cuerpo, o no.
El problema es vivir en automático, y creerte que estás viviendo.
Cuando en realidad estás siguiendo un guión que alguien escribió hace mucho tiempo.
Y tú te lo has comido con patatas.
Sin pegas, sin peros, sin preguntas.
¿Respecto a qué? No lo sé, dímelo tú.
¿Qué es, en tu caso, eso que estás haciendo así por imitación más que por que de verdad tú lo sientas o lo quieras así?
Piensa una cosa y me lo cuentas en los comentarios aquí debajo, me encantará leerte ;-).
Hola,
Yo quería volver a contactar con un chico. Cuando estaba con él me sentía muy bien, durante y después, aunque al principio tuviera miedo porque era más mayor que yo. Pero yo quería conocerle mejor y él quería ligar. La tercera “cita”, aprovechando que me senté a su lado, me enganchó, y cuando intenté separarme, no me dejaba apartarme. El encuentro nos dejó incómodos y luego me dijo que si mejor seguíamos siendo compañeros de clase y ya. Se disculpó conmigo, pero cuántos maltratadores hay que se disculpan.
¿Por qué me sentía bien con él si fue de decidir por mí? Como yo no hacía lo que él quería, él lo forzó. Me hacía sentir bien, pero también notaba pesadez por su atención, le notaba demasiado disponible.
Seis meses después, he pensado en volver a hablarle, pero creo que eso es una “mala actitud” en las relaciones. La última vez que hablamos él parecía querer volver a forzar mi atención.
Y pensaba hablarle cuando acabe el trabajo con el que estoy ahora, para no tener más cosas en la cabeza. No sé qué hacer con este tema. Gracias Vanessa por tu artículo, un abrazo fuerte.
Hola Eliana,
Por lo que cuentas parece que no te has sentido bien tratada por ese chico, ¿qué hace entonces que estés pensando en volver a hablarle? Me ha resultado curioso esto, es como si alguien que se ha quemado en el fuego volviera a acercar la mano a él.
Gracias a ti por comentar, cuídate ;-).
Un abrazo,
Vanessa
Que bien post, Vanessa Carreño. Ser libre para hacer con tu vida lo que te plazca, eso sí, amándote bonito.
Saludos🌹
Mil gracias, me alegro mucho de que te haya gustado :-).
Un abrazo,
Vanessa
Hola Vanessa, el motivo de querer volver a hablarle es que, como digo, después de estar con él me sentía muy bien. Otros chicos interesados en mí lo que me hacían sentir era ansiedad. Además deduzco que es de estas personas que no aceptan sus emociones, no se defienden, reprimen lo que sienten para sentirse “buenas”. Así que igual por eso va de “tirar” de las situaciones. (Que no justifica nada.)
En cualquier caso, el mes que viene vamos a trabajar en el mismo lugar. A ver qué cara me pone después de estar medio año sin hablar. ¿No estuvo mal por mi parte decirle que le podía ayudar, que él me contestase “Nos vemos pronto” y que yo ya no respondiera? Es que me parecía que iba de poner la pelota en mi tejado.
Muchas gracias,
Eliana
Hola Eliana,
Habría que ver en profundidad lo que está pasando y qué tiene que ver eso contigo y con tu manera de vincularte. Mi sensación es que estás más en comprender por qué él hace lo que hace que en escuchar cómo te sientes tú con eso. Porque que una persona te haga sentir bien a veces no borra que en otro momento tú sientas que te ha faltado al respeto.
Nada está mal si lo haces desde lo que sientes y desde el amor a ti misma, el problema es cuando lo hacemos como una especie de estrategia para ver cómo responde el otro o para que “el otro no piense que…”.
Un abrazo,
Vanessa
Hola otra vez Vanessa, muchas gracias por tu respuesta. Entiendo lo que me dices. Me temo que si le diera otra oportunidad, eso mermaría mi confianza y mi autoestima, es decir, me haría sentir insegura. Porque ¿quién me asegura que no se va a volver a comportar así? Mi madre no le dio importancia pero querer soltarme y que no me dejen me parece bastante bandera roja. Recuerdo la frase de un cómic, de una chica a un chico: “¡Lo que he hecho es porque vosotros me habéis forzado a hacerlo!” Y no quiero acercame a esa frase.
Me da pena porque el chico me atraía bastante, aunque yo sentía que no me interesaba lo suficiente. Igualmente quizás puede ser buen compañero de trabajo (y si no, pues le esquivo y ya está, digo esto porque vamos a tener que convivir). Mil gracias, Vanessa, por tus consejos, un abrazo.
Eso es, Eliana. Mermaría tu autoestima y tu sentimiento de dignidad. Quien te ha faltado al respeto de una forma tan grave una sola vez, sin duda no te respeta. Y volvería a demostrártelo.
Un abrazo,
Vanessa
¡Ah! Y él no decide si yo puedo apartarme de él o no. Eso lo elijo yo y si él no lo respeta, adiós. Otro abrazo.