Jaime
Empresario. León.
“Antes del proceso de Coaching vivía una situación de elevado y acumulado estrés, provocado por una serie de acontecimientos a lo largo de mi vida y agravado, si cabe, por los desengaños profesionales de los dos años anteriores.
Tenía un sentimiento de agotamiento psíquico, fruto en algunos casos de mis creencias y, en otros, de las contradicciones internas sobrevenidas por la propia versión que yo tenía del género humano (resultaba para mí imposible entender el comportamiento cruel e inhumano de personas cuyo principal problema o característica es “la envidia”).
Ahora consigo dominar mi timidez, al menos cuando pido un café :-).
Me siento mucho más tranquilo y, a la vez, más objetivo en el análisis de personas y situaciones.
Emito muchísimos menos juicios, escucho mucho más, me preocupo menos del bienestar del prójimo cuando hablo y me centro por tanto en el mensaje, buscando transmitirlo sin más. Antes la preocupación por no incomodar al prójimo me llevaba a un malestar interno y, lo que es peor, no diagnosticado ni detectado por mí… ¡Aprender a “decir NO” ha resultado vital!
De lo que más orgulloso estoy es de comportarme como me pide mi estado y de no permitir que mis emociones queden a merced del mundo y personas que me rodean.”