Ayer me escribió Laura y me dijo esto:
“Tu curso es brutal. Brutaaaal. El segundo día ha sido como si se hubiera abierto el cielo para mí. De verdad, ¡mil gracias por esto! Pensaba que cuando había dudas en la pareja siempre era que no y estoy empezando a ver la luz al final del túnel. Gracias, gracias y gracias siempre”.
ATENCIÓN a esto taaan fuerte que dice Laura (se apuntó a mi nuevo curso “SI o NO” hace unos días).
Como ella, muchas personas piensan que siempre que hay dudas en la pareja es que NO.
Que, para que sea que SI, no puede haber dudas.
Demasiado radical, ¿no crees?
Porque las dudas SOLO son señal de que está pasando algo.
El problema es cuando “ese algo” no lo atajas y lo vas dejando pasar.
Porque, cuando pasa el tiempo, lo que igual era un pequeño problemita se convierte en un PROBLEMÓN.
Vaya, que igual donde empieza a haber dudas, lo que hay es una mala comunicación.
O que uno no está sabiendo gestionar sus emociones y lo descarga sobre el otro.
O que uno se siente poco tenido en cuenta.
O lo que sea.
Y, cuando no haces nada para ver qué está pasando, es cuando SI que tienes todas las papeletas para que eso termine siendo un NO.
En resumen, cuando hay dudas en una pareja puede ser que SI y puede ser que NO.
Lo importante es hacer algo en cuanto empiezan a aparecer esas dudas.
Y no dejar que pase el tiempo.
(Si quieres ponerte manos a la obra ya mismo, tú también puedes apuntarte a “SI o NO” aquí).
Pero, ¡por supuesto que puede ser que tengas dudas y sea que SI!
Como en el caso de Azucena:
“Empezamos a estar mal justo cuando me quedé embarazada. Un sueño que se hacía realidad y otro que se iba a la mierda… Los dos primeros años desde que nació nuestra hija fueron horribles.
Después nos separamos y fue cuando trabajé con Vanessa. Eso me ayudó a ver qué era lo que estaba fallando en la relación por mi parte y a ser más clara con lo que necesitaba que él cambiara. Ahora estamos dándonos una nueva oportunidad y por ahora las cosas van bien. Y espero que así sigan. ¡Gracias!”.
Pues eso, si siempre que hubiera dudas fuera que no, más de la mitad de las parejas que están juntas tendrían que separarse.
Grábatelo bien: el problema no es que haya dudas.
El problema viene cuando las hay y no haces nada.
Cuando no te ocupas de mirar si es que estás esperando demasiado de tu pareja y no le aceptas como es (si es así, el día 18 de “SI o NO” te darás cuenta) .
Si es que no sabes comunicarte y expresar tus necesidades y lo que no te hace sentir bien (el día 16 del curso verás cómo resolver esto).
O si es que estás llevando tus inseguridades a la relación y, así, la cosa no puede funcionar (día 12 y 13 del curso, fun-da-men-tal que veas esto).
Entonces, no es tan fácil como cortar por lo sano en cuanto hay dudas.
Pero tampoco tan difícil como esforzarte y esforzarte dando palos de ciego y sin acertar con cuál está siendo el verdadero problema.
Con qué parte tiene que ver contigo y qué parte tiene que ver con tu pareja.
Y con qué necesitáis cambiar cada uno para que eso se arregle.
Porque, a ver, la gran pregunta que todas me hacéis: ¿se puede llegar a estar bien en un sitio en el que hoy tienes dudas y no estás bien?
¡Por supuesto que sí!
Pero lo primero que hace falta es ver claramente qué es lo que hace que no estés bien y resolverlo.
Justo lo que hizo Gloria:
“Mi pareja y yo discutíamos mucho y ya nos habíamos perdido todo el respeto el uno al otro. A mí me generaba tanta ansiedad el asunto que era como eso de que las ramas no te dejan ver el bosque… Hasta que no busqué ayuda no fui capaz de entender qué era lo que nos estaba pasando y qué podía hacer yo que de verdad sirviera para algo”.
Admiro a Gloria, a Azucena, a Laura y a cada mujer valiente que se atreve a mirar qué está pasando en su relación de pareja.
Sí, cuando no estas bien con tu pareja o algo está fallando en la relación, puede ser que elijas mirar para otro lado.
Ignorar el problema, vaya.
Sin darte cuenta de que, así, te estás ignorando a ti misma, y, además, cuando pasa el tiempo el problema se va haciendo más grande.
Pero ellas no. Ellas decidieron resolverlo. ¡Olé, olé y olé!
¿Y tú? ¿Te atreves a investigar en tu relación para tener claro lo que está fallando y buscarle solución?
Si respondes que sí, este curso de tres semanas te dará la luz que te está faltando.
“SI o NO” es un comodín que podrás aplicar en tu relación de pareja en cualquier momento en que lo necesites.
Hoy, mañana o dentro de un año.
Si no estás bien con tu pareja, te dará claridad sobre lo que está pasando y seguridad sobre la solución.
Y, como el acceso al curso es inmediato y para siempre, podrás hacerlo en cualquier momento y todas las veces que quieras.
Sí, quiero este comodín para mi pareja.
Besos y sonrisas,
Vanessa
PD: Acceso inmediato y para siempre. Todo lo que necesitas para salir de dudas y quedarte tranquila lo tienes AQUÍ.
Cuando yo podía asistir a un terapeuta, tuve tres sesiones con uno. En la primera y la segunda tuvo reacciones de frustración y enfado. La primera vez me puso alerta, la segunda llegué a casa y me puse a llorar. Se lo comuniqué y resumiendo, lo planteó como “eso que te pasa a ti” y luz de gas. Así que dejé de asistir. Me caía bien, pero “no me sentía querida”. Ahora sé que no es cuestión de querer, sino de respetar al paciente y darle confianza.
Creo que le machacó que le dijera el motivo por el que le dejaba y fue triste para mí, además él me gustaba. Y pensé ¿he hecho bien? Y creo que sí, porque alguien que se enfada así cuando yo hago algo que no le gusta es una gran red flag. Para parejas fijo, para mi terapeuta mucho más porque es mi terapeuta. Y mi meta era mi salud mental, no un crush, o un amigo, aunque yo sentía que yo quería eso.
Hola Lidia,
Sí, estoy de acuerdo en que un terapeuta ha de dar confianza y hacer sentir aceptado y respetado a su paciente. Siento que vivieras esa mala experiencia, muchas gracias por compartirlo.
Un abrazo,
Vanessa